La crisis mundial y sus impactos polÃticos en América del Sur - CEFIR
La crisis mundial y sus impactos polÃticos en América del Sur - CEFIR
La crisis mundial y sus impactos polÃticos en América del Sur - CEFIR
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>La</strong> <strong>crisis</strong> <strong>mundial</strong> y <strong>sus</strong> <strong>impactos</strong> políticos <strong>en</strong> América <strong>del</strong> <strong>Sur</strong> 51<br />
nuevos contextos, la consolidación de integración social y pluriétnica, la r<strong>en</strong>ovación<br />
<strong>del</strong> <strong>sus</strong>t<strong>en</strong>to <strong>del</strong> desarrollo desde una perspectiva de expansión de un <strong>en</strong>foque de<br />
los derechos humanos. Todo este ambicioso programa teórico, por ejemplo, nos refiere<br />
a rep<strong>en</strong>sar el tópico de las id<strong>en</strong>tidades sociales, políticas y hasta étnicas, lejos de<br />
cualquier es<strong>en</strong>cialismo, pero también haciéndonos cargo de las profundas transformaciones<br />
ocurridas <strong>en</strong> los últimos años y que tampoco estaban <strong>en</strong> la ag<strong>en</strong>da de las<br />
visiones constructivistas más modernas.<br />
El espacio disponible no nos permite más que reseñar algunos titulares o temas<br />
relacionados con esta materia. Emerg<strong>en</strong> <strong>en</strong> el subcontin<strong>en</strong>te sudamericano nuevas<br />
formas de id<strong>en</strong>tificación social y política mucho más efímeras, más intercambiables,<br />
más móviles y hechas a la medida (prêt à porter), hasta lights. Varían también nuestras<br />
prácticas y nociones de espacio público, <strong>en</strong> relación además con mutaciones<br />
muy radicales de nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, vivimos una reformulación<br />
muy radical de nuestra relación con el tiempo, esa coexist<strong>en</strong>cia difícil de «múltiples<br />
relojes» que es un hecho cultural fortísimo (con consecu<strong>en</strong>cias políticas de<br />
gran relevancia que a m<strong>en</strong>udo pasan desapercibidas) y que afecta las fronteras de<br />
inclusión y exclusión <strong>en</strong> nuestras sociedades, con <strong>sus</strong> múltiples ritmos. Y además<br />
vivimos sociedades <strong>en</strong> donde ha cambiado la valoración social <strong>del</strong> tiempo: antes,<br />
qui<strong>en</strong> estaba <strong>del</strong> lado de los incluidos t<strong>en</strong>ía todo el tiempo para perder, buscaba<br />
el ocio; hoy, qui<strong>en</strong> está <strong>del</strong> lado de los incluidos, no ti<strong>en</strong>e un minuto para perder, y<br />
toda la tecnología que compra la ori<strong>en</strong>ta para sobreactivar su <strong>en</strong>ergía. Muy otro es<br />
<strong>en</strong> cambio ese «tiempo viscoso» de los excluidos, para qui<strong>en</strong>es un e-mail, un correo<br />
rápido, un teléfono celular, terminan constituy<strong>en</strong>do una metáfora perversa. Esta<br />
nueva «cultura de lo instantáneo», como la ha definido Michael Ignatieff, propone<br />
una temporalidad muy distinta para la integración política y el desarrollo social, <strong>en</strong><br />
suma, para el ejercicio pl<strong>en</strong>o de los derechos. Y vaya que la intersección a m<strong>en</strong>udo<br />
conflictiva de distintas temporalidades es un asunto político de primer nivel <strong>en</strong> la<br />
ag<strong>en</strong>da de las democracias y ciudadanías latinoamericanas contemporáneas.<br />
También <strong>en</strong> el contin<strong>en</strong>te latinoamericano se ha erosionado profundam<strong>en</strong>te la<br />
noción de lo público <strong>en</strong> el marco de la emerg<strong>en</strong>cia y consolidación de «sociedades<br />
de la desconfianza». Como estudiara hace ya varios años el inolvidable Norbert Lechner,<br />
38 se han debilitado los contextos habituales de confianza, lo que promueve<br />
un increm<strong>en</strong>to fuerte de nuestros miedos. <strong>La</strong> escuela, la empresa, el barrio, el partido<br />
político, el sindicato, la nación, y tantos otros espacios gregarios que aportaban<br />
confianza y s<strong>en</strong>tido religante se han erosionado. Esa «fragilidad <strong>del</strong> nosotros» y su<br />
consigui<strong>en</strong>te afectación <strong>del</strong> vínculo social, sigui<strong>en</strong>do también a Lechner, provocan<br />
<strong>en</strong> franjas importantes de las poblaciones un repliegue ciudadano a la vida privada<br />
y a la familia, con el hogar transformado <strong>en</strong> una fortaleza sitiada y sobrecargada. <strong>La</strong><br />
38 Norbert Lechner, «Nuestros miedos» <strong>en</strong> Estudios Sociales, n.º 15, 1998, pp. 149 a 162.