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20.03.2015 Views

) Los cotos residenciales Uno de los resultados del enfoque de la sociedad de consumo, es la segregación socioresidencial, que se presenta como característica relevante de la ciudad contemporánea, y son los fraccionamientos cerrados los mejores representantes de esta nueva forma de vivir. Las investigaciones sobre el espacio privado y los cotos, han aflorado al tiempo que los mismos se han multiplicado, desde sus inicios, destinados a clases privilegiadas, hasta la fecha, cuando existen para todos los mercados, incluso el medio bajo. Los estudios coinciden, principalmente, en abordar el tema desde el elemento seguridad, aunque la explicación siempre va aunada al aspecto de mercadeo mediante el que se desarrolla la adquisición y selección. Un ejemplo claro sobre la seguridad que representa el espacio privado es explicado por Giglia (2003), quien hace referencia a la pérdida de intensidad de lo público mientras este pueda ser adquirido por algunos: es decir, comprado. Lo público entonces lo es tanto menos si el poder adquisitivo y el valor son mayores. En la ciudad contemporánea, se compran los entornos, el ambiente, los vecinos y los modos; ahora todo es privatizable. En cuanto al origen del concepto, las perspectivas de Blakely (2002) y Low (s/f) muestran estudios internacionales, específicamente en Estados Unidos como punto de partida con las “Comunidades Fortificadas” o “Gated Communities”. La seguridad por medios físicos, para Blakely (2002), aparece como factor principal de la formación de estos núcleos, y considera que alrededor de 4 millones de personas Estadounidenses tienden a seguir este concepto como protección de los inconvenientes urbanos. Blakely clasifica tres categorías del concepto de acuerdo a los estímulos con que son elegidos: en un principio de análisis histórico, basa dos de ellas en el estilo de vida deseado: la primera categoría en la creación de residencias de descanso para jubilados norteamericanos o millonarios, previstos de campos de golf y clubes deportivos, y la segunda, cuando el sistema se derivó a clases medias a partir de los años 80, dondelas 18

ejas simbolizan distinción y prestigio”, cuyos habitantes fueron ejecutivos de alto nivel. Blakely señala la tercer categoría ajena a la idea de “estilo de vida” y perteneciente a una “zona de seguridad”. Aquí, se trata de la defensa de los criminales a quienes se les teme y por los que se justifica el encierro. El fenómeno es considerado por este autor como una tendencia metropolitana, y no aun nacional, pero afirma que la demanda de vivienda encerrada crece al tiempo que se incrementa la plusvalía de las casas en el interior. Low (s/f), por otra parte, se enfoca en la descripción socio-urbana que ocurre en las “Gated Communities”, pues son fraccionamientos cerrados enclavados en medio de una zona “protegida” o de “reserva”, de igual manera en algún sitio un tanto aislado por vías rápidas o áreas desoladas, en cuyos límites se erigen muros o bardas con un acceso restringido y tantas veces vigilado, tal como se restringe el uso de instalaciones, servicios y vialidades, lo que marca un aislamiento no sólo físico, sino también psicológico tanto para los residentes como para los no residentes. (Low, s/f ) La seguridad en los fraccionamientos privados en México también es abordada por varios autores, y se muestra desde el título de artículos como: “Islas de seguridad y distinción dentro del caos. Los fraccionamientos cerrados en Tijuana y Nogales” expuesto por Jesús Ángel Enríquez (2005), quien presenta algunos casos de fraccionamientos en esas ciudades, los cuales surgieron después de la introducción de industrias maquiladoras, con gran necesidad por “mantener servicios básicos, infraestructura y equipamiento de calidad” lo que, aunado a la inseguridad urbana, originó el encierro de viviendas en grupos (2005, p.3). Giglia (2004), del mismo modo, presenta cómo, dentro de algunas zonas de la ciudad de México, la policía privada se responsabiliza “del señalamiento de eventuales sujetos sospechosos.”, y Rodríguez Chumillas (2003) puntualiza la “autoprotección” como uno de los elementos principales del urbanismo privado. 19

ejas simbolizan distinción y prestigio”, cuyos habitantes fueron ejecutivos <strong>de</strong> alto nivel.<br />

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“zona <strong>de</strong> seguridad”. Aquí, se trata <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>f<strong>en</strong>sa <strong>de</strong> <strong>los</strong> criminales a qui<strong>en</strong>es se les teme<br />

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vivi<strong>en</strong>da <strong>en</strong>cerrada crece al tiempo que se increm<strong>en</strong>ta <strong>la</strong> plusvalía <strong>de</strong> <strong>la</strong>s casas <strong>en</strong> el<br />

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Low (s/f), por otra parte, se <strong>en</strong>foca <strong>en</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scripción socio-urbana que ocurre <strong>en</strong><br />

<strong>la</strong>s “Gated Communities”, pues son fraccionami<strong>en</strong>tos cerrados <strong>en</strong>c<strong>la</strong>vados <strong>en</strong> medio <strong>de</strong><br />

una zona “protegida” o <strong>de</strong> “reserva”, <strong>de</strong> igual manera <strong>en</strong> algún sitio un tanto ais<strong>la</strong>do por<br />

vías rápidas o áreas <strong>de</strong>so<strong>la</strong>das, <strong>en</strong> cuyos límites se erig<strong>en</strong> muros o bardas con un acceso<br />

restringido y tantas veces vigi<strong>la</strong>do, tal como se restringe el uso <strong>de</strong> insta<strong>la</strong>ciones,<br />

servicios y vialida<strong>de</strong>s, lo que marca un ais<strong>la</strong>mi<strong>en</strong>to no sólo físico, sino también<br />

psicológico tanto para <strong>los</strong> resi<strong>de</strong>ntes como para <strong>los</strong> no resi<strong>de</strong>ntes. (Low, s/f )<br />

La seguridad <strong>en</strong> <strong>los</strong> fraccionami<strong>en</strong>tos <strong>privados</strong> <strong>en</strong> México también es abordada<br />

por varios autores, y se muestra <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el título <strong>de</strong> artícu<strong>los</strong> como: “Is<strong>la</strong>s <strong>de</strong> seguridad y<br />

distinción <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l caos. Los fraccionami<strong>en</strong>tos cerrados <strong>en</strong> Tijuana y Nogales”<br />

expuesto por Jesús Ángel Enríquez (2005), qui<strong>en</strong> pres<strong>en</strong>ta algunos casos <strong>de</strong><br />

fraccionami<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> esas ciuda<strong>de</strong>s, <strong>los</strong> cuales surgieron <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong> introducción <strong>de</strong><br />

industrias maqui<strong>la</strong>doras, con gran necesidad por “mant<strong>en</strong>er servicios básicos,<br />

infraestructura y equipami<strong>en</strong>to <strong>de</strong> calidad” lo que, aunado a <strong>la</strong> inseguridad urbana,<br />

originó el <strong>en</strong>cierro <strong>de</strong> vivi<strong>en</strong>das <strong>en</strong> grupos (2005, p.3). Giglia (2004), <strong>de</strong>l mismo modo,<br />

pres<strong>en</strong>ta cómo, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> algunas zonas <strong>de</strong> <strong>la</strong> ciudad <strong>de</strong> México, <strong>la</strong> policía privada se<br />

responsabiliza “<strong>de</strong>l seña<strong>la</strong>mi<strong>en</strong>to <strong>de</strong> ev<strong>en</strong>tuales sujetos sospechosos.”, y Rodríguez<br />

Chumil<strong>la</strong>s (2003) puntualiza <strong>la</strong> “autoprotección” como uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> elem<strong>en</strong>tos principales<br />

<strong>de</strong>l urbanismo privado.<br />

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