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20.03.2015 Views

Conviene resaltar que otra consecuencia del fenómeno de lo global en aquellos países que han accedido con primicia es su sincronización con la última tendencia de las ciudades globales: la aparición de los nuevos estilos de vida –particularmente aquellos que valoran a la naturaleza, el ocio y la vida saludable. Lo que ha su vez a generado la proliferación de fraccionamientos cerrados en el área suburbana tradicionalmente rural, aquellos que priorizan la infraestructura de ocio y deportiva, o bien, los de base ideológica –agrupaciones políticas o ecológicas. La naturaleza se ha convertido y reinventado a través de un discurso político, propagandístico y de mercadotecnia: En Sao Paulo, como en Buenos Aires, incluso en México o en ciudades europeas como Paris, la estrategia cultural o el recurso de la naturaleza se han vuelto referentes articuladores de diferentes elementos para dar sentido a la urbanización 91 . Las ciudades parecen constituirse en sus imágenes entre la cultura y la naturaleza, como elementos unificantes y cohesivos, desde los cuales se espera la recreación de una ciudad atractiva hacia el exterior, así como la utilización de dichos referentes, hacia dentro de la urbe como mediadores de la mejor convivencia, el fortalecimiento de la participación ciudadana, la solidaridad y el mejoramiento de las relaciones sociales –procurando contrarrestar inseguridad, caos, delincuencia, fragmentación, etcétera. 92 En Brasil y Argentina los fraccionamientos cerrados inician a finales de la década de los sesenta a modo de casas de campo o de fin de semana que, entonces, no contaban con muchos de los servicios de la ciudad como electricidad o teléfono, pero en cambio ofrecían amplios espacios deportivos y de ocio inmersos en la naturaleza. En la década siguiente el condominio vertical, en la zona urbana, tiene una difusión masiva a las grandes ciudades brasileñas de Rio de Jãneiro y Sao Paulo. 91 Mónica Lacarrieu, “La comunidad: el mundo imaginado”, 183. 92 Ibíd., 185. 52

Mientras que en México los primeros fraccionamientos cerrados se localizaron cercanos a la ciudad capital durante la década de los sesenta poco después de que en Estados Unidos se desarrollara la modalidad del suburbio de las clases medias altas y la ciudad jardín europea. También en esta década el fraccionamiento cerrado –bajo la modalidad de condominio- aparece en otras metrópolis como Guadalajara 93 y no fue sino hasta finales de los setenta y ochenta cuando el fenómeno apareció en las actuales ciudades medias y grandes del país, para constatar una vez más, que en Latinoamérica el fenómeno del fraccionamiento cerrado se genera en los centros –políticos, económicos y de poderpara luego expandirse hacia las periferias. De acuerdo con Rodríguez y Mollá, “la reestructuración de la zona central del país se ha manifestado en el crecimiento de sus estados periféricos” 94 . Este crecimiento guarda una estrecha relación con el aumento de inversión multinacional que desde hace alrededor de veinte años y que cada vez se ve con mayor frecuencia en la época actual. Por otro lado, la crisis de mediados de los noventa acrecentó las disparidades económicas de la sociedad convirtiéndose en otro de los factores definidores del auge de las urbanizaciones cerradas pues resulta difícil disuadir la hipótesis de que el fraccionamiento cerrado sea resultado de la más reforzada polarización social. En sus inicios las urbanizaciones cerradas latinoamericanas se localizaban en zonas periféricas o suburbanas favorecidas por sus características naturales. De manera que se conseguía aislamiento de la ciudad, pero conservando buenos accesos a ella. Además, mantenían una alta calidad residencial que hoy en día no ocurre en todos lo casos. En los últimos años los promotores latinoamericanos han ofrecido una mayor diversidad de productos para ajustarse a la demanda y a las posibilidades económicas de los 93 Luis Felipe Cabrales y Elia Canosa, “Nuevas formas y viejos valores”, 97. 94 Isabel Rodríguez y Manuel Mollá, “Urbanizaciones cerradas en Puebla y Toluca”, 517. 53

Mientras que en México los primeros fraccionamientos cerrados se localizaron<br />

cercanos a la ciudad capital durante la década <strong>de</strong> los sesenta poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que en<br />

Estados Unidos se <strong>de</strong>sarrollara la modalidad <strong>de</strong>l suburbio <strong>de</strong> las clases medias altas y la<br />

ciudad jardín europea. También en esta década el fraccionamiento cerrado –bajo la<br />

modalidad <strong>de</strong> condominio- aparece en otras metrópolis como Guadalajara 93 y no fue sino<br />

hasta finales <strong>de</strong> los setenta y ochenta cuando el fenómeno apareció en las actuales ciuda<strong>de</strong>s<br />

medias y gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l país, para constatar una vez más, que en Latinoamérica el fenómeno<br />

<strong>de</strong>l fraccionamiento cerrado se genera en los centros –políticos, económicos y <strong>de</strong> po<strong>de</strong>rpara<br />

luego expandirse hacia las periferias. De acuerdo con Rodríguez y Mollá, “la<br />

reestructuración <strong>de</strong> la zona central <strong>de</strong>l país se ha manifestado en el crecimiento <strong>de</strong> sus<br />

estados periféricos” 94 . Este crecimiento guarda una estrecha relación con el aumento <strong>de</strong><br />

inversión multinacional que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> veinte años y que cada vez se ve con<br />

mayor frecuencia en la época actual. Por otro lado, la crisis <strong>de</strong> mediados <strong>de</strong> los noventa<br />

acrecentó las disparida<strong>de</strong>s económicas <strong>de</strong> la sociedad convirtiéndose en otro <strong>de</strong> los factores<br />

<strong>de</strong>finidores <strong>de</strong>l auge <strong>de</strong> las urbanizaciones cerradas pues resulta difícil disuadir la hipótesis<br />

<strong>de</strong> que el fraccionamiento cerrado sea resultado <strong>de</strong> la más reforzada polarización social.<br />

En sus inicios las urbanizaciones cerradas latinoamericanas se localizaban en zonas<br />

periféricas o suburbanas favorecidas por sus características naturales. De manera que se<br />

conseguía aislamiento <strong>de</strong> la ciudad, pero conservando buenos accesos a ella. A<strong>de</strong>más,<br />

mantenían una alta calidad resi<strong>de</strong>ncial que hoy en día no ocurre en todos lo casos.<br />

En los últimos años los promotores latinoamericanos han ofrecido una mayor<br />

diversidad <strong>de</strong> productos para ajustarse a la <strong>de</strong>manda y a las posibilida<strong>de</strong>s económicas <strong>de</strong> los<br />

93 Luis Felipe Cabrales y Elia Canosa, “Nuevas formas y viejos valores”, 97.<br />

94 Isabel Rodríguez y Manuel Mollá, “Urbanizaciones cerradas en Puebla y Toluca”, 517.<br />

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