Cc: Oficina Civil de la Sociedad - UNAIDS - icaso

que es el suyo, al tiempo que bebe agua del borde de una jarra de plástico en pésimas
condiciones de higiene que comparten todos.
Ojo!! Si el paciente tienen Tuberculosis….
Las condiciones incalificables de los sanitarios no será detallada, si mencionada, y librada a
la imaginación de quien quiera hacerlo.
Esta breve ilustración es con el mero fin de imaginar sólo un instante lo cotidiano en el
servicio.
Es lícito pensar en una retroalimentación circular a partir de la cual se naturaliza la conducta
violenta.
La observación clínica de estos pacientes muestra que han padecido reiterados episodios de
violencia a lo largo de su historia vital. Muchos de los sujetos con los que trabajamos, han
sufrido violencia familiar, naturalizándose conductas de este tipo. A su vez se han
internalizado roles disfuncionales y valorizaciones distorsionadas de sí mismos, de los otros y
del entorno. Quien debía sostener un rol de protección fue precisamente quien se convirtió en
su victimario.
Si no hubo allí otro que lo reconociera como valioso, ¿Podrá reconocerse a sí mismo como
objeto de amor, respetarse, cuidarse, valorarse? Si no puede hacerlo con el yo propio, podrá
hacerlo con el otro? En lugar de una figura de apego seguro, hay personajes siniestros que
quisieran borrarlo de esta existencia, a la que el yo se aferra a permanecer.
La mayoría de los pacientes son marginales y marginados de la sociedad, algunos de ellos
trabajan desde la exclusión, por y para ella, otros intentan fallidamente encontrar una
“inserción”, una respuesta diferente al cortejo repetitivo en el que ha transcurrido su historia
(instituciones de minoridad, situación de calle, hogares sustitutos, comunidades, hospitales y
penales). Siendo para muchos un itinerario sin escalas. Por eso, inserción y no re inserción
porque en la mayoría de los casos, nunca estuvieron insertos en una trama vincular que los
remita a la experiencia de pertenencia y reconocimiento. En estos casos ¿Cómo pensar un
lugar de pertenencia que le de consistencia a su ser?
Entonces,¿Será libre de asumir una elección de respuesta diferente?
En la formación de la conducta, actúan estímulos sociales e interpersonales.
Algunos pacientes ingresan al hospital como “sujetos violentos”, por determinados hechos
acontecidos; con el transcurso del tiempo y a medida que se logra la compensación del
cuadro agudo, remiten estas características que lo rotularon. Estas conductas han aparecido,
muchas de las veces, como reactivas a episodios psicóticos endógenos o exógenos, a
cuadros de intoxicación por abuso de sustancias, personas con alto grado de deterioro
mental y diferentes cuadros orgánicos de distinta índole. En otros casos, la conducta violenta
responde a la naturalización de una modalidad vincular con esas particularidades; y en otros,
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