katz-las-rebeliones-rurales-en-mc3a9xico-l
katz-las-rebeliones-rurales-en-mc3a9xico-l
katz-las-rebeliones-rurales-en-mc3a9xico-l
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
de guerra con los vecinos indios mayos. Así, también la c<strong>en</strong>tralización era<br />
más fácil de aceptar para los yaquis que para los tarahumaras.<br />
Todavía más importantes fueron los b<strong>en</strong>eficios económicos que proporcionaban<br />
los misioneros. Aquí, <strong>las</strong> difer<strong>en</strong>cias ecológicas tuvieron una importancia<br />
decisiva. A lo largo de <strong>las</strong> riberas del río Yaqui, los misioneros<br />
organizaron un sistema de agricultura int<strong>en</strong>siva mucho más productivo que<br />
el que t<strong>en</strong>ían antes los yaquis. Los nuevos cultivos y los animales domésticos<br />
parec<strong>en</strong> haber mejorado significativam<strong>en</strong>te el nivel de vida de los yaquis.<br />
Entre los tarahumaras, <strong>las</strong> mejoras fueron-mucho más modestas, si es<br />
que existieron. Debido a la topografía montañosa de gran parte de la región,<br />
<strong>las</strong> posibilidades de realizar una agricultura int<strong>en</strong>siva eran mucho m<strong>en</strong>ores,<br />
y la introducción de ganado por los españoles, lo mismo que algunos<br />
nuevos cultivos, no comp<strong>en</strong>saban a los indios por la pérdida de su tradicional<br />
modo de vida nómada.<br />
Pero lo más importante es que los misioneros sólo lograron proteger a<br />
los yaquis de los ataques de los empresarios españoles. En cuanto los jesuítas<br />
hubieron conc<strong>en</strong>trado a los tarahumaras <strong>en</strong> grandes poblaciones, los<br />
españoles forzaron a muchos de ellos a trabajar <strong>en</strong> <strong>las</strong> minas. Los jesuítas<br />
int<strong>en</strong>taron oponerse a estos int<strong>en</strong>tos, pero carecían de poder para ello. Los<br />
yaquis fueron más afortunados que los tarahumaras, ya que no se descubrieron<br />
minas <strong>en</strong> su región hasta principios del siglo XVIII. Como resultado,<br />
al principio <strong>las</strong> poblaciones yaquis no se vieron muy afectadas por la llegada<br />
de los pobladores y colonos españoles, y hasta el siglo xvm los yaquis<br />
no fueron forzados a trabajar para ellos. 3 De hecho, cuando los españoles<br />
finalm<strong>en</strong>te se establecieron <strong>en</strong> la región yaqui e int<strong>en</strong>taron imponer a los<br />
indios del noroeste el mismo tipo de trabajo forzado que habían impuesto a<br />
los tarahumaras, los yaquis también se sublevaron.<br />
Hacia el siglo XVín muchas tribus, como la de los conchos <strong>en</strong> Chihuahua,<br />
habían sido exterminadas. Otras, como los tarahumaras, se habían retirado a<br />
la espesura de <strong>las</strong> montañas de la Sierra Madre; Pero algunas hicieron finalm<strong>en</strong>te<br />
la paz con los españoles. Esto se debió <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a medida a los incesantes<br />
ataques de los indios nómadas conocidos como apaches y comanches<br />
contra los grupos indios más sed<strong>en</strong>tarios y los españoles por igual. Los ataques<br />
de los nómadas servían por una parte para impedir nuevos progresos<br />
de los españoles hacia el norte y, por la otra, inducían a los españoles a<br />
hacer ciertas concesiones a los grupos sed<strong>en</strong>tarios para que éstos hicieran<br />
fr<strong>en</strong>te común contra los nómadas. En 1778, Teodoro de Croix, el int<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te<br />
español que administraba la gran provincia fronteriza de Nueva Vizcaya,<br />
estableció una serie de colonias militares que se convertirían <strong>en</strong> baluartes<br />
contra los ataques apaches. Estos campam<strong>en</strong>tos se basaban <strong>en</strong> un tipo de<br />
igualdad racial desconocido hasta <strong>en</strong>tonces <strong>en</strong> la Nueva España. Según el<br />
decreto de De Croix, cualquiera que deseara establecerse <strong>en</strong> estas colonias,<br />
86<br />
1<br />
ya fuera indio o blanco, recibiría tierra y ayuda de la administración colonial. 36<br />
A cambio, debía permanecer por lo m<strong>en</strong>os diez años <strong>en</strong> el campam<strong>en</strong>to y estar<br />
dispuesto a pelear contra los apaches. Así, se abría el camino para que muchos<br />
indios obtuvieran los pl<strong>en</strong>os derechos de los españoles <strong>en</strong> la frontera norte y<br />
quedaran exonerados de los tradicionales trabajos forzados. El resultado de<br />
estas medidas fue la creación <strong>en</strong> la frontera norte de un nuevo campesinado<br />
libre, compuesto por blancos, mestizos e indios. Estos campesinos libres debían<br />
sus tierras a <strong>las</strong> autoridades españo<strong>las</strong> y colaboraban con el<strong>las</strong> <strong>en</strong> la lucha<br />
contra los apaches. Cuando <strong>en</strong> la década de 1780, debido a un cambio <strong>en</strong> la<br />
estrategia española, la administración colonial compró literalm<strong>en</strong>te a los apaches,<br />
otorgándoles grandes subsidios <strong>en</strong> alim<strong>en</strong>tos y ganado y pacificó así<br />
grandes sectores de la frontera, los vínculos <strong>en</strong>tre los campesinos libres del<br />
norte y la administración colonial se hicieron aún más fuertes. Por tanto, no<br />
resulta sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te que, con algunas excepciones, estos campesinos no participaran<br />
<strong>en</strong> <strong>las</strong> guerras de Indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia contra los españoles, a principios<br />
del siglo XIX. Por el contrario, muchos de ellos pelearon <strong>en</strong> el ejército español<br />
contra los revolucionarios. 39<br />
El tercer tipo de conflicto rural, propio de la periferia sur de México durante<br />
la época colonial, los alzami<strong>en</strong>tos mayoritariam<strong>en</strong>te indios de Chiapas y Yucatán,<br />
g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te impugnaban el sistema colonial <strong>en</strong> su conjunto, incluida su<br />
base religiosa, aunque su número fue mucho m<strong>en</strong>or que <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro o el norte<br />
de México. Los motines locales por objetivos más limitados no se producían<br />
tan frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la periferia sur de México como <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro.<br />
Una de la razones de su retic<strong>en</strong>cia a recurrir a la lucha armada era que los<br />
indios del sur t<strong>en</strong>ían una alternativa que los del México c<strong>en</strong>tral no t<strong>en</strong>ían.<br />
Podían retirarse a <strong>las</strong> remotas regiones selváticas, donde los españoles no<br />
ejercían ningún control. No había tales santuarios pot<strong>en</strong>ciales <strong>en</strong> el México<br />
c<strong>en</strong>tral. Las revueltas que sí estallaron <strong>en</strong> el sur producían mucho más temor<br />
<strong>en</strong>tre los españoles que los motines localizados del c<strong>en</strong>tro. Aquellos movimi<strong>en</strong>tos<br />
eran más amplios <strong>en</strong> su alcance que los del c<strong>en</strong>tro, y la conci<strong>en</strong>cia tribal y<br />
étnica desempeñaba un papel más c<strong>en</strong>tral. Una de <strong>las</strong> instancias más dramáticas<br />
de este tipo de revuelta fue la Rebelión Tzeltal de 1712, <strong>en</strong> Chiapas. La<br />
disid<strong>en</strong>cia religiosa había empezado a manifestarse <strong>en</strong>tre los indios tzeltales<br />
<strong>en</strong> 1708, cuando empezaron a v<strong>en</strong>erar a un ermitaño que <strong>las</strong> autoridades<br />
españo<strong>las</strong> consideraban dem<strong>en</strong>te. Ese año, el clero trasladó al ermitaño a un<br />
monasterio; pero volvió solo dos años después y su influ<strong>en</strong>cia creció aún más.<br />
Ci<strong>en</strong>tos de indios acudían a escuchar sus sermones. Esta vez, tanto la Iglesia<br />
como <strong>las</strong> autoridades civiles decidieron deportarlo definitivam<strong>en</strong>te. La deportación<br />
fue realm<strong>en</strong>te terminante, porque el ermitaño murió (nunca se han<br />
aclarado <strong>las</strong> razones) al partir de Chiapas. Su muerte no puso fin a la disid<strong>en</strong>cia<br />
religiosa; por el contrario, surgió un movimi<strong>en</strong>to mil<strong>en</strong>arista nuevo y mucho<br />
más fuerte. En 1712, una niña de trece años, María Candelaria, declaró que<br />
87