Turismo y Desarrollo: herramientas para una mirada crítica - Alba Sud

Turismo y Desarrollo
A partir de ello, BUND estableció un baremo del consumo de energía en el
transporte por día invertido en el viaje que indicaría su nivel de sostenibilidad.
Percibiendo que el consejo “quédese mejor en casa” no sería bien recibido,
BUND formuló unas exigencias moderadas a partir de este baremo:
• Menos de 50 MJ*día: El viaje es sostenible
• 50-200 MJ*día: En buen camino para viajar ecológicamente
• 200-500 MJ*día: Debería repensar el destino de viaje elegido
• 500-1000 MJ*día: El consumo de energía es demasiado alto para las vacaciones
• Más de 1000 MJ*día: El viaje provoca graves daños ecológicos. Quédese en casa.
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Dado que el turismo a destinos lejanos crece rápidamente, el Grupo de Trabajo
para un Desarrollo Sostenible del Turismo (Arbeitsgemeinschaft für Nachhaltige
Tourismusentwicklung - DANTE) exhortó a la Unión Europea a introducir
medidas de prevención del cambio climático en relación al tráfico aéreo que
superen las metas del protocolo de Kyoto, protocolo que no considera este tipo de
fuente contaminante. DANTE propone eliminar las subvenciones y los privilegios
fiscales de los que se beneficia el tráfico aéreo y reemplazarlos por medidas
proteccionistas, como un mayor gravamen del carburante y disposiciones sobre
ruidos y emisiones.
Fuente: KAMP, C. “El Tráfico Aéreo aniquila el clima”, Turismovisión nº5. 2002
Compatibilizar los nuevos usos del espacio y recursos naturales con su sostenibilidad,
una sostenibilidad que hasta ese momento dependía de un manejo diferente, y
normalmente menos intensivo, no es tarea fácil, y muchas veces genera problemas
medioambientales de difícil o imposible solución.
No obstante, en ocasiones el medioambiente se ve beneficiado por el turismo, cuando
determinado tipo (turismos de naturaleza) favorece el establecimiento de políticas
conservacionistas. En estos casos, la protección del objeto de atracción turística, el
paisaje, se convierte en una necesidad y es rentable económicamente. Además puede
ayudar a fijar la población en el territorio cuando se dan procesos de emigración rural.
En Aragón, la consideración de Parque Cultural de determinadas comarcas con valor
paisajístico e histórico tiene un doble objetivo: salvaguardar el patrimonio natural y
cultural, y a la vez dinamizar territorios especialmente castigados por la emigración y
la regresión económica. Para ello el turismo aparece como un recurso esencial.