migración y derechos humanos - Observatorio de Migraciones
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Editorial<br />
Los migrantes: futuros ciudadanos <strong>de</strong> un mundo sin fronteras<br />
Hablar hoy <strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>rechos</strong> <strong>humanos</strong> se ha vuelto un lugar común o una moda. Pero también<br />
un peligro y una amenaza. Lugar común, porque no hay artículo <strong>de</strong> opinión o documento<br />
oficial que no anteponga el tema <strong>de</strong> los <strong><strong>de</strong>rechos</strong> como una postura, un <strong>de</strong>ber o una<br />
forma <strong>de</strong> reconocimiento social o político. Una moda, en tanto es difícil no encontrar el<br />
término en cualquier <strong>de</strong>claración, plan, programa o proyecto que se precie ser políticamente<br />
correcto. Pero es un peligro y una amenaza, si el concepto recorre los escenarios <strong>de</strong><br />
los señores <strong>de</strong> la guerra o las instancias <strong>de</strong> estados a la <strong>de</strong>fensiva que perciben estas dos<br />
palabras como un ataque a su existencia y a su po<strong>de</strong>r.<br />
Sin embargo, los <strong><strong>de</strong>rechos</strong> <strong>humanos</strong> que no son más que un solo término cubierto <strong>de</strong><br />
vergüenza e ignominia pero a la vez <strong>de</strong> esperanza y luz, son el sentido <strong>de</strong> la vida. No<br />
humana sino <strong>de</strong> la vida misma.<br />
En un inicio, hace un poco más <strong>de</strong> dos centurias, los <strong><strong>de</strong>rechos</strong> eran un campo estrecho<br />
circunscrito en las fronteras <strong>de</strong> unos cuantos países don<strong>de</strong> un puñado <strong>de</strong> seres <strong>humanos</strong><br />
accedían a ellos. Los <strong><strong>de</strong>rechos</strong> eran el orgullo <strong>de</strong>l hombre europeo y <strong>de</strong> las <strong>de</strong>mocracias<br />
occi<strong>de</strong>ntales. Quienes podían ejercer los <strong><strong>de</strong>rechos</strong>, civiles y políticos en ese entonces, eran<br />
una nueva clase: los ciudadanos. Después <strong>de</strong> una intensa lucha esos <strong><strong>de</strong>rechos</strong> se ampliaron<br />
siendo los obreros, cuyas condiciones <strong>de</strong> vida y <strong>de</strong> trabajo no eran dignas, los que<br />
lograron abrir la puerta <strong>de</strong> los <strong><strong>de</strong>rechos</strong> sociales; luego las mujeres discriminadas en las<br />
<strong>de</strong>mocracias avanzaron y también fueron reconocidas como sujetos <strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>rechos</strong>, igualmente<br />
lo lograron los hijos <strong>de</strong> la esclavitud negra y los habitantes <strong>de</strong> pueblos que habían<br />
sido sometidos por el colonialismo. Si profundizamos paso a paso en este recorrido, podríamos<br />
afirmar que uno <strong>de</strong> los sustentos <strong>de</strong> la dinámica histórica ha sido el esfuerzo <strong>de</strong><br />
gran<strong>de</strong>s sectores <strong>de</strong> la humanidad por ampliar el campo <strong>de</strong> los <strong><strong>de</strong>rechos</strong> <strong>humanos</strong> y establecerlo<br />
como el punto <strong>de</strong> partida y la clave <strong>de</strong>l gran acuerdo <strong>de</strong> la humanidad misma, por<br />
medio <strong>de</strong>l cual se reconoce a toda la especie su dignidad. Esto implica la inclusión, sin<br />
distingos <strong>de</strong> ninguna naturaleza, <strong>de</strong> todos los seres <strong>humanos</strong> y la necesidad urgente <strong>de</strong><br />
que los estados generen las condiciones para que la calidad <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> ellos no sea una<br />
quimera.<br />
Y ahora, en este nuevo milenio, los migrantes emergen<br />
como la nueva especie <strong>de</strong> futuros ciudadanos <strong>de</strong> un<br />
mundo sin fronteras. Ciertamente en toda época ha habido<br />
gran<strong>de</strong>s corrientes migratorias. Más aún, la historia<br />
humana es inexplicable sin la historia misma <strong>de</strong> las migraciones.<br />
Pero en la actualidad es don<strong>de</strong> converge sin<br />
más apremios y con toda claridad la urgencia <strong>de</strong> la existencia<br />
<strong>de</strong> una ciudadanía universal en don<strong>de</strong> los<br />
migrantes sean reconocidos como sujetos plenos <strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>rechos</strong>.<br />
Para ello se requiere <strong>de</strong> un diálogo social y político entre<br />
los migrantes y sus países y estados <strong>de</strong> origen y <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>stino. Un diálogo en el que los interlocutores se reco-<br />
Los migrantes son ciudadanos,<br />
esto es, sujetos <strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>rechos</strong><br />
que es lo que les posibilita<br />
tener una vida digna,<br />
sin olvidar ciertamente<br />
que también son sujetos <strong>de</strong><br />
responsabilida<strong>de</strong>s para una<br />
vida en convivencia.<br />
2 DIÁLOGOS MIGRANTES