1 - Albeitar

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mente para contar cargas. Ya que la cantidad
de cada mineral presente en la dieta
se divide por su peso molecular, no hay
diferenciación para una carga proporcionada
por el sodio, en comparación con la
proporcionada por el potasio. En otras
palabras, el cloro posee numerosas funciones
nutricionales importantes que son
únicas para él; estas funciones van aparte
de la contribución del cloro a la determinación
del dUA y el dEB. Este simple
hecho, con frecuencia, plantea confusión,
y ha ocasionado que nuestro conocimiento
de la acidogenicidad y basicidad de la
dieta sea más difícil.
Rendimiento en porcino
Se han llevado a cabo investigaciones insuficientes
para determinar los rangos exactos
de dUA y dEB aceptables en la práctica
comercial. Basándose en los conocimientos
actuales, parecería que un dUA por
debajo de 175 mEq/kg o un dEB por
debajo de 0 mEq/kg deberían evitarse, ya
que la ingestión de alimento y, por tanto, el
índice de crecimiento son alterados
(Patience et al., 1987; Patience y Wolynetz,
1990). En las gráficas 1 y 2 se muestran
dos estudios llevados a cabo en cerdos destetados.
Las dietas experimentales están
basadas en maíz y harina de soja. Los
resultados presentados relativos al rendimiento
de los cerdos con la dieta control,
se establecieron arbitrariamente en 100.
un experimento reciente en el que las
dietas se formularon a una EN constante
al disminuir la proteína cruda y el dEB se
mantuvo al añadir bicarbonato sódico a
las dietas (Patience et al., 2002). No
hubo efecto adverso sobre el rendimiento
o la calidad de la canal, pero no es
posible concluir si el mantenimiento del
dEB fue importante o no.
Sin embargo, debería tenerse en cuenta
que los dUA o dEB “óptimos” en dietas
prácticas pueden estar influenciados por
otros componentes de las mismas. Por
ejemplo, si una dieta contiene niveles
excesivos de aminoácidos sulfurados, serían
necesarios mayores dUA o dEB para
ayudar al organismo a manejar la carga de
ácido resultante de su catabolismo.
Utilización de nutrientes
El dEB ha demostrado su influencia sobre
la utilización de nutrientes, aunque existe
confusión en cuanto al efecto del equilibrio
ácido-base frente al efecto específico
del cloruro en algunas experiencias
(Patience y Chaplin, 1997). Dersjant-Li et
al. (2002) hablan de ligeros cambios en la
energía de mantenimiento, favoreciendo
una dieta más acidogénica. Patience y
Chaplin (1997) y Patience et al. (1986)
mostraron que no hay impacto del dEB o
el dUA sobre la retención de nitrógeno.
Sin embargo, Haydon y West (1990)
demostraron una reducción de la digestibilidad
aparente del nitrógeno, la energía
y los aminoácidos en el íleon terminal con
dEB reducido, aunque observaron que no
afectaba cuando se medía sobre el tracto
gastrointestinal. Si hay un efecto sobre la
utilización de nutrientes, parece que sería
más bajo y probablemente no relevante
en la formulación de dietas comerciales.
El metabolismo óseo también está ligado
al equilibrio ácido-base; es bien sabido
que la degradación de la hidroxiapatita
consume ácido. Esto conduce a especular
si las alteraciones en el equilibrio
ácido-base pueden dar lugar a debilidad
ósea. Ciertamente, esto es probable si la
acidosis tiene lugar durante un periodo
de tiempo amplio, aunque Budde y
Crenshaw (2003) mostraron que la alimentación
a corto plazo con una dieta
acidogénica no conduce a debilidad ósea.
➔
La dieta puede tener,
claramente, un impacto
enorme en el equilibrio
ácido-base, tanto por
la cantidad de ácido o ácido
potencial que contiene,
como también por
la capacidad tamponante
que proporciona.
Una dieta típica para porcino, basada
en granos de cereal, harina de soja, premezclas
y cantidades “típicas” de aminoácidos
sintéticos tiene un dUA de entre 250
y 350 mEq/kg y un dEB de entre 150 y
200 mEq/kg (tabla 1). El dUA puede
verse afectado por una reducción en la
proteína cruda o un incremento en el uso
de aminoácidos sintéticos. Por ejemplo, la
harina de soja y la harina de canola son
fuentes ricas de potasio; al reducir la cantidad
de estos ingredientes en la formulación
disminuirá de forma inevitable el
dEB. Por la misma razón, al aumentar la
cantidad de hidrocloruro de lisina disminuirá
el dEB por medio del incremento de
chloride. Ya que el descenso en ingredientes
ricos en proteína se asocia, con frecuencia,
con un aumento en lisina HCL
en la formulación de las dietas, el impacto
en el dEB será mayor. Como se observa en
la tabla 1, al disminuir los niveles de proteína
cruda entre 2 y 3 puntos de porcentaje
no se disminuye el dEB por debajo de
100 mEq/kg, utilizando formulaciones
basadas en trigo. Por tanto, parece improbable
que las dietas basadas en granos de
cereal y proteínas vegetales tengan niveles
de dEB lo suficientemente bajos como
para disminuir los rendimientos.
Es importante, así mismo, destacar
que las dietas formuladas utilizando un
sistema de energía neta tenderán a disminuir
el dEB debido a la tendencia a descender
los niveles de proteína cruda y un
mayor uso de aminoácidos sintéticos. En
la tabla 3 se resumen los resultados de
’111