Turismo y Desarrollo: herramientas para una mirada crítica - Alba Sud

Ernest Cañada & Jordi Gascón
Esto ha llevado a que ese sector marginal haya monopolizado las relaciones con los
turistas, y que éstos regresen a sus países de origen con la idea de que todas las
mujeres cubanas practican o son propicias a practicar el jineterismo. En poco tiempo,
se consolidó una imagen de Cuba como la de un paraíso para el turismo sexual. A
la vez, la imagen del visitante en Cuba fue tomando el de la persona que practica
este tipo de turismo. Y ambos estereotipos se han ido retroalimentando: cada vez son
más los turistas que visitan Cuba con un objetivo manifiestamente sexual, y la oferta
sexual es la primera que recibe el turista en las calles de La Habana y de otros focos
turísticos del país.
La información que se transmite entre turista y anfitrión, por tanto, suele ser muy
sesgada. Factores como el tipo de viaje, su corta duración, la situación liminar que
vive el viajero durante sus vacaciones, la existencia de prejuicios previos al contacto
o los obstáculos culturales e idiomáticos pueden llevar a que, tanto el local como
el turista, sólo recojan pinceladas descontextualizadas de información que acaban
creando o consolidando los tópicos e imágenes estereotipadas del “otro” que, se
supone, el turismo tenía que combatir.
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Véanse las siguientes propuestas didácticas:
- Texto 5: Refuerzo de los estereotipos culturales
- Película 1: La playa
Detractores del turismo afirman que el desarrollo de este sector suele ir acompañado
de un aumento de la delincuencia. Ciertamente, la aparición de población con un
cierto nivel adquisitivo, relativamente desprotegidos (están fuera de su ámbito natural
y su obligado regreso a casa dificulta cualquier posterior proceso judicial), y en
ocasiones, demandantes de servicios o productos ilegales (prostitución infantil, droga)
atrae a grupos de delincuentes callejeros más o menos organizados y la consiguiente
inseguridad ciudadana.
Sin embargo todo crecimiento económico, y no sólo el que se basa en el turismo, es
caldo de cultivo para actividades ilícitas más o menos de guante blanco. El desarrollo
de sectores a la sombra del turismo, como la construcción o la banca, favorece el
de actividades delincuenciales de alto nivel: blanqueo de dinero, compra de cargos
políticos, recalificaciones de terreno ilegales, etc. Pero estos sectores no sólo crecen
por efecto del turismo.