Alpe d'Huez nº2

P e d a l e a n d o
e n “ P o r t s d e l
M a r e s m e ”
Texto: @Chals19
Fotos: muntbikes
El pasado 15 de Marzo tuvo lugar en la localidad
de Arenys de Munt (Barcelona) la cuarta edición
de la “Ports del Maresme”, una cita ya muy consolidada
dentro del cicloturismo catalán, donde
más de 900 personas acuden año tras año.
La Revista Alpe D’Huez tuvo el placer de disfrutarla
(y sufrirla).
El día anterior parecía presagiar lo peor. Las
fuertes lluvias que azotaron todo el litoral catalán
pusieron en duda la celebración de la
prueba, que para alegría de los participantes, finalmente
pudo dar el pistoletazo de salida, eso
sí, no sin antes recortar parte del recorrido (la
subida a Santa Fe del Montseny) por culpa de la
nieve, descontando unos 10km aproximadamente,
tanto al recorrido largo (de unos 150km)
como al corto (de 100km).
El recorrido hasta el desvío en Sant Celoni era el
mismo para las dos carreras; subir Collsacreu
(puerto siempre presente en La Volta a Catalunya),
pasar Sant Celoni hasta llegar a Gualba,
y aquí tomar el desvío hacia Campins, donde en
una carretera muy estrecha nos encontraríamos
con rampas superiores al 12%. Después, y debido
a tener que recortar la subida a Santa Fe,
la carrera se adentró en el Montseny, pero por
Mosqueroles, una subida tendida de unos 7km.
Luego, bajada nuevamente hasta Sant Celoni,
donde se dividirían las dos carreras. La corta,
vuelta hacia Vallgorguina para subir Collsacreu
y acabar, y la larga, dirección La Roca, para subir
Órrius y Can Bordoi, y vuelta a Vallgorguina para
acabar también subiendo el Collsacreu.
El circuito combina dureza y belleza. Fue un
lujo adentrarse en la falda del Montseny y ver
todo nevado mientras pedaleabas. Además, el
caminito de Campins tiene algo especial, toda
la estrecha carretera muy cubierta de vegetación
y árboles parece una pequeña puerta al infierno.
El día amaneció soleado pero con baja temperatura.
La salida siempre es el punto donde
más nerviosismo hay. Pese a estar “neutralizada”
y tener tráfico abierto, sobretodo dada la
estrechez de la carretera hasta bajar a la carretera
a pie de playa, la gente siempre busca meterse
por huecos demasiado pequeños donde
no caben dos bicis a la par. Una vez llegados a
la carretera nacional, el pelotón se empieza a
disgregar cuando cada uno ya va buscando qué
hacer. Unos, apretar para seguir tirando del
grupo y, otros, guardar porque esto es muy
largo. Independientemente de ésto, siempre se
va muy rápido. Tanta gente, tantos ciclistas,
tantos rebufos, te hacen ir rápido.
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