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[ II ]<br />
Los primeros 80:<br />
<strong>Un</strong> <strong>paso</strong><br />
<strong>adelante</strong><br />
✜✜ De 1979 a 1980, los primeros discos de bandas<br />
esenciales como The Specials, The Selecter, Madness<br />
y The Beat instalaron en Inglaterra el gran revival<br />
del ska, luego globalizado. Entre el postpunk y la<br />
new wave, la tardía versión británica de esta música<br />
jamaiquina de los años sesenta logró tomar los rankings<br />
y las radios impulsada por un puñado de grupos<br />
interraciales, enérgicos y con un característico look de<br />
trajes mod y detalles cuadriculados.<br />
Pero el furor del movimiento 2-Tone (así<br />
llamado por el sello independiente que lo inició)<br />
no repercutió inmediatamente en la Argentina<br />
del Proceso. Estallaría (transformado) sólo en la<br />
segunda mitad de la década del ochenta, durante la<br />
primavera democrática, y duraría casi exactamente<br />
hasta el comienzo del crudo invierno de una<br />
nueva crisis (por raro que resulte semejante<br />
ordenamiento estacional).<br />
Sin embargo, nada impidió que algunos LP de ska<br />
inglés, recién editados, se las arreglaran para arribar<br />
a estas costas, casi como mensajes en botellas de<br />
ron a la deriva. Parientes viajeros, grabaciones de<br />
grabaciones de grabaciones, o simples casualidades<br />
hicieron posible que la relectura británica de<br />
esta música jamaiquina aterrizara forzosa aunque<br />
aisladamente también en Buenos Aires.<br />
En la primera mitad de la década, con la transición<br />
democrática postmalvinas, no se puede decir que haya<br />
existido una escena ska porteña, pero sí que deambuló<br />
por ahí una desmembrada fauna de personajes new<br />
wavers con diversos grados de simpatía por el ska, que<br />
incluyó más significativamente, entre otros, a la mayoría<br />
de los futuros integrantes de Los Fabulosos Cadillacs.<br />
También a Luca Prodan, que había conocido las fuentes<br />
de primera mano, en Inglaterra; y al creador del mítico<br />
programa de radio “El tren fantasma”, Daniel Morano.<br />
En la Argentina, el golpe del ska se sentiría fuerte,<br />
con la intensidad de la moda, recién en la segunda<br />
mitad de los ochenta, cuando aquellos iniciales grupos<br />
ingleses ya eran historia, estaban separados o probaban<br />
suerte con otros estilos.<br />
25
Capulco Gold y Calipso de Luxe (futuros Alphonso S’Entrega)<br />
son las primeras bandas que tocan rock con fuerte influencia<br />
jamaiquina en la Argentina.<br />
✜✜ En 1976 iba a cuanto recital podía con un amigo de la<br />
secundaria que cursaba la carrera de marino mercante.<br />
Pero algo pasó en 1977, o un poco después: mi amigo se<br />
recibió, se fue de viaje y volvió cambiado. Me acuerdo<br />
que me dijo: “Beto, fui a Londres por una semana y me<br />
quedé un mes. ¡No sabés los amigos que hice y los discos<br />
que traje!” The Jam, Peter Tosh, Joy Division y mucho<br />
reggae y ska. Ahí, a mí, que venía de escuchar Crucis,<br />
la cabeza me hizo ¡crac! Y empecé a escuchar toda<br />
esa música y a copiar la estética: el jean roto, la corbata<br />
finita, el pelo corto y parado, el saquito. Lo loco es que<br />
los milicos nos paraban y no entendían nada porque nos<br />
veían bien vestidos... pero estábamos relocos. Eso me<br />
salvó muchas veces.<br />
beto m o r a l e s g u i ta r r i s ta d e c a p u l c o g o l d<br />
✜✜ Alphonso S’Entrega empezó en 1979, aunque con otro<br />
nombre: Calipso de Luxe. Debutamos en Vicente López,<br />
con un sonido muy malo. No se escuchaba nada. De repente<br />
lo vi a Marcelo, el saxofonista, parado en una esquina, sin<br />
soplar, y pensé “¿Qué hace este tipo? ¡Está loco!” Resulta<br />
que yo tocaba un tema y el resto del grupo, otro. Marcelo<br />
era el único que tenía monitor así que se bajó diciendo<br />
“yo no quiero ser parte de esto...” Tuvimos nuestra sala de<br />
ensayo en el Café Einstein, un lugar con una mística muy<br />
especial, sobre todo en 1983, con el regreso de la democracia,<br />
que fue un descontrol, una euforia total. Nosotros<br />
tocábamos ahí, cada viernes y algún sábado, los mismos<br />
temas que quedarían mucho después en el primer disco,<br />
de 1986. Pero al principio el proyecto no era grabar ni nada<br />
de eso; simplemente nos gustaba tocar en vivo. Si hasta<br />
nos llamaban de la televisión y no íbamos...<br />
d a n i e l m o r a n o v o z y g u i ta r r a d e a l p h o n s o s’entrega<br />
✜✜ Aunque no tenía la estética ska, una banda que marcó<br />
mucho a los que seguían esta música fue Alphonso<br />
S’Entrega. <strong>Un</strong> caso raro, porque eran músicos que descubrieron<br />
el ska de grandes. Rinaldo Rafanelli, por ejemplo,<br />
tenía una larga carrera en el rock nacional. Pero una<br />
vez nos contó que desde que escuchó ska por primera<br />
vez quiso formar una banda así.<br />
c h e c h a c a n ta n t e d e o x i d a d o s<br />
Nunca había tenido relación con el reggae, pero siempre<br />
✜✜<br />
fui muy curioso, así que quise aprender. Había empezado<br />
tocando rock and roll y blues con Héctor Starc y David Lebón;<br />
después, con Color Humano, que no tenía nada que<br />
ver, pero me encantó el desafío. De ahí, Sui Generis: folk,<br />
algo que supuestamente nunca iba a tocar. Y lo hice. Hasta<br />
que volví a las fuentes: Polifemo. Los siguientes cinco años<br />
estudié música, armonía, composición. Le saqué los trastes<br />
al bajo y me fui al jazz rock... Pero entonces pasó algo: vi<br />
a The Police en la discoteca New York City.<br />
Venía escuchando Weather Report, Hancock, Corea,<br />
Return To Forever. Y, de repente, me llevaron a ver a The<br />
Police. Para mí la new wave era una porquería; con la cantidad<br />
de acordes que había estudiado, no quería saber nada<br />
con cosas tan simples. Sin embargo, por suerte en la música<br />
siempre hay algo escondido donde menos lo esperás, y<br />
que no tiene necesariamente que ver con la técnica. Y The<br />
26
Police me rompió la cabeza. Pensaba “¿Qué es esto? Ese<br />
ritmo...” Y me empecé a copar y formé Demo, una banda<br />
con Ricardo Mollo y dos músicos de La Torre, y sacamos un<br />
disco en 1980, que hace poco se reeditó. Si lo escuchás, está<br />
plagado de reggae tipo “Reggata de blanc”, reggae blanco.<br />
Yo recién empezaba a darles bola a Marley y Tosh, así que<br />
el bajo todavía lo laburaba desde el rock. Sin embargo ahí<br />
hay un tema, el único que canto, que se llama “Cuidado<br />
con la fría voz”, que después inspiró mucho a Ricky (Mollo)<br />
cuando hizo “¿Qué vez?” con Divididos. Empieza igual.<br />
Y eso que Ricardo, cuando le pasé ese material, tampoco<br />
quería saber nada; era un rockero de barrio.<br />
r i n a l d o r a fa n e l l i b a j i s ta d e a l p h o n s o s’entrega<br />
✜✜ La primera vez que toqué en público música jamaiquina<br />
fue en 1980. Te podés imaginar cómo me echaron... Yo<br />
trabajaba de cadete en una empresa metalúrgica de la zona<br />
sur, así que con unos chicos de otra fábrica armamos un trío<br />
para tocar algo tipo The Jam, The Police, bien new wave.<br />
Sin siquiera tener nombre, me enteré de un concurso de<br />
bandas que organizaba un amigo y nos anotamos. Cuando<br />
llegamos el público era rehippie y los músicos, “grandes”<br />
instrumentistas de jazz rock y fusión. Subimos y con el primer<br />
tema todos se quedaron callados. Con el segundo, se<br />
nos reían tirados en el piso. Y se complicó aún más cuando<br />
llegamos a una canción que se llamaba “Yo no quiero ser<br />
soldado” y el cantante explicó: “¡Porque este país un día va<br />
a entrar en guerra con una potencia!”. Ahí nos empezaron<br />
a tirar de todo. El organizador subió, desenchufó las cosas<br />
y nos bajó del escenario. Ese día me traumó tanto que no<br />
pude volver a tocar en vivo por cuatro años.<br />
beto m o r a l e s<br />
Stud, Látex, el Einstein, La Esquina del Sol, son algunos de los lugares donde<br />
tocan las bandas de la new wave local, entre ellas, Alphonso S’Entrega. El<br />
guitarrista y cantante de este grupo, Daniel Morano, es responsable de “El<br />
tren fantasma”, influyente programa de radio, recordado como gran difusor de<br />
música “diferente”, incluyendo parte del catálogo del sello 2-Tone.<br />
✜✜ Estábamos todos bastante locos en esa época. Teníamos<br />
un bajista, por ejemplo, con la característica de que se accidentaba<br />
cada cinco días, más o menos. Y una vez se dio<br />
un golpe grave con su moto y le pusieron un yeso por seis<br />
meses. Lo esperamos, pero cuando estuvo mejor arreglamos<br />
la fecha del regreso en Stud (un lugar donde tocábamos<br />
mucho) y el tipo nos dijo: “No, no quiero tocar más<br />
porque la verdad es que me voy a matar si sigo así”. Y se fue<br />
a vivir a Londres. Yo tenía muchos amigos músicos, pero el<br />
único que podía aprender veinte temas en cinco días era<br />
Rino Rafanelli, que finalmente nos salvó esa noche y después<br />
se quedó en la banda. El era músico en serio, nosotros<br />
teníamos otro perfil: cero estudio, cero técnica.<br />
d a n i e l m o r a n o<br />
Yo tenía un amigo, Daniel Morano, que hacía el<br />
✜✜<br />
programa de radio “El tren fantasma” y decía tener una<br />
banda de reggae a principios de los ochenta. Por lo de<br />
la radio, cada tanto viajaba a los Estados <strong>Un</strong>idos y se había<br />
armado una gran discoteca. Y en uno de esos viajes<br />
volvió como con cien discos de reggae y new wave...<br />
Con mi banda Demo ya disuelta, un día lo encontré<br />
a Daniel en un boliche que se llamaba Stud y me dijo:<br />
“Me tenés que salvar. El boludo del bajista se peleó<br />
27
conmigo y se fue a Londres. ¿Querés tocar con nosotros?”<br />
Si esto era un martes, el show sería el viernes y<br />
yo debía aprender quince temas. Por suerte venía entrenado<br />
y no tenía problemas de memoria (musical, de<br />
la otra sí). Pero además de pasarme sus canciones, me<br />
dio música para escuchar cómo era que se tocaba este<br />
estilo, y éso fue lo que me atrapó: repensar la manera<br />
de tocar el bajo, que en el reggae es fundamental y<br />
se aborda de un modo que no tiene nada que ver con<br />
otras músicas; esos silencios y esos saltitos... Hicimos<br />
el show y sonó bárbaro. Me acordé de casi todo y lo<br />
que no recordaba, lo espiaba en la guitarra. Así que Daniel<br />
me propuso quedarme y acepté. Lo que no sabía<br />
era que los únicos que estábamos haciendo esa música<br />
éramos nosotros y Luca Prodan, que la había traído de<br />
afuera. No existían Cadillacs ni Pericos.<br />
r i n a l d o r a fa n e l l i<br />
✜✜ La primera vez que ví a un rudeboy, o un tipo con aspecto<br />
de rudeboy, porque donde estaba no podía serlo realmente,<br />
fue en Europa, a principios de los ochenta. Tendría<br />
16 años y vivía más o menos desde los 10 en Frankfurt,<br />
donde mi viejo era cónsul general. Con el colegio, nos llevaron<br />
a esquiar a un pueblito en Suiza. Y una noche, con<br />
mis compañeros, fuimos a un bar donde de pronto empezaron<br />
a pasar una tanda de música que no conocía. Pero<br />
cuando un tipo empilchado con sombrero, traje, pantalón<br />
un poco corto, medias blancas, salió a bailar como loco,<br />
quedé alucinado. Le pregunté al DJ por esa música y me<br />
dijo que era ska.<br />
i g n a c i o pa r d o a r g e r i c h a l i a s n a c o g o l d f i n g e r, s a x o f o n i s ta d e<br />
l o s fa b u l o s o s c a d i l l a c s<br />
✜✜ Debía ser 1981. Vivía en Banfield, estaba en séptimo<br />
grado y era fiel oyente de “Sonrisas”, el programa de radio<br />
que Graciela Mancuso conducía en El Mundo. Estaba<br />
de 22 a 3 de la mañana y, tipo a la medianoche, Pettinato<br />
tenía una sección que se llamaba “La hora fantasma”.<br />
Gracias a Pettinato conocí bandas de las que fui enfermo<br />
muchos años, como Devo y B52’s. También conocí mucha<br />
música por “El tren fantasma”, otra rareza de la radio. Y<br />
por la trasnoche del comienzo de la Rock & Pop, cuando<br />
todavía no tenían programación y pasaban Specials y mucha<br />
new wave. Por el lado de la televisión, apenas empezó<br />
ATC había un programa de videoclips, “Música prohibida<br />
para mayores”, los jueves a las 21, donde siempre ponían<br />
un video de The Police y casi siempre alguno de Madness.<br />
De hecho yo empecé a escuchar reggae con The Police y<br />
ska con Madness. Algunos años después tuve la suerte de<br />
que un amigo comprara bastantes discos en el Parque Rivadavia,<br />
que me grababa en cassettes. Ahí me llegó todo<br />
junto: Burning Spear, Black Uhuru...<br />
vitto genovesse g u i ta r r i s ta d e s k a b ú simbel<br />
Alphonso S’Entrega se armó entre un grupo de ami-<br />
✜✜<br />
gos desde muy chicos, con Aníbal García y Adrián Lacana,<br />
que tocábamos así como podríamos habernos juntado<br />
a jugar al fútbol o al póquer... Después se incorporó Sergio<br />
Nassif, que tenía una banda de la que me gustó mucho<br />
el tema “Barrio chino”, y lo invité a tocar con nosotros. Al<br />
final entró también Marcelo Pelater, el saxofonista, que<br />
fue como un icono para nosotros. En ese momento, el<br />
rock miraba para otro lado así que nos sentimos muy respaldados<br />
por poder hacer al menos todo el circuito under<br />
de entonces, en lugares como Stud, Látex, La Esquina del<br />
28
Sol (donde nunca nos pagaron). Stud estaba a la salida del<br />
túnel de Libertador, a la derecha. Era un lugar bastante<br />
grande, como para 500 personas, donde hacíamos las fechas<br />
más copadas porque iba más gente del medio nuestro,<br />
muchos músicos y amigos. El dueño era un tipo grande,<br />
pelado, que tenía un local de motos al lado. Ya había gente<br />
que entendía lo que hacíamos y por ahí se acercaba alguno<br />
que decía “¡Al fin algo de ska!” Estaban también Los<br />
Brocoli, que hacían pintadas de ska en la calle. Todo antes<br />
de Sumo y los Cadillcs.<br />
d a n i e l m o r a n o<br />
✜✜ Yo era seguidor del “Tren fantasma”, que primero estaba<br />
en la AM de Rivadavia y después pasó a la FM. En este<br />
programa pasaban música que no se escuchaba en ninguna<br />
otra radio. Y cierta vez promocionaron a una banda que<br />
me llamó la atención por el nombre: Alphonso S’Entrega.<br />
En esa época, con mi hermano consumíamos Baglietto,<br />
Silvio Rodríguez, Víctor Heredia, ese tipo de cosas. Pero,<br />
por alguna razón, decidimos probar con esta banda, de la<br />
que también vimos un aviso en el Sí que decía algo como<br />
Alphonso S’Entrega, Stud Neo Bar, sábado 0 hs / El infierno<br />
es Disneylandia al lado del Stud. El lugar era un antro<br />
del under de entonces. Y naturalmente el show empezó<br />
muy tarde y nosostros no teníamos ni idea de la onda, de<br />
la música ni del tipo de gente que iría. Cuando empezaron<br />
a sonar las canciones, fue imposible no sorprendernos:<br />
era una música nueva, pegadiza, liviana y pesada al mismo<br />
tiempo; una mezcla de reggae, ska y rock. Todo el mundo<br />
se divertía tanto arriba como abajo del escenario. En el bajo<br />
estaba Rinaldo Rafanelli, una leyenda. Y recuerdo especialmente<br />
al saxofonista, Marcelo Pelater, que a mi modesto<br />
entender era un capo total. Esa noche nos hicimos fans de<br />
la banda y comenzamos a seguirla cada vez que podíamos<br />
al Stud, a Prix D’Ami, Latex, La Capilla... Todavía tengo<br />
algunos audios que tomé con un grabadorcito Crown en<br />
esos recitales. Aún hoy los escucho y me gustan...<br />
fa b i á n pa z<br />
<strong>Un</strong>a banda del Sur bonaerense transita una corta carrera mientras cierto<br />
fabuloso grupo de adolescentes conoce la new wave en todas su variantes y se<br />
va juntando, de a poco.<br />
Capulco Gold existió durante 1984 y parte de 1985.<br />
✜✜<br />
Entonces todavía nadie hablaba de reggae y nosotros queríamos<br />
tocar eso, pero no teníamos músicos. Eramos de<br />
Adrogué y Banfield: mi hermano, Flavio Etcheto, Leonardo<br />
Ramella y yo. Tocamos muchas veces en vivo, pero siempre<br />
por nuestra zona o por Quilmes. ¿Influencias? Bob Marley,<br />
Peter Tosh, Black Uhuru, The Seleter, Bad Manners, The<br />
Specials... Tocamos algunas veces con los Cadillacs. Es más:<br />
¡tocábamos mejor que ellos! Y una vez fuimos juntos a Villa<br />
Gesell. Pero en Capital tocamos una sola vez, en la Manzana<br />
de las Luces, con Antihéroes y Tumbas NN... Creo que<br />
todos en el público eran músicos que ahora están jugando<br />
en primera. Esa noche no quemamos uno sino dos sonidos,<br />
así que terminamos tocando “al aire”. El Polaco, bajista de<br />
Antihéroes, lo grabó con un walkman. Esa cinta anda por<br />
ahí... La verdad es que nadie creía mucho en nosotros.<br />
Siempre me fue mal con el reggae. Después de tocar en<br />
un lugar, ya no podíamos volver. Decían “No, esa música<br />
de calesita no...” Después, toqué con Boombo Klat, y la<br />
29
cosa fue mejor, pero ya era un reggae como para turistas,<br />
con un cantante de Aruba, de 38 años, que sabía mucho<br />
del género, pero que ya estaba medio quemado<br />
beto m o r a l e s<br />
✜✜ Nací en 1964; crecí en los 70 y los 80 me agarraron<br />
con el pelo largo y mucho rock setentoso consumido.<br />
Y de repente se vino toda la new wave y pensé “¡Guau,<br />
qué bueno! ¡Se cortaron el pelo! ¡Se pusieron una corbata<br />
finita y una camisa roja!” y agradecí que la canción<br />
volviera a mutar para un lado más despojado. Tal vez fue<br />
el punk rock... Me acuerdo de un amigo DJ, de Mar del<br />
Plata, que me mostró un disco y me dejó perplejo: “Never<br />
Mind the Bollocks”, de los Sex Pistols. Eso sí que<br />
me creó la necesidad de buscar más. Claro que todos<br />
escuchábamos lo más popular de esa época, lo que nos<br />
llegó más rápido: el reggae blanco y pop de The Police.<br />
Entonces uno de ellos salía en un video con una remera<br />
de The Beat y te preguntabas qué era eso y así pasabas<br />
de una cosa a la otra. Y enseguida, por 1983, cayó en mis<br />
manos el primer disco de The Selecter. No me acuerdo<br />
si lo compré en una galería de la calle Corrientes, cerca<br />
del Obelisco, pero creo que después de mirar un vinilo<br />
de Nick Lowe apareció esta tapa con el tipo trajeado,<br />
sufriendo... Yo estaba terminando el secundario, los<br />
Cadillacs no existían ni remotamente y tenía procesado<br />
cierto sonido de reggae por Marley y Police, pero cuando<br />
escuché Selecter dije “¡Esto quiero yo!”. Es gracioso<br />
cómo uno entiende un nuevo sonido: en ese momento,<br />
por ejemplo, mi interpretación naive fue que el ska era<br />
reggae en 45 revoluciones...<br />
flavio c i a n c i a r u l o b a j o d e l o s fa b u l o s o s c a d i l l a c s<br />
✜✜ Parábamos en un bar que se llamaba Luar, en Lomas.<br />
<strong>Un</strong> día vimos ahí un cartel de alguien que vendía piano,<br />
saxo y otros instrumentos, así que le preguntamos<br />
al dueño quién lo había puesto y nos presentó a Flavio<br />
Etcheto, que era el lavacopas. Debía tener 16 o 17 años<br />
y era padre de mellizos, por lo que necesitaba la plata.<br />
Eventualmente terminó tocando con nosotros, en Capulco<br />
Gold, el saxo, el clarinete, la trompeta... La batería<br />
la tocaba Ramella, que ahora es conocido como Emisor.<br />
Ellos después de Capulco armaron La Forma, mi hermano<br />
pasó a Los Corrosivos y yo, a Antihéroes. Ahí se<br />
acabó el ska y el reggae: nos pusimos dark...<br />
beto m o r a l e s<br />
En 1983, estaba en tercer año del secundario en el<br />
✜✜<br />
colegio San Fernando y, la verdad, no me llevaba muy<br />
bien con mis compañeros. Pero llegó un pibe nuevo con<br />
el que formamos un tándem inseparable. Se llamaba<br />
Luciano Giugno y nos hicimos amigos especialmente<br />
por la música: Ramones, B52, Bowie... ¡Le encantaba<br />
Riff! El siempre me hablaba mucho de otro amigo,<br />
Flavio. Me decía que era un genio, que era regrosso,<br />
y que pensaban armar una banda. De hecho en aquel<br />
momento el padre le dio a elegir entre una batería y un<br />
equipo de audio, y prefirió la batería, supuestamente<br />
para la banda, aunque al final no la tocó porque terminó<br />
como percusionista. Hasta que un día conocí al<br />
famoso Flavio, que entonces tenía el pelo largo: fuimos<br />
todos juntos a ver a Los Twist, Virus y RH en El Marabú,<br />
de Maipú y Corrientes. Luciano habrá estado en<br />
el colegio hasta dos meses después de empezar cuarto<br />
año, en 1984. Después lo echaron a la mierda, pe-<br />
30
o nos seguimos viendo. Cuando le planteé que era un<br />
boludo porque se había hecho expulsar, me contestó:<br />
“¿Sabés qué pasa? Yo tengo que ir llevando alegría por<br />
los colegios, Fede...” Luciano era un delirante, hacía<br />
unos quilombos tremendos, pero por otro lado era una<br />
persona súper positiva, con mucha energía, que te podía<br />
vender cualquier cosa. Como dijo alguna vez Alejandro<br />
Taranto, manager de los Cadillacs, vos podías dejar a<br />
Luciano en bolas y sin plata en Alaska y cuando volvías<br />
a tu casa lo encontrabas en la pileta con dos minas y<br />
un trago. Por eso, después, su salida de la banda debió<br />
haber sido algo grosso para ellos, por más que musicalmente<br />
no tuviera tanta importancia.<br />
f e d e r i c o sasso sosa<br />
✜✜ Después de vivir y hacer parte del secundario en<br />
Alemania volví a la Argentina y, como me faltaban<br />
un par de materias, porque siempre fui un desastre<br />
con el estudio, entré en el colegio San Isidro Labrador.<br />
¡Justo el mismo día que echaban a un tal Luciano<br />
Giugno! Apenas un recreo nos alcanzó para hablar de<br />
música y hacernos amigos.<br />
Me comentó que tenía un grupo. Como siempre,<br />
Luciano exageró y me dijo que hacían rockabilly. Después<br />
supe que, por otro lado, a los demás de la banda, Gaby,<br />
Aníbal y Flavio, también les había vendido que yo era<br />
rockabilly. Nada que ver: en realidad escuchaba mucho<br />
unos discos de Ian Dury y Dexy’s Midnight Runners que<br />
había traído de Europa. En realidad, Luciano había dicho<br />
que la banda era rockabilly porque le gustaba el aspecto,<br />
más que nada, y quería que todos sus amigos fueran<br />
rockers. Pero la verdad es que Flavio, Gaby y los demás<br />
ni en pedo eran rockabilly. En todo caso, al comienzo,<br />
hacían algo de rock con onda años cincuenta y también<br />
algo de a go-go. La cuestión es que nos juntó para salir<br />
una noche. Fuimos a un boliche que se llamaba Metro, en<br />
el centro, y ahí empezamos a intercambiar música.<br />
Enseguida, mi hermana me trajo de Londres “One Step<br />
Beyond”, de Madness. Y adentro del sobre encontré un formulario<br />
de inscripción para el club de fans de la banda. Lo<br />
completé y lo mandé pensando que no me iban a contestar<br />
nunca, pero a las pocas semanas me llegó un paquete con<br />
tres discos de Madness y varios prendedores.<br />
Ya estaba totalmente enganchado. El próximo <strong>paso</strong> fue<br />
encargarle a mi viejo, en un viaje, unos zapatos que se veían<br />
en la tapa de “One Step Beyond”: los Creepers orginales.<br />
Así empezamos a meternos con este grupo de amigos<br />
en el 2-Tone: Madness, Specials, English Beat. Y, a pedido<br />
nuestro, disquerías como El Agujerito comenzaron a<br />
atraer algunos de esos discos.<br />
n a c o g o l d f i n g e r<br />
Durante la secundaria, 1983, 1984, yo ya era DJ. Me<br />
✜✜<br />
acuerdo que pasé música en el cumpleaños de 15 de la<br />
hija de la profesora de inglés y ahí conocí al primo de la<br />
cumpleañera, un pibe al que le decían El Chino. El tipo<br />
me preguntó si podía poner unos discos que había traído<br />
de un viaje a Inglaterra con lo padres: Specials, Sex<br />
Pistols, Wire... Yo venía escuchando funk y soul, pero<br />
esos discos me rompieron la cabeza y El Chino, a partir<br />
de ahí, fue mi mejor amigo. Tenía, por ejemplo, el<br />
segundo de Specials, que yo no había escuchado nunca<br />
y que, al principio, relacioné con... ¡la cumbia! No me<br />
gustó mucho y le dije “¿cómo te vas a Inglaterra y com-<br />
31
prás ésto?”. Pero igual me lo grabé y a la semana ya no<br />
podía parar de escucharlo. Conocí muy buena música con<br />
el Chino, que tiempo después se convirtió en el típico<br />
caso de chico de familia bien que termina renegando de<br />
todo y fue algo así como el junkie del barrio.<br />
esteban a n c a a l i a s s i m o n d j<br />
✜✜ En el Einstein, la gente rompía todo y se agarraba<br />
a trompadas bastante seguido. Omar Chabán siempre<br />
metía números entre un set y otro y éso nos molestaba<br />
bastante. Hasta que una vez, con Alphonso, tuvimos<br />
un problema con la mujer de Miguel Abuelo,<br />
que era amigo nuestro. Apareció con un baúl cantando<br />
una canción que decía algo así como “A bailar esta<br />
ranchera con la poronga afuera” mientras escupía<br />
cebollas, se subía al escenario y jodía a la gente. ¡<strong>Un</strong><br />
bajón total! Justo estaba junto al escenario el hermano<br />
de nuestro saxofonista, un tipo bastante tranquilo,<br />
pero que no se comía ninguna. Ella lo empezó a joder<br />
y él la agarró, la metió en el cajón y lo ató. ¡Tuvieron<br />
que llevársela adentro del baúl!<br />
d a n i e l m o r a n o<br />
lleno en la forma clásica del ska, tipo Madness. En cambio,<br />
nosotros hacemos un ska más personal. Está bien, somos<br />
todos diferentes, por suerte.<br />
d a n i e l m o r a n o, r e s p o n d i e n d o a u n a entrevista d e m a r c e l o<br />
f e r n á n d e z b i ta r, en u n n ú m e r o d e la revista c a n ta r o c k d e 1987<br />
✜✜ El grupo que se había formado en el 80 bajo el nombre<br />
de Calypso de Luxe, quiso “permanecer alejado de<br />
la maquinaria” todo el tiempo que fuera posible, intentando<br />
de ese modo evitar que los tilden de “vendidos”.<br />
Ser under en este momento ya no es el lento calvario<br />
de otros tiempos. Hoy las compañías discográficas consideran<br />
a los grupos subte en una de las vidrieras de<br />
más codiciada explotación. (…) En cuanto a la música<br />
del grupo, el primer álbum fue un trabajo aceptable,<br />
fresco y sobre todo ponderable por el estilo alcanzado<br />
contando con muy pocos elementos. Los ritmos basados<br />
en el ska y el reggae alcanzaron una simpleza y<br />
prolijidad que sólo permite afirmar que el primer <strong>paso</strong><br />
dado por la banda fue más que correcto.<br />
n o ta sobre a l p h o n s o s’entrega,<br />
d e la revista pelo, d e j u n i o d e 1987<br />
✜✜ Si en algún momento Alphonso S’Entrega fue vanguardia,<br />
con esos temas ahora no suena tan novedoso.<br />
Acordate que en 1980 estábamos haciendo ska, reggae y<br />
rockabilly. ¡Hace siete años! De todas formas, no creo que<br />
nuestra propuesta sea standard y si alguien nos cataloga<br />
como un grupo de ska y reggae, se queda corto.<br />
¿Qué les parecen Los Fabulosos Cadillacs?<br />
Matan. Los vimos hace mucho y evolucionaron mucho. Me<br />
gusta su onda, y si les criticaría algo sería meterse tan de<br />
✜✜ Me interesó mucho estudiar cómo pensaba un bajista<br />
jamaicano. Base, base... Nada de esa necesidad de<br />
mostrarse... Esa disciplina me sirvió mucho para la<br />
música en general. Y casualmente, después de estudiar<br />
así el género, tuve como alumnos a los tres bajistas de<br />
Los Pericos. Primero Ale Perico, después Hernán y finalmente<br />
Gastón. Y también a un bajista de Los Intocables...<br />
Todo de casualidad, obviamente.<br />
r i n a l d o r a fa n e l l i<br />
32
Sumo, en su etapa más underground, es el grupo al que no pocos futuros rude<br />
boys siguen de cerca y admiran. Para muchos, es el descubrimiento del reggae.<br />
✜✜ Seguía a Los Twist y los tomaba en serio, cuando<br />
todo el mundo los tomaba en joda. Si alguna vez hasta<br />
le dije a Daniel Melingo, con mucho respeto: “Ni ustedes<br />
se tomaban en serio a Los Twist; ustedes se tomaban<br />
en serio a Charly García”. Pero yo iba a verlos y<br />
me gustaba su imagen, su Fender Jaguar; era “la” banda<br />
new wave. También era importante ver a Sumo y a la<br />
Hurlingham Reggae Band. Todavía recuerdo escuchar<br />
a Sumo abrir con “Peace and Love” en La Esquina del<br />
Sol. Nunca volví a sentir esa cosa negra, densa, en otra<br />
banda de acá en vivo. El pelado obviamente había estado<br />
donde tenía que estar.<br />
flavio c i a n c i a r u l o<br />
✜✜ Habré visto a Sumo una decena de veces. Pero tenía<br />
un problema: era menor de edad y el público de la banda<br />
era universitario, de veintipico. Yo era un teenager,<br />
el único que escuchaba Sumo en el aula, pero iba a los<br />
shows con algunos amigos del barrio. Y Sumo era pedagógico:<br />
cuando tocaba reggae entendías cómo funcionaba<br />
una banda de ese estilo. Yo iba especialmente a ver<br />
a Dafuncchio, no a Mollo. Lo miraba y comprendía que<br />
era posible divertirse tocando acordes. Luca falleció el<br />
27 de diciembre del 87. No casualmente, lo que entiendo<br />
como período clave del ska y el reggae en Argentina<br />
empezó cinco meses después. No sé si el público de las<br />
bandas posteriores iba a ver a Sumo, pero tengo claro<br />
que muchos de los músicos sí. Los Cadillacs, por ejemplo,<br />
tenían 16, 17 años e iban a todos los shows.<br />
vitto genovesse<br />
✜✜ Luca tenía toda una formación musical. Lo conocí en<br />
el Einstein, donde tocábamos mucho: un día Sumo, otro<br />
Alphonso S’Entrega. Las dos bandas llegamos a ir a tocar<br />
juntas a Trenque Lauquen. Imaginate el viaje: el chofer paraba<br />
a cada rato porque nos quería matar a todos. Eventualmente,<br />
una chica que vivía en mi casa empezó a salir<br />
con Luca, que vino un día, se quedó otro y así se instaló<br />
con nosotros como seis meses. Era una persona muy cerrada<br />
con la que podías compartir... ginebra. Eramos de dos<br />
mundos distintos, aunque nos cruzábamos en una parte: la<br />
música, porque nos gustaban los mismos grupos.<br />
d a n i e l m o r a n o<br />
Yo era fanático de Sumo. Nunca volví a ver un grupo<br />
✜✜<br />
argentino que me pusiera la piel de gallina como esa base<br />
de reggae, ese humo... Luca sabía de qué iba. Lógico:<br />
cuando vivía en Inglaterra, mientras acá recibíamos un<br />
disco por mes, él veía bandas todas las noches. <strong>Un</strong>a vez en<br />
La Esquina del Sol, antes de tocar, estábamos los Cadillacs<br />
con Luca enviciando un poco el asunto. Y cayó la cana. Se<br />
llevaron a Luciano por un lado, a Flavio y Gaby por otro, y<br />
a mí me metieron en un calabozo oscuro con Luca. Ni nos<br />
veíamos las caras, pero hablamos muchísimo de música,<br />
de los mods, de la movida en Londres; hicimos muy buena<br />
onda. Pero otra vez, estábamos tocando en la Feria de las<br />
Naciones y apareció Luca totalmente puesto. Quiso subir<br />
al escenario y un plomo nuestro lo paró. Luca lo empujó<br />
y yo terminé saltando por el plomo. Cuando bajé al cama-<br />
33
ín, el pelado estaba a las puteadas. Me encaró y me tiró<br />
algo así como “¡vos no sos ningún rude boy!”. Agarré un<br />
chop de cerveza y... se lo partí en la cabeza. <strong>Un</strong>a semana<br />
después murió y me dolió mucho porque no era la forma<br />
en que quería terminar con Luca Prodan. Si hoy todavía<br />
escucho “White Trash” y me emociono...<br />
n a c o g o l d f i n g e r<br />
✜✜ De adolescente, me encantaba la parte reggae de Sumo,<br />
aunque no tanto su costado rockero. Sumo me llevó<br />
directamente al reggae y el ska. Claro que al principio no<br />
tenía acceso a Ernest Rangling o Monty Alexander sino que<br />
escuchaba lo que había. El 2-Tone fue la puerta de acceso<br />
para después pasar a lo que algunos llaman ska jazz, pero<br />
que en realidad es simplemente el ska original. En verdad<br />
el 2-Tone era el híbrido. ¡Si fue Rangling el que inventó el<br />
contratiempo de la guitarra! Pero muchas veces lo más conocido<br />
de un género es también lo más berreta. Por ejemplo,<br />
le he mostrado un disco de Rangling en casa al músico<br />
de jazz Néstor Scaglione, que se fue inmeditamente a buscar<br />
un cassette al auto para que se lo grabara, diciendo que<br />
no sabía que con el reggae se podía tocar así...<br />
m a r c e l o c a r c a c h o a lva r e z g u i ta r r i s ta d e l o s o x i d a d o s<br />
✜✜ El Pollo y Bam Bam, saxo y percusión de los Intocables,<br />
iban en tren de Sáenz Peña a Chacarita para ensayar<br />
en la gloriosa sala de Thames cuando vieron a un<br />
personaje pelado, con campera de cuero, sentado en el<br />
piso del vagón. Comentaron entre ellos lo mal que estaba<br />
este muchacho y cómo le copiaba la onda a Luca. Y<br />
al llegar a la estación, se bajaron con sus instrumentos y<br />
este flaco también. Y de repente escucharon: “¡Hey, hey,<br />
esperen! ¿Ustedes tocan en una banda?” Sólo ahí se dieron<br />
cuenta de que... ¡era Luca! Le respondieron que sí,<br />
que tocaban en una banda de ska y que iban para el ensayo.<br />
Lo invitaron (¡imaginate caer con Luca al ensayo!)<br />
y él les preguntó si habría faso en la sala. Desde ya que<br />
le aseguraron que sí. Luca les preguntó también cómo<br />
se llamaba la banda. Y cuando le dijeron, se sorprendió:<br />
“Qué buen nombre, Doscientos Cables!” Pero Bam Bam<br />
le aclaró: “No, no, Los Intocables”. “Ah... Me gustaba más<br />
Doscientos Cables”. Caminaron un poco más juntos, pero<br />
enseguida Luca paró un taxi, los saludó y se fue.<br />
a r i e l l e v i t b a j i s ta d e l o s i n t o c a b l e s<br />
Con Luca Prodán hablé en dos oportunidades. La pri-<br />
✜✜<br />
mera, en la vieja discoteca Fire, en 1984, mantuvimos una<br />
amena charla durante unos veinte minutos. Era un tipo de<br />
muy buen nivel educativo y, cuando quería, de buenos modales.<br />
La segunda vez que hablé con él fue cuando empecé<br />
a salir con Mónica Stromp, la “rubia tarada” y su amor<br />
imposible (más para ella que para él). Me llamó por teléfono<br />
y me dijo: “Hola, Daniel, soy Luca y tengo algo para<br />
decirte: fuck you”, y me cortó. Igual, ella pensaba todo el<br />
tiempo en él, así que la relación duró sólo dos meses. <strong>Un</strong><br />
día cualquiera, llamo a la agencia de Daniel Grinbank y me<br />
atiende Fernando Moya:<br />
-Hola, Fer, ¿cómo estás?<br />
-Mal, porque se acaba de morir un artista mío.<br />
-¿Quién?<br />
-Luca.<br />
Me quedé frío. Al toque lo llamé al Bahiano y nos fuimos<br />
para el conventillo de la calle México, donde había fallecido<br />
pero ya se lo habían llevado. Por ahí andaban unos<br />
34
cuantos del “ambiente”... Después, en el set de despedida<br />
de Sumo, sin Luca, en el Chateau Carreras, la vi a Mónica<br />
junto a la batería, haciendo coros y abrazada a la campera<br />
de cuero negra del pelado. Ese día llovía y, para colmo, en<br />
la madrugada se había matado el Negro Olmedo.<br />
d a n i e l p i c a s s a x o f o n i s ta d e l o s pericos<br />
✜✜ El primer rude boy que vi en Buenos Aires fue Fidel<br />
Nadal, en shows de bandas punk: Alerta Roja, Violadores,<br />
y también de Sumo. Ahí andaba Fidel, todo elegante, con<br />
sobretodo; era un bicho raro. Creo que los primeros que<br />
empezaron a escuchar algo de ska en Argentina no eran rude<br />
boys sino gente del ambiente punk post Malvinas. Había<br />
una banda que solía ser algo así como soporte o el precalentamiento<br />
de Alerta Roja y Los Violadores. Se llamaba RH y<br />
tocaba no uno sino varios ska, aunque nunca fue considerada<br />
dentro de la movida. Después vendrían los shows de los<br />
Cadillacs en Stud, en La Capilla. Ir a un recital era la antítesis<br />
de ir a la discoteca, y no sólo por el hecho de que en<br />
los shows había menos chicas que en el boliche...<br />
esteban a n c a<br />
✜✜ En Alphonso nadie tenía ganas de cargarse un personaje.<br />
A mí me gustaba el “club”, el entretiempo, tocar<br />
en vivo, la gente. Después, los discos, los reportajes, sinceramente<br />
no me interesaban mucho. Ya para el seguno<br />
disco el panorama se nos complicó porque, por contrato,<br />
teníamos que cumplir con ciertas cosas y no lo hacíamos.<br />
Tocamos dos o tres veces en Badía, pero nos anunció<br />
muchas veces más. En una me llamó Emilio Cartoy<br />
Díaz, que era el productor, para puterame porque no nos<br />
habíamos presentado. Y yo estaba dormido... Eventualmente<br />
llegó la disolución. Primero, porque ya no existían<br />
esos lugares donde nos sentíamos cómodos para tocar.<br />
Segundo, porque a Marcelo, el saxo, lo metieron preso.<br />
Estuvo dos años en Caseros por toxicomanía y al final ni<br />
lo juzgaron: era inocente. Para él fue trerrible y a nostros<br />
nos desintegró. Ahora que pasó el tiempo, siempre<br />
están las ganas de volver. Pero qué sé yo...<br />
d a n i e l m o r a n o<br />
Si algo aporté en Alphonso fue profesionalismo, decir<br />
✜✜<br />
“paremos, toquemos a tiempo y afinado, tengamos un plomo<br />
para cargar los equipos...” También traje arreglos para<br />
muchas partes medio descuidadas...<br />
Ese tipo de cosas. Y se armó un producto de la puta<br />
madre, aunque quizás demasiado adelantado. Pensá<br />
que lo nuevo apenas se estaba gestando en el Einstein,<br />
de Omar Chabán, y en Zero, de un pibe que se llamaba<br />
Justo. Recién empezaba Soda Stereo, que hacía una<br />
cosita medio ska, modernosa... La gente que venía a<br />
los shows por ahí ni sabía qué era Alphonso, pero quería<br />
escuchar esta nueva música que se estaba haciendo<br />
en Buenos Aires: la sensualidad del reggae y la alegría<br />
explosiva del ska. Así fuimos llenando Fire, Stud, Caras<br />
Más Caras, La Capilla, Latex...<br />
Los shows eran una fiesta arriba y abajo del escenario.<br />
Hicimos dos álbumes. Del primero pegaron “Barrio<br />
chino” y “El manisero”, pero el segundo pasó medio<br />
desapercibido, aunque para mí tenía más personalidad.<br />
Ya estábamos medio separados. El trabajo en Alphonso<br />
es de lo mejor que hice, pero la banda fue como un fantasma:<br />
cuando existíamos no había nadie más haciendo<br />
reggae y ska; cuando eso se puso de moda, Alphonso ya<br />
35
no estaba. No quiero decir que fuimos la primera de todas,<br />
pero me parece que sí.<br />
r i n a l d o r a fa n e l l i<br />
✜✜ Entre 1984 y 1986, la Argentina recibió todo junto y<br />
sin anestesia: punk, ska, new wave, new romantic, dark...<br />
Y nosotros, en Romana Patrulla, éramos una máquina de<br />
consumir música. Pero si tengo que mencionar una influencia<br />
definitiva entre todas sería “Black Market Clash”,<br />
el disco de The Clash con Mikey Dread. Llegamos al ska<br />
por el punk, de manera casi casual. En cinco años el único<br />
ska jamaiquino al que accedimos fue una copia de cassette<br />
a cassette a cassette del compilado “Intesified”. Ante esa<br />
falta de información uno tenía que llenar los espacios en<br />
blanco: así, a veces, sólo por una foto asumíamos que un<br />
grupo tenía determinada postura ideológica.<br />
c a r l o s l a j e<br />
✜✜ Nos gustaba mucho la música que pasaba el programa<br />
de radio “El tren fantasma”: XTC, The Jam, Madness, Joe<br />
Jackson, Specials... Yo vivía a dos cuadras de Radio Rivadavia,<br />
así que una noche nos fuimos con un amigo, relookeados<br />
ska, al estudio. Se ve que le caímos simpáticos<br />
al conductor porque ahí nomás nos hizo una nota.<br />
a l e j a n d r o p r i b l u d a g u i ta r r a d e satélite k i n g s t o n<br />
✜✜ Empecé con “El tren fantasma” en Radio Rivadavia en<br />
1974, los sábados de 22 a 4 y los domingos de 23 a 5. Yo<br />
elegía la música: ska, reggae, Miles Davis, Coltrane, Beatles,<br />
<strong>Stone</strong>s, Genesis... ¡Todo! Así que debía tener un filtro<br />
de selección que funcionaba bien por alguna razón. También<br />
producía los separadores que decía el locutor Wilmar<br />
Caballero, hasta que se fue a vivir a Comodoro Rivadavia.<br />
Después se incorporó Omar Cerasuolo, un locutor que<br />
había venido de Radio Nacional.<br />
Lo que más me gustó de Omar fue que no entendía<br />
nada. Le dábamos los textos y al leerlos puntuaba<br />
diferente y eso nos causaba más gracia... En un año,<br />
aunque venía de otro palo, Omar entendío la película,<br />
se enganchó, se sumó a nuestro humor y le agregó<br />
valor. ¡Se bancó hasta que le vaciáramos un matafuegos<br />
encima! Pero la verdad es que lo grabábamos tres<br />
horas y salían al aire sólo diez minutos con las cintas<br />
que yo editaba. Cuando volvimos a hacer “El tren”<br />
en 1998, lo llamé a Cerasuolo, pero en Continental,<br />
donde trabajaba, no lo dejaron participar. Así que lo<br />
hice online con un locutor norteamericano que no<br />
hablaba español. Lo mejor es que “El tren fantasma”<br />
siempre anduvo bien de anunciantes, siempre ganó<br />
plata. Pude empezar porque mi padre era el dueño de<br />
Rivadavia, pero estuve 17 años al aire porque funcionó.<br />
Después me fui a Rock & Pop y seguí hasta 1987,<br />
1988. Poco antes había armado Prix D’Ami, en la calle<br />
Arcos, quizás en 1986 o 1985 ... No estoy seguro:<br />
la cronología no es mi fuerte. Ya para cuando abrimos<br />
el Prix de Monroe yo estaba muy metido en el tema<br />
de la animación computada, así que saqué la plata de<br />
ese negocio y armé una productora.<br />
d a n i e l m o r a n o<br />
El grupo de amigos se convierte en banda de rock, obsesionada con el ska de<br />
Madness y Specials: llega Cadillacs 57 y, después, LFC.<br />
36
✜✜ En el 2-Tone encontramos un lugar de pertenencia diferente<br />
a todo: elegante y marginal. Con Luciano Jr y Naco,<br />
personajes esenciales, vivimos juntos toda esa revolución<br />
interna. Nos sentíamos muy cerca del punk y escuchábamos<br />
The Clash y The Jam, pero teníamos otra actitud:<br />
decíamos “sí, el mundo es una mierda, pero vamos a vestirnos<br />
bien y a salir”. De hecho me acuerdo, por ejemplo,<br />
que estuvimos los tres, de traje, entre medio de los pocos<br />
punks en el debut de Todos Tus Muertos. Al fin y al cabo<br />
éramos chicos de clase media con un buen pasar, sin lujos<br />
ni privaciones; sería falso no admitirlo. Pero estábamos<br />
desorientados, sin saber qué hacer de la vida.<br />
flavio c i a n c i a r u l o<br />
✜✜ Enseguida nos identificamos con los rude boys. Escuchábamos<br />
ska todo el día, estábamos en la calle, nos peleábamos.<br />
Eramos más que nada un grupo de amigos al que le<br />
gustaba salir a patear tachos. Caíamos en los boliches con<br />
los discos de ska bajo el brazo. ¡Nunca ganábamos nada!<br />
Imaginate: en esa época empezaba la onda Siouxie and the<br />
Banshees, Echo and the Bunnymen, bien dark. ¡Las minas<br />
nos miraban como a unos marcianos!<br />
Fire era uno de esos lugares adonde llevábamos<br />
los vinilos. Los DJ, el Chaqueño y Carlos Alfonsín, nos<br />
ponían dos o tres temas y nosotros bailábamos. Antes<br />
pasábamos por la Llao Llao, frente a la estación de Belgrano,<br />
a empinarnos con cerveza o moscato y vino blanco.<br />
Y después caminábamos hasta Fire y terminábamos<br />
a las 5, 6 de la mañana. ¿Si alguna vez llegábamos a un<br />
boliche y encontrábamos otra gente con la misma onda?<br />
Jamás. No había otros rude boys. Había tipos con<br />
mucha onda, sí, como Los Casanovas, pero que eran<br />
rockabilly. Con ellos en Inglaterra nos hubiéramos matado,<br />
pero acá nos hicimos buenos amigos. Al fin y al<br />
cabo, éramos muy pocos como para pelearnos.<br />
n a c o g o l d f i n g e r<br />
Fire, en una esquina frente a la cancha de River, funcio-<br />
✜✜<br />
nó entre 1985 y 1988, más o menos; no recuerdo bien las<br />
fechas. Ahí iban los Cadillacs, antes de grabar; Los Casanovas...<br />
Así que, aunque era un lugar más bien new wave<br />
y medio dark y aunque no soy fanático del ska, pasaba una<br />
tanda de cinco o seis temas de Madness y Bad Manners, y<br />
también algo de rockabilly, porque veía grupitos de pibes<br />
de esas tendencias y porque me lo pedían.<br />
La cabina de DJ daba a la calle. Y recuerdo ver, desde<br />
ahí, a los Cadillacs llegar una noche en un Volkswagen<br />
escarabajo descapotable, todos con sus sombreros...<br />
¡<strong>Un</strong>os personajes! En Fire, que era del dueño de la revista<br />
13/20, sentí que se estaban gestando varias movidas.<br />
Ahí tocaron, por ejemplo, Sumo y también Soda. Por<br />
la ubicación, era un boliche con público de clase media<br />
para arriba, del Centro, de Belgrano, de Devoto... No<br />
venía gente de otro lado. Me acuerdo, de hecho, que<br />
había muchos chicos del Liceo Francés, que escuchaban<br />
The Cure, Bauhaus, pero también venían Charly García,<br />
Daniel Melingo, Luca, Divina Gloria...<br />
Después trabajé en Punta del Este y me fui a Brasil.<br />
Pero volví a Buenos Aires y me propusieron laburar en<br />
una disco nueva, sobre Libertador: Freedom. Freedom<br />
fue más dark todavía y ahí ya no puse nada de ska, pero<br />
los rude boy venían igual. Si me copaba ponía dos o<br />
tres reggaes, pero más que nada para los amigos. Por<br />
ahí andaba Guillermo Bonetto y el Bahiano trabajó un<br />
37
tiempo como relaciones públicas. Y los Cadillacs llegaron<br />
a tocar aunque no recuerdo nada del show, salvo<br />
que el manager era Poppy Manzanedo.<br />
Investigaba mucho. Algunos discos los compraba<br />
yo (a veces al Ruso Verea, que en ese tiempo se dedicaba<br />
a vender vinilos), otros me los traían pibes melómanos.<br />
Y eventualmente, en 1990, abrí mi propia disquería,<br />
en la galería Churba, de Cabildo y Juramento:<br />
Downtown, que tenía todo tipo de música y un sector<br />
especial de reggae. Por ahí pasaron todos los personajes<br />
del ska que podés llegar a conocer. Cuando la galería<br />
cerró, nos mudamos a la calle Ciudad de la Paz, pero<br />
en menos de dos años vendí mi parte y me fui a vivir<br />
a Costa Rica. Y ahí estoy, hasta ahora, como DJ en un<br />
boliche de reggae en Puerto Viejo, en el Caribe.<br />
m i g u e l c h a q u e ñ o lalli<br />
✜✜ En 1984, 1985, ya teníamos discos de Specials y<br />
Madness, aunque costaba bastante conseguirlos. Pero<br />
no teníamos ni idea de que existía otro ska anterior al<br />
inglés, de Jamaica, cosa de la que me enteré mucho después,<br />
en los noventa, cuando, por el contrario, mucha<br />
gente conoció Skatalites sin saber qué era el ska británico.<br />
Los primeros vinilos de ska me los pasó Cristian<br />
Caraciolo, un amigo que después cantó en Staff, una<br />
banda medio dark que tuvimos, y que a la vez se los<br />
había pedido a un tal Martín, un pibe rockabilly que<br />
ahora es conocido como tatuador y vive en Los Angeles.<br />
Su familia viajaba y se los había traído de afuera.<br />
Lo gracioso es que Cristian, que me pasó esos primeros<br />
discos de Specials, terminó como camarógrafo de<br />
Pettinato en “Duro de domar”. <strong>Un</strong> día Cristian le pasó<br />
un tema que había grabado medio en joda, Peti lo escuchó<br />
y le pareció tan gracioso que se lo dio al musicalizador<br />
para que lo pusiera en el programa. Era “Dame<br />
tetotas”, un tema dedicado a Luciana Salazar que fue<br />
todo un hit internacional... Pero Cristian nunca lo registró,<br />
así que no vio un peso...<br />
f e d e r i c o sasso sosa<br />
✜✜ Con la llegada de la democracia me hice fan del<br />
rock nacional, como mucha otra gente. Tocaba la guitarra<br />
desde chico y era capaz de quedarme todo el fin<br />
de semana en casa, en Berazategui, escuchando y sacando<br />
temas de esa época. Pero un día me llegó, no sé<br />
cómo, el “London Calling”, de The Clash, y me partió<br />
la cabeza. Enseguida, con unos pibes, empezamos a ir<br />
todos los fines de semana a unos sótanos del Centro<br />
donde tocaban bandas punk como Los Laxantes, Día<br />
D y Los Violadores, y también Los Twist y Sumo. De a<br />
poco me di cuenta de que había otra gente que le gustaba<br />
lo mismo que a mí. Y entonces escuché “Sandinista!”,<br />
el siguiente disco de The Clash, y ahí, con los<br />
temas reggae, dije “¿Y ésto qué es?”<br />
Cuando pegamos “One Step Beyond”, de Madness,<br />
con mis amigos nos volvimos locos, nos sacábamos fotos<br />
haciendo las mismas poses... <strong>Un</strong> día, un pibe llamado<br />
Rasti me hizo escuchar en su casa el primero de Specials,<br />
que, creo, le había mandado un hermano suyo que vivía<br />
en España. Me recontraenganché con eso. Entonces<br />
me dijo que si tanto me gustaba ese disco, tenía que ir a<br />
ver a una banda de acá: Los Alcaloides. Ese grupo poco<br />
después se llamó Los Intocables.<br />
j o r g e m o n o bossi g u i ta r r i s ta d e i n s u r r e c t o s<br />
38
✜✜ Con Luciano Jr, la única manera que conocíamos de<br />
enganchar minas con onda era ir al bar de la esquina del<br />
colegio francés Jean Mermoz, en Belgrano. Ahí encontrabas<br />
unas francesitas con los pelos de colores... <strong>Un</strong><br />
día llegamos al bar con mi Vespa y ahí estaban Sergio<br />
Rotman, que entonces era mod, y Federico Moreno,<br />
un amigo suyo que también tenía mucha música. ¡Se<br />
ve que hacían lo mismo que nosotros para enganchar<br />
minas! Es como que nos miramos y nos reconocimos:<br />
Sergio, con una parka; nosotros, con la moto. Sergio<br />
habrá dicho “Guau, ¿y estos de dónde salieron?” Y nos<br />
saludamos sólo con un “hola, hola”, pero desde entonces<br />
empezamos a hacer onda. Después supe que Sergio<br />
tocaba el saxo, así que, como la banda necesitaba<br />
un caño, un día lo encaré en la calle y nos invitó a un<br />
show de su grupo, Día D, en Vicente López.<br />
n a c o g o l d f i n g e r<br />
✜✜ En esa época, detectabas a un tipo con una remera de<br />
Madness a una cuadra y cruzabas la calle corriendo para<br />
ver quién era. De la misma forma, también sabíamos<br />
que en alguna situación se hablaba de nosotros, que en<br />
ese momento nos considerábamos rude boys a ultranza.<br />
Con los primeros Cadillacs ya en la sala de ensayo, un<br />
día fuimos con Naco y Luciano, vestidos casi de postal,<br />
hasta Vicente López para ver una banda de punk rock<br />
que parecía ser filo ska: Día D, integrada por Sergio Rotman,<br />
Gigio, Basano, Martín Aloé, Ricciardi; básicamente<br />
lo que luego sería Cienfuegos. Hicieron medio set y<br />
en el intermedio, según me contó Rotman mucho después,<br />
los músicos comentaban en el camarín: “¿Vieron<br />
a esos tres chabones?”. El set de Día D era básicamente<br />
de punk rock “inteligente”, como diría hoy, con uno o<br />
dos ska clasheros, como “Domingo rojo”, que alguna vez<br />
quise hacer con los Cadillacs.<br />
flavio c i a n c i a r u l o<br />
✜✜ Eventualmente Luciano y Flavio armaron su grupo.<br />
Me acuerdo que me dieron el primer ensayo grabado en<br />
un cassette Magnatape, en casa de Flavio, que creo que<br />
tenía una versión de “Blue Moon”. Después yo también<br />
formé mi propia banda con mi hermano. Hacíamos algo<br />
así como música a go-go y nos llamábamos Los Pijamas,<br />
que era el nombre de un grupo que había tenido Flavio;<br />
nos gustó y se lo afanamos. Yo tocaba la guitarra; ¡era lamentable!<br />
El primer show de los Cadillacs que vi fue el<br />
del Ilse, Instituto Libre de Segunda Enseñanza, un colegio<br />
en la zona de Tribunales, todavía con Rotman como<br />
único viento y con Gallardo en la batería. Entonces el<br />
estilo todavía era más próximo a The Clash, aunque con<br />
ese sonido de órgano Poly 800 de Mario Siperman, que<br />
era buenísimo. Cuando empezaron a tocar con trompeta<br />
y saxo, me partieron la gorra. De ahí en más con<br />
mi hermano fuimos a verlos a todas partes por un buen<br />
tiempo. Por ejemplo, a Ponciano, frente a la cancha de<br />
River, cundo se cambiaron el nombre de Cadillac 57 a<br />
Los Fabulosos Cadillacs. ¡Todavía tengo el afiche! Otra<br />
vez fuimos a verlos con Los Casanovas y se armó un quilombo<br />
terrible. La gente directamente arrancó la puerta<br />
y entró todo el mundo sin pagar. A partir de los shows<br />
en Blues creo que pasó algo. Después del segundo disco<br />
ya tocaban tanto que era imposible seguirlos y ya no<br />
había manera de entrar a los shows.<br />
f e d e r i c o sosa<br />
39
✜✜ En cuarto año del Nacional Buenos Aires, yo ya tocaba<br />
con Los Encargados. Había entrado en reemplazo de<br />
Hugo Fogelman, cuando le tocó hacer la colimba en Río<br />
Gallegos. Por esos años también conocí a Flavio (Cianciarulo)<br />
por Diego Scornick, amigo en común, ex compañero<br />
del colegio, que se había cambiado al Ilse, donde<br />
él estudiaba. Ellos venían a los shows de Los Encargados<br />
en el Einstein, Cero, todo ese circuito.<br />
m a r i o siperman t e c l a d i s ta d e l o s c a b u l o s o s c a d i l l a c s<br />
✜✜ Mario Siperman era “mi amigo músico” y estaba en Los<br />
Encargados, que para mí no eran tecno sino new wave, muy<br />
Devo, y tocaban en lugares como el Café Einstein. Lo conocí<br />
por un amigo en común, Diego Scornik, con el que<br />
yo iba al Ilse, que era como un (Colegio Nacional) Buenos<br />
Aires II, donde caían muchas larvas del Buenos Aires porque<br />
el Ilse tenía el mismo programa pero era más permisivo.<br />
Mario, que hizo el Buenos Aires como correspondía, un día<br />
me invitó al estudio Moebius, donde los Encargados estaban<br />
grabando y donde después haríamos “Bares y fondas”.<br />
Recuerdo que ahí lo vi a Richard Coleman metiendo una<br />
guitarra en esa especie de nave espacial que para mí era un<br />
estudio de ese fuste, y pensé: “Tengo que armar una banda”.<br />
Y al primero que se lo propuse fue Mario.<br />
flavio c i a n c i a r u l o<br />
Llegan el debut de LFC en Capital y un verano fundacional en Mar del Plata<br />
✜✜ La primera vez que nos juntamos a hacer música con<br />
los futuros Cadillacs fue en el cuarto de la casa de Carlos<br />
Kleppe, el baterista original. Estábamos Flavio, el<br />
Vaino, el dueño de casa, que no podía tocar justamente<br />
porque era un departamento, y yo, tirado en la cama<br />
con un organito Casio blanco que tengo hasta hoy.<br />
Todavía, de ska, nada: hacíamos algo más parecido al<br />
twist, en todo caso; tanto que empezamos llamándonos<br />
Cadillac 57. Ese día armamos “El Correcaminos”. Después<br />
nos fuimos hacia el ska y el mod soulero. Hicimos<br />
un par de ensayos caseros más con Gaby y Luciano, y<br />
tocamos en el cumpleaños de Diego de la Lastra, un<br />
amigo del Vaino, en una casa en la esquina de Arenales<br />
y Billinghurst. Me acuerdo hasta de los temas: “Blue<br />
Moon”, “Put Your Head On My Shoulder” y “El Correcaminos”.<br />
Después Luciano nos hizo tocar en Victoria,<br />
en una fiesta de unos chetos medio pesados, rugbiers,<br />
de esos que se emborrachan y se ponen bastante densos.<br />
Había uno que se subía al escenario con una flauta<br />
dulce y nos arruinaba todos los temas. A Luciano lo<br />
bardeaban mal porque tenía un saco a cuadros. Su viejo<br />
tenía una casa de ropa de hombre y, para el siguiente<br />
show, en el colegio Ilse, ¡Luciano le robó un saco a cuadros<br />
para cada uno! Entre típicas banditas de colegio,<br />
aparecimos nosotros, impecablemente lookeados como<br />
dandys. Del subdesarrollo, pero dandys.<br />
m a r i o siperman<br />
Fuimos varias veces a Mar del Plata. <strong>Un</strong>a vez, viajamos<br />
✜✜<br />
con Luciano en mi Vespa. Otra, con Gaby, Luciano y Flavio,<br />
en un jeep sin techo. Después me compré una combi<br />
y le pusimos dos parlantes enormes, tipo sound system.<br />
Gaby trabajaba en un quiosco y Flavio laburaba con el marido<br />
de la madre, así que esperábamos a que terminaran el<br />
40
Flavio y Vainilla, en una de las primeras presentaciones de Los Fabulosos Cadillacs<br />
Foto: Juan Picas (gentileza Mario Siperman)<br />
41
viernes a la tarde y nos íbamos para la costa escuchando<br />
Madness a morir y con una heladera con cerveza, Fernet<br />
y Coca Cola. Muy buenos viajes, inolvidables...<br />
n a c o g o l d f i n g e r<br />
✜✜ Cinco o seis meses después de esa primera vez en lo de<br />
Kleppe, nos fuimos a una casa que mi familia tiene en Mar<br />
del Plata y ahí la banda terminó de armarse. Teníamos otro<br />
baterista, Hernán Gallardo, y también vino Naco, pero no<br />
pudo tocar porque todavía no sabía. Todos los equipos entraron<br />
en un Renault 12, salvo el bombo de la batería, que<br />
Luciano trajo en un Citroen. En Mar del Plata conocimos<br />
al Ruso Aslor, un delirante que tenía un bar y que se estaba<br />
quemando la plata de la familia. Nos hizo tocar en su bar<br />
y después nos organizó una fecha en una discoteca que se<br />
llamaba Aloha. Hasta nos alquiló un Cadillac para llegar al<br />
lugar, sólo que no era 57 sino de la década del treinta, muy<br />
loser, de los que se usan para casamientos. ¡Y nos puso una<br />
alfombra roja en la vereda!<br />
El Ruso obviamente se fundió, pero esas dos cosas que<br />
organizó de algún modo nos hicieron sentir que ya teníamos<br />
una banda para salir a tocar en serio, que no éramos<br />
más sólo un par de amigos en el living de una casa.<br />
Para seguir con la serie de golpes de suerte que necesita<br />
una banda para trascender, volvimos a Buenos Aires y al<br />
otro día me llama el dueño de La Esquina del Sol, que quedaba<br />
en Palermo y era el lugar clave del under para tocar.<br />
Increíblemente, el tipo me dice que esa noche iban a tocar<br />
Los Twist pero que Daniel Melingo acababa de avisarle que<br />
se habían separado. “¿Quieren tocar ustedes?”, me preguntó<br />
unas tres horas antes del show. Me volví loco, ubiqué a<br />
todos y lo hicimos. Obviamente, la mitad del público de<br />
Los Twist se había ido, pero nos vio mucha gente en la que<br />
logramos cierto entusiasmo. Estaban por ejemplo Charly<br />
García y Tom Lupo, haciendo un móvil para la radio. De<br />
golpe, nos venía de arriba un toque de glamour.<br />
m a r i o siperman<br />
La banda ya empezaba a tocar. Por ejemplo en Mar<br />
✜✜<br />
del Plata, en el bar del Ruso Arlor. Nos habíamos ido<br />
a Mar del Plata, pero cada uno estaba con su familia y<br />
no me podía instalar con ellos, así que no tenía dónde<br />
parar. Entonces viví en una casilla junto a la rampa de<br />
skate que tenía Willy, de Massacre Palestina, que en ese<br />
momento tenía un cresta rosa. ¡Me despertaban a la<br />
mañana cuando empezaban a andar! ¡Rum, rummmm!<br />
Ya me picaba todo, pero me quería quedar en Mar del<br />
Plata porque, además, me había enganchado una chica<br />
muy linda que se llamaba Vicky Olivares. Así que, como<br />
había ido con la Fusca y la moto, vendí la moto y<br />
me pude pagar un hotel.<br />
Aún no formaba parte de la banda. Bueno, sí, pero<br />
sólo como amigo. Subía al escenario a bailar; boludeaba.<br />
Hasta que, unos cuatro meses después de que entró Sergio,<br />
me compré el saxo. Bueno, en realidad no lo compré...<br />
“Conseguí” uno que siempre veía en la vidriera<br />
de una casa de instrumentos en Martínez. Con ese caño<br />
toqué muchos años... ¡Hasta que me lo robaron! Tomé<br />
clases cuatro meses con Aldo Montilla, todo un personaje.<br />
Llegaba a casa a las tres de la tarde, nos tomábamos<br />
un whisky antes de tocar y, después, nos fumábamos<br />
uno. Ensayando en lo de Luciano, en Don Torcuato, me<br />
salió más o menos bien un solo en un tema instrumental.<br />
De pedo: debo haber tomado cuatro, cinco cerve-<br />
42
zas, y quedó. Ahí me empecé a autosebar y logré tocar<br />
como miembro estable. Igual, Sergio tenía mucha más<br />
participación y yo metía algún solito, algún rulito por<br />
ahí. Pero a los tres meses de tocar, ya estaba grabando.<br />
¡Y así suena! Bueno, en realidad suena mucho mejor de<br />
lo que podría ser por tan poco tiempo. Mi primer show<br />
fue en un boliche en Martínez, tocando sólo un par de<br />
temas: un instrumental y “Basta de llamarme así”. Me<br />
encantaba tocar los temas de Flavio, que es un tipo más<br />
apasionado, romántico, para componer. Pero para bailar<br />
me gustaban los ska más cuadrados; cuando se pudría...<br />
Lo sentíamos mucho; la verdad es que lo sentíamos. Eso<br />
era lo lindo de los Cadillacs: que sentíamos todo, las pilchas<br />
que usábamos, las canciones, todo.<br />
n a c o g o l d f i n g e r<br />
✜✜ Con Mario habíamos dado el primer <strong>paso</strong> y los Cadillacs<br />
ya estábamos en la sala de ensayo, con un aire<br />
a Los Twist que pronto quedó tapado por el 2-Tone. Y<br />
cuando con Naco y Luciano vimos a Día D me enamoré<br />
del toque refinado de Ricciardi. Le decían “El Ramone”<br />
porque antes tocaba en un grupo más punk y tenía el<br />
corte de pelo y la campera ramoneros. De hecho, para<br />
los viejos punks, Fernando Ricciardi todavía hoy es “El<br />
Ramone”. También necesitábamos un brass y nos gustó<br />
Rotman. Así que a los pocos días fuimos a buscarlo a la<br />
casa, cerca de donde había tocado, y le dijimos: “Mirá,<br />
tenemos una banda, nos gusta Madness y hacemos ska”.<br />
A la semana vino a ensayar a nuestra sala en Tucumán y<br />
Larrea. Con Rotman adentro, enseguida llegó Ricciardi<br />
también y ya estábamos listos para salir.<br />
flavio c i a n c i a r u l o<br />
✜✜ En Los Encargados me sentía medio sapo de otro<br />
pozo, así que en un momento opté por quedarme con<br />
los Cadillacs; elegí tocar con amigos con los que salía,<br />
con los que estaba más cómodo. Y también por la energía<br />
de la música, en contraposición con la onda Brian<br />
Eno, Kratfwerk... la frialdad de las máquinas de Los<br />
Encargados. Mucho después fui algo así como “el tipo<br />
tranquilo” de los Cadillacs, pero en los primeros shows<br />
era un descontrolado. Creo que los primeros discos de<br />
Madness y Specials llegaron al grupo de amigos vía Naco,<br />
que había vivido en Alemania porque el viejo era embajador.<br />
Naco te recibía en la casa a las dos de la tarde<br />
con saco de tres botones y sombrero... En un punto fue<br />
una especie de mentor ideológico de la banda. Antes<br />
de los Cadillacs, nunca había tenido un saxo, pero de a<br />
poco y sin mucho esfuerzo terminó tocando.<br />
m a r i o siperman<br />
✜✜ La persona con la colección más amplia de long plays<br />
de ska en esa época era Aníbal García, baterista de Alphonso<br />
S’Entrega y responsable de la musicalización del<br />
excelente programa radial “El tren fantasma”. En cuanto<br />
a Ignacio Pardo Argerich, alias Naco Goldfinger, su padre<br />
era diplomático de carrera, por lo que había vivido<br />
en Londres y en Frankfurt y sabía mucho de ska, pero de<br />
fines de los años setenta en <strong>adelante</strong>; mientras que García<br />
te podía hablar del ska jamaiquino original.<br />
d a n i e l p i c a s<br />
A Naco lo conocimos en el público de los Cadi-<br />
✜✜<br />
llacs. <strong>Un</strong>a vez fuimos a Taxi Concert, pero encontramos<br />
el lugar cerrado, quién sabe por qué. Nos fui-<br />
43
mos caminando por Barrancas de Belgrano y justo nos<br />
cruzamos con Naco, que esperaba el colectivo. Yo lo<br />
encaré: “Che, vos siempre vas a ver a los Cadillacs,<br />
¿no?” Y él enseguida me aclaró, “sí, pero no soy fan;<br />
son amigos míos”. Al poco tiempo estaba tocando con<br />
ellos. También conocimos como público a Daniel Picas,<br />
que terminó como manager.<br />
f e d e r i c o sasso sosa<br />
✜✜ Yo era un rude boy y vivía como tal y me divertía<br />
como tal y me mandaba las cagadas, fisuraba, lloraba<br />
y me reía como tal. Me gustó la onda, la filosofía y<br />
hasta hoy sigo siendo muy parco con respecto a otra<br />
música. Escucho, sí, mucho jazz, pero dentro del rock<br />
todavía les digo “modernitos” a Soda Stereo. Madness<br />
tenía esas melodías extraordinarias, la estética, cada<br />
detalle de esas tapas... Pero creo que me identificaba<br />
más con Specials, con esa cosa de tipos callejeros, más<br />
guarros. Y yo, si bien no soy callejero, tengo un espíritu<br />
de quilombo, de barrio... Me sentía totalmente identificado<br />
con la cultura rude boy, pero no sólo con usar<br />
una gorra sino con la actitud. Por ejemplo, si veía un<br />
skinhead, me bajaba del escenario para cagarlo a trompadas.<br />
De hecho en Berazategui una noche lo agarré<br />
a Judas con una navaja y casi lo mato. Fue un quilombo<br />
infernal. Flavio lo había invitado no sé por qué, de<br />
buena onda, pero cuando me avisaron dije “¿cómo que<br />
está Judas?” y lo encaré con la sevillana. Lo quería matar.<br />
No me cabían los skinheads. Traeme un rocker y<br />
podemos charlar, pero no me traigas un skinhead. Con<br />
Los Casanovas, de hecho, nos cagábamos de risa. En sus<br />
shows los jodíamos gritando “¡rude boys, rude boys!”<br />
y no los dejábamos tocar, pero después nos íbamos todos<br />
a comer juntos una pizza a El Cuartito. Pero con<br />
los skinheads no negociaba.<br />
n a c o g o l d f i n g e r<br />
✜✜ A Rotman le decían El Mod, pero ya se le había pasado<br />
un poco eso. Es como que asimilaba la información<br />
en tiempo real. Por ejemplo, cuando llegó a los<br />
Cadillacs, acababa de volver de Europa, donde se había<br />
encontrado en pleno post punk, así que andaba con el<br />
pelo parado y con un pin de The Cure, que todavía era<br />
algo raro. Nosotros estábamos totalmente metidos en<br />
el 2-Tone; Naco tenía ediciones del sello con el centro<br />
plateado y negro, el “Skinhead Moonstomp”, todo<br />
Madness... Pero Rotman fue la gran fuente de información,<br />
tenía la posta, lo que nos faltaba. Mirábamos la<br />
escena de Jimmy en la disquería, de “Quadrophenia”, y<br />
nos decía: “¿Ven al que entra ahí con casco y con saco?<br />
Ese es un mocker. Fíjense cómo lo mira Jimmy”. Después<br />
empezó a trabajar en un Tower Records que era<br />
trucho, porque no tenía la franquicia legal, pero que<br />
era maravilloso porque ahí estaban Rotman y también<br />
Gustavo De Cesare, gran conocedor de música, el tipo<br />
que después trajo, entre otros, a Peter Hammill. Sergio<br />
un día nos trajo el VHS de “Take It Or Leave It”, la película<br />
de Madness. Fue una revelación. Terminamos de<br />
verla y nos sentimos absolutamente identificados. Pero<br />
de manera profunda, eh, no sólo porque nos gustara<br />
la música. No, cada uno de nosotros dijo “Yo soy ese”,<br />
como los nenes que juegan a identificarse con un personaje.<br />
Medio infantil, sí, pero profundo al fin.<br />
flavio c i a n c i a r u l o<br />
44
✜✜ Tenía una Vespa 67 original, celeste metalizada, con<br />
espejitos como las de “Quadrophenia”, y con la L, que parece<br />
de Londres, pero que es de “learning”; te la ponen<br />
en Inglaterra el primer año que manejás. Se la había comprado<br />
a un mecánico de Villa Bosch. Estaba linda, pero la<br />
choqué, la hice mierda. <strong>Un</strong> papelón: estaba en pedo, de<br />
traje y sombrero, y me llevé puesto un auto. Y abandoné<br />
la escena del crimen... Recién al día siguiente volví a buscar<br />
lo que había quedado. Pero después tuve otras Vespa,<br />
más modernas, y hasta una moto de carrera.<br />
n a c o g o l d f i n g e r<br />
✜✜ Eramos de San Fernando, una zona donde había varios<br />
músicos. Zeta, de Soda Stereo; Alejandro Fiori,<br />
de Los Encargados; Quique, el cantante de Los Laxantes...<br />
Y nosotros, que debíamos tener 15 años, íbamos<br />
y les tocábamos timbre, a ver qué estaban haciendo...<br />
Por ejemplo, un día fuimos a lo de Zeta y, charlando, le<br />
preguntamos si había oído hablar de Los Fabulosos Cadillacs.<br />
Nos dijo que sí, que le habían comentado que el<br />
cantante era un chabón repodrido, que salía en los temas<br />
a gritar, sin letra ni nada. Y era verdad, algo de eso<br />
había, sobre todo en temas como “Día D”.<br />
f e d e r i c o sasso sosa<br />
✜✜ A los 13 empecé a escuchar reggae. Sobre todo el reggae<br />
más comercial, en la FM de Radio del Plata, o por<br />
algún cassette que de vez en cuando lograba comprar:<br />
Marley, Peter Tosh... <strong>Un</strong> par de años después descubrí<br />
el ska. Me gustaban mucho The Selecter, Bad Manners,<br />
Madness. <strong>Un</strong>a noche una amiga me dijo: “Vamos a un bar<br />
nuevo donde toca un grupo que quiero ver”. Quedaba en<br />
Marcelo T de Alvear y Montevideo, se llamaba Blues y la<br />
banda resultó ser Los Fabulosos Cadillacs. Me encantó,<br />
así que fui a su próximo show, les hablé y terminé siendo<br />
una especie de manager aunque no por mucho tiempo,<br />
sólo unos seis meses. En ese momento nadie imaginaba<br />
que iban a llegar adonde llegaron; el plan era simplemente<br />
conseguir fechas. El arreglo típico, lo recuerdo bien,<br />
era el 70 por ciento de la recaudación para la banda y<br />
el 30 para el lugar, con la banda bancando el costo del<br />
sistema de sonido. Pero si metías más de 200 personas,<br />
podías renegociar un “90-10” y si pasabas las 300, quizás<br />
llegabas a quedarte toda la plata de las entradas porque<br />
el lugar ganaba suficiente con la barra.<br />
d a n i e l p i c a s<br />
✜✜ Aunque ya habíamos debutado, un show importante<br />
fue el de Subterock, un festival de nuevas tendencias<br />
en Paladium, en 1985. Nosotros salimos con todo el<br />
fervor rude boy, al palo, a demostrar. Pero había otras<br />
buenas bandas, como RH, que era new wave, como<br />
Nylon pero más tapada, con un gay que cantaba con<br />
unos huevos infernales. También estaban Los Alkaloides,<br />
que después serían Los Intocables, aunque todavía<br />
estaban más rockabilly. Después de ese recital vi por<br />
primera vez una foto mía en la revista Pelo.<br />
flavio c i a n c i a r u l o<br />
Hace un año que están tocando juntos, pero son ami-<br />
✜✜<br />
gos desde antes de formar el grupo. Flavio lo explica así:<br />
“Es que si vos sos amigo mío tenés que estar conmigo; si<br />
no sabés tocar, vení igual, y aprendemos juntos”. Este particular<br />
sistema de funcionamiento es ampliado por Gaby:<br />
45
“Somos uno de los pocos grupos de acá que se manejan<br />
con ese esquema, en el que, además de juntamos para tocar,<br />
nos juntamos para divertirnos”.<br />
Los grupos que más les gustan, casi con unanimidad,<br />
son: Style Council (el grupo de Paul Weller, ex Jam), The<br />
Specials, Bob Marley, The Cure y Colorfield. Encuadrados<br />
en la “ska music”, cuyo máximo exponente es el grupo Madness,<br />
creen que su onda va cambiando espontáneamente y<br />
acercándose a la musica soul y a la del tipo FM yanki.<br />
Aunque ahora constituyen un grupo subte, la realidad<br />
de los Cadillacs difiere un poco de la de los demás<br />
grupos que circulan por los pubs porteños. Es que<br />
tienen una posibilidad bastante concreta de editar su<br />
primer larga duración.<br />
Luciano, el play boy ‘57, tiene algo que agregar:<br />
“A muchos de los chicos que empezaron hace poco ya<br />
se les subieron los humitos y transaron lo suyo a cambio<br />
de la difusión masiva. Nosotros queremos ser un<br />
grupo estable y acabar con esa historia del grupo que<br />
dura un par de años y al diablo. Además, queremos<br />
romper con la mitología de la música nacional, con<br />
todo lo que se hizo aquí”.<br />
<strong>Un</strong>a aspiración poco modesta para estos Cadillacs<br />
que usan sombreritos y trajes a la antigua usanza, se califican<br />
como “chicos rudos” y hacen una música -a pesar<br />
de lo que diga mucha gente- nada divertida. “A nosotros<br />
no nos interesa divertir a nadie; si el que escucha las letras<br />
se divierte con nosotros es un idiota”.<br />
d e u n a n o ta d e j av i e r febre, en el suplemento sí,<br />
d e l d i a r i o c l a r í n, en a g o s t o d e 1985<br />
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