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los misioneros no tuvieron que realizar traslados de población tan radicales<br />

como <strong>en</strong> el norte, aunque <strong>en</strong> la época de la mayor mortandad de los indios,<br />

los habitantes que quedaban <strong>en</strong> los diezmados pueblos podían ser conc<strong>en</strong>trados<br />

<strong>en</strong> una sola comunidad. Los indios del norte eran nómadas y vivían <strong>en</strong> grupos<br />

pequeños. Los misioneros p<strong>en</strong>saban que sólo podrían controlarlos si los congregaban<br />

<strong>en</strong> grandes poblaciones. Tras la conversión, ésta era la primera<br />

exig<strong>en</strong>cia que plantearon los misioneros a sus pupilos: que vivieran <strong>en</strong> <strong>las</strong><br />

misiones bajo la supervisión de un sacerdote jesuíta o franciscano. A continuación,<br />

los misioneros procuraron modificar el modelo de subsist<strong>en</strong>cia de los<br />

indios. Allí donde los indios habían vivido de la caza y la recolección, se<br />

introdujo la agricultura. Incluso para aquel<strong>las</strong> tribus que ya habían practicado<br />

la agricultura, la vida cambió radicalm<strong>en</strong>te. Se promovieron nuevos instrum<strong>en</strong>tos<br />

como el arado, y nuevos cultivos. Los misioneros llevaron ganado y animales<br />

que los indios americanos precoloniales no conocían: vacas, caballos, cerdos,<br />

etcétera. Cada familia recibió una parcela de tierra sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te grande<br />

para alim<strong>en</strong>tarse y se les permitía trabajarla durante cierto número de días<br />

(tres días a la semana <strong>en</strong>tre los indios yaquis de Sonora). A difer<strong>en</strong>cia de los<br />

indios del México c<strong>en</strong>tral, los pupilos de <strong>las</strong> misiones no t<strong>en</strong>ían que trabajar<br />

para terrat<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes o autoridades españoles. Pero los misioneros sí les exigían<br />

que trabajaran <strong>las</strong> tierras comunales durante una cantidad específica de tiempo.<br />

Los r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>tos de estas tierras se usaban para muy difer<strong>en</strong>tes propósitos:<br />

para sost<strong>en</strong>er a los misioneros, para mant<strong>en</strong>er a la población india <strong>en</strong> tiempos<br />

de escasez y hambrunas, y para financiar <strong>las</strong> actividades de <strong>las</strong> órd<strong>en</strong>es religiosas<br />

<strong>en</strong> otras partes del país o incluso <strong>en</strong> otras partes del mundo.<br />

En el México c<strong>en</strong>tral, tanto los misioneros como la Corona española<br />

habían int<strong>en</strong>tado debilitar y desmantelar cualquier autoridad india por <strong>en</strong>cima<br />

del nivel del pueblo. En el norte, donde no habían existido tales autoridades,<br />

eran los misioneros qui<strong>en</strong>es a m<strong>en</strong>udo instauraron por primera vez<br />

autoridades indias para los pueblos, o incluso tribales. Estas autoridades se<br />

convirtieron <strong>en</strong> el medio a través del cual los misioneros procuraban gobernar<br />

a sus pupilos. 34<br />

En ocasiones, la estrategia de los misioneros obtuvo éxitos espectaculares,<br />

a veces fracasos abyectos. En g<strong>en</strong>eral, funcionó mejor que <strong>las</strong> anteriores<br />

estrategias españo<strong>las</strong> de colonización del norte. Varios factores se pued<strong>en</strong><br />

considerar fundam<strong>en</strong>tales para el éxito de los misioneros. El primero era el<br />

grado de movilidad y dispersión geográfica de los indios que los misioneros<br />

int<strong>en</strong>taban colonizar. Cuanto más nómadas y dispersos los indios, m<strong>en</strong>os éxito<br />

t<strong>en</strong>ían ios misioneros. Ni los jesuítas ni los franciscanos se acercaron siquiera<br />

a "misionizar" a los apaches o los comanches. La eficacia del control<br />

dep<strong>en</strong>día de que se lograra conc<strong>en</strong>trar a la tribu <strong>en</strong> un número limitado<br />

de lugares. El segundo factor era el grado de estratificación y c<strong>en</strong>tralización<br />

social d<strong>en</strong>tro de <strong>las</strong> comunidades o tribus. Cuanto más estratificada y c<strong>en</strong>tra-<br />

h<br />

lizada era la organización social de los indios, más probable era que los<br />

misioneros pudieran <strong>en</strong>contrar aliados que les ayudas<strong>en</strong> a ejercer un control<br />

social efectivo. Un tercer factor era el grado <strong>en</strong> que los misioneros lograban<br />

proteger a sus pupilos del dominio de <strong>las</strong> autoridades seculares españo<strong>las</strong> y<br />

del flujo de colonos españoles. Un cuarto factor era la incid<strong>en</strong>cia de <strong>en</strong>fermedades<br />

y epidemias. Al,congregar a los indios de caseríos muy distantes <strong>en</strong><br />

grandes poblaciones, los misioneros a m<strong>en</strong>udo contribuían a la difusión de <strong>las</strong><br />

<strong>en</strong>fermedades. 35 Finalm<strong>en</strong>te, estaban <strong>las</strong> consecu<strong>en</strong>cias económicas de la interv<strong>en</strong>ción<br />

de los misioneros.<br />

La actuación de los misioneros <strong>en</strong>tre los yaquis y los tarahumaras ilustra<br />

muy bi<strong>en</strong> la importancia de estos factores. Los yaquis vivían <strong>en</strong> el norte de<br />

México, <strong>en</strong> la zona que p<strong>en</strong>etraron los jesuítas a mediados del siglo xvii.<br />

Tras breves luchas, a principios de siglo, con <strong>las</strong> tropas españo<strong>las</strong>, los propios<br />

jefes yaquis llamaron a los misioneros y durante más de un siglo se<br />

sometieron completam<strong>en</strong>te a su control Aceptaron fácilm<strong>en</strong>te <strong>las</strong> indicaciones<br />

de los jesuítas para conc<strong>en</strong>trar su población, dispersa <strong>en</strong> varios ci<strong>en</strong>tos<br />

de <strong>las</strong> llamadas rancherías, <strong>en</strong> ocho poblaciones compactas. Aceptaron un<br />

nuevo y complejo sistema de organización tribal. Los jesuítas implem<strong>en</strong>taron<br />

nuevos métodos, de agricultura int<strong>en</strong>siva y los yaquis adoptaron animales domésticos.<br />

Se sublevaron sólo una vez durante la época colonial española, <strong>en</strong><br />

1740, y su revuelta fue de una duración e int<strong>en</strong>sidad limitadas. De hecho<br />

permitieron que los misioneros abandonaran vivos el territorio yaqui y que<br />

volvieran una vez acabada la revuelta.<br />

No puede decirse otro tanto de la actividad de los misioneros <strong>en</strong>tre<br />

los tarahumaras, que produjo algunos de los alzami<strong>en</strong>tos indios más sangri<strong>en</strong>tos<br />

de la historia colonial española: <strong>en</strong> 1646, 1650, 1684 y de nuevo<br />

<strong>en</strong> 1698. Muchos de los misioneros perecieron. Los campam<strong>en</strong>tos fueron<br />

desmantelados. Después del último de estos levantami<strong>en</strong>tos, los tarahumaras<br />

simplem<strong>en</strong>te se desvanecieron <strong>en</strong> <strong>las</strong> montañas prácticam<strong>en</strong>te inaccesibles<br />

de la Sierra Madre. Sólo una minoría mantuvo los vínculos con los<br />

misioneros.<br />

La primera difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>treJas dos tribus fue su modelo de poblami<strong>en</strong>to.<br />

Ambas habían vivido <strong>en</strong> rancherías muy dispersas, antes de la llegada de los<br />

misioneros; pero <strong>las</strong> rancherías yaquis eran relativam<strong>en</strong>te grandes y constaban<br />

de varias familias, a veces hasta de varios ci<strong>en</strong>tos de personas. Las de<br />

los tarahumaras rara vez trasc<strong>en</strong>dían los límites de una sola familia. La conc<strong>en</strong>tración<br />

que los jesuítas trataron de imponer fue por tanto mucho más<br />

extraña para los tarahumaras que para los yaquis. 36<br />

Ambas tribus t<strong>en</strong>ían una forma relativam<strong>en</strong>te igualitaria de organización<br />

social y ninguna había estado expuesta a ningún tipo de autoridad c<strong>en</strong>tral.<br />

Pero a difer<strong>en</strong>cia de los tarahumaras, los yaquis habían conocido por lo<br />

m<strong>en</strong>os los rudim<strong>en</strong>tos de una organización c<strong>en</strong>tralizada durante <strong>las</strong> épocas<br />

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