Turismo y Desarrollo: herramientas para una mirada crítica - Alba Sud

Turismo y Desarrollo
Curiosamente, uno de los elementos que favorece el surgimiento del turismo en una
zona, el paisaje, suele mostrarse frágil con su desarrollo. Ya hemos visto cómo la llegada
de turistas puede cambiar el uso, e incluso la propiedad y la gestión de los recursos
naturales. Pero más allá de esto, muchas veces también tiende a sobrexplotarlos.
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La aparición del turismo implica cuatro factores de cambio en la relación del lugar de
destino con el ecosistema. Por una parte, la nueva actividad requiere de espacio físico
donde establecer las infraestructuras que cubrirán las necesidades de restauración
(hoteles, albergues, casas de segunda residencia, restaurantes, etc.), ocio (salas de
espectáculos, campos de golf, etc.) y comunicación (infraestructuras viales, porturarias
y aeroportuarias) de los turistas, así como de los trabajadores y trabajadoras que
cubrirán las ocupaciones directas, indirectas e inducidas, temporales o permanentes,
que el nuevo centro turístico creará (viviendas, cines, supermercados,…) y los
servicios que supondrá todo el movimiento de capital (bancos, empresas de seguridad,
inmobiliarias, etc.).
Por otra parte, la nueva actividad supone una relación diferente con el patrimonio
medioambiental. En algunos casos, este nuevo uso sustituye a otros tradicionales que
van desapareciendo; la pesca deportiva por la pesca artesanal, por ejemplo. En otros
se mantiene también el uso tradicional del recurso, por lo que aumenta la presión
sobre éste, como se da en el caso del agua, que ahora tiene que cubrir las necesidades
y actividades de los residentes tradicionales, de los emigrantes y de los turistas.
Un tercer factor es el crecimiento de las necesidades energéticas y de materiales. La
construcción de infraestructuras y edificios requiere un uso mayor de metal y piedra.
El aumento del transporte de personas y mercancías, de las necesidades lumínicas y
de climatización, o de nuevo la construcción, conlleva una presión sobre las fuentes
de energía existentes o la necesidad de importar mayor cantidad de energía, en forma
de electricidad y de combustible fósil.
Finalmente, otro factor de cambio proviene del tratamiento de los residuos
generados. Se incrementa el volumen de desechos sólidos y líquidos, y además en su
composición entran nuevos elementos integrantes (plásticos, nuevos metales, aceites
minerales, pilas y compuestos electrónicos, etc.). El resultado es que las estructuras
tradicionales de retorno al ecosistema, como la producción de abono natural para la
agricultura (compost, ceniza,…), se ven colapsadas y/o son incapaces de asumir esos
materiales nuevos. Asimismo aumenta la emisión de desechos gaseosos procedentes
de la combustión de energía fósil. Y también las emisiones acústicas, que pueden
afectar a la fauna, a los residentes y a los mismos visitantes.