Turismo y Desarrollo: herramientas para una mirada crítica - Alba Sud

Texto 1: Crisis turística en el distrito de Narok (Kenia)
Ernest Cañada & Jordi Gascón
El sector turístico de Kenia aprovecha tanto su riqueza en fauna salvaje como las
hermosas playas del Océano Índico. La estabilidad del país, junto con políticas de
apoyo a la inversión turística, permitió que Kenia se convirtiera en uno de los destinos
más importantes del continente africano: entre 1960 y 1990, el número de visitantes
pasó de algo más de 50.000 a un millón al año. En la década de los 90, el turismo ya
superaba los ingresos que generaban el té y el café, hasta entonces los principales
productos de exportación. A principios de esa década, el turismo generaba unos
140.000 trabajos directos, y aproximadamente unos 350.000 indirectos.
Uno de las zonas de atracción turística del país es el distrito de Narok. De sus
400.000 habitantes, más del 40% depende directa o indirectamente del turismo como
principal fuente de ingresos. La mayoría trabajan como artesanos de souvenirs, en
el servicio de hoteles y albergues (porteros, guardias, limpieza,…), posando para
los turistas, etc. Siempre en tareas poco cualificadas; las cualificadas quedan para
personal foráneo.
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A partir de 1993, la industria entró en un lento declive, que se aceleró en 1998. Así,
mientras que el número de camas por noche ocupadas en todo el país en 1993 había
sido de casi cuatro millones y medio, en 1998 sólo fue de algo más de un millón y
medio. Durante los años siguientes el sector se recuperó ligeramente, pero quedando
muy lejos de las cifras alcanzadas a principios de los noventa.
Las causas de este fenómeno son diversas, pero entre las principales cabe señalar:
la crisis financiera, que dificulta al Estado invertir en el mantenimiento de las
infraestructuras necesarias para el desarrollo turístico, especialmente tras las
inundaciones de 1996 y 1997 que destruyeron buena parte de la red viaria; la
desestabilización política, que ayuda a crear una imagen de inseguridad en los
países de procedencia de los turistas; también la crisis financiera obligó a reducir las
inversiones estatales en seguridad, lo que coadyuva a esta imagen; la competencia
de países vecinos, con ofertas turísticas similares (turismo de safari) y precios
competitivos; y la disminución de la inversión extranjera, base del desarrollo turístico
del país, resultado a su vez de todo lo anterior.
En Narok esto se ha traducido en una reducción de los ingresos por el turismo de
más de un 70%. Si bien el impacto ha sido mayor en aquellos grupos domésticos que
dependían económicamente más del turismo, toda la región se ha visto afectada por
la crisis, ya que el turismo era su principal motor económico.