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su pot<strong>en</strong>cial de revuelta. En muchas haci<strong>en</strong>das del norte, <strong>en</strong> regiones como<br />

Zacatecas, que no estaban am<strong>en</strong>azadas por los indios nómadas, <strong>las</strong> condiciones<br />

laborales de los resid<strong>en</strong>tes parec<strong>en</strong> haber sido más favorables que <strong>en</strong><br />

el c<strong>en</strong>tro y el sur del pais. Esto puede haberse debido tanto a la escasez de<br />

mano de obra como a la necesidad de atraer trabajadores de otras regiones<br />

de México. Sin embargo, a fines del siglo xvm, un número creci<strong>en</strong>te de<br />

resid<strong>en</strong>tes de <strong>las</strong> haci<strong>en</strong>das del norte parec<strong>en</strong> haber desarrollado un nuevo<br />

tipo de conci<strong>en</strong>cia. Así lo atestiguan no tanto <strong>las</strong> <strong>rebeliones</strong> viol<strong>en</strong>tas como<br />

el número cada vez mayor de peticiones pres<strong>en</strong>tadas ante <strong>las</strong> autoridades<br />

coloniales. En esas peticiones, solicitaban su reconocimi<strong>en</strong>to como pueblos<br />

libres y pedían al gobierno español que les otorgara tierras propias, con<br />

frecu<strong>en</strong>cia pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a <strong>las</strong> fincas <strong>en</strong> que estaban trabajando. 28<br />

Otro grupo social que también merece más at<strong>en</strong>ción de la que ha recibido<br />

hasta ahora es el de los llamados marginales. Se trata de mestizos e<br />

indios que dejaban sus pueblos, sobre todo <strong>en</strong> el siglo xvm, cuando como<br />

resultado del aum<strong>en</strong>to de población muchos no podían recibir tierras de sus<br />

comunidades. Aunque algunos abandonaban definitivam<strong>en</strong>te el campo y se<br />

instalaban <strong>en</strong> <strong>las</strong> ciudades, otros vagaban hacia el norte. Algunos de ellos<br />

constituyeron un proletariado semiurbano .que se desarrolló principalm<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> la región del Bajío. Estos hombres trabajaban parte del tiempo <strong>en</strong> <strong>las</strong><br />

ciudades y parte del tiempo <strong>en</strong> <strong>las</strong> grandes fincas, como trabajadores temporales.<br />

Otros llegaron más al norte y recibieron tierras como colonos <strong>en</strong><br />

<strong>las</strong> colonias militares de la frontera escasam<strong>en</strong>te poblada de México.<br />

No-hay datos de que estos dos grupos marginales participaran <strong>en</strong> el tipo<br />

de pequeñas insurrecciones de pueblos que Taylor describe. Pero los mineros<br />

y los trabajadores temporales del Bajío llevaron a cabo amotinami<strong>en</strong>tos<br />

masivos, como el de 1767, que tuvo mucho <strong>en</strong> común con el alzami<strong>en</strong>to de<br />

1810. Estos trabajadores semiindustriales iban a constituir uno de los elem<strong>en</strong>tos<br />

c<strong>en</strong>trales de <strong>las</strong> revoluciones nacionales'que sacudieron México tanto<br />

<strong>en</strong> 1810 como <strong>en</strong> 1910. 30 Los marginales del Bajío se levantaron <strong>en</strong> 1810,<br />

pero los colonos militares del norte permanecieron pasivos o incluso leales<br />

a la Corona española. Un, siglo más tarde, los hombres de la. frontera norte<br />

conformarían el núcleo de la revuelta <strong>en</strong> el norte de México, 31 mi<strong>en</strong>tras los<br />

del Bajío permanecían <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral pasivos.<br />

Hasta aquí nos hemos ocupado de <strong>las</strong> <strong>rebeliones</strong> locales destinadas a<br />

corregir agravios particulares y, como tales, confinadas principalm<strong>en</strong>te a la<br />

región c<strong>en</strong>tral. El segundo tipo.de inquietud rural fue un movimi<strong>en</strong>to de<br />

resist<strong>en</strong>cia, que <strong>en</strong>contramos principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el norte y que surgió <strong>en</strong> el<br />

curso de los int<strong>en</strong>tos españoles por ampliar y consolidar su dominio. Los<br />

conflictos y <strong>las</strong> luchas que se produjeron <strong>en</strong> la frontera norte de México<br />

seguían un modelo difer<strong>en</strong>te, eran de una magnitud distinta y evolucionaron<br />

<strong>en</strong> una escala de tiempo <strong>en</strong>teram<strong>en</strong>te distinta'que los del México c<strong>en</strong>tral.<br />

82<br />

Al avanzar por el norte del país, los españoles solían <strong>en</strong>contrar una empecinada<br />

resist<strong>en</strong>cia. Las tribus del norte nunca habían sido conquistadas por<br />

los aztecas u otros forasteros, ni estaban acostumbradas a pagar tributo a<br />

una c<strong>las</strong>e dominante. Nunca habían conocido nada comparable a la nobleza<br />

de T<strong>en</strong>ochtitlan. Su exist<strong>en</strong>cia nómada les permitía soportar mejor <strong>las</strong> matanzas<br />

españo<strong>las</strong> y r<strong>en</strong>ovar su resist<strong>en</strong>cia incluso tras una apar<strong>en</strong>te derrota.<br />

Así ocurrió <strong>en</strong> <strong>las</strong> espectaculares guerras chichimecas, <strong>en</strong>tre 1550 y 1600,<br />

que constituyeron una grave am<strong>en</strong>aza al control colonial de la Nueva España.<br />

32 La causa española no se vio favorecida por la escasez de colonos<br />

españoles que quisieran dejar <strong>las</strong> zonas bi<strong>en</strong> pobladas y ricas del c<strong>en</strong>tro de<br />

México y ocupar los territorios recién conquistados, a la manera de los<br />

angloamericanos que colonizaron Norteamérica al norte del Río Bravo.<br />

Los esfuerzos iniciales de los españoles por v<strong>en</strong>cer la resist<strong>en</strong>cia de los<br />

indios del norte se distinguieron por una excepcional brutalidad. Las formas<br />

tradicionales de sometimi<strong>en</strong>to, como la <strong>en</strong>comi<strong>en</strong>da y el repartimi<strong>en</strong>to,<br />

fueron sustituidas por la esclavitud a gran escala, y por la deportación de<br />

muchos indios para su v<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> otras partes del país. Pero <strong>en</strong> el curso del<br />

siglo XVII, reconoci<strong>en</strong>do el fracaso de estas estrategias, los españoles adoptaron<br />

una táctica nueva. Ésta se basaba <strong>en</strong> el uso de misioneros españoles,<br />

que habían t<strong>en</strong>ido mucho éxito <strong>en</strong> la implantación del dominio español <strong>en</strong><br />

el c<strong>en</strong>tro de México. Habían sido <strong>en</strong>viados allí para preparar el terr<strong>en</strong>o<br />

para el dominio secular español y el control de los indios por los <strong>en</strong>com<strong>en</strong>deros.<br />

Los jesuítas y los franciscanos eran estudiosos, sacerdotes, maestros<br />

y administradores. Apr<strong>en</strong>dieron la l<strong>en</strong>gua de los indios, los convirtieron al<br />

cristianismo, les <strong>en</strong>señaron los métodos de cultivo y <strong>las</strong> artesanías europeas<br />

e introdujeron nuevos animales <strong>en</strong> los pueblos. Int<strong>en</strong>taron ganarse la lealtad<br />

y la confianza de <strong>las</strong> élites tradicionales de los pueblos, y designaron a<br />

miembros de éstas para ocupar cargos <strong>en</strong> <strong>las</strong> aldeas. Los indios no t<strong>en</strong>ían<br />

que pagar tributos, sino sólo mant<strong>en</strong>er a los misioneros. Tras un periodo<br />

inicial de por lo m<strong>en</strong>os diez años, una vez que los indios "misionizados" se<br />

consideraban pacificados y habían apr<strong>en</strong>dido los rudim<strong>en</strong>tos del cristianismo<br />

y la civilización española, los misioneros del c<strong>en</strong>tro de México, muy a su<br />

pesar, tuvieron que dejar paso a <strong>las</strong> autoridades civiles y el clero regular. 33<br />

En la frontera norte, la estrategia misionera hubo de cambiar y adaptarse<br />

a circunstancias completam<strong>en</strong>te nuevas. Estaba claro para los jesuítas, los<br />

franciscanos y finalm<strong>en</strong>te <strong>las</strong> autoridades españo<strong>las</strong>, que <strong>en</strong> el norte <strong>las</strong> misiones<br />

no podrían ser una etapa pasajera como habían sido <strong>en</strong> la región c<strong>en</strong>tral Los<br />

indios del norte nunca se someterían a <strong>las</strong> autoridades seculares españo<strong>las</strong>.<br />

Los cambios que los misioneros t<strong>en</strong>drían que introducir <strong>en</strong> el estilo de vida<br />

de los indios del norte serían mucho mayores que los que habían efectuado<br />

<strong>en</strong> el México c<strong>en</strong>tral para consolidar el control sobre sus pupilos. En el c<strong>en</strong>tro<br />

del país, donde los indios eran sed<strong>en</strong>tarios y residían <strong>en</strong> pueblos más grandes,<br />

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