Turismo y Desarrollo: herramientas para una mirada crítica - Alba Sud

Ernest Cañada & Jordi Gascón
La ciudad canaria de San Cristóbal de la Laguna fue declarada Patrimonio de la
Humanidad en 1999. La principal razón de la catalogación fue su estructura urbana:
ejemplo de ciudad no fortificada, fue concebida como si de una carta marina se
tratara, en el que cada punto tiene un especial significado simbólico, y siguiendo el
modelo preconizado por Platón en su diálogo Las Leyes. Sin embargo, intervenciones
inmobiliarias realizadas con la aquiescencia de las autoridades municipales en los
últimos años han provocado que la UNESCO se plantee retirar la distinción. Ante
esta situación, ha nacido una oposición ciudadana a la actuación municipal y se ha
generado un amplio debate público que ha obligado al ayuntamiento a replantear su
política urbanística y puede que permita salvar el patrimonio de la ciudad 24 . En este
caso, el temor de perder un sello de garantía que atrae un turismo cultural (considerado
“de calidad”, a diferencia del de sol y playa, dominante en el archipiélago) puede
favorecer la conservación de un patrimonio de alto valor histórico-artístico.
Son muchos los casos en que el patrimonio material no ha caído bajo la acción del
buldózer o del abandono, gracias a su posible rentabilización como atractivo para el
turismo. La Habana Vieja, el casco antiguo de La Habana, no empezó a ser recuperada
hasta que, debido a la caída del bloque socialista, el turismo se convirtió en uno
de los principales ejes económicos de Cuba. Curiosamente, este costoso proceso de
rehabilitación se inició en el momento de mayor crisis del país desde el triunfo de la
Revolución. Con el apoyo de la cooperación oficial y no gubernamental española, se ha
recuperado la milenaria ciudad caravanera de Walata, en Mauritania. No obstante, la
sostenibilidad y el éxito de la acción sólo será posible si Walata consigue convertirse
en un punto de destino para el turismo, que recorre el Sahara occidental.
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El turismo cultural no es sólo una opción para aquellas localidades o regiones con
un patrimonio monumental de reconocido valor histórico-artístico. En la década de
1970, la Corporación de Turismo de Venezuela inició el Programa Integral de Posadas
Turísticas. El programa tenía como objetivo fomentar un turismo cultural y rural de
pequeño formato, gestionado por las propias comunidades, que además de aumentar sus
ingresos permitiesen rescatar su identidad y sus actividades culturales (festividades,
producción artesanal, gastronomía, etc.). El programa consiguió ambos objetivos, entre
otras cosas porque consideró siempre el papel del turismo desde un planteamiento
global de desarrollo, lo que impidió la intromisión de prácticas de tipo comercial que
hubieran podido vulnerar y desnaturalizar la identidad y cultura autóctonas 25 .
24. Capel, H. “Las rutas culturales como patrimonio de la humanidad”, Biblio 3W: Revista
Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales 10 (562). 2005
25. Ascanio, A. “Turismo y desarrollo de la comunidad: un primer paso para rescatar la
identidad cultural”, Pasos: Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 2(2): 155-161. 2004