Ruido - Diputación de Málaga

soportan la marcha junto a otros 2.000 de la zona de El Romeral, en
Teatinos, donde el crecimiento del número de bares también les impide
descansar, como ya han hecho saber en varias ocasiones el
Ayuntamiento. No hay frase más elocuente que la de una vecina de la
calle Beatas: «Mi hija escucha a Ricky Martin en su cama, y mientras en
el bar de abajo bailan, ella intenta fallidamente dormir».
Los vecinos del centro, que siempre han sido los más guerrilleros,
siguen enarbolando el estandarte del descanso, pero como pliego de
descargo para el Ayuntamiento ahora al menos el área de Medio
Ambiente se toma el problema en serio, según indica su presidenta
María José Soriano, aunque matiza que «aún no han conseguido
solucionarlo». No obstante, la realidad sigue siendo muy parecida a la
de hace una década, lo cual indica que no ha habido grandes cambios:
trece calles siguen estando en la 'lista negra' de las zonas
acústicamente saturadas, es decir donde los niveles de ruido superan
los 75 decibelios (o lo que es lo mismo el sonido que emite la
maquinaria industrial): Beatas, Casapalma, Comedias, Denis Belgrano,
Granados, Hernán Ruiz, Juan de Padilla, Lazcano, Mariblanca,
Mosquera, Nosquera, plaza de los Mártires y plaza de San Francisco, y
otras 16 están a punto de sumarse a esta enumeración.
Pero, ¿cómo afecta el ruido a los que lo padecen? Un exhaustivo estudio
realizado por la psicóloga de la Universidad de Málaga Clara
Martimportugués sobre la población de vecinos del centro, 'Efectos no
auditivos (psicológicos) del ruido en la comunidad del Centro Histórico'
concluye que el 70% de los encuestados dice que el ruido interfiere en
su sueño, lo que les hace sufrir efectos psicológicos negativos, entre
ellos, cambios de estados de ánimo, agresividad, irritabilidad y
nerviosismo. Todos estas consecuencias se agravan aún más en
personas mayores que padecen problemas cardiovasculares, ya que está
probado que el ruido produce alteraciones de la presión sanguínea, del
pulso y la respiración. Otros estudios europeos aseguran que también
puede afectar al aparato digestivo acarreando trastornos
gastrointestinales, y que también incide en el equilibrio provocando
vértigos.
Málaga, al ser una urbe con más de 100.000 habitantes, está obligada
por la UE a tener un mapa de ruidos, que el Ayuntamiento hizo público
en 2007. Y la realidad, con las mediciones en la mano, es que todas las
barriadas de la capital superan por la noche el nivel ruido
recomendable cifrado en 55 decibelios, y durante el día la situación
tampoco mejorara ostensiblemente, ya que todos los distritos menos el
este (El Palo y Pedregalejo), Ciudad Jardín, Puerto de la Torre y
Churriana rebasan la barrera de los 65 decibelios, que según la OMS
puede empezar a considerarse pernicioso para la salud.
El área de Medio Ambiente realizó 962 denuncias el año pasado por
temas de contaminación acústica, aunque en esta relación sobresalen
las de escándalo en la vía pública, problemas de vecindad y ruidos de
guía de actuación 55