APROXIMACIONES A LA OBRA LITERARIA DE JIMÉNEZ URE
«[…] URE, además de ser ese preocupado intelectual, el temido polemista, es también el creador de una mitología curiosísima que, entre la propuesta por un BORGES o CIORAN, tiende a asustar a los espíritus débiles, a los terroristas de tertulia y a cuantos estólidos pululan en nuestros ambientes literarios […]» (Fernando BÁEZ)
«[…] URE, además de ser ese preocupado intelectual, el temido polemista, es también el creador de una mitología curiosísima que, entre la propuesta por un BORGES o CIORAN, tiende a asustar a los espíritus débiles, a los terroristas de tertulia y a cuantos estólidos pululan en nuestros ambientes literarios […]»
(Fernando BÁEZ)
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fuera locamente, la coherencia de sus<br />
construcciones, la hilación de sus desarrollos.<br />
Estos cuentos, so pena de permanecer<br />
impenetrables, requerirían una reflexión extraordinaria.<br />
Ésta reflexión no común, esto, que<br />
podría ser un ejercicio de abandono del<br />
pensamiento habitual, corresponde a la actitud<br />
que el autor mismo reclama del lector: la<br />
contemplación («[…] Pido al lector que adopte,<br />
ante cualquiera de mis elucubraciones y enunciados,<br />
la actitud del sabio: contemplativa […]»<br />
(«Prólogo», Ídem., p. 08).<br />
La contemplación podría definirse como la<br />
actitud del espíritu en la que el pensamiento,<br />
lejos de aprehender la cosa conceptualmente,<br />
desde su propia interioridad, por integración y<br />
diferenciación, se disuelve en ella, la penetra y<br />
anima. En este sentido, PLOTINO diría que la<br />
naturaleza entera es contemplación. En última<br />
instancia, no hay sujeto de contemplación, un<br />
alma que contempla, sino un fenómeno complejo<br />
en que la cosa como tal es contemplación de sí<br />
misma y el alma contemplativa forma parte de la<br />
apariencia contemplada. El alma se convierte<br />
así en el movimiento propio de la cosa y la cosa,<br />
por su parte, en el propio movimiento del alma.