Turismo y Desarrollo: herramientas para una mirada crítica - Alba Sud

Ernest Cañada & Jordi Gascón
También se puede clasificar las consecuencias medioambientales del turismo según el
ecosistema receptor del impacto. Y es que el turismo no sólo actúa sobre el ecosistema
y los recursos locales, sino también sobre los de otros territorios.
Así, el aumento de la demanda energética y la posibilidad de su transmisión a través
de la red eléctrica puede conllevar la construcción de termoeléctricas o pantanos
en lugares alejados del centro de atracción turística. Las nuevas necesidades
constructivas, o parte de ellas, se cubrirán con materiales (piedra y metales) extraídos
en otras zonas. Igualmente, la producción y transformación de productos adquiridos
por el centro de atracción turística generará desechos en las zonas donde se producen.
La demanda de agua puede aumentar como resultado del turismo, hasta el punto de
tener que ser cubierta por recursos hídricos procedentes de otras regiones. La emisión
de fluidos contaminantes a las vías fluviales afecta a las poblaciones de la cuenca que
se encuentran río abajo, y la de gases procedentes de combustibles fósiles al aire, a
todo el planeta por mor del efecto invernadero.
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Transporte aéreo y contaminación
El medio de transporte preferido para la mayoría de los viajes a destinos lejanos
es el avión, aunque se estima que las emisiones del tráfico aéreo producen por
lo menos tres veces más gases de efecto invernadero que el tráfico terrestre.
Dependiendo de la distancia, el tipo de avión y la altura de vuelo, los viajes
aéreos pueden ser hasta cien veces más contaminantes que los viajes en tren.
El grupo de trabajo Clima, Energía y Tráfico, de la Asociación Alemana para
el Medio Ambiente y la Protección de la Naturaleza (Arbeitsgruppe Klima,
Energie und Verkehr des Bund für Umwelt und Naturschutz Deutschland -
BUND) desarrolló un programa informático que determina la contaminación
que genera el transporte relacionando el número de kilómetros recorridos con
los días de viaje. Así, para una estadía de 15 días, la ratio de un viaje en avión
de Franckfurt a Buenos Aires es de 2.511 MJ por día, 732 a Gran Canaria y 317
a Palma de Mallorca.
El programa muestra que los desplazamientos de larga distancia en avión y con
estancias cortas tienen la peor evaluación. Según ellas, los viajeros en Europa
deberían renunciar a volar tanto como fuera posible y movilizarse en tren o
autobús. Si se hacen viajes largos en avión, la estadía debería durar por lo
menos tres semanas.