Cc: Oficina Civil de la Sociedad - UNAIDS - icaso

como una forma de responder cuando no logran que, tanto las condiciones del mundo
externo, como las relaciones con los otros sean funcionales a sí mismos.
Considerando la movilización subjetiva que, generalmente, acompaña a la situación de
internación (aislamiento, dependencia, vulnerabilidad), en combinación con las
características funcionales y estructurales de la institución, podemos decir que recrean la
“escena familiar”.
Ahora bien; ¿Cuál es el modelo de familia que se está recreando?
El grado potencial de violencia esta dado por: el grado de verticalidad de la estructura
familiar, la rigidez de las jerarquías; las creencias en torno a la obediencia y el respeto, la
disciplina y el valor del castigo, así como el grado de autonomía de sus miembros.
La institución psiquiátrica recrea punto a punto estas condiciones, por ejemplo cuando se
hace hincapié en la asimetría entre el profesional y el paciente, olvidando su condición de
persona. Cuando se pierde la dimensión subjetiva y se rotula al paciente; x deja de ser x,
pasando a ser el “paciente violento”, haciendo una generalización de la persona de x,
perdiendo de vista los aspectos sanos de este sujeto. ¿Serán suficientes las posibilidades
que se le otorgan para que responda de otra forma? ¿Está mal que el paciente piense
diferente?
Entonces, “El medio hospitalario se asemeja a las estructuras de una vida familiar
coercitiva y favorece el desarrollo de una nueva enfermedad, especifica de la
institución misma.”
Si pensamos a la respuesta violenta como una respuesta habitual, conocida en tanto
aparece en la historia de ese sujeto, la capacidad empática queda alterada. Para que la
respuesta sea adaptativa, tendrá que aprehender nuevos vínculos, que le permitan
discriminar cuando se trata de ataques y cuando no lo son, ya que se continúa significando
en función de la experiencias traumáticas anteriores y perpetuando la repetición.
¿Será posible pensar en otra vía de acceso a ese sujeto? En muchos casos, el rótulo
de “violento o peligroso” genera miedo en los profesionales que los atienden, (a veces con
sobrados motivos de justificación). Este miedo provoca distintas reacciones. Algunas veces
produciéndose ataques y contraataques. Si la respuesta es especular, la escalada va en
aumento. Estos sujetos generalmente tratan de provocar el rechazo en el otro, de esta
manera confirman su verdad, una verdad que les es revelada continuamente, ellos no tienen
ni tendrán un lugar en el Otro, no existe otro que los pueda alojar.
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