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(Mateo 26:31; véase también <strong>el</strong> versículo 33) El ministerio personal d<strong>el</strong> Señor no sólo fue causa de<br />
escándalo o piedra de tropiezo para los fariseos y adversarios sacerdotales, sino para muchos que<br />
profesaban creer en El. (Juan 6:61; compárese con 16:1) El apóstol Pedro llama <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io de<br />
Jesucristo "piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo<br />
desobedientes". (1 Pedro 2:8; compárese con las palabras de Pablo en Romanos 9:33) Ciertamente,<br />
bienaventurado es aqu<strong>el</strong> por quien <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io es bien recibido y no encuentra en él causa de tropiezo.<br />
7. La grandeza de la misión d<strong>el</strong> Bautista.—Jesús testificó de esta manera la naturaleza exaltada<br />
de la misión de Juan <strong>el</strong> Bautista: "De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado<br />
otro mayor que Juan <strong>el</strong> Bautista; pero <strong>el</strong> más pequeño en <strong>el</strong> reino de los ci<strong>el</strong>os, mayor es que él."<br />
(Mateo 11:11; compárese con Lucas 7:28) Para aclarar la primera parte de este testimonio, <strong>el</strong> profeta<br />
José Smith dijo en un sermón que pronunció <strong>el</strong> 24 de mayo de 1843: "No pudo haber sido por motivo<br />
de los milagros que Juan realizó, porque no obró ninguno; pero fue: Primero, porque le fue confiada<br />
una misión divina de preparar <strong>el</strong> camino d<strong>el</strong>ante de la faz d<strong>el</strong> Señor. ¿Quién jamás ha recibido cargo<br />
semejante, antes o después? Nadie. Segundo, se le confió y le fue requerido efectuar la importante<br />
misión de bautizar al Hijo d<strong>el</strong> Hombre. ¿Quién había tenido <strong>el</strong> honor de hacer esto? ¿Quién había<br />
tenido tan grande privilegio y gloria? ¿Quién jamás llevó al Hijo de Dios a las aguas bautismales y<br />
tuvo <strong>el</strong> privilegio de ver al Espíritu Santo descender sobre El en la señal de la paloma? Tercero, en esa<br />
época Juan era <strong>el</strong> único administrador legal que tenía las llaves d<strong>el</strong> poder que había en la tierra. Los<br />
judíos habían perdido las llaves, <strong>el</strong> reino, <strong>el</strong> poder y la gloria; y Juan, hijo de Zacarías, por motivo de<br />
la santa unción y decreto d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o, tenía las llaves d<strong>el</strong> poder en ese tiempo." (Documentary History of<br />
the Church 5:260-262.)<br />
La segunda parte de la afirmación de nuestro Señor, "pero <strong>el</strong> más pequeño d<strong>el</strong> reino de los ci<strong>el</strong>os,<br />
mayor es que él" (Juan), ha hecho surgir diversas interpretaciones y comentarios. El significado<br />
verdadero puede ser que no obstante la distinción tan grande de que gozaba Juan entre los profetas, no<br />
había aprendido, al tiempo d<strong>el</strong> acontecimiento que se está considerando, <strong>el</strong> propósito completo de la<br />
misión d<strong>el</strong> Mesías, cosa que ciertamente tendría que aprender antes de ser apto para entrar en <strong>el</strong> reino<br />
de los ci<strong>el</strong>os; por tanto, <strong>el</strong> menor de aqu<strong>el</strong>los que, por medio d<strong>el</strong> conocimiento logrado y la obediencia<br />
dada, se preparaba para un lugar en <strong>el</strong> reino acerca d<strong>el</strong> cual Jesús enseñaba, era mayor que Juan <strong>el</strong><br />
Bautista en esa época. Por medio de las rev<strong>el</strong>aciones de los postreros días nos es dicho que "es<br />
imposible que <strong>el</strong> hombre se salve en la ignorancia" (Doc. y Con. 131:6) y que "la gloria de Dios es la<br />
int<strong>el</strong>igencia o, en otras palabras, luz y verdad". (Doc. y Con. 93:36) La pregunta d<strong>el</strong> Bautista demostró<br />
que en ese tiempo carecía de conocimiento: su entendimiento era imperfecto y no podía comprender la<br />
verdad entera de la muerte señalada d<strong>el</strong> Salvador y su resurrección subsiguiente como Redentor d<strong>el</strong><br />
mundo. Pero no debemos perder de vista <strong>el</strong> hecho de que Jesús en ninguna manera indicó que Juan<br />
permanecería inferior al menor en <strong>el</strong> reino de los ci<strong>el</strong>os. Al grado que aumentara su conocimiento de<br />
las verdades esenciales d<strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io y las obedeciera, ciertamente progresaría y llegaría a ser grande<br />
en <strong>el</strong> reino de los ci<strong>el</strong>os, así como fue grande entre los profetas de la tierra.<br />
8. Juan <strong>el</strong> Bautista era <strong>el</strong> Elias que había de venir.—En los tiempos de <strong>Cristo</strong> la gente<br />
preservaba la creencia tradicional de que <strong>el</strong> antiguo profeta Elias iba a volver en persona. Concerniente<br />
a esta tradición <strong>el</strong> Commentary de Dumm<strong>el</strong>ow dice, refiriéndose a Mateo 11:14: "Se suponía que su<br />
actividad particular He Elias! consistiría en resolver preguntas ceremoniales y rituales, dudas y<br />
dificultades, y que le restauraría a Isra<strong>el</strong>: (1) La vasija de oro con <strong>el</strong> maná; (2) <strong>el</strong> vaso que contenía <strong>el</strong><br />
aceite de la unción; (3) <strong>el</strong> vaso que contenía las aguas de la purificación; (4) la vara de Aarón que<br />
retoñó y dio fruto." Ningún apoyo había en las Escrituras para esta creencia. El áng<strong>el</strong> Gabri<strong>el</strong> declaró,<br />
en <strong>el</strong> anuncio comunicado a Zacarías, que Juan iría d<strong>el</strong>ante d<strong>el</strong> Mesías con <strong>el</strong> espíritu y <strong>el</strong> poder de<br />
Elias (Lucas 1:17); y nuestro Señor aclaró <strong>el</strong> hecho de que Juan era <strong>el</strong> Elias predicho. "Elias" es a la<br />
vez un nombre y <strong>el</strong> título de un oficio. Por medio de la rev<strong>el</strong>ación dada en la dispensación actual, nos<br />
es manifestada la individualidad distinta de un Elias y <strong>el</strong> otro, cada uno de los cuales apareció en<br />
persona y entregó a profetas modernos las llaves particulares que pertenecían a sus comisiones<br />
respectivas. (Doc y Con. 110:12, 13) Aprendemos que <strong>el</strong> oficio de Elias es <strong>el</strong> de restaurar. (Doc. y<br />
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