Ruido - Diputación de Málaga

V. LEGISLACIÓN Y DISPOSICIONES NORMATIVAS.
En el tratamiento del ruido como contaminante siempre ha habido
multitud de lagunas legales. La primera declaración internacional que
contempló sus consecuencias se remonta a 1972, cuando la
Organización Mundial de la Salud (OMS) catalogó el ruido como un tipo
más de contaminación.
En nuestra Constitución, el ruido no es un título específico ni existe
mención al mismo ni a la protección contra sus efectos. No obstante,
aún careciendo de un título constitucional específico, se afirma que la
protección y tutela frente al ruido puede derivarse de diversos artículos
con los cuales guarda íntima conexión y legitiman la acción de la
persona para luchar contra la contaminación acústica, en concreto los
siguientes:
• Artículo 18 (derecho a la intimidad e inviolabilidad del
domicilio). 6
• Artículo 42 (obligación de los poderes públicos de velar por la
seguridad y la higiene en el trabajo).
• Artículo 43 (derecho a la protección de la salud).
• Artículo 45 (derecho a gozar de un medio ambiente adecuado).
En el acta del 11 de Mayo de 1989, el Tribunal Supremo
reconoce este hecho al afirmar que " el sistema jurídico ambiental
integra de diversos Subsistemas, entre ellos la lucha contra la
contaminación de cualquier tipo, incluida la acústica".
Entre las disposiciones normativas:
‣ Dentro de éstas destacamos como norma más tradicional en esta
materia el Reglamento, de 30 de Noviembre de 1961, de
Actividades Calificadas, que habilita a la Administración para
dictar ordenanzas, someter a licencia las actividades ruidosas,
dictar órdenes individuales y ejercer la potestad sancionadora.
6 Este derecho puede verse especialmente afectado ya que se puede afirmar que los
ruidos que penetran en el domicilio constituyen ingerencias de acuerdo con el art.
8 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos.
24 No al ruido