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Jesus el Cristo - Cumorah.org

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<strong>el</strong>ación que hay entre nosotros y nuestro Padre C<strong>el</strong>estial, y mientras reverenciamos su gran y santo<br />

Nombre, nos valemos d<strong>el</strong> privilegio inestimable de allegarnos a El, no tanto con <strong>el</strong> concepto de su<br />

gloria infinita como Creador de todo lo que es, d<strong>el</strong> Ser Supremo que está sobre toda la creación, sino<br />

con <strong>el</strong> amoroso entendimiento de que El es <strong>el</strong> Padre y nosotros somos sus hijos. Este pasaje bíblico es<br />

<strong>el</strong> más antiguo en que se halla la instrucción, <strong>el</strong> permiso o razón para tratar a Dios directamente de<br />

"Padre Nuestro". Con <strong>el</strong>lo se expresa la reconciliación que la familia humana, desviada por <strong>el</strong> pecado,<br />

puede lograr por los medios que <strong>el</strong> Hijo amado dispuso. Esta instrucción demuestra con igual claridad<br />

la hermandad entre <strong>Cristo</strong> y <strong>el</strong> género humano. Así como El oró, en igual manera oramos al mismo<br />

Padre, nosotros como hermanos y <strong>Cristo</strong> como nuestro Hermano Mayor.<br />

"Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o, así también en la tierra." El reino de Dios<br />

debe ser un reino de orden, en <strong>el</strong> cual deben prevalecer la tolerancia y <strong>el</strong> respeto hacia los derechos<br />

individuales. El que verdaderamente ruega que venga este reino se afanará por ac<strong>el</strong>erar su venida<br />

viviendo de acuerdo con las leyes de Dios. Este esfuerzo consistirá en mantenerse de conformidad con<br />

<strong>el</strong> orden d<strong>el</strong> reino, sujetar la carne al espíritu, <strong>el</strong> egoísmo al altruismo y aprender a amar las cosas que<br />

Dios ama. Hacer que la voluntad de Dios sea suprema en la tierra, como lo es en los ci<strong>el</strong>os, significa<br />

aliarnos con Dios en los asuntos de la vida. Son muchos los que profesan la creencia de que siendo<br />

Dios Omnipotente, todo lo que es, existe de acuerdo con su voluntad. Tal suposición no concuerda ni<br />

con las Escrituras ni con la razón, y es falsa. T La iniquidad no es según su voluntad; la mentira,<br />

hipocresía, <strong>el</strong> vicio, <strong>el</strong> crimen no son los dones de Dios al hombre. Por su voluntad serán abolidas<br />

estas monstruosidades que, como horrendas deformidades, se han desarrollado en la naturaleza y vida<br />

humanas, y esta bendita consumación se efectuará cuando los hombres, de su propia <strong>el</strong>ección, sin<br />

ceder o abrogar su libre albedrío, cumplan con la voluntad de Dios.<br />

"El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy." El alimento es indispensable para la vida. En vista de<br />

que lo necesitamos, debemos pedirlo. Es cierto que <strong>el</strong> Padre conoce nuestra necesidad antes que le<br />

roguemos, pero al pedirle, lo reconocemos a El como <strong>el</strong> Dador, y la petición nos hace humildes,<br />

agradecidos, contritos y sumisos. Aunque <strong>el</strong> sol brilla y la lluvia cae sobre <strong>el</strong> bueno así como <strong>el</strong> malo,<br />

<strong>el</strong> hombre justo está agradecido por estas bendiciones. El impío recibe los beneficios como cosa<br />

natural, con un alma incapaz de sentir la gratitud. La facultad para sentir <strong>el</strong> agradecimiento es una<br />

bendición, y más agradecidos debemos estar por poseerla. Se nos enseña a orar día tras día por <strong>el</strong><br />

alimento que necesitamos, no por una gran abundancia que se pueda almacenar para un futuro lejano.<br />

Isra<strong>el</strong> recibía una ración diaria de maná mientras estuvo viajando en <strong>el</strong> desierto,* y se le hacía recordar<br />

que dependía de Aqu<strong>el</strong> que lo daba. El que tiene mucho se olvida más fácilmente de esta dependencia,<br />

que aqu<strong>el</strong> que está constreñido a pedir de acuerdo con las necesidades de cada día.<br />

"Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores." El que<br />

puede orar de esta manera, con plena intención y propósito sincero, merece <strong>el</strong> perdón. En este aspecto<br />

de la súplica personal se nos enseña a esperar solamente aqu<strong>el</strong>lo que merezcamos. Los egoístas y<br />

pecadores se regocijarían si fueran eximidos de sus deudas legítimas, pero, siendo egoístas y<br />

pecadores, exigirían hasta <strong>el</strong> último cuadrante de aqu<strong>el</strong>los que les debiesen algo. El perdón es una<br />

perla demasiado preciosa para ser arrojada a los pies d<strong>el</strong> que no perdona, y sin la sinceridad que nace<br />

de un corazón contrito, ningún hombre puede justamente reclamar la misericordia. Si otros nos deben<br />

algo—bien sea dinero o bienes, como lo indican las palabras deudas y deudores, o por haber violado<br />

nuestros derechos, de acuerdo con <strong>el</strong> significado más extenso de transgresión—nuestra manera de<br />

tratarlos será tomada en cuenta debidamente al ser juzgadas nuestras propias ofensas.<br />

"Y no nos metas en tentación, mas líbranos d<strong>el</strong> mal." La primera parte de esta petición ha sido<br />

motivo de comentarios y preguntas. No debemos entender que Dios en alguna ocasión vaya a meter a<br />

un hombre en tentación sino, quizá, sabiamente permitiéndolo, a fin de examinarlo y probarlo, y darle<br />

con <strong>el</strong>lo la oportunidad de vencer y adquirir la fuerza espiritual, lo cual constituye <strong>el</strong> único ad<strong>el</strong>anto<br />

verdadero en <strong>el</strong> curso eterno d<strong>el</strong> progreso d<strong>el</strong> hombre. El objeto principal de disponer cuerpos para los<br />

espíritus preexistentes de la raza humana y ad<strong>el</strong>antarlos al estado carnal fue para "ver si harán todas<br />

las cosas que <strong>el</strong> Señor su Dios les mandare."" En <strong>el</strong> plan de la vida terrenal estaba comprendida la<br />

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