Estilo de vida y arquitectura de consumo emulativo - Topofilia

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20.03.2015 Views

3.1 Hacia la búsqueda de la comunidad: Las relaciones sociales en el fraccionamiento cerrado “Porque conocemos el valor de la comunidad” Frase publicitaria de un fraccionamiento cerrado [Somos] muy unidos. Sí hay una comunicación, principalmente para llevar algo bien, se aprovecha, como una familia que son los vecinos, porque puede ser una familia todo esto, una privada, porque siempre estamos afuera platicando entre nosotros. Hay una comunicación. Entonces si hay una comunicación. Tenemos seguridad porque siempre vamos a estar atentos a los vecinos “qué se te ofrece, qué no se te ofrece” algo, se va a ofrecer algo. Fernando, residente de fraccionamiento tipo mixto. La búsqueda de pertenencia a una comunidad como justificación al fraccionamiento cerrado es uno de los supuestos básicos con los que Blakely y Snyder desarrollan su trabajo. Siguiendo a estos autores, la comunidad implica compartir: un territorio, experiencias o relaciones sociales, propósitos comunes, tradiciones, instituciones y estructuras sociales y económicas, además de participación de sus miembros. 152 De una manera similar a la del caso estadounidense descrito por estos autores, los residentes de la ciudad de Hermosillo buscan, en síntesis, un lugar tranquilo, donde “los niños pueden jugar en las calles”, “sin tanto ruido”, “sin tanto tráfico [vehicular]”, “sin gente sin negocio” (extraños), “un lugar seguro”. No se trata así, de una seguridad tan estrechamente relacionada con la ausencia de actos delictivos, sino con aquella vinculada a una clara pertenencia y apropiación del espacio que se ha traducido en el aislamiento y la exclusión de los otros, los diferentes, los no vecinos. 152 Edward J. Blakely & Mary Gail Snyder. Fortess America, 71. 104

En el trasfondo de todo esto aparece explícita o implícitamente una fuerte necesidad de pertenecer a un grupo con el que se compartan intereses y gustos similares, al menos aquellos que se manifiesten al exterior de la vivienda, por ejemplo, el arreglo de las mismas (homogeneidad arquitectónica). Pero también que se compartan ingresos, lugares de consumo, profesiones, empleos, escuelas, etc. socialmente reconocidas como afines entre los miembros del fraccionamiento (homogeneidad social). En el cien por ciento de las entrevistas a aquellos residentes que ya tenían hijos o que pensaban tenerlos pronto, se manifestó una gran preocupación por mantener el espacio del fraccionamiento libre de extraños y sobre todo, del tráfico vehicular, o bien, se pensó en el cambio de residencia al fraccionamiento cerrado “más que nada por los niños”, “para que los hijos convivieran con niños de su edad” o para que lo hicieran con aquellos de “familias honorables”. Queda claro, que en muchos de los casos abordados existe un intención estratégica de pertenecer a una comunidad identificada como “exclusiva”, “de gente profesionista [y] exitosa” o “realizada en su profesión”, “que tiene el modo” (la posibilidad económica) y “de buen nivel cultural”. Se trata pues, de una estrategia con miras al futuro, de la búsqueda de un estilo de vida que, en los términos explicados en el primer capítulo de este documento, devenga en una apariencia de estatus y de distinción. Cuando se pidió a las personas entrevistadas que otorgaran un valor entre el 1 y el 5, donde 5 representara el más alto sentido de comunidad entre los vecinos de su fraccionamiento, las respuestas difirieron de forma más o menos proporcional al tamaño del fraccionamiento. Así, en aquellos con cientos (y hasta miles) de viviendas, agrupadas en clusters enrejados de 14 hasta 80 casas, se otorgaron valores altos (4 ó 5) si se consideraban 105

3.1 Hacia la búsqueda <strong>de</strong> la comunidad:<br />

Las relaciones sociales en el fraccionamiento cerrado<br />

“Porque conocemos el valor <strong>de</strong> la comunidad”<br />

Frase publicitaria <strong>de</strong> un fraccionamiento cerrado<br />

[Somos] muy unidos. Sí hay una comunicación, principalmente para llevar<br />

algo bien, se aprovecha, como una familia que son los vecinos, porque<br />

pue<strong>de</strong> ser una familia todo esto, una privada, porque siempre estamos afuera<br />

platicando entre nosotros. Hay una comunicación. Entonces si hay una<br />

comunicación. Tenemos seguridad porque siempre vamos a estar atentos a<br />

los vecinos “qué se te ofrece, qué no se te ofrece” algo, se va a ofrecer algo.<br />

Fernando, resi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> fraccionamiento tipo mixto.<br />

La búsqueda <strong>de</strong> pertenencia a una comunidad como justificación al fraccionamiento<br />

cerrado es uno <strong>de</strong> los supuestos básicos con los que Blakely y Sny<strong>de</strong>r <strong>de</strong>sarrollan su<br />

trabajo. Siguiendo a estos autores, la comunidad implica compartir: un territorio,<br />

experiencias o relaciones sociales, propósitos comunes, tradiciones, instituciones y<br />

estructuras sociales y económicas, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> participación <strong>de</strong> sus miembros. 152 De una<br />

manera similar a la <strong>de</strong>l caso estadouni<strong>de</strong>nse <strong>de</strong>scrito por estos autores, los resi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la<br />

ciudad <strong>de</strong> Hermosillo buscan, en síntesis, un lugar tranquilo, don<strong>de</strong> “los niños pue<strong>de</strong>n<br />

jugar en las calles”, “sin tanto ruido”, “sin tanto tráfico [vehicular]”, “sin gente sin<br />

negocio” (extraños), “un lugar seguro”. No se trata así, <strong>de</strong> una seguridad tan estrechamente<br />

relacionada con la ausencia <strong>de</strong> actos <strong>de</strong>lictivos, sino con aquella vinculada a una clara<br />

pertenencia y apropiación <strong>de</strong>l espacio que se ha traducido en el aislamiento y la exclusión<br />

<strong>de</strong> los otros, los diferentes, los no vecinos.<br />

152 Edward J. Blakely & Mary Gail Sny<strong>de</strong>r. Fortess America, 71.<br />

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