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20.03.2015 Views

esperanza, por ejemplo de cubrir su cuota o si forma parte de una acción pronta a realizar. En nuestros fraccionamientos lo explicamos desde el punto de la adquisición de una vivienda, la cual puede obtenerse como esperanza, o bien como una acción que compone un proyecto, y en ambos casos, los significados que su obtención trae consigo, en esto se incluye otros elementos de consumo con el fin de lograr el evento completo. Integralmente, al interesarnos por la opinión de otros sobre nuestra forma de consumo, autorizamos la comparación –consumo comparativo- ante las personas. Consumir de manera prudente a los ojos de quienes nos atañen es una forma de evitar temor y la pena ocasionada en caso de no hacerlo correctamente. Si más se consume, entonces más se será sujeto de comparación, entonces mayor consumo generado pues habrá más necesidades. En este sentido, es prudente mencionar que, al crecer la ciudad e incluirse como ciudadano en pequeños núcleos, las comparaciones son ante los mismos integrantes. El grupo social de comparación se ve reducido y con ello el sujeto ya no debe competir más con los millonarios o los altos empresarios, sino con gente similar que trabajan, asisten a los mismos sitios, hablan y comprenden el mismo lenguaje, lo que hace o podría hacer más agradable y llevadera la competencia. Esta situación puede tomarse como una oportunidad desde el siguiente enfoque: al igual que Lichtenberg, Cortina defiende el consumo como precursor de la apertura a la igualdad, que se logra no en base al empleo y número de horas laborales, sino en la actividad propia y el modo de llevarla a cabo, a diferencia de las imposibilidades propuestas, por ejemplo, en el sistema socialista. Así, la manera sensata de consumir de acuerdo a los intereses individuales y sociales otorga más que el consumo inmoderado de objetos no significativos. Ahora, lo inmoderado del consumo parte de los significados transmitidos por cada producto. Douglas e Isherwood (1990) añaden a los valores el nivel de información transmitida, ya que, como hemos mencionado, deben ser comprendidos 98

dentro de un trasfondo cultural. Estos autores dividen los productos en tres tipos. El primer tipo de productos ordinarios, el segundo de tecnología, y el tercero de información. Estos fungen con acotamientos donde los pertenecientes a sociedades privilegiadas logran obtener y dominar los tres niveles, siendo indispensable el saberles usar de forma habitual, con camaradería hacia los mismos; así se indicará el nivel al que se pertenece. Las personas de la clase privilegiada, entonces, dedicarán gran parte de su vida a adquirirles y otra gran parte a aprender a manejarlas adecuadamente, así que los productos operarán, al mismo tiempo, como objetos de exclusión. En palabras de Baudrillard (1969, pp. 190-191) el consumo no se estudiará con base en el valor de uso, sino en los signos consumidos con el producto. Contrariamente, de obtener un nivel al cual no se pertenece, lejos de un consumo igualitario o comparativo, se generaran posturas negativas entre el resto del grupo, debido a los objetos con significados opuestos. Esta explicación, refuerza un valor de cambio en los objetos mayor al valor de uso, y el concepto de ; cada uno tendrá su representación muy particular de lo que en realidad se busca al adquirirlos, de acuerdo a una asociación de usos y sensaciones otorgados por la sociedad y por el individuo mismo. Incluso, dichos usos y sensaciones pueden ser reposicionados para enfatizar la jerarquía anhelada. Cortina demuestra que algunos objetos tienen un valor de tipo simbólico basado en razones culturales a espirituales o éticas: por ejemplo las antigüedades. La autora ratifica que “adentrarse al mundo del consumo ignorando el sistema de creencias de una sociedad es arriesgarse a no entender absolutamente nada”. Los significados dados de acuerdo a los valores preestablecidos, repercutirán en si el objeto es digno de valor o no, si resulta necesario o no, si su propietario es aceptado o no. A continuación se da la definición de mercancía según Adam Smith, para entender mejor la relación entre el , “Por mercancías necesarias entendemos no solo las que son indispensables para el sustento, sino todas aquellas cuya falta constituiría, en cierto 99

esperanza, por ejemplo <strong>de</strong> cubrir su cuota o si forma parte <strong>de</strong> una acción pronta a<br />

realizar. En nuestros fraccionami<strong>en</strong>tos lo explicamos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> <strong>la</strong> adquisición <strong>de</strong><br />

una vivi<strong>en</strong>da, <strong>la</strong> cual pue<strong>de</strong> obt<strong>en</strong>erse como esperanza, o bi<strong>en</strong> como una acción que<br />

compone un proyecto, y <strong>en</strong> ambos casos, <strong>los</strong> significados que su obt<strong>en</strong>ción trae consigo,<br />

<strong>en</strong> esto se incluye otros elem<strong>en</strong>tos <strong>de</strong> consumo con el fin <strong>de</strong> lograr el ev<strong>en</strong>to completo.<br />

Integralm<strong>en</strong>te, al interesarnos por <strong>la</strong> opinión <strong>de</strong> otros sobre nuestra forma <strong>de</strong><br />

consumo, autorizamos <strong>la</strong> comparación –consumo comparativo- ante <strong>la</strong>s personas.<br />

Consumir <strong>de</strong> manera pru<strong>de</strong>nte a <strong>los</strong> ojos <strong>de</strong> qui<strong>en</strong>es nos atañ<strong>en</strong> es una forma <strong>de</strong> evitar<br />

temor y <strong>la</strong> p<strong>en</strong>a ocasionada <strong>en</strong> caso <strong>de</strong> no hacerlo correctam<strong>en</strong>te. Si más se consume,<br />

<strong>en</strong>tonces más se será sujeto <strong>de</strong> comparación, <strong>en</strong>tonces mayor consumo g<strong>en</strong>erado pues<br />

habrá más necesida<strong>de</strong>s. En este s<strong>en</strong>tido, es pru<strong>de</strong>nte m<strong>en</strong>cionar que, al crecer <strong>la</strong> ciudad e<br />

incluirse como ciudadano <strong>en</strong> pequeños núcleos, <strong>la</strong>s comparaciones son ante <strong>los</strong> mismos<br />

integrantes. <strong>El</strong> grupo social <strong>de</strong> comparación se ve reducido y con ello el sujeto ya no<br />

<strong>de</strong>be competir más con <strong>los</strong> millonarios o <strong>los</strong> altos empresarios, sino con g<strong>en</strong>te simi<strong>la</strong>r<br />

que trabajan, asist<strong>en</strong> a <strong>los</strong> mismos sitios, hab<strong>la</strong>n y compr<strong>en</strong><strong>de</strong>n el mismo l<strong>en</strong>guaje, lo que<br />

hace o podría hacer más agradable y lleva<strong>de</strong>ra <strong>la</strong> compet<strong>en</strong>cia.<br />

Esta situación pue<strong>de</strong> tomarse como una oportunidad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el sigui<strong>en</strong>te <strong>en</strong>foque:<br />

al igual que Licht<strong>en</strong>berg, Cortina <strong>de</strong>fi<strong>en</strong><strong>de</strong> el consumo como precursor <strong>de</strong> <strong>la</strong> apertura a<br />

<strong>la</strong> igualdad, que se logra no <strong>en</strong> base al empleo y número <strong>de</strong> horas <strong>la</strong>borales, sino <strong>en</strong> <strong>la</strong><br />

acti<strong>vida</strong>d propia y el modo <strong>de</strong> llevar<strong>la</strong> a cabo, a difer<strong>en</strong>cia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s imposibilida<strong>de</strong>s<br />

propuestas, por ejemplo, <strong>en</strong> el sistema socialista. Así, <strong>la</strong> manera s<strong>en</strong>sata <strong>de</strong> consumir <strong>de</strong><br />

acuerdo a <strong>los</strong> intereses individuales y sociales otorga más que el consumo inmo<strong>de</strong>rado<br />

<strong>de</strong> objetos no significativos.<br />

Ahora, lo inmo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong>l consumo parte <strong>de</strong> <strong>los</strong> significados transmitidos por<br />

cada producto. Doug<strong>la</strong>s e Isherwood (1990) aña<strong>de</strong>n a <strong>los</strong> valores el nivel <strong>de</strong><br />

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