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Año 7 | Número 43<br />

DICIEMBRE 2012 | ENERO 2013<br />

CON SE JO EDI TO RIAL<br />

Adol fo de Vin cen zi<br />

Jorge González<br />

Luz Hen rí quez<br />

An to nio Dal to<br />

DIRECCIÓN<br />

Jorge González<br />

EDI CIÓN<br />

Car la Pan dol fo<br />

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN<br />

Raúl Bruno | Preciada Imagen, Inc.<br />

FOTOGRAFÍA<br />

Silvana Sergio<br />

CORRECCIÓN<br />

Esteban Bertola<br />

COLABORAN EN ESTE NÚME RO<br />

Pablo Bassi, Amneris Blasco, Antonela de Alva,<br />

Horacio de Dios, Eduardo Dubians, Marina García,<br />

Martín Garrido, Nancy Giampaolo,<br />

Antonia Gutiérrez, Silvia Hopenhayn, Nadia Koval,<br />

Roger Alan Koza, Christian Kupchik,<br />

Mauro López Oyanarte, Pablo Philp, Felipe Pigna,<br />

Gabriel Rolón, Lucila Rolón, Carlos Salatino,<br />

Maximiliano Tomas, Mónica Tracey,<br />

Beatriz Traverso, Sergio Varela y Patricio Vega.<br />

PU BLI CI DAD Y RE DAC CIÓN<br />

Tel.: 4943–8276<br />

Pa ta go nes 2463 c1282aca | Bue nos Ai res<br />

Correo: revistaquid@ilhsa.com<br />

Web: yenny-elateneo.com sección Quid<br />

REVISTA QUID<br />

Grupo Ilhsa s.a. es pro pie ta ria de Quid, publi ca ción de<br />

Yenny y El Ate neo. Que da pro hi bi da la repro duc ción del<br />

con te ni do de es ta publi ca ción, aun men cio nan do la<br />

fuen te.<br />

Los edi to res no son res pon sa bles por las opi nio nes<br />

ver ti das por los cola bo ra do res, entre vis ta dos, las no tas<br />

fir ma das y el con te ni do de los men sa jes publi ci ta rios.<br />

Re gis tro Na cio nal de la Pro pie dad In te lec tual Nº 506670.<br />

ISSN 1669738–3.<br />

Dis tri bu ción en loca les Yenny y El Ate neo de la Ci udad de<br />

Buenos Aires, GBA e inte rior del país.<br />

Nuestra cultura define al ocio como los espacios en blanco, el “tiempo libre”, muchas<br />

veces, estos “recreos” que se producen, están cuidadosamente ordenados y catalogados.<br />

La industria del entretenimiento y la del tiempo libre ofertan diferentes opciones<br />

para que compremos rápidamente, que dejemos atrás, ese espacio vacío.<br />

Theodor Adorno, señala en una de sus conferencias recogidas en Consignas: “Fenómenos<br />

específicos del tiempo libre como el turismo o el camping se ponen en marcha<br />

y se organizan con fines de lucro. Al mismo tiempo se marca a fuego en la conciencia<br />

e inconsciencia de los hombres la norma de que el tiempo libre y el trabajo son dos<br />

cosas distintas. Como según la moral del trabajo vigente, el tiempo libre tiene por<br />

función restaurar la fuerza del trabajo, precisamente porque se lo convierte en mero<br />

apéndice del trabajo es separado de este con minuciosidad puritana.” Y es que los<br />

espacios libres y sin consignar, como la falta de espacios de juego para los niños (algo<br />

que el periodista Carl Honoré denunció en su libro Bajo presión) nos enfrenta con el<br />

temor a no producir, a no estar haciendo algo útil.<br />

¿El motor que nos impulsa es el de las responsabilidades del trabajo? ¿Es suficiente<br />

para tener una vida plena? ¿Cómo nos sentimos frente a las horas vacías?<br />

En esta edición que aquí presentamos como “Anatomía del ocio” intentamos abrir<br />

más interrogantes y pensar con cuánto tiempo disponemos para, simplemente, hacer<br />

nada.<br />

Disfruten este nuevo número de Quid.<br />

Adolfo de Vincenzi<br />

Director General<br />

Grupo Ilhsa


MISCELÁNEAS<br />

Premio Letra Sur - Edición 2012<br />

“Sobre ser argentino de otra forma”<br />

La novela Soy lo que quieras llamarme, de Gabriel Dalla Torre fue distinguida<br />

con el Premio Letra Sur. Ese texto, una apasionante indagación sobre<br />

la identidad, relata en primera persona el pasaje de hombre a mujer de<br />

una persona transexual. Esa metamorfosis es al mismo tiempo el eje de<br />

la trama y un extraordinario elemento del discurso. “No tuve el objetivo<br />

determinado de contar una historia sobre personas trans, sí me interesaba<br />

mucho la posibilidad de transformarse en otro o en otra en este caso, de<br />

llevar una doble vida, de haber sido dos, de tener dos nombres o tres o<br />

tantos que ninguno. Creo que una novela tiene que contar un universo y<br />

eso lo era: había un idioma propio,<br />

una épica, tradiciones, aún no<br />

habían sido cooptadas por el poder<br />

o la academia, no eran interpretadas<br />

por nadie y lo mejor era que no<br />

lo necesitaban. Y el hecho de que<br />

esa transmutación de identidad<br />

estuviera prohibida por ley no fue<br />

un elemento menor. Creo que las<br />

prácticas que se derivan de ese<br />

estado fuera de la ley son muy<br />

reveladoras”, comentó el autor a<br />

Quid. Sobre el por qué de la elección<br />

de la temática, destacó: “Siempre me interesó mucho la relación que cada<br />

uno establece con su cuerpo y los demás (incluido el espejo); la forma de la<br />

cara y los rasgos y cómo eso determina la existencia. Lo esencial no es para<br />

nada invisible a los ojos”. Finalmente, destacó: “Supongo que hay un auge<br />

en Buenos Aires del arte trans, donde yo vivo ahora no se percibe tan así,<br />

aún quedan muchas estructuras tambaleantes del antiguo régimen. Creo<br />

que Soy lo que quieras llamarme trasciende un poco lo trans en ese sentido,<br />

habla sobre las ciudades no-porteñas y sus sistemas de control y su<br />

relación con el exterior, sobre el cuerpo de Goliat, sobre las tensiones entre<br />

civilización y barbarie, sobre ser argentino de otra forma”.<br />

Taller de lectura de Silvia Hopenhayn<br />

Temporada verano<br />

Tres relatos entrelazados: Funes, el memorioso, de Jorge Luis Borges; Autobiografía<br />

de Irene, de Silvina Ocampo y En memoria de Paulina, de Adolfo<br />

Bioy Casares.<br />

Único grupo. Informes: silviahop@sion.com<br />

Homenaje<br />

Se publicó María Elena Walsh. En la casa de<br />

Doña Disparate y acompaña la exposición<br />

que se organizó en Villa Ocampo durante<br />

septiembre de este año. Ernesto Montequin<br />

(director de la biblioteca y archivo de la Villa)<br />

y la fotógrafa Sara Facio (Fundación Sur)<br />

fueron los encargados de reunir y compilar<br />

la exhibición. Esta edición es el reflejo de ese<br />

trabajo que incluye la comunicación epistolar<br />

que mantuvieron Walsh y Ocampo más<br />

poemas y artículos publicados en Sur.


LA RECOMENDACIÓN DEL LIBRERO<br />

Quizás se puedan observar varios aspectos sobre el tema central de<br />

este número de QUID a partir de la lectura de Ocio, la novela autobiográfica<br />

de Fabián Casas.<br />

Propongo empezar por la pregunta: ¿en qué sentidos sería válido<br />

asociar al ocio con Ocio? Encontramos al autor, a sus veinte años,<br />

retratado en una instantánea: su madre muerta, su padre derrotado,<br />

su hermano indiferente. La figura activa y alegre que fue su<br />

madre no les legó cosa alguna, algo de su vitalidad, y ahora los<br />

tres hombres no la encuentran por ningún lado. Perdidos en una<br />

casa demasiado grande, incapaces de comunicarse, llevan viviendo<br />

inertes desde hace tiempo. Cito: “Una familia necesita siempre de<br />

un motor; porque si no es evidente la parálisis que se forma cuando<br />

varias personas se amontonan por mandatos biológicos”. Como<br />

primera observación, el ocio aparece asociado a un estado de la<br />

voluntad del joven escritor: dejándose llevar por los días, improductivo,<br />

reunido con un grupo gregario de amigos idénticamente<br />

abandonados, consumiendo música, libros y drogas.<br />

Como segunda observación, Casas sugiere que el ocio también es el<br />

espacio en el que se encuentra con sus lectores. Andrés, el personaje<br />

central, confiesa abiertamente esta idea mientras hace tiempo en<br />

un café: “Me quedé callado y me puse a pensar. Cuando me quedo<br />

callado, automáticamente me pongo a pensar. Es increíble. Y a veces<br />

también recuerdo lo que pienso. Inventar no invento. Recuerdo<br />

cosas, historias. Por lo general recuerdo algo y lo modifico”. El tiempo<br />

del ocio es en el que se originan las anécdotas y recuerdos, los<br />

que Casas eleva con su estilo hasta casi definirlos como un género<br />

literario aparte. Toda la novela está construida de ellos, relatados<br />

a partir de la oralidad, usando mucho ingenio y buen sentido del<br />

humor.<br />

Pero la oralidad no sólo se hace presente en el estilo de la narración.<br />

Por momentos llega a ser aún más explícita (el protagonista<br />

tiene un sentido del oído agudo) por ejemplo, cuando describe a<br />

un amigo en una ocasión en la que ambos se encuentran bajo los<br />

efectos de la marihuana: “Roli empezó a hablar cosas extrañas,<br />

gesticulando y pronunciando a cada rato la palabra ‘joya’ para<br />

decir que algo era bueno”. También se observa esta singularidad en<br />

la obsesión por nombrar los discos que escucha en sus momentos<br />

de letargo.<br />

Hay otro elemento del estilo a destacar: la poesía. Esta es la novela<br />

de un gran poeta que le imprime potencia a las imágenes a través<br />

de la sensibilidad en las palabras: “Mi viejo, mi hermano y yo, vivimos,<br />

cada uno, en zonas diferentes; la distancia que nos separa es<br />

la misma que separa a los planetas.”<br />

La última razón por la que recomiendo leer esta novela es porque<br />

se trata de una novela iniciática. Louis Ferdinand Céline, Ezra Pound,<br />

Led Zeppelin y Frank Zappa, entre otros parecen haber templado el<br />

carácter del escritor e inspirado sus primeros textos. Queda en el<br />

lector redefinir el ocio a partir de sus páginas.<br />

7<br />

Mauro López Oyanarte


NOTA DE TAPA<br />

Esa dura ocupación llamada<br />

OCIO<br />

POR Christian Kupchik*<br />

8 A comienzos de los años 80 del siglo pasado, cuando Suecia<br />

había consolidado sus objetivos como Estado de bienestar, se<br />

impuso un modelo que pareció haber resuelto las expectativas<br />

de toda sociedad. El país contaba con un superávit que permitía<br />

resolver las necesidades básicas de sus habitantes, es decir, que<br />

todos podían gozar de educación y salud de primer nivel absolutamente<br />

gratuita, reducir el horario laboral a seis horas diarias<br />

(y en algunos casos, cuatro), garantizar a cada niño que nacía en<br />

el territorio un subsidio hasta su mayoría de edad, entre otros<br />

muchos beneficios. Incluso, se permitía atender las necesidades<br />

de otros habitantes menos favorecidos en el Tercer Mundo –era<br />

frecuente por entonces la ayuda no sólo material sino también<br />

humana a países como Nicaragua o Mozambique, por citar sólo<br />

un par de ejemplos.<br />

No obstante, un problema inesperado sorprendió a los responsables<br />

del reino nórdico: mientras el pueblo ganaba en confort<br />

y tiempo, a la vez no sabía cómo utilizarlos. Quizá debido a las<br />

duras condiciones climáticas, unidas al carácter nacional y muy<br />

particularmente al desconcierto que producía la administración<br />

del tiempo libre, aumentaron los síntomas sociales que marcaban<br />

la masividad de una crisis existencial a nivel individual:<br />

casos de depresión aguda, debilitamiento de los lazos vinculares<br />

profundos, escaso compromiso en proyectos colectivos, y estos<br />

signos, a su vez, derivaban en un preocupante crecimiento en la<br />

tasa de suicidios, ya sea en sus intentos o su materialización. (Es<br />

de destacar asimismo que los suicidios son ejecutados, seguidos<br />

y estudiados en sus causas y efectos como un fenómeno de los<br />

países desarrollados: nadie sabe cuál es el índice en Honduras,<br />

Malawi o Bangladesh).<br />

El diagnóstico al que se llegó marcó un dato revelador: había<br />

que saber capitalizar el ocio que proponía el nuevo tiempo.<br />

Para ello se invirtió no sólo en campos como el deporte, los viajes<br />

u otras actividades que le permitiese a la población distraer<br />

su tedio y vacío. Se instrumentaron también llamados “grupos<br />

de estudio”, por los cuales hombres y mujeres debían reunirse<br />

con un objetivo común: reivindicar la mala reputación del ajo<br />

(se organizaban comidas y bailes que tenían como epicentro a<br />

la hortaliza), interiorizarse en los secretos de la tauromaquia


o profundizar conocimientos de esperanto o swahili –se da fe<br />

de la existencia real de estos cursos. Obviamente, el Estado financiaba<br />

y aseguraba la materialización de los mismos. A fin de<br />

cuentas, todo recurso era válido para atacar uno de los mayores<br />

problemas contemporáneos: el ocio. Y lo paradójico del ocio es<br />

que representa a la vez un objeto de deseo y de irresolución.<br />

No es nuevo. En el mundo griego surge como un ideal la scholé,<br />

un estado de paz que coloca al espíritu en disposición para contemplar<br />

los valores supremos: la verdad, la bondad y la belleza.<br />

La scholé no era un simple no hacer nada, sino su antítesis: el<br />

estado de paz y de contemplación creadora en que se sumía el<br />

espíritu. Tal disposición exigía disponer de un tiempo para sí;<br />

es decir, principalmente la no sujeción al trabajo. Diferentes<br />

filósofos alabaron y exaltaron las virtudes del ocio como valor<br />

supremo, pero fue sin duda Aristóteles quien mejor enfatizó<br />

el carácter del ocio como actividad que tiene una finalidad en sí<br />

misma. Para Aristóteles el ocio es “estar libre de la necesidad de<br />

estar ocupado”, es decir, no es disponer de tiempo no ocupado,<br />

sino exactamente no tener la necesidad de estar ocupado. En<br />

su Ética, Aristóteles consideraba como el más elevado de todos<br />

los quehaceres a la actividad contemplativa de la razón. En ello<br />

se reflejaba la separación típica de la Grecia esclavista entre<br />

el trabajo físico de los esclavos y el ocio intelectual, privilegio<br />

de los hombres libres. El trabajo y el ocio se excluían el uno al<br />

otro, formaban parte de dos órdenes que no guardaban relación<br />

entre sí. Esto a pesar de que, a fin de cuentas, era el trabajo de<br />

unos lo que permitía el ocio de los demás. Con respecto al ocio<br />

popular, los griegos no estimaron valioso el tiempo de reposo<br />

y de juego. En sus alusiones al tiempo libre popular, en cierto<br />

modo común a todos los hombres, Platón se refiere a las fiestas<br />

como intervalos de descanso instituidos por los dioses al compadecerse<br />

de los hombres, sometidos por naturaleza al sufrimiento,<br />

la fatiga y las preocupaciones. Aristóteles, a su vez, también<br />

reitera su desdén hacia la diversión y considera a los juegos y<br />

espectáculos como necesarios para que artesanos y groseros<br />

mercenarios descansen en sus fatigas.<br />

En Roma aparece una clara diferenciación entre el ocio de las<br />

elites y el ocio popular. Frente al antecedente griego, el Otium<br />

9


10<br />

de la sociedad romana presenta unas connotaciones nuevas que<br />

responden a un contexto económico y político diferente. Roma<br />

introduce, por primera vez, el ocio de masas. Desde los ludí y<br />

los munera hasta los mimos y las comedias organizados por el<br />

Estado en los días de fiesta –que ocupaban casi la mitad del calendario–,<br />

el ocio popular masivo y anónimo, es despreciado por<br />

las elites que lo alimentan y utilizan. De allí surge la conocida<br />

fórmula panis et circensee manipulada como instrumento de<br />

dominación por las clases dominantes (cónsules y emperadores).<br />

El ocio vivido por la plebe contrapuesto al ocio de los filósofos<br />

constituye un medio eficaz para despolitizar al pueblo, un pueblo<br />

que es reducido en gran parte a la condición de espectador.<br />

Se presenta por lo tanto en la sociedad romana una institucionalización<br />

estratificada del fenómeno.<br />

Es a partir de la mentalidad grecorromana cuando se inicia<br />

la interpretación, de una manera concreta, del tiempo libre<br />

y de las actividades que se realizan dentro de él. Los griegos<br />

introducen una concepción de educación para la clase dirigente<br />

estrechamente ligada a actividades del tiempo libre; etimológicamente<br />

la scholé es el medio en el cual se realiza este tipo<br />

de educación, por oposición a la ascholé que designa todas las<br />

actividades relativas al trabajo. En la mentalidad romana el<br />

otium designa una actividad propia de la nobleza (que implica<br />

descanso, reposo, pero también retiro, soledad, incluso calma)<br />

por oposición al negotium (literalmente, nec otium, lo que<br />

equivale a no ocio) que se refiere a las actividades productivas<br />

realizadas por los estratos inferiores de la población. El desprecio<br />

por el trabajo, en consecuencia, es una condición para ser<br />

noble. “Feliz aquel que está apartado de los negocios”, dice un<br />

verso de Horacio.<br />

De vuelta a la paradoja. El ocio configuró un territorio disputado<br />

entre el paraíso posible y el limbo de todos los males. Dos<br />

valoraciones, dos connotaciones de un mismo término. “El ocio<br />

es la madre de todos los vicios” afirma un refrán popular, en<br />

tanto ciertos utopistas alientan la posibilidad de encaminarnos<br />

Hacia una civilización del Ocio, título de un famoso libro del<br />

sociólogo francés Joffre Dumazedier, donde hace ya cuarenta<br />

años profetizaba una sociedad que borre las penurias alienantes<br />

del trabajo.<br />

Con el nacimiento del trabajo asalariado en la Revolución<br />

Industrial, fue desapareciendo el autoconsumo tradicional.<br />

La energía eléctrica y el maquinismo permitieron una mayor<br />

productividad, que se organizó mediante la división del trabajo.<br />

La Revolución Industrial convirtió al trabajo en un valor social<br />

dominante. Tanto Karl Marx como Emile Durkheim y Max<br />

Weber acusaron al ocio pasivo de ser un mal social. El ocio<br />

se entendió peyorativamente, y sólo adquirió valores positivos<br />

cuando la vagancia dio paso al recreo organizado como una<br />

reposición necesaria para el trabajo. Thorstein Veblen fue el<br />

precursor crítico sobre las actividades de ocio de las clases altas,<br />

generando conceptos como el “consumo vicario” o subrayando<br />

la imitación simbólica de la burguesía respecto a la nobleza a<br />

finales del XIX.<br />

Pasada ya una década del siglo XXI, tanto por la importancia de<br />

las industrias del ocio (pensemos solo en la importancia económica<br />

de uno solo de sus ámbitos, como puede ser el turismo)<br />

como por la valoración individual y social del mismo, e incluso<br />

por el reconocimiento de su potencial como factor de crecimiento<br />

y desarrollo, podríamos pensar que estamos muy cerca<br />

de ser esa civilización del ocio a la que se refería Dumazedier.<br />

Según Bourdieu, las diversas formas en que los individuos<br />

organizan sus vidas personales, representan una forma social<br />

diferenciadora que moldea la sociedad de manera más relevante<br />

que la estructura de clases. Por tanto, la estructura de una sociedad<br />

queda conformada por los estilos de vida que en ella se<br />

pueden identificar y por la presencia de los segmentos sociales<br />

que se organizan alrededor de cada estilo de vida. Cada estilo<br />

expresa sus preferencias sociales que se revelan, entre otros<br />

medios, a través de la moda y prácticas de ocio.<br />

El descubrimiento de estilos de vida indicaría que, unido al<br />

proceso general de revalorización y de nueva jerarquización del<br />

tiempo de ocio (habiéndose transformado en el tiempo central<br />

de nuestra sociedad), se quiebra la uniformidad cultural dando<br />

lugar a estilos de vida ociosa autónomos por medio de los cuales<br />

el individuo puede reafirmar su autodeterminación personal y<br />

grupal en el marco del ocio como tiempo central. Esta nueva<br />

sociedad del ocio está marcando y fomentando un estilo de vida<br />

y una ciudadanía del tiempo libre en las sociedades modernas.<br />

Pero quizá deberíamos pensar si estamos más cerca de una<br />

sociedad del espectáculo, del consumo y la homogenización<br />

que del verdadero ocio. ¿Dónde queda el individuo en estas<br />

propuestas masivas? ¿Cómo reaccionamos ante el consumo?<br />

¿Dónde están las posibilidades de desarrollo y crecimiento<br />

que ofrece el ocio? ¿Es posible convertir todo en espectáculo,<br />

consumo y sociedad única?<br />

En consecuencia, parece necesario no sólo hablar o reflexionar<br />

acerca de si estamos en una civilización del ocio, sino de<br />

qué ocio estamos hablando. Se trata de conocer cuáles son sus<br />

características y elementos necesarios para que pueda convertirse<br />

en instancias de desarrollo y crecimiento tanto social como<br />

personal. Más allá de si estamos en una civilización del ocio o<br />

vamos hacia ella, resulta indispensable detenerse a reflexionar<br />

hacia qué tipo de ocio, y por extensión de civilización del ocio,<br />

nos estamos encaminando. Y sobre todo hacia cuál es la que<br />

queremos dirigirnos.<br />

*<br />

ESCRITOR, TRADUCTOR y PERIODISTA, ha publicado varios libros de poesía<br />

y editó la colección Planeta Nómade sobre literatura de viajes. Aparecieron<br />

los títulos El camino de las damas, La ruta argentina, En busca de Cathay<br />

y Las huellas del río, todos en Editorial Planeta. También la antología<br />

En la vía - Relatos desde un tren y Relatos de París.


TEMA DE TAPA I<br />

t r i v i a<br />

LO QUE QUEDA<br />

del día<br />

(1)<br />

2)<br />

3)<br />

4)<br />

¿Qué es el ocio para usted?<br />

¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?<br />

¿Le da un espacio al ocio en su vida cotidiana?<br />

¿Si tuviera un tiempo disponible para hacer lo que quisiera,<br />

qué haría ahora mismo?<br />

)


Teresa Constantini<br />

Directora, productora y actriz. Actualmente, dirige y actúa en la obra de teatro Hembras que<br />

reúne la historia de siete mujeres que hicieron historia en la Argentina con la pluma de Patricia<br />

Suárez, Araceli Bellota, Inés Fernández Moreno, María Rosa Lojo y Josefina Ludmer,<br />

y un elenco increíble.<br />

1- El ocio para mí es un tiempo creativo. Lo necesito entre proyecto y proyecto para inspirarme,<br />

para reflexionar, para dejarme ser...<br />

2- Me encanta viajar, trasladarme y, también, quedarme en casa. Ver cine, leer, cocinar, caminar,<br />

nadar, escribir y disfrutar de mis hijos, nietos y amigos.<br />

3- Le doy un gran espacio al ocio en mi vida. Cada vez más porque los años me han traído más<br />

libertad y mejor manejo de mis tiempos.<br />

4- Lo estoy por hacer. Me iré a Uruguay a pasar unos días junto al mar y seguir escribiendo el<br />

guión sobre Tita Merello.<br />

Guillermo Martínez<br />

Le gusta que lo llamen escritor a secas. Esa, dice, es su máxima aspiración. Es escritor y Doctor<br />

en Ciencias Matemáticas. Su novela Crímenes imperceptibles fue llevada al cine por Alex de la<br />

Iglesia. Y, el año que viene será publicado Los reinos de la posición horizontal.<br />

1- No soy muy especialista en ocio. Me pone ansioso. Con ocio pienso en pileta de natación, en<br />

un día agradable, en un momento al atardecer de relax. Me pone nervioso no hacer nada. Pienso<br />

también que tanto en la literatura como en la matemática, a veces, es necesario separarse<br />

para resolver algo puntual. Tal como hacía Sherlock Holmes cuando dormía.<br />

2- Salgo con mi mujer, juego al tenis, camino, voy al cine, me reúno con mis amigos.<br />

3- Un par de veces a la semana. Para mí, lo que sobra es el ocio. Es un momento a la tarde antes<br />

de cenar.<br />

4- Muy similar a lo que contesté antes. Escribir por la mañana, leer a la tarde, dar un curso breve,<br />

escribir una nota y dedicarme a la familia. Es decir, no sentir el yugo del trabajo que es la<br />

imposibilidad de no poder hacer lo que uno desea.<br />

Georgina Barbarrosa<br />

Es una magnífica actriz argentina que ama lo que hace y le sale maravilloso detrás de la cámaras<br />

de televisión como actriz o conductora o sobre el escenario de un teatro. Actualmente, está actuando<br />

en la tira Dulce amor.<br />

1- El ocio ideal sería en mi casa de Córdoba, con la huerta orgánica, leyendo. Ahí tampoco hago<br />

ocio, no existe porque me la paso sacando yuyos y arreglando los 120 frutales que tenemos pero<br />

lo disfruto mucho. Quiero poder cocinar muchas mermeladas cuando sea viejita.<br />

2- Me gusta leer o me dedico a mi casa. También a viajar. Voy a mi casa de Córdoba y me desconecto<br />

del mundo.<br />

3- Cuando puedo. Mi profesión no tiene horarios ni límites. Lo hago muy poco porque no<br />

puedo armar una rutina. Cuando hay trabajo, tenes que trabajar y a tiempo completo. Es una<br />

profesión incierta. Cuando era más chica, me encantaba esta vida de incertidumbres pero hoy,<br />

ya con el paso de los años, me gustaría poder organizarme.<br />

4- Me iría a Córdoba, a mi casa que es mi lugar en el mundo.<br />

trivia


trivia<br />

Santiago Rocangliolo<br />

Es un escritor, dramaturgo, guionista, traductor y periodista peruano. En 2006 ganó el Premio<br />

Alfaguara con su novela Abril Rojo. Acaba de publicar El amante uruguayo (Alcalá).<br />

1- Es pasar tiempo con mis hijos. Soy muy familiar. Y si ellos me dejan tiempo, para leer.<br />

2- Todo mi tiempo es libre.<br />

3- Ser escritor tiene muchas dificultades pero, una gran ventaja: tu trabajo es tu ocio. Y es leer,<br />

escribir, investigar.<br />

4- Hoy, haría una gira para presentar El amante uruguayo en donde quería presentarlo: Uruguay.<br />

Soy muy feliz, ahora mismo.<br />

Ana María Picchio<br />

Es una increíble actriz de argentina tanto de cine como de televisión y teatro. En 2013 protagonizará<br />

la tira de Polka, Solamente vos.<br />

1- El ocio es lo mejor que me puede pasar porque es cuando no tengo responsabilidades. Es un<br />

placer.<br />

2- Paseo con mis nietos, voy a la peluquería, camino, cocino y hago ejercicio.<br />

3- Lo hago siempre que tengo tiempo libre. Cuando estoy con mucho trabajo, me olvido. El<br />

ocio me suele caer del cielo.<br />

4- Nadaría. Me iría 15 días al mar y sólo haría eso.<br />

Federico Andahazi<br />

Nació en 1963 y es escritor. Se hizo famoso con su novela El anatomista y acaba de publicar El<br />

libro de los placeres prohibidos.<br />

1- Para los escritores y lo lectores, la literatura es la sublimación del ocio. La tradición judeocristiana<br />

condena el ocio y, paradójicamente, presenta al trabajo como un castigo: “ganarás el<br />

pan con el sudor de tu frente”. Lo mismo sucede con aquel mandato divino que condena el<br />

placer sexual femenino: “Parirás con dolor”. El ocio y el sexo resultan, así, fuertemente condenados:<br />

“El ocio es la madre de todos los vicios”. A menos que consideremos a la literatura como<br />

un vicio (idea que no descarto), los libros son, en efecto, hijos del más sagrado de los ocios.<br />

Jamás consideré la escritura como un trabajo en el sentido religioso; al contrario, no sólo no<br />

escribo con el sudor de mi frente, sino que escribir me produce un inmenso placer; el mismo<br />

gozo que me provoca leer.<br />

2- Trabajar. En mi tiempo libre hago lo que menos me gusta: arreglar las cosas de la casa, ocuparme<br />

de las cuestiones burocráticas, de la tareas domésticas. Dejo de trabajar cuando comienzo<br />

a escribir.<br />

3- Dado que, afortunadamente, vivo de la escritura, la mayor parte de mi existencia la dedico al<br />

ocio, es decir, a escribir novelas, cuentos y ensayos.<br />

4- A riesgo de resultar redundante, insisto: escribir, escribir, escribir.<br />

PRODUCCIÓN: Antonela de Alva


EL SEÑALADOR<br />

Cuando cualquier momento<br />

ES EL MEJOR<br />

POR Maximiliano Tomas *<br />

16<br />

El ocio es el lujo de los ricos y la condena de los<br />

desesperados: al menos en el mundo en el que la<br />

mayoría de nosotros vive, que no es otro que el<br />

occidental y capitalista. Porque convengamos en<br />

que nadie puede llamar verdaderamente “ocio” a<br />

ese invento del siglo XX (o a esa conquista de los<br />

trabajadores del XIX) que conocemos como “vacaciones”,<br />

y que suele tener la forma de quince<br />

o veinte días de licencia anuales. Eso, en el<br />

mejor de los casos, alcanza apenas para olvidar<br />

la rutina de los días: el trabajo, la casa, los hijos,<br />

las cuentas pendientes. El ocio, bien entendido,<br />

es otra cosa: es no hacer nada y disfrutar de ese<br />

no hacer nada, es improvisar un plan sobre la<br />

marcha, es sustraerse de la tiranía del tiempo y<br />

de las obligaciones. Hay, entonces, un ocio pleno<br />

y despreocupado (el de los que tienen las condiciones<br />

materiales de supervivencia aseguradas<br />

para siempre) y un ocio forzoso (el de los que<br />

no las tienen). Con el primero sólo nos es dado<br />

soñar: el golpe de suerte (ganar la lotería, ser<br />

los descubridores de un invento genial, heredar<br />

una fortuna: diversas formas de la imaginación<br />

que han disparado grandes historias literarias).<br />

El segundo nos acecha, sobre todo si uno es<br />

argentino: no hay más que recordar las diversas<br />

crisis económicas de nuestra historia. Ahora que<br />

lo pienso, poco importa la nacionalidad: ¿quién<br />

puede olvidar acaso el grito primal de la canción<br />

número nueve del único disco de estudio<br />

de los Sex Pistols, con el que la música punk<br />

se expandió al mundo (el punk como el género<br />

musical de una sociedad, la inglesa en los años<br />

70, ociosa a fuerza de desempleo masivo), y que<br />

se llamaba, precisamente, “Pretty vacant” (“Bastante<br />

desocupados”)?<br />

Ni qué decirlo, la literatura está llena de personajes<br />

ociosos. Holden Caulfield, el pequeño<br />

héroe de El cazador oculto, la célebre novela<br />

de J. D. Salinger, que se escapa del colegio<br />

primario y vaga tres días por Nueva York solo,<br />

perdido, encandilado por las luces de nuevas<br />

aventuras: un viaje de iniciación repleto de<br />

preguntas disparadas por el tiempo libre y la<br />

curiosidad (“¿Dónde van los patos del Central<br />

Park en invierno?”). O el personaje principal de<br />

la breve novela de Fabián Casas, llamada precisamente<br />

Ocio, que pasa el día tirado en la cama,<br />

escuchando música, leyendo y recordando a su<br />

madre muerta, buscando qué hacer con su vida<br />

en un momento por definición crítico como es<br />

la adolescencia. O la disparatada amistad de la<br />

que tal vez sea la pareja adulta más ociosa de la<br />

literatura, imaginada por Gustave Flaubert: Bouvard<br />

y Pécuchet, que gastan su tiempo y su cada<br />

vez más pequeña fortuna pretendiendo aprender<br />

y especializarse en diversas artes y oficios,<br />

experimentos que acaban siempre en el mayor<br />

de los desastres.<br />

Con respecto a la lectura, pensarla solo como<br />

una manera provechosa de tramitar nuestro<br />

tiempo ocioso es un error muy difundido (y de<br />

ahí las listas de libros “para leer en vacaciones” o<br />

“para leer en la playa”, que suelen multiplicarse<br />

cada fin de año). Entenderlo de esa manera es<br />

quitarle al acto de leer (una decisión que no<br />

debería implicar más que placer) toda su potencialidad,<br />

y reducirlo a una actividad marginal,<br />

para el tiempo libre. Casi como mirar televisión.<br />

Los verdaderos lectores saben que cualquier<br />

momento es el mejor momento para leer y lo<br />

que hacen es precisamente ver cómo pueden robarle<br />

tiempo a las demás actividades (el trabajo,<br />

la comida, los viajes, las esperas) para seguir con<br />

ese cuento, esa novela, ese ensayo.<br />

Dijimos más arriba: el ocio es de los ricos o de<br />

los desesperados. Y el resto (nosotros, nosotros)<br />

se la arregla como puede. Por ejemplo, haciendo<br />

que los fines de semana valgan la pena. Ahora<br />

recuerdo un libro con el que salí algunas veces a<br />

jugar al flâneur (esa figura del paseante ocioso,<br />

del dandy, del sibarita) en esta Buenos Aires del<br />

siglo XXI. Se llama Las mil y una curiosidades<br />

de Buenos Aires, está firmado por el periodista<br />

Diego Zigiotto y se ocupa de responder a preguntas<br />

tan diversas como el porqué del color de<br />

la Casa Rosada, qué es lo que hay en la punta<br />

del Obelisco, cuál es la casa más antigua de la<br />

ciudad. Trae mapas y está dividido por barrios.<br />

No es el único en su género: existe Buenos Aires<br />

tiene historia, del grupo de historiadores conocido<br />

como los Eternautas, o el clásico Buenos<br />

Aires, ciudad secreta de Germinal Nogés. Todos<br />

procuran sorpresas y estimulan el salir a caminar<br />

las calles de siempre aunque, por una vez,<br />

sin apuros y mirando para arriba. Dedicaremos,<br />

entonces, esta breve columna a todos ellos: a los<br />

ociosos errantes de la ciudad.<br />

* Editor literario, crítico y periodista cultural.


TEMA DE TAPA II<br />

OCIOSA Buenos Aires<br />

POR Beatriz Traverso<br />

18<br />

Más allá de todo lo que nos pueda molestar en lo cotidiano,<br />

Buenos Aires es preciosa, con sus marcas de las múltiples etapas<br />

inmigratorias, con el fervor con que miramos y quisimos<br />

ser Europa, con esa estética de mezcla y de grandes sueños,<br />

con ese extraño río anchísimo que completa nuestros límites<br />

abriéndonos hacia una ilusión de lo ilimitado. Aún hoy, cuando<br />

borramos el pasado de un plumazo en cada barrio y padecemos<br />

las molestias del desborde de tránsito, vivimos todavía en una<br />

ciudad con millones de propuestas, rincones, lugarcitos en los<br />

que nos sentimos bien, en los que nos volvemos a encontrar con<br />

nuestra capacidad de disfrutar a pleno.<br />

Salir sin rumbo fijo, con apenas un bosquejo, puede ser uno de<br />

los programas, dejarse llevar por la ciudad y descubrir lugares<br />

para caminar, por ejemplo, entre la vegetación. Tenemos una<br />

ciudad con muchísimo. Hay calles que a pesar de la edificación<br />

descontrolada no perdieron el cobijo de sus altos árboles que<br />

son en sí mismos un paisaje inagotable. Allí están Pedro Goyena<br />

en Caballito o esas dos o tres cuadras de Guatemala en Palermo<br />

Viejo. Plaza Irlanda, Parque Chacabuco, Parque Lezama y<br />

sus callecitas a la redonda son algunos rincones imperdibles. Y<br />

entre las opciones de frescas sombras y flores inesperadas están<br />

el Jardín Botánico y el Jardín Japonés, a pocas cuadras uno del<br />

otro, de Plaza Italia a los bosques de Palermo. Historia, diseño<br />

y mucho para admirar y aprender sobre plantas. En el Jardín Japonés<br />

se puede hacer una parada para tomar algo o comer con<br />

vista al parque imbuido de la tradición y cultura japonesas.<br />

Luego, caminando apenas unas cuadras, se puede visitar uno de<br />

los museos más lindos de Buenos Aires. Con apenas diez años<br />

de vida, el Malba suele ser huésped de interesantísimas exposiciones<br />

internacionales, pero su colección permanente de arte<br />

latinoamericano es suficiente tentación. En este momento se la<br />

muestra con una nueva óptica curatorial después de que algunas<br />

de sus obras principales hicieran un paseo de varios meses<br />

por el Museum of Fine Arts de Houston, Estados Unidos. Frida<br />

Kahlo, Tarsila do Amaral, nuestro Xul Solar.<br />

El Malba fue pionero de una corriente que en los últimos<br />

años dotó a la ciudad de nuevos espacios para encontrarse con<br />

el arte. Ahora se puede ver en Buenos Aires un Turner, un<br />

Brueghel, un Chagall, un Dalí. Entre otras obras de arte<br />

internacional y una magnífica colección de arte argentino, en un<br />

moderno edificio sobre el canal del dique 4 de Puerto Madero:<br />

un paseo para hacer y demorarse. Allí está la Colección de Arte<br />

Amalia Lacroze de Fortabat. Y también en Puerto Madero,<br />

pero hacia el dique 3, no se puede pasar de largo el centro de<br />

exposiciones Faena Arts Center, con sus muestras vanguardistas<br />

en las inmensas salas reacondicionadas de un antiguo molino.<br />

La fundación Proa deja que los caminos de la Boca conduzcan<br />

hacia ella, dominando el rincón de Buenos Aires tal vez más<br />

visto en el mundo, allí donde el Riachuelo se hace imagen de<br />

Quinquela Martín, y el viejo barrio de inmigrantes italianos<br />

deja que los colores de Boca Juniors sean su bandera. En la<br />

fundación Proa, hasta el 9 de enero se puede ver una magnífica<br />

exposición de 140 obras del escultor suizo Alberto Giacometti.<br />

El arte suele provocar una gran diferencia de percepción cuando<br />

se lo ha visto en un libro o cuando se produce el encuentro<br />

directo. En el caso de Giacometti vale la pena buscar esa con-


frontación por la profunda impresión del espacio y la sorpresa<br />

de las dimensiones de algunas de sus obras. Además, un trago<br />

en esa terraza sobre el Riachuelo es casi una obligación.<br />

Entre los más antiguos, el Museo de Bellas Artes, en un precioso<br />

entorno verde y de edificaciones afrancesadas, tiene<br />

una colección permanente y muestras visitantes de gran nivel.<br />

Recientemente restaurado, el Museo de Arte Moderno, en<br />

San Telmo, propone distintas puestas de su colección de arte<br />

contemporáneo argentino así como sorprendentes puestas de<br />

arte contemporáneo. Y más allá, donde la costanera se hace sur,<br />

en el centro de uno de esos rincones imperdibles, el Museo de<br />

la Cárcova. Y allí, del arte al choripán sólo hay un paso. Puestos<br />

en la costanera o un paseo de parrillitas hacen de la travesía un<br />

momento inolvidable. No lejos de ahí está la reserva ecológica<br />

como para equilibrar caminata y calorías.<br />

tanto lo novísimo como lo clásico. También hay propuestas no<br />

institucionales como el Paradiso Cineclub, adonde se llega por<br />

reserva y se ve cine en compañía de otros buscadores de tesoros.<br />

Secretísimos<br />

En el bar del Hilton: hora de cóctel con memorable Martini<br />

seco, entre los mejores de Buenos Aires.<br />

Atreverse al Hotel Hyatt Palacio Duhau: su terraza sobre los<br />

jardines es uno de los lugares más lindos para tomar una copa y<br />

salirse un rato de la ciudad y el tiempo. Desde la mañana hasta<br />

la medianoche, hay opciones para vivir un momento especial.<br />

También uniendo las dos edificaciones del hotel, que dan una a<br />

Alvear y la otra a Posadas, pero a cubierto, se puede pasear por<br />

la galería de arte.<br />

Tomó el nombre de un cruce de esquinas emblemáticas de La<br />

Habana, Prado y Neptuno, para crear un bar de rones y habanos<br />

en otra esquina emblemática de Buenos Aires: Ayacucho y<br />

Posadas. Un lugarcito súper recomendable para beber como en<br />

otros tiempos y maridar, bajo consejo de expertos, con un buen<br />

plato o un buen cigarro.<br />

Domingo al atardecer: urgente buscarle la vuelta. La encontraron<br />

los chefs de Trattoria Olivetti y en su terracita de onda<br />

italiana, sirven aperitivos como se solía, con bocaditos ad hoc<br />

también typical italian.<br />

Consultar cuándo y no se lo pierdan. www.winetoururbano.<br />

com.ar. Allí les dirán cómo unirse a uno de los tours más divertidos<br />

de la ciudad. A veces se realiza en la Manzana de las<br />

Luces, a veces en Palermo Soho... Retiran el copón y van de<br />

punto en punto, mapa en mano, por los puestos de las bodegas<br />

probando maravillas.<br />

Cine<br />

Con su gran tradición de cine y cinéfilos, Buenos Aires ha sabido<br />

hacerse de lugares a los que hay que estar atentos, donde se<br />

encuentra algo interesante para ver y, por lo general, a buenos<br />

precios. Suelen tener interesantes programaciones el Centro<br />

Cultural del Teatro San Martín, el Malba, la Fundación Proa<br />

o el Cine El Plata de Mataderos. Hay muchos ciclos para ver<br />

Direcciones útiles<br />

Jardín Botánico Carlos Thays<br />

Avenida Santa Fe 3951, tel. 4831 4527.<br />

www.jardinbotanico.buenosaires.gob.ar<br />

Jardín Japonés<br />

Av. Casares 2966, tel. 4804 9141.<br />

www.jardinjapones.org.ar<br />

Malba / Colección Costantini<br />

Av. Figueroa Alcorta 3415, tel. 4808 6500.<br />

www.malba.org.ar<br />

Colección Amalia Lacroze de Fortabat<br />

Olga Cossettini 141, tel. 4310-6600.<br />

www.coleccionfortabat.org.ar<br />

Fundación Proa - Avenida Don Pedro de Mendoza 1929, tel. 4104-1000.<br />

www.proa.org<br />

Museo Nacional de Bellas Artes - Av. Del Libertador 1473, tel. 4803-8817.<br />

www.mnba.org.ar<br />

Museo de Arte Moderno - Av. San Juan 350.<br />

www.museos.buenosaires.gob.ar<br />

Museo de Calcos Ernesto de la Cárcova - Av. España 1701, tel. 4361 4419.<br />

www.museodelacarcova.iuna.edu.ar<br />

Palacio Duhau / Park Hyatt Buenos Aires - Av. Alvear 1661, tel. 5171-1234.<br />

www.buenosaires.park.hyatt.com<br />

Prado y Neptuno - Ayacucho 2134, tel. 4802-9872.<br />

Trattoria Olivetti - Cerviño 3800, tel. 4802-7321/4802- 4075.<br />

www.trattoriaolivetti.com<br />

Cine El Plata - Av. Juan Bautista Alberdi 5751, Mataderos, tel. 4635 2429.<br />

elplata@buenosaires.gob.ar<br />

Paradiso Cineclub - Pueyrredón 480, 8° dpto. 52, tel. 1554843289l.<br />

paradisocineclub@gmail.com<br />

19


OPINIÓN<br />

De MOLDES y de<br />

HUECOS<br />

Foto: Ricardo Ceppi<br />

POR Lic. Gabriel Rolón<br />

20<br />

La modernidad ha traído consigo un sinnúmero<br />

de beneficios y comodidades que sería<br />

superfluo enumerar, pero de su mano también<br />

han llegado algunos mandatos. Un mandato es<br />

una frase, una palabra, un ejemplo, un modelo<br />

a seguir que se instala como una voz inconsciente,<br />

que empuja hacia una dirección determinada<br />

y condiciona, incluso, la manera de<br />

elegir y disfrutar. Dichos mandatos se graban<br />

a fuego, instalan un deber ser que cae sobre el<br />

sujeto y le imponen una conducta, un modo de<br />

comportamiento y condiciona, incluso, hasta<br />

su modo de pensar.<br />

En los tiempos que corren, nuestra cultura ha<br />

establecido el imperativo de consumir, y todo<br />

disfrute ha quedado acotado a la mayor o menor<br />

posibilidad de adquirir bienes. Pero, como<br />

dichos bienes sólo se adquieren con dinero,<br />

obviamente, este modelo hace del hombre<br />

alguien que trabaja todo el tiempo que puede<br />

para así poder comprar la mayor cantidad de<br />

cosas que estén a su alcance. Y en esa alocada<br />

carrera consumista, corremos el riesgo de<br />

olvidarnos de nosotros mismos.<br />

Cuando el hombre más poderoso del mundo se<br />

acercó al mendigo, al que admiraba, para preguntarle<br />

qué podía hacer por él, la respuesta<br />

de Diógenes a Alejandro fue: “Por favor, córrete…<br />

me estás tapando el sol”. Y algo en esta alegoría<br />

marca la diferencia entre uno y otro modo de<br />

obtención del placer.<br />

Lejos de mí está el facilismo de caer en esas<br />

frases que sugieren caminar más tiempo descalzo<br />

o comer más helados y menos verduras.<br />

No es tan simple. No se trata de eso. Sino de<br />

la necesidad de recuperar un espacio para el<br />

pensamiento, para la creación, para la pregunta<br />

acerca del propio deseo, porque en medio de<br />

esta alocada carrera corremos el riesgo de<br />

olvidar quiénes somos y qué queremos.<br />

Esa misma mentalidad del “todo ya” ha golpeado<br />

también al psicoanálisis y durante mucho<br />

tiempo, tiempo que aún no ha concluido, se<br />

nos ha cuestionado a los analistas el hecho de<br />

que nuestros pacientes pierden tiempo acostados<br />

en el diván, pensando, en silencio, en lugar<br />

de solucionar los problemas rápidamente y<br />

volver a producir.<br />

Sin embargo, desde nuestros consultorios, continuamos<br />

apostando al tiempo dedicado a uno<br />

mismo, a ese espacio en el cual la única producción<br />

es el sentido, la emoción o la pregunta<br />

acerca de qué es lo que en realidad deseamos<br />

para nuestra vida. Y en ese desafío, seguiremos<br />

perdiendo el tiempo contando sueños, hablando<br />

del pasado, rizando el rizo o, por qué no,<br />

llorando en silencio.<br />

Mientras tanto, afuera, el carnaval del mundo<br />

seguirá invitándonos a olvidar pero nosotros<br />

jamás lo haremos porque sabemos que, como<br />

decía Borges, “sólo una cosa no hay, y es el<br />

olvido” o porque creemos, como Dolina, que lo<br />

que se olvida se muere.<br />

( )<br />

“Se trata de la necesidad de<br />

recuperar un espacio para el<br />

pensamiento, para la creación,<br />

para la pregunta acerca del<br />

propio deseo.”


TEMA DE TAPA III<br />

SERENDIPIA,<br />

la hija del vacío<br />

POR Antonela de Alva<br />

ES UN TÉRMINO INVENTADO POR HORACE WALPOLE PARA ILUSTRAR LO QUE SE ENTIENDE O SE DESCUBRE<br />

MIENTRAS SE PIENSA EN CUALQUIER OTRA COSA<br />

Muchas de las grandes teorías e ideas surgieron en momentos de<br />

ocio cuando ya no había solución o no se llegaba a ningún puerto,<br />

otras aparecieron de casualidad, en el juego y en la inocencia más<br />

pura. El personaje de Conan Doyle, Sherlock Holmes es experto<br />

en esta técnica que, muchas veces, se confunde con abandono<br />

o dispersión. Holmes puede pasarse horas y horas buscando<br />

una pista y, después dormir durante días para que todo eso que<br />

encontró, pensó e investigó, se acomode en su cabeza. Para<br />

esto, hay una palabra inventada por Horace Walpole en el siglo<br />

XVIII, la serendipia, que acuñó después de leer el<br />

cuento Los tres príncipes del Reino Seréndip.<br />

“Hacer juicios y elecciones acertadas frente a la<br />

incertidumbre es una habilidad rara. Pero, como<br />

cualquier habilidad, se puede mejorar con la experiencia”,<br />

escribió el profesor Leonardo Mlodinow<br />

en su libro El andar del borracho. Muchos de los<br />

grandes científicos, pensadores, filósofos llegaron a<br />

conclusiones magníficas e hicieron maravillosos descubrimientos<br />

en sus tiempos de ocio.<br />

Cuenta la leyenda que el físico Albert Einstein adoraba jugar<br />

en su bañera con las pompas de jabón. Para la física, las pompas<br />

de jabón son circunferencias perfectas que guardan en sí mismas<br />

muchos conceptos sobre el Universo. Esta historia dice que Einstein<br />

descubrió algunos principios de la Teoría de la Relatividad<br />

jugando en su bañera.<br />

Para la leyenda también, Arquímedes, matemático griego, descubrió<br />

el principio que lleva su nombre en un baño. Mientras se relajaba,<br />

se dio cuenta que su cuerpo pesaba menos a medida que<br />

se sumergía y hacía rebosar el agua de la bañadera.<br />

Se trata del principio que dice: “Un cuerpo total<br />

o parcialmente sumergido en un fluido en reposo,<br />

recibe un empuje de abajo hacia arriba igual al peso<br />

del volumen del fluido que desaloja”.<br />

En 1853, un joven estudiante de la Universidad<br />

de Pisa, sentado en la catedral, en vez de prestar<br />

atención a lo que debía leer, miraba fijamente el<br />

movimiento de una lámpara colgante. Este joven<br />

era Galileo Galilei. “Utilizando su pulso como


temporizador, se dio cuenta de que<br />

la lámpara tardaba el mismo tiempo<br />

en atravesar un arco amplio que en<br />

recorrer un arco más estrecho. Esto<br />

le sugirió una ley: que el tiempo requerido<br />

por un péndulo para realizar<br />

una oscilación es independiente de<br />

la amplitud de la oscilación”, cuenta<br />

Mlodinow en su libro y así marcó un hito en la ciencia moderna.<br />

“No me cabe duda de que el pensamiento se desarrolla en su<br />

mayor parte sin el uso de signos (palabras), y además inconscientemente<br />

en gran medida”, explicaba Albert Einstein en sus Notas<br />

autobiográficas. Luigi Galvani, médico, fisiólogo y físico italiano<br />

descubrió accidentalmente lo que llamó “electricidad animal”.<br />

En su rutina habitual de laboratorio diseccionó y preparó una<br />

rana y la dejó en la mesa mientras fue a atender otro asunto. Sobre<br />

la mesa pero a cierta distancia, había una máquina eléctrica.<br />

Una de las personas que estaban allí tocó apenas los nervios de<br />

la rana con el escalpelo, lo que provocó que los músculos de sus<br />

patas se contrajeran. Galvani no olvidó este descubrimiento accidental<br />

y trató de reproducirlo. Llegó<br />

a la conclusión de que los nervios eran<br />

conductores eléctricos y cambio la forma<br />

de pensar hasta el momento.<br />

En la famosa biografía que hizo William<br />

Stukeley sobre el físico, filósofo,<br />

teólogo, inventor y alquimista Isaac<br />

Newton, describió cómo contemplar<br />

meditativamente el prado bajo los<br />

manzanos lo llevó a descubrir el funcionamiento de la gravedad.<br />

Cuenta Stukeley: “Me dijo que había estado en esta misma situación<br />

cuando la noción de gravedad le asaltó la mente. Fue<br />

algo ocasionado por la caída de la manzana mientras estaba sentado<br />

en actitud contemplativa. ¿Por qué esa manzana siempre<br />

desciende perpendicularmente hasta el suelo?, se preguntó a sí<br />

mismo”.<br />

Una famosa historia argentina cuenta que la criada del militar y<br />

político argentino Juan Manuel de Rosas estaba hirviendo leche<br />

con azúcar (lechada) para servirles al general y sus invitados pero<br />

como debió ir a atender otras cuestiones, la olvidó en el fuego.<br />

Cuando volvió, la leche se había vuelto marrón y tenía un gusto<br />

delicioso. Así, nació el tan famoso dulce de leche.<br />

Pero la serendipia y, el ocio también han creado grandes industrias.<br />

En 1968, el doctor Spencer Silver, empleado en la empresa<br />

estadounidense 3M olvidó poner un componente al pegamento y<br />

creo una forma de adherir los papeles de manera no permanente.<br />

Pero como no servía, esta partida fue guardada. En 1974, el científico<br />

Art Fry estaba cansado de marcar con papeles, que luego<br />

se caían, las páginas de sus libros. Encargado de investigación y<br />

desarrollo de aquella empresa, recordó esta partida y la utilizo<br />

para probar estos señaladores. Así creó estos papeles que pueden<br />

pegarse y despegarse. Nacieron los Post-It.<br />

El celuloide también nació por casualidad. En 1870, el inventor<br />

John Wesley Hyatt estaba buscando un material para sustituir el<br />

uso del marfil en las bolas de billar y creía que la mezcla de serrín<br />

y papel podía funcionar. Mientras probaba, se cortó un dedo.<br />

Corrió a su botiquín y, en la desesperación volcó un frasco que<br />

contenía nitrato de celulosa disuelto en eter y alcohol. Esto se<br />

dispersó en su estantería y cuando Hyatt lo vió entendió que eso<br />

uniría mejor al serrín y al papel que la cola. De las bolas de billar<br />

pasó a descubrir el celuloide.<br />

El ácido lisérgico dietilamida, más conocido como LSD es una<br />

de las drogas alucinógenas más potentes. En La historia del LSD,<br />

el doctor Albert Hofmann relata que estudiando los derivados<br />

del ácido lisérgico obtuvo el LSD-25. Pero como no lo encontró<br />

interesante, lo olvidó. Unos años más tarde, recordó esa sustancia<br />

y volvió a sintetizarla. Mientras la cristalizaba, un poco de esa<br />

sustancia entró en sus dedos y el científico empezó a marearse y<br />

tuvo que irse a su casa. Allí, despierto, vió fantásticas imágenes<br />

con intensos colores, juegos de formas y más colores que se terminaron<br />

al cabo de unas horas. Había descubierto un poderoso<br />

alucinógeno químico.<br />

Los sueños pueden llevarnos a descubrimientos inesperados. El<br />

químico orgánico Friedrich Kekulé cuenta en sus memorias<br />

como encontró la estructura de la molécula del benceno. Mientras<br />

volvía a su casa en un colectivo, se quedó dormido y empezó<br />

a soñar. En el sueño había átomos que bailaban y chocaban entre<br />

ellos (sueño propio de un químico). Algunos lograron unirse y<br />

formaron una serpiente que iba desprendiendo sus heces. Cuando<br />

la serpiente, de repente, se mordió la cola, el químico despertó.<br />

Había descubierto el compuesto cíclico del benceno.<br />

Se dice también que en un sueño, el físico danés Niels Bohr vio<br />

la posible configuración del átomo. Venía investigando mucho sobre<br />

el tema pero no había llegado a ninguna conclusión. Cuando<br />

se despertó, dibujó la figura que había visto en el papel y lo guardó.<br />

Al tiempo, cuando volvió a verlo se dio cuenta de su hallazgo.<br />

Una de las versiones más famosas sobre la creación de la salsa<br />

golf es la que protagoniza el Premio Nobel Luis Federico Leloir.<br />

Cansado de comer langostinos y camarones con mayonesa<br />

en el Golf Club, le pidió al camarero que le trajera diversos condimentos<br />

entre los que había vinagre, limón y ketchup. De todas<br />

las mezclas que hizo, la que más le gusto fue la de ketchup con<br />

mayonesa y limón que fue bautizada como “salsa golf”.<br />

En 1839, Charles Goodyear redescubrió el caucho cuando se<br />

le cayó una mezcla de este material con azufre sobre una estufa.<br />

Hoy, sus neumáticos son conocidos<br />

en todo el mundo. Tal como lo son<br />

las famosas papas fritas de paquete.<br />

En 1853, el chef George Crum quiso<br />

molestar a un cliente que siempre<br />

se quejaba del grosor de sus papas<br />

fritas. Por lo que las cortó tan finitas<br />

como un papel y las frió hasta dejarlas<br />

crocantes. No imaginó que su<br />

receta llegaría a ser famosa como un<br />

snack.<br />

La ciencia y, más aún, la vida cotidiana está llena de anécdotas en<br />

las que en un momento de ocio o de distracción, cuando la mente<br />

se ocupa de otra cosa, podemos llegar a sorprendernos con<br />

nuestros hallazgos.<br />

23


TEMA DE TAPA III<br />

La dignidad<br />

DE LO<br />

IMPRODUCTIVO<br />

POR Roger Alan Koza*<br />

COSMÓPOLIS, DE CRONENBERG Y JARDINES DE OTOÑO, DE IOSSELANI; DOS EJEMPLOS DE LA RIQUEZA<br />

ESPIRITUAL DEL SABER VIVIR<br />

24<br />

El lenguaje habla por sí mismo. Más allá del usuario, que cree<br />

elegir todas las palabras y ser su amo, una palabra ordena lo que<br />

este mira, escucha y siente. Creemos elegir las palabras, pero<br />

a veces nos eligen a nosotros, o, para ser más precisos, en ellas,<br />

involuntariamente, somos.<br />

Las palabras tienen historia. Ciertos términos viven su esplendor,<br />

algunos se imponen en el intercambio cotidiano y otros<br />

mueren, descansan en un anonimato que sólo desconoce el<br />

filólogo y el lingüista.<br />

Hay un concepto ubicuo, listo para ser usado por cualquiera de<br />

nosotros y definir prácticamente todo, una palabra epocal que<br />

encierra nuestro modo generalizado de estar en el mundo: ¿qué<br />

son nuestras vidas sino una pasión por producir? Nos encanta<br />

usar la palabra “producción” en cuestiones de belleza y en situaciones<br />

de estancamiento económico: una mujer se produce,<br />

un Ministerio de Economía anuncia una revolución productiva.<br />

Pero el uso del término no se reduce a los destinos de la libido<br />

y la obtención de riquezas. Los académicos también hablan de<br />

producción. Todo el tiempo escuchamos: producir discursos,<br />

textos, enunciados. Y si se trata de cine, existe una figura todopoderosa<br />

e histórica: el productor.<br />

Sí, la producción es un imperativo colectivo, una determinación<br />

histórica. Quien no produce poco vale y tiene. El improductivo<br />

es un agente anómalo, acaso una fuerza de reserva, pero jamás<br />

podría hacer de su excepción una regla. Naturalizar la improductividad<br />

es una propuesta de locos.<br />

Una provocación: “Si un gobierno decretara en pleno verano<br />

que las vacaciones son prolongadas indefinidamente y que,<br />

so pena de muerte, nadie debe abandonar el paraíso en que<br />

se encuentra, se producirían suicidios en masa y masacres sin<br />

precedentes”. La aseveración de Cioran podrá causar gracia o<br />

irritación, pero en su clarividencia cómica devela parte de un<br />

problema. ¿En qué consiste el tiempo dedicado a la improductividad?<br />

¿Qué tiempo es ese en el que no se trabaja? Alguien<br />

dirá que sólo cuando dormimos abandonamos esta obsesión<br />

por un hacer infinito, pero también ahí la actividad no cesa: el<br />

inconsciente produce sueños y posteriormente, ya sea en un<br />

diván o en un cuaderno de notas, viene el tiempo de la elaboración.<br />

La interpretación es también una forma de trabajo y una<br />

modalidad de producción.<br />

Un modo simpático de hablar sobre lo improductivo es nombrarlo<br />

a través del vocablo que, como suele decirse, es etimológicamente<br />

lo contrario del negocio: el ocio. Sustantivo<br />

positivo, siempre y cuando sea medido y racionalizado, el ocio<br />

es esencialmente tanto una forma de experiencia desligada de<br />

la producción como una operación subjetiva en la que el tiempo


se extiende y se diluye sin culpa alguna.<br />

A pesar de que el negocio del cine es capturar el tiempo ocioso<br />

de su público, el ocio en sí mismo no es justamente un tema<br />

reiterado. ¿Cómo filmar el paso del tiempo desentendiéndose<br />

de esa actividad que define a los hombres –la producción– y los<br />

conflictos que de ahí surgen?<br />

El extraordinario cineasta chileno Raúl Ruiz, en su libro Poética<br />

del cine, postulaba una “teoría del conflicto central”, una<br />

suerte de universal (histórico) que organiza la mayoría de las<br />

películas; a saber: “Una historia tiene lugar cuando alguien<br />

quiere algo y otro no quiere que lo obtenga. A partir de ese momento,<br />

a través de diferentes digresiones, todos los elementos<br />

de la historia se ordenan alrededor de ese conflicto central”. En<br />

007 Operación Skyfall (2012) James Bond debe atrapar al demente<br />

interpretado por Javier Bardem: uno trabaja para sostener<br />

un orden, el otro desea el caos total. Se trata de un ejemplo<br />

elemental.<br />

Ruiz identifica un problema en ese credo establecido que incluso<br />

excede al cine: “Afirmar de una historia que no puede existir<br />

sino en razón de un conflicto central nos obliga a eliminar todas<br />

aquellas otras que no incluyen ninguna confrontación, dejando<br />

de lado los acontecimientos a los que somos indiferentes o<br />

sólo despiertan en nosotros una vaga curiosidad –tales como<br />

un paisaje, una tormenta lejana o una cena entre amigos–, a<br />

menos que tales escenas encuadren dos combates entre buenos<br />

y malos”. Lo que indica Ruiz, precisamente, es que en el cine<br />

tampoco lo improductivo o el tiempo del ocio tiene un lugar<br />

privilegiado. El relato produce sentido, y sostener un film en<br />

la pasividad, registrar el mero estar sin ninguna promesa de<br />

evolución, es un camino rara vez transitado. Aparentemente, un<br />

paseo, una charla entre amigos mientras beben y cantan, el descanso<br />

de un personaje o de muchos personajes al lado del mar o<br />

en un bosque sólo pueden ser escenas de transición, no escenas<br />

centrales. Si define la naturaleza de una película, el ocio es una<br />

interdicción.<br />

En Cosmópolis (2012), del genial David Cronenberg, el multimillonario<br />

interpretado por Robert Pattinson sólo tiene un<br />

objetivo: cortarse el pelo al otro lado de la ciudad. Eric Packer<br />

vive (en el film) prácticamente en su limusina. Como el presidente<br />

de Estados Unidos está en Manhattan, la seguridad<br />

callejera altera el tráfico normal. Su presencia provoca protestas<br />

y disturbios, la calle es un desorden. La velocidad del vehículo<br />

es mínima, y el film, prácticamente, transcurre en ese universo<br />

cerrado en movimiento, un símbolo preciso del poder del capital.<br />

Los asesores y colaboradores de Packer entran y salen de la<br />

limusina, también su médico y una amante. La limusina es un<br />

no lugar en el que se vive.<br />

Los opuestos coinciden: Packer, en algún sentido, ha reducido a<br />

un insólito grado cero la lógica de la productividad. Su situación<br />

potencial es ociosa: gana millones (y hasta puede perder varios)<br />

sin hacer prácticamente nada. La abstracción de la riqueza<br />

alcanza aquí su máxima expresión. El millonario ya no hace su<br />

fortuna gracias al esfuerzo de súbditos desconocidos que producen<br />

mercancías para él; sus pocos colaboradores solamente<br />

multiplican las cifras de su fortuna desde una notebook y una<br />

tablet. Es el capitalismo abstracto y digital, en el que un millonario<br />

abstraído de todo acumula infinitamente.<br />

Se podría creer que Erick Packer es, entonces, dueño de su<br />

tiempo. En la ociosa productividad intrínseca a su modelo de<br />

riqueza, él podría cultivar un hedonismo absoluto. Pero en Cosmópolis<br />

hay una revelación: el ocio, al menos la condición de su<br />

ejercicio, el tiempo, ha sido convertido en medida de riqueza.<br />

Una misteriosa asesora de “Teoría”, interpretada por Samantha<br />

Morton, le trasmite las buenas nuevas al joven millonario: “Los<br />

números corren, el dinero crea el tiempo. Solía ser al revés, el<br />

reloj aceleró el triunfo del capitalismo... Porque el tiempo es un<br />

bien corporativo. Pertenece al sistema del libre mercado”. Es<br />

una tesis tan diabólica como verificable.<br />

El gran director del ocio se llama Otar Iosseliani. En el documental<br />

sobre el director georgiano El mirlo silbador, de Julie<br />

Bertuccelli, la discípula de este maestro secreto del cine europeo<br />

radicado hace años en Francia le pregunta sobre uno de los<br />

tantos papelitos con frases cortas que están clavados en un pizarrón<br />

y que son fragmentos de diálogos y situaciones posibles<br />

de Jardines en otoño. El papel dice: “Lo contrario a un mirlo<br />

cantor”. Iosseliani responde: “Lo contrario del mirlo cantor es<br />

un tipo que trabaja todo el tiempo”.<br />

El tema excluyente en toda la obra de Iosseliani es el ocio inteligente<br />

y libertario, una práctica estética y política a contramano<br />

de una sociedad global que legitima el trabajo como valor absoluto:<br />

beber, cantar, amar, cultivar la amistad, viajar, pintar son acciones<br />

subversivas frente a las coordenadas institucionales y simbólicas<br />

de un sistema de vida dominante donde la producción lo<br />

es todo. En sus películas los personajes están siempre dispuestos<br />

a la fuga, pues intuyen que el trabajo suele ser la piedra mítica<br />

que Sísifo empuja infinitamente sin redención alguna.<br />

Jardines en otoño se circunscribe a contar la historia de Vincent,<br />

un inverosímil Ministro de Agricultura de Francia que un buen<br />

día es destituido de su puesto al mismo tiempo que su esposa lo<br />

abandona por un miembro de su gabinete. ¿Qué hacer si no se<br />

tiene que trabajar? Vivir, en un sentido que, lógicamente, excede<br />

lo biológico. A partir de esa premisa, Iosseliani ofrece unos<br />

doscientos planos secuencia coreográficos donde personajes diversos<br />

(curas cristianos ortodoxos, refugiados africanos, artistas,<br />

funcionarios públicos, prostitutas, etc.) interactúan y atraviesan<br />

la nueva vida de Vincent. Nada en particular ocurre, más allá<br />

de que Vincent descubrirá su casa tomada, tendrá un accidente<br />

callejero y se reencontrará con amores pretéritos.<br />

El legítimo heredero de Jacques Tati propone una perspectiva<br />

hedonista, que no confunde con el consumo. La riqueza espiritual<br />

deviene de un saber vivir, incompatible con esa pulsión por<br />

poseerlo todo y cronometrar la eficiencia del tiempo.<br />

*<br />

CRÍTICO DE CINE de La voz del interior, Córdoba.<br />

Publicó El inconsciente de las películas, ed. Brujas.<br />

Programador del Festival de Cine de Hamburgo.<br />

25


ENTREVISTA I<br />

Carsten Jensen<br />

El marino<br />

UNIVERSAL<br />

POR Christian Kupchik<br />

EL ESCRITOR DANÉS DIALOGÓ CON QUID ACERCA DE SU ÚLTIMA NOVELA, NOSOTROS LOS AHOGADOS<br />

–CONSIDERADA LA MEJOR DE SU PAÍS DE LOS ÚLTIMOS VEINTICINCO AÑOS– Y DE SU LITERATURA<br />

26<br />

A primera vista, Carsten Jensen (1952) no tiene aspecto de<br />

vikingo. Ni largos rizos rubios ni altura de gigante ni ojos como<br />

glaciar. Es más: pocas cosas lo molestan tanto como que lo identifiquen<br />

como vikingo. Pero proviene de Marstal, un pequeño<br />

pueblo de marinos que invoca la tradición de los pueblos septentrionales.<br />

Hijo de un capitán de barco, luego de obtener una<br />

maestría en Letras por la Universidad de Copenhague, Carsten<br />

Jensen se abrió al mundo practicando sus dos pasiones: viajar y<br />

escribir. Su obra supera los veinte títulos, que abarcan novelas,<br />

ensayos, crónicas de viaje, memorias y artículos periodísticos, y<br />

ha sido traducida a numerosas lenguas. Pero la que le dio relieve<br />

definitivo fue Nosotros los ahogados (Salamandra). En una<br />

visita fugaz por Buenos Aires deja su visión marina de las cosas.<br />

–Nació en Marstal, viajó por todo el mundo publicando<br />

libros de diversas latitudes, pero debió retornar física<br />

y literariamente a Marstal para encontrar una entidad.<br />

¿Qué fue lo que lo motivó a ello? Desde siempre supe que<br />

en mi pueblo vivía una enorme cantidad de gente con historias<br />

más que interesantes, así que por decirlo dramáticamente siempre<br />

no tuve claro que no podía morirme sin dejar de contar esas<br />

historias, así que me pareció que el intento valía la pena. Pero<br />

existe otra razón de real importancia para mí: en las últimas<br />

décadas Dinamarca ha ido perdiendo la memoria respecto al significado<br />

de lo que implica ser una nación marina, ya que el mar<br />

está en el ADN de nuestra identidad, en nuestra representación<br />

como colectivo. En los últimos tiempos ha ido ganando espacio<br />

un movimiento conservador que buscó afianzar la idea de<br />

nuestra raíz rural como comunidad, y no puede haber algo más<br />

opuesto que la figura de un granjero y la de un marino, de la<br />

tierra y el mar. Para mí era muy importante traer a la realidad los<br />

relatos de una tradición danesa ligada al mar. La visión marina<br />

comparte los atributos de la cultura nómada: no sólo no se amedrenta<br />

ante lo extraño, sino que enriquece su propia cultura con<br />

los aportes que trae del afuera. En Dinamarca vivimos un proceso<br />

atroz, donde cada vez nos encerramos más en nuestra cultura,<br />

rechazando al inmigrante y todo lo que nos resulte ajeno.<br />

–La recuperación de esas historias, ¿las pensó como un<br />

modo de restituir esa sensibilidad marina, ese rito iniciático<br />

establecido que era el viaje por mar? Bueno, al menos<br />

en mi pueblo no tenía tanto que ver tanto con una cuestión<br />

iniciática como práctica: era el único modo de ganarse la vida. O<br />

sea, los viajes no estaban motivados por una intencionalidad didáctica<br />

o moralizante, sino económica. Si no te hacías a la mar o<br />

trabajabas en alguna industria vinculada a ella, te tenías que bus-


car otro destino porque todo el pueblo vivía en función del mar.<br />

–Es muy interesante en la novela el rol que le toca a<br />

la mujer, ya que en la tradición de la literatura marina<br />

siempre aparece reflejada en la imagen de Penélope:<br />

tejiendo a la espera del regreso del hombre. En cambio<br />

aquí tiene un rol más activo, contradictorio por momentos,<br />

de amor y odio hacia el mar… Cuando comencé a escribir<br />

la novela me di cuenta que tenía un narrador construido<br />

sobre la primera persona del plural, un “nosotros”. Y eso me<br />

planteó una gran complicación, porque el “nosotros” involucra a<br />

una gran cantidad de gente: jóvenes, viejos, mujeres, hombres,<br />

etc. Y todos, claro, son diferentes y debía dejar en claro el valor<br />

de esa singularidad a pesar de hablar en la voz plural. La voz,<br />

aún plural, es masculina porque es la mía, pero también estaba<br />

por contrapartida la experiencia de las mujeres que no podía<br />

dejar de lado. En el arco de tiempo que ocupa la novela, cien<br />

años, las mujeres se vieron forzadas a ir modificando su rol y<br />

muchas de sus actividades incluso quedaron confundidas con<br />

aquellas que realizaban los hombres. En mi investigación me<br />

encontré con muchos navíos que fueron tripulados por mujeres,<br />

y uno de mis personajes es una mujer entregada al mar y que<br />

no concibe seguir el estereotipo, es decir, casarse, tener hijos,<br />

etc. Cuando la guerra apremia, hombres y mujeres hacen lo<br />

que tienen que hacer, y allí se borran las diferencias, la división<br />

de géneros se desdibuja.<br />

–Otro aspecto interesante de la novela tiene que ver con<br />

el recorte histórico, ese siglo que va de una guerra a<br />

otra. ¿Por qué resolvió tomar ese período en particular?<br />

El sentido de empezar y terminar con una guerra tiene que ver<br />

con el hecho de que Dinamarca se ha visto siempre a sí misma<br />

como una nación pacifista, lo cual no es verdad. En 1864 sufrimos<br />

un gran golpe cuando Alemania nos arrebató la mitad<br />

de nuestro territorio y quedamos reducidos a un mini-estado.<br />

La lección que dejó esa experiencia es que las guerras no son<br />

buenas, y a partir de allí la nación se las ingenió para abstenerse<br />

de las coyunturas bélicas del continente. Ahora bien, eso podía<br />

funcionar para quienes se quedaban en tierra, pero no es así<br />

para los marinos ya que el mar es un campo de batalla.<br />

–Nosotros, los ahogados se enmarca en la gran tradición<br />

de novelas marinas cuyos exponentes más claros son<br />

clásicos como Melville, Conrad, London, Stevenson, etc.<br />

¿Qué tomó ellos y de qué manera buscó diferenciarse de<br />

sus obras? Por supuesto, los autores que cita están entre los<br />

que yo más admiro y quise de algún modo rendirles homenaje.<br />

Para ello, tomé una cantidad de datos y personajes secundarios<br />

de sus obras para insertarlos en mi novela, como una suerte de<br />

guiño al lector. Pero así como hay una multiplicidad de referencias,<br />

al mismo tiempo era consciente de que estaba escribiendo<br />

inserto en esa tradición pero un siglo después. Donde creo que<br />

esto se pone de manifiesto es en la utilización de ese narrador<br />

plural, ese nosotros, algo impensable en la novela del siglo XIX.<br />

–En su última novela, Sidste rejse (2007, “El último viaje”,<br />

sin traducir), toma a un personaje real, el pintor Carl<br />

Rasmussen, quien viaja a Groenlandia donde cree encontrar<br />

el sentido del arte y también un sentido vital. ¿Asocia<br />

la intencionalidad del viaje a estas búsquedas? Lo que<br />

quise reflejar es una travesía por el fracaso en su significado más<br />

profundo. Rasmussen no llega a encontrar ninguna respuesta,<br />

porque no sabe cuál es su lugar en el mundo. Fue una suerte<br />

de pintor nacional que tenía como finalidad retratar al pueblo<br />

y se centró en el retrato de marineros. El problema es que no<br />

encajaba entre ellos, se los representaba como seres violentos,<br />

brutales, en tanto los marinos lo respetaban por su pericia técnica<br />

pero les parecía un infeliz, alguien ajeno a su mundo. Rasmussen<br />

fue el primer pintor en llegar a Groenlandia, y lo hizo<br />

casi como un antropólogo. Se encontró con los esquimales, que<br />

tienen una enorme riqueza simbólica, espiritual, y por lo tanto,<br />

también plástica. Uno de los personajes que lo fascinaron fue<br />

un mago, un chamán del que decía podía transmigrar de criatura<br />

en criatura. Aunque Rasmussen tiene contacto fluido con<br />

este mago, no dialoga con él. Se reconforta con la idea de que<br />

existe un esquimal interesado por su trabajo, por su pintura, sin<br />

darse cuenta de lo que se pierde. En última instancia, de algún<br />

modo es lo que ocurrió con la cultura europea a lo largo de su<br />

historia: ve a la otra cultura en su peor versión romántica, como<br />

un exotismo, algo que está ahí pero no vale la pena conocer más<br />

que en su superficialidad, un bien a conquistar. Y eso, tarde o<br />

temprano, se paga.<br />

27<br />

Una saga coral de casi 700 páginas que cosechó premios y elogios tanto del público como de la crítica<br />

(entre otros, fue considerada la mejor novela danesa de los últimos veinticinco años). La obra gira<br />

en torno a las historias de una comunidad de marinos a lo largo de un siglo. No es difícil adivinar cuál:<br />

Marstal, su pueblo natal. Luego de trasegar por longitudes y latitudes lejanas, Carsten Jensen pintó su<br />

aldea y fue universal.


STRINDBERG:<br />

a un siglo<br />

del adiós<br />

SEMBLANZA<br />

POR Eduardo Dubians<br />

EN EL AÑO DEL CENTENARIO DE SU MUERTE SUECIA LE DEDICÓ UN SINFÍN DE HOMENAJES<br />

En mayo de 1912 se despedía de este mundo a los 63 años de<br />

edad August Strindberg, uno de los mayores creadores en todos<br />

los géneros literarios y sin duda ícono cultural en su país de<br />

origen, Suecia, que lo reconoció como a la mayor figura artística<br />

de la historia de su país. Pero no todo es tan simple. Dueño de<br />

una personalidad conflictiva, afectado por crisis de esquizofrenia<br />

y paranoia, la enorme energía creadora de Strindberg se<br />

vio también atravesada por cuestionamientos de todo tipo (en<br />

particular por la supuesta misoginia de algunas obras). Amigo<br />

personal de pintores como Edvard Munch y Paul Gauguin,<br />

Strindberg se interesó asimismo por la fotografía, la pintura,<br />

y hacia el final de sus días, por la alquimia, suscribiendo a las<br />

teorías religiosas del visionario sueco Emanuel Swedenborg, a<br />

quien Strindberg le dedicaría su última obra, Den blå boken (El<br />

libro azul, inédito en castellano), tres volúmenes que recogen<br />

un extraño universo en forma de diario y prosa poética.<br />

Creador de la corriente conocida como “teatro de la crueldad”<br />

y “teatro del absurdo”, la febril energía de Strindberg dejaría<br />

testimonios que aún conservan toda su vigencia, como las obras<br />

El cuarto rojo, La señorita Julia, El padre, El pelícano, entre<br />

muchas otras, y novelas insuperables como las autobiográficas<br />

Inferno y El hijo de la sierva.<br />

Suecia decidió consagrar el año cultural a su máxima figura con<br />

una cantidad infinita de homenajes que van desde el radioteatro<br />

al cómic, pasando por lecturas, conciertos, danza, y que incluyen<br />

también a los nuevos soportes tecnológicos, algo que ni siquiera<br />

la afiebrada mente de Strindberg podía llegar a imaginar.<br />

Entre estos títulos, Strindbergs världar (Mundos de Strindberg),<br />

sorprende por ser una completa biografía fotográfica<br />

del autor. Llevada adelante por el investigador Björn Meidal<br />

y el fotógrafo Bengt Wanselius, plantea a través de más de<br />

quinientas imágenes todos los mundos posibles de Strindberg,<br />

no sólo en Suecia, en Upsala, Estocolmo y el archipiélago del<br />

Báltico, sino también en París y Berlín. El resultado arma un<br />

singular retrato del rompecabezas que fue Strindberg.<br />

Su particular vínculo con las mujeres tampoco podía quedar<br />

de lado. Se ha afirmado que Strindberg no estaba preparado<br />

para una vida armónica en pareja. No obstante, estuvo casado<br />

tres veces con Siri von Essen, Frida Uhl y Harriet Bosse, en<br />

orden cronológico. Tuvo hijos con todas ellas y las tres experiencias<br />

resultaron desastrosas. Siri es una novela de la escritora<br />

Lena Einhorn que intenta reflejar esta primera relación de<br />

Strindberg. Siri era una actriz reconocida al iniciar su relación<br />

con Strindberg y por él rompió con todas las convenciones de la<br />

época y de su clase. Poco a poco la pareja se fue sumergiendo<br />

en un infierno del que ninguno de los dos pudo salir indemne.<br />

En 1891, Strindberg conoce a la periodista austríaca Frida Uhl,<br />

con la que se casará en 1893 para vivir su matrimonio más breve.<br />

Su obra autobiográfica Inferno comienza en el día que Frida<br />

Uhl lo abandona definitivamente.<br />

Henning Mankell, a su vez, dejó de lado por un momento a su<br />

Inspector Wallander para dedicarle a Strindberg nueve piezas<br />

en un acto en su obra Lögnhalsarna (Los cuellos de las mentiras)<br />

donde refleja diversos aspectos de la caótica vida del autor.<br />

A pesar de tantos homenajes, Strindberg nunca recibió en vida el<br />

mayor reconocimiento que el Estado sueco reserva a las letras: el<br />

Nobel. Incongruencias de la historia, es posible que el fantasma<br />

de Strindberg se sienta honrado por ello.<br />

29


ENTREVISTA II<br />

Sergio Olguín<br />

EL<br />

negro<br />

vértigo<br />

POR Eduardo Dubians<br />

ACABA DE PUBLICAR LA FRAGILIDAD DE LOS CUERPOS, UN THRILLER QUE NADA TIENE PARA ENVIDIARLE<br />

A LOS MEJORES POLICIALES DE LA NOVELA NEGRA; Y ESTRENA UN PERSONAJE FEMENINO –VERÓNICA<br />

ROSENTHAL– QUE PROMETE VOLVER EN UNA PRÓXIMA ENTREGA<br />

30<br />

Sergio Olguín es un hombre de convicciones firmes. Siempre<br />

lo fue. Sabe qué decir, pero por sobre todo sabe cómo decirlo.<br />

Lo probó con creces en su extensa labor como periodista cultural,<br />

en sus novelas juveniles, como El equipo de los sueños<br />

(2004, traducida a varios idiomas) o Springfield (2007), en los<br />

cuentos (Las griegas, 1998) y en sus novelas adultas, Lanús<br />

(2002), Filo (2003) y Oscura monótona sangre (2009, ganadora<br />

del V Premio Tusquets de Novela). En la reciente La fragilidad<br />

de los cuerpos, Olguín nos presenta a Verónica Rosenthal, una<br />

periodista-investigadora-antihéroe, en un thriller argentino que<br />

atrapa al lector del cuello y no lo suelta hasta el punto final.<br />

Verónica llegó para quedarse (se espera pronto su reaparición<br />

en una nueva historia). Olguín, por fortuna, ya está entre nosotros<br />

hace tiempo.<br />

–¿Cómo se dio la génesis de esta novela? Escribí un cuento<br />

llamado Los trenes de la muerte para una antología temática. La<br />

idea original surgió de algunos informes que había visto en televisión<br />

(de Polosecki, de Castro) sobre el mal estado psicológico<br />

en que quedaban los maquinistas de los trenes después de<br />

un accidente ferroviario. Los suicidios en las vías eran un tema<br />

tabú, y muchas veces derivaban en suicidios de los propios maquinistas.<br />

Ese material dio pie al cuento en donde ya aparecían<br />

varios de los personajes presentes en la novela, como Lucio, el<br />

maquinista, y Verónica, la periodista-heroína.<br />

–Pasar del cuento a la novela no debió ser una tarea<br />

sencilla... No, no lo fue. Con el tiempo se me ocurrió extender<br />

la historia, fundirla con otras historias, y ver qué pasaba en<br />

otros contextos. Lo que en el cuento era una historia de amor<br />

con rasgos sadomasoquistas entre dos personas muy distintas,<br />

aquí se me convirtió en otra cosa, en una historia más policial.<br />

Verónica, de quien en el cuento no se sabía casi nada, ahora era<br />

la protagonista absoluta en tanto Lucio es coprotagonista, pero<br />

con una presencia menor. Los primeros ocho capítulos los escribí<br />

muy rápido, pero después no podía avanzar, estuve como seis<br />

meses sin escribir. En ese tiempo me di cuenta de que debía<br />

abandonar mi fidelidad al cuento: debía quebrar la idea de la<br />

novela romántica para convertirla en un thriller. Si bien la historia<br />

de amor se mantiene y articula en buena medida la trama, la<br />

acción avanza a partir de las claves y estereotipos más marcados<br />

por la tradición del policial y sus alcances de los últimos años.<br />

–Sorprende que en un policial tan duro, que se mete en<br />

escenarios sórdidos, la protagonista sea una chica de 30<br />

años con un origen social de clase media acomodada...<br />

Verónica es un personaje construido a partir de varias cuestio-


nes. En lo referente a su aspecto profesional, el periodístico, se<br />

vincula con otras mujeres con las que he tenido la fortuna de<br />

conocer y trabajar. Pero al mismo tiempo es un personaje si se<br />

quiere literario, ya que surge de una traspolación de diversos<br />

antihéroes de la mejor tradición de la novela negra norteamericana,<br />

en la línea de los detectives privados de Chandler o<br />

Hammett: toma como un escuerzo, es muy dura, tiene un sentido<br />

ético muy fuerte, y del mismo modo en que Marlowe, Sam<br />

Spade u otros no tienen reparos en tener sexo con quienes se<br />

les crucen en el camino –siempre y cuando esas mujeres sean lo<br />

suficientemente seductoras–, en este caso se invierte la idea y es<br />

ella la que decide con quién ir a la cama. Lo hace con la misma<br />

naturalidad y sin cuestionamientos morales sobre el asunto, pero<br />

quizá por ser mujer sorprende mucho más que en un hombre, a<br />

pesar del agua transcurrida bajo el puente del feminismo…<br />

–También impresiona mucho el ritmo vertiginoso que<br />

tiene el relato. Por momentos hace pensar en esas miniseries<br />

que se empiezan a ver y cuesta abandonar… Sí,<br />

algo de eso hay. Me interesa el lenguaje de las series televisivas,<br />

y también el de los cuentos concatenados. Es algo que practico<br />

desde mi primer libro, quizá porque me siento muy cómodo<br />

escribiendo relatos como un movimiento independiente de los<br />

demás. Siempre tuve muy claro lo que quería hacer en términos<br />

del ritmo de la historia: quería una novela donde el lector<br />

entrara rápidamente, se sintiera comprometido con los personajes,<br />

para luego entrar en una meseta donde las diversas historias<br />

tuviesen un desarrollo más natural, más tranquilo, para volver a<br />

acelerar en los últimos tres o cuatro capítulos, donde necesitaba<br />

que el lector se entregue a la trama sin detenerse. Me gustan<br />

mucho las series de la televi sión estadounidense, y a veces me<br />

ocurre con algunas de ella que necesito ver los últimos capítulos<br />

sin detenerme. Quería conseguir eso.<br />

–La novela participa de un registro realista, es muy interesante<br />

como se fusionan el paisaje suburbano con el urbano.<br />

¿Ves alguna correspondencia en la narrativa local?<br />

No sé si hay un vínculo muy estrecho con la producción nacional.<br />

Por supuesto, hay autores que me interesan más que otros,<br />

pero siempre respetando los límites de lo que hace cada autor,<br />

por lo general inmerso en su propia poética. A mí me resulta<br />

atractivo trabajar la tensión que se establece entre ciertas zonas<br />

marginales y el resto de la ciudad: lo urbano y lo suburbano, el<br />

lugar del que es uno y al que va uno sin pertenecer a ese lugar.<br />

Es una constante en la mayoría de mis libros, me gusta que eso<br />

se exprese como un conflicto no explícito, no dicho.<br />

–Un capítulo se titula “Superchica”, donde Verónica asume<br />

el rol del periodista como héroe, desplazando a otros<br />

estamentos sociales. ¿Por qué lo decidió así? Cuando tuve<br />

claro que quería hacer una novela policial, lo único que me<br />

cerraba al pensar en el protagonista era un periodista (en este<br />

caso, una). Pero a la vez sentía algunas limitaciones debido a la<br />

crisis de las instituciones que se vive en la Argentina. No existe<br />

una “justicia objetiva” a la que recurrir. En otras latitudes, en<br />

Estados Unidos o Europa, el investigador puede ir en contra de<br />

todo pero llega un momento en el que la justicia se hace cargo,<br />

aún en presencia de corrupción policial siempre hay una parte<br />

que se salva y se encarga de impartir justicia. En Argentina eso<br />

es casi imposible: resulta casi impensable recurrir a la justicia,<br />

a la policía, o incluso siendo periodista, muchas veces es muy<br />

difícil contar con la ayuda de la empresa periodística, que no da<br />

una cobertura habilitante. Por eso inventé al padre de Verónica,<br />

dueño de un estudio jurídico importante que podía abrirle determinadas<br />

puertas en Tribunales, le brinda en buena medida<br />

un escudo protector. Aun cuando ella no recurre a él (ninguna<br />

hija lo haría), sabe que su apellido opera como una especie de<br />

superpoder que incluso lleva a hacer dudar a un criminal importante<br />

a tomar alguna medida contra ella –lo cual no quiere<br />

decir que no lo haga–. El héroe de un policial argentino no<br />

pasaría de la primer novela. El policial argentino, para poder<br />

ser verosímil, necesita de algún tipo de poder inventado.<br />

–Más allá del artilugio de la ficción, ¿piensa que existen<br />

periodistas así? Creo que por lo menos para mi generación,<br />

cuando nacemos al periodismo, todos nacemos con la idea de<br />

imitar lo que fue Rodolfo Walsh, posiblemente el profesional<br />

más emblemático que dio este país en cuanto a periodismo de<br />

investigación se refiere. Todo periodista sueña con esa posibilidad<br />

y después termina como uno cultural, pero en principio se<br />

sueña con ser un periodista de verdad. Creo que Verónica encarna<br />

esa imagen mítica de ser periodista “a lo Walsh”, desprendida<br />

de toda cuestión ideológica incluso, porque su ideología está<br />

marcada por el compromiso ético que involucra su oficio de<br />

periodista. Por eso el último capítulo se llama El violento oficio<br />

del periodismo: es una especie de homenaje a Walsh.<br />

31<br />

A partir de la carta de un maquinista del Sarmiento que se suicidó, la periodista Verónica Rosenthal inicia<br />

una investigación que tendrá revelaciones insospechadas. A través de la relación que establece con<br />

Lucio, otro maquinista que se convierte en su fuente y su amante, Verónica llegará a un grupo mafioso<br />

que realiza apuestas con niños de baja condición social para ver quién aguanta más ante la aproximación<br />

del tren. Un thriller a puro vértigo, que no elude realismo social y alto contenido erótico.


ENTREVISTA III<br />

Milena Agus<br />

“Normal no quiere<br />

decir nada”<br />

POR Silvia Hopenhayn<br />

LA RECONOCIDA ESCRITORA ITALIANA HABLÓ DE SU LITERATURA Y DE SU ÚLTIMO TRABAJO, ALICE,<br />

PUBLICADO POR EDHASA<br />

Hay escritores que ingresan a la realidad por la puerta de servicio.<br />

Esto no significa que tengan menores recursos. Todo lo<br />

contrario. Por esa entrada se proponen limpiar la realidad de<br />

grandilocuencias y acceder a las habitaciones aisladas, donde<br />

viven los que menos se muestran o las personas mayores predispuestas<br />

al olvido. Por allí se cuela Alice –la protagonista de la<br />

novela recién publicada de la joven y célebre escritora italiana<br />

Milena Agus–, convencida de que “Nuestra felicidad o nuestra<br />

infelicidad se encuentra por entero en los detalles”. En esta<br />

oportunidad, se trata de los detalles domésticos que, como en<br />

otras novelas de la autora (la premiada La mujer en la luna,<br />

sobre todo), se juegan en el plano amoroso y amargo de las relaciones<br />

íntimas entre el hombre y la mujer. Ya el comienzo es<br />

una entrada distinta, a la vida y a un edificio: “Antes de conocer<br />

a la señora de abajo y al señor de arriba, la vejez no me interesaba.<br />

Mis padres no tuvieron tiempo de llegar a viejos, mi padre<br />

se mató muy pronto y mi madre se convirtió en una especie de<br />

niña. A mis abuelos no los veo nunca, y la muchacha que cuida<br />

a mi mamá es muy joven. En todo caso, ningún viejo podría<br />

haber excitado mi imaginación. Ninguno excepto la señora de<br />

abajo y el señor de arriba. Y ahora ya no veo a la vejez como<br />

algo oscuro, sino como un rayo de luz, quizá el último”.<br />

Además del espacio edilicio, donde ocurre la novela, Cerdeña,<br />

la tierra natal de su madre, es un elemento mitificado en la obra<br />

de Angus, y aparece casi como un personaje más en varias de<br />

sus obras. Vale decir que Angus nació en Génova y ahora, afincada<br />

en Cagliari (Cerdeña), admite que el momento del día que<br />

más le gusta es la mañana temprano (“somos dueños del mundo,<br />

pero no tempranísimo, que es muy triste”), pero su plato<br />

preferido sigue siendo lo que más le gustaba comer en Génova:<br />

“pasta al pesto”. Debutó de forma fulgurante en 2005 con la<br />

novela Mientras duerme el tiburón, y se consagró poco después<br />

con La mujer en la luna; luego publicó Las alas de mi padre<br />

(2008) y La imperfección del amor (2010), historia sencilla y<br />

sensual de tres hermanas. En Alice, su última novela, sexualidad<br />

y amor, parecen fruto de una enseñanza tardía.


–Luego de La mujer en la luna, vuelve una historia de<br />

amor, distinta, también madura y sexual. ¿El amor y también<br />

el sexo, suelen ser un descubrimiento lento? Alice<br />

nace más que nada de mi conciencia del amor, de una pregunta<br />

que me hago: ¿es posible también el amor sexual cuando somos<br />

viejos? Construyendo la historia del modo más convincente<br />

posible, he tratado de darme una respuesta afirmativa: sí, es<br />

posible.<br />

–Parece que el sexo fuera un campo de batalla. Figura<br />

un par de veces como atributo que una mujer sea un<br />

“tanque de guerra del sexo”. A su vez, se lo plantea como<br />

un arte que se aprende, según Alice: “Pensé que si esas<br />

artes las aprendía yo, nunca me dejarían por otra”. El hecho<br />

de que una mujer como Alice, virgen e ingenua e inexperta<br />

al punto de enamorarse de un homosexual y ser la única que no<br />

se da cuenta, quiera convertirse en una máquina de guerra del<br />

sexo no puede hacernos más que sonreír.<br />

–También en las dos novelas, la primera elección de pareja<br />

no se hace por amor. Aquí Anna elije al pelirrojo<br />

para tener “una casa normal”. ¿Le parece que se empieza<br />

por equivocación? Anna está enamorada del amor más que<br />

de los hombres. En el fondo, también ella sabe poco acerca de<br />

los hombres. Tal vez sí, comienza por equivocación. En el juego<br />

de “lo que aparenta no es”, ningún amor es lo que parece.<br />

–Aparece reiterada la idea de “lo normal” y lo que no<br />

lo es, referido a las personas, pero también a las casas.<br />

¿Qué sería lo normal, en su terreno narrativo? Mi idea<br />

sobre la normalidad la expresan bien la señora Johnson y Alice<br />

cuando, al final, concluyen que “normal” no quiere decir nada.<br />

–En la primera página de la novela, ¿coincide su lectura<br />

de la vejez como “un rayo de luz, tal vez el último”, con<br />

la de Alice? Tal vez, sí. La vejez no siempre es oscura, puede<br />

también ser luminosa pero, sin embargo, sabemos bien que es<br />

la última luz. Por esto, nosotros, seres humanos, aunque seamos<br />

afortunados, damos todos un poco de pena por el solo hecho de<br />

envejecer y morir.<br />

–Alice comienza con la idea de dos personas que van a<br />

encontrarse, y lo llamativo es la forma en que son presentados:<br />

el “señor de abajo” y la “señora de arriba”.<br />

¿Cómo surge esta idea espacial de convivencia? Alice es<br />

un espacio real, un vecino del piso de arriba y una vecina del<br />

piso de abajo, pero es un arriba/abajo social, los ricos de arriba<br />

y los pobres de abajo, lo que, con los cambios de espacio debido<br />

a los sentimientos, se convierten también en un espacio donde<br />

todo se invierte y se mezcla.<br />

–“Abajo y arriba” tiene distintas connotaciones. Alude a<br />

las clases sociales, por ejemplo, dado que el Sr. Johnson<br />

es rico mientras que Anna no lo es. Ella sube y luego él<br />

baja (de piso). O sea ella primero asciende, y él al final<br />

desciende, deja todo por ella. ¿Es una forma de contar<br />

amorosamente una problemática social? En el libro, en<br />

verdad todo es abajo/arriba, lo contrario de cómo debería ser,<br />

casi como en Alicia en el país de las maravillas.<br />

–¿También podríamos aplicar la figura en el terreno<br />

sexual, arriba y abajo? ¿Qué piensa de la literatura erótica?,<br />

¿considera que la practica? Creo que la literatura erótica<br />

es otra cosa. En mi opinión, yo no sé hacer literatura erótica,<br />

sino libros en los que se piensa mucho en el erotismo, se es<br />

curioso, también un poco morboso. De todos modos, en cuanto<br />

al sexo, creo que, si por lo menos uno de los dos está enamorado,<br />

no se trata más de sexo y punto.<br />

–¿Cómo logró convertir a su ciudad familiar, Cerdeña, su<br />

lugar de origen, en un escenario de ficción? Nací en Génova,<br />

de padres sardos que querían regresar a casa, en Cerdeña,<br />

al igual que los hebreos a la Tierra Prometida. Durante mi infancia,<br />

todo lo que era sardo era mítico. Para mí, el dialecto era<br />

una lengua misteriosa y extraordinaria y extranjera que hablaban<br />

mis padres por teléfono con sus familiares para que no los<br />

entendieran. Vivo en Cerdeña desde que tengo diez años, pero<br />

cada cosa sigue siendo mítica.<br />

–¿Cuál es su relación con las flores? En la novela también<br />

se plantea una diferencia “de clase”, entre las rosas<br />

y las margaritas… El desprecio por las flores pobres es de<br />

la señora Johnson, que por esto, al principio, parece una tonta<br />

esnob. A mí me gustan las flores pobres; mis preferidas son las<br />

boca de león, que crecen en las grietas de los muros. Admiro las<br />

flores que crecen sin cuidado y en condiciones naturales difíciles,<br />

casi imposibles.<br />

33<br />

El comienzo de la historia coincide con la apertura de una puerta. Alice se muda a un departamento en<br />

Cerdeña y se relación con los vecinos evidencia la magia del encuentro azaroso entre las personas y<br />

también su enigmática fatalidad. Como en otras novelas de Agus, los sentimientos cobrarán vida: amor,<br />

recelo, angustias, esperanzas y ajustes de cuenta obtendrán un relieve sutil y refinado, como el que suele<br />

otorgar la escritora italiana a todos los personajes que elige para habitar sus novelas. En este caso,<br />

coincide este habitar con un espacio edilicio. Todo ocurre en un edificio, y cada departamento es una<br />

historia que postula futuros entrecruzamientos eróticos y fallidos.


RECOMENDADOS<br />

VISADO PARA SHANGAI<br />

Qiu Xiaolong<br />

Tusquets<br />

Xiaolong presenta otro caso de su inspector jefe<br />

Chen Cao. Esta vez no sólo debe investigar un<br />

homicidio adjudicado a la mafia china sino también<br />

recibir a una bella investigadora estadounidense y<br />

tratar de dejarle una buena impresión de su país.<br />

“Quizá la cadena de la casualidad era más complicada<br />

de lo que a los escritores de misterio occidentales,<br />

cuyas obras él traducía en su tiempo libre, les<br />

gustaría admitir.”<br />

ASÍ EN LA TIERRA<br />

Diego Golombek<br />

Siglo XXI<br />

El científico soprende esta vez no con historias de<br />

la física o la biología molecular o explicaciones<br />

sencillas para teorías complicadas, sino con cuentos<br />

donde un boxeador novato se enfrenta a un ex<br />

ídolo en una pelea arreglada, una preciosa japonesa<br />

seduce a un porteño en Nueva York, alguien<br />

se enamora de una vendedora de boletos de tren.<br />

“Recién a la semana pudo decirle ´hasta mañana´,<br />

en un hilo de voz que sólo debe de haber escuchado<br />

él mismo, un sonido que quedó en su garganta<br />

mientras ella ya expedía el boleto para el siguiente<br />

pasajero.”<br />

LOS CUERPOS DEL VERANO<br />

Martín Felipe Castagnet<br />

Factotum Ediciones<br />

Se trata de la primera novela de Castagnet que fue<br />

ganadora del Premio a la joven literatura latinoamericana<br />

otorgado en Francia por La MEET (Casa de<br />

Escritores Extranjeros y Traductores). El mundo que<br />

este joven autor despliega se ubica en el futuro,<br />

donde los muertos pueden volver a la vida con otro<br />

cuerpo. “Cuando realicé el procedimiento y entré<br />

en flotación, mi cuerpo fue destruido porque no<br />

podía ser conservado; en ese momento no estaba<br />

listo el traspaso a otro cuerpo.”<br />

34<br />

MALA ÍNDOLE<br />

Cuentos aceptados y aceptables<br />

Javier Marías<br />

Alfaguara<br />

Una reedición del reconocido escritor español que<br />

advierte y separa sus cuentos en dos categorías,<br />

aceptados y aceptables para concluir aclarando<br />

en su Nota Previa: “Nada es nunca seguro, pero,<br />

dado lo poco que he frecuentado el noble arte del<br />

cuento en los últimos tiempos, es posible que ya<br />

no escriba más y que lo que aquí se ofrece acabe<br />

siendo la totalidad aceptada y aceptable de mi<br />

contribución al género. Me caben escasas dudas<br />

de que, si así resultare, no perderá gran cosa dicho<br />

género.”<br />

CUNA DE GATO<br />

Kurt Vonnegut<br />

La Bestia Equilátera<br />

Cuando se editó por primera vez, en 1963, sólo<br />

vendió 500 ejemplares. Hoy, Vonnegut se ha convertido<br />

en un autor de culto cuya obra no se encontraba<br />

hasta el momento en nuestro país. Esta es la<br />

primera obra del genial escritor que se edita y le<br />

seguirán otras durante el año entrante. “Los bokononistas<br />

creemos que la humanidad está organizada<br />

en equipos que cumplen la voluntad de Dios sin<br />

percatarse de lo que están haciendo.”<br />

EL AROMO CAÍDO<br />

Ovidio Lagos<br />

El Ateneo<br />

Se trata de la reedición de una novela testimonial<br />

centrada en la amistad entre Enrique y Carlos,<br />

iniciada en la adolescencia y que se prolonga desde<br />

la caída del primer peronismo hasta el último<br />

gobierno militar. Esta novela se publicó por primera<br />

vez en 1991 y se transformó en un relato de la<br />

sociedad argentina y sus múltiples tragedias.<br />

Estilo intenso, lleno de agudas observaciones, al<br />

que no le faltan ni la reflexión ni el humor.


RANKING<br />

FICCIÓN<br />

NO FICCIÓN INFANTIL JUVENIL<br />

1.<br />

2.<br />

3.<br />

4.<br />

5.<br />

Cincuenta sombras de<br />

Grey<br />

E. L. James<br />

Grijalbo<br />

Cincuenta sombras más<br />

oscuras<br />

E. L. James<br />

Grijalbo<br />

Un final perfecto<br />

John Katzenbach<br />

Ediciones B<br />

Cincuenta sombras<br />

liberadas<br />

E. L. James<br />

Grijalbo<br />

La virgen en tus ojos<br />

Florencia Etcheves<br />

Planeta<br />

1.<br />

2.<br />

3.<br />

4.<br />

5.<br />

Economía a contramano<br />

Alfredo Zaiat<br />

Planeta<br />

Ágilmente<br />

Estanislao Bachrach<br />

Sudamericana<br />

Corazón de rey<br />

Sergio Maravilla Martínez<br />

Planeta<br />

Encuentros<br />

Gabriel Rolón<br />

Planeta<br />

Kamikazes<br />

Reynaldo Sietecase<br />

Aguilar<br />

1.<br />

2.<br />

3.<br />

4.<br />

5.<br />

El principito<br />

Antoine de Saint-exupéry<br />

Emecé<br />

Gaturro y el poder del<br />

prisma mágico<br />

Nik<br />

Sudamericana<br />

Gaturro 19<br />

Nik<br />

De La Flor<br />

Gaturro 17<br />

Nik<br />

De La Flor<br />

365 cuentos para dormir<br />

Ediciones Saldaña<br />

1.<br />

2.<br />

3.<br />

4.<br />

5.<br />

¡Más muertos que nunca!<br />

Monster High 4<br />

Lisi Harrison<br />

Alfaguara<br />

El hobbit<br />

J. R. R. Tolkien<br />

Minotauro<br />

Las ventajas de ser<br />

invisible<br />

Steven Chbosky<br />

Alfaguara<br />

Harry Potter y la piedra<br />

filosofal<br />

Joanne K. Rowling<br />

Salamandra<br />

Mi planta de naranja lima<br />

J. M. de Vasconcelos<br />

El Ateneo<br />

35<br />

MÚSICA<br />

1.<br />

2.<br />

3.<br />

4.<br />

5.<br />

Violetta<br />

Soundtrack<br />

Disney<br />

El calor del pleno invierno<br />

No te va a gustar<br />

Sony<br />

Vicentico 5<br />

Vicentico<br />

Sony<br />

Chances<br />

Illya Kuryaki & The Valderramas<br />

Sony<br />

Serrat y Sabina en el Luna Park (CD+DVD)<br />

Serrat & Sabina<br />

Sony<br />

PELÍCULAS<br />

1.<br />

2.<br />

3.<br />

4.<br />

5.<br />

Tinkerbell y el secreto de las hadas<br />

N/D<br />

Walt Disney<br />

El sorprendente hombre araña<br />

N/D<br />

Sony<br />

La era de hielo 4 (Versión 2 discos)<br />

Steve Martino y Mike Thurmeier<br />

20th Century Fox<br />

La era de hielo 4<br />

Steve Martino y Mike Thurmeier<br />

20th Century Fox<br />

Los vengadores<br />

N/D<br />

Walt Disney<br />

Esta información comprende los libros (ficción/ no ficción/ infantiles/ juveniles), CDs y películas más vendidos en todos los puntos de venta del Grupo ILHSA S.A. entre el 5/11/12 y el 11/11/12.


TEXTUALES<br />

Textuales<br />

Caza de conejos<br />

Mario Levrero<br />

Ilustraciones: Sonia Pulido<br />

Libros del zorro rojo<br />

36<br />

“VII<br />

“Algunos cazan conejos persiguiéndolos sin tregua, a caballo, despiadadamente, dentro y fuera del bosque; en polvorientas<br />

carreteras, en praderas enormes, trepando incluso a pedregosas montañas. Cuando el conejo se detiene, loco de fatiga, le destrozan<br />

el cráneo con un golpe certero de garrote. Luego se lo comen, crudo y hasta con pelos. Yo estoy condenado genéticamente a otros<br />

procedimientos. Tejo laboriosamente durante varios meses una enorme y casi invisible tela como de araña, y luego me siento a<br />

esperar, un poco oculto entre el follaje. A veces pasan otros tantos meses antes de que aparezca un conejo en los alrededores, y<br />

a veces otros tantos más para que el conejo caiga en mi tela. Mientras tanto atrapo sin querer moscas y mosquitos, moscardones,<br />

avispas, ratones, culebras, mulitas, caballos, pájaros, jirafas y monstruos marinos. Me fatiga mucho despegarlos y recomponer la<br />

tela donde ha sido dañada. Es un trabajo agotador y la vigilia es constante. Me destrozo los nervios en esta tensa y eterna espera.<br />

Tengo las mandíbulas apretadas, me caigo de sueño, y mis sentidos se agudizan y exasperan en el alerta constante. Mi forma de<br />

cazar conejos, y no tengo otra, es lo que me ha transformado en un loco.<br />

“XXXV<br />

“Para los que sienten como cosa esencial la estética de la caza de conejos, o su metafísica, la luz es quizás el factor más<br />

importante a tener en cuenta. El sol directo afea los conejos, les quita realidad y gracia. La oscuridad de la noche los vuelve<br />

invisibles, inasibles y muy peligrosos. Es a la luz incierta de los últimos rayos oblicuos, en ese instante mágico que se produce<br />

unos minutos después de la puesta del sol, cuando los conejos adquieren toda su dimensión de belleza y verosimilitud. Pero es<br />

muy difícil cazarlos en la fugacidad de ese momento: tal es la comprensión que adquiere un observador sensible.<br />

“XXXVII<br />

“Para cazar conejos hay que sacar un permiso especial, que cuesta mucho dinero. En un pequeño mostrador con caja<br />

registradora que hay a la entrada del bosque, un conejo gordo, con lentes y aire de cansada resignación, nos va entregando uno<br />

a uno los permisos de caza, a cambio del dinero.<br />

“Pero también, y para defenderse de los cazadores, los conejos han creado un impresionante aparato burocrático. Al cazador<br />

que desea obtener el permiso (y sin el permiso es imposible cazar conejos, porque se cae en manos de los guardabosques), le<br />

obligan a presentar multitud de papeles: cédula de identidad, certificado de buena conducta, vacuna antivariólica, carnet de<br />

salud, recibos de alquiler, agua y luz; certificado de residencia, certificado negativo de la dirección impositiva, carnet de pobre,<br />

libreta de enrolamiento, pasaporte, constancia de domicilio, certificado de nacimiento, constancia de bachillerato, autorización<br />

para el porte de armas, declaración de fe democrática, certificado de primera comunión, constancia de la jura de la bandera,<br />

libreta de matrimonio, licencia para conducir, constancia de estar al día con el impuesto de Enseñanza Primaria, certificado de<br />

defunción, etcétera.”


DOSSIER<br />

Paul Gauguin<br />

El buen salvaje<br />

NACIÓ BURGUÉS, TRABAJÓ EN LA BOLSA DE VALORES, SE CASÓ Y TUVO CINCO HIJOS. UN DÍA<br />

CUALQUIERA DEJÓ SU PUESTO DE TRABAJO Y SE DEDICÓ A LA PINTURA. MÁS TARDE DEJARÍA<br />

TAMBIÉN A SU FAMILIA. CRUZÓ EL MAR Y SE INSTALÓ EN TAHITÍ DONDE TRANSFORMÓ EL ARTE<br />

DE SU TIEMPO. MURIÓ HABLANDO DE FLAUBERT<br />

1<br />

POR Nancy Giampaolo<br />

Cuando en el otoño de 1910 la exposición posimpresionista de la Grafton Gallery de Londres<br />

dio un baile de disfraces celebrando su clausura, dos “doncellas tahitianas” se convirtieron en<br />

el centro de todas las miradas. Se llamaban Virginia y Vanessa Stephen, aunque una de ellas<br />

sería más conocida luego por el apellido de su futuro marido, Woolf. El gesto (curioso para<br />

un par de súbditos británicos como las hermanas Stephen, dado que Tahití formaba parte<br />

entonces del imperio colonial francés) era significativo, y de hecho se trataba uno de los primeros<br />

que acusaban el impacto de una leyenda en vías de construcción: la de un artista que,<br />

rechazando los valores de la civilización, decidía vivir su vida como un salvaje, consagrado<br />

únicamente a su arte y en comunión con la naturaleza.<br />

Semejante lectura había sido sugerida por lo que constituía el núcleo central de la muestra<br />

presentada en la Grafton Gallery: treinta y siete obras de Paul Gauguin pintadas en Bretaña y


2<br />

en Tahití. Que Virginia Woolf no era la única persona en realizarla o caer bajo su encanto fue<br />

confirmado por la aparición posterior de la novela de Somerset Maugham The moon and sixpence,<br />

en la que un corredor de bolsa londinense abandona mujer e hijos para pintar en una<br />

isla de los Mares del Sur, y cuyo éxito estableció para el gran público a la figura del “salvaje<br />

por adopción” como parte de la cultura popular del siglo XX.<br />

Paul Gauguin nació en París, el 7 de junio de 1848. El hijo del periodista antimonárquico<br />

Clovis Gauguin y de Aline Marie Chazal sería conocido mundialmente como el pintor que<br />

encarnaría este personaje.<br />

Sin embargo, el papel adoptado por Gauguin contaba ya por entonces con una larga tradición<br />

previa, nutrida por modelos que iban desde el Robinson Crusoe de Daniel Defoe, que realizaba<br />

una miniatura de la civilización europea trasladada a un nuevo entorno, hasta la figura<br />

del “buen salvaje” propuesta por Rousseau, que cuestionaba los aspectos más decadentes de<br />

esta civilización y proponía reemplazarlos por una nueva sensibilidad, surgida de la comunión<br />

con los valores más primitivos y, por lo tanto, incontaminados.<br />

En efecto, al final de su primera estancia en Tahití, Gauguin escribió: “He huido de todo lo<br />

que fuera artificial y convencional. Aquí me adentro en la verdad, soy uno con la naturaleza.<br />

Tras la enfermedad de la civilización, la vida en este nuevo mundo es una vuelta a la salud”. El<br />

tema, recurrente en la larga correspondencia que el artista mantuvo con familia, amigos y colegas,<br />

tenía la fuerza de un dogma y como tal resultaba la base de su credo artístico, pero también<br />

la base de una constante campaña de publicidad, desplegada tanto en sus cartas como en<br />

sus piezas literarias y periodísticas.<br />

El compromiso asumido con la imagen del buen salvaje que había elegido para sí mismo fue<br />

dominante y rigió las relaciones que mantuvo con familia y colegas. Esta encarnación como<br />

referente de lo primitivo parece haber encajado con el espíritu de su tiempo: en la última mitad<br />

del siglo XIX, la apertura de varios museos antropológicos –no por casualidad coincidentes<br />

con las aventuras coloniales de las potencias europeas– habían atraído la atención del público<br />

y los intelectuales sobre las culturas “primitivas”. El redescubrimiento de la artesanía como<br />

una operación estética de valor propio (constatable en movimientos de artes aplicadas como<br />

el “Arts and Crafts” de William Morris) y la publicación de escritos como los de Alois Riegl,<br />

con su insistencia en la noción de que el ideal naturalista era completamente ajeno a un arte<br />

primitivo que debía ser juzgado en sus propios términos, estaban generando un cambio de<br />

actitud gradual hacia el arte de la “inocencia salvaje”.<br />

Este era el entorno sobre el cual el arte y la vida de Paul Gauguin se proyectaron: como una<br />

especie de prolongación de una conciencia espiritual europea que se renovaba al verse reflejada<br />

en otras culturas. Su abuela, Flora Tristán, procedía de una antigua familia peruana, y<br />

Gauguin vería en ella un antecedente de sí mismo: intelectual, independiente y de un fervor<br />

político socialista que se había traducido en algún momento en una emigración a Francia. La<br />

madre de Gauguin había nacido allí en 1825 y se había casado con Clovis con quien también<br />

tuvo a Marie, hermana de Paul. En 1851, el golpe de Estado de Napoleón III motivó la partida<br />

de su familia a América. Durante el viaje, el padre murió y la madre tuvo que recurrir a<br />

Izq.: “Autorretrato”, 1888, en<br />

Lezaven.<br />

Der.: “Arearea”, 1892.


Izq.: Fotografía de 1891.<br />

Der.: “Naturaleza muerta”, 1889.<br />

la hospitalidad de sus parientes en Lima, donde el joven Paul terminó pasando la infancia. En<br />

1855, volvieron a Orleans, y Paul fue enviado a un seminario jesuita. En 1862, un examen de<br />

ingreso en la marina mercante propició que viajara a Brasil, India y China y, por vez primera,<br />

a Tahití. Aline murió en 1867 y Gauguin pasó a la Armada francesa, con la que participó en la<br />

guerra francoprusiana de 1870. Habiendo heredado dinero y propiedades, se instaló luego en<br />

París bajo la tutela de Gustave Arosa, un amigo de su abuela que le dio trabajo en el despacho<br />

de un agente de bolsa. Arosa era centro de una gavilla de artistas jóvenes que se llamaban a<br />

sí mismos el “grupo de Batignolles”, entre los que se encontraban Camille Pissarro y Émile<br />

Schuffenecker (de gran importancia en su carrera posterior). Marguerite, la hija de Arosa,<br />

intentó un primer acercamiento entre Paul y la pintura, enseñándole a pintar en un estilo muy<br />

similar al de Pissarro.<br />

En el verano de 1873, Gauguin conoció a una danesa, Mette Sophie Gad, con quien se casó<br />

en noviembre. A lo largo de los siguientes diez años tuvieron cinco hijos: Émile, Aline, Clovis,<br />

Jean y Pola.<br />

Mientras que su carrera en el mundo de los negocios parecía mantenerle dentro del cómodo<br />

universo de la clase media burguesa, su interés por la pintura iba en aumento. Las circunstancias<br />

del momento parecieron estimular esta afición, cuando el grupo de Batignolles entró<br />

en contacto con el de los antiguos alumnos del pintor Marc Gleyre: Monet, Renoir, Sisley y<br />

Bazille. Bajo la dirección de Manet, las reuniones tomaron la forma de una exposición colectiva,<br />

realizada el año del nacimiento del primer hijo de Gauguin. Impresión: sol naciente, una<br />

de las telas expuestas por Monet, les valió, crítico mediante, el mote de “impresionistas”, en el<br />

cual se englobó a artistas de personalidades diferentes pero con el objetivo común de recoger<br />

la experiencia visual inmediata. Haciendo eje en la pintura al aire libre, los intereses del grupo<br />

se concentraron en la representación de los efectos cambiantes de la luz. La eliminación de<br />

líneas y de tonos tierra en la composición cromática de las obras y una factura más espontánea<br />

fueron los cambios más llamativos que pudo notar el gran público.<br />

Gauguin, influenciado en un primer momento por Pisarro, fue receptivo a estas ideas: probablemente<br />

atraído por su costado poco convencional. Su cuadro Sous-bois à Viroflay fue aceptado<br />

por el Salón de 1876 y, a partir de allí, sus apariciones en las exposiciones impresionistas<br />

fueron en aumento, recibiendo tempranas críticas elogiosas y dinero de algunas ventas: Durand<br />

Ruel, promotor del impresionismo, compró tres de sus primeras telas.<br />

Animado por este primer éxito, Gauguin dejó el ambiente bancario (que había sufrido una importante<br />

crisis en 1882) para dedicarse por completo a la pintura. Un año después, la familia<br />

se mudó a Ruan, donde el artista pensó que la vida sería más barata y encontraría compradores<br />

para su obra. Estaba equivocado, y un nuevo traslado a Dinamarca, donde vivía la familia<br />

de su mujer, resultó ser otro fracaso.<br />

En 1885 volvió a París con su hijo Clovis. El objetivo era el de seguir en contacto con los movimientos<br />

artísticos de la capital, aunque tras una serie de penurias económicas en las cuales<br />

trabajó pegando carteles en la vía pública y como administrativo del ferrocarril, dejó al chico<br />

en un internado y consiguió un préstamo destinado a financiar su primera excursión pictórica<br />

3


4<br />

a Pont-Aven, en Bretaña.<br />

Situada a medio día de tren de la capital francesa, la región de Bretaña se hallaba más lejana<br />

de París en otro sentido: se trataba de un enclave celta, rigurosamente católico e incluso monárquico<br />

en sus actitudes. Peregrinaciones, santuarios, iglesias y campesinos de trajes típicos<br />

hablando su extraño dialecto ubicaban al país en un terreno particular donde cierto encanto<br />

medieval se mezclaba con un pasado aún más remoto de dólmenes y menhires.<br />

Gauguin no era el primer artista interesado por la Bretaña: Pont-Aven había sido un punto<br />

clave para varios movimientos artísticos a partir de finales del siglo XVIII e incluso para un<br />

grupo de artistas estadounidense e ingleses instalado en la región desde hacía una veintena de<br />

años. Sintiéndose seguro en una comunidad artística que trataba de dominar y liberado de sus<br />

lazos familiares, Gauguin inició una nueva etapa en su arte inspirándose tanto en los temas de<br />

la vida campesina local como en la cerámica y en la escultura bretonas. Durante sus estancias<br />

en Bretaña, el lenguaje plástico de Gauguin se depuró, logrando una síntesis cada vez más<br />

extrema. La paleta, cada vez más alejada de los iniciales planteos impresionistas, comenzó a<br />

dejar de lado el uso descriptivo de los colores para asumir dimensiones simbólicas y emocionales.<br />

La línea apareció como contorno de un dibujo estilizado que lo aproximaba tanto a los<br />

motivos populares que el artista podía ver entonces en las iglesias locales (vitrales incluidos)<br />

como a las exploraciones que más tarde harían pintores linderos con el lenguaje de la gráfica<br />

como Toulouse-Lautrec.<br />

El amplio corpus bretón de leyendas, religiosidad y superstición sería una de las fuentes de las<br />

que se nutriría su obra a partir de este momento, inaugurando una etapa que nunca se cerraría<br />

del todo. A pesar de que el frío clima de la católica Bretaña pueda situarse en las antípodas<br />

de los paraísos polinesios que vendrían luego, la operación que inició Gauguin en el norte de<br />

Francia sería muy similar a la que más tarde desarrollaría en las colonias de ultramar: la de interpelar,<br />

con su obra, no sólo paisajes y coloridos locales sino la de interpretar a sus habitantes.<br />

En este sentido, el dibujante Lucas Nine explica: “En esta cuestión de asumir como una forma<br />

de expresión propia diferentes idiosincrasias culturales, asimiladas por Gauguin en su condición<br />

de viajero permanente, veo patente la vocación etnográfica que justifica su obra. Para<br />

él, el retrato de un lugar tiene sentido primero como el retrato de la gente que lo habita. Y el<br />

retrato de esta gente es, sobre todo, el retrato del propio Gauguin. Cuando pinta de manera<br />

literal e ingenua los motivos religiosos del norte de Francia, fingiendo creer en las apariciones<br />

de la Virgen, o cuando interpreta a su modo las leyendas de la Polinesia, vemos un diálogo con<br />

las diferentes culturas que por momentos toma la forma de una manipulación. Gauguin no se<br />

contenta con pintarlos: fingiendo ser uno de ellos, se proyecta como personaje sobre cada una<br />

de estas culturas. Inaugura también una tradición francesa: ¿Qué otra cosa hace si no Manu<br />

Chao, si se perdona la comparación?”.<br />

Otro ciclo que también quedaba inaugurado con el viaje de Gauguin a la Bretaña es el del<br />

periódico retorno a la civilización, a París (regreso realizado en 1887), donde el pintor podía<br />

dar cuenta de sus hallazgos tanto como promover su carrera. Sin embargo, el ulterior proyecto<br />

de un viaje al Pacífico en compañía de Charles Laval, un pintor joven al que había conocido<br />

Izq.: “Autorretrato”, 1893.<br />

Der.: “Parau api”, 1892.


Izq.: Casa natal, en París.<br />

Centro: Residencia donde su mudó<br />

en 1873.<br />

Der.: “La bordadora o Mette<br />

Gauguin”, 1878.<br />

en Pont-Aven, debió ser descartado por la falta de dinero que retuvo a ambos en Panamá. Tras<br />

trabajar un tiempo como peón en la construcción del Canal de Panamá, Gauguin reunió una<br />

suma suficiente para trasladarse a la isla caribeña de La Martinica y vivir allí cuatro meses, en<br />

los que cayó enfermo de disentería. Esa fue su primera experiencia en un paraíso tropical.<br />

En una de sus periódicas cartas a su mujer, quien se había hecho cargo de la manutención de<br />

la familia en Europa, Gauguin escribe en el tono que sería habitual de aquí en adelante: “Durante<br />

mi estancia en Colón contraje una enfermedad; las miasmas palúdicas procedentes del<br />

canal me envenenaron. Mi vitalidad me dio fuerzas para resistir, pero en cuanto llegué a La<br />

Martinica empecé a sentirme día a día cada vez más débil (…). Si nos detestamos mutuamente,<br />

el odio nos dará fuerzas, pero tú estás empezando a experimentar la necesidad de un marido<br />

en el momento en que esto es imposible. Abrumada por el trabajo, me pides que acuda en<br />

tu rescate. ¿Qué puedo hacer? En estos momentos me encuentro tirado en una choza nativa,<br />

tirado y sin fuerzas en una cama de algas (…). Pronto te veré, querida esposa. Te abrazo y te<br />

quiero, aunque debería odiarte cuando miro atrás y veo las pasiones diabólicas que nos separaron.<br />

Desde aquel día todo ha ido de mal en peor. Mil besos a los niños. ¿Volveré a verlos?”.<br />

En noviembre volvió a París, llevándose una cantidad de dibujos y pinturas que se expusieron<br />

en la Galería Portier. La acogida fue variada. El crítico Gustave Kahn escribió luego: “Lo que<br />

expuso desagradó a sus admiradores y a los críticos. Esperaban nuevas conquistas de color,<br />

efectos de luz más radiantes y violentos. En sus cuadros, con sus sombras pesadas y cálidas, las<br />

formas parecían purpúreas y negras. Simplificó los colores contrastándolos violentamente. Pisarro<br />

le defendió y explicó que en aquellas tierras las formas eran devoradas por la luz, que el<br />

matiz no existe y que no se puede ni pensar en recuperarlo, sino que sólo se puede proceder<br />

por medio de una violenta oposición. Con todo, la exposición no tuvo éxito y los pocos coleccionistas<br />

de Gauguin quedaron desconcertados. Aquello no era puntillismo ni recetas ópticas,<br />

tampoco era un arte que rompiera abiertamente con las ideas impresionistas (…). Con todo,<br />

este viaje fue de gran beneficio estético para Gauguin. Por entonces comenzó a cambiar visiblemente”.<br />

De cualquier manera, Gauguin había encontrado su identidad como pintor. La experiencia<br />

de La Martinica le resultó decisiva para romper con las convenciones plásticas europeas establecidas<br />

a finales de la década de 1880 y, libre por fin de las preocupaciones impresionistas<br />

por el naturalismo y la precisión cromática, se había hecho consciente de las dimensiones más<br />

emocionales del color, de las cualidades espirituales de un cuadro y del vigor de su propia<br />

imaginación creativa. Bretaña había marcado el comienzo de esta evolución y a ella volvió, a<br />

principios de 1888.<br />

A pesar del desconcierto de cierta parte de la crítica y colegas, los cuadros pintados por Gauguin<br />

en La Martinica fueron muy admirados por los hermanos Vincent y Theo Van Gogh.<br />

Cuando Theo, empleado como marchante de arte en la casa Goupil, hizo a Gauguin la oferta<br />

de 150 francos al mes por pintar junto a su hermano en un pueblo francés llamado Arlés, este<br />

aceptó inmediatamente. Sin embargo, los dos hombres, de naturaleza muy distinta, tuvieron<br />

una relación problemática desde el primer momento. Frustrado, Gauguin quiso volver a París,<br />

5


6<br />

pero se vio retrasado cuando en la tarde del 23 de diciembre de 1888, tras haberse mudado de<br />

la común Casa Amarilla a un cuarto de hotel, la inestabilidad de Vincent lo llevó a cortarse un<br />

trozo del lóbulo de la oreja. Acerca de la vida en común con Van Gogh, Gauguin dejó escrito:<br />

“Así pues, me quedé algunas semanas en Arlés y sus alrededores para captar claramente su<br />

áspero sabor. Lo que no impidió que trabajáramos en firme, sobre todo Vincent. Entre los dos<br />

seres, entre él y yo, volcán el uno e hirviente también el otro, aunque por dentro, en cierto<br />

modo estaba preparándose una lucha. De entrada encontré por todas partes y en todos los<br />

aspectos un desorden sorprendente. La caja de pinturas apenas bastaba para contener todos<br />

aquellos tubos apretados, siempre sin cerrar (…). ¿Cuánto tiempo permanecimos juntos? Lo<br />

he olvidado por completo y no sabría decirlo. A pesar de la rapidez con la que sobrevino la<br />

catástrofe, a pesar de la fiebre laboral que se había apoderado de mí, aquel período de tiempo<br />

me pareció un siglo… Sin que el público lo sospechara, allí dos hombres hicieron un trabajo<br />

colosal, útil para ambos. ¿Y quizás también para otros? Ciertas cosas llevan en sí su fruto”.<br />

Tras una corta estancia en París, Gauguin realizó un tercer viaje a Bretaña en compañía de sus<br />

colegas Sérusier y Meyer De Haan. Esta vez se estableció en Le Pouldu, pueblito situado en<br />

una península rocosa a poca distancia de Pont-Aven. Hacia finales de 1890, tras el suicidio de<br />

Van Gogh, Gauguin volvió a París, donde se alojó en casa de su amigo Schuffenecker. Impresionado<br />

por los pabellones de la Exposición Universal de París, evaluó un tiempo la idea de<br />

visitar Tahití o Madagascar, intentando que un grupo de pintores se reuniera con él para ir a<br />

este último destino. Émile Bernard, influenciado por la lectura de un reciente éxito literario<br />

de Pierre Loti, sugirió Tahití como un lugar más apropiado.<br />

Gauguin buscó información más rigurosa sobre el tema en la guía oficial de la isla, publicada<br />

por el gobierno francés, pero era evidente que esta había sido escrita con la intención<br />

de atraer a los eventuales colonos: “Los afortunados habitantes de este remoto paraíso de<br />

los Mares del Sur sólo conocen la parte más luminosa de la vida. Para ellos vivir es cantar y<br />

amar”, podía leerse en este folleto, junto a detalladas descripciones de los encantos de la mujer<br />

tahitiana. Gauguin no necesitaba más persuasión. Escribió a su colega Odilón Redon: “Me<br />

voy a Tahití, donde esperaré el final de mis días (…). La honra y el respeto de los demás no es<br />

cosa que me preocupe ahora. El Gauguin europeo ha dejado de existir y nadie volverá a ver<br />

de nuevo aquí ninguna de sus obras”.<br />

En marzo de 1891 hizo una rápida visita a Copenhague, donde vio a Mette y a los niños. Aunque<br />

Mette no estuvo de acuerdo en acompañarle a Tahití, la visita fue amistosa y decidieron<br />

reiniciar su vida matrimonial pero, en realidad, era la última vez que el pintor vería a su familia.<br />

Una gestión frente a las autoridades del Ministerio de Educación y Bellas Artes le permitió<br />

obtener un descuento en el pasaje y un nombramiento formal que en la práctica le valió de<br />

muy poco al llegar y empezar a enemistarse con las autoridades coloniales de una manera casi<br />

inmediata. En junio de 1891 ya se hallaba en Tahití. En marzo del año siguiente, escribió a su<br />

mujer: “en cualquier caso soy un gran artista, tienes razón, no estás loca. Soy un gran artista<br />

y lo sé. Y por ser lo que soy tengo que soportar tantos padecimientos (…). Dices que cometo<br />

un error al permanecer tan lejos del centro artístico del mundo. El centro mundial de mi arte<br />

Uno de los muebles construido por<br />

el pintor.<br />

“El Gauguin europeo ha dejado<br />

de existir y nadie volverá a ver de<br />

nuevo aquí ninguna de sus obras.”


Der.: “Nave, Nave Moe”, 1894.<br />

“Trabajo en condiciones<br />

desfavorables, y hay que ser<br />

un coloso para hacer en tales<br />

circunstancias lo que yo estoy<br />

haciendo.”<br />

está en mi cabeza y en ningún otro sitio, y soy fuerte porque nunca me dejo desviar por los demás<br />

y hago lo que me sale de adentro. Mira lo que le pasó a Pissarro a causa de su constante<br />

empeño de mantenerse a la altura de las circunstancias y de estar siempre al día. Perdió todo<br />

rastro de personalidad y su obra carece de cualquier tipo de unidad. Siguió todos los movimientos,<br />

desde Courbet y Millet hasta esos jóvenes químicos que elaboran cuadros a base de<br />

manchitas (…). Trabajo en condiciones desfavorables, y hay que ser un coloso para hacer en<br />

tales circunstancias lo que yo estoy haciendo”.<br />

Las cartas de Gauguin, navegando entre lamentos por el dinero, su salud y quejas sobre el resto<br />

de la humanidad, muestran una parte de sus preocupaciones, en parte modificadas por la<br />

necesidad de justificar su expedición artística frente a los demás. “Por el momento, soy el gran<br />

artista moderno”, escribió en 1893 a su mujer desde París, adonde se había dirigido para exponer<br />

su obra tahitiana. Sin embargo, el éxito logrado en la Galería Durand-Ruel fue modesto y<br />

la obra condenada por artistas como Renoir, Monet y Pissarro, aunque atrajera la atención de<br />

escritores simbolistas como Stéphane Mallarmé.<br />

El principal intermediario entre Mallarmé y Gauguin, el poeta y teórico literario Charles<br />

Morice, sugirió escribir una obra basada en los diarios y las experiencias del pintor, como publicidad<br />

para la exhibición. El libro, que llegaría a ser conocido con el título de Noa Noa, sería<br />

una obra en colaboración en la que Gauguin, con su prosa áspera y sus sentimientos simples<br />

interpretaría al Salvaje, mientras que Morice, con su escritura elegante, sería el Hombre Civilizado.<br />

La primera redacción de Gauguin se basaba en notas tomadas en Tahití a partir de sus propias<br />

experiencias, pero para lo relacionado con las creencias y costumbres locales dependía de<br />

otros autores. De cualquier forma, era típico que en su texto disfrazara los préstamos bajo la<br />

forma de declaraciones hechas por varias muchachas tahitianas, al tiempo que se presentara<br />

a sí mismo como un intérprete experto de la cultura de la isla. Sus calificaciones para esto<br />

eran dudosas: Jenot, el teniente de marina responsable de haberle enseñado el idioma local,<br />

comentaba “su penosa facilidad para olvidar, para mezclar las sílabas o darles la vuelta”. El<br />

mismo nombre del libro, Noa Noa, parece estar sujeto a un uso caprichoso de la lengua local.<br />

Sin embargo, Gauguin dijo que el propósito del libro era “facilitar la comprensión de mis cuadros”.<br />

Noa Noa proporcionó un retrato del artista, un tejido formado de hechos y ficción que<br />

defendía la noción de “Gauguin el salvaje”, y que resultó en su momento convincente en su<br />

carácter autobiográfico.<br />

En su regreso de 1893, instalado en París gracias al cobro de una herencia, Gauguin trató de<br />

reforzar esta imagen. Dio recepciones, estableció lazos con diversos grupos vanguardistas,<br />

publicó artículos. En mayo de 1894, en el curso de una visita a un puerto pesquero de la costa<br />

bretona con un grupo de amigos y su reciente amante y modelo, la malaya Annah, se vio<br />

envuelto en una pelea con marineros que lo dejó hospitalizado por dos meses. Tras pleitear<br />

sin éxito contra los marineros, volvió a París donde se encontró con su taller saqueado y a la<br />

desleal Annah desaparecida.<br />

Anunció su propósito de volver a Tahití para lo cual subastó con poco éxito alguna de sus<br />

7


8<br />

obras, al tiempo que su antiguo discípulo, Émile Bernard, lo demolía desde un artículo aparecido<br />

en las páginas de Le Mercure de France, acusándolo de presentar como propios todos los<br />

logros creativos de la Escuela de Pont-Aven. Sin dejarse intimidar, Gauguin aceleró su plan de<br />

marcha. El 28 de julio de 1895 abandonó París, esta vez para siempre.<br />

“El resto de la vida del pintor en las islas del Pacífico parece estar inscripto dentro de una<br />

sucesión más o menos regular de desgracias, peleas con las autoridades y lamentaciones por<br />

lo que percibía como la occidentalización invasora de las islas”, se explaya Nine. Los recursos<br />

se hacían exiguos y en los últimos años había sufrido desde ataques al corazón hasta úlceras<br />

de origen sifilítico que le hacían consumir grandes cantidades de morfina para calmar el dolor.<br />

Pero este fue uno de los períodos artísticos más fructíferos en su vida. Los cerca de cien<br />

cuadros que produjo en este lapso (incluyendo al que la posteridad ha señalado como su obra<br />

maestra ¿De dónde venimos? ¿Qué somos? ¿Adónde vamos?, las cuatrocientas xilografías y las<br />

veinte esculturas y tallas en madera serían luego consideradas representativas de la cumbre de<br />

su carrera. En esta fase de su carrera los restos del naturalismo fueron abandonados por completo:<br />

las obras parecen ser los íconos de un nuevo culto en los que se entremezclan elementos<br />

primitivos y complejos de las tradiciones religiosas orientales y occidentales.<br />

La muerte de su hija Aline, en enero de 1898, puso punto final –después de un breve y brutal<br />

intercambio de cartas– a toda relación con su familia, seguida por un intento de suicidio del<br />

artista. Un resto de amigos fieles y colegas fueron los últimos destinatarios de su correspondencia,<br />

cargada de quejas y recriminaciones a veces injustas, pero que nunca dejaban de estar<br />

acompañadas por el envío sistemático de sus obras junto a una compleja serie de instrucciones<br />

para su exhibición y venta. Finalmente, un acuerdo firmado con el galerista Vollard en 1900 le<br />

permitió una cierta seguridad económica, pequeña pero superior a la que había conocido en<br />

mucho tiempo.<br />

En septiembre de 1901, Gauguin abandonó Tahití para ir a la isla de Hiva-Ho, en el archipiélago<br />

de las Marquesas, descrita por Herman Melville en su primera novela, Typee, como un<br />

paraíso moderno todavía a salvo de la civilización. Desde allí, continuaría con la producción<br />

regular y el envío de las obras a Vollard.<br />

El 8 de mayo de 1903, mandó a buscar al pastor protestante Paul Vernier, con quien había<br />

establecido alguna relación: se quejó de “dolores generalizados” y de pérdidas de conciencia.<br />

A continuación se puso a hablar de Salammbô, de Flaubert. Dos horas más tarde lo descubrieron<br />

muerto. Una botella de láudano se hallaba en la mesa, junto a él, pero no se llegó a<br />

determinar si se había utilizado o no.<br />

Sobre el hecho de ponerse a hablar sobre el autor de Madame Bovary antes de morir, Nine<br />

reflexiona haciendo foco en una paradoja que comenzó en la vida del pintor, trascendiéndolo<br />

y cobrando nuevas formas a través de otros: “Una conversación al pie de la tumba acerca del<br />

más provinciano de todos los escritores franceses parece ser un final paradójico (o por lo menos<br />

irónico) para un artista que definió como motor de su arte el retorno a la inocencia de los<br />

primitivos salvajes. Pero la verdadera paradoja estaba todavía por venir: apenas una decena<br />

de años después de la muerte de Gauguin, un joven Pablo Picasso se convertía en el ‘artista<br />

moderno’ por excelencia, proyectando en vida una sombra que iba a extenderse a lo largo del<br />

siglo XX. La operación, exitosa en este caso, se trataba de la inversa: exportar un salvaje al centro<br />

de la civilización”.<br />

Bibliografía<br />

Paul Gauguin, la búsqueda del paraíso-<br />

Cartas de Bretaña y los Mares del Sur<br />

Selección y presentación de Bernard<br />

Denvir<br />

Ediciones Odin, España, 1994.<br />

Paul Gauguin: Diario Íntimo<br />

Centro Editor de Ámerica Latina,<br />

Argentina, 1977.


Francis Mallmann<br />

El<br />

bon vivant<br />

ENTREVISTA IV<br />

POR Lucila Rolón<br />

SU PASIÓN ES LA COCINA PERO TAMBIÉN LA LITERATURA, LA MÚSICA, EL AIRE DE MONTAÑA Y EL SILENCIO.<br />

SU ÚLTIMO LIBRO TIERRA DE FUEGOS: MI COCINA IRREVERENTE (V&R) YA ES UN ÉXITO EDITORIAL<br />

He aquí un hombre feliz. Francis Mallmann dice: “Con la<br />

vida no puedo estar más que agradecido”, y celebra la salida<br />

de su nuevo libro Tierra de fuegos: mi cocina irreverente, que<br />

ya se ha convertido en best seller. Con más de treinta años de<br />

trayectoria, hoy tiene restaurantes en Uruguay, Brasil, Mendoza<br />

y Buenos Aires. Cuenta la historia que el primero lo abrió en<br />

Bariloche casi sin saber cómo hacerlo funcionar. Pero así fue<br />

como se dio cuenta de que quería dedicar su vida a la cocina.<br />

Su mayor escuela fue la nouvelle cuisine francesa, pero con el<br />

paso del tiempo fue buscando su propio estilo. A los 56 años,<br />

Mallmann es un referente de la cocina argentina y del trabajo<br />

con los fuegos. Se lo puede ver siempre entusiasmado en su<br />

nuevo ciclo de televisión que emite elgourmet.com, La ruta<br />

azul (sábados a las 22, con repeticiones todos los días), donde<br />

comparte también su pasión por las letras y la música, y suelta<br />

su espíritu aventurero.<br />

–¿Quién es Francis Mallmann? Un cocinero. Pero además,<br />

como digo en mi libro, soy un autodidacta irreverente: me gusta<br />

cuestionar lo establecido, incluso desde la cocina.<br />

–Parece haber logrado un imposible: hacer coincidir sus<br />

pasiones en un mismo destino cotidiano. La cocina, la<br />

poesía, la vida al aire libre, ¿es así? Amo mi hacer. Y mis<br />

amores son mi prioridad. La vida ha sido generosa conmigo, no<br />

puedo menos que estar agradecido.<br />

–¿Qué otras cosas disfruta mucho? Los paisajes de la Patagonia,<br />

el contacto con la naturaleza. El sur argentino es mi<br />

lugar en el mundo. Respirar el aire de montaña es una de mis<br />

necesidades básicas. También amo escuchar música y leer. El<br />

arte me completa.<br />

–¿Cuál es el límite para Francis Mallmann? Mi único límite<br />

es la noche.<br />

–¿Recuerda el día que dijo “voy a dedicarme a la cocina”?<br />

¿Cómo y dónde fue? Fue en Bariloche, por la inspiración<br />

de una amiga cocinera que me contagió su entusiasmo.<br />

Abracé la cocina con pasión; en ella encontré todas las libertades<br />

que siempre deseé.<br />

–¿Y la escritura? Mil veces le preguntaron por su relación<br />

con ella. Quisiera saber qué tres libros, cuentos o<br />

autores lo marcaron y por qué. La poesía me acompaña a<br />

diario. Y disfruto mucho leyendo literatura rusa: Yevtucshensko,<br />

Pasternak, Ajmátova… Los rusos trasladaron el sufrimiento<br />

a la palabra como nadie lo hizo.<br />

–¿Cómo es un día de su vida? Alegre, siempre distinto. Y<br />

aun así, a pesar de los viajes y los compromisos, siempre encuentro<br />

momentos para estar en silencio, del que también disfruto<br />

mucho.<br />

–¿Se cocina para usted? Mucho. Y lo disfruto tanto como<br />

cuando cocino un banquete para cien personas.<br />

–¿Cuál plato le gusta y hace mucho tiempo que no prepara?<br />

Baumkuchen, una torta alemana.<br />

–¿Quién es su persona de confianza? Mi amigo Francis<br />

Mallmann.<br />

–¿Tiene miedos? ¿Cuáles? Me asustan la rutina y la mediocridad.<br />

Quizá por eso, desde muy joven elegí la irreverencia<br />

como el lenguaje que gobernaría mi vida. Vivir el momento, sin<br />

planes, excepto el de gozar de cada minuto.<br />

37


ENTREVISTA V<br />

María Dueñas<br />

Periplo afortunado<br />

POR Amneris Blasco<br />

LA ESCRITORA ESPAÑOLA VISITÓ BUENOS AIRES PARA PROMOCIONAR SU NUEVA NOVELA, MISIÓN OLVIDO,<br />

TRAS SU ÉXITO CON SU PRIMER TRABAJO, EL TIEMPO ENTRE COSTURAS<br />

Después de El tiempo entre costuras, novela que sólo en España<br />

vendió casi un millón y medio de copias, se publicó en otros<br />

veintisiete países y se adaptó para una serie de televisión, María<br />

Dueñas vuelve a la carga con Misión olvido. Allí salta entre<br />

diferentes épocas y contextos, para hacer foco en la historia de<br />

una mujer quien, después de un divorcio, decide reconstruir su<br />

vida con una nueva labor profesional. En diálogo con Quid, la<br />

exitosa escritora española también repasó su biografía literaria y<br />

detalló su admiración por algunos autores argentinos.<br />

–Misión olvido transita varias épocas y varios contextos<br />

muy diferentes ¿Por qué se inclinó por ese contraste?<br />

Mi intención ha sido escribir una novela contemporánea con<br />

ventanas abiertas a distintos momentos del pasado que abordo<br />

con miradas cargadas de nostalgia. Todos estos planos temporales<br />

son fundamentales para integrar en la narración a diversos<br />

personajes que arrastran subtramas vinculadas al argumento<br />

fundamental. Blanca Perea es la voz que narra su presente en<br />

la trama principal; el profesor Andrés Fontana nos llevará a la<br />

España de los años 30; de la mano del americano Daniel Carter<br />

recorreremos el final de los 50 y, a través de los misioneros<br />

franciscanos, sabremos de la presencia española en California a<br />

finales del XVIII y principios del XIX.<br />

–En una escena aparecen diversos personajes del mundo<br />

académico, entre ellos un argentino, ¿son personas que<br />

conoció realmente o son inventadas? Casi todos los personajes<br />

son fruto de mi imaginación, aunque de vez en cuando<br />

les transmito ciertos rasgos –nombres, cargos, pasados– de<br />

algunos profesores amigos. Nunca conocí a nadie, sin embargo,<br />

que encajara exactamente en el molde de Andrés Fontana, el<br />

viejo académico, pero a lo largo de mi vida sí me he encontrado


con algunas personas luchadoras y tenaces como él que, proviniendo<br />

de orígenes humildes, han logrado superar barreras y<br />

limitaciones para acceder a un buen nivel de educación. Daniel<br />

Carter, el profesor maduro, carismático y atractivo con quien<br />

Blanca emprende una amistad llena de sorpresas es, como su<br />

maestro Andrés Fontana, ficción pura. Pero también he conocido<br />

a unos cuantos hispanistas estadounidenses que, como él,<br />

han hecho de la cultura y la literatura española su oficio y su<br />

pasión. Al igual que mi personaje, llegaron a España cargados<br />

de entusiasmo en los años cincuenta y sesenta, y encontraron<br />

un país que los enamoró, a pesar de que todavía se trataba de<br />

una nación atrasada, reprimida y grisácea en muchos aspectos.<br />

–¿Por qué optó por la primera persona para el relato de<br />

Blanca? Para dotar a su narración de mayor cercanía y emotividad.<br />

Yo no soy Blanca, pero sí podría ser su amiga íntima,<br />

su hermana, su compañera… Sus problemas y sus decisiones<br />

me han resultado fácilmente asumibles porque se trata de una<br />

mujer contemporánea, de mi misma edad y profesión, que se<br />

enfrenta a circunstancias complicadas muy semejantes a las que<br />

todos tenemos cerca: parejas que se desmoronan, sueños rotos,<br />

hijos que crecen y vuelan, incertidumbres sobrevenidas cuando<br />

creemos haber alcanzado la estabilidad… Blanca es humana,<br />

carne y hueso de nuestros tiempos, pura vida de todos los días.<br />

Y eso me ha permitido implicarme con ella.<br />

–¿Cuál ha sido su periplo como escritora? ¿Ha cumplido<br />

con los objetivos literarios o artísticos que se planteó al<br />

empezar este camino de la escritura? Mi periplo ha sido,<br />

por suerte, muy afortunado. Soy una escritora tardía y mi primera<br />

novela, El tiempo entre costuras logró un gran éxito gracias<br />

al “boca-oído” de los lectores. Misión olvido es mi segunda<br />

novela, salió a finales de agosto de este año y ha sido muy bien<br />

recibida.<br />

–Blanca, su personaje, atraviesa un punto de quiebre en<br />

lo personal, ¿cuál fue el mayor punto de inflexión en su<br />

carrera? Empecé a escribir cumplidos los cuarenta años, tras<br />

dos décadas siendo profesora universitaria. Para sorpresa de<br />

todos, mi novela tuvo una aceptación tan fantástica que un año<br />

después tuve que pedir una excedencia en la universidad para<br />

dedicarme de lleno a la literatura. Y hasta hoy…<br />

–Conoce escritores latinoamericanos recientes, ¿cuáles?<br />

Y de las generaciones precedentes, ¿tiene favoritos? Sí,<br />

por supuesto, los escritores latinoamericanos son una constante<br />

referencia en España. Entre los contemporáneos, acabo de leer<br />

Papeles en el viento, de Eduardo Sacheri. De los precedentes<br />

me entusiasman muchísimos, desde Borges hasta Vargas Llosa<br />

pasando por un buen puñado más.<br />

–¿Le interesan otras ramas de la escritura como el guión<br />

o la dramaturgia? He colaborado en la supervisión del trabajo<br />

que un equipo de guionistas ha realizado para la adaptación<br />

televisiva de mi novela El tiempo entre costuras, una serie magnífica<br />

de once capítulos que podremos ver en breve. Y me atrae<br />

también el teatro, aunque no me he adentrado en él.<br />

–¿Cree que es seguida por un perfil determinado de lectores?<br />

¿Cuál? Escribo para quien quiera leerme; en el caso de<br />

Misión olvido, para todo aquel que desee abordar una narración<br />

ágil y fluida que inspira optimismo: un tributo a las segundas<br />

oportunidades, a la reconciliación con lo que dejamos atrás y al<br />

coraje tras el fracaso, la derrota o la pérdida.<br />

–Hay una evolución entre El tiempo entre costuras y Misión<br />

olvido? Son novelas muy distintas en todos los sentidos.<br />

Aunque la voz narrativa es femenina en ambas, las protagonistas<br />

son radicalmente distintas. Sira era una joven modista inocente<br />

e insegura a quien los golpes de la vida empujan hacia adelante;<br />

y Blanca es una mujer madura, profesional y solvente que toma<br />

por sí misma sus decisiones para avanzar.<br />

–Proyectos, planes... ¿Cómo se lleva con las “giras” de<br />

presentación de libros, las vive como aventuras o con el<br />

tedio del trabajo? Estoy dedicando estos meses a promocionar<br />

Misión olvido en España y América Latina y las distintas<br />

traducciones de El tiempo entre costuras en otros países. Afronto<br />

esta etapa intensa llena de giras y viajes con ilusión y con<br />

fuerza. Los lectores agradecen muchísimo que los autores les<br />

contemos qué hay detrás de las páginas que leen; que compartamos<br />

detalles de nuestros procesos creativos y les invitemos a<br />

conocer las trastiendas de nuestras narraciones.<br />

Acercarnos a ellos creo que es un gesto de gratitud y de debido<br />

reconocimiento. El destino de nuestros libros, en definitiva,<br />

está en sus manos.<br />

39<br />

Blanca Perea es una académica quien, devastada tras el derrumbe de su matrimonio, enacarará un<br />

trabajo que la hará cruzarse con otros personajes que arrastran cuentas pendientes con sus pasados.<br />

A partir de allí, se abren distintas sub tramas retrospectivas, como la del profesor Andrés Fontana,<br />

cuya historia transcurre en la España de los años 30; o el americano Daniel Carter que nos lleva al<br />

final de los 50. También, a través de los misioneros franciscanos, sabremos de la presencia española<br />

en California a finales del XVIII y principios del XIX. Una novela con historia, emociones y un análisis<br />

sobre el olvido como antesala de un nuevo nacimiento.


MÚSICA ALTERNATIVA / JAZZ<br />

Gira mágica y misteriosa<br />

POR Sergio Varela<br />

EN SU TERCER ÁLBUM DE ESTUDIO MELODY GARDOT INCURSIONA POR EL FADO,<br />

LA BOSSA NOVA Y LOS SONIDOS AFRICANOS, PARA TRANSMITIR UN MENSAJE UNIVERSAL<br />

IMPREGNADO DE CADENCIAS SUTILES Y EFECTOS CASI BALSÁMICOS<br />

El nuevo disco de Melody Gardot, The Absence, propone una<br />

recorrida por paisajes musicales exóticos y fascinantes, desde<br />

los sonidos de Marruecos, el fado portugués, el tango porteño y<br />

la bossa nova brasileña, entre otras cadencias originales que impregnan<br />

con acentos particulares, unidos en una voz global, esta<br />

nueva placa de la consagrada y a la vez joven intérprete de jazz.<br />

Escuchar a esta talentosa cantante de Nueva Jersey es siempre<br />

una experiencia reveladora y feliz, es encontrarse con una forma<br />

de expresión a mitad de camino entre una vocalista berlinesa<br />

de cabaret de la década del 20 y la versión femenina de un<br />

crooner estadounidense de los años 50 en algún night club lujoso<br />

o en un crucero decadente; su voz es absolutamente balsámica.<br />

No es de extrañar, ya que comenzó a cantar a los 19 años<br />

casi como terapia, durante su rehabilitación luego de un terrible<br />

accidente automovilístico. El ocio obligatorio habitual de ese<br />

tipo de circunstancias, la llevó a experimentar con su anatomía<br />

como instrumento musical y como brújula hacia la recuperación<br />

física y psíquica. El arte, cuando encuentra su norte, puede<br />

aportar amables respuestas en la búsqueda de salud, tranquilidad<br />

y felicidad, aunque todavía tenga demasiado predicamento<br />

entre el público el estereotipo del artista atormentado por su<br />

sensibilidad, que se inmola para transmitir su obra. Resulta<br />

cada día más evidente que necesitamos más Melodys Gardots y<br />

menos Artauds, por ejemplo.<br />

Mira, el corte de difusión, aporta una tonada alegre y celebratoria<br />

de la vida, con aires de fado y acordeones y violines junto a<br />

las guitarras que subrayan la voz suave y envolvente, que adopta<br />

un registro poco menos que de canción de cuna, pero para<br />

adultos, en este tema cuya subyacente sensualidad se plasma<br />

de manera sutil pero también bastante explícita en el video de<br />

difusión, donde la joven cantante juega una escena de intimidad<br />

como parte de la situación que narra la canción.<br />

Curiosamente en Lisboa, la melodía enfila más hacia la bossa<br />

nova que al fado, con una cadencia intimista casi confesional.<br />

Aquí también se percibe el aspecto chamánico y “curativo” de<br />

la voz de esta sirena posmoderna que, en vez de embrujarnos,<br />

tiende por el contrario a desatarnos la mente con sus cálidos y<br />

suaves exorcismos musicales.<br />

El choro Iemanja, dedicado a la diosa del mar de las culturas<br />

afrobrasileñas, es una pieza de danza ineludible, donde la<br />

Gardot se torna tan contagiosa en su ritmo alegre como las<br />

mejores expresiones festivas de la legendaria Josephine Baker,<br />

aunque en este caso con un dejo de contención en la voz, que<br />

suena menos desatada o eufórica, y no hace más que potenciar<br />

el seguimiento del ritmo con todo el cuerpo, con la voz de los<br />

oyentes recorriendo los canales energéticos como quien tararea<br />

sin pronunciar las palabras de la letra.<br />

“Hay otros mundos y están en éste”, decía el poeta surrealista<br />

Paul Éluard. Melody Gardot es una cantante de jazz que propone<br />

un sonido que parece de otro mundo, pero a la vez nos<br />

ayuda a sentir y disfrutar del aquí y ahora como quien pisa descalzo<br />

el césped en una silenciosa y apacible tarde de verano.<br />

41


MÚSICA POPULAR<br />

Y al ver, VERÁS<br />

POR Carlos Salatino<br />

EL AUTOR DE ESTA NOTA FORMÓ PARTE DEL COMITÉ QUE REUNIÓ EL MATERIAL PARA LA MUESTRA<br />

SPINETTA: LOS LIBROS DE LA BUENA MEMORIA, REALIZADA EN LA BIBLIOTECA NACIONAL. AQUÍ NOS CUENTA<br />

CÓMO FUE ESA GRAN EXPERIENCIA<br />

“Cuánta gente. Estoy muy contento. Sólo que anoche mientras<br />

dormía tuve un sueño. Metía las manos en una pintura verde, ¡y<br />

amanecí así, loco…!”<br />

Esta frase fue disparada en la mañana del 23 de octubre de<br />

1973 en el Teatro Astral de Buenos Aires.<br />

Luis Alberto Spinetta comenzaba de esta manera, luego de<br />

despojarse de un par de guantes verdes, con la presentación<br />

en vivo de su por entonces último trabajo discográfico, Artaud,<br />

considerado por muchos como uno de los discos fundamentales<br />

del rock en nuestro país.<br />

Este es tal vez uno de los tantos recuerdos que motivaron la<br />

concreción de la muestra Spinetta: Los libros de la buena memoria<br />

que se lleva a cabo en la Biblioteca Nacional entre el 10<br />

de octubre y el 12 de diciembre.<br />

No fue fácil la decisión de hacerla. Hacía muy poco que el Flaco<br />

había partido dejándonos huérfanos de poesía.<br />

Pero la propuesta de Horacio González, director de la Biblioteca<br />

Nacional, estaba destinada a celebrar (más que a homenajear)<br />

la vida y la obra de un personaje central de la cultura de<br />

nuestros días.<br />

No obstante, para evitar toda intención especulativa o de apropiarse<br />

de la memoria del personaje, se propuso que era primordialmente<br />

necesaria la aprobación de su familia.<br />

“Nací como nace un capullo, como nacemos todos, junto al<br />

amor de los míos, que me dieron el sentido y el cuidado.”<br />

No fue sencilla la selección del material para exhibir en la


Y es que Spinetta solía (suele) sacudir los estamentos poéticos<br />

de la sociedad por medio de su música. Lo hizo siempre desde<br />

Almendra y lo acentuó con las lecturas que lo influyeron. Es por<br />

esto que en una de las vitrinas se expusieron las lecturas que lo<br />

acompañaron y lo alimentaron: Antonin Artaud, Carl Jung,<br />

Carlos Castaneda, entre otros.<br />

La osadía de Horacio González de hacer una muestra en la<br />

“Biblioteca de Borges” significa un reconocimiento hacia un<br />

artista que traspasó los límites de la lírica de una canción partiendo<br />

del surrealismo para transformarla en un disparador de<br />

sensaciones en el que cabe desde una canción de amor hasta el<br />

señalamiento de situaciones sociales, sin perder en ninguno de<br />

los casos altura artística.<br />

“Por momentos jugando, vi las cosas perfectas y el mundo<br />

infinito.”<br />

muestra. Y mucho menos lo fue para Eduardo “Dylan” Martí,<br />

fotógrafo, amigo íntimo de Spinetta por más de cuatro décadas<br />

y curador de la misma. Largas jornadas de selección y recolección<br />

de material fotográfico y gráfico, manuscritos de letras,<br />

dibujos, contactos con fotógrafos, amigos y músicos, reuniones<br />

de coordinación con los responsables de las distintas áreas de la<br />

Biblioteca.<br />

Cada imagen, tapa de disco, poema o dibujo tenía un significado<br />

mucho más profundo que el de la simple selección de elementos<br />

para exhibir en una muestra.<br />

Era adentrarse en la propia historia de los involucrados, situación<br />

que seguramente también vivió cada visitante de la exposición.<br />

Y es que Spinetta forma parte de la banda de sonido de nuestras<br />

vidas, y así como cada persona puede confeccionar el propio<br />

soundtrack de su existencia, desde Muchacha ojos de papel<br />

del primer disco de Almendra hasta Mi elemento de Un mañana<br />

de 2008, Luis atravesó estilos, modas y, por sobre todo, un par<br />

de generaciones que crecieron y se alimentaron culturalmente<br />

con su arte.<br />

“Luis se podría haber ganado la vida dibujando”, comenta<br />

Martí. Su creatividad excedía los límites de su música. En sus<br />

dibujos se puede apreciar un vuelo en el que las caricaturas de<br />

personajes imaginarios son complementados con epígrafes y<br />

descripciones de gran fantasía.<br />

Los autos, otra de sus pasiones, eran detalladamente diseñados<br />

con precisión de ingeniero. El trazo de su Rotring Art Pen (exhibida<br />

en una de las vitrinas) evidencia el grado de exigencia a<br />

la hora de dibujar fantasiosos vehículos de los denominados de<br />

“alta gama”. Estos aspectos vinculados a las artes plásticas son<br />

seguramente los que más sorprendieron a los visitantes de la<br />

muestra.<br />

“Luis era una persona muy generosa. Dibujaba y pintaba y<br />

regalaba sus trabajos a amigos y conocidos”, comenta Martí.<br />

En las piezas exhibidas puede reconocerse su trabajo en los<br />

primitivos programas de Pescado Rabioso o Invisible, la tapa<br />

del primer long play de Almendra o incluso en las ilustraciones<br />

de la tapa del disco El tiempo es veloz de David Lebon.<br />

En varios sentidos, Spinetta siempre tuvo en cuenta los criterios<br />

estéticos que quería imponer en sus trabajos discográficos, desde<br />

la ilustración de Jorge Visñoveski para Desatormentándonos<br />

de Pescado Rabioso (cuyo original estuvo exhibido y que Gustavo<br />

Spinetta, hermano de Luis, complementó para el diseño<br />

43<br />

“Crecí día a día, como lo hemos hecho todos, y al abrigo del<br />

hogar fui empezando a entender.”<br />

Fue emocionante tener en las manos manuscritos de temas<br />

como Hoy todo es hielo en la ciudad, correspondiente al segundo<br />

simple de Almendra publicado el 2 de diciembre de 1968, o<br />

de La bengala perdida, aparecida en el disco Téster de violencia<br />

del año 1988, en el que reflejaba el drama ocurrido con la<br />

muerte de un hincha de Racing en un partido de fútbol contra<br />

Boca, en el que fue alcanzado por una bengala disparada desde<br />

la tribuna local.


44<br />

de la tapa), pasando por la famosa carátula de Artaud (diseñada<br />

por Juan Gatti sobre la idea del propio Spinetta) hasta los últimos<br />

diseños encarados por Alejandro Ros, también participante<br />

en la puesta del homenaje.<br />

Muchas actividades paralelas se llevaron a cabo durante la exposición,<br />

como charlas, proyecciones de películas, documentales<br />

y conciertos y la actuación de Juan Carlos “Mono” Fontana<br />

y Claudio Cardone quienes con sus teclados ofrecieron en<br />

tres presentaciones la visión instrumental de la música que a lo<br />

largo de su carrera nos brindó Spinetta.<br />

Los días previos a la apertura de la muestra fueron de gran y<br />

emotiva labor y expectativa. Casi como si se estuviera a punto<br />

de recibir a un amigo al que hace tiempo que no vemos.<br />

Y es que Luis estaba presente en cada elemento que iba a formar<br />

parte de la muestra.<br />

Las vitrinas estaban ansiosas por recibir un material que tenía<br />

mucho que ver con la vida y la obra de uno de los artistas más<br />

influyentes de nuestro tiempo.<br />

Fue de esta manera que empezaron a ubicarse en ellas los<br />

recortes periodísticos, programas, fotos de la infancia, dibujos,<br />

imágenes de ensayos, conciertos y filmaciones de video clips,<br />

las tapas de los discos que conforman su extensa discografía,<br />

sus libros, sus manuscritos y dibujos, algunas de las ropas que<br />

usó para conciertos o filmaciones, la guitarra acústica con la que<br />

compuso los temas de Artaud o una enorme bandera de River<br />

Plate (el club de sus amores) con la leyenda “La bengala perdida”<br />

pintada con aerosol por su hermano Gustavo la tarde previa<br />

a la apertura de la muestra.<br />

Hasta que la llegada de Catarina Spinetta, trayendo un pequeño<br />

papel, escrito por su padre con tinta azul, marcó el que tal<br />

vez fue el punto más emotivo de esos días y que iba a marcar<br />

todas las jornadas desde ese momento.<br />

Un escrito (leído en la jornada de apertura por su otra hija,<br />

Vera Spinetta) que en cierta medida significaba una despedida<br />

del “hombre de luz” que, con la serenidad y la sabiduría de saberse<br />

querido y comprendido por tantas personas a lo largo de<br />

“todos estos años de gente”, nos dejaba el último mensaje que<br />

antecedía a su luminoso viaje.<br />

“Ahora comprendo que el infinito no ha cambiado: está presente<br />

cuando miramos al cielo los que lo amamos...”<br />

TORI AMOS: GOLD DUST<br />

Veinte años después del lanzamiento de su<br />

consagratorio álbum Little Earthquakes, la cantante,<br />

pianista y compositora retoma parte de<br />

ese material en soberbias versiones orquestales<br />

junto a The Metropole Orkest dirigida por Jules<br />

Buckley. Comenta Amos que siempre pensó su<br />

música en formato orquestal, y este trabajo le<br />

da la razón. Un disco que la encuentra en la<br />

madurez de su creatividad.<br />

DANIEL DREXLER: MAR ABIERTO<br />

Quinto disco de estudio de este artista que<br />

incluye doce temas con aires de milonga, candombe,<br />

zamba, chacarera, bossa nova y afoxé.<br />

Un CD en el que Drexler aborda el tema de la<br />

comunicación y los vínculos en este mundo tan<br />

interconectado. Con sonoridades que ya empiezan<br />

a ser marca registrada de su obra, este<br />

trabajo encuentra a Drexler en un momento de<br />

gran creatividad y expresividad conceptual.<br />

FRANCO LUCIANI TRIO: TANGO<br />

FRANCO LUCIANI CUARTETO: FOLKLORE<br />

El gran armoniquista argentino continúa con<br />

su trabajo al abordar, con igual maestría, estos<br />

dos géneros de nuestra música popular en<br />

sendos trabajos discográficos. En ambos volúmenes<br />

cuenta además con la participación de<br />

Juan Carlos Baglietto, Lidia Borda, Pedro Aznar,<br />

Néstor Basurto y Franco Exertier como músicos<br />

invitados. Luciani continúa recorriendo su<br />

camino artístico con gran calidad y creatividad.<br />

DIEGO FRENKEL: CÉLULA<br />

El ex líder de La Portuaria consigue en este<br />

álbum una síntesis de su personalidad musical.<br />

Un trabajo con un sentido rítmico de gran<br />

nivel, excelentes coloraturas tímbricas y armónicas<br />

aportadas por los arreglos de cuerdas a<br />

cargo del propio Frenkel. Sin dudas se trata de<br />

uno de los trabajos más personales de la carrera<br />

de un artista que no duda en reinventarse a sí<br />

mismo.<br />

MALENA MUYALA: PEBETA DE MI BARRIO<br />

Malena Muyala realizó un trabajo de antropología<br />

musical en su recorrida por los distintos<br />

barrios de Montevideo. De esa experiencia<br />

surgieron un libro (en el que los vecinos<br />

mencionaban los tangos que los marcaron en<br />

sus vidas) y este disco, en el que la intérprete<br />

exhibe su fresca mirada sobre tangos emblemáticos<br />

de las dos orillas del Río de la Plata, como<br />

Desde el alma, Naranjo en flor, Ché bandoneón<br />

o Garufa.


INTERNET<br />

http://journalismcentre.co.uk/courses/music-journalism/<br />

No es lo más común pero, muchas veces, los casamientos ocurren como<br />

ceremonias de masas. En todo el mundo se celebran uniones con diferentes<br />

improntas y tradiciones. Aquí hay un compilado de 45 fotos que repasan las<br />

ceremonias más coloridas y los acontecimientos más extravagantes de novias y<br />

novios de todo el mundo.<br />

http://duolingo.com<br />

Este sitio permite aprender idiomas al tiempo que traduce textos: a medida que<br />

el usuario avanza en su aprendizaje ayuda a traducir web y otros documentos.<br />

Hasta el momento, ofrece cursos de español, francés y alemán para angloparlantes<br />

e inglés para hispanoparlantes, pero está previsto ofrecer también cursos<br />

de italiano, portugués y chino. Además, es gratuito.<br />

http://www.openculture.com/2010/11/the_last_days_of_leo_<br />

tolstoy_a_century_ago.html<br />

León Tolstoi murió hace más de cien años, a pocos días de haber dejado a su<br />

mujer, su fortuna y sus comodidades para mudarse a Sharmardino, donde vivía<br />

su hermana. Allí pensaba pasar el resto de su vida. Sus 82 años y su débil salud<br />

hicieron que no soportara las 26 horas de viaje. Su gran legado filosófico y<br />

literario recorre el mundo desde entonces. En este link se lo ve en esos últimos<br />

días. El clip forma parte de un especial de la BBC de 1969.<br />

http://designobserver.<br />

com/50Books50Covers/2011covers.html<br />

Un verdadero amante de la literatura y del arte no se<br />

aburre de ver cosas como estas: las 50 tapas más bellas de<br />

libros que son nada menos que los ganadores del festival<br />

50 Books, 50 Covers (50 libros, 50 tapas) 2011. El diseño<br />

puesto al servicio del primer contacto entre el lector y una<br />

gran historia.<br />

http://lalunayelarte.blogspot.com.ar/<br />

En esta web hay detalles del trabajo que hace Romi Amodei al servicio de los<br />

artistas en plena expansión, quien consagra su profesión de Organizadora<br />

Integral de Eventos al intercambio cultural, especialmente en el universo de las<br />

artes visuales.<br />

https://www.pulse.me/<br />

Esta aplicación predilecta para leer noticias en un formato con diseño. Al igual<br />

que la aplicación móvil, en su versión web, reúne contenido de miles de sitios,<br />

recaba sus fuentes de noticias y blogs favoritos en un solo lugar, permitiéndole<br />

navegar, leer y compartir las historias con tus amigos o en redes sociales. Hasta<br />

hace pocos estaba disponible para smartphones solamente, pero ya puede<br />

usarse en notebooks y PC.<br />

http://www.flavorwire.<br />

com/325553/15-famous-authorsadorable-school-photos?all=1<br />

Sabemos qué escribieron, sabemos algo<br />

de sus vidas si nos sumergimos a repasar<br />

sus biografías. Pero ahora podremos saber<br />

cómo eran de niños durante los años en los<br />

que asistieron al colegio. J. D. Salinger, Jack<br />

Kerouac y hasta Jorge Luis Borges aparecen<br />

en este link.<br />

http://www.archivogeek.com/windows/software/10-programasgratuitos-para-recuperar-archivos-borrados/<br />

Esta es una lista de programas que permiten recuperar archivos perdidos de la<br />

computadora. Son fáciles de instalar y de utilizar.<br />

http://www.darkroastedblend.com/2012/09/most-dangerousroads-in-world-part-7.html<br />

Llega el verano y es tiempo de vacaciones. En este link hay una galería de imágenes<br />

impresionantes de los caminos y rutas más peligrosos del mundo.<br />

http://worldc.am/<br />

Para los fanáticos de Instagram, la aplicación<br />

que permite tomar fotos desde<br />

un iPhone o iPad con filtros simples de<br />

diseño. Con esta aplicación es posible<br />

seleccionar un lugar del mundo para<br />

hallar las fotos tomadas allí, a modo<br />

de galería de imágenes itinerante. Vale<br />

la pena hacer la prueba seleccionando,<br />

por ejemplo, Buenos Aires.<br />

45


MÚSICA CLÁSICA<br />

Gioacchino Rossini<br />

El hedonista<br />

POR Nadia Koval<br />

ESCRIBIÓ UNA GRAN CANTIDAD DE ÓPERAS Y SE GANÓ EL RESPETO DEL PÚBLICO Y DE SUS COLEGAS.<br />

AL RETIRARSE SE DEDICÓ A SU OTRO GRAN AMOR, LA COCINA<br />

Este año se conmemora el 220° aniversario de Gioacchino<br />

Rossini, uno de los compositores más prolíficos de la música<br />

clásica quien, además, tuvo la fortuna de nacer un 29 de febrero.<br />

Es por eso que, desde 1792, estrictamente sólo han pasado<br />

53 cumpleaños suyos. Entre los compositores italianos del siglo<br />

XIX, Rossini ocupa un lugar especial. Él no sólo revivió y reformó<br />

la ópera italiana, sino que también tuvo un enorme impacto<br />

en el desarrollo del arte operístico en toda Europa. “El Maestro<br />

Divino” –lo llamaba Heinrich Heine, que veía a Rossini<br />

como “el Sol italiano que difundía sus rayos sonoros por todo el<br />

mundo”–. Junto con Mozart y Beethoven, Rossini es uno de<br />

los compositores más conocidos por el público en general, en<br />

buena medida por el uso que se le dio a su música en el área<br />

del entretenimiento masivo. Por ejemplo, en la primera mitad<br />

del siglo XX, los principales exportadores de dibujos animados<br />

usaron su música para ambientar diferentes historietas. De ahí<br />

es que cuando uno escucha, por ejemplo, las oberturas de Guillermo<br />

Tell o de El barbero de Sevilla, recuerda su infancia.<br />

Rossini nació en Pésaro (Italia). Su padre era un cornista<br />

aficionado, quien transmitió al pequeño un gran amor por la<br />

música. Sus dotes innatas se revelaron muy pronto: a la edad<br />

de 14 años, había compuesto su primera ópera, llamada Demetrio<br />

e Polibio, y cuando tenía 18 años se estrenó en Venecia El<br />

Contrato Matrimonial. Las óperas de la época de Nápoles, la<br />

ciudad a la que el compositor se trasladó en 1815, demostraron<br />

su creciente talento: allí fueron producidas sus óperas serias<br />

de inmenso valor para las voces más importantes de su tiempo,<br />

tales como, la de Giovanni Rubini. En 1816 fue estrenada su<br />

ópera Barbero de Sevilla, que hasta ahora se considera la más<br />

famosa de las óperas bufas.<br />

La década de 1820, aportó a Rossini muchos momentos felices:<br />

desde contraer matrimonio con Isabella Colbran (mezzosoprano,<br />

que estrenó varias de sus óperas), hasta conseguir el<br />

reconocimiento internacional, que incluyó el ofrecimiento,


en París, del puesto de primer Compositor del Rey. En 1823<br />

se trasladó a Francia. Allí compuso una ópera que celebraba<br />

la coronación de Carlos X. En 1829 escribió Guillermo Tell,<br />

definiendo su consagración. Curiosamente, ésta sería su última<br />

ópera, aun cuando le quedaban 40 años de vida por delante.<br />

Sigue siendo un misterio el hecho de por qué Rossini dejó de<br />

componer óperas. Son muchas las teorías que tratan de dar<br />

respuesta a esta pregunta: desde el aburrimiento hasta la falta<br />

de necesidad, dada la riqueza que ya había acumulado, pasando<br />

por problemas de salud. Pero también existía la opinión de que<br />

Rossini había dejado la música para dedicarse a su otra pasión,<br />

la gastronomía.<br />

Como anécdota y en referencia al apasionamiento por la gastronomía,<br />

se dice que en toda su vida lloró únicamente en dos<br />

ocasiones: por la muerte de su padre, y cuando se le cayó por la<br />

borda del barco un pavo trufado. Situación comprensible, si se<br />

tiene en cuenta que para Rossini la trufa era “el Mozart de las<br />

setas”.<br />

Rossini, además de haber tenido muy buen gusto por la comida,<br />

era un excelente cocinero. Le gustaba sobre todo preparar macarrones;<br />

un paté de pollo con cangrejos a la mantequilla y los<br />

conocidísimos de canelones a la Rossini que aún hoy gozan de<br />

excelente salud.<br />

Los que conocían al compositor personalmente, siempre recordaban<br />

“los sábados musicales” de Rossini. Según la descripción<br />

que hizo el famoso crítico musical Filippo Filippi (1830-1887),<br />

para Rossini el sábado era un día excepcional, pues invitaba a<br />

cenar a dieciséis personas a su casa. Los invitados debían vestirse<br />

con traje de gala, mientras él usaba una zimarra (especie de<br />

sotana larga) y su corbata era sostenida con un broche de un medallón<br />

de Handel. La escrupulosidad que Rossini ponía en estas<br />

cenas, se reflejaba no sólo en los platos que servía, sino también<br />

en el refinamiento de la vajilla y de la decoración de la casa.<br />

La elección de los invitados se hacía por tres motivos: en primer<br />

lugar por tener la capacidad de divertir e interesar a Rossini;<br />

en segundo lugar por demostrar una extrema deferencia hacia<br />

Olimpia Pélissier (la segunda esposa, con quien se casó tras la<br />

muerte de Isabella); y en tercer lugar por distinguirse en algún<br />

ámbito. La variedad del público estaba asegurada y por la casa<br />

pasaban muchas personas célebres: Carafa, Verdi, el príncipe<br />

Poniatowski, Alejandro Dumas, Gustave Doré, el barón<br />

Rothschild, el barón Haussmann, etc. La señora Olimpia jugaba<br />

un papel muy importante en estas comidas: pretendía ser<br />

honrada igual que su marido; sólo era necesario que alguno de<br />

los invitados no le devolviese un cumplido para ser borrado de<br />

la lista de la siguiente invitación. Por otra parte, Olimpia obraba<br />

como freno a la desmedida generosidad de Rossini.<br />

Durante su vida el músico recibió las condecoraciones más<br />

importantes de Francia e Italia. Rossini falleció en Passay, cerca<br />

de París, en 1868. Fue enterrado en el Cementerio del Pere-<br />

Lachaise. En 1887 sus restos fueron trasladados a Florencia,<br />

a la Basílica de la Santa Croce, junto a sus gloriosos paisanos:<br />

Galileo Galilei, Dante y Miguel Ángel.<br />

RECOMENDADO DE NOTA PRINCIPAL<br />

ROSSINI: ARMIDA<br />

Armida es una ópera de tres actos compuesta<br />

por Rossini sobre un libreto de Giovanni Schmidt.<br />

Fue estrenada en el Teatro di san Carlo,<br />

Nápoles, el 11 de noviembre de 1817. El papel<br />

principal es uno de los más largos y difíciles<br />

de Rossini, con pasajes de coloratura comprometidos<br />

durante toda la obra. Los momentos<br />

más notables son el aria “D’amore al dolce<br />

impero” del segundo acto, los dúos entre<br />

Rinaldo y Armida, y partes del final del tercer<br />

acto. La versión recomendada fue realizada en<br />

Metropolitan Opera de Nueva York, en abril de<br />

2010. El personaje principal estuvo a cargo de<br />

la reconocida soprano Renée Fleming.<br />

NOVEDAD<br />

CECILIA BARTOLI: MISSION<br />

Tras el enorme éxito artístico y comercial de<br />

Sacrificium (2009), Cecilia Bartoli se centra<br />

en el barroco temprano por primera vez en<br />

su carrera discográfica, descubriendo un tesoro<br />

de bella música en un álbum compuesto<br />

casi en su totalidad de primeras grabaciones<br />

mundiales. El álbum gira entorno a la música<br />

de Agostino Steffani (1654-1728), compositor<br />

italiano poco conocido, e incluye arias solistas<br />

de varios estilos, varios dúos, numerosas piezas<br />

solistas con coro e interludios instrumentales<br />

que crean una transición orgánica de una pieza<br />

a la otra y un arco que se extiende de principio<br />

a fin del disco.<br />

PARA ARMAR SU COLECCIÓN DE MÚSICA CLÁSICA<br />

HOROWITZ PLAYS LISZT<br />

Debido al bicentenario del nacimiento de Liszt,<br />

Sony Classical realizó una serie de grabaciones<br />

de Liszt. Una de ellas está representada<br />

por cuatro discos interpretados por Vladimir<br />

Horowitz.<br />

A pesar de que todo este material ha salido<br />

anteriormente en diferentes compañías discográficas,<br />

esta colección ofrece una excelente<br />

oportunidad para escuchar las composiciones<br />

de Liszt, que era el mejor pianista del siglo XIX,<br />

interpretadas por el mejor pianista del siglo XX.<br />

LIBRO RECOMENDADO<br />

DIEGO FISCHERMAN: ESCRITO SOBRE<br />

MÚSICA<br />

Uno de los mayores atributos de la música, se<br />

dice, es saber interpretar sus silencios. El crítico<br />

italiano Claudio Casini afirmó que la música en<br />

la actualidad es más consumida que comprendida:<br />

“cualquier publicista se la apropia para<br />

vender con más eficacia salchichas o detergentes”.<br />

Y si bien tal afirmación es cierta, la música<br />

no está destinada únicamente a aquellos que<br />

han estudiado su técnica y conocen sus sinuosidades.<br />

El autor apela para ello a una refinada<br />

erudición que entronca a la perfección con una<br />

prosa fluida y bella, que le permite desplazarse<br />

con elegancia por todo el arco del diapasón<br />

sonoro.<br />

47


ENTREVISTA VI<br />

Diego Gentile<br />

Las ventajas de la<br />

obsesión<br />

POR Nancy Giampaolo<br />

CHARLA CON EL ACTOR QUE ENCARNA A UN OBSESIVO EN UNA DE LAS OBRAS TEATRALES MÁS EXITOSAS<br />

DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS<br />

Es uno de los seis protagonistas de Toc-Toc, la obra que<br />

no cesa de convocar a un público interesado por un tema<br />

complicado, como lo es el de los trastornos obsesivocompulsivos,<br />

que es tomado con humor y sin ironía. Carísmático<br />

y sencillo, Diego Gentile formó, además, parte<br />

de los elencos de tiras muy populares como Sos mi vida y<br />

La niñera, y se lució en un unipersonal de teatro independiente.<br />

Actor todo terreno que acumula prestigio y aplau-


sos en ámbitos variados y exigentes, cuenta anécdotas,<br />

detalla gustos, trabajos y favoritos del tiempo libre.<br />

–Después de haber hecho temporada de verano en<br />

Mar del Plata, ¿cómo siguió su año laboral? Este año<br />

sigo con Toc-Toc, con ocho funciones por semana, agotadas,<br />

casi 3.600 personas por semana, un locurón. También<br />

estuve con Matar cansa, el unipersonal de Santiago Loza.<br />

–Viene interpretando a una persona con un trastorno<br />

obsesivo-compulsivo desde hace muchas funciones,<br />

¿qué le sucede en la medida que pasa el tiempo<br />

y se suman funciones? Toc-Toc no deja de sorprenderme,<br />

cada vez que llego al teatro y está el cartelito de localidades<br />

agotadas, después de alrededor de 600 funciones,<br />

es muy lindo. Lo mejor es la experiencia de hacer la obra,<br />

como actor no estoy acostumbrado a la popularidad por la<br />

vía teatral. En ese sentido Toc-Toc es como hacer tele en<br />

teatro. La gente, de hecho, habla en la platea, grita, señala,<br />

como si estuvieran en el living de su casa, se sienten cómodos,<br />

se reconocen en los personajes y se ríen mucho. Y<br />

el elenco funciona con mucho humor, es la primera vez en<br />

las carrerras de todos los que hacemos la obra que vivimos<br />

un fenómeno teatral de esta magnitud, y como sabemos<br />

que tiene una regia proyección a futuro y que la convivencia<br />

depende de nosotros, hablamos mucho: nos decimos<br />

las cosas, nos escuchamos, nos corregimos. Marcha muy<br />

bien.<br />

–Hubo personas del público que compartieron su<br />

condición con ustedes… Sí, varias veces nos hablaron a<br />

la salida pacientes con distintos tocs y nos agradecen, nos<br />

dicen que el tema está tratado con humor, respeto y sin<br />

solemnidad; y que eso les resulta muy conmovedor. Una<br />

vez hubo en la platea una chica con Tourette (N. de la R.<br />

trastorno caracterizado por múltiples tics motores y de la<br />

voz) que estuvo durante la obra exclamando y dando gritos,<br />

el personaje de Dayub padece de Tourette en la obra,<br />

y entonces se armó como un diálogo involuntario entre<br />

persona y personaje, esa función fue muy fuerte. Otro día,<br />

al terminar la función, una pareja joven pidió entrar a la<br />

sala para que la chica de la pareja levantara todos los papeles<br />

de la sala vacía. Ella necesitaba hacer eso, no se podía<br />

ir de ningún lugar sin levantar todos los papeles del suelo.<br />

–¿Y cómo fue hacer temporada en Mar del Plata?<br />

Hacer Toc-Toc en Mardel fue una fiesta, porque una comedia<br />

y el verano parece que hacen una pareja explosiva<br />

(Risas). Yo amo Mardel, mis abuelos vivieron allá durante<br />

toda mi adolescencia, es un lugar en el que yo caminaba<br />

de chico y pensaba: “¿Vendré a trabajar alguna vez acá?”.<br />

Mis abuelos no llegaron a verme, pero este verano se resignificaron<br />

Mardel y los recuerdos para mí, fui muy feliz<br />

y ya tengo ganas de que llegue diciembre para ir a hacer la<br />

nueva temporada marplatense. Imaginate que era el Neptuno,<br />

un teatro de 1.000 localidades, así que las reacciones<br />

eran tres veces más grandes, las risas llegaban al escenario<br />

como una ola, muy placentero todo. También espero el<br />

momento de ir de gira por el interior. Mendoza será un<br />

punto seguro.<br />

–En el unipersonal de Santiago Loza, Matar cansa,<br />

usted se carga todo al hombro… Hacer Matar cansa es<br />

el gran placer para mí. Es una obra tan oscura, tan bella…<br />

que me parece el complemento genial para Toc-Toc, ideal<br />

para estar haciendo en el mismo momento. Cuando apareció<br />

la posibilidad de que Santiago Loza escriba este monólogo<br />

para mí, y que lo dirija Martín Flores Cárdenas, no<br />

dudé para nada, me daba mucha ansiedad, nervios, y eso<br />

me parece una buena señal para encarar un trabajo. Salir<br />

de la comodidad esta buenísimo, como actor uno tiene que<br />

estar atento. Uno tiende a acomodarse y no está bueno, no<br />

se crece así. Matar cansa implicó uno de los mejores procesos<br />

de ensayo que experimenté. Y ver las expresiones de<br />

la gente en la platea, cuando ves que se están pegando un<br />

viaje con vos, es genial. Admiro mucho el trabajo de Flores<br />

Cárdenas y de Loza: cuando uno admira, confía. A veces<br />

te desilusionás, este no fue el caso para nada.<br />

–¿Que hace en el tiempo libre? En mis días libres trato<br />

de ver a mi gente, salgo a almorzar, voy al teatro a ver todo<br />

lo que puedo, en general los martes voy a algún estreno, ya<br />

que es mi única noche libre, mucho cine, mucha serie en<br />

DVD. Camino mucho escuchando música, me hago masajes,<br />

terapia. Así se resumen mis días. Ah, y me divierto<br />

mucho, me río mucho, trato de disfrutar, que no es algo<br />

que nos banquemos mucho, disfrutar.<br />

–Ama el cine y las series, ¿qué estuvo viendo últimamente?<br />

Me llevé a la temporada marplatense mucha<br />

serie para ver, vi todo Will & Grace en orden y fue una<br />

gran compañía. Estoy volviendo a ver Six feet under, y es<br />

la mejor. Viajé a Nueva York de vacaciones en marzo y me<br />

traje 148 DVD, entre ellos la serie The Comeback con Lisa<br />

Kudrow de Friends, y es una maravilla. Vi la primera temporada<br />

de In treatment y me gustó mucho, me pareció una<br />

tele muy arriesgada, con tiempos muy arriesgados. En cine<br />

me partió la cabeza Tenemos que hablar de Kevin, de verdad<br />

me dejó laburando la capocha mucho tiempo. También<br />

me gustaron mucho El último Elvis, La invención de<br />

Hugo Cabret, J. Edgar y Los Muppets. Y en teatro la pasé<br />

genial con Forever young, cuando ves una comedia que<br />

divierte, con una gran dirección y un gran elenco y que<br />

la gente hace una fiesta en la platea, es lo más. Y disfruté<br />

mucho Buena gente y Nueve noches y diez días.<br />

49


AGENDA<br />

Pedazos<br />

Un recital de música, teatro y poesía que despide el año con todo. Como el<br />

primer domingo de cada mes, la actriz, cantante y poeta Irene Goldszer cierra<br />

el año con su show íntimo. El 2 de diciembre, a las 21.30 hs.<br />

Camarín de las Musas: Mario Bravo 960; Tel. 4862-0655<br />

Sabina–Serrat<br />

Los cantautores vuelven a celebrar una maravillosa gira de conciertos juntos y<br />

Argentina será el último lugar en el que concreten esta cita.<br />

5 de diciembre de 2012, a las 21:30 hs.<br />

La Bombonera: Brandsen 805<br />

50<br />

Norah Jones<br />

Norah Jones apareció hace diez años y<br />

revolucionó el mundo del pop con su particular<br />

estilo y su versátil voz. En esta oportunidad,<br />

presenta su disco Little Broken Hearts, conjunto<br />

sombrío de canciones que tejen historias de<br />

amor que salen mal y que todos deberíamos<br />

escuchar.<br />

8 y 9 de diciembre, a las 21 hs.<br />

Estadio Luna Park: Av. Madero 420;<br />

Tel. 4311-1990<br />

Personal Fest<br />

La 8° edición es una propuesta integral, innovadora y participativa, con las<br />

bandas de mejor trayectoria y los grupos más importantes del momento. Entre<br />

ellos: Kings of Leon, Clap your hands and say yes, Fiona Apple y artistas nacionales<br />

como Babasónicos.<br />

1 y 2 de diciembre, desde las 16 hs.<br />

Estadio GEBA: Marcelino Freire 3831<br />

Madonna<br />

Vuelve la reina del pop y trae una puesta en escena con lo último en tecnología.<br />

Hará de la noche una fiesta en la que repasará toda su carrera.<br />

13 de diciembre a las 21 hs.<br />

Estadio River Plate: Av. Figueroa Alcorta 7597; Tel. 4789-1200<br />

Oh! la India<br />

La nueva exposición de la<br />

reconocida artista Marcela<br />

Estrada aborda La India y sus<br />

simbologías, colores y misterios.<br />

Sus trabajos recientes subrayan<br />

una convivencia entre la paz<br />

y la armonía en un mundo de<br />

personajes diversos.<br />

Hasta el 9 de enero de 2013.<br />

Galería Sara García Uriburu:<br />

Uruguay 1223; Tel. 4813-0148<br />

De Tigre a Libertad<br />

Esta exposición es unhomenaje al prestigioso arquitecto francés Pablo Pater, en<br />

ocasión del primer centenario del Edificio que alberga el MAT - Museo de Arte<br />

de Tigre.<br />

Hasta el 27 de enero de 2013.<br />

Museo de Arte de Tigre: Paseo Victorica 972, Tigre, Buenos Aires;<br />

Tel. 4512-4528<br />

Tattoo Convention<br />

El gran encuentro de los artistas del tatuaje tendrá su versión veraniega, inaugurando<br />

una agenda que cruzará el año entero. Exponentes nacionales e internacionales<br />

vendrán a dar cátedra de esta disciplina, en términos de arte.<br />

18, 19 y 20 de enero 2013.<br />

Torreón del Monje, Mar del Plata, Argentina<br />

Retrospectiva de Giacometti<br />

Gran muestra del suizo Alberto Giacometti (1901-1966) que reúne, por primera<br />

vez en Sudamérica,140 de sus obras pertenecientes, en su mayoría, a la Colección<br />

de la Fundación Giacometti de París. Giacometti es uno de los más notables<br />

artistas del siglo XX que se formó con Cezanne y en quien influyó tanto el<br />

cubismo, como el surrealismo y el arte africano.<br />

Hasta el 10 de enero de 2013.<br />

Fundación Proa: Pedro de Mendoza 1929, en La Boca<br />

Festival de Cosquín<br />

Es la fiesta de la música folklórica de América Latina, y el más importante<br />

de Argentina. Se celebrará en el Escenario Atahualpa Yupanqui, en la plaza<br />

Próspero Molina.<br />

Del 19 al 27 de enero de 2013.<br />

Cosquín, provincia de Córdoba | www.aquicosquin.org


FESTEJOS<br />

La casa<br />

POR LA VENTANA<br />

LA LIBRERÍA Y EDITORIAL EL ATENEO CUMPLIERON 100 AÑOS. PARA FESTEJARLO,<br />

EL GRAND SPLENDID SE VISTIÓ DE FIESTA<br />

Con más de quinientos invitados, el Grupo Ilhsa celebró el acontecimiento con los más destacados representantes de la cultura.<br />

Editores, escritores, artistas y periodistas se dieron cita en el emblemático Grand Splendid. Lalo Mir fue el presentador que abrió<br />

la fiesta. Luego de las palabras del director general del grupo, Adolfo de Vincenzi, invitó a disfrutar del espectáculo multimedia<br />

llamado El círculo de la vida, que combinó una puesta con actores en escena, música y mapping en la cúpula, musicalizado con<br />

canciones de cada década del siglo. Cerró la noche Vicentico –cuyas placas son las más vendidas en la historia de El Ateneo–<br />

mientras algunos se atrevieron a bailar.<br />

1 2 3<br />

51<br />

4<br />

5<br />

6<br />

7<br />

8<br />

9<br />

1. Ezequiel Martínez, Luz Henríquez y Vlady Kociancich / 2. Eduardo Grüneisen, Adolfo de Vincenzi y Ricardo Grüneisen / 3. Marcos Aguinis y<br />

Roberto Lavagna / 4. Gustavo Nielsen, Vicente Battista y Guillermo Martínez / 5. Gabriel Rolón, Lea Zampino, Charly Nieto, Federico Andahazi e<br />

Ignacio Iraola / 6. Iván Petrella, Sebastián Maronese y Teresa Grüneisen / 7. Claudia Piñeiro y Ezequiel Mario Martínez / 8. Lalo Mir / 9. Vicentico


TEMA DE TAPA V<br />

Con LOS<br />

MINUTOS<br />

CONTADOS<br />

POR Patricio Vega*<br />

CUANDO ELLA ESPERA DE ÉL QUE LA DIVIERTA, CUANDO EL OCIO SE CONFUNDE CON HASTÍO<br />

52<br />

Es sabido que un hombre es capaz de hacer cualquier cosa<br />

cuando está enamorado o, al menos, supone estarlo. Hace<br />

mucho tiempo, cuando todavía me entregaba manso y resignado<br />

a ese pitching del alma, a ese casting de apariencias<br />

que muchos llaman cita, conocí a una chica. Vamos a llamarla<br />

Mariana. Mariana era artista plástica o, mejor dicho, estaba<br />

en el último año de la carrera de Bellas Artes. Pasé la primera<br />

prueba raspando, pero eso me dio la chance de nuevas citas<br />

con ella. Un día, durante uno de esos silencios que se producen<br />

cuando alguien busca tema de conversación, Mariana me<br />

dijo: “Estoy aburrida. Hagamos algo divertido”. Algún distraído<br />

podría pensar que sus palabras eran una clara y salvaje<br />

invitación a liberar nuestros fluidos amatorios. No, eso ya lo<br />

habíamos hecho. La frase de Mariana no encerraba ninguna<br />

metáfora, era literal. Estaba realmente aburrida y no otro que<br />

yo era el culpable de su estado de ánimo. Para mí fue como el<br />

aguijón de una avispa. Sentí la responsabilidad de proporcionarle<br />

diversión y, sobre todo, la urgencia de hacerlo a la brevedad.<br />

Pensé qué cosas me divertían a mí y así le puse nombre<br />

a algo que ya sabía; mi vida está sostenida sobre la tríada<br />

música, literatura y cine. Claro que para Mariana hablar sobre<br />

un solo de Coltrane con sus amigos era más placentero que<br />

escucharlo; y Salinger, mi escritor favorito por esos años, le<br />

resultaba –¡ay sí!– aburrido. Para salir del paso en ese momento<br />

conté alguna anécdota apócrifa tratando de exagerar<br />

su costado humorístico. El relato surtió un módico efecto que<br />

me permitió alargar la agonía sólo un poco más. ¿Qué hacer?<br />

No mucho. El acta de defunción de nuestra relación estaba ya<br />

firmada. Al menos intentaría sacar algunas provechosas conclusiones<br />

del asunto.<br />

Caí en la cuenta de que en el cine todas las citas funcionan<br />

bien. El hombre pasa rápidamente de “¿Puedo invitarte un<br />

trago?” a acorralar a la dama en cuestión contra la pared de<br />

su cuarto y de ahí a fundirse desnudos en una perfecta coreografía<br />

sexual. Las cosas no son así, por lo menos, no en<br />

mi experiencia. Y no sólo en cuestiones amorosas se da este


mágico encadenamiento de acciones. Suena el despertador,<br />

el protagonista despierta y ya está lavándose los dientes; casi<br />

sin enjuagarse se acomoda la corbata frente al espejo y ya está<br />

encendiendo el motor del auto para salir a toda velocidad.<br />

Con lo que a mí me cuesta despertar a la mañana. Todo esto<br />

gracias al montaje que piadosamente nos evita las partes intrascendentes<br />

del relato en un procedimiento conocido como<br />

elipsis. ¡Eso es! La elipsis es enemiga acérrima del ocio. Los<br />

personajes de un film nunca están sin hacer nada. Ok, hay<br />

excepciones, pero no es el cine que quisiera discutir acá. Lo<br />

que quiero decir es que la cámara los encuentra siempre en<br />

una situación dramáticamente importante ya sea para el desarrollo<br />

de la historia o para el crecimiento del conflicto interno<br />

del personaje. Un film es un fragmento de vida ordenado<br />

con sentido, pero ¿y la vida? No tenemos forma de elipsar los<br />

momentos triviales, no hay manera de esquivar el tiempo. Y<br />

es esa asfixiante presencia del tiempo la que crea angustia.<br />

El aburrimiento no es más que la traducción superficial de<br />

una angustia constitutiva. Definitivamente no podía decirle<br />

esto a Mariana. Hubiera sonado aburrido. Primera conclusión:<br />

el cine ha modificado nuestra percepción del mundo<br />

y, sobre todo, nuestra percepción del tiempo. Después de<br />

cien años de relatos elipsados nos cuesta aceptar que nuestra<br />

vida transcurre a un ritmo distinto del cinematográfico, que<br />

si bien todo lo que hacemos es para trascender el tiempo no<br />

podemos evitar ser atravesados por él. En el cine, el tiempo<br />

real queda abolido, mientras que en la vida somos arrojados<br />

a un tiempo caótico y pegajoso. En ese momento Mariana<br />

chistó los dedos frente a mi nariz. “¡Ey! ¿Qué pensás?” Salí de<br />

mi ensoñación filosófica. “¿Por qué no vamos al cine?, sugerí.<br />

“Uy, no, siempre al cine”, replicó ella. Eso terminó de instalar<br />

el cadáver de nuestro efímero romance seis metros bajo<br />

tierra.<br />

Tiempo después conocí a otra chica. Pongámosle el nombre<br />

que quieran. Era nuestra segunda o tercera cita y disfrutábamos<br />

de una cerveza al aire libre. Me sentía tranquilo, conectado,<br />

en sintonía, pero una alarma se encendió de repente. ¿Y<br />

si ella se estaba aburriendo? La miré; imposible descifrarla.<br />

“¿Querés que hagamos algo, vamos a algún lado?”, arriesgué<br />

expectante. Le dio un sorbo a la cerveza antes de reponderme.<br />

“Por mí no, yo estoy bien así”. Sonreí y me relajé.<br />

Conclusión número dos: el Universo compensa. Sólo hay que<br />

darle tiempo al tiempo.<br />

*<br />

Premio Konex 2011, es guionista profesional de cine y televisión y se dedica a<br />

la docencia desde hace más de 10 años. Fue coordinador autoral del exitoso<br />

ciclo Los simuladores; creador de la idea original de la serie Hermanos y<br />

detectives, además de autor de guiones junto a Damián Szifrón. Es uno de los<br />

guionistas más reconocidos del medio cinematográfico con tres largometrajes:<br />

La señal, dirigido por Ricardo Darín, Música en espera, de Hernán Goldfrid y<br />

Mi primera boda, de Ariel Winograd.<br />

Dirige El laboratorio de guión, escuela destinada a la formación integral<br />

de guionistas.


ENTREVISTA VII<br />

Hablar de amor<br />

POR Pablo Bassi<br />

EXITOSA EXPONENTE DEL GÉNERO LLAMADO ROMÁNTICO, VIVIANA RIVERO, LA ESCRITORA CORDOBESA,<br />

PASÓ POR BUENOS AIRES PARA PRESENTAR SU ÚLTIMA NOVELA, LO QUE NO SE DICE<br />

Los boer son una comunidad de holandeses y alemanes asentada<br />

en el sur de Sudáfrica a mediados de siglo XVII. Gran<br />

Bretaña los invitó a irse a fines de siglo XIX para explotar sin<br />

resistencias una mina de diamantes. Los boer rechazaron el<br />

convite y el Reino Unido, pues, descargó su arsenal bélico.<br />

Como resultado hubo sangre y una emigración boer hacia<br />

varias partes del mundo, entre ellas a la Patagonia, aniquilada<br />

ya de pueblos originarios.<br />

En nuestro sur y el de Sudáfrica, en aquel tiempo y el actual,<br />

transcurre la última novela de Viviana Rivero que recorre,<br />

además, la Patagonia rebelde, el avistamiento de submarinos<br />

nazis y el turbulento 2001. Lo que no se dice son dos historias<br />

distanciadas en el tiempo pero consecuentes, entrelazadas<br />

bajo una misma tensión.<br />

–¿Qué es lo que no se dice? Elena Wilson Garrott, de 36<br />

años, independiente, exitosa en su trabajo pero que no logró<br />

formalizar una familia, viaja a la Patagonia a concluir la sucesión<br />

de sus abuelos boer. Descubre allí una historia de sus


antepasados y conoce a un hombre sobre el que debe tomar<br />

una decisión.<br />

–¿Por qué suele contextualizar sus novelas en Europa?<br />

Porque cuando uno comienza a profundizar en una historia,<br />

te sumergís en términos temporales hasta la época de la inmigración.<br />

Además, soy descendiente de italianos, checoslovacos,<br />

españoles, y eso tira.<br />

Viviana Rivero nos espera en el Ateneo Grand Splendid algunas<br />

horas luego de arribar desde Córdoba para presentar su<br />

trabajo en un bar de Palermo. “Será más bien un encuentro<br />

íntimo con pocas lectoras. Elegimos este formato porque nos<br />

permite charlar bilateralmente”, nos anticipa.<br />

La autora es una de las exponentes de la novela romántica<br />

que ella prefiere denominar realismo romántico. Aduce que<br />

sus historias no son como las tradicionales de amor, sino que<br />

incorporan descripciones sobre la vida, el trabajo, la tierra,<br />

los hijos. Una variante moderna de Danielle Steel, podría<br />

calificarse, que alcanzó récord de ventas en sus tres obras<br />

anteriores.<br />

–¿A qué atribuye el éxito de sus novelas? Hace poco me<br />

preguntaron cuál es el secreto para vender. Respondí, antes<br />

que nada, que uno escribe como le sale. Por otro lado, una<br />

vez una periodista me dijo que mis novelas están llenas de<br />

sentimientos, que te hacen sentir cosas durante toda la trama.<br />

En estos tiempos, donde los sentimientos parecen malas palabras,<br />

mis libros son como una vía de escape<br />

–Como usted hay muchas autoras que venden bien.<br />

¿Cree que hay una refundación del género de la novela<br />

romántica? Creo que hay, en principio, un auge de la lectura.<br />

Lo escucho en la puerta del colegio de mis hijos, en reuniones.<br />

Este fenómeno va generando nuevos nichos, ramas.<br />

Florencia Bonelli, por ejemplo, apela más al erotismo; yo<br />

más a la historia de vida. Creo entonces que hay una diversificación<br />

del género y la aparición de ciertas licencias que en la<br />

novela clásica de amor no había: por ejemplo, la muerte del<br />

personaje principal.<br />

–¿La leen sólo mujeres? Creo que me leen más las lectoras,<br />

pero a mi blog también ingresan muchos hombres. Hace<br />

un tiempo me escribieron unos treinta argentinos desde la<br />

base Orcadas en la Antártida. Me dijeron que estaban leyendo<br />

Secretos bien guardados y que por la noche comentaban la<br />

novela. Yo les pregunté: “¿Así que los hombres leen historias<br />

de amor?”. Y me respondieron que ellos son hombres modernos<br />

y que también viven el amor. Por eso lucho en la editorial<br />

para hacer tapas unisex, porque a veces es difícil para un varón<br />

ir leyendo en el tren un libro con una flor en la tapa.<br />

–¿Cómo fue el tránsito de su ejercicio del derecho a<br />

la literatura? Trabajé quince años de abogada hasta que,<br />

en mi mejor momento, abandoné. Me crié en una casa en la<br />

que mi papá escribía. No comercialmente, porque él tenía<br />

un negocio, pero cosa que escribía, cosa que ganaba algún<br />

premio. Mi vieja siempre decía que en casa se iban a estudiar<br />

carreras normales, porque para locos estaba mi papá. Eso se<br />

me fue metiendo en la cabeza, sin duda. Yo era gran lectora,<br />

pero nunca pensé que escribiría literatura. Hasta que empecé<br />

a tener ganas, cuando mis hijos se hicieron grandes. Acababa<br />

de leer Suite Francesa, de Irène Némirovsky, una novela<br />

sobre la ocupación francesa, y me influenció tanto que decidí<br />

escribir Secreto bien guardado, que también está contextualizada<br />

en la Segunda Guerra Mundial. Terminado, se hicieron<br />

mil libros, que se vendieron en quince días. Después hice una<br />

edición mensual por seis meses.<br />

–¿Qué opina su papá de su obra? Él falleció el año pasado.<br />

Llegó a disfrutar que escribía, que vendía, que era<br />

alguien. Hay tantas cosas que hoy me gustaría preguntarle<br />

sobre literatura…<br />

–¿Cómo es un día en su vida? Cuando no escribo, son<br />

normales. Lo dedico mucho a lo social, a promocionar el libro<br />

del momento. Cuando escribo, me encierro siete meses, puedo<br />

pasar cuatro días sin ponerme zapatos, no voy al súper y<br />

duermo muy poco durante la última parte de la novela<br />

–¿Qué lee? Leo mucho para escribir mis propios libros. Por<br />

ejemplo, para Lo que no se dice, leí doce libros. Por fuera de<br />

ello, me gustan Bioy Casares, Némirovsky, Almudena Grandes.<br />

Me gusta leer lo que sale, principalmente a otras autoras<br />

“románticas”.<br />

55<br />

Elena Wilson Garrott viaja a la Patagonia para encargarse de la herencia de su madre recientemente<br />

fallecida. Pero lo que comienza como un viaje burocrático y despreocupado terminará cambiando su<br />

vida para siempre. Allí descubrirá secretos desconocidos del pasado familiar y conocerá a Omar, el<br />

hombre que trastornará todos sus planes y hasta su vida misma.


INFANTIL / JUVENIL<br />

Niño malo<br />

Macmillan presentó Una trampa para Papá Noel, con textos de Jonathan Emmet y locas ilustraciones<br />

de Poly Bernatene. El protagonista de esta historia es Bradley Bartleby, un chico de<br />

los más malos que decide vengarse de Papá Noel porque sólo le trae medias, año tras año. Un<br />

libro divertido para los más chiquitos.<br />

¡A cocinar!<br />

Juliana López May y Nik se unieron para realizar Gaturriquísimo,<br />

un libro para aprender a cocinar con recetas simples pero muy sabrosas y nutritivas.<br />

La chef propone desde hamburguesas de arroz y verduras hasta lasañas sin olvidarse<br />

de los dulzores de alfajores triples, licuados refrescantes<br />

y helados de frutilla y kiwi.<br />

El mundo del revés<br />

La verdadera explicación es un libro para enterarse del origen de casi todo,<br />

aunque los “Defensores de la Verdad” estén indignadísimos. El caso es<br />

que este nuevo trabajo del diseñador e ilustrador Pablo Bernasconi es<br />

una buena oportunidad para divertirse con los chicos.<br />

Para rimar<br />

Carlos Silveyra recopiló en Mentiras y disparates versos y<br />

coplas obtenidos de la literatura oral con ilustraciones de Marcelo Elizalde.<br />

Para recordar sus melodías o inventarlas por el puro placer de cantar.<br />

Para padres<br />

Albatros presentó dos guías del Club de la upa. La primera es Jugar con bebés y niños pequeños<br />

(hasta tres años) donde Marcela Osa propone actividades para acompañar el desarrollo<br />

del bebé. La segunda guía es Viajar con bebés y niños pequeños (hasta cuatro años) donde<br />

María Eugenia Ludueña cuenta cuáles son los documentos necesarios, los juguetes, la ropa<br />

necesaria, los objetos útiles más especificaciones para cada medio de transporte.<br />

57<br />

Teatro<br />

Luego de una intensa gira en la que recorrieron gran parte del país,<br />

además de Chile, Perú y Colombia, el exitoso espectáculo infantil<br />

La casa de Disney Junior con Topa y Muni, que entre 2011 y 2012<br />

recibió a más de 240.000 espectadores con 255 funciones, se despide<br />

de sus pequeños fans y sus familias en el Teatro Gran Rex el 15 y 16<br />

de diciembre.


TEMA DE TAPA V<br />

CAMBIO de HÁBITOS<br />

POR Pablo Bassi<br />

MAGUI AICEGA, RODRIGO RONCERO Y RENÉ HOUSEMAN CUENTAN CÓMO LES CAMBIÓ LA VIDA RETIRARSE Y<br />

QUITARSE LA CAMISETA DE LA SELECCIÓN<br />

¿Cómo se vive con el vacío que dejan la rutina y la gloria? ¿A<br />

qué dedican el tiempo de ocio los deportistas que abandonaron<br />

su actividad? Para responder estas preguntas elegimos entrevistar<br />

a una leona, un puma y un loco. Magui Aicega, Rodrigo<br />

Roncero y René Houseman vistieron las camisetas de selecciones<br />

argentinas a las que les dedicaron a diario una buena<br />

porción de su vida. Retirados emprendieron el difícil camino de<br />

reacomodar sus prioridades. ¿Qué hacen con el tiempo libre?<br />

RORRO, EL VIAJANTE<br />

58<br />

Rodrigo Roncero se alejó del rugby a mediados de 2012 en el<br />

partido que Los Pumas perdieron con Nueva Zelanda de local.<br />

Emocionado, recibió las muestras de afecto de sus compañeros<br />

y contrincantes, luego de 55 partidos dedicados a la celeste y<br />

blanca y una carrera deportiva asentada en Europa desde 2002.<br />

Roncero, también médico, apuesta ahora todas sus fichas al<br />

turismo.<br />

–¿Cómo viene transitando su alejamiento de la selección?<br />

Pasó poco tiempo y sé que hasta que no vea entrar a los jugadores<br />

a una cancha será difícil saber qué sensaciones voy a tener.<br />

Por suerte la decisión de dejar de jugar la tomé yo y lo pude<br />

hacer en mis términos. Eso está bueno. Y no tener más prácticas<br />

de scrum está buenísimo<br />

–¿Qué gana y qué pierde con el retiro? No creo que se<br />

gane o se pierda. Ahora tengo más tiempo para estar en mi casa<br />

y con mi familia. Y puedo dedicarle toda mi energía a mi empresa<br />

de turismo, la que estamos colocando en distintos mercados,<br />

debo decir, con éxito<br />

–¿Cómo era un día de su vida de rugbier? Cada día era<br />

distinto por la carga de entrenamiento, pero básicamente, en<br />

París, que fue donde desarrollé gran parte de mi carrera profesional,<br />

era trabajar en el club por la mañana y la tarde en distintos<br />

aspectos del juego. A veces eran ejercicios de cancha, otras<br />

veces gimnasia o análisis del juego<br />

–¿Qué está haciendo por estos días en Europa? Tengo una<br />

agencia de viajes desde 2007, Play Patagonia, y este año junto a<br />

la Unión Argentina de Rugby creamos Argentina Rugby Travel,<br />

que ofrece paquetes para acompañar a Los Pumas en el país,<br />

como en el exterior. Esto me permite estar cerca de un equipo<br />

que fue tan importante en mi vida y al mismo tiempo desarrollar<br />

mi empresa de turismo<br />

–¿Cómo está compuesta su familia? Con mi mujer Gabriela<br />

tenemos tres hijas mujeres, Juana, Lola y Mila. En junio de este<br />

año, una vez que terminé mi carrera como rugbier en el Stade<br />

Français de París, nos volvimos a vivir a la Argentina y estamos<br />

contentos con el regreso. Era importante para las chicas estar<br />

cerca de su familia.


–¿Cómo disfruta el ocio? Sin dudas aprovecho estar en familia<br />

junto a mis hijas y mi mujer. Tener tiempo para jugar con las<br />

chicas es lo mejor que me puede pasar. Después, tengo como<br />

pasatiempos el tenis y el golf.<br />

MAGUI, ETERNA DEPORTISTA<br />

El caso de Magdalena Aicega es distinto: la defensora, capitana<br />

de las Leonas, abandonó la selección luego de obtener la medalla<br />

de bronce en las olimpíadas de 2008 en Pekín, pero continúa<br />

jugando al hockey semanalmente en el Belgrano Athletic. Con<br />

esta decisión, no obstante, desocupó un 95% de su tiempo que<br />

volvió a ocupar en la crianza de sus dos hijas, el periodismo y la<br />

equitación.<br />

–¿Cómo fue el proceso que llevó a retirarse de Las Leonas?<br />

La decisión me llevó un año y medio. Dije “en Pekín<br />

abandono”, porque no llegaba bien a los partidos y por cuestiones<br />

que pasaban por el entrenador. Pero fundamentalmente<br />

por el transcurso de 16 años en los que estuve; por los viajes; y<br />

porque la gran mayoría del tiempo se lo dedicaba al hockey<br />

–Entre la selección y el club, ¿Lo que más tiempo le ocupaba<br />

era la selección? Jugar en las Leonas era una forma de<br />

vida. Todas las prioridades giraban alrededor de ella<br />

–¿Qué hizo desde que abandonó el seleccionado? Primero<br />

fui mamá; quedé embarazada bastante rápido. Después me<br />

readapté a la vida de siempre. Además me salió la participación<br />

en un programa de radio en ESPN; soy la imagen de una empresa<br />

de Nutrición y de otra de accesorios para bebés<br />

–¿Ejerce su licenciatura en nutrición? La ejercí sólo entre<br />

2001 y 2008. Antes de viajar a Pekín dejé el consultorio<br />

–¿Hace algo más que le guste, dedicado al ocio? Bueno<br />

sigo jugando al hockey en Belgrano Athletic. Allí entreno tres<br />

veces por semana y los sábados juego. Volví a hacer equitación,<br />

algo que hacía de chica. Me encanta hacer salto, tengo mi caballito,<br />

y le meto bastante tiempo. Tengo proyecciones de competir,<br />

pero no sé si de profesionalizarme.<br />

EL LOCO DE EXCURSIO<br />

Nació en un humilde barrio de La Banda, Santiago del Estero,<br />

y vivió en una casilla del Bajo Flores. Desde pibe se hizo hincha<br />

de Excursionistas pero debutó jugando al fútbol en la contra,<br />

Defensores de Belgrano. Pasó por el Huracán campeón de<br />

1973, por Independiente, River, Colo Colo de Chile y se retiró<br />

en Excursionistas, donde jugó un solo partido.<br />

A René Houseman se lo recuerda por dos imborrables imágenes:<br />

la de ser el delantero de punta de la selección argentina de<br />

1978, y por sus gambetas, velocidad y amagues. Para algunos, el<br />

mejor jugador argentino en su puesto.<br />

–¿Cuándo decidió retirarse? No fue pensado, fue de un día<br />

para el otro, cuando me di cuenta que no podía gambetear ni<br />

a un árbol. Prefería entonces no defraudar a la gente que me<br />

quería, y menos a Excursionistas, donde jugaba, mi casa. Porque<br />

en la casa de uno no se puede robar<br />

–¿Qué hizo después de colgar los botines? Subsistí con la<br />

plata ahorrada y la ayuda de ciertas personas. Y así sigo subsistiendo.<br />

–¿Cómo es un día en su vida? Voy al club, hablo con amigos,<br />

veo jugar a las divisiones inferiores, dentro de la que está mi<br />

nieto de 12 años que es un monstruo y que me parece nos va a<br />

dar muchas satisfacciones. A partir de ahora será algo distinto,<br />

porque acabo de asumir la dirección técnica del equipo femenino<br />

de Excursionistas. En realidad soy asistente, porque no me<br />

gusta dar órdenes<br />

–Cuando era chico, ¿Qué soñaba ser de grande? Siempre<br />

jugador de fútbol. Yo le dije a mi vieja una vez que estas piernas<br />

la iban a salvar. Y finalmente pude comprarle la casa que tanto<br />

necesitaba.<br />

–Cuando jugaba al fútbol, ¿Tenía tiempo libre para hacer<br />

otras cosas? No, pero además mi objetivo siempre fue jugar a<br />

la pelota, entonces yo lo disfruté mucho y en exclusividad.<br />

–¿Cómo fue vivir en Chile un año, cuando jugaba para<br />

Colo Colo? La gente de Chile me trató muy bien. Allí salí<br />

campeón metropolitano y clasificamos para la Libertadores.<br />

Viajé con mi familia, pero en lo deportivo las cosas no me salieron<br />

como yo quería, entonces me volví.<br />

59


MAITLAND Y SAN MARTÍN<br />

Rodolfo Terragno<br />

Sudamericana<br />

Es una muy buena noticia la reedición de este<br />

excelente trabajo de Rodolfo Terragno editado<br />

originalmente en 1998.<br />

San Martín desarrolló una febril actividad durante<br />

los cuatro meses que permaneció en Londres. Tomó<br />

contacto con los miembros de la “Hermandad”,<br />

sobre todo con Andrés Bello (1781-1865), aquel<br />

notable escritor nacido en Caracas que en 1808 fue<br />

redactor de la Gaceta de Caracas y en 1810 acompañó<br />

a Simón Bolívar en su viaje a Londres. Allí Bello<br />

permaneció hasta 1829 estudiando en la biblioteca<br />

del Museo Británico, traduciendo a Lord Byron y a<br />

Molière y dirigiendo las notables revistas Biblioteca<br />

Americana y El Repertorio Americano.<br />

Don José pudo comprobar que no estaba solo, que<br />

no eran pocos los americanos que estaban dispuestos<br />

a darlo todo por la causa. También se entrevistó<br />

con funcionarios del gobierno británico, como James<br />

Duff, gran maestre de la orden de Escocia que le facilitó<br />

las cosas a San Martín para salir de España y<br />

llegar a Londres y sir Charles Stuart. Muy probablemente<br />

hayan sido ellos quienes le hicieron conocer<br />

el plan Maitland. El proyecto estaba expuesto en<br />

un curioso manuscrito de 47 páginas, descubierto<br />

en Escocia por Rodolfo Terragno en 1980. Había<br />

sido elaborado en 1800 por el general inglés Thomas<br />

Cine y<br />

héroes<br />

POR Felipe Pigna<br />

Maitland, en cuya foja de servicio se destacaba su<br />

paso como teniente general en Ceilán (el actual Sri<br />

Lanka) y desde 1807 su cargo de consejero privado<br />

de la Corona británica. El documento lleva el título<br />

de “Plan para capturar Buenos Aires y Chile y luego<br />

emancipar Perú”. Fue presentado oportunamente<br />

por el mayor general Thomas Maitland a Henry<br />

Dundas, secretario de Guerra en el gobierno de<br />

William Pitt “el Joven”. Sin dudas San Martín tuvo<br />

muy en cuenta aquel plan, lo que no lo convierte<br />

en absoluto, como quieren algunos, en agente inglés,<br />

cuestión que Terragno niega taxativamente. El<br />

joven oficial del ejército español nacido en Yapeyú<br />

aprovechará aquel proyecto pensado para conquistar<br />

medio continente para convertirlo en su plan<br />

continental de liberación. Un libro imprescindible.<br />

CIEN AÑOS DE CINE ARGENTINO<br />

Fernando Martín Peña<br />

Biblos-Fundación Osde<br />

Desde la publicación del clásico hoy casi inhallable<br />

de Domingo Di Nubila Historia del cine argentino<br />

en dos célebres tomos, estaba haciendo falta una<br />

obra integradora sobre una de nuestras manifestaciones<br />

culturales más relevantes. El libro de uno<br />

de nuestros mayores coleccionistas y archivistas<br />

cinematográficos, Fernando Martín Peña, conductor<br />

junto a Fabio Manes del excelente ciclo “Filmoteca”<br />

que se emite a la medianoche por Canal 7, recorre<br />

la historia del cine argentino desde sus albores en<br />

1896 hasta 2011, insertando permanentemente en<br />

el relato el contexto histórico y cultural que acompañó<br />

y dio sentido a ese desarrollo.<br />

Como señala el autor en la introducción, la obra no<br />

pretende ser una nueva historia del cine argentino<br />

sino una revisión de las preexistentes a través de<br />

los films emblemáticos de cada época, planteando<br />

la hipótesis según la cual, por su carácter original,<br />

imprevisible y heterogéneo, por una producción<br />

completamente atomizada y por la relativa facilidad<br />

de acceso a los medios de producción, el más<br />

reciente cine argentino se parece bastante al más<br />

antiguo.<br />

Peña abona su hipótesis señalando que en ambos<br />

casos encontramos la presencia de mujeres<br />

cineastas, la ausencia de censura, tan presente y<br />

determinante en otros períodos, la abundancia de<br />

producción de material documental y hasta la presencia<br />

de películas que diluyen intencionalmente<br />

las fronteras entre realidad y ficción. El libro cuenta<br />

además con dos excelentes índices analíticos, que<br />

siempre se agradecen, uno específico de films y<br />

otro de nombres que permiten el acceso inmediato<br />

a los datos buscados. Señala Peña: “Es curioso<br />

comprobar que la destrucción sistemática del patrimonio<br />

audiovisual argentino ha sido una causa<br />

compartida tanto por las dictaduras como por los<br />

gobiernos democráticos; aquellas por su vocación<br />

de suprimir el disenso y estos por la incapacidad<br />

para poner políticas de largo plazo en materia<br />

de preservación. Recién en la última década ha<br />

comenzado a revertirse esa tendencia funesta,<br />

aunque la existencia real de una cineteca nacional<br />

sigue siendo una cuenta pendiente al momento de<br />

escribir estas líneas”.<br />

OTROS RECOMENDADOS<br />

Civiles y militares en la última dictadura. Funcionarios<br />

y políticas educativas en la provincia<br />

de Buenos Aires (1976-1983), de Laura Graciela<br />

Rodríguez, Prohistoria.<br />

Mientras la ciudad duerme. Pistoleros, policías y<br />

periodistas en Buenos Aires, 1920-1945, de Lila<br />

Caimari, Siglo XXI.<br />

Revolución y contrarrevolución en la Argentina<br />

(reedición), de Jorge Abelardo Ramos, Continente.<br />

Catolicismo y secularización. Argentina en la<br />

primera mitad del siglo XIX, de Valentina Ayrolo,<br />

María Elena Barral y Roberto Di Stefano (coords.),<br />

Biblos.<br />

Los vagabundos y la justicia de Buenos Aires<br />

durante el período tardo colonial (1785-1810).<br />

Construcciones jurídicas y criminalidad, de Agustín<br />

E. Casagrande, Universidad Nacional de La Plata.<br />

Movimientos de Pueblo. La política en Buenos<br />

Aires luego de 1810 (reedición), de Fabián Herrero,<br />

Prohistoria.<br />

61<br />

HISTORIA & POLÍTICA


ENTREVISTA VIII<br />

LAS FLORES DEL MAL<br />

POR Sergio Varela<br />

MARCOS MAYER COMPILÓ EN ARTISTAS CRIMINALES (HISTORIAS DE GENIOS SIN LEY) LAS VIDAS DE<br />

FAMOSOS AUTORES QUE COMETIERON ROBOS, ESTAFAS Y ASESINATOS. UNA FASCINANTE INVESTIGACIÓN<br />

QUE PLANTEA PROFUNDAS CUESTIONES MORALES CON SIMPLEZA, DESDE UNA TRAMA<br />

ENTRETENIDA Y ÁGIL<br />

Aunque el arte nos aproxima a lo divino, hay artistas que se<br />

vieron más influidos por la furia que lanzó el diluvio que por la<br />

idea de un dios compasivo y amoroso. Marcos Mayer investigó<br />

sus historias en Artistas criminales (Historias de genios sin ley),<br />

un libro literalmente revelador, en el que se relatan los asesinatos,<br />

robos y estafas de grandes talentos de la Humanidad, quienes<br />

dejaron obras imperecederas pero lejos estuvieron de vivir<br />

vidas ejemplares. En diálogo con Quid, el autor pasa revista a<br />

esta fascinante investigación, cuya conclusión inicial es que la<br />

moral y el arte son senderos que se bifurcan.<br />

–¿Qué fue lo que lo impulsó a escribir sobre delitos y<br />

crímenes cometidos por artistas, muchos de ellos talentosos<br />

y geniales (los artistas, no los crímenes)? La historia<br />

de este libro es una historia de casualidades. Hace muchos años<br />

yo trabajaba en una revista que se llamaba Pistas, que la dirigía<br />

Enrique Sdrech. Si bien yo no era un bicho del policial, tenía<br />

amigos que siempre procuraban hacerme un rincón en ese<br />

género. También solía participar de presentaciones de novelas<br />

policiales, por lo que las tramas de thrillers no me resultaban<br />

ajenas. En aquel momento se me ocurrió la primera idea de<br />

esta compilación y conseguí un libro que se llamaba The Penguin<br />

Enciclopaedia of Crime, donde me encontré con varios de


estos buenos muchachos. Luego la revista dejó de salir y con<br />

el tiempo retomé el proyecto, ya más encaminado hacia lo que<br />

finalmente fue el libro.<br />

–¿Qué otros elementos contribuyeron a esta propuesta?<br />

Yo estuve trabajando tres años en la cárcel de Devoto haciendo<br />

una revista con los presos, algo que quizás también hubiera merecido<br />

mejor difusión. Y eso me cambió un poco la manera de<br />

pensar sobre ese mundo del delito. Me parece que los artistas<br />

cuando cometen crímenes lo hacen de una manera diferente.<br />

–Al respecto, ¿qué encontró en común en los casos que<br />

refleja en el libro? El crimen como dador de identidad, sobre<br />

todo. El caso más notable quizás sea el de Rimbaud. Me parece<br />

que el crimen está vinculado con la identidad, algo que yo no<br />

desarrollé pero que por ejemplo en Arlt está todo el tiempo.<br />

Personas que se hacen, que se realizan, a través del crimen. Y<br />

me parece que el arte también tiene que ver con búsquedas de<br />

identidades. No lo aseguraría de manera taxativa ni en todos lo<br />

casos tratados en el libro, pero creo que por ahí hay una línea<br />

de conexión.<br />

–¿Cómo se vincula la obra de los “artistas criminales”<br />

con los asesinatos o robos que cometieron? ¿Qué nuevas<br />

perspectivas aparecen para interpretar su producción<br />

estética a partir de la información sobre su incursión en<br />

el delito? Creo que uno ya no los puede leer, o escuchar o contemplar<br />

sus cuadros de la misma manera una vez que se sabe<br />

que hicieron lo que hicieron: robaron, mataron o estafaron. Por<br />

ejemplo en el caso de Caravaggio, que mató por lo menos a dos<br />

personas en peleas callejeras, encontré un punto de contacto en<br />

el trabajo con la carne que aparece en su obra, que es un poco<br />

la base fundante de su manera de pintar. También en Norman<br />

Mailer uno encuentra cuentos en los que prefigura el frustrado<br />

asesinato de su esposa. O el caso de Daniel Defoe, autor de<br />

Robinson Crusoe, un tipo perseguido por las deudas que se<br />

hace famoso por la idea de vivir solitario en una isla desierta<br />

alejada del mundo.<br />

–¿Qué conclusiones se pueden sacar de los casos enumerados<br />

en el libro respecto del arte y la moral o su<br />

ausencia? Creo que no tienen nada que ver una cosa con la<br />

otra, el arte y la moral. Felizmente. Es algo muy natural para mí<br />

pensarlo así. No me gusta un libro por sus buenos mensajes o<br />

intenciones. Creo que uno como espectador se relaciona mejor,<br />

o de una manera más interesante, con textos, cuadros o películas<br />

que lo colocan en conflicto con las propias ideas. Cosa que<br />

también me pasa con las mujeres.<br />

–¿Cuál es el punto por el cual muchos de estos artistas<br />

no lograron “mediatizar” sus impulsos a través del arte<br />

y terminaron pasando a la acción? ¿Eso no los convierte<br />

en artistas más objetables de algún modo? En un principio<br />

pensé que sí, y con el tiempo cada vez más me convenzo de que<br />

no. Volvamos a Caravaggio: en el fondo es una burrada poner a<br />

semejante artista en esta serie. Pero en cierto punto, el hecho<br />

de que haya matado a dos personas no cambia la valoración de<br />

su arte. El libro un poco juega con eso, con el hecho de que en<br />

el arte la biografía es y a la vez no es importante. También en<br />

varios casos el crimen ha lanzado a gente al arte. Quizás gente<br />

menos conocida, como la pintora Sofía Bassi, que comenzó a<br />

pintar desués de caer presa. Hay otro caso que no desarrollé,<br />

porque es muy difícil conseguir datos de él, que es el de un<br />

escritor estadounidense que se llama O’Henry, quien también<br />

se puso a escribir después de caer preso. William Bourroughs<br />

lo dice esplícitamente: “Maté a una perra y escribí un libro”.<br />

Pienso que el arte no tiene mucho que ver con la moral. No voy<br />

a hacer nombres, pero he conocido escritores que son personas<br />

detestables y escriben libros maravillosos, así como hay personas<br />

maravillosas que escriben libros insoportables.<br />

–Pregunta de test: ¿si pudiera elegir ser alguno de los<br />

artistas mencionados en el libro, cuál sería? ¿Por qué?<br />

Depende del día. Creo que cuando estoy enojado sería Charles<br />

Manson: la furia absoluta, romper todo, con el rock and roll a<br />

todo volumen.<br />

–¿Y cuál no querría ser bajo ningún concepto? ¿Por qué?<br />

Probablemente el Marqués de Sade. Alguien con una imaginación<br />

maravillosa basada en una idea de la humanidad un tanto<br />

deleznable. Quizás sea el punto más alto de cómo el talento<br />

puede contra la idea. Creo que es el personaje que menos me<br />

gustaría ser. Quisiera tener el talento de Caravaggio, obviamente.<br />

Pero no lo tengo, por eso escribí este libro y no pinté esos<br />

cuadros.<br />

63<br />

Artistas criminales (Historias de genios sin ley) es una colección de biografías de algunos de los más<br />

talentosos artistas de la historia, pero que también aplicaron su genio para el crimen y el delito. Marcos<br />

Meyer ha logrado un trabajo brillante a partir de la oscuridad que subyace en algunos de los creadores<br />

que admiramos por su obra pero no por su vida.


FECHAS<br />

PROFECÍAS,<br />

todavía on-line<br />

POR Antonia Gutiérrez<br />

MUCHAS PREDICCIONES SEÑALAN EL 12/12/12 COMO EL ÚLTIMO DÍA DE LA HUMANIDAD<br />

TAL Y COMO LA CONOCEMOS. HE AQUÍ ALGUNAS DE ELLAS Y SUS INTERPRETACIONES<br />

64<br />

Así como cambiar de milenio suscitó muchísimas preguntas,<br />

conjeturas y miedos, el 2012 de la mano del calendario maya<br />

marca el fin de una etapa. Los brujos dicen que lo difícil será<br />

el 2013, cuando el cambio empiece a establecerse, y se repita<br />

lo que sucedió hace 60.000 años. Que el sol se ponga en alineación<br />

con una estrella muchísimo más grande que él e irradie<br />

hacia la luna y la Tierra dosis de energía a las que no estamos<br />

habituados. La luna, con más energía, puede causar catástrofes<br />

naturales. Esto lo dice la ciencia pero para ojos descreídos puede,<br />

también, tratarse de una profecía.<br />

Esta vez no se habla de efectos tecnológicos como el tan temido<br />

Y2K que, finalmente, no fue tan grave como se supuso. Esta<br />

vez, se habla de algunos días de oscuridad, de una nueva era.<br />

Esto puede verse en libros como El poder del ahora y Una nueva<br />

tierra de Echart Tolle, Los 4 acuerdos de Miguel Ruiz, y<br />

hasta en La novena revelación.<br />

Las profecías existen desde hace varios miles de años. Las más<br />

antiguas están en la Biblia, y hacen referencia al Apocalipsis. En<br />

el Antiguo Testamento y en el Tanaj hebreo se encuentran los<br />

llamados “Libros proféticos”. En el cristianismo son los libros<br />

que están entre Isaías y Malaquías. En ellos fue anunciada la<br />

llegada de Jesús como profeta.<br />

Las Sagradas Escrituras están llenas de profecías que vaticinan<br />

el fin del mundo. “La tierra será sacudida, la tierra estallará, se<br />

agrietará, la tierra temblará, vacilará”, dijo Isaías. Y en muchos<br />

párrafos pueden leerse las respuestas de Jesús a sus fieles seguidores<br />

respecto al fin del mundo. Pero todavía no queda claro si<br />

estamos malinterpretando sus frases o se trata, realmente, de<br />

un pensamiento apocalíptico.<br />

“Cercano está el gran día de Yahvé, cercano y llega velozmente.<br />

Ya se oye el ruido del día de Yahvé y hasta el valiente dará gritos<br />

de espanto. Día de ira será aquel día, día de tribulación y de angustia,<br />

día de calamidad, de miseria, de tinieblas, de oscuridad,<br />

día de nubes y de espesos nubarrones, día de trompetas y de<br />

alarmas contra las ciudades fortificadas y los altos torreones…”,<br />

dirá más tarde Isaías. En todas, se anunciaban calamidades,<br />

guerras y violencia.<br />

Y, más allá de la Biblia, están los canalizadores como Alice<br />

Bailey que reflexionó sobre el Shamballa (el centro donde la<br />

voluntad de Dios existe) y el advenimiento de una nueva era.<br />

En el Nuevo Testamento, el último libro es el del Apocalipsis.<br />

Se trata de la visión de Juan acerca de los planes que tiene Dios<br />

para darle fin a los problemas de la humanidad.<br />

Muchos vaticinaron que los mayas anuncian para este 21 de<br />

diciembre el fin del mundo. Pero, en realidad, esas profecías<br />

hablan del conocimiento interno. Uno de los autores más ci-


tados a la hora de hablar de los mayas, José Argüelles (1939-<br />

2011), también llamado Valum Votan destacaba: “Los mayas se<br />

destacan en el nuevo mundo con una cultura de supremo refinamiento<br />

artístico y una matemática astronómica incomparable<br />

entre todos los pueblos del planeta. Los mayas originarios que<br />

constituyeron sus centros de pensamiento y cultura por toda<br />

América Central y México, estaban siguiendo una corriente de<br />

conciencia deliberadamente traída a este planeta con un propósito<br />

específico, o sea los mayas originales fueron mensajeros<br />

superiores, instrumentos de la voluntad divina, que es el propio<br />

tiempo”. Argüelles fue un poeta, artista y gran estudioso de<br />

la cultura maya-galáctica que escribió, entre otros, El factor<br />

maya y El llamado de Pakal Votan. Como promotor del cambio<br />

de conciencia necesario para el 2012, aseguró que, además de<br />

investigar, parte de sus enseñanzas le fueron transmitidas por<br />

seres superiores en trances visionarios. Siguiendo sus preceptos<br />

y los postulados del pintor Nicolás Roerich, explorador del<br />

Shamballa, fundó la Planet Art Network, estableciendo que la<br />

creatividad es necesaria para pasar el 2012.<br />

En el análisis de la Ley del Tiempo como fue propuesto por<br />

este autor lo que pasaría a partir de este año, es la transición<br />

de la biosfera a la noosfera, que nos conectaría con la fuente de<br />

amor universal que está en todo lo que somos y hacemos y nos<br />

rodea. Esto es parte del cambio de este año, al que se refieren<br />

los mayas y que es tan promocionado en estos días.<br />

En 1952, se encontró en el Templo de las inscripciones de lo<br />

que hoy conocemos como Palenque (antes Nah Chan), la tumba<br />

de Pakal Votan, guerrero sagrado que reinó en esta ciudad.<br />

Fue uno de los guías de la misión maya. Uno de sus mensajes<br />

más importantes fue: “Todo es número, Dios es número, Dios<br />

está en todo”.<br />

En distintos libros se habla de las siete profecías. La primera<br />

establece que desde 1999 hasta 2012 el hombre está en el salón<br />

de los espejos para encontrar en su interior, su naturaleza multidimensional.<br />

De aquí que la segunda profecía establezca que<br />

las respuestas a todo están en el interior de cada uno de nosotros.<br />

Y muestra dos caminos: el de la comprensión y la tolerancia<br />

y, el del miedo y la destrucción. La tercera habla de nuestra<br />

influencia en el planeta. Tenemos que frenar la destrucción que<br />

seguimos generando. La cuarta sigue con el aumento de la temperatura,<br />

que derretirá los hielos y provocará más erupciones.<br />

Los mayas pudieron ver este cambio en el giro de quinientos<br />

ochenta y cuatro días del planeta Venus, cuya órbita está entre<br />

la Tierra y el sol. En el Códice Dresde está establecido que cada<br />

117 giros de Venus, el sol sufre alteraciones y aparecen manchas<br />

de vientos solares. La quinta profecía establece que fallarán los<br />

sistemas basados en el miedo para que el hombre se vea a sí mismo<br />

y comprenda la creación para seguir evolucionando. La sexta<br />

habla de la aparición de un cometa que pondrá en peligro la<br />

existencia del hombre. La séptima habla, por fin, del cambio que<br />

habrá en el 2012 cuando la luz emitida del centro de la galaxia<br />

sincronice con los seres vivos y les permita transformarse.<br />

La literatura de ficción también tocó este tema. El escritor estadounidense<br />

Steven Alten escribió su famosa trilogía maya que<br />

reúne El testamento maya, La resurrección maya y El apocalipsis<br />

maya (Random House). Hay libros que salen de la ficción y<br />

en los que se investigan las distintas profecías que mencionan<br />

este año y los cambios venideros. Profecías mayas de Darío<br />

Bermúdez enumera las distintas premoniciones de esta cultura<br />

ancestral. Otros como Las profecías y el fin del mundo de<br />

Mercedes Sebastián y Grandes profecías de la historia de Luis<br />

Tomas Melgar Gil exponen varias investigaciones y muestran<br />

un panorama de todas las profecías que nos rodean.<br />

Michel de Notre-Dame (1503-1566), médico y astrólogo conocido<br />

como Nostradamus escribió Las verdaderas centurias<br />

astrológicas y profecías que fue publicado por primera vez en<br />

1555. Fue quien elaboró los horóscopos de Catalina de Médici<br />

y predijo la muerte del rey Enrique II. Para muchos, él predijo<br />

las grandes catástrofes que han sucedido y para otros sólo se<br />

tratan de interpretaciones falsas. Sus estudios médicos incluían<br />

un abanico de autores como Albert Magnus, Paracelso, Cornelio<br />

Agrippa y algunos autores sufíes. Utilizó juegos y mezcló<br />

idiomas para publicar sus profecías y no exponerse a los peligros<br />

de la Inquisición.<br />

Benjamín Parravicini (1898-1974) fue un pintor y escultor<br />

argentino. Sus dibujos y textos fueron considerados proféticos<br />

pero para muchos investigadores, eran tan ambiguos que podían<br />

adaptarse a cualquier evento. Él mismo, en sus comienzos,<br />

las rechazaba y nos las entendía por lo que tiró muchos dibujos.<br />

En estado meditativo, sus manos dibujaban y escribían cosas<br />

que para él no tenían sentido. Así, realizó 700 psicografías.<br />

Una de las que escribió en 1968 dice: “Comenzará ya la Tierra<br />

en destemplar en tormentas eléctricas, ciclones bravos, aluviones,<br />

maremotos, terremotos, hundimientos de regiones, florecimientos<br />

de desconocidas tierras, trombas trasladoras, océanos<br />

desbordados y aguas volantes en block. Será el caos en su hora y<br />

su hora se cumplirá”.<br />

Malaquías de Armagh (1094-1148) fue un arzobispo católico<br />

al que se le atribuyen los dos textos llamados Las profecías de<br />

San Malaquías que se dieron a conocer siglos después de su<br />

vida. Por eso, muchos dudan de su autenticidad. La profecía<br />

de los papas, el primer texto apareció en 1595 gracias al monje<br />

benedictino e historiador belga Arnoldo Wion. Allí copió el<br />

contenido de una profecía sobre los 112 pontífices que gobernarían<br />

la Iglesia Católica. Para José Luis Calvo, un historiador<br />

español, hasta Urbano VII pueden coincidir, pero después hay<br />

que hacer un esfuerzo. Los jesuitas hablaron de fraude también.<br />

El segundo texto, La profecía sobre Irlanda fue publicado<br />

por Don Mabillón en el siglo XVIII, monje benedictino e<br />

historiador francés, allí hace referencia a los sucesos futuros de<br />

Irlanda pero sólo acierta cuando establece que aparecerán los<br />

anglicanos en Inglaterra en 1536. Bernardo de Claraval, religioso<br />

y amigo de Malaquías, escribió que este gozaba del don<br />

de la profecía pero nunca mencionó estas dos profecías.<br />

Ateos o creyentes, las profecías pueden asustar, ser desestimadas<br />

o llevarnos a la reflexión. ¿Razón o superstición?<br />

65


ENTREVISTA IX<br />

Laura Catena<br />

De pura cepa<br />

POR Mónica Tracey<br />

MANEJA LA BODEGA FAMILIA, ADEMÁS DE LA PROPIA, ES MÉDICA, TIENE TRES HIJOS Y SU VIDA SE<br />

REPARTE ENTRE MENDOZA Y SAN FRANCISCO. ACABA DE PUBLICAR SU PRIMER LIBRO, VINO ARGENTINO<br />

Como el vino argentino, al que inevitablemente iría uniendo su<br />

destino, Laura Catena nació en Mendoza. Allí inició sus estudios,<br />

que luego continuaron en el Colegio Nacional de Buenos<br />

Aires y más tarde en el College Preparatory School de Berkeley,<br />

donde terminó el secundario. Después fueron Harvard para<br />

Biología y Stanford para Medicina. A los 45 años, Laura es directora<br />

general de la bodega Catena Zapata y maneja su propia<br />

bodega: Luca Wines. Tiene tres hijos con quienes vive entre<br />

San Francisco y Mendoza, junto a su marido estadounidense,<br />

Daniel McDermott. Especializada en Emergencias, ejerce<br />

en el centro médico de la Universidad de San Francisco. Sin<br />

abandonar ninguna de sus responsabilidades, la hija de Nicolás<br />

Catena publicó hace unos meses Vino argentino: An Insider’s<br />

Guide to the Wines and Wine Country of Argentina, el primer<br />

libro sobre el vino argentino de una editorial estadounidense<br />

–que tuvo luego su versión argentina, editado por Catapulta en<br />

español-inglés como Vino argentino/Argentine Wine–.<br />

–¿Qué la motivó a radicarse en Estados Unidos? Porque<br />

estudié allí y conocí a mi marido cuando éramos los dos residentes<br />

médicos. Ahora paso gran parte del año en Mendoza.<br />

–¿Cómo ocurrió que el vino fue ocupando lugar en su<br />

vida? Desde joven me gustaron los vinos –mi padre me llevaba<br />

como traductora en sus viajes a Francia y así pude probar los<br />

grandes vinos franceses antes de los 20–. Y luego, cuando mi<br />

padre me venía a visitar a los Estados Unidos, íbamos a degustaciones<br />

y probábamos vinos de todo el mundo como Vega<br />

Sicilia, Sassicaia, Grange, Opus One... Luego, en los años 90,<br />

empecé a ir seguido a Mendoza y a trabajar con nuestro equipo


de investigación de viñedos –había estudiado biología en Harvard<br />

y realicé investigaciones tanto allí como en Stanford–, así<br />

que los temas científicos me interesaban mucho, y lo del vino<br />

era fascinante porque estábamos descubriendo la base científica<br />

del terroir mendocino de altura. Pero lo que finalmente me impulsó<br />

fue cuando por primera vez fui al New York Wine Experience<br />

del Wine Spectator. Los stands de las bodegas francesas<br />

y californianas estaban llenos, pero al nuestro venía muy poca<br />

gente, la Argentina era desconocida. Allí me di cuenta de que<br />

mi padre y mi país necesitaban mi ayuda y esto me inspiró.<br />

–Médica de emergencias, bodeguera, autora de un libro<br />

que requirió investigación y bastante trabajo, y mamá.<br />

¿Se puede? ¿Cómo maneja sus prioridades? Tengo una<br />

forma bastante práctica de lidiar con el tema “multitasking”.<br />

Divido las cosas en categorías de acuerdo a la nota que me<br />

tengo que sacar, A, B, C, D y F. En que mis hijos estén bien y<br />

se sientan queridos, en mi trabajo de médica, en la calidad de<br />

nuestros vinos, la A no es negociable. En cocinar bien y tener la<br />

casa ordenada, con suerte me saco una C... pero siempre tomamos<br />

buen vino. No me animo a preguntarle a mi marido qué<br />

nota me saco como esposa porque no sería muy buena... pero<br />

sigue conmigo y me acepta como soy.<br />

–Son tres hermanos y los tres están en el negocio del<br />

vino (Ernesto Catena, presidente de Escorihuela Gascón<br />

y propietario de Ernesto Catena Vineyards, y Adrianna<br />

Catena, dueña de la bodega Aleanna junto al enólogo<br />

Alejandro Vigil). ¿Cómo es una reunión familiar, compiten<br />

con sus vinos? Nunca hablamos de negocios durante las<br />

reuniones familiares, el centro de las reuniones son los primos<br />

(nuestros hijos) que se desesperan por estar juntos.<br />

–Habla de su padre con mucha admiración, ¿qué es lo<br />

que más admira y qué es lo que más la conmueve de él?<br />

Lo que más admiro es que él nunca acepta la imperfección...<br />

nunca se da por vencido. Es una persona muy sutil que disfruta<br />

las pequeñas y bellas cosas en la vida.<br />

–¿Y su mamá? Ella también se fue sumando al mundo del<br />

vino e introdujo los vinos Catena en Estados Unidos. Y cuando<br />

alguien dudaba de la gran calidad de nuestros vinos, ella los<br />

desafiaba con una degustación a ciegas. Pero la vocación de<br />

mamá es hacia su compañía, Worknet, que provee servicios de<br />

informática a empresas importantes en todo el país.<br />

–¿En qué la marcó la medicina? Me ayuda a ver lo que es<br />

realmente importante en la vida. Hay que estar muy agradecido<br />

de tener buena salud e hijos felices y sanos.<br />

–¿Cómo médica recomienda seriamente el vino? El vino<br />

se debe tomar con moderación, uno o dos vasos por día, no<br />

más. Si alguien no puede tomar con moderación, debería dejar<br />

de tomar. Y jamás se debe conducir borracho.<br />

–En el libro cuenta la historia del vino en la Argentina.<br />

¿Hubo suspicacias de los otros bodegueros en el sentido<br />

que podía dar preponderancia a Catena Zapata por<br />

sobre otras bodegas? Todos los bodegueros y enólogos que<br />

entrevisté estuvieron contentos de participar. Me encantó conocer<br />

las historias personales de cada uno, que son realmente<br />

fascinantes. Me hubiera gustado incluir a más de mis colegas,<br />

pero la editorial no quería que el libro fuera demasiado largo.<br />

–¿Por qué Catena Zapata y, especialmente, Nicolás Catena<br />

Zapata, su padre, ocupan un lugar fundamental en<br />

esa historia del vino argentino? Mi padre fue el primero en<br />

tener la visión y creer que el vino argentino y el Malvece argentino<br />

podían competir en calidad con los mejores vinos del mundo.<br />

Esta visión fue revolucionaria y marcó su lugar en la historia<br />

del resurgimiento del vino argentino.<br />

–El libro está dedicado a su marido, ¿en qué forma él<br />

participa en este mundo tuyo? Mi marido es un gran compañero<br />

intelectual y emocional, y un excelente padre. Le debo<br />

mucho y me gustó la idea de agradecerle “en público”.<br />

–¿Hay lugar para el ocio en su vida? ¿Puede estar sin<br />

hacer nada? Me gusta mucho caminar, correr, nadar y andar<br />

en bicicleta. Hago caminatas con mis amigas. Me gusta ir a<br />

museos con mis hijos y viajar en familia. Con mi marido nos<br />

hemos hecho adictos a un par de series, y las vemos de noche<br />

hasta tarde, dos o tres episodios a la vez, como Destre, 24 y The<br />

Fillingo... un poco mórbidas, pero extrañamente relajantes. Y<br />

cuando viajo, no salgo de mi casa sin el Kindle Internacional<br />

que te permite bajar un libro en cualquier lugar del mundo<br />

–¿Se imagina regresando a Mendoza y estableciéndose<br />

definitivamente allí? Sí, perfectamente. Algún día lo haré.<br />

67<br />

En este libro cabe la historia del vino argentino, de los primeros viñedos, de las primeras<br />

cepas, de las distintas camadas de inmigrantes cada una con su estilo, con su técnica, y un<br />

recorrido por el paisaje, las zonas vinícolas, las bodegas, los productores, la gran revolución<br />

de las décadas del 80, 90 y 2000, y, por supuesto, el capítulo aparte del Malbec. Cocina,<br />

lugares, tradiciones. Todo en una bella edición que además es un homenaje de Laura Catena<br />

a la obra de su familia, especialmente de su padre Nicolás Catena.


VIDA GOURMET<br />

POR Mónica Tracey<br />

Todo para celebrar<br />

Sean las fiestas de fin de año, las de todo el año, cada momento en que se quiere celebrar, el champagne, espumoso, espumante,<br />

sparkling wine o cava, en sus nombres más conocidos, es la bebida que lleva la fiesta en las burbujas.<br />

Ha pasado tiempo desde que Dom Perignon luchara para evitar que las burbujas nacidas de un proceso de fermentación ajeno a su<br />

voluntad rompiera las botellas pero fue en ese siglo XVII y en la región francesa de Champagne donde se inicia el recorrido. La puesta<br />

en práctica de la legislación que obligó a dejar de utilizar el nombre de champagne a los espumosos que se producían fuera de esa<br />

región francesa coincidió con la revolución del vino en nuestro país y lejos de frenar la elaboración de esta deliciosa bebida incentivó<br />

la creatividad. El champagne, el verdadero, tiene algunas marcas de producción de las que no puede apartarse, como la utilización de<br />

tres tipos de uva: Pinot noir, Pinot meunier y Chardonnay. Tampoco puede apartarse del méthode champenoise: la espuma se produce<br />

dentro de la botella, durante la segunda fermentación.<br />

Los mejores obtenidos fuera de esa región del norte de Francia también siguen el méthode champenoise, muchos utilizan las tradicionales<br />

Pinot noir y Chardonnay, pero se están logrando excelentes espumosos con otras<br />

uvas. Lo cierto es que en nuestro país, la revolución del vino y la suelta de amarras de la denominación<br />

de origen nos han puesto en la ruta de unos brebajes mágicos con burbujas saliendo<br />

de una uva Malbec o una Bonarda, o tentando diversos ensamblajes.<br />

Sólo para mencionar algunos de los que marcan excelencia en esta marcha celebratoria:<br />

Trumpeter Rosé de Malbec Extra Brut, de Bodega La Rural, hecho sólo de Malbec, cosecha<br />

2010. De la misma bodega, el Rutini Brut Nature, de Pinot Noir y Chardonnay, al 50% y 50%,<br />

cosecha 2008. Baron B Brut Rosé 2007, Chardonnay, Pinot Noir y Malbec, para Moët Hennessy<br />

Argentina. El D. V. Catena Nature 2007 tiene 70% de Chardonnay y 30% de Pinot Noir,<br />

para la Bodega Catena Zapata. Alma 4 Bonarda 2007, de Familia Zuccardi, sólo con uva Bonarda.<br />

De los que vienen del sur mencionamos dos: De Bodega del Fin del Mundo, el Brut<br />

Nature Pinot Noir 2008, cien por ciento de Pinot Noir. De Familia Schroeder, el Rosa de los<br />

Vientos Pinot Noir Rosé Nature, también sólo a base de Pinot Noir, pero elaborado según el<br />

método Charmat.<br />

Navidad con duendes, druidas y pociones mágicas<br />

Muchos recordarán esa escena de la última película de John Huston, que en castellano se llamó “Desde ahora y para siempre” (adaptación<br />

de Dublineses, de James Joyce), en la que Angelica Huston lleva a la mesa una torta en llamas. Ese es el tradicional postre navideño<br />

que los irlandeses que emigraron hacia la Argentina a partir de mediados del siglo XIX trajeron entre sus más queridas costumbres<br />

y cuya receta guardaron como un tesoro familiar que se heredó de generación en generación. Ya en octubre o noviembre, madres,<br />

tías y abuelas dedicaban largas horas y energía a preparar el Plum pudding, un budín a base de diversas pasas y frutos secos que se<br />

guardará para servir en Nochebuena o en el almuerzo de Navidad con una suave salsa de vino tinto, o encendido con ron o coñac. Para<br />

quien se anime a adentrarse en ese mundo de gnomos, druidas y pociones mágicas, aquí va una de esas secretísimas recetas familiares.<br />

Plum pudding<br />

Huevos: 15<br />

Azúcar: 2 tazas<br />

Pan rallado: 2 y ½ tazas<br />

Sal fina: 1 cucharadita<br />

Polvo de hornear: 1 y ½ cucharadita<br />

Manteca deshecha: 150 g<br />

Nuez moscada: 1<br />

Oporto: 1 copita<br />

Jugo de limón: media copita<br />

Leche: 1 taza<br />

Harina: 1 taza<br />

Pasas de uva: 2 tazas<br />

Cáscara de limón o de naranja abrillantada<br />

cortadas muy finitas: 200 g<br />

Batir muy bien los huevos, agregar el pan rallado y el azúcar, además de la sal fina. Dejar reposar un<br />

rato. Luego se van agregando todos los otros ingredientes. Se mezcla todo bien. Engrasar o enmantecar<br />

un lienzo y cuando esté seco, enharinarlo. Con este trapo se envuelve la preparación anterior. El budín<br />

bien atado en se coloca en una olla con agua hirviendo. Se debe<br />

colocar algo enlozado o una madera entre el budín y la olla para<br />

que quede aislado del fondo. Se cocina durante más o menos<br />

ocho horas, agregando agua hirviendo para que esté todo el<br />

tiempo cubierto. Luego que se lo saca de la cacerola, se le quita<br />

el lienzo y se lo pone diez minutos en el horno.<br />

Nota: hay casi tantas recetas como familias en Irlanda. Hay<br />

quienes agregan higos secos, ciruelas secas, almendras… También<br />

se puede reemplazar el oporto por brandy. En cuanto a servirlo,<br />

se le coloca una copa de ron o brandy y se le prende fuego. La<br />

salsa que lo acompaña puede ser de cognac o de vino tinto,<br />

siempre tibia.


Cocina argentina: La polémica está en<br />

marcha<br />

Pietro Sorba, periodista, crítico enogastronómico y estudioso<br />

de historia y antropología culinaria nacido en Italia, es el autor<br />

de este libro fundante de un concepto que muchos aún ponen<br />

en duda. Pietro es terminante: “La Nueva Cocina Argentina es<br />

una realidad”, dice, y argumenta: “Después de muchos años<br />

de transformación en los cuales se asimilaron las diferentes<br />

expresiones culinarias regionales hoy en día la cocina del país<br />

se presenta de manera más sólida y uniforme utilizando una<br />

plataforma homogénea. Las nuevas generaciones de cocineros<br />

aplican criterios comunes en la técnica de elaboración, en la<br />

presentación de los platos y sobre todo en el uso de los ingredientes<br />

procedentes de diferentes territorios del país que hoy<br />

en día aumentaron en cantidad, tipicidad, calidad y presencia.<br />

Seguramente el trabajo para consolidar esta Nueva Cocina y<br />

hacerla crecer aun más será largo, pero es natural que así sea.<br />

Este libro es un documento contundente, que a través de las<br />

224 recetas y de los 31 cocineros que las realizan, demuestra<br />

que la Nueva Cocina Argentina existe”.<br />

–¿Qué le gusta fundamentalmente de la cocina argentina<br />

anterior a la nueva? La parte que me interesa muchísimo<br />

es la fusión que se realizó en las distintas etapas de formación.<br />

Primero fue el poblador local con el español. El español es el<br />

responsable de la adicción de los argentinos a la carne vacuna.<br />

De ese contacto nació la cocina criolla. Después vinieron los<br />

inmigrantes europeos. Y finalmente llegamos a la etapa actual.<br />

Un proceso maravilloso.<br />

–¿Qué elementos de esa cocina debería rescatar la nueva?<br />

La carne vacuna, los platos típicos del NOA, del NEA, del<br />

ámbito cuyano, del ámbito pampeano y de la Patagonia. Y no<br />

hay que olvidar las pastas de los italianos y los arroces de los<br />

españoles. Todo este tesoro llevado a una instancia moderna y<br />

actualizado con los productos típicos que hoy en día ofrece el<br />

mercado nos llevan directos a la Nueva Cocina Argentina.<br />

–¿Cuándo cree que fue el momento de iniciación que<br />

llevó a imaginar como posible esta cocina argentina?<br />

Cuando las nuevas generaciones de cocineros empezaron a<br />

capacitarse profesionalmente de manera adecuada, incorporando<br />

las últimas técnicas y tendencias y haciendo pasantías en los<br />

grandes restaurantes del mundo. Paralelamente surgieron en el<br />

país muchos productos típicos de alta calidad que permitieron a<br />

los cocineros la realización de platos contemporáneos con materia<br />

prima argentina. Todo esto llegó sobre las mesas de los restaurantes<br />

y ahí el público empezó a conocerlos. Es un proceso<br />

que se inicia tímidamente hace seis o siete años y que hoy está<br />

totalmente consolidado.<br />

–En América hay cocinas muy importantes como la mexicana<br />

y la peruana fundamentalmente. ¿Puede entrar en<br />

esas ligas la cocina argentina? La cocina argentina puede<br />

entrar en la liga de las grandes cocinas de la región, pero utilizando<br />

otro camino. Argentina no pudo contar<br />

históricamente con los poderosos modelos culturales existentes<br />

en México y Perú y por lo tanto le falta ese punto de partida,<br />

pero su historia más reciente, su modelo de fusión social y la<br />

diversidad climática, de territorio y de producto pueden ayudar<br />

a la cocina argentina a crecer hasta lograr niveles difíciles de<br />

imaginar. Si las cocinas de México y de Perú pueden considerarse<br />

cocina con una base histórica y cultural muy importante,<br />

la cocina argentina, además de su historia, tendrá que trabajar<br />

sobre la idea de transformarse en una cocina de producto en la<br />

cual la materia prima tendrá que ser protagonista.<br />

69


MUSEOS DEL MUNDO<br />

Un mundo<br />

MÁGICO<br />

POR Martín Garrido<br />

EL CENTRO DE ARTE DE HAITÍ REUNÍA UNA VASTA COLECCIÓN DE PINTORES LOCALES. LUEGO DE SU DESTRUCCIÓN<br />

POR UN TERREMOTO, SÓLO SE SALVARON ALGUNAS.<br />

Dewitt Clinton Peters (1908-1966), que había estudiado en<br />

París y peleado en la Segunda Guerra Mundial, llegó a Haití en<br />

1943 para enseñar inglés y comprender la sociedad local. Un<br />

año más tarde abrió un Centro de Arte para enseñar y exponer<br />

obras de una línea tradicional. Pero todo cambió cuando recibió<br />

una obra del religoso baptista Philomé Obin (1892-1986): La<br />

llegada del presidente Roosevelt a Cap-Haitien, hoy considerado<br />

el más grande de los pintores haitianos. Muchas de sus<br />

primeras pinturas sobre cartón han desaparecido pero luego sus<br />

escenas típicas son valoradas en especial en París donde hablaron<br />

de su arte “naif sofisticado”.<br />

En cambio otro de los grandes, Hector Hyppolite (1894-1948),<br />

pertenecía a los sacerdotes vudú. Fue zapatero antes de dedicarse<br />

a la pintura y usaba cartones y plumas de gallina porque<br />

no tenía bastidores ni pinceles. Trabajó en el Centro de Petters,<br />

y sus temas se consideran simbólicos de sus creencias. En esos<br />

años atrajo la atención del poeta francés André Bretón que visitó<br />

Haití y le compró varios cuadros. La onda expansiva fue tan<br />

grande que expuso en la Unesco y lo elogió Truman Capote.<br />

Wilson Bigaud (1931-2010) completa esta somera trilogía que<br />

tiene formidables continuadores. Vecino de Hyppolite quien lo<br />

estimuló a pintar, su obra maestra es Las Bodas de Cana en la<br />

Catedral y se lo considera el Rafael de Haití. En la colección<br />

permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York está<br />

su tela El Paraíso que ganó el Segundo Premio en la Exposición<br />

Internacional de Washington.<br />

Este panorama cambió dramáticamente el 12 de enero de 2010,<br />

cuando Puerto Príncipe sufrió el peor terremoto de su historia,<br />

en una tierra sacudida por temblores y todo tipo de penurias.<br />

En el sismo murieron casi 300 mil personas, muchas otras sufrieron<br />

heridas y más de un millón y medio quedaron sin hogar.<br />

Por supuesto también afectó al Centro de Arte y destruyó el<br />

Museo-Galería Nader que desde 1958 promovía lo mejor del<br />

arte haitiano. En colección tenía 15 mil de las más importantes<br />

obras y sólo se pudieron rescatar menos de 500 óleos. Sus<br />

artistas, primitivos y contemporáneos, han expuesto en los más<br />

prestigiosos museos del mundo.<br />

En esta columna no hablaremos entonces de un museo convencional<br />

porque todo está intentando ponerse de nuevo en<br />

pie. Recientemente el centro cultural del Banco Internacional<br />

de Desarrollo hizo una gran muestra Descubre Haití con la<br />

colaboración de Donna Karan que viajó después del terremoto<br />

trabajó con un grupo de artesanos. Asimismo se destaca la ayuda<br />

de celebridades, desde George Clooney y Sean Penn, hasta<br />

Sandra Bullock o Madonna.<br />

Lo mejor para entrar en el mundo mágico de esta sociedad, es<br />

un paseo virtual por Internet donde su arte tiene una galería<br />

virtual cuando no quedan paredes para mostrarlo en su tierra.<br />

INFORMACIÓN ÚTIL<br />

Centre d’Art<br />

58 Rue Roy - Puerto Príncipe, Haití<br />

http://www.iadb.org/idbamerica/index.cfm?thisid=2762<br />

http://www.artelatino.com/pintoreshaitianos/<br />

http://www.latinamericanart.com/es/artistas<br />

http://biblioteca.itam.mx/estudios/estudio/letras32/notas2/sec_1.html<br />

71


TURISMO<br />

Caribe NO PROBLEM<br />

POR Horacio de Dios<br />

LO AZOTAN HURACANES DESDE MAYO A NOVIEMBRE PERO SU MAR Y SUS PLAYAS SIGUEN MERECIENDO<br />

EL TÍTULO DE “PARAÍSO TERRENAL”<br />

72<br />

El rosario de islas del Caribe es un territorio equivalente a la<br />

superficie de Argentina o la mitad de Brasil, con una primavera<br />

constante, calurosa pero nunca fría, acompañada de lluvias<br />

tropicales que pasan de furiosas a mansas en minutos, paraíso<br />

donde el alimento cae de las palmeras o de las frutas que salpican<br />

de color la monotonía de un verde constante con humedad<br />

de spa natural para relajarse.<br />

No es un lugar para trabajar ni preocuparse. Es el escenario<br />

ideal para la idea central de este número dedicado al ocio. Porque<br />

el motto, el lema, es No Problem en todo el Caribe.<br />

El primer charter turístico fue el de Cristóbal Colón en 1492<br />

y hasta hoy tiene continuadores para el disfrute del sexo, fiaca,<br />

la comida, el baile después del atardecer cuando los vientos<br />

soplan mimosamente sobre la piel enrojecida por el sol para<br />

regresar con un tostado diferente.<br />

Los menús disponibles permiten elegir a gusto del consumidor<br />

que llega con ganas de no hacer nada y dejarlo todo librado a su<br />

tarjeta de crédito y sin dinero en los bolsillos porque contrató<br />

sus vacaciones con todos los gastos incluidos.<br />

En su geografía política, un tema que es noticia para los locales<br />

pero no suele preocupar a los turistas, las diferencias ideológicas<br />

van de izquierda a derecha aunque en la mayoría de los<br />

casos los gobernantes intentan no hacer olas para que no disminuya<br />

la corriente de visitantes. Hay trece estados soberanos y<br />

otros diecisiete que son coloniales o dependientes.<br />

Es un mundo aparte, con ciudades grandes como Santo Domingo,<br />

La Habana o San Juan de Puerto Rico y pequeñas con<br />

el encanto de Cayman o las costas de México, Colombia, Costa<br />

Rica o Venezuela.<br />

Si bien no las separan grandes distancias no siempre es simple<br />

elegir un destino como lo hacemos en tierra firme. Mi sistema<br />

preferido es tomar un crucero y, agua por medio, seguir un<br />

vuelo de pájaro para tener un panorama conjunto. Es como un<br />

city tour por las islas.<br />

Los huracanes son una pesadilla a la que están expuestos la mitad<br />

del año, desde mayo a noviembre, como se dio con el Sandy<br />

que golpeó recientemente en New Jersey. En alta mar, más que<br />

en tierra firme, el riesgo está más limitado por las notables mejoras<br />

en los pronósticos y en caso de peligro también se pueden<br />

eludir con sólo modificar los itinerarios de los navíos.<br />

A bordo la rutina es apacible. Se navega un día y al otro se tiene<br />

una variación del paisaje que no pierde la melodía dominante,<br />

el omnipresente reggae o los toques internacionales cuando<br />

notables festivales musicales desde el jazz a la música clásica, y<br />

en algunas oportunidades también es posible aprender tango.<br />

En este hotel flotante, la única preocupación es no tentarse y<br />

engordar porque se come a toda hora, desde el desayuno hasta<br />

la pizza de trasnoche, con horarios para los restaurantes y más<br />

elásticos para los buffets donde el peligro es tener los ojos más<br />

grandes que el estómago.


Después de una semana –la duración tradicional de los cruceros–<br />

y de haber tomado una decisión para una estada más amplia,<br />

es hora de tomar un avión y no siempre es sencillo porque,<br />

culturalmente, cada isla es un mundo aparte. Por ejemplo St.<br />

Maarten/Saint Martin, la posesión compartida francesa y holandesa,<br />

tienen varias frecuencias diarias desde Europa mientras<br />

que otras más pequeñas e igualmente seductoras como Saint<br />

Barth exigen un pequeño salto en avioneta de 30 minutos desde<br />

su vecina St. Martin desde donde se puede acceder en ferry, en<br />

20 minutos, a Anguila.<br />

La gastronomía es la compañera de mesa del turismo y en ese<br />

sentido, igual que todo lo que implique el Placer de Vivir, esta<br />

región es una privilegiada por la herencia de su ascendencia. Su<br />

cruce de culturas es un guiso donde diferentes grupos étnicos<br />

se mezclan pacíficamente creando un nuevo sabor. Por ejemplo<br />

la carne marinada sobre una base de especias fuertes no necesariamente<br />

picantes, el estilo llamado Jamaica Jerk Spice que<br />

preferentemente se cocina sobre el fuego al aire libre. El idioma<br />

inglés, de hecho una lengua franca globalizada, es moneda<br />

corriente aunque las islas no tengan colonización británica.<br />

Salvo el sándwich cubano que no necesita traducción y le dicen<br />

sólo “cubano”, una marca registrada aunque sea tan simple<br />

como un especial de jamón y queso suizo caliente con pickles y<br />

mostaza. Como llaman “moros y cristianos” a los frijoles negros<br />

con arroz blanco.<br />

La presencia española y europea determinó la fusión entre los<br />

productos de ambos mundos sumando las costumbres indígenas<br />

y los aportes de inmigrantes que vinieron con sus recetas desde<br />

África, India y China.<br />

La música es otro ejemplo de su prestigio expansivo y bastaría<br />

la vida y obra de Bob Marley (1945-1981) para confirmarlo.<br />

Y en este ejemplo hay que sumar la decisiva importancia de<br />

Christ Blackwell nacido en Londres de padre inglés y madre<br />

costarricense de ascendencia sefardí. En su adolescencia vivió<br />

en Jamaica donde casi pierde la vida al chocar su bote contra los<br />

arrecifes. Medio ahogado llegó a la playa y lo salvó un pescador<br />

rasta (seguidor de Haile Selassie) con remedios y alimentos<br />

tradicionales. Desde ese momento su aproximación al Rastafarianism<br />

lo llevó a promover la distribución de los discos de intérpretes<br />

locales que vendía cargándolos en el baúl de su auto.<br />

Poco después cuando participó como “che pibe” en la filmación<br />

de Dr. No, primera película de la serie de James Bond, le ofrecieron<br />

seguir en el cine pero un vidente le aconsejó que no<br />

dejara la música. Le hizo caso y en el 2009 fue considerado la<br />

figura más influyente en medio siglo de la industria discográfica<br />

británica. En su foja de méritos no bastó con haber adelantado<br />

de su bolsillo dinero para grabar con Marley sino que también<br />

promovió, entre otras estrellas de hoy, a U2 y Grace Jones.<br />

En literatura, Derek Walcott, un creador multifacético (poeta,<br />

escritor, dramaturgo, pintor) que nació, estudió en Jamaica,<br />

ganó el Nobel en 1992 y hoy sigue viviendo en Sta. Lucía. Es<br />

hijo de una caribeña negra y un pintor blanco inglés. También<br />

ganó el Premio en 2001 V. S. Naipul hijo de un inmigrante<br />

indio que se crió en una zona pobre de Trinidad, isla que forma<br />

parte de Trinidad-Tobago con carnavales legendarios y comparables<br />

en la asistencia de celebridades con los de Brasil. Ambos<br />

son considerados entre los mayores creadores en lengua inglesa<br />

y Walcott siempre destaca la incorporación del lenguaje y los<br />

dialectos de su ascendencia africana, y los europeos holandeses<br />

o ingleses. En el año 2009 el Nobel también le llegó a un caribeño,<br />

Gabriel García Márquez, que vive en Cartagena, sobre<br />

el mar Caribe.<br />

Escribir sobre la franja de mar y luz es ilustrar con imágenes las<br />

palabras. Desde la primera película de Sean Connery estrenada<br />

hace medio siglo, hubo otras tan importantes como aquella:<br />

las cubanas Fresas y Chocolate o Buena Vista Social Club, la<br />

serie multiplicada de Hollywood con Piratas en el Caribe o la<br />

creatividad del puertorriqueño Noel Quiñones por su obra y<br />

ejemplo porque quedó parapléjico a los 16 años y desarrolla<br />

una actividad filantrópica notable.<br />

El Caribe es una invitación al placer de recorrer sus paisajes.<br />

Como hace Mick Jagger que tiene su casa en la pequeña isla<br />

de Mosquito para descansar y prestársela para la luna de miel a<br />

amigos como Paul McCartney.<br />

Horacio de Dios<br />

TESTIMONIO PERSONAL<br />

JAMAICA a la<br />

SOMBRA de<br />

FLEMING<br />

Siete de la mañana, sumergido en las aguas tibias, al lado de la cascada de<br />

Ocho Ríos pensaba que al lado había vivido Ian Fleming. Hasta podía imaginar<br />

su desayuno con frutas antes de ponerse a escribir las aventuras de<br />

James Bond, el nombre de un ornitólogo que amaba los pájaros.<br />

Y entonces salí del agua y me fui antes que el calor apretara hasta el<br />

bungalow Goldeneye en Oracabessa para curiosear. En ese momento no<br />

se alquilaba, como ocurre ahora, pero impresionaba la modestia de la casa<br />

y el panorama del mar, con un sendero para llegar hasta la playa. En esa<br />

casita escribió todas sus novelas desde 1951 hasta que volvió a Londres<br />

para morir en 1964. Incluso poco tiempo antes visitó la filmación de Dr.<br />

No, la primera película de la serie que se rodó en Jamaica. Soy adicto a<br />

toda la colección, en especial las personificadas por Sean Connery, reúnen<br />

los mejores paisajes turísticos del mundo, y aunque pasó por todos me<br />

quedo clavado en ese rincón.<br />

Su vecino era Noel Coward y lo visitaba Blanche Blackwell, la madre de Christ<br />

Blackwell a quien retrató como Pussy Galore en Goldeneye. En la terraza de<br />

al lado vivió el pirata Henry Morgan y se conserva el túnel que llevaba a su<br />

mirador. Sabemos que era tan importante su trabajo en la Segunda Guerra<br />

que su jefe nunca quiso exponerlo al peligro de una misión real. Esas que<br />

no vivió aunque alimentaron las aventuras de un personaje fantástico, un<br />

maestro en el arte de vivir.<br />

73


COCINA<br />

Alimentando<br />

EL TIEMPO LIBRE<br />

POR Marina García<br />

LA COCINA Y EL OCIO TIENEN DOS ASPECTOS BIEN DIFERENTES, ESTÁN QUIENES CUANDO TIENEN UN RATO<br />

LIBRE SE ZAMBULLEN ENTRE OLLAS Y SARTENES, MIENTRAS QUE OTROS PREFIEREN RESOLVER LOS TRÁMITES<br />

CULINARIOS LO MÁS RÁPIDO POSIBLE Y ASÍ GANAR MÁS MINUTOS DE OCIO. PARA AMBOS PÚBLICOS ESTA NOTA<br />

CON SABOR A RECREO<br />

74<br />

En los tiempos que corren (y corren bastante rápido) ocuparse de la cocina<br />

ha pasado a ser un lujo, ya sea porque se disfruta mucho el momento y se<br />

guardan los grandes platos para hacer durante el fin de semana, o bien porque<br />

es tan poco el tiempo libre, que se termina solucionando la cena con latas,<br />

paquetes o delivery... al punto que un plato de comida casera es cada día más<br />

difícil de encontrar.<br />

El gran quiebre de hábitos culinarios hogareños lo dio por supuesto el rol de<br />

la mujer a nivel social, salir de casa para estudiar y/o trabajar implicó dedicar<br />

menos horas a la casa y la cocina. El modelo de mujer “Doña Petrona” (cocinar<br />

mucho, seguido, elaborado) hace rato que pasó a la historia y actualmente está<br />

más asociado a la capacidad de solucionar la alimentación familiar o personal<br />

con platos rápidos, livianos y sanos. La industria alimentaria y la tecnología<br />

ayudaron mucho a este cambio ofreciendo preparados, productos precocidos,<br />

vegetales procesados y demás “maravillas” para acelerar los tiempos de<br />

cocción, a lo que se suman electrodomésticos que pican, amasan, licuan, etc.<br />

Estos recursos quizás no sean ideales, pero al menos permiten brindar platos<br />

con un toque casero, evitando la dieta procesada que tarde o temprano “para<br />

la factura”. Guisos y sopas express, rellenos de tartas, salsas y licuados pueden<br />

ser buenas opciones para incluir vegetales y frutas en los platos de todos los<br />

días sin que eso implique internarse en la cocina. También se pueden realizar<br />

varias cosas a la vez y así –a veces en un solo día– solucionar platos para toda<br />

la semana. Incluso hay tortas y galletas rápidas que se mezclan en minutos y se<br />

cocinan mientras uno aprovecha para hacer otras tareas.<br />

Por otro lado, el placer de cocinar, con tiempo, sin apuro, quedó reservado al<br />

espacio de ocio y es para muchos una actividad casi terapéutica. Disfrutar ese<br />

momento en que el engrudo empieza a volverse masa, revolver la olla mientras<br />

el fuego amalgama los ingredientes, el acto sagrado de encender el fuego<br />

(¡y mantenerlo!), la magia de espumar un merengue, la adrenalina de hacer<br />

caramelo, la paciencia y el tesón necesario para pelar nueces, sentir cómo se<br />

aquieta la mente al pelar una pila de papas, perfumar la cocina con la ralladura<br />

de limón, deslizar un cuchillo afiladísimo para cortar en juliana, hurgar por la<br />

alacena en busca del tarrito que tenía cardamomo o descubrir la maravilla de la<br />

naturaleza al desgranar arvejas frescas, son instantes simplemente deliciosos.<br />

Quien ama la cocina sabe que hay tiempos irreemplazables y que las cosas no<br />

tienen el mismo gusto cuando salen de un paquete, por eso, cuando se toma<br />

una receta con varios pasos y se cuenta con las ganas y el rato para realizarlos<br />

a mano, ahí aparece la magia, esa que conecta con algo muy antiguo, muy<br />

tranquilo, muy nutritivo para el cuerpo y también para el alma, porque compromete<br />

al que cocina con lo que come, el alimento deja de ser ajeno, el plato<br />

se fusiona también con su energía, con su goce.<br />

Por último, compartir esos platos con familia, con amigos o quizás disfrutarlos<br />

en la dulce soledad, es el paso final de un camino que ya dio sus frutos y cuyo<br />

recuerdo nos acompañará cuando en la semana haya que ganar tiempo con<br />

hamburguesas o risotto de paquete... y así dedicarlo a otros gustos.<br />

PARA COMER EN QUINCE MINUTOS<br />

Jimena Monteverde<br />

Para quienes prefieran<br />

salir rápido de la cocina<br />

o quienes la amen, pero<br />

no cuenten con el tiempo<br />

suficiente, la simpática<br />

autora ofrece este librito<br />

que es casi un manual de<br />

rescate culinario. Aquí la<br />

magia apunta a sacar del<br />

horno un plato delicioso<br />

en menos de lo que lleva<br />

hacer un plato de arroz.<br />

TIERRA DE FUEGOS<br />

Francis Mallmann<br />

Un libro soñado<br />

para los amantes de<br />

la cocina de autor,<br />

recetas irreverentes,<br />

viajes, platos locales,<br />

historia y verdadera<br />

adoración por los<br />

alimentos. Mallmann<br />

es una experiencia<br />

en sí mismo, una<br />

oportunidad para<br />

reencontrarse con<br />

la poesía y la belleza<br />

de ser uno con sus<br />

propios fuegos.<br />

COCINA SIMPLE PARA LA VIDA MODERNA<br />

Choly Berreteaga<br />

La autora es, quizás, la<br />

heroína favorita de las<br />

mujeres modernas con<br />

cuyas recetas se han<br />

alimentado generaciones<br />

enteras. Prácticas, fáciles,<br />

útiles, sus consejos y<br />

recetas son imperdibles<br />

para principiantes y<br />

expertos porque mejoran<br />

los resultados optimizando<br />

tiempos y esfuerzo...<br />

¡además de ser riquísimas!

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