Urbanizaciones turísticas de sol y playa Estudio del ... - Topofilia

elación entre proceso social y forma espacial es necesario que comprendamos la manera
en que la actividad humana crea la necesidad de conceptos espaciales específicos y en la
práctica social cotidiana soluciona de modo tan fácil estos misterios filosóficos,
aparentemente tan profundos, relativos a la naturaleza del espacio y a las relaciones
entre los procesos sociales y las formas espaciales.” (pp.6-7).
Este tipo de urbanización constituye presuntos paraísos a partir del imaginario, que son
sustentados en la producción de suelo urbano ocupado con población flotante, ya que la
presencia estacional de los turistas es una de las características de la ocupación del
territorio, enfatizando temporadas como las vacaciones.
Estos emplazamientos constituyen simulacros que fragmentan el territorio con la
construcción de la nueva ciudad sobre la ciudad tradicional. Detonan la ciudad con la
ocupación por turistas, considerados productores de divisas para el país que arropa la
generación de estas nuevas ciudades. Se trata de prácticas urbanas sustentadas en el
intento de satisfacer la búsqueda mundial de experiencias auténticas.
Las nuevas macro urbanizaciones turísticas de sol y playa son conocidas como
megadesarrollos por la mercadotecnia montada en el proceso de globalización. La
experiencia invita a la explicación del diseño urbano de estas grandes urbanizaciones a
partir del imaginario, apoyada en investigaciones sobre el análisis estructural de la
“sociedad moderna” (ver: Dean MacCannell 2003, p.9).
Ante la arquitectura y el urbanismo generados, tales urbanizaciones turísticas
posmodernas no pueden ser ignoradas al estar consolidadas y emplazadas en las nuevas
ciudades del turismo. Existen diversos análisis, estudios, cuestionamientos y críticas
sobre el origen y la construcción de los megadesarrollos en áreas naturales de gran
importancia ambiental, donde han propiciado desgastes y desastres medio ambientales.
El territorio se ha transformado con la construcción de estas grandes intrusiones
simbólicas que generan individualidad a la vez que estandarizan un determinado
concepto o formas de consumo (estilos de vida), cuyos elementos esenciales son la
privatización y el aislamiento, cristalizados en dispositivos paisajísticos.
El paisaje se ha convertido en el elemento central de especulación gracias al montaje
turístico, con una serie de prácticas urbanísticas y arquitectónicas que integran la escena
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