96 SEMANA SANTA 2015 (afortunadamente cada vez menos) se produce una extraña ambición, como la que sentía Gollum en “El señor de los anillos”. Hay quien se aferra a la vara dorada para no perder el sillón del poder. ¡Si hubiera menos varas y más manos encalladas otro gallo cantaría! Sí, porque hay quien, como Pedro, es capaz de negar a su cofradía nada más tener que soltar la vara dorada. Tienen otro concepto de Cofradía, y consideran a éstas un club social. Por ello, a esos odres nuevos, a esos buenos mimbres que están llegando a las Hermandades para vivir plenamente la Fe, para vivir una vida plena de Hermandad donde el amor al prójimo y la caridad sean referentes del trabajo diario, hay que saber conducirlos, sin banales manejos ni engaños. La Juventud se abre paso con energías renovadas, una fuerza arrolladora que debe tener presente que todo lo que encuentran ahora, con sus muchos aciertos y sus errores, es el fruto del trabajo de tantas y tantas personas que, como ellos, también fueron juventud cofrade. Y una vuelta a la juventud, a la mía, a la de mis padres, a la de mis abuelos, es subir la calle Calvario en la tarde de Viernes Santo. El tiempo no pasa por ella. Las sillas en las puertas de las casas, en el Hogar de Pensionistas, los balcones engalanados y túnicas de todos los colores tejiendo un hermoso tapiz que aglutina a todas las Hermandades en una en torno al Santo Entierro. El sonido de la campana corta la respiración en el momento en el que la urna de Cristal del Cristo del Calvario asoma por la puerta de la Ermita. El Cristo yacente es una prolongación de la vida. De repente, el poeta del martillo comienza a escribir ese poema de seis versos pentasílabos componiendo una seguidilla en forma de palio a la Virgen de los Dolores. ¡Que no se mueva un varal! ¡Que no se mueva una cintura! ¡Que suene la madrugá! Suave la chicotá, con dulzura. Siete puñales se clavan, en el pecho más amado, el mejor regalo de Dios, a estos hijos ingratos Recordando a Simeón 11 , María viene caminando. Se cumplió la profecía sus dolores y su llanto. ¡Que no se mueva un varal! Treinta corazones mecen tu llanto, Mérida a tus pies señora, Señora del Viernes Santo DE LA NOSTALGIA A LA VIDA MÉRIDA Y así, en la nostalgia de un tiempo que se nos va, en la penumbra de una noche de soledad infinita, de angustia y esperanza, nacen nuestros propios sentimientos, es en esa nostalgia donde podemos comprobar si los días precedentes han servido para algo más que para emocionarnos ante el esfuerzo de los costaleros, el sonido de las marchas o como esa calle, ese rincón se han convertido en el referente cofrade para los jartibles. Será esa nostalgia la que vendrá a reforzar, en ese intervalo de tiempo entre el viernes y el sábado, nuestro profundo sentimiento cristiano para, en el júbilo de los fuegos artificiales, en el blanco inmaculado que borra el nombre de la Virgen del Mayor Dolor, ver en la Resurrección una nueva forma de tomar la vida con energías renovadas. Será entonces, sólo entonces, cuando demos sentido a todo nuestro trabajo. Y seguirá floreciendo la primavera, y cerraremos el cajón de las esencias, y guardaremos con sumo cuidado cada recuerdo, cada mensaje, cada momento. Y buscaremos con la mirada un palio en cada esquina, buscaremos nazarenos camino de la Iglesia, buscaremos en el aire alguna marcha, mientras los naranjos nos regalan perfumes de azahares que alfombran de blanco la plaza. Con la Resurrección empieza todo, y para ello este pregón muere, para que justo en dos semanas, renazca la Semana Santa. He dicho Mérida, 29 de marzo de 2014 11 Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: “…y a tí misma una espada te atravesará el corazón.” Lucas 2,34-35.
XV Pregón del Costalero de la Semana Santa de Mérida 2014 Junta de Cofradías de la Semana Santa de Mérida A cargo de D. RUBÉN D. MANCERA MORÁ Costalero y Miembro de la Junta de Gobierno de la Cofradía del Stmo. Cristo de las Tres Caídas y Ntra. Sra. de la Misericordia Salón de Actos del Círculo Emeritense Plaza de España, 22 MÉRIDA, 4 DE ABRIL DE 2014 Organizado por D. Mario Hernández Maquirriaín.