Guía Práctica para cuidadores de personas con depresión

Guía Práctica para
cuidadores de personas
con depresión
Guía Práctica para cuidadores de personas con depresión 0

Guía Práctica para
cuidadores de personas
con depresión
AUTORÍA:
Janire Barruso Fernández
Sandra López Gómez
Álvaro López Henares
Andrea Tomé Rodríguez
Guía Práctica para cuidadores de personas con depresión 1

Guía Práctica para cuidadores de personas con depresión 2

Índice
Índice .................................................................................................. 3
Justificación ........................................................................................ 4
Introducción ........................................................................................ 6
Sobre la depresión ................................................................................ 7
¿Qué es la depresión?.................................................................... 7
Importancia del diagnóstico médico. ................................................. 7
Factores de riesgo. ........................................................................ 8
¿Qué necesidades tiene mi familiar?................................................. 9
Preguntas frecuentes. .................................................................. 14
Mitos sobre la depresión ...............................................................18
Sobre el cuidado y el cuidador ............................................................ 20
¿Qué es cuidar? .......................................................................... 20
Cambios que se pueden detectar en el cuidador. .............................. 21
Cómo detectar el síndrome del cuidador. ......................................... 22
Cómo cuidarte ............................................................................ 24
Consejos prácticos para el cuidador ............................................... 27
Derechos y deberes del cuidador ................................................... 29
Bibliografía ........................................................................................ 30
Guía Práctica para cuidadores de personas con depresión 3

Justificación
En el presente documento que lleva por título "Guía Práctica para
cuidadores de personas con depresión", se ha considerado
conveniente establecer dos objetivos fundamentales:
En primer lugar, llegar al mayor número de personas posible, tanto
cuidadores actuales como potenciales. La intención es promover
una mejor toma de decisiones en el cuidado de personas con una
patología de origen depresivo.
En segundo lugar, ofrecer al cuidador, que de forma altruista presta
sus cuidados, un apoyo para sobrellevar la carga tanto física como
emocional que supone la atención constante del enfermo en el día a
día.
A través de una mejora de los conocimientos y presentación de las
distintas opciones viables, se trata de ofrecer, de forma sencilla y
breve, todo lo necesario para poder cubrir estos dos objetivos
planteados.
Barruso Fernández, Janire
López Gómez, Sandra
López Henares, Álvaro
Tomé Rodríguez, Andrea
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Introducción
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada
cinco personas ancianas llegará a desarrollar un cuadro depresivo.
En la mayor parte de los casos esta enfermedad tiende a la
cronicidad o a la recaída.
Tras el diagnóstico de la enfermedad, el anciano puede requerir la
ayuda de otra persona en la satisfacción de sus necesidades o en la
consecución de las actividades de la vida diaria. Es en esta etapa
cuando el papel del cuidador se hace patente. La carga que la
figura del cuidador debe soportar tanto física como emocionalmente
puede acarrear consecuencias de distinta índole: irritabilidad,
agotamiento, debilidad, dolores de cabeza, dolores musculares,
entre otras. La persona que decide llevar a cabo esta tarea, debe
ser consciente de las dificultades a las que se va a enfrentar
durante todo este proceso.
En conclusión, debido a su alta prevalencia, su impacto en la salud
y en la sociedad, la depresión constituye un reto para los
cuidadores, así como para los profesionales de la salud.
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Sobre la depresión
¿Qué es la depresión?
Se entiende por depresión el estado de ánimo triste que continúa en
el tiempo, aún incluso habiendo desaparecido la causa de su
origen, o bien una manifestación exagerada de la misma.
En algunos casos más graves, puede aparecer incluso sin una
causa aparente. Suele ser habitual que la persona pierda interés
por lo que le rodea, sintiéndose incapaz de continuar realizando
aquellas tareas cotidianas.
Cabe destacar que en caso de que el cuidador note alguna actitud
rara o diferente en el anciano, no hay que tener reparo en consultar
al médico y aclarar las dudas.
Importancia del diagnóstico médico.
La depresión en el adulto supone un importante problema de salud
debido a que se dan muchos casos, repercute en la calidad de vida
del paciente y tiene un papel fundamental como uno de los
principales factores de riesgo de suicidio.
A pesar de todo lo anterior, se diagnostican pocos casos y por
consiguiente no se recibe el tratamiento correspondiente. Por lo
tanto el manejo de esta enfermedad es un desafío.
Es muy importante detectar la depresión lo antes posible para
establecer un tratamiento específico. De esta forma, los síntomas
son menos duraderos en el tiempo y su manejo y curación se
consigue de forma más rápida, por lo que los pacientes disminuyen
su sufrimiento.
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Factores de riesgo.
La depresión es un proceso complicado en el que forman parte
distintos elementos. La probabilidad de que esta se desarrolle
depende de un amplio grupo de factores de riesgo. Sin embargo, es
difícil concretarlos ya que es complicado establecer cuáles podrían
influir en el inicio o en el mantenimiento de la enfermedad. A
continuación se analizan algunos de ellos:
Factores personales y sociales
La depresión es una importante causa de discapacidad, que afecta
más a las mujeres.
Las enfermedades crónicas, tanto las físicas como las mentales, el
consumo de alcohol y tabaco son factores de riesgo importantes.
La ansiedad también está fuertemente relacionada con la
depresión.
En cuanto a las circunstancias sociales, se han destacado los
recursos económicos y la situación laboral. Las personas de bajo
nivel económico y en desempleo tienen más probabilidad de sufrir
esta enfermedad.
Así mismo, el estado civil (soltero, viudo o divorciado) y sufrir estrés
habitualmente pueden influir en este proceso.
Factores familiares y genéticos
Si en la familia ha habido personas que han sufrido depresión,
existe mayor probabilidad, en concreto el doble que el resto de la
población, de que los descendientes también la sufran a lo largo de
su vida.
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¿Qué necesidades tiene mi familiar?
Sueño y descanso
La ansiedad y la depresión afectan a la capacidad de conciliar y
mantener el sueño. Puede que las personas con depresión estén
sometidas a mucho estrés y esto les impida dormir. Habitualmente
también suelen tener pesadillas o un sueño poco reparador, lo cual
les impide descansar correctamente.
Consejos para el cuidador:
Establece un horario fijo para que duerma solamente lo
indispensable, dejando a un lado las siestas o cabezadas.
Haz que pase tiempo entre la cena y la hora de acostarse. Las
cenas no deben ser abundantes.
Si no logra conciliar el sueño, debes levantarle para que
realice alguna actividad relajada como leer.
Ofrécele una infusión relajante antes de que se vaya a la
cama.
Asegúrate de que ha orinado antes de dormir, así no se
despertará para ir al baño.
Evita que realice actividades que le puedan alterar y que tome
estimulantes (café, té, alcohol...) antes de acostarse.
Comer y beber de forma adecuada.
El bajo estado de ánimo y la tristeza pueden dar lugar a una
pérdida de apetito, o por el contrario, a darse atracones de comida.
Además, la falta de motivación y la desgana dan lugar a una
pérdida de interés por la preparación de la comida, llevando a la
persona a llevar una dieta de mala calidad y perjudicial para su
salud.
Consejos para el cuidador:
Pésale regularmente, así controlarás si gana o pierde peso
en poco tiempo.
Establece horarios y rutinas para todas las comidas.
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Intenta que siempre coma acompañado, así te aseguraras de
que coma por lo menos lo necesario o por el contrario que no
se exceda. Además, se sentirá mejor.
Asegúrate de que lleva una dieta variada y equilibrada.
Consulta con el médico la más adecuada para su caso.
Comienza solicitando su colaboración para realizar la comida
y después anímale para que sea él mismo quién cocine sus
propios alimentos
Acompáñale al supermercado y garantiza que los alimentos
que escoge sean de calidad.
Haz que aumente su apetito cocinando platos que sean de su
agrado.
Felicítale por sus avances.
Eliminar los desechos corporales.
La medicación en algunas ocasiones puede provocar
estreñimiento.
Consejos para el cuidador:
Intenta que tome de uno a dos litros de agua al día.
Sugiere que tome líquidos calientes por la mañana.
Añade a su dieta frutas y verduras ricas en fibra natural
(papaya, limón, melón, sandía, mango y ciruela pasa).
Evita en su dieta alimentos que absorben agua (astringentes)
y favorecen el estreñimiento (manzana, plátano y pera).
Intenta que lleve una rutina cotidiana de ejercicio.
Consulta con el médico cualquier duda que tengas sobre que
alimentos son los más recomendados y cuáles no.
Vestirse y desvestirse. Usar prendas de vestir adecuadas.
Las personas con depresión tienen una sensación de desgana
hacia las actividades rutinarias, como puede ser el simple hecho de
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vestirse. Como resultado acaban poniéndose cualquier cosa o no
queriendo salir a la calle por no tener que vestirse.
Consejos para el cuidador:
Ten paciencia a la hora de que realice actividades rutinarias.
Dale pequeñas opciones, como: ¿qué prefieres esta camisa o
esta otra?
Ayúdale a ponerse la ropa, en caso de que no pueda o no se
vea con fuerza.
Sugiérele que utilice alguna prenda que resalte la parte que
más le gusta de sí mismo. Así fortalecerás su autoestima.
Cómprale alguna prenda que él desee y con la que se sienta
cómodo.
Mantenimiento de la higiene corporal.
Las personas con depresión habitualmente se sienten tristes y
desganadas e incluso las actividades del día a día pueden verse
descuidadas, como por ejemplo la higiene personal.
Consejos para el cuidador:
Ayúdale si no puede en su aseo diario.
Ten paciencia, ya que en muchas ocasiones se negará. Hazle
saber que te preocupas por él y que estás para ayudarle.
Plantéale el aseo como un momento placentero que
proporciona bienestar.
Se cuidadoso en la manera de asearle. Trátale con confianza
y cercanía.
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Evitar los peligros del entorno y evitar dañar a los demás
(Seguridad).
En ocasiones las personas con depresión no son conscientes de los
peligros del entorno, por lo que actúan de forma imprudente (cruzar
una carretera por la que pasan coches, conducir de forma
temeraria, etc.) Además, no son conscientes de que sus actos
pueden dañar a las personas que les rodean o incluso a sí mismos.
Consejos para el cuidador:
Alértale de los peligros del entorno.
Hazle entender que su vida y la de los demás es algo muy
valioso.
Evita que realice actividades que puedan poner en peligro su
vida o la de otros.
Ofrécete para acompañarle. Así fortalecerás vuestra relación y
podrás supervisarle.
Participar en actividades de ocio
El tiempo de ocio es muy importante, ya que favorece las relaciones
con otras personas, ofrece la posibilidad de desahogarse y de
expresar sentimientos y emociones, haciendo que disminuya la
ansiedad. Así mismo, proporciona una desconexión de su
problema. Sin embargo, la mayoría de las veces las personas con
depresión son incapaces de disfrutar de estos momentos y dejan
las relaciones personales de lado.
Consejos para el cuidador:
Muéstrale este tiempo como un momento de desahogo y de
diversión y no como una obligación.
Hazle ver pacientemente que le viene bien pasar tiempo con
los demás para así olvidarse momentáneamente de sus
problemas.
Busca un nuevo hobby que podáis realizar juntos (bricolaje,
deporte, colecciones...).
Dale la posibilidad de llamar a sus amistades.
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Comunicarse con los otros.
Muchas de las personas que sufren depresión tienen miedo a ser
juzgadas por lo que tienden a ocultar sus síntomas y a no hablar
acerca de sus sentimientos y terminan por aislarse.
Consejos para el cuidador:
No le juzgues.
No preguntes por la causa de la depresión.
No alimentes sus quejas ni fomentes discursos negativos.
Mantén una postura neutra cuando hable sobre aspectos
negativos de su vida.
Elogia cada uno de sus avances, especialmente al principio y
por muy pequeños que sean. Las críticas y los reproches
activan los sentimientos propios de la depresión; los elogios y
las alabanzas suben la autoestima y tienden a subir el ánimo.
No trates de animarle ni consolarle, solo escúchale.
Habla abiertamente sobre la depresión y sobre sus
sentimientos.
Trabajar para sentirse realizado.
Cuando se está deprimido es normal estar más pasivo, cayendo
en un círculo vicioso de baja autoestima e inactividad que dan
lugar a la incapacidad para trabajar.
Consejos para el cuidador:
No le obligues a estar más activo.
Planifica junto a él las actividades para llevar a cabo al día
siguiente.
Ayúdale a reconocer las fuentes de estrés en su trabajo y a
encontrar la forma más adecuada para hacerlas frente.
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Otros consejos:
Asegúrate de que toma la medicación y coméntale la
importancia de que no abandone el tratamiento.
Si la persona habitualmente toma alguna sustancia como
tabaco o alcohol, seguramente el médico habrá recomendado
evitar su consumo, por lo tanto dale ejemplo y evítalas tú
también, sobre todo delante de él.
Toma en serio cualquier pensamiento de suicidio y muestra
disposición a hablar sobre el tema abiertamente. Pide ayuda
si se confirman tus sospechas.
Preguntas frecuentes.
¿Cómo se si mi familiar está sufriendo una depresión o es
simplemente una mala racha?
Los malos momentos son estados que tienen principio y final y una
razón por la cual sentirse de esa manera. Duran pocos días y no
imposibilitan la actividad cotidiana. Uno se recupera naturalmente
de ese mal momento, sin necesidad de generar acciones o
conductas
nuevas.
La depresión, en cambio, no tiene por qué referirse a un
acontecimiento en particular ni a una situación presente. A veces ni
siquiera sabemos por qué nos sentimos así, hacemos un recorrido
de nuestro presente y pasado y no encontramos causas o
situaciones que sean las que hayan desencadenado el estado en el
que nos encontramos.
¿Qué puedo hacer para que mi familiar no esté tan deprimido y
sin ganas de nada?
Es inútil pedir a una persona deprimida que nos explique qué es lo
que le pasa. No podrá hacerlo, puesto que es posible que ni
siquiera ella sepa la respuesta. Si insistimos, lo único que
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conseguiremos es convencerle más de que no se le entiende y, en
algunos casos, irritarle. Hay que entender que si está así, no es por
gusto.
Tres son los pilares del tratamiento de la depresión:
Médico/farmacológico, psicológico y el apoyo socio-familiar. “Todos
ellos son necesarios, pero ninguno por sí solo es suficiente”:
El tratamiento médico tendrá que ser responsabilidad del
psiquiatra que prescribirá la pauta correspondiente:
generalmente ansiolíticos y/o tranquilizantes, hipnóticos y
antidepresivos. Seguir fielmente sus indicaciones ayudará a
mejorar el estado de la persona afectada. Es importante
recordar que NUNCA hay que automedicarse.
El tratamiento psicológico consiste en informar sobre la
enfermedad, combatir los pensamientos negativos, establecer
objetivos y metas, recuperar las actividades placenteras,
favorecer la descarga emocional…
El apoyo socio-familiar es igual de importante que los dos
anteriores.
La familia supone el soporte para la persona afectada, donde va a
encontrar apoyo y comprensión.
Lo que no se debe hacer o
decir a una persona deprimida
Tienes que poner de tu parte
Te vendría bien un viaje
Ya se te pasara solo. Lo peor en
estos casos es meterse en
médicos
¿Qué podemos hacer o decir
entonces?
Recomendarle que visite a un
especialista
Respetar sus sentimientos
Mostrarle apoyo, interés
comprensión y atención. Ofrecerle
seguridad
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Lo que pasa es que no tienes
problemas importantes…
¡Si tuvieses algo de qué
preocuparte de verdad!
¿Me quieres explicar qué es lo
que te pasa?
Fomentar su sensación de control
Procurar que haga cosas y animarle
cuando lo haga
Si tú quisieras… Fomentar los pensamientos
positivos
Pero ¡si no te falta de nada! Permitir que afloren las emociones
Procurar mantener una actitud
positiva
Si las cosas no van como nos
gustaría, no sentirnos culpables
Muchas veces, por desconocimiento, y ante el agobio que puede
producir tener a una persona cercana que sufre depresión, los
familiares recurren a frases de lo más inapropiado, que pueden
causar mucho daño y entorpecer el proceso de recuperación.
Precisamente, el principal problema que sufren las personas que
padecen una depresión es su falta de ánimos para realizar tareas
que anteriormente llevaban a cabo de forma cotidiana. Ante estos
comentarios, se sentirá poco apoyado, por lo que su estado tenderá
a empeorar. Aunque puede haber momentos de rabia ante la
impotencia, resulta necesario hacer un esfuerzo para evitar decir
nada parecido.
¿Cómo puedo reconocer los signos de suicidio?
Muchas personas antes de acabar con sus vidas, manifiestan una
serie de signos que hacen posible percibir el riesgo suicida. Por
eso, es muy importante que las familias conozcan cuáles son estas
señales de alerta para así poder actuar y poner remedio antes de
que suceda. Algunas señales podrían ser las siguientes:
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Comentarios negativos sobre sí mismo o sobre su futuro. “mi
vida no tiene sentido”, “Lo mío no tiene solución”, “quiero
terminar con todo”.
Comentarios relacionados con la muerte. “Quiero descansar”,
“Me pregunto cómo sería la vida si estuviese muerto”
Despedidas verbales o escritas “Quiero que sepas que en
todo este tiempo me has ayudado mucho”
Cambio repentino en su conducta.
Aparición de laceraciones recientes en alguna parte del
cuerpo
Regalar objetos muy personales, preciados y queridos
Cerrar asuntos pendientes
Preparación de documentos para cuando uno no esté
(testamento, seguro de vida…)
¿Qué debemos hacer si no hay mejoría con la medicación que
se da?
Recuerda que son medicamentos lentos en hacer efecto, tardan
alrededor de 6 semanas.
El médico valorará la evolución tras las primeras semanas de
tratamiento, y decidirá si es necesario aumentar la medicación,
cambiarla o añadir otros antidepresivos.
Si persiste la falta de mejoría en 1 ó 2 meses, lo más adecuado es
hacer unos análisis especiales de sangre para comprobar si el
enfermo absorbe o no la medicación.
¿Tiene cura?
Si la depresión es correctamente diagnosticada y tratada, la
persona que la sufre puede llevar una vida estable y sana.
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Mitos sobre la depresión
La depresión es lo mismo que la tristeza:
A pesar de que la tristeza a menudo se considera el síntoma
principal de la depresión, estos términos no son sinónimos. La
tristeza es pasajera y temporal, está causada por experiencias
difíciles en la vida y recuerdos importantes, pero va y viene; no es
constante. Por otro lado, la depresión es una condición crónica, y la
profunda tristeza que sienten las personas deprimidas no se
desvanece por sí sola. Las personas con depresión pueden sentirse
vacías, desganadas, ansiosas y tensas, de forma que ven su vida
diaria como algo increíblemente difícil y doloroso.
Es un signo de debilidad mental
Esta creencia es una de las principales razones por la que tantas
personas eligen sufrir en silencio antes que buscar la ayuda que
necesitan. Sin embargo, nadie elige tener depresión. Es un
complejo trastorno mental que afecta biológica, psicológica y
socialmente a las personas.
Siempre se produce por eventos traumáticos
Si bien ciertas circunstancias pueden desencadenar episodios
depresivos, los hechos por si solos no son toda la causa de la
depresión de una persona. La pérdida de un ser querido, el divorcio
y otras experiencias fuertes en la vida dejarán a cualquier persona
emocionalmente sensible, algún sentimiento de tristeza,
remordimiento, soledad o vacío, por un período prolongado de
tiempo. Sin embargo, para aquellas personas que realmente están
deprimidas, esos síntomas duran más de dos semanas y con
frecuencia se repiten.
No es una enfermedad de verdad
Aunque sus síntomas pueden ser difíciles de reconocer, la
depresión es una condición médica grave.
Al igual que muchas enfermedades, afecta en todos los niveles de
la vida de una persona, desde sus estados de ánimo a sus
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pensamientos. El clasificar esta condición como un simple
problema de personalidad sólo menosprecia cómo se sienten y les
disuade de buscar tratamiento.
Todo está en tu mente
Los síntomas emocionales son considerados los más
característicos de la depresión, pero no son los únicos. Muchas
personas sienten la enfermedad en todo su cuerpo. Según el
Instituto Nacional de Salud Mental, la depresión puede manifestarse
como fatiga, insomnio, cambios inusuales en el apetito, dolores
musculares crónicos y dolores en el pecho.
Un verdadero hombre no se deprime
El hecho de que las mujeres sean dos veces más propensas a
desarrollar depresión no significa que los hombres deban sufrir en
silencio. De hecho, los hombres blancos de mediana edad han
experimentado un aumento en el número de suicidios cada año, y la
mayoría de ellos pueden estar relacionados con la depresión. Los
hombres a menudo expresan la depresión de manera diferente que
las mujeres, lo que hace que sea más difícil de distinguir. El miedo a
parecer menos masculino, fuerte y estable, provoca que se sientan
menos capaces de hablar y recibir la ayuda que necesitan.
Los antidepresivos son la solución para sentirse mejor
Debido a que la depresión se manifiesta de manera diferente en
cada persona, no es el tipo de enfermedad que se arregla con una
pastilla. Los antidepresivos son un tratamiento común prescrito por
los médicos, pero no son la única opción; muchas personas que
sufren de depresión optan por la psicoterapia o una combinación de
métodos para tratar sus síntomas.
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Sobre el cuidado y el cuidador
¿Qué es cuidar?
Biblio zaintzean!
Es la prestación de muchas y variadas actividades de ayuda. Las
características que tiene el cuidado dependen en gran parte de
cada situación particular, sin embargo, existen muchas tareas
comunes a la mayoría de las situaciones de cuidado en la
prestación de ayuda.
Las razones por las que una persona decide cuidar de otras son
múltiples:
- Por deber social y familiar
- Por altruismo
- Porque la persona que lo necesita antes cuidó de ellos
- Por la gratitud y estima que les da la persona que cuidan
Cuidar de una persona que depende en gran medida del cuidador
para satisfacer sus necesidades básicas puede ser una experiencia
realmente satisfactoria y de autorrealización. Se pueden descubrir
aquellas cualidades desconocidas para uno mismo o los demás, y
el desarrollo de los propios talentos de cada uno. Por otro lado,
también puede resultar una de las experiencias más solitarias e
ingratas. Es posible, que en la prestación de ayuda a otro ser
humano nosotros mismos caigamos en la soledad, la tristeza y la
desesperanza.
De lo que no cabe de duda es que la persona que se dedica a
cuidar de otra que lo necesita es una actividad merecedora de
reconocimiento por parte de la sociedad.
Cuanto mayor sea el grado de dependencia, mayor será la cantidad
de tiempo y esfuerzo que la persona cuidadora deberá emplear a la
tarea de cuidar.
Guía Práctica para cuidadores de personas con depresión 20

Cambios que se pueden detectar en el cuidador.
El cuidado de un familiar enfermo por depresión, sumada a otras
posibles patologías existentes, además de afectarla moralmente del
cuidador, absorbe gran parte del tiempo que antes dedicaba a otras
tareas. De esta manera, los cambios que experimenta el cuidador
son muchos y de diversa naturaleza y siempre están condicionados
al cuidado del familiar. A menudo aparecen dolores musculares y
períodos de insomnio, entre otros que se especifican más abajo.
- Cambio de hábitos: el cuidador descubre poco a poco que, sin
apenas darse cuenta, deben cambiar sus costumbres, hasta
transformarlas en las rutinas que su familiar necesita para cubrir sus
necesidades
- Cambios horarios: En la mayoría de las ocasiones, el horario
habitual se adapta a las necesidades de la persona enferma.
- Cambios familiares: en algunas ocasiones, bien la pareja o los
hijos se sienten desplazados ya que su familiar recibe más atención
que el resto de la familia, por ello, otros miembros se sienten
desplazados.
- Cambio en las relaciones interpersonales: de la misma manera,
las amistades, se dejan en un tercer plano. En muchos casos, se
abandonan los amigos para no ser "pesado".
- Cambios en el disfrute de su tiempo libre: el tiempo libre
prácticamente desaparece. Las personas cuidadoras creen en
muchas ocasiones que el ocio es un acto egoísta y cuando
consiguen desconectar aparece el sentimiento de culpa.
- Cambios físicos: La sobrecarga y tensión que supone el cuidado
prolongado de una persona con depresión trae consigo muchas
Guía Práctica para cuidadores de personas con depresión 21

veces consecuencias físicas al cuidador principal, a menudo
aparecen dolores de cabeza, musculares, etc.
- Cambios internos: aparecen cambios que el cuidador reconoce
con el tiempo, sobre todo en los aspectos relacionados con la
valoración de la vida o de las cosas que les rodean.
Si usted experimenta todos o parte de estos cambios puede estar
sufriendo el llamado “Síndrome del Cuidador”.
Cómo detectar el síndrome del cuidador.
El cuidar de otra persona lleva consigo una serie de tareas y de
compromisos. Si dicha situación se dilata en el tiempo puede
amenazar la salud de la persona poniendo en peligro tanto la salud
física como psíquica. Indiscutiblemente puede llegar a pasar factura
a la persona que asume la responsabilidad de cuidar. El primer
paso para no caer en dicha situación consiste en reconocer y
detectar la presencia de las señales de alarma que se presentan, a
continuación, en la siguiente tabla.
DURANTE EL ÚLTIMO MES
¿TE HAS SENTIDO ASÍ?
Problemas de sueño; dificultades para poder conciliarlo o
para permanecer dormido.
SI
NO
Fatiga, pérdida de energía o cansancio.
Aumento del consumo de fármacos, tranquilizantes, o
pastillas para dormir…
Aumento del consumo de café, de tabaco, o alcohol…
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Síntomas físicos como pueden ser: taquicardias, temblor
en las manos, molestias digestivas…
Aumento o disminución del apetito
Problemas de atención de concentración o de memoria.
Desinterés por actividades que antes sí nos interesaban
Actos rutinarios como por ejemplo limpiar sobre lo “ya
limpiado”.
Cambios de humor, irritabilidad, enfadarse fácilmente…
Dar demasiada importancia a los pequeños detalles.
Propensión a sufrir accidentes domésticos, golpes,
caídas…
Sensación de soledad
Cuanto mayor sea la presencia de signos, existe mayor riesgo de
padecer sobrecarga. En consecuencia, debe tomarse en serio la
necesidad de empezar a cuidar de uno mismo y de la propia salud.
Es de suma importancia que el cuidador aprenda a escuchar dichas
señales para poder empezar a tomar las medidas adecuadas para
su prevención.
Si tienes más de tres signos…. Es momento de
empezar a cuidarse.
¿No crees?
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Cómo cuidarte
El sueño
Ya que pasamos una tercera parte de nuestra vida durmiendo, se
trata de una actividad de vital importancia para el ser humano. Por
lo tanto, dedicar el tiempo necesario en ello es indispensable.
Dormir es una necesidad porque la principal función del sueño es la
recarga del propio cuerpo como si de una “máquina” se tratase.
Además, forma parte del proceso de regeneración de células
corporales, permite que se conserve la memoria así como otras
facultades cerebrales, proporciona descanso y estabilidad
emocional y física entre otros.
Si no dormimos lo suficiente o el sueño no es lo suficientemente
reparador, los problemas derivados pueden ser múltiples: falta de
concentración, afectación en la memoria, irritabilidad, probabilidad
de accidentes por quedarse dormido, dolores musculares,
cansancio…
El dormir poco o mal es un problema habitual entre las personas
cuidadoras.
La falta de sueño es un problema frecuente entre las personas
cuidadoras.
¡Tu cuerpo y tu mente necesitan recargarse
Guía Práctica para cuidadores de personas con depresión 24

CONSEJOS PRÁCTICOS PARA EL SUEÑO
Buscar la causa del insomnio
Mantener horarios regulares
Evitar las siestas prolongadas
Hacer ejercicio físico
Evitar el exceso de actividad física y mental antes de acostarnos
Intentar relajarnos antes de dormir (baño, leche caliente...)
Utilizar ropa cómoda
No cenar demasiado
Orinar justo antes de acostarse
Mantener la higiene de la habitación
Si no se duerme, levantarse y practicar alguna actividad relajante
Si hay algún problema o enfermedad, consultar al médico cuanto
antes sea posible
La alimentación
En cualquier circunstancia y etapa de la vida una correcta
alimentación es clave en la vida porque es la base del buen humor,
el equilibrio personal tanto físico como mental, el desarrollo
personal y profesional.
Guía Práctica para cuidadores de personas con depresión 25

Una dieta equilibrada consiste en consumir los nutrientes
necesarios para el correcto funcionamiento del organismo,
buscando así tener una salud óptima.
¡No la descuides!
El ejercicio físico
Es una herramienta muy útil para combatir la depresión y la tensión
emocional. Realizar una actividad física puede ayudarnos a
descargar tensiones y facilitar la desconexión de los problemas que
afectan a nuestra vida.
No se trata de sobrecargar el cuerpo realizando ejercicio de alto
rendimiento, si no con actividades sencillas y prácticas que nos
beneficien. Un ejemplo de ello podría ser pasear o caminar.
Los beneficios del ejercicio físico son múltiples: mejora el sueño, el
estado ánimo, la concentración, refuerza el corazón, amplía la
capacidad de respiración y favorece las relaciones entre personas,
además de aumentar la autoestima y el sentimiento de satisfacción.
Si no realizas ejercicio físico puede ser el
momento de comenzar ¡Anímate!
Las relaciones sociales y aficiones
El cuidar de una persona, puede suponer con frecuencia que se
abandonen, casi sin darse cuenta, relaciones que antes se tenían.
Se produce, poco a poco, un distanciamiento del círculo social, de
Guía Práctica para cuidadores de personas con depresión 26

la familia y amigos. Cada vez dedica menos tiempo con ellos para
emplearlo en el cuidado de la persona dependiente de tal forma que
va en detrimento del suyo propio. A consecuencia de esto se
produce, a veces, una situación de aislamiento que aumenta en la
persona cuidadora la sensación de “sobrecarga”.
La forma de evitar que esto pase, consiste en que la persona
cuidadora se dé tiempo a sí misma para disfrutar de sus aficiones y
actividades de ocio. De esta manera, consigue desconectar y
fortalecer las relaciones sociales. Lo ideal sería encontrar el apoyo
de otro cuidador, aunque sea por un tiempo limitado, que lo haga
posible.
¡A veces, sólo hay que pedir ayuda!
Consejos prácticos para el cuidador
Nunca es fácil aconsejar a una persona, ya que en muchas
ocasiones los consejos son adecuados para unas personas, pero
no lo son para otras. Por esta razón, se proporciona en este
apartado unas referencias generales, con el objetivo de hacer más
llevadera la labor de cuidado.
• Busca información sobre la enfermedad que padece tu familiar,
de esta manera, podrás organizarte mejor y reconocerás de forma
más sencilla los cambios que puedan presentarse.
• Piensa que la duración de cuidado puede alargarse, así que
intenta buscar ayuda, sin esperar a que se ofrezcan. Hará la tarea
más llevadera.
Guía Práctica para cuidadores de personas con depresión 27

• Intenta que toda la familia colabore en las tareas del cuidado. De
esta manera, el rol del cuidador estará más repartido y el
agotamiento será menor.
• Realizar reuniones familiares será útil para una distribución
equitativa de labores y toma de decisiones.
• No desconectes de tu vida anterior, trata de salir y evadirte,
realiza ejercicio y mantén tus aficiones. En estos momentos intenta
hablar de temas que no estén relacionados con el cuidado.
• Fíjate objetivos realistas en el cuidado. No cumplirlos te llevará a
la frustración y a la sobrecarga.
• Experimentar sentimientos contradictorios es normal en una
situación de cuidado. Trata de expresarlos de la mejor manera
posible buscando apoyo en los demás.
• Enfádate con la enfermedad y trata de no hacerlo con tu familiar.
Esta situación está provocada por ella.
• Reconoce las virtudes que posees: tu valentía, tu arrojo, tu
coraje...
Te dará fuerza para continuar.
• Si hace tiempo que no acudes a tu médico, no lo dejes para
después, puede ser el momento adecuado.
Y lo más importante: ¡Si cuidas, cuídate!
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Derechos y deberes del cuidador
Toda persona que asume el cuidado de una persona mayor,
enferma por depresión, debe conocer la existencia tanto de sus
derechos como de sus deberes para asegurar, por un lado, la
integridad de la persona enferma y, por otro, enaltecer su labor
como cuidador.
Las personas cuidadoras deben:
• Respetar y facilitar la inclusión en la vida social de las personas
dependientes.
• Respetar su dignidad como personas.
• Respetar su ritmo personal en la evolución de su enfermedad.
• Respetar su participación en toda aquella toma de decisión donde
sus intereses puedan verse afectados.
• Informar en la medida de lo posible sobre sus derechos y
libertades, sobre las opciones y facilidades disponibles y sobre la
evolución de la legislación que le concierne.
Las personas cuidadoras tienen derecho:
• A sentir tristeza, rabia y miedo por la situación que están viviendo,
a sentirse impotentes y a intentar cambiar las cosas que se puedan
cambiar.
• A sentir y expresar alegría y disfrutar a pesar de la situación de
cuidado.
• A aceptar sus limitaciones y a pedir ayuda.
• A decir que no, cuando crean que tienen que decir que NO.
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• A equivocarse en sus decisiones y a intentar cambiarlas si es
posible y aceptarlas y continuar si no lo es.
• A consultar los problemas y a preguntar las dudas que les puedan
surgir en estas situaciones.
• A recibir de los profesionales implicados toda la información
necesaria sobre aquellas ayudas o recursos que existen para
ayudar a las personas que han decidido cuidar en el domicilio.
• A buscar soluciones que se ajusten razonablemente no sólo a las
necesidades de las personas a las que cuidan, sino también a las
suyas propias.
• A conciliar su vida con las tareas de cuidados.
• A disfrutar de tiempo libre.
• A que las administraciones públicas promuevan y pongan en
marcha servicios dirigidos a las personas cuidadoras que les
ayuden proporcionándoles información, formación y apoyo
psicológico.
RECUERDA
Las personas que cuidan de un familiar dependiente tienen
derecho a practicar un “egoísmo altruista” y cuidar también de
ellas mismas. No solo por ellas mismas, sino porque el familiar
enfermo también se beneficiará de un estado de ánimo positivo
en el cuidador.
Guía Práctica para cuidadores de personas con depresión 30

Bibliografía
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Bibliografía Sandra
Importancia del diagnóstico:
http://www.sergas.es/Docs/Avalia-t/avalia_t201306GPCdepresion_adulto.pdf
Factores de riesgo:
Guía practica 5
Mitos:
Guía Práctica para cuidadores de personas con depresión 31

http://www.20minutos.es/noticia/2242234/0/depresion/mitos/errores/
Necesidades:
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http://shawellnessclinic.com/shamagazine/remedios-caseros-para-el-estrenimiento/
Nanda International. Diagnósticos Enfermeros. Definiciones y clasificación 2009-2010.
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Bulechek, G.; Butcher, H. K.; Dochterman, J. M. Clasificación de intervenciones de
Enfermería (NIC). 4ª ed. Barcelona: Elsevier España, S.L. Barcelona; 2009
http://depresion.about.com/od/ayudaralospacientes/a/Como-Ayudar-A-Familiares-Con-
Depresion-Que-Descuidan-Su-Aseo-Personal.htm(higiene)
http://depresion.about.com/od/ayudaralospacientes/fl/La-ropa-indica-el-grado-dedepresioacuten-del-individuo.htm(vestirse
y desvestirse)
Preguntas frecuentes:
Guía práctica para personas cuidadoras de personas dependientes
Signos de suicidio
http://www.redaipis.org/Conducta%20Suicida%20%28Guia%20para%20Familiares%29
.pdf
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Guía Práctica para cuidadores de personas con depresión 33

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cuidadoras de personas con
depresión"
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