Alpe d'Huez nº2

CICLISMO IN T ERN A C IONAL
A l p e d ’ H u e z N º 2 1 0 / 4 / 2 0 1 5
22
E l v e r d a d e r o
I n f i e r n o d e l
N o r t e
La París-Roubaix es probablemente la clásica
con más historia y encanto del calendario ciclista.
A pesar de no tener cotas, destaca sobre el resto
de clásicas de pavé por el mal estado del adoquín
en algunos tramos que hace parecer al
adoquín belga una autopista recién asfaltada.
La edición del año 2015 constará de 253 kilómetros,
con 27 tramos de pavé que suman casi 53
kilómetros, algo más de un quinto del recorrido.
Su dureza le ha valido el sobrenombre de “Infierno
del Norte” pero hay un factor que la hace
todavía más dura y desde hace 13 años no ha
estado presente… la lluvia.
Foto de F Lamiot
La última edición de París-Roubaix en la que
llovió fue la de 2002 y el infierno fue más infierno
que nunca. Johan Museeuw, Peter Van
Petegem, Andrea Tafi (que venía de ganar el Tour
de Flandes), Steffen Wesemann y George Hincapie
eran los mejores pedrusqueros de la época
y favoritos a llevarse la carrera.
Resulta curiosa la presencia en la carrera de
Sven Nys, el que se convertiría con el paso de
los años en el mejor corredor de ciclocross de
la historia, cuyo equipo en esa época era el Rabobank
y en el 2002 corrió más carreras en ruta
de lo que suele ser habitual. No es normal que
un corredor de ciclocross corra en ruta en abril
y más carreras de primer nivel, ya que su temporada
de ciclocross dura de agosto a febrero.
Sven Nys, tras ganar ese año en el barro la Copa
del Mundo y el Superprestige, obtuvo una muy
meritoria trigésimo sexta posición en la París-
Roubaix.
En la fuga del día destacó la presencia de un jovencísimo
neoprofesional de 21 años que quizás
les suene, Tom Boonen. Corría en el US Postal,
equipo totalmente enfocado a Lance Armstrong