Urbanizaciones turísticas de sol y playa Estudio del ... - Topofilia

del turismo. Reconociendo a Roses como una ciudad triste durante la mayoría de los
meses del año, ya que el invierno es prolongado.
El territorio turístico rosense es cálido con temporal hostil, es representativo su viento
dominante del norte, Tramontana que sopla con fuerte intensidad y carácter huracanado.
Es considerada ciudad tranquila, desde la calidez del pueblo seguro a la hostilidad de la
ciudad del turismo, con temporadas tranquilas y otras violentas.
Imaginar el futuro de Roses, es ambiguo en lo colectivo y concreto en lo individual, se
desarrollan los símbolos entre deseos de orden urbano. En el aspecto físico es imaginado
como un lugar agradable, acogedor y cuidadoso de los espacios naturales (playas y
calas) y el aspecto social es integrador.
Los rosenses basan sus fantasías en la configuración de una ciudad compacta y
dinámica, aunque la ciudad se ha masificado sin contar con recursos hidrológicos.
Vislumbran la construcción del tren ligero como el escenario soñado y cubren sus deseos
en el proyecto de Roses sostenible: limpia, consciente, cívica, cuidadosa y con turismo
respetuoso de la cultura generada, reconociendo problemas como un tránsito fatal, sin
estacionamientos, una sobre población turística y falta de cohesión social.
El imaginario individual se refleja en este colectivo, con la siguiente opinión construida
en la ficción, una visión de Roses en el año 2095 con una ocupación de 78,000
habitantes, un alcalde magrebíe, un sector liberal importante, un tren de alta velocidad y
un complemento marítimo portuario de Castellón de Asturias.
Lo anterior, marca un orden social basado en la imposición por las autoridades españolas
y a su vez una búsqueda social, de una cohesión entre la población nativa española y los
magrebíes, sin permitir la fragmentación del territorio por ghettos.
Peñasco la alegre
El imaginario peñasquense también se percibe en las alegrías de su población amable
con sus diversas festividades y las marcas de tristeza por la crisis inmobiliaria que afecta
la situación económica y donde la contaminación se oculta ante la construcción de los
nuevos escenarios turísticos de la población residente.
El colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos en el año 2006 se encuentra en
el imaginario peñasquense, debido que tuvo repercusiones sobre el territorio mexicano
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