Urbanizaciones turísticas de sol y playa Estudio del ... - Topofilia

Los antecedentes históricos de Roses, se registran en entrevistas realizadas a los
personajes que integran la ciudad, entre ellos, el encargado del archivo general de Roses
(Noviembre 2008), quien reconoce como ubicación cercana con la frontera con Francia.
Opina: “mmm, a varios factores, (…) Estos son los atractivos físicos inmediatos no, pero
básicamente es la situación con Francia y el carácter litoral no. (..)” (MEM-RES2)
En poco más de medio siglo ha experimentado un rápido crecimiento debido al turismo,
pasando de 2,703 habitantes en 1950 a 12,991 en el 2000, y para el 2008 se contaba con
19,463. El turismo es la fuente principal de la economía, el sector primario también tiene
presencia, con la agricultura (cultivo de olivo y viña), aunque más reducida, la pesca, ya
que Roses tiene el puerto pesquero más destacado de la costa del norte de Cataluña.
El Ayuntamiento de Roses termina el expediente que contiene los antecedentes para la
confección del plano de urbanización de esta villa el 20 de abril de 1958, plasmado en el
Plan General de Ordenación de Rosas de 1959, que se visualiza en la figura 2. En este
documento se expresa el imaginario de los arquitectos, urbanistas y diseñadores de la
ciudad, con expresiones de la percepción de la gran bahía de Roses, como sereno,
tranquilo, difiere del otro paisaje costero en su grandiosa quietud, las puestas de sol son
de una grandiosidad imponente en su bahía, espectáculo que se renueva todos los días
del año, tanto en verano como en invierno y que se produce sobre un dilatado panorama
de tierras bajas en la gran llanura del Ampurdán, cerrada por los Pirineos, la mar de Deu
del Mont y los alejados picos de las Garrotas.
Se remarca en el Plan General (1959) que “cuando se hunde el sol, el paisaje se colorea
intensamente y la tierra pasa por diversas tonalidades que van desde el coral al púrpura y
carmín, (…) tornándose azules las montañas que se van esfumando por momentos al
tiempo que en el firmamento aparecen las primeras estrellas, (…) nubecillas teñidas de
carmín como ligeras llamas invaden la bahía de uno a otro extremo, (…) el mar aparece
tranquilo, sólido y metálico, pareciendo milagro su extrema quietud. (…) Los
amaneceres están igualmente llenos de esta belleza impresionante con el telón de fondo
que forman las montañas que la circundan.”
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