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Los hechos principales que guardan r<strong>el</strong>ación directa con <strong>el</strong> tema en consideración, y de los cuales<br />
testifican los pasajes citados, son: Que <strong>el</strong> <strong>Cristo</strong> se manifestó a sí mismo mientras se hallaba todavía<br />
en su estado preexistente; y que declaró haber sido escogido desde la fundación d<strong>el</strong> mundo para ser <strong>el</strong><br />
Redentor.<br />
Las rev<strong>el</strong>aciones dadas por conducto de los profetas de Dios en la dispensación actual contienen<br />
abundante evidencia d<strong>el</strong> nombramiento y ordenación de <strong>Cristo</strong> en <strong>el</strong> mundo primordial; y puede<br />
ofrecerse como testimonio <strong>el</strong> texto completo de las Escrituras contenidas en Doctrinas y Convenios.<br />
Los siguientes ejemplos vienen particularmente al caso. En una comunicación dada a José Smith <strong>el</strong><br />
profeta, en mayo de 1833, <strong>el</strong> Señor se proclamó a sí mismo como <strong>el</strong> que había venido previamente d<strong>el</strong><br />
Padre al mundo, y de quien Juan había dado testimonio como <strong>el</strong> Verbo; y se reitera la verdad solemne<br />
de que El, Jesucristo, "era en <strong>el</strong> principio, antes que <strong>el</strong> mundo fuese"; y además, que era <strong>el</strong> Redentor<br />
"que vino al mundo, porque <strong>el</strong> mundo fue hecho por él, y en él estaba la vida y la luz d<strong>el</strong> hombre". Por<br />
otra parte, se hace referencia a El como <strong>el</strong> "Unigénito d<strong>el</strong> Padre, lleno de gracia y de verdad, aun <strong>el</strong><br />
Espíritu de verdad, que vino y moró en la carne". En esta misma rev<strong>el</strong>ación, <strong>el</strong> Señor dijo: "Y ahora,<br />
de cierto, de cierto os digo, yo estuve en <strong>el</strong> principio con <strong>el</strong> Padre, y soy <strong>el</strong> Primogénito." En una<br />
ocasión anterior, como lo testifica <strong>el</strong> profeta moderno, él y uno de sus compañeros en <strong>el</strong> sacerdocio<br />
fueron iluminados por <strong>el</strong> Espíritu, de modo que pudieron ver y entender las cosas de Dios, "aqu<strong>el</strong>las<br />
cosas que existieron desde <strong>el</strong> principio, antes que <strong>el</strong> mundo fuese. Cosas que <strong>el</strong> Padre decretó por<br />
medio de su Unigénito Hijo, quien fue en <strong>el</strong> -seno d<strong>el</strong> Padre, aun desde <strong>el</strong> principio; de quien damos<br />
testimonio; y <strong>el</strong> testimonio que damos es la plenitud d<strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io de Jesucristo, <strong>el</strong> cual es <strong>el</strong> Hijo, a<br />
quien vimos y con quien conversamos en la visión c<strong>el</strong>estial."<br />
El testimonio de las Escrituras grabadas en ambos hemisferios, <strong>el</strong> de las historias antiguas así<br />
como modernas, las declaraciones inspiradas de profetas y apóstoles, y las palabras d<strong>el</strong> Señor mismo<br />
proclaman al unísono la preexistencia de <strong>Cristo</strong> y su ordenación como <strong>el</strong> Salvador y <strong>el</strong> Redentor d<strong>el</strong><br />
género humano desde <strong>el</strong> principio: sí, aun antes de la fundación d<strong>el</strong> mundo.<br />
NOTAS AL CAPITULO 2.<br />
1. Int<strong>el</strong>igencias graduadas en <strong>el</strong> estado preexistente.—Muéstrase con toda claridad, mediante<br />
una rev<strong>el</strong>ación divina dada a Abraham, que los espíritus de los hombres existieron como int<strong>el</strong>igencias<br />
individuales con distintos grados de habilidad y poder, antes de la inauguración d<strong>el</strong> estado terrenal<br />
sobre esta tierra y aun antes de la creación d<strong>el</strong> mundo como morada adecuada para los seres humanos:<br />
"Y <strong>el</strong> Señor me había mostrado a mí, Abrahán, las int<strong>el</strong>igencias que fueron <strong>org</strong>anizadas antes que <strong>el</strong><br />
mundo fuese; y entre todas éstas había muchas de las nobles y grandes; y Dios vio estas almas, y eran<br />
buenas, y estaba en medio de <strong>el</strong>las, y dijo: A éstos haré mis gobernantes—pues estaba entre aqu<strong>el</strong>los<br />
que eran espíritus, y vio que eran buenos—y él me dijo: Abrahán, tú eres uno de <strong>el</strong>los; fuiste escogido<br />
antes de nacer." (P. de G. P., Abrahán 3:22-23)<br />
Siguen inmediatamente a las partes de la rev<strong>el</strong>ación citada otros versículos en los que se<br />
manifiesta que <strong>Cristo</strong> así como Satanás se hallaban entre aqu<strong>el</strong>las int<strong>el</strong>igencias exaltadas, y que Aquél<br />
fue <strong>el</strong>egido y éste rechazado como <strong>el</strong> futuro Salvador d<strong>el</strong> género humano: "Y estaba entre <strong>el</strong>los uno<br />
que era semejante a Dios, y dijo a los que se hallaban con él: Descenderemos, pues hay espacio allá, y<br />
tomaremos de estos materiales y haremos una tierra en donde éstos puedan morar; y así los<br />
probaremos, para ver si harán todas las cosas que <strong>el</strong> Señor su Dios les mandare. Y a los que guardaren<br />
su primer estado les será añadido; y aqu<strong>el</strong>los que no guardaren su primer estado, no recibirán gloria en<br />
<strong>el</strong> mismo reino con los que lo hayan guardado; y quienes guardaren su segundo estado, recibirán<br />
aumento de gloria sobre sus cabezas para siempre jamás. Y <strong>el</strong> Señor dijo: ¿A quién enviaré? Y<br />
respondió uno semejante al Hijo d<strong>el</strong> Hombre: Heme aquí; envíame. Y otro contestó, y dijo: Heme<br />
aquí; envíame a mí. Y <strong>el</strong> Señor dijo: Enviaré al primero. Y <strong>el</strong> segundo se enojó, y no guardó su primer<br />
estado-; y muchos lo siguieron ese día." (Ibid., vers. 24-28)<br />
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