Alpe d'Huez nº2

O PI N IÓN
A l p e d ’ H u e z N º 2 1 0 / 4 / 2 0 1 5
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É r a m o s f e l i c e s
h a c i e n d o c i c l i s m o
@Chals19
Cuando acabábamos el colegio y terminaban
nuestras responsabilidades, y éramos un poco
más libres, llegaban las ansiadas vacaciones de
verano, y empezaba el Tour de Francia por la televisión.
Así empezaba nuestro verano, marcado
por el inicio de la carrera gala. Nos juntábamos
los amigos del barrio, los de siempre, o quien
disponía de bicicleta, daba igual, días antes de
que empezara la ronda francesa, para preparar
nuestra propia carrera ciclista por el barrio.
Habían siempre dos organizadores, que se encargaban
de absolutamente todo lo concerniente
a la carrera; logística, tomas de tiempos,
avituallamiento, pintado de líneas, señalización
de curva peligrosa, voluntario en cruce donde
podía aparecer siempre algún coche, creación
las etapas, etc. El diseño del perfil y recorrido de
la etapa era de lo más rudimentario, un papel
con el circuito dibujado a lápiz y, en una esquina,
bien grande, las vueltas que debíamos de dar.
Tampoco era muy difícil crear o elegir el circuito,
ya que la única oportunidad que nos daba la ciudad
y el barrio donde vivíamos era andar unos
cientos de metros hasta una zona residencial
donde por la tarde no pasaban muchos coches
y estábamos más tranquilos.
La hora de salida de nuestra carrera ciclista
siempre era la misma: “Cuando acabe la
etapa del Tour, todos abajo”. Y así lo hacíamos.
Acababa la etapa del Tour, cogíamos la bicicleta
del balcón que por la mañana ya habíamos limpiado
a conciencia, nos despedíamos de nuestra
madre, bajábamos a la calle, comentábamos
cómo había ido la etapa de aquel día con los
amigos (cómo Kirsipu batía a todos al sprint, la
garra en montaña de Santi Botero, O’Grady y su
Credit Agricole, y Armstrong ganando otro Tour
de Francia) e íbamos dirección a la salida de
nuestra etapa.