Estilo de vida y arquitectura de consumo emulativo - Topofilia

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20.03.2015 Views

tradicionalmente eran públicos. La creciente tendencia, tanto en Estados Unidos como en Latinoamérica, de apropiación del espacio público de la ciudad mediante el cierre de calles y plazas para su uso privado se justifica por el ambiente de inseguridad. A su vez, la demanda creciente de arquitectura fortificada tiende a naturalizar una alternativa de diseño urbano aparentemente limitante 6 . Lo anterior alude a que podemos suponer una segregación socio-espacial creciente, pues son aquellos con capacidad o en posición –con “poder” diría Bourdieu 7 - de autosegregarse quienes logran apropiar y tener acceso a los equipamientos urbanos públicos o a vialidades primarias. Mientras que aquellos que no disponen de dicha capacidad, se ven remitidos a las afueras de estos lugares protegidos de “los otros”, de los que son distintos a la tendencia homogeneizadora del interior. Este nuevo modelo de “comunidad” del fraccionamiento cerrado encarna la “mismidad, en tanto que „mismidad‟ significa la ausencia del Otro, especialmente de un otro obstinadamente diferente el ajeno, el que está „fuera de lugar‟” 8 . Los fraccionamientos cerrados aparecen en la ciudad de Hermosillo a mediados de los ochenta entre las clases medias alta, pero no es sino hasta mediados y final de la década siguiente cuando éstos aparecen entre las clases altas y medias bajas 9 . La intención de este trabajo de investigación es abordar el estudio de aquellos fraccionamientos cerrados que enfatizan la noción de un estilo de vida percibido como prestigioso a través de su tipología y morfología urbanas y arquitectónicas. Interesan, en lo particular, aquellos que ostentan un acceso monumental e hitópico que en ocasiones se 6 Ibíd. 7 Pierre Bourdieu, “Efectos de lugar”, La Miseria del Mundo (México: Fondo de Cultura Económica, 2000), 119-124. 8 Zymunt Bauman, Comunidad. En busca de seguridad en un mundo hostil, (Madrid: Siglo XXI, 2003), 137. 9 Dato obtenido del archivo de Obra Pública del Municipio de Hermosillo el mes de marzo de 2004. 10

transforma en punto de referencia social y urbano. Se sugiere que si bien la demanda de este modelo urbano-arquitectónico inicia entre clases mejor posicionadas, la arquitectura es un bien simbólico y de consumo de emulación 10 . La arquitectura, mediante su diseño a favor de la exclusividad y la homogeneidad contribuye y forja la distinción 11 - ¿y quién, sin importar clase o nivel socioeconómico no sucumbe ante la tentación de tan seductor estado? Así, la arquitectura trasciende su función racional y se convierte en un objeto de consumo investido en (y embestido por) una apariencia y forma que le carga de significación en una sociedad determinada. La apariencia es la manera “en que las personas, objetos o lugares se presentan a sí mismos o son presentados por los demás” 12 . La apariencia simula, dota de símbolos y significado. El manejo que las personas hacen de estos símbolos, que en este caso entenderemos como capital –no sólo económico, sino cultural o simbólico- y la carga de significados que el propio usuario y la estructura social en la que se haya inmerso le otorgan, es lo que para Chaney se denomina el estilo de vida 13 . De esta forma, el estilo de vida dota de una identidad específica en un contexto dado. La tipología del fraccionamiento cerrado -exclusiva, distintiva- se transforma en un bien simulador del modo de vida 14 de las clases medias altas, es decir, en un apoyo a “la 10 Este concepto es ampliamente desarrollado por Thorstein Veblen en su “Teoría de la clase ociosa”, publicada en 1899. Véase Thorstein Veblen, Teoría de la clase ociosa (México: Fondo de Cultura Económica, 1971). 11 Véase Pierre Bourdieu, La distinción: criterio y bases sociales del buen gusto (Madrid: Taurus, 1991). 12 David Chaney, Estilos de vida (Madrid: TalaSA, 2003), 133. 13 Ibíd., 141. 14 El modo de vida, de acuerdo a Alicia Lindón, alude a un conjunto de procesos a través de los cuales los individuos organizan sus respuestas ante las condiciones de la vida. Las prácticas que integran estos procesos son tanto actuales como heredadas, es decir, el pasado y el presente se recogen en una estrategia con visión hacia el futuro. Alicia Lindón “De la vida cotidiana a los modos de vida”, Cultura y territorio, identidades y modos de vida (Puebla: Editorial de la Red Nacional de Investigación Urbana y Universidad Autónoma de Puebla), 25. El modo de vida subyace al estilo de vida. Éste último, alude a las estrategias y a la forma en que 11

tradicionalmente eran públicos. La creciente ten<strong>de</strong>ncia, tanto en Estados Unidos como en<br />

Latinoamérica, <strong>de</strong> apropiación <strong>de</strong>l espacio público <strong>de</strong> la ciudad mediante el cierre <strong>de</strong> calles<br />

y plazas para su uso privado se justifica por el ambiente <strong>de</strong> inseguridad. A su vez, la<br />

<strong>de</strong>manda creciente <strong>de</strong> <strong>arquitectura</strong> fortificada tien<strong>de</strong> a naturalizar una alternativa <strong>de</strong> diseño<br />

urbano aparentemente limitante 6 .<br />

Lo anterior alu<strong>de</strong> a que po<strong>de</strong>mos suponer una segregación socio-espacial creciente,<br />

pues son aquellos con capacidad o en posición –con “po<strong>de</strong>r” diría Bourdieu 7 - <strong>de</strong><br />

autosegregarse quienes logran apropiar y tener acceso a los equipamientos urbanos<br />

públicos o a vialida<strong>de</strong>s primarias. Mientras que aquellos que no disponen <strong>de</strong> dicha<br />

capacidad, se ven remitidos a las afueras <strong>de</strong> estos lugares protegidos <strong>de</strong> “los otros”, <strong>de</strong> los<br />

que son distintos a la ten<strong>de</strong>ncia homogeneizadora <strong>de</strong>l interior. Este nuevo mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong><br />

“comunidad” <strong>de</strong>l fraccionamiento cerrado encarna la “mismidad, en tanto que „mismidad‟<br />

significa la ausencia <strong>de</strong>l Otro, especialmente <strong>de</strong> un otro obstinadamente diferente<br />

el<br />

ajeno, el que está „fuera <strong>de</strong> lugar‟” 8 .<br />

Los fraccionamientos cerrados aparecen en la ciudad <strong>de</strong> Hermosillo a mediados <strong>de</strong><br />

los ochenta entre las clases medias alta, pero no es sino hasta mediados y final <strong>de</strong> la década<br />

siguiente cuando éstos aparecen entre las clases altas y medias bajas 9 .<br />

La intención <strong>de</strong> este trabajo <strong>de</strong> investigación es abordar el estudio <strong>de</strong> aquellos<br />

fraccionamientos cerrados que enfatizan la noción <strong>de</strong> un estilo <strong>de</strong> <strong>vida</strong> percibido como<br />

prestigioso a través <strong>de</strong> su tipología y morfología urbanas y arquitectónicas. Interesan, en lo<br />

particular, aquellos que ostentan un acceso monumental e hitópico que en ocasiones se<br />

6 Ibíd.<br />

7 Pierre Bourdieu, “Efectos <strong>de</strong> lugar”, La Miseria <strong>de</strong>l Mundo (México: Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica, 2000),<br />

119-124.<br />

8 Zymunt Bauman, Comunidad. En busca <strong>de</strong> seguridad en un mundo hostil, (Madrid: Siglo XXI, 2003), 137.<br />

9 Dato obtenido <strong>de</strong>l archivo <strong>de</strong> Obra Pública <strong>de</strong>l Municipio <strong>de</strong> Hermosillo el mes <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 2004.<br />

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