APROXIMACIONES A LA OBRA LITERARIA DE JIMÉNEZ URE
«[…] URE, además de ser ese preocupado intelectual, el temido polemista, es también el creador de una mitología curiosísima que, entre la propuesta por un BORGES o CIORAN, tiende a asustar a los espíritus débiles, a los terroristas de tertulia y a cuantos estólidos pululan en nuestros ambientes literarios […]»
(Fernando BÁEZ)
«[…] URE, además de ser ese preocupado intelectual, el temido polemista, es también el creador de una mitología curiosísima que, entre la propuesta por un BORGES o CIORAN, tiende a asustar a los espíritus débiles, a los terroristas de tertulia y a cuantos estólidos pululan en nuestros ambientes literarios […]»
(Fernando BÁEZ)
complementarios en cuyo campo magnético se expresa toda actitud filosófica; un simple reojo a la Historia de la Filosofía parece confirmarnos que ARISTÓTELES y PLOTINO, la Teología y la Gnóstica, la Escolástica y la Mística, DESCARTES y PASCAL, KANT y JACOBI, HEGEL y KIERKEGARD, podrían ser pares típicos de este prolijo conflicto que opone de un pensamiento a la Razón, de la claridad inteligible a un pensamiento del afecto, de la intuición insondable. BORGES nos parece encarnar el polo griego, clásico, racionalista, y Lezama LIMA el polo pagano o bárbaro, barroco, místico. El etnopluralismo de BORGES es aparente, su «desoccidentalización» temática corresponde perfectamente al proyecto cosmopolita, universal, enciclopédico, bibliotecológico de Occidente, su misterio es el misterio éclairé del mito y se resuelve en la operación límpida de la transcripción, se agota en el puro hecho literario. La no menos vasta erudición de Lezama LIMA es cuantitativamente distinta, su diversidad es la de la compilación de legendae, la del manual alquímico, la del bárbaro, su oscuridad no es la del significante mito,
portador de una representación, sino la de la magia o hechicería, productora de milagros y alteraciones. Pero, no insistamos en esta oposición. Tómese o déjese. Sólo queremos con esto delimitar un cierto marco, una horizontal y una vertical que nos permita ubicar, someramente, otros autores, otras obras, como vectores libres. Podríamos inscribir a Alberto JIMÉNEZ URE en cualquier zona intermedia, pero si quisiéramos, por ejemplo, incluirlo en una lista no podríamos bajo el nombre de BORGES, tampoco, por otras razones, bajo el de Lezama LIMA. Quizá, dentro de un tiempo, su obra se deje asociar, bajo ciertos aspectos, con la de un tercer gigante más silencioso: con Umbral, de Juan EMAR. La crítica venezolana se ha apresurado en adelantar dos calificativos a propósito de la obra de JIMÉNEZ URE (Espectros, 1976, y Acertijos, 1980): fantástica, filosófica. Calificativos demasiado fáciles, demasiados inexactos. Al menos Inmaculado («Monte Ávila Editores», 1982, Caracas, Venezuela) nos parece escapar a esta doble denominación. Quien se atenga a ella y dirija su lectura en ese sentido resultará,
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portador de una representación, sino la de la<br />
magia o hechicería, productora de milagros y<br />
alteraciones.<br />
Pero, no insistamos en esta oposición. Tómese o<br />
déjese. Sólo queremos con esto delimitar un<br />
cierto marco, una horizontal y una vertical que<br />
nos permita ubicar, someramente, otros<br />
autores, otras obras, como vectores libres.<br />
Podríamos inscribir a Alberto <strong>JIMÉNEZ</strong> <strong>URE</strong><br />
en cualquier zona intermedia, pero si<br />
quisiéramos, por ejemplo, incluirlo en una lista<br />
no podríamos bajo el nombre de BORGES,<br />
tampoco, por otras razones, bajo el de Lezama<br />
LIMA. Quizá, dentro de un tiempo, su obra se<br />
deje asociar, bajo ciertos aspectos, con la de un<br />
tercer gigante más silencioso: con Umbral, de<br />
Juan EMAR.<br />
La crítica venezolana se ha apresurado en<br />
adelantar dos calificativos a propósito de la<br />
obra de <strong>JIMÉNEZ</strong> <strong>URE</strong> (Espectros, 1976, y<br />
Acertijos, 1980): fantástica, filosófica. Calificativos<br />
demasiado fáciles, demasiados inexactos. Al<br />
menos Inmaculado («Monte Ávila Editores»,<br />
1982, Caracas, Venezuela) nos parece escapar a<br />
esta doble denominación. Quien se atenga a ella<br />
y dirija su lectura en ese sentido resultará,