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Año 7 | Número 43<br />
DICIEMBRE 2012 | ENERO 2013<br />
CON SE JO EDI TO RIAL<br />
Adol fo de Vin cen zi<br />
Jorge González<br />
Luz Hen rí quez<br />
An to nio Dal to<br />
DIRECCIÓN<br />
Jorge González<br />
EDI CIÓN<br />
Car la Pan dol fo<br />
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN<br />
Raúl Bruno | Preciada Imagen, Inc.<br />
FOTOGRAFÍA<br />
Silvana Sergio<br />
CORRECCIÓN<br />
Esteban Bertola<br />
COLABORAN EN ESTE NÚME RO<br />
Pablo Bassi, Amneris Blasco, Antonela de Alva,<br />
Horacio de Dios, Eduardo Dubians, Marina García,<br />
Martín Garrido, Nancy Giampaolo,<br />
Antonia Gutiérrez, Silvia Hopenhayn, Nadia Koval,<br />
Roger Alan Koza, Christian Kupchik,<br />
Mauro López Oyanarte, Pablo Philp, Felipe Pigna,<br />
Gabriel Rolón, Lucila Rolón, Carlos Salatino,<br />
Maximiliano Tomas, Mónica Tracey,<br />
Beatriz Traverso, Sergio Varela y Patricio Vega.<br />
PU BLI CI DAD Y RE DAC CIÓN<br />
Tel.: 4943–8276<br />
Pa ta go nes 2463 c1282aca | Bue nos Ai res<br />
Correo: revistaquid@ilhsa.com<br />
Web: yenny-elateneo.com sección Quid<br />
REVISTA QUID<br />
Grupo Ilhsa s.a. es pro pie ta ria de Quid, publi ca ción de<br />
Yenny y El Ate neo. Que da pro hi bi da la repro duc ción del<br />
con te ni do de es ta publi ca ción, aun men cio nan do la<br />
fuen te.<br />
Los edi to res no son res pon sa bles por las opi nio nes<br />
ver ti das por los cola bo ra do res, entre vis ta dos, las no tas<br />
fir ma das y el con te ni do de los men sa jes publi ci ta rios.<br />
Re gis tro Na cio nal de la Pro pie dad In te lec tual Nº 506670.<br />
ISSN 1669738–3.<br />
Dis tri bu ción en loca les Yenny y El Ate neo de la Ci udad de<br />
Buenos Aires, GBA e inte rior del país.<br />
Nuestra cultura define al ocio como los espacios en blanco, el “tiempo libre”, muchas<br />
veces, estos “recreos” que se producen, están cuidadosamente ordenados y catalogados.<br />
La industria del entretenimiento y la del tiempo libre ofertan diferentes opciones<br />
para que compremos rápidamente, que dejemos atrás, ese espacio vacío.<br />
Theodor Adorno, señala en una de sus conferencias recogidas en Consignas: “Fenómenos<br />
específicos del tiempo libre como el turismo o el camping se ponen en marcha<br />
y se organizan con fines de lucro. Al mismo tiempo se marca a fuego en la conciencia<br />
e inconsciencia de los hombres la norma de que el tiempo libre y el trabajo son dos<br />
cosas distintas. Como según la moral del trabajo vigente, el tiempo libre tiene por<br />
función restaurar la fuerza del trabajo, precisamente porque se lo convierte en mero<br />
apéndice del trabajo es separado de este con minuciosidad puritana.” Y es que los<br />
espacios libres y sin consignar, como la falta de espacios de juego para los niños (algo<br />
que el periodista Carl Honoré denunció en su libro Bajo presión) nos enfrenta con el<br />
temor a no producir, a no estar haciendo algo útil.<br />
¿El motor que nos impulsa es el de las responsabilidades del trabajo? ¿Es suficiente<br />
para tener una vida plena? ¿Cómo nos sentimos frente a las horas vacías?<br />
En esta edición que aquí presentamos como “Anatomía del ocio” intentamos abrir<br />
más interrogantes y pensar con cuánto tiempo disponemos para, simplemente, hacer<br />
nada.<br />
Disfruten este nuevo número de Quid.<br />
Adolfo de Vincenzi<br />
Director General<br />
Grupo Ilhsa
MISCELÁNEAS<br />
Premio Letra Sur - Edición 2012<br />
“Sobre ser argentino de otra forma”<br />
La novela Soy lo que quieras llamarme, de Gabriel Dalla Torre fue distinguida<br />
con el Premio Letra Sur. Ese texto, una apasionante indagación sobre<br />
la identidad, relata en primera persona el pasaje de hombre a mujer de<br />
una persona transexual. Esa metamorfosis es al mismo tiempo el eje de<br />
la trama y un extraordinario elemento del discurso. “No tuve el objetivo<br />
determinado de contar una historia sobre personas trans, sí me interesaba<br />
mucho la posibilidad de transformarse en otro o en otra en este caso, de<br />
llevar una doble vida, de haber sido dos, de tener dos nombres o tres o<br />
tantos que ninguno. Creo que una novela tiene que contar un universo y<br />
eso lo era: había un idioma propio,<br />
una épica, tradiciones, aún no<br />
habían sido cooptadas por el poder<br />
o la academia, no eran interpretadas<br />
por nadie y lo mejor era que no<br />
lo necesitaban. Y el hecho de que<br />
esa transmutación de identidad<br />
estuviera prohibida por ley no fue<br />
un elemento menor. Creo que las<br />
prácticas que se derivan de ese<br />
estado fuera de la ley son muy<br />
reveladoras”, comentó el autor a<br />
Quid. Sobre el por qué de la elección<br />
de la temática, destacó: “Siempre me interesó mucho la relación que cada<br />
uno establece con su cuerpo y los demás (incluido el espejo); la forma de la<br />
cara y los rasgos y cómo eso determina la existencia. Lo esencial no es para<br />
nada invisible a los ojos”. Finalmente, destacó: “Supongo que hay un auge<br />
en Buenos Aires del arte trans, donde yo vivo ahora no se percibe tan así,<br />
aún quedan muchas estructuras tambaleantes del antiguo régimen. Creo<br />
que Soy lo que quieras llamarme trasciende un poco lo trans en ese sentido,<br />
habla sobre las ciudades no-porteñas y sus sistemas de control y su<br />
relación con el exterior, sobre el cuerpo de Goliat, sobre las tensiones entre<br />
civilización y barbarie, sobre ser argentino de otra forma”.<br />
Taller de lectura de Silvia Hopenhayn<br />
Temporada verano<br />
Tres relatos entrelazados: Funes, el memorioso, de Jorge Luis Borges; Autobiografía<br />
de Irene, de Silvina Ocampo y En memoria de Paulina, de Adolfo<br />
Bioy Casares.<br />
Único grupo. Informes: silviahop@sion.com<br />
Homenaje<br />
Se publicó María Elena Walsh. En la casa de<br />
Doña Disparate y acompaña la exposición<br />
que se organizó en Villa Ocampo durante<br />
septiembre de este año. Ernesto Montequin<br />
(director de la biblioteca y archivo de la Villa)<br />
y la fotógrafa Sara Facio (Fundación Sur)<br />
fueron los encargados de reunir y compilar<br />
la exhibición. Esta edición es el reflejo de ese<br />
trabajo que incluye la comunicación epistolar<br />
que mantuvieron Walsh y Ocampo más<br />
poemas y artículos publicados en Sur.
LA RECOMENDACIÓN DEL LIBRERO<br />
Quizás se puedan observar varios aspectos sobre el tema central de<br />
este número de QUID a partir de la lectura de Ocio, la novela autobiográfica<br />
de Fabián Casas.<br />
Propongo empezar por la pregunta: ¿en qué sentidos sería válido<br />
asociar al ocio con Ocio? Encontramos al autor, a sus veinte años,<br />
retratado en una instantánea: su madre muerta, su padre derrotado,<br />
su hermano indiferente. La figura activa y alegre que fue su<br />
madre no les legó cosa alguna, algo de su vitalidad, y ahora los<br />
tres hombres no la encuentran por ningún lado. Perdidos en una<br />
casa demasiado grande, incapaces de comunicarse, llevan viviendo<br />
inertes desde hace tiempo. Cito: “Una familia necesita siempre de<br />
un motor; porque si no es evidente la parálisis que se forma cuando<br />
varias personas se amontonan por mandatos biológicos”. Como<br />
primera observación, el ocio aparece asociado a un estado de la<br />
voluntad del joven escritor: dejándose llevar por los días, improductivo,<br />
reunido con un grupo gregario de amigos idénticamente<br />
abandonados, consumiendo música, libros y drogas.<br />
Como segunda observación, Casas sugiere que el ocio también es el<br />
espacio en el que se encuentra con sus lectores. Andrés, el personaje<br />
central, confiesa abiertamente esta idea mientras hace tiempo en<br />
un café: “Me quedé callado y me puse a pensar. Cuando me quedo<br />
callado, automáticamente me pongo a pensar. Es increíble. Y a veces<br />
también recuerdo lo que pienso. Inventar no invento. Recuerdo<br />
cosas, historias. Por lo general recuerdo algo y lo modifico”. El tiempo<br />
del ocio es en el que se originan las anécdotas y recuerdos, los<br />
que Casas eleva con su estilo hasta casi definirlos como un género<br />
literario aparte. Toda la novela está construida de ellos, relatados<br />
a partir de la oralidad, usando mucho ingenio y buen sentido del<br />
humor.<br />
Pero la oralidad no sólo se hace presente en el estilo de la narración.<br />
Por momentos llega a ser aún más explícita (el protagonista<br />
tiene un sentido del oído agudo) por ejemplo, cuando describe a<br />
un amigo en una ocasión en la que ambos se encuentran bajo los<br />
efectos de la marihuana: “Roli empezó a hablar cosas extrañas,<br />
gesticulando y pronunciando a cada rato la palabra ‘joya’ para<br />
decir que algo era bueno”. También se observa esta singularidad en<br />
la obsesión por nombrar los discos que escucha en sus momentos<br />
de letargo.<br />
Hay otro elemento del estilo a destacar: la poesía. Esta es la novela<br />
de un gran poeta que le imprime potencia a las imágenes a través<br />
de la sensibilidad en las palabras: “Mi viejo, mi hermano y yo, vivimos,<br />
cada uno, en zonas diferentes; la distancia que nos separa es<br />
la misma que separa a los planetas.”<br />
La última razón por la que recomiendo leer esta novela es porque<br />
se trata de una novela iniciática. Louis Ferdinand Céline, Ezra Pound,<br />
Led Zeppelin y Frank Zappa, entre otros parecen haber templado el<br />
carácter del escritor e inspirado sus primeros textos. Queda en el<br />
lector redefinir el ocio a partir de sus páginas.<br />
7<br />
Mauro López Oyanarte
NOTA DE TAPA<br />
Esa dura ocupación llamada<br />
OCIO<br />
POR Christian Kupchik*<br />
8 A comienzos de los años 80 del siglo pasado, cuando Suecia<br />
había consolidado sus objetivos como Estado de bienestar, se<br />
impuso un modelo que pareció haber resuelto las expectativas<br />
de toda sociedad. El país contaba con un superávit que permitía<br />
resolver las necesidades básicas de sus habitantes, es decir, que<br />
todos podían gozar de educación y salud de primer nivel absolutamente<br />
gratuita, reducir el horario laboral a seis horas diarias<br />
(y en algunos casos, cuatro), garantizar a cada niño que nacía en<br />
el territorio un subsidio hasta su mayoría de edad, entre otros<br />
muchos beneficios. Incluso, se permitía atender las necesidades<br />
de otros habitantes menos favorecidos en el Tercer Mundo –era<br />
frecuente por entonces la ayuda no sólo material sino también<br />
humana a países como Nicaragua o Mozambique, por citar sólo<br />
un par de ejemplos.<br />
No obstante, un problema inesperado sorprendió a los responsables<br />
del reino nórdico: mientras el pueblo ganaba en confort<br />
y tiempo, a la vez no sabía cómo utilizarlos. Quizá debido a las<br />
duras condiciones climáticas, unidas al carácter nacional y muy<br />
particularmente al desconcierto que producía la administración<br />
del tiempo libre, aumentaron los síntomas sociales que marcaban<br />
la masividad de una crisis existencial a nivel individual:<br />
casos de depresión aguda, debilitamiento de los lazos vinculares<br />
profundos, escaso compromiso en proyectos colectivos, y estos<br />
signos, a su vez, derivaban en un preocupante crecimiento en la<br />
tasa de suicidios, ya sea en sus intentos o su materialización. (Es<br />
de destacar asimismo que los suicidios son ejecutados, seguidos<br />
y estudiados en sus causas y efectos como un fenómeno de los<br />
países desarrollados: nadie sabe cuál es el índice en Honduras,<br />
Malawi o Bangladesh).<br />
El diagnóstico al que se llegó marcó un dato revelador: había<br />
que saber capitalizar el ocio que proponía el nuevo tiempo.<br />
Para ello se invirtió no sólo en campos como el deporte, los viajes<br />
u otras actividades que le permitiese a la población distraer<br />
su tedio y vacío. Se instrumentaron también llamados “grupos<br />
de estudio”, por los cuales hombres y mujeres debían reunirse<br />
con un objetivo común: reivindicar la mala reputación del ajo<br />
(se organizaban comidas y bailes que tenían como epicentro a<br />
la hortaliza), interiorizarse en los secretos de la tauromaquia
o profundizar conocimientos de esperanto o swahili –se da fe<br />
de la existencia real de estos cursos. Obviamente, el Estado financiaba<br />
y aseguraba la materialización de los mismos. A fin de<br />
cuentas, todo recurso era válido para atacar uno de los mayores<br />
problemas contemporáneos: el ocio. Y lo paradójico del ocio es<br />
que representa a la vez un objeto de deseo y de irresolución.<br />
No es nuevo. En el mundo griego surge como un ideal la scholé,<br />
un estado de paz que coloca al espíritu en disposición para contemplar<br />
los valores supremos: la verdad, la bondad y la belleza.<br />
La scholé no era un simple no hacer nada, sino su antítesis: el<br />
estado de paz y de contemplación creadora en que se sumía el<br />
espíritu. Tal disposición exigía disponer de un tiempo para sí;<br />
es decir, principalmente la no sujeción al trabajo. Diferentes<br />
filósofos alabaron y exaltaron las virtudes del ocio como valor<br />
supremo, pero fue sin duda Aristóteles quien mejor enfatizó<br />
el carácter del ocio como actividad que tiene una finalidad en sí<br />
misma. Para Aristóteles el ocio es “estar libre de la necesidad de<br />
estar ocupado”, es decir, no es disponer de tiempo no ocupado,<br />
sino exactamente no tener la necesidad de estar ocupado. En<br />
su Ética, Aristóteles consideraba como el más elevado de todos<br />
los quehaceres a la actividad contemplativa de la razón. En ello<br />
se reflejaba la separación típica de la Grecia esclavista entre<br />
el trabajo físico de los esclavos y el ocio intelectual, privilegio<br />
de los hombres libres. El trabajo y el ocio se excluían el uno al<br />
otro, formaban parte de dos órdenes que no guardaban relación<br />
entre sí. Esto a pesar de que, a fin de cuentas, era el trabajo de<br />
unos lo que permitía el ocio de los demás. Con respecto al ocio<br />
popular, los griegos no estimaron valioso el tiempo de reposo<br />
y de juego. En sus alusiones al tiempo libre popular, en cierto<br />
modo común a todos los hombres, Platón se refiere a las fiestas<br />
como intervalos de descanso instituidos por los dioses al compadecerse<br />
de los hombres, sometidos por naturaleza al sufrimiento,<br />
la fatiga y las preocupaciones. Aristóteles, a su vez, también<br />
reitera su desdén hacia la diversión y considera a los juegos y<br />
espectáculos como necesarios para que artesanos y groseros<br />
mercenarios descansen en sus fatigas.<br />
En Roma aparece una clara diferenciación entre el ocio de las<br />
elites y el ocio popular. Frente al antecedente griego, el Otium<br />
9
10<br />
de la sociedad romana presenta unas connotaciones nuevas que<br />
responden a un contexto económico y político diferente. Roma<br />
introduce, por primera vez, el ocio de masas. Desde los ludí y<br />
los munera hasta los mimos y las comedias organizados por el<br />
Estado en los días de fiesta –que ocupaban casi la mitad del calendario–,<br />
el ocio popular masivo y anónimo, es despreciado por<br />
las elites que lo alimentan y utilizan. De allí surge la conocida<br />
fórmula panis et circensee manipulada como instrumento de<br />
dominación por las clases dominantes (cónsules y emperadores).<br />
El ocio vivido por la plebe contrapuesto al ocio de los filósofos<br />
constituye un medio eficaz para despolitizar al pueblo, un pueblo<br />
que es reducido en gran parte a la condición de espectador.<br />
Se presenta por lo tanto en la sociedad romana una institucionalización<br />
estratificada del fenómeno.<br />
Es a partir de la mentalidad grecorromana cuando se inicia<br />
la interpretación, de una manera concreta, del tiempo libre<br />
y de las actividades que se realizan dentro de él. Los griegos<br />
introducen una concepción de educación para la clase dirigente<br />
estrechamente ligada a actividades del tiempo libre; etimológicamente<br />
la scholé es el medio en el cual se realiza este tipo<br />
de educación, por oposición a la ascholé que designa todas las<br />
actividades relativas al trabajo. En la mentalidad romana el<br />
otium designa una actividad propia de la nobleza (que implica<br />
descanso, reposo, pero también retiro, soledad, incluso calma)<br />
por oposición al negotium (literalmente, nec otium, lo que<br />
equivale a no ocio) que se refiere a las actividades productivas<br />
realizadas por los estratos inferiores de la población. El desprecio<br />
por el trabajo, en consecuencia, es una condición para ser<br />
noble. “Feliz aquel que está apartado de los negocios”, dice un<br />
verso de Horacio.<br />
De vuelta a la paradoja. El ocio configuró un territorio disputado<br />
entre el paraíso posible y el limbo de todos los males. Dos<br />
valoraciones, dos connotaciones de un mismo término. “El ocio<br />
es la madre de todos los vicios” afirma un refrán popular, en<br />
tanto ciertos utopistas alientan la posibilidad de encaminarnos<br />
Hacia una civilización del Ocio, título de un famoso libro del<br />
sociólogo francés Joffre Dumazedier, donde hace ya cuarenta<br />
años profetizaba una sociedad que borre las penurias alienantes<br />
del trabajo.<br />
Con el nacimiento del trabajo asalariado en la Revolución<br />
Industrial, fue desapareciendo el autoconsumo tradicional.<br />
La energía eléctrica y el maquinismo permitieron una mayor<br />
productividad, que se organizó mediante la división del trabajo.<br />
La Revolución Industrial convirtió al trabajo en un valor social<br />
dominante. Tanto Karl Marx como Emile Durkheim y Max<br />
Weber acusaron al ocio pasivo de ser un mal social. El ocio<br />
se entendió peyorativamente, y sólo adquirió valores positivos<br />
cuando la vagancia dio paso al recreo organizado como una<br />
reposición necesaria para el trabajo. Thorstein Veblen fue el<br />
precursor crítico sobre las actividades de ocio de las clases altas,<br />
generando conceptos como el “consumo vicario” o subrayando<br />
la imitación simbólica de la burguesía respecto a la nobleza a<br />
finales del XIX.<br />
Pasada ya una década del siglo XXI, tanto por la importancia de<br />
las industrias del ocio (pensemos solo en la importancia económica<br />
de uno solo de sus ámbitos, como puede ser el turismo)<br />
como por la valoración individual y social del mismo, e incluso<br />
por el reconocimiento de su potencial como factor de crecimiento<br />
y desarrollo, podríamos pensar que estamos muy cerca<br />
de ser esa civilización del ocio a la que se refería Dumazedier.<br />
Según Bourdieu, las diversas formas en que los individuos<br />
organizan sus vidas personales, representan una forma social<br />
diferenciadora que moldea la sociedad de manera más relevante<br />
que la estructura de clases. Por tanto, la estructura de una sociedad<br />
queda conformada por los estilos de vida que en ella se<br />
pueden identificar y por la presencia de los segmentos sociales<br />
que se organizan alrededor de cada estilo de vida. Cada estilo<br />
expresa sus preferencias sociales que se revelan, entre otros<br />
medios, a través de la moda y prácticas de ocio.<br />
El descubrimiento de estilos de vida indicaría que, unido al<br />
proceso general de revalorización y de nueva jerarquización del<br />
tiempo de ocio (habiéndose transformado en el tiempo central<br />
de nuestra sociedad), se quiebra la uniformidad cultural dando<br />
lugar a estilos de vida ociosa autónomos por medio de los cuales<br />
el individuo puede reafirmar su autodeterminación personal y<br />
grupal en el marco del ocio como tiempo central. Esta nueva<br />
sociedad del ocio está marcando y fomentando un estilo de vida<br />
y una ciudadanía del tiempo libre en las sociedades modernas.<br />
Pero quizá deberíamos pensar si estamos más cerca de una<br />
sociedad del espectáculo, del consumo y la homogenización<br />
que del verdadero ocio. ¿Dónde queda el individuo en estas<br />
propuestas masivas? ¿Cómo reaccionamos ante el consumo?<br />
¿Dónde están las posibilidades de desarrollo y crecimiento<br />
que ofrece el ocio? ¿Es posible convertir todo en espectáculo,<br />
consumo y sociedad única?<br />
En consecuencia, parece necesario no sólo hablar o reflexionar<br />
acerca de si estamos en una civilización del ocio, sino de<br />
qué ocio estamos hablando. Se trata de conocer cuáles son sus<br />
características y elementos necesarios para que pueda convertirse<br />
en instancias de desarrollo y crecimiento tanto social como<br />
personal. Más allá de si estamos en una civilización del ocio o<br />
vamos hacia ella, resulta indispensable detenerse a reflexionar<br />
hacia qué tipo de ocio, y por extensión de civilización del ocio,<br />
nos estamos encaminando. Y sobre todo hacia cuál es la que<br />
queremos dirigirnos.<br />
*<br />
ESCRITOR, TRADUCTOR y PERIODISTA, ha publicado varios libros de poesía<br />
y editó la colección Planeta Nómade sobre literatura de viajes. Aparecieron<br />
los títulos El camino de las damas, La ruta argentina, En busca de Cathay<br />
y Las huellas del río, todos en Editorial Planeta. También la antología<br />
En la vía - Relatos desde un tren y Relatos de París.
TEMA DE TAPA I<br />
t r i v i a<br />
LO QUE QUEDA<br />
del día<br />
(1)<br />
2)<br />
3)<br />
4)<br />
¿Qué es el ocio para usted?<br />
¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?<br />
¿Le da un espacio al ocio en su vida cotidiana?<br />
¿Si tuviera un tiempo disponible para hacer lo que quisiera,<br />
qué haría ahora mismo?<br />
)
Teresa Constantini<br />
Directora, productora y actriz. Actualmente, dirige y actúa en la obra de teatro Hembras que<br />
reúne la historia de siete mujeres que hicieron historia en la Argentina con la pluma de Patricia<br />
Suárez, Araceli Bellota, Inés Fernández Moreno, María Rosa Lojo y Josefina Ludmer,<br />
y un elenco increíble.<br />
1- El ocio para mí es un tiempo creativo. Lo necesito entre proyecto y proyecto para inspirarme,<br />
para reflexionar, para dejarme ser...<br />
2- Me encanta viajar, trasladarme y, también, quedarme en casa. Ver cine, leer, cocinar, caminar,<br />
nadar, escribir y disfrutar de mis hijos, nietos y amigos.<br />
3- Le doy un gran espacio al ocio en mi vida. Cada vez más porque los años me han traído más<br />
libertad y mejor manejo de mis tiempos.<br />
4- Lo estoy por hacer. Me iré a Uruguay a pasar unos días junto al mar y seguir escribiendo el<br />
guión sobre Tita Merello.<br />
Guillermo Martínez<br />
Le gusta que lo llamen escritor a secas. Esa, dice, es su máxima aspiración. Es escritor y Doctor<br />
en Ciencias Matemáticas. Su novela Crímenes imperceptibles fue llevada al cine por Alex de la<br />
Iglesia. Y, el año que viene será publicado Los reinos de la posición horizontal.<br />
1- No soy muy especialista en ocio. Me pone ansioso. Con ocio pienso en pileta de natación, en<br />
un día agradable, en un momento al atardecer de relax. Me pone nervioso no hacer nada. Pienso<br />
también que tanto en la literatura como en la matemática, a veces, es necesario separarse<br />
para resolver algo puntual. Tal como hacía Sherlock Holmes cuando dormía.<br />
2- Salgo con mi mujer, juego al tenis, camino, voy al cine, me reúno con mis amigos.<br />
3- Un par de veces a la semana. Para mí, lo que sobra es el ocio. Es un momento a la tarde antes<br />
de cenar.<br />
4- Muy similar a lo que contesté antes. Escribir por la mañana, leer a la tarde, dar un curso breve,<br />
escribir una nota y dedicarme a la familia. Es decir, no sentir el yugo del trabajo que es la<br />
imposibilidad de no poder hacer lo que uno desea.<br />
Georgina Barbarrosa<br />
Es una magnífica actriz argentina que ama lo que hace y le sale maravilloso detrás de la cámaras<br />
de televisión como actriz o conductora o sobre el escenario de un teatro. Actualmente, está actuando<br />
en la tira Dulce amor.<br />
1- El ocio ideal sería en mi casa de Córdoba, con la huerta orgánica, leyendo. Ahí tampoco hago<br />
ocio, no existe porque me la paso sacando yuyos y arreglando los 120 frutales que tenemos pero<br />
lo disfruto mucho. Quiero poder cocinar muchas mermeladas cuando sea viejita.<br />
2- Me gusta leer o me dedico a mi casa. También a viajar. Voy a mi casa de Córdoba y me desconecto<br />
del mundo.<br />
3- Cuando puedo. Mi profesión no tiene horarios ni límites. Lo hago muy poco porque no<br />
puedo armar una rutina. Cuando hay trabajo, tenes que trabajar y a tiempo completo. Es una<br />
profesión incierta. Cuando era más chica, me encantaba esta vida de incertidumbres pero hoy,<br />
ya con el paso de los años, me gustaría poder organizarme.<br />
4- Me iría a Córdoba, a mi casa que es mi lugar en el mundo.<br />
trivia
trivia<br />
Santiago Rocangliolo<br />
Es un escritor, dramaturgo, guionista, traductor y periodista peruano. En 2006 ganó el Premio<br />
Alfaguara con su novela Abril Rojo. Acaba de publicar El amante uruguayo (Alcalá).<br />
1- Es pasar tiempo con mis hijos. Soy muy familiar. Y si ellos me dejan tiempo, para leer.<br />
2- Todo mi tiempo es libre.<br />
3- Ser escritor tiene muchas dificultades pero, una gran ventaja: tu trabajo es tu ocio. Y es leer,<br />
escribir, investigar.<br />
4- Hoy, haría una gira para presentar El amante uruguayo en donde quería presentarlo: Uruguay.<br />
Soy muy feliz, ahora mismo.<br />
Ana María Picchio<br />
Es una increíble actriz de argentina tanto de cine como de televisión y teatro. En 2013 protagonizará<br />
la tira de Polka, Solamente vos.<br />
1- El ocio es lo mejor que me puede pasar porque es cuando no tengo responsabilidades. Es un<br />
placer.<br />
2- Paseo con mis nietos, voy a la peluquería, camino, cocino y hago ejercicio.<br />
3- Lo hago siempre que tengo tiempo libre. Cuando estoy con mucho trabajo, me olvido. El<br />
ocio me suele caer del cielo.<br />
4- Nadaría. Me iría 15 días al mar y sólo haría eso.<br />
Federico Andahazi<br />
Nació en 1963 y es escritor. Se hizo famoso con su novela El anatomista y acaba de publicar El<br />
libro de los placeres prohibidos.<br />
1- Para los escritores y lo lectores, la literatura es la sublimación del ocio. La tradición judeocristiana<br />
condena el ocio y, paradójicamente, presenta al trabajo como un castigo: “ganarás el<br />
pan con el sudor de tu frente”. Lo mismo sucede con aquel mandato divino que condena el<br />
placer sexual femenino: “Parirás con dolor”. El ocio y el sexo resultan, así, fuertemente condenados:<br />
“El ocio es la madre de todos los vicios”. A menos que consideremos a la literatura como<br />
un vicio (idea que no descarto), los libros son, en efecto, hijos del más sagrado de los ocios.<br />
Jamás consideré la escritura como un trabajo en el sentido religioso; al contrario, no sólo no<br />
escribo con el sudor de mi frente, sino que escribir me produce un inmenso placer; el mismo<br />
gozo que me provoca leer.<br />
2- Trabajar. En mi tiempo libre hago lo que menos me gusta: arreglar las cosas de la casa, ocuparme<br />
de las cuestiones burocráticas, de la tareas domésticas. Dejo de trabajar cuando comienzo<br />
a escribir.<br />
3- Dado que, afortunadamente, vivo de la escritura, la mayor parte de mi existencia la dedico al<br />
ocio, es decir, a escribir novelas, cuentos y ensayos.<br />
4- A riesgo de resultar redundante, insisto: escribir, escribir, escribir.<br />
PRODUCCIÓN: Antonela de Alva
EL SEÑALADOR<br />
Cuando cualquier momento<br />
ES EL MEJOR<br />
POR Maximiliano Tomas *<br />
16<br />
El ocio es el lujo de los ricos y la condena de los<br />
desesperados: al menos en el mundo en el que la<br />
mayoría de nosotros vive, que no es otro que el<br />
occidental y capitalista. Porque convengamos en<br />
que nadie puede llamar verdaderamente “ocio” a<br />
ese invento del siglo XX (o a esa conquista de los<br />
trabajadores del XIX) que conocemos como “vacaciones”,<br />
y que suele tener la forma de quince<br />
o veinte días de licencia anuales. Eso, en el<br />
mejor de los casos, alcanza apenas para olvidar<br />
la rutina de los días: el trabajo, la casa, los hijos,<br />
las cuentas pendientes. El ocio, bien entendido,<br />
es otra cosa: es no hacer nada y disfrutar de ese<br />
no hacer nada, es improvisar un plan sobre la<br />
marcha, es sustraerse de la tiranía del tiempo y<br />
de las obligaciones. Hay, entonces, un ocio pleno<br />
y despreocupado (el de los que tienen las condiciones<br />
materiales de supervivencia aseguradas<br />
para siempre) y un ocio forzoso (el de los que<br />
no las tienen). Con el primero sólo nos es dado<br />
soñar: el golpe de suerte (ganar la lotería, ser<br />
los descubridores de un invento genial, heredar<br />
una fortuna: diversas formas de la imaginación<br />
que han disparado grandes historias literarias).<br />
El segundo nos acecha, sobre todo si uno es<br />
argentino: no hay más que recordar las diversas<br />
crisis económicas de nuestra historia. Ahora que<br />
lo pienso, poco importa la nacionalidad: ¿quién<br />
puede olvidar acaso el grito primal de la canción<br />
número nueve del único disco de estudio<br />
de los Sex Pistols, con el que la música punk<br />
se expandió al mundo (el punk como el género<br />
musical de una sociedad, la inglesa en los años<br />
70, ociosa a fuerza de desempleo masivo), y que<br />
se llamaba, precisamente, “Pretty vacant” (“Bastante<br />
desocupados”)?<br />
Ni qué decirlo, la literatura está llena de personajes<br />
ociosos. Holden Caulfield, el pequeño<br />
héroe de El cazador oculto, la célebre novela<br />
de J. D. Salinger, que se escapa del colegio<br />
primario y vaga tres días por Nueva York solo,<br />
perdido, encandilado por las luces de nuevas<br />
aventuras: un viaje de iniciación repleto de<br />
preguntas disparadas por el tiempo libre y la<br />
curiosidad (“¿Dónde van los patos del Central<br />
Park en invierno?”). O el personaje principal de<br />
la breve novela de Fabián Casas, llamada precisamente<br />
Ocio, que pasa el día tirado en la cama,<br />
escuchando música, leyendo y recordando a su<br />
madre muerta, buscando qué hacer con su vida<br />
en un momento por definición crítico como es<br />
la adolescencia. O la disparatada amistad de la<br />
que tal vez sea la pareja adulta más ociosa de la<br />
literatura, imaginada por Gustave Flaubert: Bouvard<br />
y Pécuchet, que gastan su tiempo y su cada<br />
vez más pequeña fortuna pretendiendo aprender<br />
y especializarse en diversas artes y oficios,<br />
experimentos que acaban siempre en el mayor<br />
de los desastres.<br />
Con respecto a la lectura, pensarla solo como<br />
una manera provechosa de tramitar nuestro<br />
tiempo ocioso es un error muy difundido (y de<br />
ahí las listas de libros “para leer en vacaciones” o<br />
“para leer en la playa”, que suelen multiplicarse<br />
cada fin de año). Entenderlo de esa manera es<br />
quitarle al acto de leer (una decisión que no<br />
debería implicar más que placer) toda su potencialidad,<br />
y reducirlo a una actividad marginal,<br />
para el tiempo libre. Casi como mirar televisión.<br />
Los verdaderos lectores saben que cualquier<br />
momento es el mejor momento para leer y lo<br />
que hacen es precisamente ver cómo pueden robarle<br />
tiempo a las demás actividades (el trabajo,<br />
la comida, los viajes, las esperas) para seguir con<br />
ese cuento, esa novela, ese ensayo.<br />
Dijimos más arriba: el ocio es de los ricos o de<br />
los desesperados. Y el resto (nosotros, nosotros)<br />
se la arregla como puede. Por ejemplo, haciendo<br />
que los fines de semana valgan la pena. Ahora<br />
recuerdo un libro con el que salí algunas veces a<br />
jugar al flâneur (esa figura del paseante ocioso,<br />
del dandy, del sibarita) en esta Buenos Aires del<br />
siglo XXI. Se llama Las mil y una curiosidades<br />
de Buenos Aires, está firmado por el periodista<br />
Diego Zigiotto y se ocupa de responder a preguntas<br />
tan diversas como el porqué del color de<br />
la Casa Rosada, qué es lo que hay en la punta<br />
del Obelisco, cuál es la casa más antigua de la<br />
ciudad. Trae mapas y está dividido por barrios.<br />
No es el único en su género: existe Buenos Aires<br />
tiene historia, del grupo de historiadores conocido<br />
como los Eternautas, o el clásico Buenos<br />
Aires, ciudad secreta de Germinal Nogés. Todos<br />
procuran sorpresas y estimulan el salir a caminar<br />
las calles de siempre aunque, por una vez,<br />
sin apuros y mirando para arriba. Dedicaremos,<br />
entonces, esta breve columna a todos ellos: a los<br />
ociosos errantes de la ciudad.<br />
* Editor literario, crítico y periodista cultural.
TEMA DE TAPA II<br />
OCIOSA Buenos Aires<br />
POR Beatriz Traverso<br />
18<br />
Más allá de todo lo que nos pueda molestar en lo cotidiano,<br />
Buenos Aires es preciosa, con sus marcas de las múltiples etapas<br />
inmigratorias, con el fervor con que miramos y quisimos<br />
ser Europa, con esa estética de mezcla y de grandes sueños,<br />
con ese extraño río anchísimo que completa nuestros límites<br />
abriéndonos hacia una ilusión de lo ilimitado. Aún hoy, cuando<br />
borramos el pasado de un plumazo en cada barrio y padecemos<br />
las molestias del desborde de tránsito, vivimos todavía en una<br />
ciudad con millones de propuestas, rincones, lugarcitos en los<br />
que nos sentimos bien, en los que nos volvemos a encontrar con<br />
nuestra capacidad de disfrutar a pleno.<br />
Salir sin rumbo fijo, con apenas un bosquejo, puede ser uno de<br />
los programas, dejarse llevar por la ciudad y descubrir lugares<br />
para caminar, por ejemplo, entre la vegetación. Tenemos una<br />
ciudad con muchísimo. Hay calles que a pesar de la edificación<br />
descontrolada no perdieron el cobijo de sus altos árboles que<br />
son en sí mismos un paisaje inagotable. Allí están Pedro Goyena<br />
en Caballito o esas dos o tres cuadras de Guatemala en Palermo<br />
Viejo. Plaza Irlanda, Parque Chacabuco, Parque Lezama y<br />
sus callecitas a la redonda son algunos rincones imperdibles. Y<br />
entre las opciones de frescas sombras y flores inesperadas están<br />
el Jardín Botánico y el Jardín Japonés, a pocas cuadras uno del<br />
otro, de Plaza Italia a los bosques de Palermo. Historia, diseño<br />
y mucho para admirar y aprender sobre plantas. En el Jardín Japonés<br />
se puede hacer una parada para tomar algo o comer con<br />
vista al parque imbuido de la tradición y cultura japonesas.<br />
Luego, caminando apenas unas cuadras, se puede visitar uno de<br />
los museos más lindos de Buenos Aires. Con apenas diez años<br />
de vida, el Malba suele ser huésped de interesantísimas exposiciones<br />
internacionales, pero su colección permanente de arte<br />
latinoamericano es suficiente tentación. En este momento se la<br />
muestra con una nueva óptica curatorial después de que algunas<br />
de sus obras principales hicieran un paseo de varios meses<br />
por el Museum of Fine Arts de Houston, Estados Unidos. Frida<br />
Kahlo, Tarsila do Amaral, nuestro Xul Solar.<br />
El Malba fue pionero de una corriente que en los últimos<br />
años dotó a la ciudad de nuevos espacios para encontrarse con<br />
el arte. Ahora se puede ver en Buenos Aires un Turner, un<br />
Brueghel, un Chagall, un Dalí. Entre otras obras de arte<br />
internacional y una magnífica colección de arte argentino, en un<br />
moderno edificio sobre el canal del dique 4 de Puerto Madero:<br />
un paseo para hacer y demorarse. Allí está la Colección de Arte<br />
Amalia Lacroze de Fortabat. Y también en Puerto Madero,<br />
pero hacia el dique 3, no se puede pasar de largo el centro de<br />
exposiciones Faena Arts Center, con sus muestras vanguardistas<br />
en las inmensas salas reacondicionadas de un antiguo molino.<br />
La fundación Proa deja que los caminos de la Boca conduzcan<br />
hacia ella, dominando el rincón de Buenos Aires tal vez más<br />
visto en el mundo, allí donde el Riachuelo se hace imagen de<br />
Quinquela Martín, y el viejo barrio de inmigrantes italianos<br />
deja que los colores de Boca Juniors sean su bandera. En la<br />
fundación Proa, hasta el 9 de enero se puede ver una magnífica<br />
exposición de 140 obras del escultor suizo Alberto Giacometti.<br />
El arte suele provocar una gran diferencia de percepción cuando<br />
se lo ha visto en un libro o cuando se produce el encuentro<br />
directo. En el caso de Giacometti vale la pena buscar esa con-
frontación por la profunda impresión del espacio y la sorpresa<br />
de las dimensiones de algunas de sus obras. Además, un trago<br />
en esa terraza sobre el Riachuelo es casi una obligación.<br />
Entre los más antiguos, el Museo de Bellas Artes, en un precioso<br />
entorno verde y de edificaciones afrancesadas, tiene<br />
una colección permanente y muestras visitantes de gran nivel.<br />
Recientemente restaurado, el Museo de Arte Moderno, en<br />
San Telmo, propone distintas puestas de su colección de arte<br />
contemporáneo argentino así como sorprendentes puestas de<br />
arte contemporáneo. Y más allá, donde la costanera se hace sur,<br />
en el centro de uno de esos rincones imperdibles, el Museo de<br />
la Cárcova. Y allí, del arte al choripán sólo hay un paso. Puestos<br />
en la costanera o un paseo de parrillitas hacen de la travesía un<br />
momento inolvidable. No lejos de ahí está la reserva ecológica<br />
como para equilibrar caminata y calorías.<br />
tanto lo novísimo como lo clásico. También hay propuestas no<br />
institucionales como el Paradiso Cineclub, adonde se llega por<br />
reserva y se ve cine en compañía de otros buscadores de tesoros.<br />
Secretísimos<br />
En el bar del Hilton: hora de cóctel con memorable Martini<br />
seco, entre los mejores de Buenos Aires.<br />
Atreverse al Hotel Hyatt Palacio Duhau: su terraza sobre los<br />
jardines es uno de los lugares más lindos para tomar una copa y<br />
salirse un rato de la ciudad y el tiempo. Desde la mañana hasta<br />
la medianoche, hay opciones para vivir un momento especial.<br />
También uniendo las dos edificaciones del hotel, que dan una a<br />
Alvear y la otra a Posadas, pero a cubierto, se puede pasear por<br />
la galería de arte.<br />
Tomó el nombre de un cruce de esquinas emblemáticas de La<br />
Habana, Prado y Neptuno, para crear un bar de rones y habanos<br />
en otra esquina emblemática de Buenos Aires: Ayacucho y<br />
Posadas. Un lugarcito súper recomendable para beber como en<br />
otros tiempos y maridar, bajo consejo de expertos, con un buen<br />
plato o un buen cigarro.<br />
Domingo al atardecer: urgente buscarle la vuelta. La encontraron<br />
los chefs de Trattoria Olivetti y en su terracita de onda<br />
italiana, sirven aperitivos como se solía, con bocaditos ad hoc<br />
también typical italian.<br />
Consultar cuándo y no se lo pierdan. www.winetoururbano.<br />
com.ar. Allí les dirán cómo unirse a uno de los tours más divertidos<br />
de la ciudad. A veces se realiza en la Manzana de las<br />
Luces, a veces en Palermo Soho... Retiran el copón y van de<br />
punto en punto, mapa en mano, por los puestos de las bodegas<br />
probando maravillas.<br />
Cine<br />
Con su gran tradición de cine y cinéfilos, Buenos Aires ha sabido<br />
hacerse de lugares a los que hay que estar atentos, donde se<br />
encuentra algo interesante para ver y, por lo general, a buenos<br />
precios. Suelen tener interesantes programaciones el Centro<br />
Cultural del Teatro San Martín, el Malba, la Fundación Proa<br />
o el Cine El Plata de Mataderos. Hay muchos ciclos para ver<br />
Direcciones útiles<br />
Jardín Botánico Carlos Thays<br />
Avenida Santa Fe 3951, tel. 4831 4527.<br />
www.jardinbotanico.buenosaires.gob.ar<br />
Jardín Japonés<br />
Av. Casares 2966, tel. 4804 9141.<br />
www.jardinjapones.org.ar<br />
Malba / Colección Costantini<br />
Av. Figueroa Alcorta 3415, tel. 4808 6500.<br />
www.malba.org.ar<br />
Colección Amalia Lacroze de Fortabat<br />
Olga Cossettini 141, tel. 4310-6600.<br />
www.coleccionfortabat.org.ar<br />
Fundación Proa - Avenida Don Pedro de Mendoza 1929, tel. 4104-1000.<br />
www.proa.org<br />
Museo Nacional de Bellas Artes - Av. Del Libertador 1473, tel. 4803-8817.<br />
www.mnba.org.ar<br />
Museo de Arte Moderno - Av. San Juan 350.<br />
www.museos.buenosaires.gob.ar<br />
Museo de Calcos Ernesto de la Cárcova - Av. España 1701, tel. 4361 4419.<br />
www.museodelacarcova.iuna.edu.ar<br />
Palacio Duhau / Park Hyatt Buenos Aires - Av. Alvear 1661, tel. 5171-1234.<br />
www.buenosaires.park.hyatt.com<br />
Prado y Neptuno - Ayacucho 2134, tel. 4802-9872.<br />
Trattoria Olivetti - Cerviño 3800, tel. 4802-7321/4802- 4075.<br />
www.trattoriaolivetti.com<br />
Cine El Plata - Av. Juan Bautista Alberdi 5751, Mataderos, tel. 4635 2429.<br />
elplata@buenosaires.gob.ar<br />
Paradiso Cineclub - Pueyrredón 480, 8° dpto. 52, tel. 1554843289l.<br />
paradisocineclub@gmail.com<br />
19
OPINIÓN<br />
De MOLDES y de<br />
HUECOS<br />
Foto: Ricardo Ceppi<br />
POR Lic. Gabriel Rolón<br />
20<br />
La modernidad ha traído consigo un sinnúmero<br />
de beneficios y comodidades que sería<br />
superfluo enumerar, pero de su mano también<br />
han llegado algunos mandatos. Un mandato es<br />
una frase, una palabra, un ejemplo, un modelo<br />
a seguir que se instala como una voz inconsciente,<br />
que empuja hacia una dirección determinada<br />
y condiciona, incluso, la manera de<br />
elegir y disfrutar. Dichos mandatos se graban<br />
a fuego, instalan un deber ser que cae sobre el<br />
sujeto y le imponen una conducta, un modo de<br />
comportamiento y condiciona, incluso, hasta<br />
su modo de pensar.<br />
En los tiempos que corren, nuestra cultura ha<br />
establecido el imperativo de consumir, y todo<br />
disfrute ha quedado acotado a la mayor o menor<br />
posibilidad de adquirir bienes. Pero, como<br />
dichos bienes sólo se adquieren con dinero,<br />
obviamente, este modelo hace del hombre<br />
alguien que trabaja todo el tiempo que puede<br />
para así poder comprar la mayor cantidad de<br />
cosas que estén a su alcance. Y en esa alocada<br />
carrera consumista, corremos el riesgo de<br />
olvidarnos de nosotros mismos.<br />
Cuando el hombre más poderoso del mundo se<br />
acercó al mendigo, al que admiraba, para preguntarle<br />
qué podía hacer por él, la respuesta<br />
de Diógenes a Alejandro fue: “Por favor, córrete…<br />
me estás tapando el sol”. Y algo en esta alegoría<br />
marca la diferencia entre uno y otro modo de<br />
obtención del placer.<br />
Lejos de mí está el facilismo de caer en esas<br />
frases que sugieren caminar más tiempo descalzo<br />
o comer más helados y menos verduras.<br />
No es tan simple. No se trata de eso. Sino de<br />
la necesidad de recuperar un espacio para el<br />
pensamiento, para la creación, para la pregunta<br />
acerca del propio deseo, porque en medio de<br />
esta alocada carrera corremos el riesgo de<br />
olvidar quiénes somos y qué queremos.<br />
Esa misma mentalidad del “todo ya” ha golpeado<br />
también al psicoanálisis y durante mucho<br />
tiempo, tiempo que aún no ha concluido, se<br />
nos ha cuestionado a los analistas el hecho de<br />
que nuestros pacientes pierden tiempo acostados<br />
en el diván, pensando, en silencio, en lugar<br />
de solucionar los problemas rápidamente y<br />
volver a producir.<br />
Sin embargo, desde nuestros consultorios, continuamos<br />
apostando al tiempo dedicado a uno<br />
mismo, a ese espacio en el cual la única producción<br />
es el sentido, la emoción o la pregunta<br />
acerca de qué es lo que en realidad deseamos<br />
para nuestra vida. Y en ese desafío, seguiremos<br />
perdiendo el tiempo contando sueños, hablando<br />
del pasado, rizando el rizo o, por qué no,<br />
llorando en silencio.<br />
Mientras tanto, afuera, el carnaval del mundo<br />
seguirá invitándonos a olvidar pero nosotros<br />
jamás lo haremos porque sabemos que, como<br />
decía Borges, “sólo una cosa no hay, y es el<br />
olvido” o porque creemos, como Dolina, que lo<br />
que se olvida se muere.<br />
( )<br />
“Se trata de la necesidad de<br />
recuperar un espacio para el<br />
pensamiento, para la creación,<br />
para la pregunta acerca del<br />
propio deseo.”
TEMA DE TAPA III<br />
SERENDIPIA,<br />
la hija del vacío<br />
POR Antonela de Alva<br />
ES UN TÉRMINO INVENTADO POR HORACE WALPOLE PARA ILUSTRAR LO QUE SE ENTIENDE O SE DESCUBRE<br />
MIENTRAS SE PIENSA EN CUALQUIER OTRA COSA<br />
Muchas de las grandes teorías e ideas surgieron en momentos de<br />
ocio cuando ya no había solución o no se llegaba a ningún puerto,<br />
otras aparecieron de casualidad, en el juego y en la inocencia más<br />
pura. El personaje de Conan Doyle, Sherlock Holmes es experto<br />
en esta técnica que, muchas veces, se confunde con abandono<br />
o dispersión. Holmes puede pasarse horas y horas buscando<br />
una pista y, después dormir durante días para que todo eso que<br />
encontró, pensó e investigó, se acomode en su cabeza. Para<br />
esto, hay una palabra inventada por Horace Walpole en el siglo<br />
XVIII, la serendipia, que acuñó después de leer el<br />
cuento Los tres príncipes del Reino Seréndip.<br />
“Hacer juicios y elecciones acertadas frente a la<br />
incertidumbre es una habilidad rara. Pero, como<br />
cualquier habilidad, se puede mejorar con la experiencia”,<br />
escribió el profesor Leonardo Mlodinow<br />
en su libro El andar del borracho. Muchos de los<br />
grandes científicos, pensadores, filósofos llegaron a<br />
conclusiones magníficas e hicieron maravillosos descubrimientos<br />
en sus tiempos de ocio.<br />
Cuenta la leyenda que el físico Albert Einstein adoraba jugar<br />
en su bañera con las pompas de jabón. Para la física, las pompas<br />
de jabón son circunferencias perfectas que guardan en sí mismas<br />
muchos conceptos sobre el Universo. Esta historia dice que Einstein<br />
descubrió algunos principios de la Teoría de la Relatividad<br />
jugando en su bañera.<br />
Para la leyenda también, Arquímedes, matemático griego, descubrió<br />
el principio que lleva su nombre en un baño. Mientras se relajaba,<br />
se dio cuenta que su cuerpo pesaba menos a medida que<br />
se sumergía y hacía rebosar el agua de la bañadera.<br />
Se trata del principio que dice: “Un cuerpo total<br />
o parcialmente sumergido en un fluido en reposo,<br />
recibe un empuje de abajo hacia arriba igual al peso<br />
del volumen del fluido que desaloja”.<br />
En 1853, un joven estudiante de la Universidad<br />
de Pisa, sentado en la catedral, en vez de prestar<br />
atención a lo que debía leer, miraba fijamente el<br />
movimiento de una lámpara colgante. Este joven<br />
era Galileo Galilei. “Utilizando su pulso como
temporizador, se dio cuenta de que<br />
la lámpara tardaba el mismo tiempo<br />
en atravesar un arco amplio que en<br />
recorrer un arco más estrecho. Esto<br />
le sugirió una ley: que el tiempo requerido<br />
por un péndulo para realizar<br />
una oscilación es independiente de<br />
la amplitud de la oscilación”, cuenta<br />
Mlodinow en su libro y así marcó un hito en la ciencia moderna.<br />
“No me cabe duda de que el pensamiento se desarrolla en su<br />
mayor parte sin el uso de signos (palabras), y además inconscientemente<br />
en gran medida”, explicaba Albert Einstein en sus Notas<br />
autobiográficas. Luigi Galvani, médico, fisiólogo y físico italiano<br />
descubrió accidentalmente lo que llamó “electricidad animal”.<br />
En su rutina habitual de laboratorio diseccionó y preparó una<br />
rana y la dejó en la mesa mientras fue a atender otro asunto. Sobre<br />
la mesa pero a cierta distancia, había una máquina eléctrica.<br />
Una de las personas que estaban allí tocó apenas los nervios de<br />
la rana con el escalpelo, lo que provocó que los músculos de sus<br />
patas se contrajeran. Galvani no olvidó este descubrimiento accidental<br />
y trató de reproducirlo. Llegó<br />
a la conclusión de que los nervios eran<br />
conductores eléctricos y cambio la forma<br />
de pensar hasta el momento.<br />
En la famosa biografía que hizo William<br />
Stukeley sobre el físico, filósofo,<br />
teólogo, inventor y alquimista Isaac<br />
Newton, describió cómo contemplar<br />
meditativamente el prado bajo los<br />
manzanos lo llevó a descubrir el funcionamiento de la gravedad.<br />
Cuenta Stukeley: “Me dijo que había estado en esta misma situación<br />
cuando la noción de gravedad le asaltó la mente. Fue<br />
algo ocasionado por la caída de la manzana mientras estaba sentado<br />
en actitud contemplativa. ¿Por qué esa manzana siempre<br />
desciende perpendicularmente hasta el suelo?, se preguntó a sí<br />
mismo”.<br />
Una famosa historia argentina cuenta que la criada del militar y<br />
político argentino Juan Manuel de Rosas estaba hirviendo leche<br />
con azúcar (lechada) para servirles al general y sus invitados pero<br />
como debió ir a atender otras cuestiones, la olvidó en el fuego.<br />
Cuando volvió, la leche se había vuelto marrón y tenía un gusto<br />
delicioso. Así, nació el tan famoso dulce de leche.<br />
Pero la serendipia y, el ocio también han creado grandes industrias.<br />
En 1968, el doctor Spencer Silver, empleado en la empresa<br />
estadounidense 3M olvidó poner un componente al pegamento y<br />
creo una forma de adherir los papeles de manera no permanente.<br />
Pero como no servía, esta partida fue guardada. En 1974, el científico<br />
Art Fry estaba cansado de marcar con papeles, que luego<br />
se caían, las páginas de sus libros. Encargado de investigación y<br />
desarrollo de aquella empresa, recordó esta partida y la utilizo<br />
para probar estos señaladores. Así creó estos papeles que pueden<br />
pegarse y despegarse. Nacieron los Post-It.<br />
El celuloide también nació por casualidad. En 1870, el inventor<br />
John Wesley Hyatt estaba buscando un material para sustituir el<br />
uso del marfil en las bolas de billar y creía que la mezcla de serrín<br />
y papel podía funcionar. Mientras probaba, se cortó un dedo.<br />
Corrió a su botiquín y, en la desesperación volcó un frasco que<br />
contenía nitrato de celulosa disuelto en eter y alcohol. Esto se<br />
dispersó en su estantería y cuando Hyatt lo vió entendió que eso<br />
uniría mejor al serrín y al papel que la cola. De las bolas de billar<br />
pasó a descubrir el celuloide.<br />
El ácido lisérgico dietilamida, más conocido como LSD es una<br />
de las drogas alucinógenas más potentes. En La historia del LSD,<br />
el doctor Albert Hofmann relata que estudiando los derivados<br />
del ácido lisérgico obtuvo el LSD-25. Pero como no lo encontró<br />
interesante, lo olvidó. Unos años más tarde, recordó esa sustancia<br />
y volvió a sintetizarla. Mientras la cristalizaba, un poco de esa<br />
sustancia entró en sus dedos y el científico empezó a marearse y<br />
tuvo que irse a su casa. Allí, despierto, vió fantásticas imágenes<br />
con intensos colores, juegos de formas y más colores que se terminaron<br />
al cabo de unas horas. Había descubierto un poderoso<br />
alucinógeno químico.<br />
Los sueños pueden llevarnos a descubrimientos inesperados. El<br />
químico orgánico Friedrich Kekulé cuenta en sus memorias<br />
como encontró la estructura de la molécula del benceno. Mientras<br />
volvía a su casa en un colectivo, se quedó dormido y empezó<br />
a soñar. En el sueño había átomos que bailaban y chocaban entre<br />
ellos (sueño propio de un químico). Algunos lograron unirse y<br />
formaron una serpiente que iba desprendiendo sus heces. Cuando<br />
la serpiente, de repente, se mordió la cola, el químico despertó.<br />
Había descubierto el compuesto cíclico del benceno.<br />
Se dice también que en un sueño, el físico danés Niels Bohr vio<br />
la posible configuración del átomo. Venía investigando mucho sobre<br />
el tema pero no había llegado a ninguna conclusión. Cuando<br />
se despertó, dibujó la figura que había visto en el papel y lo guardó.<br />
Al tiempo, cuando volvió a verlo se dio cuenta de su hallazgo.<br />
Una de las versiones más famosas sobre la creación de la salsa<br />
golf es la que protagoniza el Premio Nobel Luis Federico Leloir.<br />
Cansado de comer langostinos y camarones con mayonesa<br />
en el Golf Club, le pidió al camarero que le trajera diversos condimentos<br />
entre los que había vinagre, limón y ketchup. De todas<br />
las mezclas que hizo, la que más le gusto fue la de ketchup con<br />
mayonesa y limón que fue bautizada como “salsa golf”.<br />
En 1839, Charles Goodyear redescubrió el caucho cuando se<br />
le cayó una mezcla de este material con azufre sobre una estufa.<br />
Hoy, sus neumáticos son conocidos<br />
en todo el mundo. Tal como lo son<br />
las famosas papas fritas de paquete.<br />
En 1853, el chef George Crum quiso<br />
molestar a un cliente que siempre<br />
se quejaba del grosor de sus papas<br />
fritas. Por lo que las cortó tan finitas<br />
como un papel y las frió hasta dejarlas<br />
crocantes. No imaginó que su<br />
receta llegaría a ser famosa como un<br />
snack.<br />
La ciencia y, más aún, la vida cotidiana está llena de anécdotas en<br />
las que en un momento de ocio o de distracción, cuando la mente<br />
se ocupa de otra cosa, podemos llegar a sorprendernos con<br />
nuestros hallazgos.<br />
23
TEMA DE TAPA III<br />
La dignidad<br />
DE LO<br />
IMPRODUCTIVO<br />
POR Roger Alan Koza*<br />
COSMÓPOLIS, DE CRONENBERG Y JARDINES DE OTOÑO, DE IOSSELANI; DOS EJEMPLOS DE LA RIQUEZA<br />
ESPIRITUAL DEL SABER VIVIR<br />
24<br />
El lenguaje habla por sí mismo. Más allá del usuario, que cree<br />
elegir todas las palabras y ser su amo, una palabra ordena lo que<br />
este mira, escucha y siente. Creemos elegir las palabras, pero<br />
a veces nos eligen a nosotros, o, para ser más precisos, en ellas,<br />
involuntariamente, somos.<br />
Las palabras tienen historia. Ciertos términos viven su esplendor,<br />
algunos se imponen en el intercambio cotidiano y otros<br />
mueren, descansan en un anonimato que sólo desconoce el<br />
filólogo y el lingüista.<br />
Hay un concepto ubicuo, listo para ser usado por cualquiera de<br />
nosotros y definir prácticamente todo, una palabra epocal que<br />
encierra nuestro modo generalizado de estar en el mundo: ¿qué<br />
son nuestras vidas sino una pasión por producir? Nos encanta<br />
usar la palabra “producción” en cuestiones de belleza y en situaciones<br />
de estancamiento económico: una mujer se produce,<br />
un Ministerio de Economía anuncia una revolución productiva.<br />
Pero el uso del término no se reduce a los destinos de la libido<br />
y la obtención de riquezas. Los académicos también hablan de<br />
producción. Todo el tiempo escuchamos: producir discursos,<br />
textos, enunciados. Y si se trata de cine, existe una figura todopoderosa<br />
e histórica: el productor.<br />
Sí, la producción es un imperativo colectivo, una determinación<br />
histórica. Quien no produce poco vale y tiene. El improductivo<br />
es un agente anómalo, acaso una fuerza de reserva, pero jamás<br />
podría hacer de su excepción una regla. Naturalizar la improductividad<br />
es una propuesta de locos.<br />
Una provocación: “Si un gobierno decretara en pleno verano<br />
que las vacaciones son prolongadas indefinidamente y que,<br />
so pena de muerte, nadie debe abandonar el paraíso en que<br />
se encuentra, se producirían suicidios en masa y masacres sin<br />
precedentes”. La aseveración de Cioran podrá causar gracia o<br />
irritación, pero en su clarividencia cómica devela parte de un<br />
problema. ¿En qué consiste el tiempo dedicado a la improductividad?<br />
¿Qué tiempo es ese en el que no se trabaja? Alguien<br />
dirá que sólo cuando dormimos abandonamos esta obsesión<br />
por un hacer infinito, pero también ahí la actividad no cesa: el<br />
inconsciente produce sueños y posteriormente, ya sea en un<br />
diván o en un cuaderno de notas, viene el tiempo de la elaboración.<br />
La interpretación es también una forma de trabajo y una<br />
modalidad de producción.<br />
Un modo simpático de hablar sobre lo improductivo es nombrarlo<br />
a través del vocablo que, como suele decirse, es etimológicamente<br />
lo contrario del negocio: el ocio. Sustantivo<br />
positivo, siempre y cuando sea medido y racionalizado, el ocio<br />
es esencialmente tanto una forma de experiencia desligada de<br />
la producción como una operación subjetiva en la que el tiempo
se extiende y se diluye sin culpa alguna.<br />
A pesar de que el negocio del cine es capturar el tiempo ocioso<br />
de su público, el ocio en sí mismo no es justamente un tema<br />
reiterado. ¿Cómo filmar el paso del tiempo desentendiéndose<br />
de esa actividad que define a los hombres –la producción– y los<br />
conflictos que de ahí surgen?<br />
El extraordinario cineasta chileno Raúl Ruiz, en su libro Poética<br />
del cine, postulaba una “teoría del conflicto central”, una<br />
suerte de universal (histórico) que organiza la mayoría de las<br />
películas; a saber: “Una historia tiene lugar cuando alguien<br />
quiere algo y otro no quiere que lo obtenga. A partir de ese momento,<br />
a través de diferentes digresiones, todos los elementos<br />
de la historia se ordenan alrededor de ese conflicto central”. En<br />
007 Operación Skyfall (2012) James Bond debe atrapar al demente<br />
interpretado por Javier Bardem: uno trabaja para sostener<br />
un orden, el otro desea el caos total. Se trata de un ejemplo<br />
elemental.<br />
Ruiz identifica un problema en ese credo establecido que incluso<br />
excede al cine: “Afirmar de una historia que no puede existir<br />
sino en razón de un conflicto central nos obliga a eliminar todas<br />
aquellas otras que no incluyen ninguna confrontación, dejando<br />
de lado los acontecimientos a los que somos indiferentes o<br />
sólo despiertan en nosotros una vaga curiosidad –tales como<br />
un paisaje, una tormenta lejana o una cena entre amigos–, a<br />
menos que tales escenas encuadren dos combates entre buenos<br />
y malos”. Lo que indica Ruiz, precisamente, es que en el cine<br />
tampoco lo improductivo o el tiempo del ocio tiene un lugar<br />
privilegiado. El relato produce sentido, y sostener un film en<br />
la pasividad, registrar el mero estar sin ninguna promesa de<br />
evolución, es un camino rara vez transitado. Aparentemente, un<br />
paseo, una charla entre amigos mientras beben y cantan, el descanso<br />
de un personaje o de muchos personajes al lado del mar o<br />
en un bosque sólo pueden ser escenas de transición, no escenas<br />
centrales. Si define la naturaleza de una película, el ocio es una<br />
interdicción.<br />
En Cosmópolis (2012), del genial David Cronenberg, el multimillonario<br />
interpretado por Robert Pattinson sólo tiene un<br />
objetivo: cortarse el pelo al otro lado de la ciudad. Eric Packer<br />
vive (en el film) prácticamente en su limusina. Como el presidente<br />
de Estados Unidos está en Manhattan, la seguridad<br />
callejera altera el tráfico normal. Su presencia provoca protestas<br />
y disturbios, la calle es un desorden. La velocidad del vehículo<br />
es mínima, y el film, prácticamente, transcurre en ese universo<br />
cerrado en movimiento, un símbolo preciso del poder del capital.<br />
Los asesores y colaboradores de Packer entran y salen de la<br />
limusina, también su médico y una amante. La limusina es un<br />
no lugar en el que se vive.<br />
Los opuestos coinciden: Packer, en algún sentido, ha reducido a<br />
un insólito grado cero la lógica de la productividad. Su situación<br />
potencial es ociosa: gana millones (y hasta puede perder varios)<br />
sin hacer prácticamente nada. La abstracción de la riqueza<br />
alcanza aquí su máxima expresión. El millonario ya no hace su<br />
fortuna gracias al esfuerzo de súbditos desconocidos que producen<br />
mercancías para él; sus pocos colaboradores solamente<br />
multiplican las cifras de su fortuna desde una notebook y una<br />
tablet. Es el capitalismo abstracto y digital, en el que un millonario<br />
abstraído de todo acumula infinitamente.<br />
Se podría creer que Erick Packer es, entonces, dueño de su<br />
tiempo. En la ociosa productividad intrínseca a su modelo de<br />
riqueza, él podría cultivar un hedonismo absoluto. Pero en Cosmópolis<br />
hay una revelación: el ocio, al menos la condición de su<br />
ejercicio, el tiempo, ha sido convertido en medida de riqueza.<br />
Una misteriosa asesora de “Teoría”, interpretada por Samantha<br />
Morton, le trasmite las buenas nuevas al joven millonario: “Los<br />
números corren, el dinero crea el tiempo. Solía ser al revés, el<br />
reloj aceleró el triunfo del capitalismo... Porque el tiempo es un<br />
bien corporativo. Pertenece al sistema del libre mercado”. Es<br />
una tesis tan diabólica como verificable.<br />
El gran director del ocio se llama Otar Iosseliani. En el documental<br />
sobre el director georgiano El mirlo silbador, de Julie<br />
Bertuccelli, la discípula de este maestro secreto del cine europeo<br />
radicado hace años en Francia le pregunta sobre uno de los<br />
tantos papelitos con frases cortas que están clavados en un pizarrón<br />
y que son fragmentos de diálogos y situaciones posibles<br />
de Jardines en otoño. El papel dice: “Lo contrario a un mirlo<br />
cantor”. Iosseliani responde: “Lo contrario del mirlo cantor es<br />
un tipo que trabaja todo el tiempo”.<br />
El tema excluyente en toda la obra de Iosseliani es el ocio inteligente<br />
y libertario, una práctica estética y política a contramano<br />
de una sociedad global que legitima el trabajo como valor absoluto:<br />
beber, cantar, amar, cultivar la amistad, viajar, pintar son acciones<br />
subversivas frente a las coordenadas institucionales y simbólicas<br />
de un sistema de vida dominante donde la producción lo<br />
es todo. En sus películas los personajes están siempre dispuestos<br />
a la fuga, pues intuyen que el trabajo suele ser la piedra mítica<br />
que Sísifo empuja infinitamente sin redención alguna.<br />
Jardines en otoño se circunscribe a contar la historia de Vincent,<br />
un inverosímil Ministro de Agricultura de Francia que un buen<br />
día es destituido de su puesto al mismo tiempo que su esposa lo<br />
abandona por un miembro de su gabinete. ¿Qué hacer si no se<br />
tiene que trabajar? Vivir, en un sentido que, lógicamente, excede<br />
lo biológico. A partir de esa premisa, Iosseliani ofrece unos<br />
doscientos planos secuencia coreográficos donde personajes diversos<br />
(curas cristianos ortodoxos, refugiados africanos, artistas,<br />
funcionarios públicos, prostitutas, etc.) interactúan y atraviesan<br />
la nueva vida de Vincent. Nada en particular ocurre, más allá<br />
de que Vincent descubrirá su casa tomada, tendrá un accidente<br />
callejero y se reencontrará con amores pretéritos.<br />
El legítimo heredero de Jacques Tati propone una perspectiva<br />
hedonista, que no confunde con el consumo. La riqueza espiritual<br />
deviene de un saber vivir, incompatible con esa pulsión por<br />
poseerlo todo y cronometrar la eficiencia del tiempo.<br />
*<br />
CRÍTICO DE CINE de La voz del interior, Córdoba.<br />
Publicó El inconsciente de las películas, ed. Brujas.<br />
Programador del Festival de Cine de Hamburgo.<br />
25
ENTREVISTA I<br />
Carsten Jensen<br />
El marino<br />
UNIVERSAL<br />
POR Christian Kupchik<br />
EL ESCRITOR DANÉS DIALOGÓ CON QUID ACERCA DE SU ÚLTIMA NOVELA, NOSOTROS LOS AHOGADOS<br />
–CONSIDERADA LA MEJOR DE SU PAÍS DE LOS ÚLTIMOS VEINTICINCO AÑOS– Y DE SU LITERATURA<br />
26<br />
A primera vista, Carsten Jensen (1952) no tiene aspecto de<br />
vikingo. Ni largos rizos rubios ni altura de gigante ni ojos como<br />
glaciar. Es más: pocas cosas lo molestan tanto como que lo identifiquen<br />
como vikingo. Pero proviene de Marstal, un pequeño<br />
pueblo de marinos que invoca la tradición de los pueblos septentrionales.<br />
Hijo de un capitán de barco, luego de obtener una<br />
maestría en Letras por la Universidad de Copenhague, Carsten<br />
Jensen se abrió al mundo practicando sus dos pasiones: viajar y<br />
escribir. Su obra supera los veinte títulos, que abarcan novelas,<br />
ensayos, crónicas de viaje, memorias y artículos periodísticos, y<br />
ha sido traducida a numerosas lenguas. Pero la que le dio relieve<br />
definitivo fue Nosotros los ahogados (Salamandra). En una<br />
visita fugaz por Buenos Aires deja su visión marina de las cosas.<br />
–Nació en Marstal, viajó por todo el mundo publicando<br />
libros de diversas latitudes, pero debió retornar física<br />
y literariamente a Marstal para encontrar una entidad.<br />
¿Qué fue lo que lo motivó a ello? Desde siempre supe que<br />
en mi pueblo vivía una enorme cantidad de gente con historias<br />
más que interesantes, así que por decirlo dramáticamente siempre<br />
no tuve claro que no podía morirme sin dejar de contar esas<br />
historias, así que me pareció que el intento valía la pena. Pero<br />
existe otra razón de real importancia para mí: en las últimas<br />
décadas Dinamarca ha ido perdiendo la memoria respecto al significado<br />
de lo que implica ser una nación marina, ya que el mar<br />
está en el ADN de nuestra identidad, en nuestra representación<br />
como colectivo. En los últimos tiempos ha ido ganando espacio<br />
un movimiento conservador que buscó afianzar la idea de<br />
nuestra raíz rural como comunidad, y no puede haber algo más<br />
opuesto que la figura de un granjero y la de un marino, de la<br />
tierra y el mar. Para mí era muy importante traer a la realidad los<br />
relatos de una tradición danesa ligada al mar. La visión marina<br />
comparte los atributos de la cultura nómada: no sólo no se amedrenta<br />
ante lo extraño, sino que enriquece su propia cultura con<br />
los aportes que trae del afuera. En Dinamarca vivimos un proceso<br />
atroz, donde cada vez nos encerramos más en nuestra cultura,<br />
rechazando al inmigrante y todo lo que nos resulte ajeno.<br />
–La recuperación de esas historias, ¿las pensó como un<br />
modo de restituir esa sensibilidad marina, ese rito iniciático<br />
establecido que era el viaje por mar? Bueno, al menos<br />
en mi pueblo no tenía tanto que ver tanto con una cuestión<br />
iniciática como práctica: era el único modo de ganarse la vida. O<br />
sea, los viajes no estaban motivados por una intencionalidad didáctica<br />
o moralizante, sino económica. Si no te hacías a la mar o<br />
trabajabas en alguna industria vinculada a ella, te tenías que bus-
car otro destino porque todo el pueblo vivía en función del mar.<br />
–Es muy interesante en la novela el rol que le toca a<br />
la mujer, ya que en la tradición de la literatura marina<br />
siempre aparece reflejada en la imagen de Penélope:<br />
tejiendo a la espera del regreso del hombre. En cambio<br />
aquí tiene un rol más activo, contradictorio por momentos,<br />
de amor y odio hacia el mar… Cuando comencé a escribir<br />
la novela me di cuenta que tenía un narrador construido<br />
sobre la primera persona del plural, un “nosotros”. Y eso me<br />
planteó una gran complicación, porque el “nosotros” involucra a<br />
una gran cantidad de gente: jóvenes, viejos, mujeres, hombres,<br />
etc. Y todos, claro, son diferentes y debía dejar en claro el valor<br />
de esa singularidad a pesar de hablar en la voz plural. La voz,<br />
aún plural, es masculina porque es la mía, pero también estaba<br />
por contrapartida la experiencia de las mujeres que no podía<br />
dejar de lado. En el arco de tiempo que ocupa la novela, cien<br />
años, las mujeres se vieron forzadas a ir modificando su rol y<br />
muchas de sus actividades incluso quedaron confundidas con<br />
aquellas que realizaban los hombres. En mi investigación me<br />
encontré con muchos navíos que fueron tripulados por mujeres,<br />
y uno de mis personajes es una mujer entregada al mar y que<br />
no concibe seguir el estereotipo, es decir, casarse, tener hijos,<br />
etc. Cuando la guerra apremia, hombres y mujeres hacen lo<br />
que tienen que hacer, y allí se borran las diferencias, la división<br />
de géneros se desdibuja.<br />
–Otro aspecto interesante de la novela tiene que ver con<br />
el recorte histórico, ese siglo que va de una guerra a<br />
otra. ¿Por qué resolvió tomar ese período en particular?<br />
El sentido de empezar y terminar con una guerra tiene que ver<br />
con el hecho de que Dinamarca se ha visto siempre a sí misma<br />
como una nación pacifista, lo cual no es verdad. En 1864 sufrimos<br />
un gran golpe cuando Alemania nos arrebató la mitad<br />
de nuestro territorio y quedamos reducidos a un mini-estado.<br />
La lección que dejó esa experiencia es que las guerras no son<br />
buenas, y a partir de allí la nación se las ingenió para abstenerse<br />
de las coyunturas bélicas del continente. Ahora bien, eso podía<br />
funcionar para quienes se quedaban en tierra, pero no es así<br />
para los marinos ya que el mar es un campo de batalla.<br />
–Nosotros, los ahogados se enmarca en la gran tradición<br />
de novelas marinas cuyos exponentes más claros son<br />
clásicos como Melville, Conrad, London, Stevenson, etc.<br />
¿Qué tomó ellos y de qué manera buscó diferenciarse de<br />
sus obras? Por supuesto, los autores que cita están entre los<br />
que yo más admiro y quise de algún modo rendirles homenaje.<br />
Para ello, tomé una cantidad de datos y personajes secundarios<br />
de sus obras para insertarlos en mi novela, como una suerte de<br />
guiño al lector. Pero así como hay una multiplicidad de referencias,<br />
al mismo tiempo era consciente de que estaba escribiendo<br />
inserto en esa tradición pero un siglo después. Donde creo que<br />
esto se pone de manifiesto es en la utilización de ese narrador<br />
plural, ese nosotros, algo impensable en la novela del siglo XIX.<br />
–En su última novela, Sidste rejse (2007, “El último viaje”,<br />
sin traducir), toma a un personaje real, el pintor Carl<br />
Rasmussen, quien viaja a Groenlandia donde cree encontrar<br />
el sentido del arte y también un sentido vital. ¿Asocia<br />
la intencionalidad del viaje a estas búsquedas? Lo que<br />
quise reflejar es una travesía por el fracaso en su significado más<br />
profundo. Rasmussen no llega a encontrar ninguna respuesta,<br />
porque no sabe cuál es su lugar en el mundo. Fue una suerte<br />
de pintor nacional que tenía como finalidad retratar al pueblo<br />
y se centró en el retrato de marineros. El problema es que no<br />
encajaba entre ellos, se los representaba como seres violentos,<br />
brutales, en tanto los marinos lo respetaban por su pericia técnica<br />
pero les parecía un infeliz, alguien ajeno a su mundo. Rasmussen<br />
fue el primer pintor en llegar a Groenlandia, y lo hizo<br />
casi como un antropólogo. Se encontró con los esquimales, que<br />
tienen una enorme riqueza simbólica, espiritual, y por lo tanto,<br />
también plástica. Uno de los personajes que lo fascinaron fue<br />
un mago, un chamán del que decía podía transmigrar de criatura<br />
en criatura. Aunque Rasmussen tiene contacto fluido con<br />
este mago, no dialoga con él. Se reconforta con la idea de que<br />
existe un esquimal interesado por su trabajo, por su pintura, sin<br />
darse cuenta de lo que se pierde. En última instancia, de algún<br />
modo es lo que ocurrió con la cultura europea a lo largo de su<br />
historia: ve a la otra cultura en su peor versión romántica, como<br />
un exotismo, algo que está ahí pero no vale la pena conocer más<br />
que en su superficialidad, un bien a conquistar. Y eso, tarde o<br />
temprano, se paga.<br />
27<br />
Una saga coral de casi 700 páginas que cosechó premios y elogios tanto del público como de la crítica<br />
(entre otros, fue considerada la mejor novela danesa de los últimos veinticinco años). La obra gira<br />
en torno a las historias de una comunidad de marinos a lo largo de un siglo. No es difícil adivinar cuál:<br />
Marstal, su pueblo natal. Luego de trasegar por longitudes y latitudes lejanas, Carsten Jensen pintó su<br />
aldea y fue universal.
STRINDBERG:<br />
a un siglo<br />
del adiós<br />
SEMBLANZA<br />
POR Eduardo Dubians<br />
EN EL AÑO DEL CENTENARIO DE SU MUERTE SUECIA LE DEDICÓ UN SINFÍN DE HOMENAJES<br />
En mayo de 1912 se despedía de este mundo a los 63 años de<br />
edad August Strindberg, uno de los mayores creadores en todos<br />
los géneros literarios y sin duda ícono cultural en su país de<br />
origen, Suecia, que lo reconoció como a la mayor figura artística<br />
de la historia de su país. Pero no todo es tan simple. Dueño de<br />
una personalidad conflictiva, afectado por crisis de esquizofrenia<br />
y paranoia, la enorme energía creadora de Strindberg se<br />
vio también atravesada por cuestionamientos de todo tipo (en<br />
particular por la supuesta misoginia de algunas obras). Amigo<br />
personal de pintores como Edvard Munch y Paul Gauguin,<br />
Strindberg se interesó asimismo por la fotografía, la pintura,<br />
y hacia el final de sus días, por la alquimia, suscribiendo a las<br />
teorías religiosas del visionario sueco Emanuel Swedenborg, a<br />
quien Strindberg le dedicaría su última obra, Den blå boken (El<br />
libro azul, inédito en castellano), tres volúmenes que recogen<br />
un extraño universo en forma de diario y prosa poética.<br />
Creador de la corriente conocida como “teatro de la crueldad”<br />
y “teatro del absurdo”, la febril energía de Strindberg dejaría<br />
testimonios que aún conservan toda su vigencia, como las obras<br />
El cuarto rojo, La señorita Julia, El padre, El pelícano, entre<br />
muchas otras, y novelas insuperables como las autobiográficas<br />
Inferno y El hijo de la sierva.<br />
Suecia decidió consagrar el año cultural a su máxima figura con<br />
una cantidad infinita de homenajes que van desde el radioteatro<br />
al cómic, pasando por lecturas, conciertos, danza, y que incluyen<br />
también a los nuevos soportes tecnológicos, algo que ni siquiera<br />
la afiebrada mente de Strindberg podía llegar a imaginar.<br />
Entre estos títulos, Strindbergs världar (Mundos de Strindberg),<br />
sorprende por ser una completa biografía fotográfica<br />
del autor. Llevada adelante por el investigador Björn Meidal<br />
y el fotógrafo Bengt Wanselius, plantea a través de más de<br />
quinientas imágenes todos los mundos posibles de Strindberg,<br />
no sólo en Suecia, en Upsala, Estocolmo y el archipiélago del<br />
Báltico, sino también en París y Berlín. El resultado arma un<br />
singular retrato del rompecabezas que fue Strindberg.<br />
Su particular vínculo con las mujeres tampoco podía quedar<br />
de lado. Se ha afirmado que Strindberg no estaba preparado<br />
para una vida armónica en pareja. No obstante, estuvo casado<br />
tres veces con Siri von Essen, Frida Uhl y Harriet Bosse, en<br />
orden cronológico. Tuvo hijos con todas ellas y las tres experiencias<br />
resultaron desastrosas. Siri es una novela de la escritora<br />
Lena Einhorn que intenta reflejar esta primera relación de<br />
Strindberg. Siri era una actriz reconocida al iniciar su relación<br />
con Strindberg y por él rompió con todas las convenciones de la<br />
época y de su clase. Poco a poco la pareja se fue sumergiendo<br />
en un infierno del que ninguno de los dos pudo salir indemne.<br />
En 1891, Strindberg conoce a la periodista austríaca Frida Uhl,<br />
con la que se casará en 1893 para vivir su matrimonio más breve.<br />
Su obra autobiográfica Inferno comienza en el día que Frida<br />
Uhl lo abandona definitivamente.<br />
Henning Mankell, a su vez, dejó de lado por un momento a su<br />
Inspector Wallander para dedicarle a Strindberg nueve piezas<br />
en un acto en su obra Lögnhalsarna (Los cuellos de las mentiras)<br />
donde refleja diversos aspectos de la caótica vida del autor.<br />
A pesar de tantos homenajes, Strindberg nunca recibió en vida el<br />
mayor reconocimiento que el Estado sueco reserva a las letras: el<br />
Nobel. Incongruencias de la historia, es posible que el fantasma<br />
de Strindberg se sienta honrado por ello.<br />
29
ENTREVISTA II<br />
Sergio Olguín<br />
EL<br />
negro<br />
vértigo<br />
POR Eduardo Dubians<br />
ACABA DE PUBLICAR LA FRAGILIDAD DE LOS CUERPOS, UN THRILLER QUE NADA TIENE PARA ENVIDIARLE<br />
A LOS MEJORES POLICIALES DE LA NOVELA NEGRA; Y ESTRENA UN PERSONAJE FEMENINO –VERÓNICA<br />
ROSENTHAL– QUE PROMETE VOLVER EN UNA PRÓXIMA ENTREGA<br />
30<br />
Sergio Olguín es un hombre de convicciones firmes. Siempre<br />
lo fue. Sabe qué decir, pero por sobre todo sabe cómo decirlo.<br />
Lo probó con creces en su extensa labor como periodista cultural,<br />
en sus novelas juveniles, como El equipo de los sueños<br />
(2004, traducida a varios idiomas) o Springfield (2007), en los<br />
cuentos (Las griegas, 1998) y en sus novelas adultas, Lanús<br />
(2002), Filo (2003) y Oscura monótona sangre (2009, ganadora<br />
del V Premio Tusquets de Novela). En la reciente La fragilidad<br />
de los cuerpos, Olguín nos presenta a Verónica Rosenthal, una<br />
periodista-investigadora-antihéroe, en un thriller argentino que<br />
atrapa al lector del cuello y no lo suelta hasta el punto final.<br />
Verónica llegó para quedarse (se espera pronto su reaparición<br />
en una nueva historia). Olguín, por fortuna, ya está entre nosotros<br />
hace tiempo.<br />
–¿Cómo se dio la génesis de esta novela? Escribí un cuento<br />
llamado Los trenes de la muerte para una antología temática. La<br />
idea original surgió de algunos informes que había visto en televisión<br />
(de Polosecki, de Castro) sobre el mal estado psicológico<br />
en que quedaban los maquinistas de los trenes después de<br />
un accidente ferroviario. Los suicidios en las vías eran un tema<br />
tabú, y muchas veces derivaban en suicidios de los propios maquinistas.<br />
Ese material dio pie al cuento en donde ya aparecían<br />
varios de los personajes presentes en la novela, como Lucio, el<br />
maquinista, y Verónica, la periodista-heroína.<br />
–Pasar del cuento a la novela no debió ser una tarea<br />
sencilla... No, no lo fue. Con el tiempo se me ocurrió extender<br />
la historia, fundirla con otras historias, y ver qué pasaba en<br />
otros contextos. Lo que en el cuento era una historia de amor<br />
con rasgos sadomasoquistas entre dos personas muy distintas,<br />
aquí se me convirtió en otra cosa, en una historia más policial.<br />
Verónica, de quien en el cuento no se sabía casi nada, ahora era<br />
la protagonista absoluta en tanto Lucio es coprotagonista, pero<br />
con una presencia menor. Los primeros ocho capítulos los escribí<br />
muy rápido, pero después no podía avanzar, estuve como seis<br />
meses sin escribir. En ese tiempo me di cuenta de que debía<br />
abandonar mi fidelidad al cuento: debía quebrar la idea de la<br />
novela romántica para convertirla en un thriller. Si bien la historia<br />
de amor se mantiene y articula en buena medida la trama, la<br />
acción avanza a partir de las claves y estereotipos más marcados<br />
por la tradición del policial y sus alcances de los últimos años.<br />
–Sorprende que en un policial tan duro, que se mete en<br />
escenarios sórdidos, la protagonista sea una chica de 30<br />
años con un origen social de clase media acomodada...<br />
Verónica es un personaje construido a partir de varias cuestio-
nes. En lo referente a su aspecto profesional, el periodístico, se<br />
vincula con otras mujeres con las que he tenido la fortuna de<br />
conocer y trabajar. Pero al mismo tiempo es un personaje si se<br />
quiere literario, ya que surge de una traspolación de diversos<br />
antihéroes de la mejor tradición de la novela negra norteamericana,<br />
en la línea de los detectives privados de Chandler o<br />
Hammett: toma como un escuerzo, es muy dura, tiene un sentido<br />
ético muy fuerte, y del mismo modo en que Marlowe, Sam<br />
Spade u otros no tienen reparos en tener sexo con quienes se<br />
les crucen en el camino –siempre y cuando esas mujeres sean lo<br />
suficientemente seductoras–, en este caso se invierte la idea y es<br />
ella la que decide con quién ir a la cama. Lo hace con la misma<br />
naturalidad y sin cuestionamientos morales sobre el asunto, pero<br />
quizá por ser mujer sorprende mucho más que en un hombre, a<br />
pesar del agua transcurrida bajo el puente del feminismo…<br />
–También impresiona mucho el ritmo vertiginoso que<br />
tiene el relato. Por momentos hace pensar en esas miniseries<br />
que se empiezan a ver y cuesta abandonar… Sí,<br />
algo de eso hay. Me interesa el lenguaje de las series televisivas,<br />
y también el de los cuentos concatenados. Es algo que practico<br />
desde mi primer libro, quizá porque me siento muy cómodo<br />
escribiendo relatos como un movimiento independiente de los<br />
demás. Siempre tuve muy claro lo que quería hacer en términos<br />
del ritmo de la historia: quería una novela donde el lector<br />
entrara rápidamente, se sintiera comprometido con los personajes,<br />
para luego entrar en una meseta donde las diversas historias<br />
tuviesen un desarrollo más natural, más tranquilo, para volver a<br />
acelerar en los últimos tres o cuatro capítulos, donde necesitaba<br />
que el lector se entregue a la trama sin detenerse. Me gustan<br />
mucho las series de la televi sión estadounidense, y a veces me<br />
ocurre con algunas de ella que necesito ver los últimos capítulos<br />
sin detenerme. Quería conseguir eso.<br />
–La novela participa de un registro realista, es muy interesante<br />
como se fusionan el paisaje suburbano con el urbano.<br />
¿Ves alguna correspondencia en la narrativa local?<br />
No sé si hay un vínculo muy estrecho con la producción nacional.<br />
Por supuesto, hay autores que me interesan más que otros,<br />
pero siempre respetando los límites de lo que hace cada autor,<br />
por lo general inmerso en su propia poética. A mí me resulta<br />
atractivo trabajar la tensión que se establece entre ciertas zonas<br />
marginales y el resto de la ciudad: lo urbano y lo suburbano, el<br />
lugar del que es uno y al que va uno sin pertenecer a ese lugar.<br />
Es una constante en la mayoría de mis libros, me gusta que eso<br />
se exprese como un conflicto no explícito, no dicho.<br />
–Un capítulo se titula “Superchica”, donde Verónica asume<br />
el rol del periodista como héroe, desplazando a otros<br />
estamentos sociales. ¿Por qué lo decidió así? Cuando tuve<br />
claro que quería hacer una novela policial, lo único que me<br />
cerraba al pensar en el protagonista era un periodista (en este<br />
caso, una). Pero a la vez sentía algunas limitaciones debido a la<br />
crisis de las instituciones que se vive en la Argentina. No existe<br />
una “justicia objetiva” a la que recurrir. En otras latitudes, en<br />
Estados Unidos o Europa, el investigador puede ir en contra de<br />
todo pero llega un momento en el que la justicia se hace cargo,<br />
aún en presencia de corrupción policial siempre hay una parte<br />
que se salva y se encarga de impartir justicia. En Argentina eso<br />
es casi imposible: resulta casi impensable recurrir a la justicia,<br />
a la policía, o incluso siendo periodista, muchas veces es muy<br />
difícil contar con la ayuda de la empresa periodística, que no da<br />
una cobertura habilitante. Por eso inventé al padre de Verónica,<br />
dueño de un estudio jurídico importante que podía abrirle determinadas<br />
puertas en Tribunales, le brinda en buena medida<br />
un escudo protector. Aun cuando ella no recurre a él (ninguna<br />
hija lo haría), sabe que su apellido opera como una especie de<br />
superpoder que incluso lleva a hacer dudar a un criminal importante<br />
a tomar alguna medida contra ella –lo cual no quiere<br />
decir que no lo haga–. El héroe de un policial argentino no<br />
pasaría de la primer novela. El policial argentino, para poder<br />
ser verosímil, necesita de algún tipo de poder inventado.<br />
–Más allá del artilugio de la ficción, ¿piensa que existen<br />
periodistas así? Creo que por lo menos para mi generación,<br />
cuando nacemos al periodismo, todos nacemos con la idea de<br />
imitar lo que fue Rodolfo Walsh, posiblemente el profesional<br />
más emblemático que dio este país en cuanto a periodismo de<br />
investigación se refiere. Todo periodista sueña con esa posibilidad<br />
y después termina como uno cultural, pero en principio se<br />
sueña con ser un periodista de verdad. Creo que Verónica encarna<br />
esa imagen mítica de ser periodista “a lo Walsh”, desprendida<br />
de toda cuestión ideológica incluso, porque su ideología está<br />
marcada por el compromiso ético que involucra su oficio de<br />
periodista. Por eso el último capítulo se llama El violento oficio<br />
del periodismo: es una especie de homenaje a Walsh.<br />
31<br />
A partir de la carta de un maquinista del Sarmiento que se suicidó, la periodista Verónica Rosenthal inicia<br />
una investigación que tendrá revelaciones insospechadas. A través de la relación que establece con<br />
Lucio, otro maquinista que se convierte en su fuente y su amante, Verónica llegará a un grupo mafioso<br />
que realiza apuestas con niños de baja condición social para ver quién aguanta más ante la aproximación<br />
del tren. Un thriller a puro vértigo, que no elude realismo social y alto contenido erótico.
ENTREVISTA III<br />
Milena Agus<br />
“Normal no quiere<br />
decir nada”<br />
POR Silvia Hopenhayn<br />
LA RECONOCIDA ESCRITORA ITALIANA HABLÓ DE SU LITERATURA Y DE SU ÚLTIMO TRABAJO, ALICE,<br />
PUBLICADO POR EDHASA<br />
Hay escritores que ingresan a la realidad por la puerta de servicio.<br />
Esto no significa que tengan menores recursos. Todo lo<br />
contrario. Por esa entrada se proponen limpiar la realidad de<br />
grandilocuencias y acceder a las habitaciones aisladas, donde<br />
viven los que menos se muestran o las personas mayores predispuestas<br />
al olvido. Por allí se cuela Alice –la protagonista de la<br />
novela recién publicada de la joven y célebre escritora italiana<br />
Milena Agus–, convencida de que “Nuestra felicidad o nuestra<br />
infelicidad se encuentra por entero en los detalles”. En esta<br />
oportunidad, se trata de los detalles domésticos que, como en<br />
otras novelas de la autora (la premiada La mujer en la luna,<br />
sobre todo), se juegan en el plano amoroso y amargo de las relaciones<br />
íntimas entre el hombre y la mujer. Ya el comienzo es<br />
una entrada distinta, a la vida y a un edificio: “Antes de conocer<br />
a la señora de abajo y al señor de arriba, la vejez no me interesaba.<br />
Mis padres no tuvieron tiempo de llegar a viejos, mi padre<br />
se mató muy pronto y mi madre se convirtió en una especie de<br />
niña. A mis abuelos no los veo nunca, y la muchacha que cuida<br />
a mi mamá es muy joven. En todo caso, ningún viejo podría<br />
haber excitado mi imaginación. Ninguno excepto la señora de<br />
abajo y el señor de arriba. Y ahora ya no veo a la vejez como<br />
algo oscuro, sino como un rayo de luz, quizá el último”.<br />
Además del espacio edilicio, donde ocurre la novela, Cerdeña,<br />
la tierra natal de su madre, es un elemento mitificado en la obra<br />
de Angus, y aparece casi como un personaje más en varias de<br />
sus obras. Vale decir que Angus nació en Génova y ahora, afincada<br />
en Cagliari (Cerdeña), admite que el momento del día que<br />
más le gusta es la mañana temprano (“somos dueños del mundo,<br />
pero no tempranísimo, que es muy triste”), pero su plato<br />
preferido sigue siendo lo que más le gustaba comer en Génova:<br />
“pasta al pesto”. Debutó de forma fulgurante en 2005 con la<br />
novela Mientras duerme el tiburón, y se consagró poco después<br />
con La mujer en la luna; luego publicó Las alas de mi padre<br />
(2008) y La imperfección del amor (2010), historia sencilla y<br />
sensual de tres hermanas. En Alice, su última novela, sexualidad<br />
y amor, parecen fruto de una enseñanza tardía.
–Luego de La mujer en la luna, vuelve una historia de<br />
amor, distinta, también madura y sexual. ¿El amor y también<br />
el sexo, suelen ser un descubrimiento lento? Alice<br />
nace más que nada de mi conciencia del amor, de una pregunta<br />
que me hago: ¿es posible también el amor sexual cuando somos<br />
viejos? Construyendo la historia del modo más convincente<br />
posible, he tratado de darme una respuesta afirmativa: sí, es<br />
posible.<br />
–Parece que el sexo fuera un campo de batalla. Figura<br />
un par de veces como atributo que una mujer sea un<br />
“tanque de guerra del sexo”. A su vez, se lo plantea como<br />
un arte que se aprende, según Alice: “Pensé que si esas<br />
artes las aprendía yo, nunca me dejarían por otra”. El hecho<br />
de que una mujer como Alice, virgen e ingenua e inexperta<br />
al punto de enamorarse de un homosexual y ser la única que no<br />
se da cuenta, quiera convertirse en una máquina de guerra del<br />
sexo no puede hacernos más que sonreír.<br />
–También en las dos novelas, la primera elección de pareja<br />
no se hace por amor. Aquí Anna elije al pelirrojo<br />
para tener “una casa normal”. ¿Le parece que se empieza<br />
por equivocación? Anna está enamorada del amor más que<br />
de los hombres. En el fondo, también ella sabe poco acerca de<br />
los hombres. Tal vez sí, comienza por equivocación. En el juego<br />
de “lo que aparenta no es”, ningún amor es lo que parece.<br />
–Aparece reiterada la idea de “lo normal” y lo que no<br />
lo es, referido a las personas, pero también a las casas.<br />
¿Qué sería lo normal, en su terreno narrativo? Mi idea<br />
sobre la normalidad la expresan bien la señora Johnson y Alice<br />
cuando, al final, concluyen que “normal” no quiere decir nada.<br />
–En la primera página de la novela, ¿coincide su lectura<br />
de la vejez como “un rayo de luz, tal vez el último”, con<br />
la de Alice? Tal vez, sí. La vejez no siempre es oscura, puede<br />
también ser luminosa pero, sin embargo, sabemos bien que es<br />
la última luz. Por esto, nosotros, seres humanos, aunque seamos<br />
afortunados, damos todos un poco de pena por el solo hecho de<br />
envejecer y morir.<br />
–Alice comienza con la idea de dos personas que van a<br />
encontrarse, y lo llamativo es la forma en que son presentados:<br />
el “señor de abajo” y la “señora de arriba”.<br />
¿Cómo surge esta idea espacial de convivencia? Alice es<br />
un espacio real, un vecino del piso de arriba y una vecina del<br />
piso de abajo, pero es un arriba/abajo social, los ricos de arriba<br />
y los pobres de abajo, lo que, con los cambios de espacio debido<br />
a los sentimientos, se convierten también en un espacio donde<br />
todo se invierte y se mezcla.<br />
–“Abajo y arriba” tiene distintas connotaciones. Alude a<br />
las clases sociales, por ejemplo, dado que el Sr. Johnson<br />
es rico mientras que Anna no lo es. Ella sube y luego él<br />
baja (de piso). O sea ella primero asciende, y él al final<br />
desciende, deja todo por ella. ¿Es una forma de contar<br />
amorosamente una problemática social? En el libro, en<br />
verdad todo es abajo/arriba, lo contrario de cómo debería ser,<br />
casi como en Alicia en el país de las maravillas.<br />
–¿También podríamos aplicar la figura en el terreno<br />
sexual, arriba y abajo? ¿Qué piensa de la literatura erótica?,<br />
¿considera que la practica? Creo que la literatura erótica<br />
es otra cosa. En mi opinión, yo no sé hacer literatura erótica,<br />
sino libros en los que se piensa mucho en el erotismo, se es<br />
curioso, también un poco morboso. De todos modos, en cuanto<br />
al sexo, creo que, si por lo menos uno de los dos está enamorado,<br />
no se trata más de sexo y punto.<br />
–¿Cómo logró convertir a su ciudad familiar, Cerdeña, su<br />
lugar de origen, en un escenario de ficción? Nací en Génova,<br />
de padres sardos que querían regresar a casa, en Cerdeña,<br />
al igual que los hebreos a la Tierra Prometida. Durante mi infancia,<br />
todo lo que era sardo era mítico. Para mí, el dialecto era<br />
una lengua misteriosa y extraordinaria y extranjera que hablaban<br />
mis padres por teléfono con sus familiares para que no los<br />
entendieran. Vivo en Cerdeña desde que tengo diez años, pero<br />
cada cosa sigue siendo mítica.<br />
–¿Cuál es su relación con las flores? En la novela también<br />
se plantea una diferencia “de clase”, entre las rosas<br />
y las margaritas… El desprecio por las flores pobres es de<br />
la señora Johnson, que por esto, al principio, parece una tonta<br />
esnob. A mí me gustan las flores pobres; mis preferidas son las<br />
boca de león, que crecen en las grietas de los muros. Admiro las<br />
flores que crecen sin cuidado y en condiciones naturales difíciles,<br />
casi imposibles.<br />
33<br />
El comienzo de la historia coincide con la apertura de una puerta. Alice se muda a un departamento en<br />
Cerdeña y se relación con los vecinos evidencia la magia del encuentro azaroso entre las personas y<br />
también su enigmática fatalidad. Como en otras novelas de Agus, los sentimientos cobrarán vida: amor,<br />
recelo, angustias, esperanzas y ajustes de cuenta obtendrán un relieve sutil y refinado, como el que suele<br />
otorgar la escritora italiana a todos los personajes que elige para habitar sus novelas. En este caso,<br />
coincide este habitar con un espacio edilicio. Todo ocurre en un edificio, y cada departamento es una<br />
historia que postula futuros entrecruzamientos eróticos y fallidos.
RECOMENDADOS<br />
VISADO PARA SHANGAI<br />
Qiu Xiaolong<br />
Tusquets<br />
Xiaolong presenta otro caso de su inspector jefe<br />
Chen Cao. Esta vez no sólo debe investigar un<br />
homicidio adjudicado a la mafia china sino también<br />
recibir a una bella investigadora estadounidense y<br />
tratar de dejarle una buena impresión de su país.<br />
“Quizá la cadena de la casualidad era más complicada<br />
de lo que a los escritores de misterio occidentales,<br />
cuyas obras él traducía en su tiempo libre, les<br />
gustaría admitir.”<br />
ASÍ EN LA TIERRA<br />
Diego Golombek<br />
Siglo XXI<br />
El científico soprende esta vez no con historias de<br />
la física o la biología molecular o explicaciones<br />
sencillas para teorías complicadas, sino con cuentos<br />
donde un boxeador novato se enfrenta a un ex<br />
ídolo en una pelea arreglada, una preciosa japonesa<br />
seduce a un porteño en Nueva York, alguien<br />
se enamora de una vendedora de boletos de tren.<br />
“Recién a la semana pudo decirle ´hasta mañana´,<br />
en un hilo de voz que sólo debe de haber escuchado<br />
él mismo, un sonido que quedó en su garganta<br />
mientras ella ya expedía el boleto para el siguiente<br />
pasajero.”<br />
LOS CUERPOS DEL VERANO<br />
Martín Felipe Castagnet<br />
Factotum Ediciones<br />
Se trata de la primera novela de Castagnet que fue<br />
ganadora del Premio a la joven literatura latinoamericana<br />
otorgado en Francia por La MEET (Casa de<br />
Escritores Extranjeros y Traductores). El mundo que<br />
este joven autor despliega se ubica en el futuro,<br />
donde los muertos pueden volver a la vida con otro<br />
cuerpo. “Cuando realicé el procedimiento y entré<br />
en flotación, mi cuerpo fue destruido porque no<br />
podía ser conservado; en ese momento no estaba<br />
listo el traspaso a otro cuerpo.”<br />
34<br />
MALA ÍNDOLE<br />
Cuentos aceptados y aceptables<br />
Javier Marías<br />
Alfaguara<br />
Una reedición del reconocido escritor español que<br />
advierte y separa sus cuentos en dos categorías,<br />
aceptados y aceptables para concluir aclarando<br />
en su Nota Previa: “Nada es nunca seguro, pero,<br />
dado lo poco que he frecuentado el noble arte del<br />
cuento en los últimos tiempos, es posible que ya<br />
no escriba más y que lo que aquí se ofrece acabe<br />
siendo la totalidad aceptada y aceptable de mi<br />
contribución al género. Me caben escasas dudas<br />
de que, si así resultare, no perderá gran cosa dicho<br />
género.”<br />
CUNA DE GATO<br />
Kurt Vonnegut<br />
La Bestia Equilátera<br />
Cuando se editó por primera vez, en 1963, sólo<br />
vendió 500 ejemplares. Hoy, Vonnegut se ha convertido<br />
en un autor de culto cuya obra no se encontraba<br />
hasta el momento en nuestro país. Esta es la<br />
primera obra del genial escritor que se edita y le<br />
seguirán otras durante el año entrante. “Los bokononistas<br />
creemos que la humanidad está organizada<br />
en equipos que cumplen la voluntad de Dios sin<br />
percatarse de lo que están haciendo.”<br />
EL AROMO CAÍDO<br />
Ovidio Lagos<br />
El Ateneo<br />
Se trata de la reedición de una novela testimonial<br />
centrada en la amistad entre Enrique y Carlos,<br />
iniciada en la adolescencia y que se prolonga desde<br />
la caída del primer peronismo hasta el último<br />
gobierno militar. Esta novela se publicó por primera<br />
vez en 1991 y se transformó en un relato de la<br />
sociedad argentina y sus múltiples tragedias.<br />
Estilo intenso, lleno de agudas observaciones, al<br />
que no le faltan ni la reflexión ni el humor.
RANKING<br />
FICCIÓN<br />
NO FICCIÓN INFANTIL JUVENIL<br />
1.<br />
2.<br />
3.<br />
4.<br />
5.<br />
Cincuenta sombras de<br />
Grey<br />
E. L. James<br />
Grijalbo<br />
Cincuenta sombras más<br />
oscuras<br />
E. L. James<br />
Grijalbo<br />
Un final perfecto<br />
John Katzenbach<br />
Ediciones B<br />
Cincuenta sombras<br />
liberadas<br />
E. L. James<br />
Grijalbo<br />
La virgen en tus ojos<br />
Florencia Etcheves<br />
Planeta<br />
1.<br />
2.<br />
3.<br />
4.<br />
5.<br />
Economía a contramano<br />
Alfredo Zaiat<br />
Planeta<br />
Ágilmente<br />
Estanislao Bachrach<br />
Sudamericana<br />
Corazón de rey<br />
Sergio Maravilla Martínez<br />
Planeta<br />
Encuentros<br />
Gabriel Rolón<br />
Planeta<br />
Kamikazes<br />
Reynaldo Sietecase<br />
Aguilar<br />
1.<br />
2.<br />
3.<br />
4.<br />
5.<br />
El principito<br />
Antoine de Saint-exupéry<br />
Emecé<br />
Gaturro y el poder del<br />
prisma mágico<br />
Nik<br />
Sudamericana<br />
Gaturro 19<br />
Nik<br />
De La Flor<br />
Gaturro 17<br />
Nik<br />
De La Flor<br />
365 cuentos para dormir<br />
Ediciones Saldaña<br />
1.<br />
2.<br />
3.<br />
4.<br />
5.<br />
¡Más muertos que nunca!<br />
Monster High 4<br />
Lisi Harrison<br />
Alfaguara<br />
El hobbit<br />
J. R. R. Tolkien<br />
Minotauro<br />
Las ventajas de ser<br />
invisible<br />
Steven Chbosky<br />
Alfaguara<br />
Harry Potter y la piedra<br />
filosofal<br />
Joanne K. Rowling<br />
Salamandra<br />
Mi planta de naranja lima<br />
J. M. de Vasconcelos<br />
El Ateneo<br />
35<br />
MÚSICA<br />
1.<br />
2.<br />
3.<br />
4.<br />
5.<br />
Violetta<br />
Soundtrack<br />
Disney<br />
El calor del pleno invierno<br />
No te va a gustar<br />
Sony<br />
Vicentico 5<br />
Vicentico<br />
Sony<br />
Chances<br />
Illya Kuryaki & The Valderramas<br />
Sony<br />
Serrat y Sabina en el Luna Park (CD+DVD)<br />
Serrat & Sabina<br />
Sony<br />
PELÍCULAS<br />
1.<br />
2.<br />
3.<br />
4.<br />
5.<br />
Tinkerbell y el secreto de las hadas<br />
N/D<br />
Walt Disney<br />
El sorprendente hombre araña<br />
N/D<br />
Sony<br />
La era de hielo 4 (Versión 2 discos)<br />
Steve Martino y Mike Thurmeier<br />
20th Century Fox<br />
La era de hielo 4<br />
Steve Martino y Mike Thurmeier<br />
20th Century Fox<br />
Los vengadores<br />
N/D<br />
Walt Disney<br />
Esta información comprende los libros (ficción/ no ficción/ infantiles/ juveniles), CDs y películas más vendidos en todos los puntos de venta del Grupo ILHSA S.A. entre el 5/11/12 y el 11/11/12.
TEXTUALES<br />
Textuales<br />
Caza de conejos<br />
Mario Levrero<br />
Ilustraciones: Sonia Pulido<br />
Libros del zorro rojo<br />
36<br />
“VII<br />
“Algunos cazan conejos persiguiéndolos sin tregua, a caballo, despiadadamente, dentro y fuera del bosque; en polvorientas<br />
carreteras, en praderas enormes, trepando incluso a pedregosas montañas. Cuando el conejo se detiene, loco de fatiga, le destrozan<br />
el cráneo con un golpe certero de garrote. Luego se lo comen, crudo y hasta con pelos. Yo estoy condenado genéticamente a otros<br />
procedimientos. Tejo laboriosamente durante varios meses una enorme y casi invisible tela como de araña, y luego me siento a<br />
esperar, un poco oculto entre el follaje. A veces pasan otros tantos meses antes de que aparezca un conejo en los alrededores, y<br />
a veces otros tantos más para que el conejo caiga en mi tela. Mientras tanto atrapo sin querer moscas y mosquitos, moscardones,<br />
avispas, ratones, culebras, mulitas, caballos, pájaros, jirafas y monstruos marinos. Me fatiga mucho despegarlos y recomponer la<br />
tela donde ha sido dañada. Es un trabajo agotador y la vigilia es constante. Me destrozo los nervios en esta tensa y eterna espera.<br />
Tengo las mandíbulas apretadas, me caigo de sueño, y mis sentidos se agudizan y exasperan en el alerta constante. Mi forma de<br />
cazar conejos, y no tengo otra, es lo que me ha transformado en un loco.<br />
“XXXV<br />
“Para los que sienten como cosa esencial la estética de la caza de conejos, o su metafísica, la luz es quizás el factor más<br />
importante a tener en cuenta. El sol directo afea los conejos, les quita realidad y gracia. La oscuridad de la noche los vuelve<br />
invisibles, inasibles y muy peligrosos. Es a la luz incierta de los últimos rayos oblicuos, en ese instante mágico que se produce<br />
unos minutos después de la puesta del sol, cuando los conejos adquieren toda su dimensión de belleza y verosimilitud. Pero es<br />
muy difícil cazarlos en la fugacidad de ese momento: tal es la comprensión que adquiere un observador sensible.<br />
“XXXVII<br />
“Para cazar conejos hay que sacar un permiso especial, que cuesta mucho dinero. En un pequeño mostrador con caja<br />
registradora que hay a la entrada del bosque, un conejo gordo, con lentes y aire de cansada resignación, nos va entregando uno<br />
a uno los permisos de caza, a cambio del dinero.<br />
“Pero también, y para defenderse de los cazadores, los conejos han creado un impresionante aparato burocrático. Al cazador<br />
que desea obtener el permiso (y sin el permiso es imposible cazar conejos, porque se cae en manos de los guardabosques), le<br />
obligan a presentar multitud de papeles: cédula de identidad, certificado de buena conducta, vacuna antivariólica, carnet de<br />
salud, recibos de alquiler, agua y luz; certificado de residencia, certificado negativo de la dirección impositiva, carnet de pobre,<br />
libreta de enrolamiento, pasaporte, constancia de domicilio, certificado de nacimiento, constancia de bachillerato, autorización<br />
para el porte de armas, declaración de fe democrática, certificado de primera comunión, constancia de la jura de la bandera,<br />
libreta de matrimonio, licencia para conducir, constancia de estar al día con el impuesto de Enseñanza Primaria, certificado de<br />
defunción, etcétera.”
DOSSIER<br />
Paul Gauguin<br />
El buen salvaje<br />
NACIÓ BURGUÉS, TRABAJÓ EN LA BOLSA DE VALORES, SE CASÓ Y TUVO CINCO HIJOS. UN DÍA<br />
CUALQUIERA DEJÓ SU PUESTO DE TRABAJO Y SE DEDICÓ A LA PINTURA. MÁS TARDE DEJARÍA<br />
TAMBIÉN A SU FAMILIA. CRUZÓ EL MAR Y SE INSTALÓ EN TAHITÍ DONDE TRANSFORMÓ EL ARTE<br />
DE SU TIEMPO. MURIÓ HABLANDO DE FLAUBERT<br />
1<br />
POR Nancy Giampaolo<br />
Cuando en el otoño de 1910 la exposición posimpresionista de la Grafton Gallery de Londres<br />
dio un baile de disfraces celebrando su clausura, dos “doncellas tahitianas” se convirtieron en<br />
el centro de todas las miradas. Se llamaban Virginia y Vanessa Stephen, aunque una de ellas<br />
sería más conocida luego por el apellido de su futuro marido, Woolf. El gesto (curioso para<br />
un par de súbditos británicos como las hermanas Stephen, dado que Tahití formaba parte<br />
entonces del imperio colonial francés) era significativo, y de hecho se trataba uno de los primeros<br />
que acusaban el impacto de una leyenda en vías de construcción: la de un artista que,<br />
rechazando los valores de la civilización, decidía vivir su vida como un salvaje, consagrado<br />
únicamente a su arte y en comunión con la naturaleza.<br />
Semejante lectura había sido sugerida por lo que constituía el núcleo central de la muestra<br />
presentada en la Grafton Gallery: treinta y siete obras de Paul Gauguin pintadas en Bretaña y
2<br />
en Tahití. Que Virginia Woolf no era la única persona en realizarla o caer bajo su encanto fue<br />
confirmado por la aparición posterior de la novela de Somerset Maugham The moon and sixpence,<br />
en la que un corredor de bolsa londinense abandona mujer e hijos para pintar en una<br />
isla de los Mares del Sur, y cuyo éxito estableció para el gran público a la figura del “salvaje<br />
por adopción” como parte de la cultura popular del siglo XX.<br />
Paul Gauguin nació en París, el 7 de junio de 1848. El hijo del periodista antimonárquico<br />
Clovis Gauguin y de Aline Marie Chazal sería conocido mundialmente como el pintor que<br />
encarnaría este personaje.<br />
Sin embargo, el papel adoptado por Gauguin contaba ya por entonces con una larga tradición<br />
previa, nutrida por modelos que iban desde el Robinson Crusoe de Daniel Defoe, que realizaba<br />
una miniatura de la civilización europea trasladada a un nuevo entorno, hasta la figura<br />
del “buen salvaje” propuesta por Rousseau, que cuestionaba los aspectos más decadentes de<br />
esta civilización y proponía reemplazarlos por una nueva sensibilidad, surgida de la comunión<br />
con los valores más primitivos y, por lo tanto, incontaminados.<br />
En efecto, al final de su primera estancia en Tahití, Gauguin escribió: “He huido de todo lo<br />
que fuera artificial y convencional. Aquí me adentro en la verdad, soy uno con la naturaleza.<br />
Tras la enfermedad de la civilización, la vida en este nuevo mundo es una vuelta a la salud”. El<br />
tema, recurrente en la larga correspondencia que el artista mantuvo con familia, amigos y colegas,<br />
tenía la fuerza de un dogma y como tal resultaba la base de su credo artístico, pero también<br />
la base de una constante campaña de publicidad, desplegada tanto en sus cartas como en<br />
sus piezas literarias y periodísticas.<br />
El compromiso asumido con la imagen del buen salvaje que había elegido para sí mismo fue<br />
dominante y rigió las relaciones que mantuvo con familia y colegas. Esta encarnación como<br />
referente de lo primitivo parece haber encajado con el espíritu de su tiempo: en la última mitad<br />
del siglo XIX, la apertura de varios museos antropológicos –no por casualidad coincidentes<br />
con las aventuras coloniales de las potencias europeas– habían atraído la atención del público<br />
y los intelectuales sobre las culturas “primitivas”. El redescubrimiento de la artesanía como<br />
una operación estética de valor propio (constatable en movimientos de artes aplicadas como<br />
el “Arts and Crafts” de William Morris) y la publicación de escritos como los de Alois Riegl,<br />
con su insistencia en la noción de que el ideal naturalista era completamente ajeno a un arte<br />
primitivo que debía ser juzgado en sus propios términos, estaban generando un cambio de<br />
actitud gradual hacia el arte de la “inocencia salvaje”.<br />
Este era el entorno sobre el cual el arte y la vida de Paul Gauguin se proyectaron: como una<br />
especie de prolongación de una conciencia espiritual europea que se renovaba al verse reflejada<br />
en otras culturas. Su abuela, Flora Tristán, procedía de una antigua familia peruana, y<br />
Gauguin vería en ella un antecedente de sí mismo: intelectual, independiente y de un fervor<br />
político socialista que se había traducido en algún momento en una emigración a Francia. La<br />
madre de Gauguin había nacido allí en 1825 y se había casado con Clovis con quien también<br />
tuvo a Marie, hermana de Paul. En 1851, el golpe de Estado de Napoleón III motivó la partida<br />
de su familia a América. Durante el viaje, el padre murió y la madre tuvo que recurrir a<br />
Izq.: “Autorretrato”, 1888, en<br />
Lezaven.<br />
Der.: “Arearea”, 1892.
Izq.: Fotografía de 1891.<br />
Der.: “Naturaleza muerta”, 1889.<br />
la hospitalidad de sus parientes en Lima, donde el joven Paul terminó pasando la infancia. En<br />
1855, volvieron a Orleans, y Paul fue enviado a un seminario jesuita. En 1862, un examen de<br />
ingreso en la marina mercante propició que viajara a Brasil, India y China y, por vez primera,<br />
a Tahití. Aline murió en 1867 y Gauguin pasó a la Armada francesa, con la que participó en la<br />
guerra francoprusiana de 1870. Habiendo heredado dinero y propiedades, se instaló luego en<br />
París bajo la tutela de Gustave Arosa, un amigo de su abuela que le dio trabajo en el despacho<br />
de un agente de bolsa. Arosa era centro de una gavilla de artistas jóvenes que se llamaban a<br />
sí mismos el “grupo de Batignolles”, entre los que se encontraban Camille Pissarro y Émile<br />
Schuffenecker (de gran importancia en su carrera posterior). Marguerite, la hija de Arosa,<br />
intentó un primer acercamiento entre Paul y la pintura, enseñándole a pintar en un estilo muy<br />
similar al de Pissarro.<br />
En el verano de 1873, Gauguin conoció a una danesa, Mette Sophie Gad, con quien se casó<br />
en noviembre. A lo largo de los siguientes diez años tuvieron cinco hijos: Émile, Aline, Clovis,<br />
Jean y Pola.<br />
Mientras que su carrera en el mundo de los negocios parecía mantenerle dentro del cómodo<br />
universo de la clase media burguesa, su interés por la pintura iba en aumento. Las circunstancias<br />
del momento parecieron estimular esta afición, cuando el grupo de Batignolles entró<br />
en contacto con el de los antiguos alumnos del pintor Marc Gleyre: Monet, Renoir, Sisley y<br />
Bazille. Bajo la dirección de Manet, las reuniones tomaron la forma de una exposición colectiva,<br />
realizada el año del nacimiento del primer hijo de Gauguin. Impresión: sol naciente, una<br />
de las telas expuestas por Monet, les valió, crítico mediante, el mote de “impresionistas”, en el<br />
cual se englobó a artistas de personalidades diferentes pero con el objetivo común de recoger<br />
la experiencia visual inmediata. Haciendo eje en la pintura al aire libre, los intereses del grupo<br />
se concentraron en la representación de los efectos cambiantes de la luz. La eliminación de<br />
líneas y de tonos tierra en la composición cromática de las obras y una factura más espontánea<br />
fueron los cambios más llamativos que pudo notar el gran público.<br />
Gauguin, influenciado en un primer momento por Pisarro, fue receptivo a estas ideas: probablemente<br />
atraído por su costado poco convencional. Su cuadro Sous-bois à Viroflay fue aceptado<br />
por el Salón de 1876 y, a partir de allí, sus apariciones en las exposiciones impresionistas<br />
fueron en aumento, recibiendo tempranas críticas elogiosas y dinero de algunas ventas: Durand<br />
Ruel, promotor del impresionismo, compró tres de sus primeras telas.<br />
Animado por este primer éxito, Gauguin dejó el ambiente bancario (que había sufrido una importante<br />
crisis en 1882) para dedicarse por completo a la pintura. Un año después, la familia<br />
se mudó a Ruan, donde el artista pensó que la vida sería más barata y encontraría compradores<br />
para su obra. Estaba equivocado, y un nuevo traslado a Dinamarca, donde vivía la familia<br />
de su mujer, resultó ser otro fracaso.<br />
En 1885 volvió a París con su hijo Clovis. El objetivo era el de seguir en contacto con los movimientos<br />
artísticos de la capital, aunque tras una serie de penurias económicas en las cuales<br />
trabajó pegando carteles en la vía pública y como administrativo del ferrocarril, dejó al chico<br />
en un internado y consiguió un préstamo destinado a financiar su primera excursión pictórica<br />
3
4<br />
a Pont-Aven, en Bretaña.<br />
Situada a medio día de tren de la capital francesa, la región de Bretaña se hallaba más lejana<br />
de París en otro sentido: se trataba de un enclave celta, rigurosamente católico e incluso monárquico<br />
en sus actitudes. Peregrinaciones, santuarios, iglesias y campesinos de trajes típicos<br />
hablando su extraño dialecto ubicaban al país en un terreno particular donde cierto encanto<br />
medieval se mezclaba con un pasado aún más remoto de dólmenes y menhires.<br />
Gauguin no era el primer artista interesado por la Bretaña: Pont-Aven había sido un punto<br />
clave para varios movimientos artísticos a partir de finales del siglo XVIII e incluso para un<br />
grupo de artistas estadounidense e ingleses instalado en la región desde hacía una veintena de<br />
años. Sintiéndose seguro en una comunidad artística que trataba de dominar y liberado de sus<br />
lazos familiares, Gauguin inició una nueva etapa en su arte inspirándose tanto en los temas de<br />
la vida campesina local como en la cerámica y en la escultura bretonas. Durante sus estancias<br />
en Bretaña, el lenguaje plástico de Gauguin se depuró, logrando una síntesis cada vez más<br />
extrema. La paleta, cada vez más alejada de los iniciales planteos impresionistas, comenzó a<br />
dejar de lado el uso descriptivo de los colores para asumir dimensiones simbólicas y emocionales.<br />
La línea apareció como contorno de un dibujo estilizado que lo aproximaba tanto a los<br />
motivos populares que el artista podía ver entonces en las iglesias locales (vitrales incluidos)<br />
como a las exploraciones que más tarde harían pintores linderos con el lenguaje de la gráfica<br />
como Toulouse-Lautrec.<br />
El amplio corpus bretón de leyendas, religiosidad y superstición sería una de las fuentes de las<br />
que se nutriría su obra a partir de este momento, inaugurando una etapa que nunca se cerraría<br />
del todo. A pesar de que el frío clima de la católica Bretaña pueda situarse en las antípodas<br />
de los paraísos polinesios que vendrían luego, la operación que inició Gauguin en el norte de<br />
Francia sería muy similar a la que más tarde desarrollaría en las colonias de ultramar: la de interpelar,<br />
con su obra, no sólo paisajes y coloridos locales sino la de interpretar a sus habitantes.<br />
En este sentido, el dibujante Lucas Nine explica: “En esta cuestión de asumir como una forma<br />
de expresión propia diferentes idiosincrasias culturales, asimiladas por Gauguin en su condición<br />
de viajero permanente, veo patente la vocación etnográfica que justifica su obra. Para<br />
él, el retrato de un lugar tiene sentido primero como el retrato de la gente que lo habita. Y el<br />
retrato de esta gente es, sobre todo, el retrato del propio Gauguin. Cuando pinta de manera<br />
literal e ingenua los motivos religiosos del norte de Francia, fingiendo creer en las apariciones<br />
de la Virgen, o cuando interpreta a su modo las leyendas de la Polinesia, vemos un diálogo con<br />
las diferentes culturas que por momentos toma la forma de una manipulación. Gauguin no se<br />
contenta con pintarlos: fingiendo ser uno de ellos, se proyecta como personaje sobre cada una<br />
de estas culturas. Inaugura también una tradición francesa: ¿Qué otra cosa hace si no Manu<br />
Chao, si se perdona la comparación?”.<br />
Otro ciclo que también quedaba inaugurado con el viaje de Gauguin a la Bretaña es el del<br />
periódico retorno a la civilización, a París (regreso realizado en 1887), donde el pintor podía<br />
dar cuenta de sus hallazgos tanto como promover su carrera. Sin embargo, el ulterior proyecto<br />
de un viaje al Pacífico en compañía de Charles Laval, un pintor joven al que había conocido<br />
Izq.: “Autorretrato”, 1893.<br />
Der.: “Parau api”, 1892.
Izq.: Casa natal, en París.<br />
Centro: Residencia donde su mudó<br />
en 1873.<br />
Der.: “La bordadora o Mette<br />
Gauguin”, 1878.<br />
en Pont-Aven, debió ser descartado por la falta de dinero que retuvo a ambos en Panamá. Tras<br />
trabajar un tiempo como peón en la construcción del Canal de Panamá, Gauguin reunió una<br />
suma suficiente para trasladarse a la isla caribeña de La Martinica y vivir allí cuatro meses, en<br />
los que cayó enfermo de disentería. Esa fue su primera experiencia en un paraíso tropical.<br />
En una de sus periódicas cartas a su mujer, quien se había hecho cargo de la manutención de<br />
la familia en Europa, Gauguin escribe en el tono que sería habitual de aquí en adelante: “Durante<br />
mi estancia en Colón contraje una enfermedad; las miasmas palúdicas procedentes del<br />
canal me envenenaron. Mi vitalidad me dio fuerzas para resistir, pero en cuanto llegué a La<br />
Martinica empecé a sentirme día a día cada vez más débil (…). Si nos detestamos mutuamente,<br />
el odio nos dará fuerzas, pero tú estás empezando a experimentar la necesidad de un marido<br />
en el momento en que esto es imposible. Abrumada por el trabajo, me pides que acuda en<br />
tu rescate. ¿Qué puedo hacer? En estos momentos me encuentro tirado en una choza nativa,<br />
tirado y sin fuerzas en una cama de algas (…). Pronto te veré, querida esposa. Te abrazo y te<br />
quiero, aunque debería odiarte cuando miro atrás y veo las pasiones diabólicas que nos separaron.<br />
Desde aquel día todo ha ido de mal en peor. Mil besos a los niños. ¿Volveré a verlos?”.<br />
En noviembre volvió a París, llevándose una cantidad de dibujos y pinturas que se expusieron<br />
en la Galería Portier. La acogida fue variada. El crítico Gustave Kahn escribió luego: “Lo que<br />
expuso desagradó a sus admiradores y a los críticos. Esperaban nuevas conquistas de color,<br />
efectos de luz más radiantes y violentos. En sus cuadros, con sus sombras pesadas y cálidas, las<br />
formas parecían purpúreas y negras. Simplificó los colores contrastándolos violentamente. Pisarro<br />
le defendió y explicó que en aquellas tierras las formas eran devoradas por la luz, que el<br />
matiz no existe y que no se puede ni pensar en recuperarlo, sino que sólo se puede proceder<br />
por medio de una violenta oposición. Con todo, la exposición no tuvo éxito y los pocos coleccionistas<br />
de Gauguin quedaron desconcertados. Aquello no era puntillismo ni recetas ópticas,<br />
tampoco era un arte que rompiera abiertamente con las ideas impresionistas (…). Con todo,<br />
este viaje fue de gran beneficio estético para Gauguin. Por entonces comenzó a cambiar visiblemente”.<br />
De cualquier manera, Gauguin había encontrado su identidad como pintor. La experiencia<br />
de La Martinica le resultó decisiva para romper con las convenciones plásticas europeas establecidas<br />
a finales de la década de 1880 y, libre por fin de las preocupaciones impresionistas<br />
por el naturalismo y la precisión cromática, se había hecho consciente de las dimensiones más<br />
emocionales del color, de las cualidades espirituales de un cuadro y del vigor de su propia<br />
imaginación creativa. Bretaña había marcado el comienzo de esta evolución y a ella volvió, a<br />
principios de 1888.<br />
A pesar del desconcierto de cierta parte de la crítica y colegas, los cuadros pintados por Gauguin<br />
en La Martinica fueron muy admirados por los hermanos Vincent y Theo Van Gogh.<br />
Cuando Theo, empleado como marchante de arte en la casa Goupil, hizo a Gauguin la oferta<br />
de 150 francos al mes por pintar junto a su hermano en un pueblo francés llamado Arlés, este<br />
aceptó inmediatamente. Sin embargo, los dos hombres, de naturaleza muy distinta, tuvieron<br />
una relación problemática desde el primer momento. Frustrado, Gauguin quiso volver a París,<br />
5
6<br />
pero se vio retrasado cuando en la tarde del 23 de diciembre de 1888, tras haberse mudado de<br />
la común Casa Amarilla a un cuarto de hotel, la inestabilidad de Vincent lo llevó a cortarse un<br />
trozo del lóbulo de la oreja. Acerca de la vida en común con Van Gogh, Gauguin dejó escrito:<br />
“Así pues, me quedé algunas semanas en Arlés y sus alrededores para captar claramente su<br />
áspero sabor. Lo que no impidió que trabajáramos en firme, sobre todo Vincent. Entre los dos<br />
seres, entre él y yo, volcán el uno e hirviente también el otro, aunque por dentro, en cierto<br />
modo estaba preparándose una lucha. De entrada encontré por todas partes y en todos los<br />
aspectos un desorden sorprendente. La caja de pinturas apenas bastaba para contener todos<br />
aquellos tubos apretados, siempre sin cerrar (…). ¿Cuánto tiempo permanecimos juntos? Lo<br />
he olvidado por completo y no sabría decirlo. A pesar de la rapidez con la que sobrevino la<br />
catástrofe, a pesar de la fiebre laboral que se había apoderado de mí, aquel período de tiempo<br />
me pareció un siglo… Sin que el público lo sospechara, allí dos hombres hicieron un trabajo<br />
colosal, útil para ambos. ¿Y quizás también para otros? Ciertas cosas llevan en sí su fruto”.<br />
Tras una corta estancia en París, Gauguin realizó un tercer viaje a Bretaña en compañía de sus<br />
colegas Sérusier y Meyer De Haan. Esta vez se estableció en Le Pouldu, pueblito situado en<br />
una península rocosa a poca distancia de Pont-Aven. Hacia finales de 1890, tras el suicidio de<br />
Van Gogh, Gauguin volvió a París, donde se alojó en casa de su amigo Schuffenecker. Impresionado<br />
por los pabellones de la Exposición Universal de París, evaluó un tiempo la idea de<br />
visitar Tahití o Madagascar, intentando que un grupo de pintores se reuniera con él para ir a<br />
este último destino. Émile Bernard, influenciado por la lectura de un reciente éxito literario<br />
de Pierre Loti, sugirió Tahití como un lugar más apropiado.<br />
Gauguin buscó información más rigurosa sobre el tema en la guía oficial de la isla, publicada<br />
por el gobierno francés, pero era evidente que esta había sido escrita con la intención<br />
de atraer a los eventuales colonos: “Los afortunados habitantes de este remoto paraíso de<br />
los Mares del Sur sólo conocen la parte más luminosa de la vida. Para ellos vivir es cantar y<br />
amar”, podía leerse en este folleto, junto a detalladas descripciones de los encantos de la mujer<br />
tahitiana. Gauguin no necesitaba más persuasión. Escribió a su colega Odilón Redon: “Me<br />
voy a Tahití, donde esperaré el final de mis días (…). La honra y el respeto de los demás no es<br />
cosa que me preocupe ahora. El Gauguin europeo ha dejado de existir y nadie volverá a ver<br />
de nuevo aquí ninguna de sus obras”.<br />
En marzo de 1891 hizo una rápida visita a Copenhague, donde vio a Mette y a los niños. Aunque<br />
Mette no estuvo de acuerdo en acompañarle a Tahití, la visita fue amistosa y decidieron<br />
reiniciar su vida matrimonial pero, en realidad, era la última vez que el pintor vería a su familia.<br />
Una gestión frente a las autoridades del Ministerio de Educación y Bellas Artes le permitió<br />
obtener un descuento en el pasaje y un nombramiento formal que en la práctica le valió de<br />
muy poco al llegar y empezar a enemistarse con las autoridades coloniales de una manera casi<br />
inmediata. En junio de 1891 ya se hallaba en Tahití. En marzo del año siguiente, escribió a su<br />
mujer: “en cualquier caso soy un gran artista, tienes razón, no estás loca. Soy un gran artista<br />
y lo sé. Y por ser lo que soy tengo que soportar tantos padecimientos (…). Dices que cometo<br />
un error al permanecer tan lejos del centro artístico del mundo. El centro mundial de mi arte<br />
Uno de los muebles construido por<br />
el pintor.<br />
“El Gauguin europeo ha dejado<br />
de existir y nadie volverá a ver de<br />
nuevo aquí ninguna de sus obras.”
Der.: “Nave, Nave Moe”, 1894.<br />
“Trabajo en condiciones<br />
desfavorables, y hay que ser<br />
un coloso para hacer en tales<br />
circunstancias lo que yo estoy<br />
haciendo.”<br />
está en mi cabeza y en ningún otro sitio, y soy fuerte porque nunca me dejo desviar por los demás<br />
y hago lo que me sale de adentro. Mira lo que le pasó a Pissarro a causa de su constante<br />
empeño de mantenerse a la altura de las circunstancias y de estar siempre al día. Perdió todo<br />
rastro de personalidad y su obra carece de cualquier tipo de unidad. Siguió todos los movimientos,<br />
desde Courbet y Millet hasta esos jóvenes químicos que elaboran cuadros a base de<br />
manchitas (…). Trabajo en condiciones desfavorables, y hay que ser un coloso para hacer en<br />
tales circunstancias lo que yo estoy haciendo”.<br />
Las cartas de Gauguin, navegando entre lamentos por el dinero, su salud y quejas sobre el resto<br />
de la humanidad, muestran una parte de sus preocupaciones, en parte modificadas por la<br />
necesidad de justificar su expedición artística frente a los demás. “Por el momento, soy el gran<br />
artista moderno”, escribió en 1893 a su mujer desde París, adonde se había dirigido para exponer<br />
su obra tahitiana. Sin embargo, el éxito logrado en la Galería Durand-Ruel fue modesto y<br />
la obra condenada por artistas como Renoir, Monet y Pissarro, aunque atrajera la atención de<br />
escritores simbolistas como Stéphane Mallarmé.<br />
El principal intermediario entre Mallarmé y Gauguin, el poeta y teórico literario Charles<br />
Morice, sugirió escribir una obra basada en los diarios y las experiencias del pintor, como publicidad<br />
para la exhibición. El libro, que llegaría a ser conocido con el título de Noa Noa, sería<br />
una obra en colaboración en la que Gauguin, con su prosa áspera y sus sentimientos simples<br />
interpretaría al Salvaje, mientras que Morice, con su escritura elegante, sería el Hombre Civilizado.<br />
La primera redacción de Gauguin se basaba en notas tomadas en Tahití a partir de sus propias<br />
experiencias, pero para lo relacionado con las creencias y costumbres locales dependía de<br />
otros autores. De cualquier forma, era típico que en su texto disfrazara los préstamos bajo la<br />
forma de declaraciones hechas por varias muchachas tahitianas, al tiempo que se presentara<br />
a sí mismo como un intérprete experto de la cultura de la isla. Sus calificaciones para esto<br />
eran dudosas: Jenot, el teniente de marina responsable de haberle enseñado el idioma local,<br />
comentaba “su penosa facilidad para olvidar, para mezclar las sílabas o darles la vuelta”. El<br />
mismo nombre del libro, Noa Noa, parece estar sujeto a un uso caprichoso de la lengua local.<br />
Sin embargo, Gauguin dijo que el propósito del libro era “facilitar la comprensión de mis cuadros”.<br />
Noa Noa proporcionó un retrato del artista, un tejido formado de hechos y ficción que<br />
defendía la noción de “Gauguin el salvaje”, y que resultó en su momento convincente en su<br />
carácter autobiográfico.<br />
En su regreso de 1893, instalado en París gracias al cobro de una herencia, Gauguin trató de<br />
reforzar esta imagen. Dio recepciones, estableció lazos con diversos grupos vanguardistas,<br />
publicó artículos. En mayo de 1894, en el curso de una visita a un puerto pesquero de la costa<br />
bretona con un grupo de amigos y su reciente amante y modelo, la malaya Annah, se vio<br />
envuelto en una pelea con marineros que lo dejó hospitalizado por dos meses. Tras pleitear<br />
sin éxito contra los marineros, volvió a París donde se encontró con su taller saqueado y a la<br />
desleal Annah desaparecida.<br />
Anunció su propósito de volver a Tahití para lo cual subastó con poco éxito alguna de sus<br />
7
8<br />
obras, al tiempo que su antiguo discípulo, Émile Bernard, lo demolía desde un artículo aparecido<br />
en las páginas de Le Mercure de France, acusándolo de presentar como propios todos los<br />
logros creativos de la Escuela de Pont-Aven. Sin dejarse intimidar, Gauguin aceleró su plan de<br />
marcha. El 28 de julio de 1895 abandonó París, esta vez para siempre.<br />
“El resto de la vida del pintor en las islas del Pacífico parece estar inscripto dentro de una<br />
sucesión más o menos regular de desgracias, peleas con las autoridades y lamentaciones por<br />
lo que percibía como la occidentalización invasora de las islas”, se explaya Nine. Los recursos<br />
se hacían exiguos y en los últimos años había sufrido desde ataques al corazón hasta úlceras<br />
de origen sifilítico que le hacían consumir grandes cantidades de morfina para calmar el dolor.<br />
Pero este fue uno de los períodos artísticos más fructíferos en su vida. Los cerca de cien<br />
cuadros que produjo en este lapso (incluyendo al que la posteridad ha señalado como su obra<br />
maestra ¿De dónde venimos? ¿Qué somos? ¿Adónde vamos?, las cuatrocientas xilografías y las<br />
veinte esculturas y tallas en madera serían luego consideradas representativas de la cumbre de<br />
su carrera. En esta fase de su carrera los restos del naturalismo fueron abandonados por completo:<br />
las obras parecen ser los íconos de un nuevo culto en los que se entremezclan elementos<br />
primitivos y complejos de las tradiciones religiosas orientales y occidentales.<br />
La muerte de su hija Aline, en enero de 1898, puso punto final –después de un breve y brutal<br />
intercambio de cartas– a toda relación con su familia, seguida por un intento de suicidio del<br />
artista. Un resto de amigos fieles y colegas fueron los últimos destinatarios de su correspondencia,<br />
cargada de quejas y recriminaciones a veces injustas, pero que nunca dejaban de estar<br />
acompañadas por el envío sistemático de sus obras junto a una compleja serie de instrucciones<br />
para su exhibición y venta. Finalmente, un acuerdo firmado con el galerista Vollard en 1900 le<br />
permitió una cierta seguridad económica, pequeña pero superior a la que había conocido en<br />
mucho tiempo.<br />
En septiembre de 1901, Gauguin abandonó Tahití para ir a la isla de Hiva-Ho, en el archipiélago<br />
de las Marquesas, descrita por Herman Melville en su primera novela, Typee, como un<br />
paraíso moderno todavía a salvo de la civilización. Desde allí, continuaría con la producción<br />
regular y el envío de las obras a Vollard.<br />
El 8 de mayo de 1903, mandó a buscar al pastor protestante Paul Vernier, con quien había<br />
establecido alguna relación: se quejó de “dolores generalizados” y de pérdidas de conciencia.<br />
A continuación se puso a hablar de Salammbô, de Flaubert. Dos horas más tarde lo descubrieron<br />
muerto. Una botella de láudano se hallaba en la mesa, junto a él, pero no se llegó a<br />
determinar si se había utilizado o no.<br />
Sobre el hecho de ponerse a hablar sobre el autor de Madame Bovary antes de morir, Nine<br />
reflexiona haciendo foco en una paradoja que comenzó en la vida del pintor, trascendiéndolo<br />
y cobrando nuevas formas a través de otros: “Una conversación al pie de la tumba acerca del<br />
más provinciano de todos los escritores franceses parece ser un final paradójico (o por lo menos<br />
irónico) para un artista que definió como motor de su arte el retorno a la inocencia de los<br />
primitivos salvajes. Pero la verdadera paradoja estaba todavía por venir: apenas una decena<br />
de años después de la muerte de Gauguin, un joven Pablo Picasso se convertía en el ‘artista<br />
moderno’ por excelencia, proyectando en vida una sombra que iba a extenderse a lo largo del<br />
siglo XX. La operación, exitosa en este caso, se trataba de la inversa: exportar un salvaje al centro<br />
de la civilización”.<br />
Bibliografía<br />
Paul Gauguin, la búsqueda del paraíso-<br />
Cartas de Bretaña y los Mares del Sur<br />
Selección y presentación de Bernard<br />
Denvir<br />
Ediciones Odin, España, 1994.<br />
Paul Gauguin: Diario Íntimo<br />
Centro Editor de Ámerica Latina,<br />
Argentina, 1977.
Francis Mallmann<br />
El<br />
bon vivant<br />
ENTREVISTA IV<br />
POR Lucila Rolón<br />
SU PASIÓN ES LA COCINA PERO TAMBIÉN LA LITERATURA, LA MÚSICA, EL AIRE DE MONTAÑA Y EL SILENCIO.<br />
SU ÚLTIMO LIBRO TIERRA DE FUEGOS: MI COCINA IRREVERENTE (V&R) YA ES UN ÉXITO EDITORIAL<br />
He aquí un hombre feliz. Francis Mallmann dice: “Con la<br />
vida no puedo estar más que agradecido”, y celebra la salida<br />
de su nuevo libro Tierra de fuegos: mi cocina irreverente, que<br />
ya se ha convertido en best seller. Con más de treinta años de<br />
trayectoria, hoy tiene restaurantes en Uruguay, Brasil, Mendoza<br />
y Buenos Aires. Cuenta la historia que el primero lo abrió en<br />
Bariloche casi sin saber cómo hacerlo funcionar. Pero así fue<br />
como se dio cuenta de que quería dedicar su vida a la cocina.<br />
Su mayor escuela fue la nouvelle cuisine francesa, pero con el<br />
paso del tiempo fue buscando su propio estilo. A los 56 años,<br />
Mallmann es un referente de la cocina argentina y del trabajo<br />
con los fuegos. Se lo puede ver siempre entusiasmado en su<br />
nuevo ciclo de televisión que emite elgourmet.com, La ruta<br />
azul (sábados a las 22, con repeticiones todos los días), donde<br />
comparte también su pasión por las letras y la música, y suelta<br />
su espíritu aventurero.<br />
–¿Quién es Francis Mallmann? Un cocinero. Pero además,<br />
como digo en mi libro, soy un autodidacta irreverente: me gusta<br />
cuestionar lo establecido, incluso desde la cocina.<br />
–Parece haber logrado un imposible: hacer coincidir sus<br />
pasiones en un mismo destino cotidiano. La cocina, la<br />
poesía, la vida al aire libre, ¿es así? Amo mi hacer. Y mis<br />
amores son mi prioridad. La vida ha sido generosa conmigo, no<br />
puedo menos que estar agradecido.<br />
–¿Qué otras cosas disfruta mucho? Los paisajes de la Patagonia,<br />
el contacto con la naturaleza. El sur argentino es mi<br />
lugar en el mundo. Respirar el aire de montaña es una de mis<br />
necesidades básicas. También amo escuchar música y leer. El<br />
arte me completa.<br />
–¿Cuál es el límite para Francis Mallmann? Mi único límite<br />
es la noche.<br />
–¿Recuerda el día que dijo “voy a dedicarme a la cocina”?<br />
¿Cómo y dónde fue? Fue en Bariloche, por la inspiración<br />
de una amiga cocinera que me contagió su entusiasmo.<br />
Abracé la cocina con pasión; en ella encontré todas las libertades<br />
que siempre deseé.<br />
–¿Y la escritura? Mil veces le preguntaron por su relación<br />
con ella. Quisiera saber qué tres libros, cuentos o<br />
autores lo marcaron y por qué. La poesía me acompaña a<br />
diario. Y disfruto mucho leyendo literatura rusa: Yevtucshensko,<br />
Pasternak, Ajmátova… Los rusos trasladaron el sufrimiento<br />
a la palabra como nadie lo hizo.<br />
–¿Cómo es un día de su vida? Alegre, siempre distinto. Y<br />
aun así, a pesar de los viajes y los compromisos, siempre encuentro<br />
momentos para estar en silencio, del que también disfruto<br />
mucho.<br />
–¿Se cocina para usted? Mucho. Y lo disfruto tanto como<br />
cuando cocino un banquete para cien personas.<br />
–¿Cuál plato le gusta y hace mucho tiempo que no prepara?<br />
Baumkuchen, una torta alemana.<br />
–¿Quién es su persona de confianza? Mi amigo Francis<br />
Mallmann.<br />
–¿Tiene miedos? ¿Cuáles? Me asustan la rutina y la mediocridad.<br />
Quizá por eso, desde muy joven elegí la irreverencia<br />
como el lenguaje que gobernaría mi vida. Vivir el momento, sin<br />
planes, excepto el de gozar de cada minuto.<br />
37
ENTREVISTA V<br />
María Dueñas<br />
Periplo afortunado<br />
POR Amneris Blasco<br />
LA ESCRITORA ESPAÑOLA VISITÓ BUENOS AIRES PARA PROMOCIONAR SU NUEVA NOVELA, MISIÓN OLVIDO,<br />
TRAS SU ÉXITO CON SU PRIMER TRABAJO, EL TIEMPO ENTRE COSTURAS<br />
Después de El tiempo entre costuras, novela que sólo en España<br />
vendió casi un millón y medio de copias, se publicó en otros<br />
veintisiete países y se adaptó para una serie de televisión, María<br />
Dueñas vuelve a la carga con Misión olvido. Allí salta entre<br />
diferentes épocas y contextos, para hacer foco en la historia de<br />
una mujer quien, después de un divorcio, decide reconstruir su<br />
vida con una nueva labor profesional. En diálogo con Quid, la<br />
exitosa escritora española también repasó su biografía literaria y<br />
detalló su admiración por algunos autores argentinos.<br />
–Misión olvido transita varias épocas y varios contextos<br />
muy diferentes ¿Por qué se inclinó por ese contraste?<br />
Mi intención ha sido escribir una novela contemporánea con<br />
ventanas abiertas a distintos momentos del pasado que abordo<br />
con miradas cargadas de nostalgia. Todos estos planos temporales<br />
son fundamentales para integrar en la narración a diversos<br />
personajes que arrastran subtramas vinculadas al argumento<br />
fundamental. Blanca Perea es la voz que narra su presente en<br />
la trama principal; el profesor Andrés Fontana nos llevará a la<br />
España de los años 30; de la mano del americano Daniel Carter<br />
recorreremos el final de los 50 y, a través de los misioneros<br />
franciscanos, sabremos de la presencia española en California a<br />
finales del XVIII y principios del XIX.<br />
–En una escena aparecen diversos personajes del mundo<br />
académico, entre ellos un argentino, ¿son personas que<br />
conoció realmente o son inventadas? Casi todos los personajes<br />
son fruto de mi imaginación, aunque de vez en cuando<br />
les transmito ciertos rasgos –nombres, cargos, pasados– de<br />
algunos profesores amigos. Nunca conocí a nadie, sin embargo,<br />
que encajara exactamente en el molde de Andrés Fontana, el<br />
viejo académico, pero a lo largo de mi vida sí me he encontrado
con algunas personas luchadoras y tenaces como él que, proviniendo<br />
de orígenes humildes, han logrado superar barreras y<br />
limitaciones para acceder a un buen nivel de educación. Daniel<br />
Carter, el profesor maduro, carismático y atractivo con quien<br />
Blanca emprende una amistad llena de sorpresas es, como su<br />
maestro Andrés Fontana, ficción pura. Pero también he conocido<br />
a unos cuantos hispanistas estadounidenses que, como él,<br />
han hecho de la cultura y la literatura española su oficio y su<br />
pasión. Al igual que mi personaje, llegaron a España cargados<br />
de entusiasmo en los años cincuenta y sesenta, y encontraron<br />
un país que los enamoró, a pesar de que todavía se trataba de<br />
una nación atrasada, reprimida y grisácea en muchos aspectos.<br />
–¿Por qué optó por la primera persona para el relato de<br />
Blanca? Para dotar a su narración de mayor cercanía y emotividad.<br />
Yo no soy Blanca, pero sí podría ser su amiga íntima,<br />
su hermana, su compañera… Sus problemas y sus decisiones<br />
me han resultado fácilmente asumibles porque se trata de una<br />
mujer contemporánea, de mi misma edad y profesión, que se<br />
enfrenta a circunstancias complicadas muy semejantes a las que<br />
todos tenemos cerca: parejas que se desmoronan, sueños rotos,<br />
hijos que crecen y vuelan, incertidumbres sobrevenidas cuando<br />
creemos haber alcanzado la estabilidad… Blanca es humana,<br />
carne y hueso de nuestros tiempos, pura vida de todos los días.<br />
Y eso me ha permitido implicarme con ella.<br />
–¿Cuál ha sido su periplo como escritora? ¿Ha cumplido<br />
con los objetivos literarios o artísticos que se planteó al<br />
empezar este camino de la escritura? Mi periplo ha sido,<br />
por suerte, muy afortunado. Soy una escritora tardía y mi primera<br />
novela, El tiempo entre costuras logró un gran éxito gracias<br />
al “boca-oído” de los lectores. Misión olvido es mi segunda<br />
novela, salió a finales de agosto de este año y ha sido muy bien<br />
recibida.<br />
–Blanca, su personaje, atraviesa un punto de quiebre en<br />
lo personal, ¿cuál fue el mayor punto de inflexión en su<br />
carrera? Empecé a escribir cumplidos los cuarenta años, tras<br />
dos décadas siendo profesora universitaria. Para sorpresa de<br />
todos, mi novela tuvo una aceptación tan fantástica que un año<br />
después tuve que pedir una excedencia en la universidad para<br />
dedicarme de lleno a la literatura. Y hasta hoy…<br />
–Conoce escritores latinoamericanos recientes, ¿cuáles?<br />
Y de las generaciones precedentes, ¿tiene favoritos? Sí,<br />
por supuesto, los escritores latinoamericanos son una constante<br />
referencia en España. Entre los contemporáneos, acabo de leer<br />
Papeles en el viento, de Eduardo Sacheri. De los precedentes<br />
me entusiasman muchísimos, desde Borges hasta Vargas Llosa<br />
pasando por un buen puñado más.<br />
–¿Le interesan otras ramas de la escritura como el guión<br />
o la dramaturgia? He colaborado en la supervisión del trabajo<br />
que un equipo de guionistas ha realizado para la adaptación<br />
televisiva de mi novela El tiempo entre costuras, una serie magnífica<br />
de once capítulos que podremos ver en breve. Y me atrae<br />
también el teatro, aunque no me he adentrado en él.<br />
–¿Cree que es seguida por un perfil determinado de lectores?<br />
¿Cuál? Escribo para quien quiera leerme; en el caso de<br />
Misión olvido, para todo aquel que desee abordar una narración<br />
ágil y fluida que inspira optimismo: un tributo a las segundas<br />
oportunidades, a la reconciliación con lo que dejamos atrás y al<br />
coraje tras el fracaso, la derrota o la pérdida.<br />
–Hay una evolución entre El tiempo entre costuras y Misión<br />
olvido? Son novelas muy distintas en todos los sentidos.<br />
Aunque la voz narrativa es femenina en ambas, las protagonistas<br />
son radicalmente distintas. Sira era una joven modista inocente<br />
e insegura a quien los golpes de la vida empujan hacia adelante;<br />
y Blanca es una mujer madura, profesional y solvente que toma<br />
por sí misma sus decisiones para avanzar.<br />
–Proyectos, planes... ¿Cómo se lleva con las “giras” de<br />
presentación de libros, las vive como aventuras o con el<br />
tedio del trabajo? Estoy dedicando estos meses a promocionar<br />
Misión olvido en España y América Latina y las distintas<br />
traducciones de El tiempo entre costuras en otros países. Afronto<br />
esta etapa intensa llena de giras y viajes con ilusión y con<br />
fuerza. Los lectores agradecen muchísimo que los autores les<br />
contemos qué hay detrás de las páginas que leen; que compartamos<br />
detalles de nuestros procesos creativos y les invitemos a<br />
conocer las trastiendas de nuestras narraciones.<br />
Acercarnos a ellos creo que es un gesto de gratitud y de debido<br />
reconocimiento. El destino de nuestros libros, en definitiva,<br />
está en sus manos.<br />
39<br />
Blanca Perea es una académica quien, devastada tras el derrumbe de su matrimonio, enacarará un<br />
trabajo que la hará cruzarse con otros personajes que arrastran cuentas pendientes con sus pasados.<br />
A partir de allí, se abren distintas sub tramas retrospectivas, como la del profesor Andrés Fontana,<br />
cuya historia transcurre en la España de los años 30; o el americano Daniel Carter que nos lleva al<br />
final de los 50. También, a través de los misioneros franciscanos, sabremos de la presencia española<br />
en California a finales del XVIII y principios del XIX. Una novela con historia, emociones y un análisis<br />
sobre el olvido como antesala de un nuevo nacimiento.
MÚSICA ALTERNATIVA / JAZZ<br />
Gira mágica y misteriosa<br />
POR Sergio Varela<br />
EN SU TERCER ÁLBUM DE ESTUDIO MELODY GARDOT INCURSIONA POR EL FADO,<br />
LA BOSSA NOVA Y LOS SONIDOS AFRICANOS, PARA TRANSMITIR UN MENSAJE UNIVERSAL<br />
IMPREGNADO DE CADENCIAS SUTILES Y EFECTOS CASI BALSÁMICOS<br />
El nuevo disco de Melody Gardot, The Absence, propone una<br />
recorrida por paisajes musicales exóticos y fascinantes, desde<br />
los sonidos de Marruecos, el fado portugués, el tango porteño y<br />
la bossa nova brasileña, entre otras cadencias originales que impregnan<br />
con acentos particulares, unidos en una voz global, esta<br />
nueva placa de la consagrada y a la vez joven intérprete de jazz.<br />
Escuchar a esta talentosa cantante de Nueva Jersey es siempre<br />
una experiencia reveladora y feliz, es encontrarse con una forma<br />
de expresión a mitad de camino entre una vocalista berlinesa<br />
de cabaret de la década del 20 y la versión femenina de un<br />
crooner estadounidense de los años 50 en algún night club lujoso<br />
o en un crucero decadente; su voz es absolutamente balsámica.<br />
No es de extrañar, ya que comenzó a cantar a los 19 años<br />
casi como terapia, durante su rehabilitación luego de un terrible<br />
accidente automovilístico. El ocio obligatorio habitual de ese<br />
tipo de circunstancias, la llevó a experimentar con su anatomía<br />
como instrumento musical y como brújula hacia la recuperación<br />
física y psíquica. El arte, cuando encuentra su norte, puede<br />
aportar amables respuestas en la búsqueda de salud, tranquilidad<br />
y felicidad, aunque todavía tenga demasiado predicamento<br />
entre el público el estereotipo del artista atormentado por su<br />
sensibilidad, que se inmola para transmitir su obra. Resulta<br />
cada día más evidente que necesitamos más Melodys Gardots y<br />
menos Artauds, por ejemplo.<br />
Mira, el corte de difusión, aporta una tonada alegre y celebratoria<br />
de la vida, con aires de fado y acordeones y violines junto a<br />
las guitarras que subrayan la voz suave y envolvente, que adopta<br />
un registro poco menos que de canción de cuna, pero para<br />
adultos, en este tema cuya subyacente sensualidad se plasma<br />
de manera sutil pero también bastante explícita en el video de<br />
difusión, donde la joven cantante juega una escena de intimidad<br />
como parte de la situación que narra la canción.<br />
Curiosamente en Lisboa, la melodía enfila más hacia la bossa<br />
nova que al fado, con una cadencia intimista casi confesional.<br />
Aquí también se percibe el aspecto chamánico y “curativo” de<br />
la voz de esta sirena posmoderna que, en vez de embrujarnos,<br />
tiende por el contrario a desatarnos la mente con sus cálidos y<br />
suaves exorcismos musicales.<br />
El choro Iemanja, dedicado a la diosa del mar de las culturas<br />
afrobrasileñas, es una pieza de danza ineludible, donde la<br />
Gardot se torna tan contagiosa en su ritmo alegre como las<br />
mejores expresiones festivas de la legendaria Josephine Baker,<br />
aunque en este caso con un dejo de contención en la voz, que<br />
suena menos desatada o eufórica, y no hace más que potenciar<br />
el seguimiento del ritmo con todo el cuerpo, con la voz de los<br />
oyentes recorriendo los canales energéticos como quien tararea<br />
sin pronunciar las palabras de la letra.<br />
“Hay otros mundos y están en éste”, decía el poeta surrealista<br />
Paul Éluard. Melody Gardot es una cantante de jazz que propone<br />
un sonido que parece de otro mundo, pero a la vez nos<br />
ayuda a sentir y disfrutar del aquí y ahora como quien pisa descalzo<br />
el césped en una silenciosa y apacible tarde de verano.<br />
41
MÚSICA POPULAR<br />
Y al ver, VERÁS<br />
POR Carlos Salatino<br />
EL AUTOR DE ESTA NOTA FORMÓ PARTE DEL COMITÉ QUE REUNIÓ EL MATERIAL PARA LA MUESTRA<br />
SPINETTA: LOS LIBROS DE LA BUENA MEMORIA, REALIZADA EN LA BIBLIOTECA NACIONAL. AQUÍ NOS CUENTA<br />
CÓMO FUE ESA GRAN EXPERIENCIA<br />
“Cuánta gente. Estoy muy contento. Sólo que anoche mientras<br />
dormía tuve un sueño. Metía las manos en una pintura verde, ¡y<br />
amanecí así, loco…!”<br />
Esta frase fue disparada en la mañana del 23 de octubre de<br />
1973 en el Teatro Astral de Buenos Aires.<br />
Luis Alberto Spinetta comenzaba de esta manera, luego de<br />
despojarse de un par de guantes verdes, con la presentación<br />
en vivo de su por entonces último trabajo discográfico, Artaud,<br />
considerado por muchos como uno de los discos fundamentales<br />
del rock en nuestro país.<br />
Este es tal vez uno de los tantos recuerdos que motivaron la<br />
concreción de la muestra Spinetta: Los libros de la buena memoria<br />
que se lleva a cabo en la Biblioteca Nacional entre el 10<br />
de octubre y el 12 de diciembre.<br />
No fue fácil la decisión de hacerla. Hacía muy poco que el Flaco<br />
había partido dejándonos huérfanos de poesía.<br />
Pero la propuesta de Horacio González, director de la Biblioteca<br />
Nacional, estaba destinada a celebrar (más que a homenajear)<br />
la vida y la obra de un personaje central de la cultura de<br />
nuestros días.<br />
No obstante, para evitar toda intención especulativa o de apropiarse<br />
de la memoria del personaje, se propuso que era primordialmente<br />
necesaria la aprobación de su familia.<br />
“Nací como nace un capullo, como nacemos todos, junto al<br />
amor de los míos, que me dieron el sentido y el cuidado.”<br />
No fue sencilla la selección del material para exhibir en la
Y es que Spinetta solía (suele) sacudir los estamentos poéticos<br />
de la sociedad por medio de su música. Lo hizo siempre desde<br />
Almendra y lo acentuó con las lecturas que lo influyeron. Es por<br />
esto que en una de las vitrinas se expusieron las lecturas que lo<br />
acompañaron y lo alimentaron: Antonin Artaud, Carl Jung,<br />
Carlos Castaneda, entre otros.<br />
La osadía de Horacio González de hacer una muestra en la<br />
“Biblioteca de Borges” significa un reconocimiento hacia un<br />
artista que traspasó los límites de la lírica de una canción partiendo<br />
del surrealismo para transformarla en un disparador de<br />
sensaciones en el que cabe desde una canción de amor hasta el<br />
señalamiento de situaciones sociales, sin perder en ninguno de<br />
los casos altura artística.<br />
“Por momentos jugando, vi las cosas perfectas y el mundo<br />
infinito.”<br />
muestra. Y mucho menos lo fue para Eduardo “Dylan” Martí,<br />
fotógrafo, amigo íntimo de Spinetta por más de cuatro décadas<br />
y curador de la misma. Largas jornadas de selección y recolección<br />
de material fotográfico y gráfico, manuscritos de letras,<br />
dibujos, contactos con fotógrafos, amigos y músicos, reuniones<br />
de coordinación con los responsables de las distintas áreas de la<br />
Biblioteca.<br />
Cada imagen, tapa de disco, poema o dibujo tenía un significado<br />
mucho más profundo que el de la simple selección de elementos<br />
para exhibir en una muestra.<br />
Era adentrarse en la propia historia de los involucrados, situación<br />
que seguramente también vivió cada visitante de la exposición.<br />
Y es que Spinetta forma parte de la banda de sonido de nuestras<br />
vidas, y así como cada persona puede confeccionar el propio<br />
soundtrack de su existencia, desde Muchacha ojos de papel<br />
del primer disco de Almendra hasta Mi elemento de Un mañana<br />
de 2008, Luis atravesó estilos, modas y, por sobre todo, un par<br />
de generaciones que crecieron y se alimentaron culturalmente<br />
con su arte.<br />
“Luis se podría haber ganado la vida dibujando”, comenta<br />
Martí. Su creatividad excedía los límites de su música. En sus<br />
dibujos se puede apreciar un vuelo en el que las caricaturas de<br />
personajes imaginarios son complementados con epígrafes y<br />
descripciones de gran fantasía.<br />
Los autos, otra de sus pasiones, eran detalladamente diseñados<br />
con precisión de ingeniero. El trazo de su Rotring Art Pen (exhibida<br />
en una de las vitrinas) evidencia el grado de exigencia a<br />
la hora de dibujar fantasiosos vehículos de los denominados de<br />
“alta gama”. Estos aspectos vinculados a las artes plásticas son<br />
seguramente los que más sorprendieron a los visitantes de la<br />
muestra.<br />
“Luis era una persona muy generosa. Dibujaba y pintaba y<br />
regalaba sus trabajos a amigos y conocidos”, comenta Martí.<br />
En las piezas exhibidas puede reconocerse su trabajo en los<br />
primitivos programas de Pescado Rabioso o Invisible, la tapa<br />
del primer long play de Almendra o incluso en las ilustraciones<br />
de la tapa del disco El tiempo es veloz de David Lebon.<br />
En varios sentidos, Spinetta siempre tuvo en cuenta los criterios<br />
estéticos que quería imponer en sus trabajos discográficos, desde<br />
la ilustración de Jorge Visñoveski para Desatormentándonos<br />
de Pescado Rabioso (cuyo original estuvo exhibido y que Gustavo<br />
Spinetta, hermano de Luis, complementó para el diseño<br />
43<br />
“Crecí día a día, como lo hemos hecho todos, y al abrigo del<br />
hogar fui empezando a entender.”<br />
Fue emocionante tener en las manos manuscritos de temas<br />
como Hoy todo es hielo en la ciudad, correspondiente al segundo<br />
simple de Almendra publicado el 2 de diciembre de 1968, o<br />
de La bengala perdida, aparecida en el disco Téster de violencia<br />
del año 1988, en el que reflejaba el drama ocurrido con la<br />
muerte de un hincha de Racing en un partido de fútbol contra<br />
Boca, en el que fue alcanzado por una bengala disparada desde<br />
la tribuna local.
44<br />
de la tapa), pasando por la famosa carátula de Artaud (diseñada<br />
por Juan Gatti sobre la idea del propio Spinetta) hasta los últimos<br />
diseños encarados por Alejandro Ros, también participante<br />
en la puesta del homenaje.<br />
Muchas actividades paralelas se llevaron a cabo durante la exposición,<br />
como charlas, proyecciones de películas, documentales<br />
y conciertos y la actuación de Juan Carlos “Mono” Fontana<br />
y Claudio Cardone quienes con sus teclados ofrecieron en<br />
tres presentaciones la visión instrumental de la música que a lo<br />
largo de su carrera nos brindó Spinetta.<br />
Los días previos a la apertura de la muestra fueron de gran y<br />
emotiva labor y expectativa. Casi como si se estuviera a punto<br />
de recibir a un amigo al que hace tiempo que no vemos.<br />
Y es que Luis estaba presente en cada elemento que iba a formar<br />
parte de la muestra.<br />
Las vitrinas estaban ansiosas por recibir un material que tenía<br />
mucho que ver con la vida y la obra de uno de los artistas más<br />
influyentes de nuestro tiempo.<br />
Fue de esta manera que empezaron a ubicarse en ellas los<br />
recortes periodísticos, programas, fotos de la infancia, dibujos,<br />
imágenes de ensayos, conciertos y filmaciones de video clips,<br />
las tapas de los discos que conforman su extensa discografía,<br />
sus libros, sus manuscritos y dibujos, algunas de las ropas que<br />
usó para conciertos o filmaciones, la guitarra acústica con la que<br />
compuso los temas de Artaud o una enorme bandera de River<br />
Plate (el club de sus amores) con la leyenda “La bengala perdida”<br />
pintada con aerosol por su hermano Gustavo la tarde previa<br />
a la apertura de la muestra.<br />
Hasta que la llegada de Catarina Spinetta, trayendo un pequeño<br />
papel, escrito por su padre con tinta azul, marcó el que tal<br />
vez fue el punto más emotivo de esos días y que iba a marcar<br />
todas las jornadas desde ese momento.<br />
Un escrito (leído en la jornada de apertura por su otra hija,<br />
Vera Spinetta) que en cierta medida significaba una despedida<br />
del “hombre de luz” que, con la serenidad y la sabiduría de saberse<br />
querido y comprendido por tantas personas a lo largo de<br />
“todos estos años de gente”, nos dejaba el último mensaje que<br />
antecedía a su luminoso viaje.<br />
“Ahora comprendo que el infinito no ha cambiado: está presente<br />
cuando miramos al cielo los que lo amamos...”<br />
TORI AMOS: GOLD DUST<br />
Veinte años después del lanzamiento de su<br />
consagratorio álbum Little Earthquakes, la cantante,<br />
pianista y compositora retoma parte de<br />
ese material en soberbias versiones orquestales<br />
junto a The Metropole Orkest dirigida por Jules<br />
Buckley. Comenta Amos que siempre pensó su<br />
música en formato orquestal, y este trabajo le<br />
da la razón. Un disco que la encuentra en la<br />
madurez de su creatividad.<br />
DANIEL DREXLER: MAR ABIERTO<br />
Quinto disco de estudio de este artista que<br />
incluye doce temas con aires de milonga, candombe,<br />
zamba, chacarera, bossa nova y afoxé.<br />
Un CD en el que Drexler aborda el tema de la<br />
comunicación y los vínculos en este mundo tan<br />
interconectado. Con sonoridades que ya empiezan<br />
a ser marca registrada de su obra, este<br />
trabajo encuentra a Drexler en un momento de<br />
gran creatividad y expresividad conceptual.<br />
FRANCO LUCIANI TRIO: TANGO<br />
FRANCO LUCIANI CUARTETO: FOLKLORE<br />
El gran armoniquista argentino continúa con<br />
su trabajo al abordar, con igual maestría, estos<br />
dos géneros de nuestra música popular en<br />
sendos trabajos discográficos. En ambos volúmenes<br />
cuenta además con la participación de<br />
Juan Carlos Baglietto, Lidia Borda, Pedro Aznar,<br />
Néstor Basurto y Franco Exertier como músicos<br />
invitados. Luciani continúa recorriendo su<br />
camino artístico con gran calidad y creatividad.<br />
DIEGO FRENKEL: CÉLULA<br />
El ex líder de La Portuaria consigue en este<br />
álbum una síntesis de su personalidad musical.<br />
Un trabajo con un sentido rítmico de gran<br />
nivel, excelentes coloraturas tímbricas y armónicas<br />
aportadas por los arreglos de cuerdas a<br />
cargo del propio Frenkel. Sin dudas se trata de<br />
uno de los trabajos más personales de la carrera<br />
de un artista que no duda en reinventarse a sí<br />
mismo.<br />
MALENA MUYALA: PEBETA DE MI BARRIO<br />
Malena Muyala realizó un trabajo de antropología<br />
musical en su recorrida por los distintos<br />
barrios de Montevideo. De esa experiencia<br />
surgieron un libro (en el que los vecinos<br />
mencionaban los tangos que los marcaron en<br />
sus vidas) y este disco, en el que la intérprete<br />
exhibe su fresca mirada sobre tangos emblemáticos<br />
de las dos orillas del Río de la Plata, como<br />
Desde el alma, Naranjo en flor, Ché bandoneón<br />
o Garufa.
INTERNET<br />
http://journalismcentre.co.uk/courses/music-journalism/<br />
No es lo más común pero, muchas veces, los casamientos ocurren como<br />
ceremonias de masas. En todo el mundo se celebran uniones con diferentes<br />
improntas y tradiciones. Aquí hay un compilado de 45 fotos que repasan las<br />
ceremonias más coloridas y los acontecimientos más extravagantes de novias y<br />
novios de todo el mundo.<br />
http://duolingo.com<br />
Este sitio permite aprender idiomas al tiempo que traduce textos: a medida que<br />
el usuario avanza en su aprendizaje ayuda a traducir web y otros documentos.<br />
Hasta el momento, ofrece cursos de español, francés y alemán para angloparlantes<br />
e inglés para hispanoparlantes, pero está previsto ofrecer también cursos<br />
de italiano, portugués y chino. Además, es gratuito.<br />
http://www.openculture.com/2010/11/the_last_days_of_leo_<br />
tolstoy_a_century_ago.html<br />
León Tolstoi murió hace más de cien años, a pocos días de haber dejado a su<br />
mujer, su fortuna y sus comodidades para mudarse a Sharmardino, donde vivía<br />
su hermana. Allí pensaba pasar el resto de su vida. Sus 82 años y su débil salud<br />
hicieron que no soportara las 26 horas de viaje. Su gran legado filosófico y<br />
literario recorre el mundo desde entonces. En este link se lo ve en esos últimos<br />
días. El clip forma parte de un especial de la BBC de 1969.<br />
http://designobserver.<br />
com/50Books50Covers/2011covers.html<br />
Un verdadero amante de la literatura y del arte no se<br />
aburre de ver cosas como estas: las 50 tapas más bellas de<br />
libros que son nada menos que los ganadores del festival<br />
50 Books, 50 Covers (50 libros, 50 tapas) 2011. El diseño<br />
puesto al servicio del primer contacto entre el lector y una<br />
gran historia.<br />
http://lalunayelarte.blogspot.com.ar/<br />
En esta web hay detalles del trabajo que hace Romi Amodei al servicio de los<br />
artistas en plena expansión, quien consagra su profesión de Organizadora<br />
Integral de Eventos al intercambio cultural, especialmente en el universo de las<br />
artes visuales.<br />
https://www.pulse.me/<br />
Esta aplicación predilecta para leer noticias en un formato con diseño. Al igual<br />
que la aplicación móvil, en su versión web, reúne contenido de miles de sitios,<br />
recaba sus fuentes de noticias y blogs favoritos en un solo lugar, permitiéndole<br />
navegar, leer y compartir las historias con tus amigos o en redes sociales. Hasta<br />
hace pocos estaba disponible para smartphones solamente, pero ya puede<br />
usarse en notebooks y PC.<br />
http://www.flavorwire.<br />
com/325553/15-famous-authorsadorable-school-photos?all=1<br />
Sabemos qué escribieron, sabemos algo<br />
de sus vidas si nos sumergimos a repasar<br />
sus biografías. Pero ahora podremos saber<br />
cómo eran de niños durante los años en los<br />
que asistieron al colegio. J. D. Salinger, Jack<br />
Kerouac y hasta Jorge Luis Borges aparecen<br />
en este link.<br />
http://www.archivogeek.com/windows/software/10-programasgratuitos-para-recuperar-archivos-borrados/<br />
Esta es una lista de programas que permiten recuperar archivos perdidos de la<br />
computadora. Son fáciles de instalar y de utilizar.<br />
http://www.darkroastedblend.com/2012/09/most-dangerousroads-in-world-part-7.html<br />
Llega el verano y es tiempo de vacaciones. En este link hay una galería de imágenes<br />
impresionantes de los caminos y rutas más peligrosos del mundo.<br />
http://worldc.am/<br />
Para los fanáticos de Instagram, la aplicación<br />
que permite tomar fotos desde<br />
un iPhone o iPad con filtros simples de<br />
diseño. Con esta aplicación es posible<br />
seleccionar un lugar del mundo para<br />
hallar las fotos tomadas allí, a modo<br />
de galería de imágenes itinerante. Vale<br />
la pena hacer la prueba seleccionando,<br />
por ejemplo, Buenos Aires.<br />
45
MÚSICA CLÁSICA<br />
Gioacchino Rossini<br />
El hedonista<br />
POR Nadia Koval<br />
ESCRIBIÓ UNA GRAN CANTIDAD DE ÓPERAS Y SE GANÓ EL RESPETO DEL PÚBLICO Y DE SUS COLEGAS.<br />
AL RETIRARSE SE DEDICÓ A SU OTRO GRAN AMOR, LA COCINA<br />
Este año se conmemora el 220° aniversario de Gioacchino<br />
Rossini, uno de los compositores más prolíficos de la música<br />
clásica quien, además, tuvo la fortuna de nacer un 29 de febrero.<br />
Es por eso que, desde 1792, estrictamente sólo han pasado<br />
53 cumpleaños suyos. Entre los compositores italianos del siglo<br />
XIX, Rossini ocupa un lugar especial. Él no sólo revivió y reformó<br />
la ópera italiana, sino que también tuvo un enorme impacto<br />
en el desarrollo del arte operístico en toda Europa. “El Maestro<br />
Divino” –lo llamaba Heinrich Heine, que veía a Rossini<br />
como “el Sol italiano que difundía sus rayos sonoros por todo el<br />
mundo”–. Junto con Mozart y Beethoven, Rossini es uno de<br />
los compositores más conocidos por el público en general, en<br />
buena medida por el uso que se le dio a su música en el área<br />
del entretenimiento masivo. Por ejemplo, en la primera mitad<br />
del siglo XX, los principales exportadores de dibujos animados<br />
usaron su música para ambientar diferentes historietas. De ahí<br />
es que cuando uno escucha, por ejemplo, las oberturas de Guillermo<br />
Tell o de El barbero de Sevilla, recuerda su infancia.<br />
Rossini nació en Pésaro (Italia). Su padre era un cornista<br />
aficionado, quien transmitió al pequeño un gran amor por la<br />
música. Sus dotes innatas se revelaron muy pronto: a la edad<br />
de 14 años, había compuesto su primera ópera, llamada Demetrio<br />
e Polibio, y cuando tenía 18 años se estrenó en Venecia El<br />
Contrato Matrimonial. Las óperas de la época de Nápoles, la<br />
ciudad a la que el compositor se trasladó en 1815, demostraron<br />
su creciente talento: allí fueron producidas sus óperas serias<br />
de inmenso valor para las voces más importantes de su tiempo,<br />
tales como, la de Giovanni Rubini. En 1816 fue estrenada su<br />
ópera Barbero de Sevilla, que hasta ahora se considera la más<br />
famosa de las óperas bufas.<br />
La década de 1820, aportó a Rossini muchos momentos felices:<br />
desde contraer matrimonio con Isabella Colbran (mezzosoprano,<br />
que estrenó varias de sus óperas), hasta conseguir el<br />
reconocimiento internacional, que incluyó el ofrecimiento,
en París, del puesto de primer Compositor del Rey. En 1823<br />
se trasladó a Francia. Allí compuso una ópera que celebraba<br />
la coronación de Carlos X. En 1829 escribió Guillermo Tell,<br />
definiendo su consagración. Curiosamente, ésta sería su última<br />
ópera, aun cuando le quedaban 40 años de vida por delante.<br />
Sigue siendo un misterio el hecho de por qué Rossini dejó de<br />
componer óperas. Son muchas las teorías que tratan de dar<br />
respuesta a esta pregunta: desde el aburrimiento hasta la falta<br />
de necesidad, dada la riqueza que ya había acumulado, pasando<br />
por problemas de salud. Pero también existía la opinión de que<br />
Rossini había dejado la música para dedicarse a su otra pasión,<br />
la gastronomía.<br />
Como anécdota y en referencia al apasionamiento por la gastronomía,<br />
se dice que en toda su vida lloró únicamente en dos<br />
ocasiones: por la muerte de su padre, y cuando se le cayó por la<br />
borda del barco un pavo trufado. Situación comprensible, si se<br />
tiene en cuenta que para Rossini la trufa era “el Mozart de las<br />
setas”.<br />
Rossini, además de haber tenido muy buen gusto por la comida,<br />
era un excelente cocinero. Le gustaba sobre todo preparar macarrones;<br />
un paté de pollo con cangrejos a la mantequilla y los<br />
conocidísimos de canelones a la Rossini que aún hoy gozan de<br />
excelente salud.<br />
Los que conocían al compositor personalmente, siempre recordaban<br />
“los sábados musicales” de Rossini. Según la descripción<br />
que hizo el famoso crítico musical Filippo Filippi (1830-1887),<br />
para Rossini el sábado era un día excepcional, pues invitaba a<br />
cenar a dieciséis personas a su casa. Los invitados debían vestirse<br />
con traje de gala, mientras él usaba una zimarra (especie de<br />
sotana larga) y su corbata era sostenida con un broche de un medallón<br />
de Handel. La escrupulosidad que Rossini ponía en estas<br />
cenas, se reflejaba no sólo en los platos que servía, sino también<br />
en el refinamiento de la vajilla y de la decoración de la casa.<br />
La elección de los invitados se hacía por tres motivos: en primer<br />
lugar por tener la capacidad de divertir e interesar a Rossini;<br />
en segundo lugar por demostrar una extrema deferencia hacia<br />
Olimpia Pélissier (la segunda esposa, con quien se casó tras la<br />
muerte de Isabella); y en tercer lugar por distinguirse en algún<br />
ámbito. La variedad del público estaba asegurada y por la casa<br />
pasaban muchas personas célebres: Carafa, Verdi, el príncipe<br />
Poniatowski, Alejandro Dumas, Gustave Doré, el barón<br />
Rothschild, el barón Haussmann, etc. La señora Olimpia jugaba<br />
un papel muy importante en estas comidas: pretendía ser<br />
honrada igual que su marido; sólo era necesario que alguno de<br />
los invitados no le devolviese un cumplido para ser borrado de<br />
la lista de la siguiente invitación. Por otra parte, Olimpia obraba<br />
como freno a la desmedida generosidad de Rossini.<br />
Durante su vida el músico recibió las condecoraciones más<br />
importantes de Francia e Italia. Rossini falleció en Passay, cerca<br />
de París, en 1868. Fue enterrado en el Cementerio del Pere-<br />
Lachaise. En 1887 sus restos fueron trasladados a Florencia,<br />
a la Basílica de la Santa Croce, junto a sus gloriosos paisanos:<br />
Galileo Galilei, Dante y Miguel Ángel.<br />
RECOMENDADO DE NOTA PRINCIPAL<br />
ROSSINI: ARMIDA<br />
Armida es una ópera de tres actos compuesta<br />
por Rossini sobre un libreto de Giovanni Schmidt.<br />
Fue estrenada en el Teatro di san Carlo,<br />
Nápoles, el 11 de noviembre de 1817. El papel<br />
principal es uno de los más largos y difíciles<br />
de Rossini, con pasajes de coloratura comprometidos<br />
durante toda la obra. Los momentos<br />
más notables son el aria “D’amore al dolce<br />
impero” del segundo acto, los dúos entre<br />
Rinaldo y Armida, y partes del final del tercer<br />
acto. La versión recomendada fue realizada en<br />
Metropolitan Opera de Nueva York, en abril de<br />
2010. El personaje principal estuvo a cargo de<br />
la reconocida soprano Renée Fleming.<br />
NOVEDAD<br />
CECILIA BARTOLI: MISSION<br />
Tras el enorme éxito artístico y comercial de<br />
Sacrificium (2009), Cecilia Bartoli se centra<br />
en el barroco temprano por primera vez en<br />
su carrera discográfica, descubriendo un tesoro<br />
de bella música en un álbum compuesto<br />
casi en su totalidad de primeras grabaciones<br />
mundiales. El álbum gira entorno a la música<br />
de Agostino Steffani (1654-1728), compositor<br />
italiano poco conocido, e incluye arias solistas<br />
de varios estilos, varios dúos, numerosas piezas<br />
solistas con coro e interludios instrumentales<br />
que crean una transición orgánica de una pieza<br />
a la otra y un arco que se extiende de principio<br />
a fin del disco.<br />
PARA ARMAR SU COLECCIÓN DE MÚSICA CLÁSICA<br />
HOROWITZ PLAYS LISZT<br />
Debido al bicentenario del nacimiento de Liszt,<br />
Sony Classical realizó una serie de grabaciones<br />
de Liszt. Una de ellas está representada<br />
por cuatro discos interpretados por Vladimir<br />
Horowitz.<br />
A pesar de que todo este material ha salido<br />
anteriormente en diferentes compañías discográficas,<br />
esta colección ofrece una excelente<br />
oportunidad para escuchar las composiciones<br />
de Liszt, que era el mejor pianista del siglo XIX,<br />
interpretadas por el mejor pianista del siglo XX.<br />
LIBRO RECOMENDADO<br />
DIEGO FISCHERMAN: ESCRITO SOBRE<br />
MÚSICA<br />
Uno de los mayores atributos de la música, se<br />
dice, es saber interpretar sus silencios. El crítico<br />
italiano Claudio Casini afirmó que la música en<br />
la actualidad es más consumida que comprendida:<br />
“cualquier publicista se la apropia para<br />
vender con más eficacia salchichas o detergentes”.<br />
Y si bien tal afirmación es cierta, la música<br />
no está destinada únicamente a aquellos que<br />
han estudiado su técnica y conocen sus sinuosidades.<br />
El autor apela para ello a una refinada<br />
erudición que entronca a la perfección con una<br />
prosa fluida y bella, que le permite desplazarse<br />
con elegancia por todo el arco del diapasón<br />
sonoro.<br />
47
ENTREVISTA VI<br />
Diego Gentile<br />
Las ventajas de la<br />
obsesión<br />
POR Nancy Giampaolo<br />
CHARLA CON EL ACTOR QUE ENCARNA A UN OBSESIVO EN UNA DE LAS OBRAS TEATRALES MÁS EXITOSAS<br />
DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS<br />
Es uno de los seis protagonistas de Toc-Toc, la obra que<br />
no cesa de convocar a un público interesado por un tema<br />
complicado, como lo es el de los trastornos obsesivocompulsivos,<br />
que es tomado con humor y sin ironía. Carísmático<br />
y sencillo, Diego Gentile formó, además, parte<br />
de los elencos de tiras muy populares como Sos mi vida y<br />
La niñera, y se lució en un unipersonal de teatro independiente.<br />
Actor todo terreno que acumula prestigio y aplau-
sos en ámbitos variados y exigentes, cuenta anécdotas,<br />
detalla gustos, trabajos y favoritos del tiempo libre.<br />
–Después de haber hecho temporada de verano en<br />
Mar del Plata, ¿cómo siguió su año laboral? Este año<br />
sigo con Toc-Toc, con ocho funciones por semana, agotadas,<br />
casi 3.600 personas por semana, un locurón. También<br />
estuve con Matar cansa, el unipersonal de Santiago Loza.<br />
–Viene interpretando a una persona con un trastorno<br />
obsesivo-compulsivo desde hace muchas funciones,<br />
¿qué le sucede en la medida que pasa el tiempo<br />
y se suman funciones? Toc-Toc no deja de sorprenderme,<br />
cada vez que llego al teatro y está el cartelito de localidades<br />
agotadas, después de alrededor de 600 funciones,<br />
es muy lindo. Lo mejor es la experiencia de hacer la obra,<br />
como actor no estoy acostumbrado a la popularidad por la<br />
vía teatral. En ese sentido Toc-Toc es como hacer tele en<br />
teatro. La gente, de hecho, habla en la platea, grita, señala,<br />
como si estuvieran en el living de su casa, se sienten cómodos,<br />
se reconocen en los personajes y se ríen mucho. Y<br />
el elenco funciona con mucho humor, es la primera vez en<br />
las carrerras de todos los que hacemos la obra que vivimos<br />
un fenómeno teatral de esta magnitud, y como sabemos<br />
que tiene una regia proyección a futuro y que la convivencia<br />
depende de nosotros, hablamos mucho: nos decimos<br />
las cosas, nos escuchamos, nos corregimos. Marcha muy<br />
bien.<br />
–Hubo personas del público que compartieron su<br />
condición con ustedes… Sí, varias veces nos hablaron a<br />
la salida pacientes con distintos tocs y nos agradecen, nos<br />
dicen que el tema está tratado con humor, respeto y sin<br />
solemnidad; y que eso les resulta muy conmovedor. Una<br />
vez hubo en la platea una chica con Tourette (N. de la R.<br />
trastorno caracterizado por múltiples tics motores y de la<br />
voz) que estuvo durante la obra exclamando y dando gritos,<br />
el personaje de Dayub padece de Tourette en la obra,<br />
y entonces se armó como un diálogo involuntario entre<br />
persona y personaje, esa función fue muy fuerte. Otro día,<br />
al terminar la función, una pareja joven pidió entrar a la<br />
sala para que la chica de la pareja levantara todos los papeles<br />
de la sala vacía. Ella necesitaba hacer eso, no se podía<br />
ir de ningún lugar sin levantar todos los papeles del suelo.<br />
–¿Y cómo fue hacer temporada en Mar del Plata?<br />
Hacer Toc-Toc en Mardel fue una fiesta, porque una comedia<br />
y el verano parece que hacen una pareja explosiva<br />
(Risas). Yo amo Mardel, mis abuelos vivieron allá durante<br />
toda mi adolescencia, es un lugar en el que yo caminaba<br />
de chico y pensaba: “¿Vendré a trabajar alguna vez acá?”.<br />
Mis abuelos no llegaron a verme, pero este verano se resignificaron<br />
Mardel y los recuerdos para mí, fui muy feliz<br />
y ya tengo ganas de que llegue diciembre para ir a hacer la<br />
nueva temporada marplatense. Imaginate que era el Neptuno,<br />
un teatro de 1.000 localidades, así que las reacciones<br />
eran tres veces más grandes, las risas llegaban al escenario<br />
como una ola, muy placentero todo. También espero el<br />
momento de ir de gira por el interior. Mendoza será un<br />
punto seguro.<br />
–En el unipersonal de Santiago Loza, Matar cansa,<br />
usted se carga todo al hombro… Hacer Matar cansa es<br />
el gran placer para mí. Es una obra tan oscura, tan bella…<br />
que me parece el complemento genial para Toc-Toc, ideal<br />
para estar haciendo en el mismo momento. Cuando apareció<br />
la posibilidad de que Santiago Loza escriba este monólogo<br />
para mí, y que lo dirija Martín Flores Cárdenas, no<br />
dudé para nada, me daba mucha ansiedad, nervios, y eso<br />
me parece una buena señal para encarar un trabajo. Salir<br />
de la comodidad esta buenísimo, como actor uno tiene que<br />
estar atento. Uno tiende a acomodarse y no está bueno, no<br />
se crece así. Matar cansa implicó uno de los mejores procesos<br />
de ensayo que experimenté. Y ver las expresiones de<br />
la gente en la platea, cuando ves que se están pegando un<br />
viaje con vos, es genial. Admiro mucho el trabajo de Flores<br />
Cárdenas y de Loza: cuando uno admira, confía. A veces<br />
te desilusionás, este no fue el caso para nada.<br />
–¿Que hace en el tiempo libre? En mis días libres trato<br />
de ver a mi gente, salgo a almorzar, voy al teatro a ver todo<br />
lo que puedo, en general los martes voy a algún estreno, ya<br />
que es mi única noche libre, mucho cine, mucha serie en<br />
DVD. Camino mucho escuchando música, me hago masajes,<br />
terapia. Así se resumen mis días. Ah, y me divierto<br />
mucho, me río mucho, trato de disfrutar, que no es algo<br />
que nos banquemos mucho, disfrutar.<br />
–Ama el cine y las series, ¿qué estuvo viendo últimamente?<br />
Me llevé a la temporada marplatense mucha<br />
serie para ver, vi todo Will & Grace en orden y fue una<br />
gran compañía. Estoy volviendo a ver Six feet under, y es<br />
la mejor. Viajé a Nueva York de vacaciones en marzo y me<br />
traje 148 DVD, entre ellos la serie The Comeback con Lisa<br />
Kudrow de Friends, y es una maravilla. Vi la primera temporada<br />
de In treatment y me gustó mucho, me pareció una<br />
tele muy arriesgada, con tiempos muy arriesgados. En cine<br />
me partió la cabeza Tenemos que hablar de Kevin, de verdad<br />
me dejó laburando la capocha mucho tiempo. También<br />
me gustaron mucho El último Elvis, La invención de<br />
Hugo Cabret, J. Edgar y Los Muppets. Y en teatro la pasé<br />
genial con Forever young, cuando ves una comedia que<br />
divierte, con una gran dirección y un gran elenco y que<br />
la gente hace una fiesta en la platea, es lo más. Y disfruté<br />
mucho Buena gente y Nueve noches y diez días.<br />
49
AGENDA<br />
Pedazos<br />
Un recital de música, teatro y poesía que despide el año con todo. Como el<br />
primer domingo de cada mes, la actriz, cantante y poeta Irene Goldszer cierra<br />
el año con su show íntimo. El 2 de diciembre, a las 21.30 hs.<br />
Camarín de las Musas: Mario Bravo 960; Tel. 4862-0655<br />
Sabina–Serrat<br />
Los cantautores vuelven a celebrar una maravillosa gira de conciertos juntos y<br />
Argentina será el último lugar en el que concreten esta cita.<br />
5 de diciembre de 2012, a las 21:30 hs.<br />
La Bombonera: Brandsen 805<br />
50<br />
Norah Jones<br />
Norah Jones apareció hace diez años y<br />
revolucionó el mundo del pop con su particular<br />
estilo y su versátil voz. En esta oportunidad,<br />
presenta su disco Little Broken Hearts, conjunto<br />
sombrío de canciones que tejen historias de<br />
amor que salen mal y que todos deberíamos<br />
escuchar.<br />
8 y 9 de diciembre, a las 21 hs.<br />
Estadio Luna Park: Av. Madero 420;<br />
Tel. 4311-1990<br />
Personal Fest<br />
La 8° edición es una propuesta integral, innovadora y participativa, con las<br />
bandas de mejor trayectoria y los grupos más importantes del momento. Entre<br />
ellos: Kings of Leon, Clap your hands and say yes, Fiona Apple y artistas nacionales<br />
como Babasónicos.<br />
1 y 2 de diciembre, desde las 16 hs.<br />
Estadio GEBA: Marcelino Freire 3831<br />
Madonna<br />
Vuelve la reina del pop y trae una puesta en escena con lo último en tecnología.<br />
Hará de la noche una fiesta en la que repasará toda su carrera.<br />
13 de diciembre a las 21 hs.<br />
Estadio River Plate: Av. Figueroa Alcorta 7597; Tel. 4789-1200<br />
Oh! la India<br />
La nueva exposición de la<br />
reconocida artista Marcela<br />
Estrada aborda La India y sus<br />
simbologías, colores y misterios.<br />
Sus trabajos recientes subrayan<br />
una convivencia entre la paz<br />
y la armonía en un mundo de<br />
personajes diversos.<br />
Hasta el 9 de enero de 2013.<br />
Galería Sara García Uriburu:<br />
Uruguay 1223; Tel. 4813-0148<br />
De Tigre a Libertad<br />
Esta exposición es unhomenaje al prestigioso arquitecto francés Pablo Pater, en<br />
ocasión del primer centenario del Edificio que alberga el MAT - Museo de Arte<br />
de Tigre.<br />
Hasta el 27 de enero de 2013.<br />
Museo de Arte de Tigre: Paseo Victorica 972, Tigre, Buenos Aires;<br />
Tel. 4512-4528<br />
Tattoo Convention<br />
El gran encuentro de los artistas del tatuaje tendrá su versión veraniega, inaugurando<br />
una agenda que cruzará el año entero. Exponentes nacionales e internacionales<br />
vendrán a dar cátedra de esta disciplina, en términos de arte.<br />
18, 19 y 20 de enero 2013.<br />
Torreón del Monje, Mar del Plata, Argentina<br />
Retrospectiva de Giacometti<br />
Gran muestra del suizo Alberto Giacometti (1901-1966) que reúne, por primera<br />
vez en Sudamérica,140 de sus obras pertenecientes, en su mayoría, a la Colección<br />
de la Fundación Giacometti de París. Giacometti es uno de los más notables<br />
artistas del siglo XX que se formó con Cezanne y en quien influyó tanto el<br />
cubismo, como el surrealismo y el arte africano.<br />
Hasta el 10 de enero de 2013.<br />
Fundación Proa: Pedro de Mendoza 1929, en La Boca<br />
Festival de Cosquín<br />
Es la fiesta de la música folklórica de América Latina, y el más importante<br />
de Argentina. Se celebrará en el Escenario Atahualpa Yupanqui, en la plaza<br />
Próspero Molina.<br />
Del 19 al 27 de enero de 2013.<br />
Cosquín, provincia de Córdoba | www.aquicosquin.org
FESTEJOS<br />
La casa<br />
POR LA VENTANA<br />
LA LIBRERÍA Y EDITORIAL EL ATENEO CUMPLIERON 100 AÑOS. PARA FESTEJARLO,<br />
EL GRAND SPLENDID SE VISTIÓ DE FIESTA<br />
Con más de quinientos invitados, el Grupo Ilhsa celebró el acontecimiento con los más destacados representantes de la cultura.<br />
Editores, escritores, artistas y periodistas se dieron cita en el emblemático Grand Splendid. Lalo Mir fue el presentador que abrió<br />
la fiesta. Luego de las palabras del director general del grupo, Adolfo de Vincenzi, invitó a disfrutar del espectáculo multimedia<br />
llamado El círculo de la vida, que combinó una puesta con actores en escena, música y mapping en la cúpula, musicalizado con<br />
canciones de cada década del siglo. Cerró la noche Vicentico –cuyas placas son las más vendidas en la historia de El Ateneo–<br />
mientras algunos se atrevieron a bailar.<br />
1 2 3<br />
51<br />
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9<br />
1. Ezequiel Martínez, Luz Henríquez y Vlady Kociancich / 2. Eduardo Grüneisen, Adolfo de Vincenzi y Ricardo Grüneisen / 3. Marcos Aguinis y<br />
Roberto Lavagna / 4. Gustavo Nielsen, Vicente Battista y Guillermo Martínez / 5. Gabriel Rolón, Lea Zampino, Charly Nieto, Federico Andahazi e<br />
Ignacio Iraola / 6. Iván Petrella, Sebastián Maronese y Teresa Grüneisen / 7. Claudia Piñeiro y Ezequiel Mario Martínez / 8. Lalo Mir / 9. Vicentico
TEMA DE TAPA V<br />
Con LOS<br />
MINUTOS<br />
CONTADOS<br />
POR Patricio Vega*<br />
CUANDO ELLA ESPERA DE ÉL QUE LA DIVIERTA, CUANDO EL OCIO SE CONFUNDE CON HASTÍO<br />
52<br />
Es sabido que un hombre es capaz de hacer cualquier cosa<br />
cuando está enamorado o, al menos, supone estarlo. Hace<br />
mucho tiempo, cuando todavía me entregaba manso y resignado<br />
a ese pitching del alma, a ese casting de apariencias<br />
que muchos llaman cita, conocí a una chica. Vamos a llamarla<br />
Mariana. Mariana era artista plástica o, mejor dicho, estaba<br />
en el último año de la carrera de Bellas Artes. Pasé la primera<br />
prueba raspando, pero eso me dio la chance de nuevas citas<br />
con ella. Un día, durante uno de esos silencios que se producen<br />
cuando alguien busca tema de conversación, Mariana me<br />
dijo: “Estoy aburrida. Hagamos algo divertido”. Algún distraído<br />
podría pensar que sus palabras eran una clara y salvaje<br />
invitación a liberar nuestros fluidos amatorios. No, eso ya lo<br />
habíamos hecho. La frase de Mariana no encerraba ninguna<br />
metáfora, era literal. Estaba realmente aburrida y no otro que<br />
yo era el culpable de su estado de ánimo. Para mí fue como el<br />
aguijón de una avispa. Sentí la responsabilidad de proporcionarle<br />
diversión y, sobre todo, la urgencia de hacerlo a la brevedad.<br />
Pensé qué cosas me divertían a mí y así le puse nombre<br />
a algo que ya sabía; mi vida está sostenida sobre la tríada<br />
música, literatura y cine. Claro que para Mariana hablar sobre<br />
un solo de Coltrane con sus amigos era más placentero que<br />
escucharlo; y Salinger, mi escritor favorito por esos años, le<br />
resultaba –¡ay sí!– aburrido. Para salir del paso en ese momento<br />
conté alguna anécdota apócrifa tratando de exagerar<br />
su costado humorístico. El relato surtió un módico efecto que<br />
me permitió alargar la agonía sólo un poco más. ¿Qué hacer?<br />
No mucho. El acta de defunción de nuestra relación estaba ya<br />
firmada. Al menos intentaría sacar algunas provechosas conclusiones<br />
del asunto.<br />
Caí en la cuenta de que en el cine todas las citas funcionan<br />
bien. El hombre pasa rápidamente de “¿Puedo invitarte un<br />
trago?” a acorralar a la dama en cuestión contra la pared de<br />
su cuarto y de ahí a fundirse desnudos en una perfecta coreografía<br />
sexual. Las cosas no son así, por lo menos, no en<br />
mi experiencia. Y no sólo en cuestiones amorosas se da este
mágico encadenamiento de acciones. Suena el despertador,<br />
el protagonista despierta y ya está lavándose los dientes; casi<br />
sin enjuagarse se acomoda la corbata frente al espejo y ya está<br />
encendiendo el motor del auto para salir a toda velocidad.<br />
Con lo que a mí me cuesta despertar a la mañana. Todo esto<br />
gracias al montaje que piadosamente nos evita las partes intrascendentes<br />
del relato en un procedimiento conocido como<br />
elipsis. ¡Eso es! La elipsis es enemiga acérrima del ocio. Los<br />
personajes de un film nunca están sin hacer nada. Ok, hay<br />
excepciones, pero no es el cine que quisiera discutir acá. Lo<br />
que quiero decir es que la cámara los encuentra siempre en<br />
una situación dramáticamente importante ya sea para el desarrollo<br />
de la historia o para el crecimiento del conflicto interno<br />
del personaje. Un film es un fragmento de vida ordenado<br />
con sentido, pero ¿y la vida? No tenemos forma de elipsar los<br />
momentos triviales, no hay manera de esquivar el tiempo. Y<br />
es esa asfixiante presencia del tiempo la que crea angustia.<br />
El aburrimiento no es más que la traducción superficial de<br />
una angustia constitutiva. Definitivamente no podía decirle<br />
esto a Mariana. Hubiera sonado aburrido. Primera conclusión:<br />
el cine ha modificado nuestra percepción del mundo<br />
y, sobre todo, nuestra percepción del tiempo. Después de<br />
cien años de relatos elipsados nos cuesta aceptar que nuestra<br />
vida transcurre a un ritmo distinto del cinematográfico, que<br />
si bien todo lo que hacemos es para trascender el tiempo no<br />
podemos evitar ser atravesados por él. En el cine, el tiempo<br />
real queda abolido, mientras que en la vida somos arrojados<br />
a un tiempo caótico y pegajoso. En ese momento Mariana<br />
chistó los dedos frente a mi nariz. “¡Ey! ¿Qué pensás?” Salí de<br />
mi ensoñación filosófica. “¿Por qué no vamos al cine?, sugerí.<br />
“Uy, no, siempre al cine”, replicó ella. Eso terminó de instalar<br />
el cadáver de nuestro efímero romance seis metros bajo<br />
tierra.<br />
Tiempo después conocí a otra chica. Pongámosle el nombre<br />
que quieran. Era nuestra segunda o tercera cita y disfrutábamos<br />
de una cerveza al aire libre. Me sentía tranquilo, conectado,<br />
en sintonía, pero una alarma se encendió de repente. ¿Y<br />
si ella se estaba aburriendo? La miré; imposible descifrarla.<br />
“¿Querés que hagamos algo, vamos a algún lado?”, arriesgué<br />
expectante. Le dio un sorbo a la cerveza antes de reponderme.<br />
“Por mí no, yo estoy bien así”. Sonreí y me relajé.<br />
Conclusión número dos: el Universo compensa. Sólo hay que<br />
darle tiempo al tiempo.<br />
*<br />
Premio Konex 2011, es guionista profesional de cine y televisión y se dedica a<br />
la docencia desde hace más de 10 años. Fue coordinador autoral del exitoso<br />
ciclo Los simuladores; creador de la idea original de la serie Hermanos y<br />
detectives, además de autor de guiones junto a Damián Szifrón. Es uno de los<br />
guionistas más reconocidos del medio cinematográfico con tres largometrajes:<br />
La señal, dirigido por Ricardo Darín, Música en espera, de Hernán Goldfrid y<br />
Mi primera boda, de Ariel Winograd.<br />
Dirige El laboratorio de guión, escuela destinada a la formación integral<br />
de guionistas.
ENTREVISTA VII<br />
Hablar de amor<br />
POR Pablo Bassi<br />
EXITOSA EXPONENTE DEL GÉNERO LLAMADO ROMÁNTICO, VIVIANA RIVERO, LA ESCRITORA CORDOBESA,<br />
PASÓ POR BUENOS AIRES PARA PRESENTAR SU ÚLTIMA NOVELA, LO QUE NO SE DICE<br />
Los boer son una comunidad de holandeses y alemanes asentada<br />
en el sur de Sudáfrica a mediados de siglo XVII. Gran<br />
Bretaña los invitó a irse a fines de siglo XIX para explotar sin<br />
resistencias una mina de diamantes. Los boer rechazaron el<br />
convite y el Reino Unido, pues, descargó su arsenal bélico.<br />
Como resultado hubo sangre y una emigración boer hacia<br />
varias partes del mundo, entre ellas a la Patagonia, aniquilada<br />
ya de pueblos originarios.<br />
En nuestro sur y el de Sudáfrica, en aquel tiempo y el actual,<br />
transcurre la última novela de Viviana Rivero que recorre,<br />
además, la Patagonia rebelde, el avistamiento de submarinos<br />
nazis y el turbulento 2001. Lo que no se dice son dos historias<br />
distanciadas en el tiempo pero consecuentes, entrelazadas<br />
bajo una misma tensión.<br />
–¿Qué es lo que no se dice? Elena Wilson Garrott, de 36<br />
años, independiente, exitosa en su trabajo pero que no logró<br />
formalizar una familia, viaja a la Patagonia a concluir la sucesión<br />
de sus abuelos boer. Descubre allí una historia de sus
antepasados y conoce a un hombre sobre el que debe tomar<br />
una decisión.<br />
–¿Por qué suele contextualizar sus novelas en Europa?<br />
Porque cuando uno comienza a profundizar en una historia,<br />
te sumergís en términos temporales hasta la época de la inmigración.<br />
Además, soy descendiente de italianos, checoslovacos,<br />
españoles, y eso tira.<br />
Viviana Rivero nos espera en el Ateneo Grand Splendid algunas<br />
horas luego de arribar desde Córdoba para presentar su<br />
trabajo en un bar de Palermo. “Será más bien un encuentro<br />
íntimo con pocas lectoras. Elegimos este formato porque nos<br />
permite charlar bilateralmente”, nos anticipa.<br />
La autora es una de las exponentes de la novela romántica<br />
que ella prefiere denominar realismo romántico. Aduce que<br />
sus historias no son como las tradicionales de amor, sino que<br />
incorporan descripciones sobre la vida, el trabajo, la tierra,<br />
los hijos. Una variante moderna de Danielle Steel, podría<br />
calificarse, que alcanzó récord de ventas en sus tres obras<br />
anteriores.<br />
–¿A qué atribuye el éxito de sus novelas? Hace poco me<br />
preguntaron cuál es el secreto para vender. Respondí, antes<br />
que nada, que uno escribe como le sale. Por otro lado, una<br />
vez una periodista me dijo que mis novelas están llenas de<br />
sentimientos, que te hacen sentir cosas durante toda la trama.<br />
En estos tiempos, donde los sentimientos parecen malas palabras,<br />
mis libros son como una vía de escape<br />
–Como usted hay muchas autoras que venden bien.<br />
¿Cree que hay una refundación del género de la novela<br />
romántica? Creo que hay, en principio, un auge de la lectura.<br />
Lo escucho en la puerta del colegio de mis hijos, en reuniones.<br />
Este fenómeno va generando nuevos nichos, ramas.<br />
Florencia Bonelli, por ejemplo, apela más al erotismo; yo<br />
más a la historia de vida. Creo entonces que hay una diversificación<br />
del género y la aparición de ciertas licencias que en la<br />
novela clásica de amor no había: por ejemplo, la muerte del<br />
personaje principal.<br />
–¿La leen sólo mujeres? Creo que me leen más las lectoras,<br />
pero a mi blog también ingresan muchos hombres. Hace<br />
un tiempo me escribieron unos treinta argentinos desde la<br />
base Orcadas en la Antártida. Me dijeron que estaban leyendo<br />
Secretos bien guardados y que por la noche comentaban la<br />
novela. Yo les pregunté: “¿Así que los hombres leen historias<br />
de amor?”. Y me respondieron que ellos son hombres modernos<br />
y que también viven el amor. Por eso lucho en la editorial<br />
para hacer tapas unisex, porque a veces es difícil para un varón<br />
ir leyendo en el tren un libro con una flor en la tapa.<br />
–¿Cómo fue el tránsito de su ejercicio del derecho a<br />
la literatura? Trabajé quince años de abogada hasta que,<br />
en mi mejor momento, abandoné. Me crié en una casa en la<br />
que mi papá escribía. No comercialmente, porque él tenía<br />
un negocio, pero cosa que escribía, cosa que ganaba algún<br />
premio. Mi vieja siempre decía que en casa se iban a estudiar<br />
carreras normales, porque para locos estaba mi papá. Eso se<br />
me fue metiendo en la cabeza, sin duda. Yo era gran lectora,<br />
pero nunca pensé que escribiría literatura. Hasta que empecé<br />
a tener ganas, cuando mis hijos se hicieron grandes. Acababa<br />
de leer Suite Francesa, de Irène Némirovsky, una novela<br />
sobre la ocupación francesa, y me influenció tanto que decidí<br />
escribir Secreto bien guardado, que también está contextualizada<br />
en la Segunda Guerra Mundial. Terminado, se hicieron<br />
mil libros, que se vendieron en quince días. Después hice una<br />
edición mensual por seis meses.<br />
–¿Qué opina su papá de su obra? Él falleció el año pasado.<br />
Llegó a disfrutar que escribía, que vendía, que era<br />
alguien. Hay tantas cosas que hoy me gustaría preguntarle<br />
sobre literatura…<br />
–¿Cómo es un día en su vida? Cuando no escribo, son<br />
normales. Lo dedico mucho a lo social, a promocionar el libro<br />
del momento. Cuando escribo, me encierro siete meses, puedo<br />
pasar cuatro días sin ponerme zapatos, no voy al súper y<br />
duermo muy poco durante la última parte de la novela<br />
–¿Qué lee? Leo mucho para escribir mis propios libros. Por<br />
ejemplo, para Lo que no se dice, leí doce libros. Por fuera de<br />
ello, me gustan Bioy Casares, Némirovsky, Almudena Grandes.<br />
Me gusta leer lo que sale, principalmente a otras autoras<br />
“románticas”.<br />
55<br />
Elena Wilson Garrott viaja a la Patagonia para encargarse de la herencia de su madre recientemente<br />
fallecida. Pero lo que comienza como un viaje burocrático y despreocupado terminará cambiando su<br />
vida para siempre. Allí descubrirá secretos desconocidos del pasado familiar y conocerá a Omar, el<br />
hombre que trastornará todos sus planes y hasta su vida misma.
INFANTIL / JUVENIL<br />
Niño malo<br />
Macmillan presentó Una trampa para Papá Noel, con textos de Jonathan Emmet y locas ilustraciones<br />
de Poly Bernatene. El protagonista de esta historia es Bradley Bartleby, un chico de<br />
los más malos que decide vengarse de Papá Noel porque sólo le trae medias, año tras año. Un<br />
libro divertido para los más chiquitos.<br />
¡A cocinar!<br />
Juliana López May y Nik se unieron para realizar Gaturriquísimo,<br />
un libro para aprender a cocinar con recetas simples pero muy sabrosas y nutritivas.<br />
La chef propone desde hamburguesas de arroz y verduras hasta lasañas sin olvidarse<br />
de los dulzores de alfajores triples, licuados refrescantes<br />
y helados de frutilla y kiwi.<br />
El mundo del revés<br />
La verdadera explicación es un libro para enterarse del origen de casi todo,<br />
aunque los “Defensores de la Verdad” estén indignadísimos. El caso es<br />
que este nuevo trabajo del diseñador e ilustrador Pablo Bernasconi es<br />
una buena oportunidad para divertirse con los chicos.<br />
Para rimar<br />
Carlos Silveyra recopiló en Mentiras y disparates versos y<br />
coplas obtenidos de la literatura oral con ilustraciones de Marcelo Elizalde.<br />
Para recordar sus melodías o inventarlas por el puro placer de cantar.<br />
Para padres<br />
Albatros presentó dos guías del Club de la upa. La primera es Jugar con bebés y niños pequeños<br />
(hasta tres años) donde Marcela Osa propone actividades para acompañar el desarrollo<br />
del bebé. La segunda guía es Viajar con bebés y niños pequeños (hasta cuatro años) donde<br />
María Eugenia Ludueña cuenta cuáles son los documentos necesarios, los juguetes, la ropa<br />
necesaria, los objetos útiles más especificaciones para cada medio de transporte.<br />
57<br />
Teatro<br />
Luego de una intensa gira en la que recorrieron gran parte del país,<br />
además de Chile, Perú y Colombia, el exitoso espectáculo infantil<br />
La casa de Disney Junior con Topa y Muni, que entre 2011 y 2012<br />
recibió a más de 240.000 espectadores con 255 funciones, se despide<br />
de sus pequeños fans y sus familias en el Teatro Gran Rex el 15 y 16<br />
de diciembre.
TEMA DE TAPA V<br />
CAMBIO de HÁBITOS<br />
POR Pablo Bassi<br />
MAGUI AICEGA, RODRIGO RONCERO Y RENÉ HOUSEMAN CUENTAN CÓMO LES CAMBIÓ LA VIDA RETIRARSE Y<br />
QUITARSE LA CAMISETA DE LA SELECCIÓN<br />
¿Cómo se vive con el vacío que dejan la rutina y la gloria? ¿A<br />
qué dedican el tiempo de ocio los deportistas que abandonaron<br />
su actividad? Para responder estas preguntas elegimos entrevistar<br />
a una leona, un puma y un loco. Magui Aicega, Rodrigo<br />
Roncero y René Houseman vistieron las camisetas de selecciones<br />
argentinas a las que les dedicaron a diario una buena<br />
porción de su vida. Retirados emprendieron el difícil camino de<br />
reacomodar sus prioridades. ¿Qué hacen con el tiempo libre?<br />
RORRO, EL VIAJANTE<br />
58<br />
Rodrigo Roncero se alejó del rugby a mediados de 2012 en el<br />
partido que Los Pumas perdieron con Nueva Zelanda de local.<br />
Emocionado, recibió las muestras de afecto de sus compañeros<br />
y contrincantes, luego de 55 partidos dedicados a la celeste y<br />
blanca y una carrera deportiva asentada en Europa desde 2002.<br />
Roncero, también médico, apuesta ahora todas sus fichas al<br />
turismo.<br />
–¿Cómo viene transitando su alejamiento de la selección?<br />
Pasó poco tiempo y sé que hasta que no vea entrar a los jugadores<br />
a una cancha será difícil saber qué sensaciones voy a tener.<br />
Por suerte la decisión de dejar de jugar la tomé yo y lo pude<br />
hacer en mis términos. Eso está bueno. Y no tener más prácticas<br />
de scrum está buenísimo<br />
–¿Qué gana y qué pierde con el retiro? No creo que se<br />
gane o se pierda. Ahora tengo más tiempo para estar en mi casa<br />
y con mi familia. Y puedo dedicarle toda mi energía a mi empresa<br />
de turismo, la que estamos colocando en distintos mercados,<br />
debo decir, con éxito<br />
–¿Cómo era un día de su vida de rugbier? Cada día era<br />
distinto por la carga de entrenamiento, pero básicamente, en<br />
París, que fue donde desarrollé gran parte de mi carrera profesional,<br />
era trabajar en el club por la mañana y la tarde en distintos<br />
aspectos del juego. A veces eran ejercicios de cancha, otras<br />
veces gimnasia o análisis del juego<br />
–¿Qué está haciendo por estos días en Europa? Tengo una<br />
agencia de viajes desde 2007, Play Patagonia, y este año junto a<br />
la Unión Argentina de Rugby creamos Argentina Rugby Travel,<br />
que ofrece paquetes para acompañar a Los Pumas en el país,<br />
como en el exterior. Esto me permite estar cerca de un equipo<br />
que fue tan importante en mi vida y al mismo tiempo desarrollar<br />
mi empresa de turismo<br />
–¿Cómo está compuesta su familia? Con mi mujer Gabriela<br />
tenemos tres hijas mujeres, Juana, Lola y Mila. En junio de este<br />
año, una vez que terminé mi carrera como rugbier en el Stade<br />
Français de París, nos volvimos a vivir a la Argentina y estamos<br />
contentos con el regreso. Era importante para las chicas estar<br />
cerca de su familia.
–¿Cómo disfruta el ocio? Sin dudas aprovecho estar en familia<br />
junto a mis hijas y mi mujer. Tener tiempo para jugar con las<br />
chicas es lo mejor que me puede pasar. Después, tengo como<br />
pasatiempos el tenis y el golf.<br />
MAGUI, ETERNA DEPORTISTA<br />
El caso de Magdalena Aicega es distinto: la defensora, capitana<br />
de las Leonas, abandonó la selección luego de obtener la medalla<br />
de bronce en las olimpíadas de 2008 en Pekín, pero continúa<br />
jugando al hockey semanalmente en el Belgrano Athletic. Con<br />
esta decisión, no obstante, desocupó un 95% de su tiempo que<br />
volvió a ocupar en la crianza de sus dos hijas, el periodismo y la<br />
equitación.<br />
–¿Cómo fue el proceso que llevó a retirarse de Las Leonas?<br />
La decisión me llevó un año y medio. Dije “en Pekín<br />
abandono”, porque no llegaba bien a los partidos y por cuestiones<br />
que pasaban por el entrenador. Pero fundamentalmente<br />
por el transcurso de 16 años en los que estuve; por los viajes; y<br />
porque la gran mayoría del tiempo se lo dedicaba al hockey<br />
–Entre la selección y el club, ¿Lo que más tiempo le ocupaba<br />
era la selección? Jugar en las Leonas era una forma de<br />
vida. Todas las prioridades giraban alrededor de ella<br />
–¿Qué hizo desde que abandonó el seleccionado? Primero<br />
fui mamá; quedé embarazada bastante rápido. Después me<br />
readapté a la vida de siempre. Además me salió la participación<br />
en un programa de radio en ESPN; soy la imagen de una empresa<br />
de Nutrición y de otra de accesorios para bebés<br />
–¿Ejerce su licenciatura en nutrición? La ejercí sólo entre<br />
2001 y 2008. Antes de viajar a Pekín dejé el consultorio<br />
–¿Hace algo más que le guste, dedicado al ocio? Bueno<br />
sigo jugando al hockey en Belgrano Athletic. Allí entreno tres<br />
veces por semana y los sábados juego. Volví a hacer equitación,<br />
algo que hacía de chica. Me encanta hacer salto, tengo mi caballito,<br />
y le meto bastante tiempo. Tengo proyecciones de competir,<br />
pero no sé si de profesionalizarme.<br />
EL LOCO DE EXCURSIO<br />
Nació en un humilde barrio de La Banda, Santiago del Estero,<br />
y vivió en una casilla del Bajo Flores. Desde pibe se hizo hincha<br />
de Excursionistas pero debutó jugando al fútbol en la contra,<br />
Defensores de Belgrano. Pasó por el Huracán campeón de<br />
1973, por Independiente, River, Colo Colo de Chile y se retiró<br />
en Excursionistas, donde jugó un solo partido.<br />
A René Houseman se lo recuerda por dos imborrables imágenes:<br />
la de ser el delantero de punta de la selección argentina de<br />
1978, y por sus gambetas, velocidad y amagues. Para algunos, el<br />
mejor jugador argentino en su puesto.<br />
–¿Cuándo decidió retirarse? No fue pensado, fue de un día<br />
para el otro, cuando me di cuenta que no podía gambetear ni<br />
a un árbol. Prefería entonces no defraudar a la gente que me<br />
quería, y menos a Excursionistas, donde jugaba, mi casa. Porque<br />
en la casa de uno no se puede robar<br />
–¿Qué hizo después de colgar los botines? Subsistí con la<br />
plata ahorrada y la ayuda de ciertas personas. Y así sigo subsistiendo.<br />
–¿Cómo es un día en su vida? Voy al club, hablo con amigos,<br />
veo jugar a las divisiones inferiores, dentro de la que está mi<br />
nieto de 12 años que es un monstruo y que me parece nos va a<br />
dar muchas satisfacciones. A partir de ahora será algo distinto,<br />
porque acabo de asumir la dirección técnica del equipo femenino<br />
de Excursionistas. En realidad soy asistente, porque no me<br />
gusta dar órdenes<br />
–Cuando era chico, ¿Qué soñaba ser de grande? Siempre<br />
jugador de fútbol. Yo le dije a mi vieja una vez que estas piernas<br />
la iban a salvar. Y finalmente pude comprarle la casa que tanto<br />
necesitaba.<br />
–Cuando jugaba al fútbol, ¿Tenía tiempo libre para hacer<br />
otras cosas? No, pero además mi objetivo siempre fue jugar a<br />
la pelota, entonces yo lo disfruté mucho y en exclusividad.<br />
–¿Cómo fue vivir en Chile un año, cuando jugaba para<br />
Colo Colo? La gente de Chile me trató muy bien. Allí salí<br />
campeón metropolitano y clasificamos para la Libertadores.<br />
Viajé con mi familia, pero en lo deportivo las cosas no me salieron<br />
como yo quería, entonces me volví.<br />
59
MAITLAND Y SAN MARTÍN<br />
Rodolfo Terragno<br />
Sudamericana<br />
Es una muy buena noticia la reedición de este<br />
excelente trabajo de Rodolfo Terragno editado<br />
originalmente en 1998.<br />
San Martín desarrolló una febril actividad durante<br />
los cuatro meses que permaneció en Londres. Tomó<br />
contacto con los miembros de la “Hermandad”,<br />
sobre todo con Andrés Bello (1781-1865), aquel<br />
notable escritor nacido en Caracas que en 1808 fue<br />
redactor de la Gaceta de Caracas y en 1810 acompañó<br />
a Simón Bolívar en su viaje a Londres. Allí Bello<br />
permaneció hasta 1829 estudiando en la biblioteca<br />
del Museo Británico, traduciendo a Lord Byron y a<br />
Molière y dirigiendo las notables revistas Biblioteca<br />
Americana y El Repertorio Americano.<br />
Don José pudo comprobar que no estaba solo, que<br />
no eran pocos los americanos que estaban dispuestos<br />
a darlo todo por la causa. También se entrevistó<br />
con funcionarios del gobierno británico, como James<br />
Duff, gran maestre de la orden de Escocia que le facilitó<br />
las cosas a San Martín para salir de España y<br />
llegar a Londres y sir Charles Stuart. Muy probablemente<br />
hayan sido ellos quienes le hicieron conocer<br />
el plan Maitland. El proyecto estaba expuesto en<br />
un curioso manuscrito de 47 páginas, descubierto<br />
en Escocia por Rodolfo Terragno en 1980. Había<br />
sido elaborado en 1800 por el general inglés Thomas<br />
Cine y<br />
héroes<br />
POR Felipe Pigna<br />
Maitland, en cuya foja de servicio se destacaba su<br />
paso como teniente general en Ceilán (el actual Sri<br />
Lanka) y desde 1807 su cargo de consejero privado<br />
de la Corona británica. El documento lleva el título<br />
de “Plan para capturar Buenos Aires y Chile y luego<br />
emancipar Perú”. Fue presentado oportunamente<br />
por el mayor general Thomas Maitland a Henry<br />
Dundas, secretario de Guerra en el gobierno de<br />
William Pitt “el Joven”. Sin dudas San Martín tuvo<br />
muy en cuenta aquel plan, lo que no lo convierte<br />
en absoluto, como quieren algunos, en agente inglés,<br />
cuestión que Terragno niega taxativamente. El<br />
joven oficial del ejército español nacido en Yapeyú<br />
aprovechará aquel proyecto pensado para conquistar<br />
medio continente para convertirlo en su plan<br />
continental de liberación. Un libro imprescindible.<br />
CIEN AÑOS DE CINE ARGENTINO<br />
Fernando Martín Peña<br />
Biblos-Fundación Osde<br />
Desde la publicación del clásico hoy casi inhallable<br />
de Domingo Di Nubila Historia del cine argentino<br />
en dos célebres tomos, estaba haciendo falta una<br />
obra integradora sobre una de nuestras manifestaciones<br />
culturales más relevantes. El libro de uno<br />
de nuestros mayores coleccionistas y archivistas<br />
cinematográficos, Fernando Martín Peña, conductor<br />
junto a Fabio Manes del excelente ciclo “Filmoteca”<br />
que se emite a la medianoche por Canal 7, recorre<br />
la historia del cine argentino desde sus albores en<br />
1896 hasta 2011, insertando permanentemente en<br />
el relato el contexto histórico y cultural que acompañó<br />
y dio sentido a ese desarrollo.<br />
Como señala el autor en la introducción, la obra no<br />
pretende ser una nueva historia del cine argentino<br />
sino una revisión de las preexistentes a través de<br />
los films emblemáticos de cada época, planteando<br />
la hipótesis según la cual, por su carácter original,<br />
imprevisible y heterogéneo, por una producción<br />
completamente atomizada y por la relativa facilidad<br />
de acceso a los medios de producción, el más<br />
reciente cine argentino se parece bastante al más<br />
antiguo.<br />
Peña abona su hipótesis señalando que en ambos<br />
casos encontramos la presencia de mujeres<br />
cineastas, la ausencia de censura, tan presente y<br />
determinante en otros períodos, la abundancia de<br />
producción de material documental y hasta la presencia<br />
de películas que diluyen intencionalmente<br />
las fronteras entre realidad y ficción. El libro cuenta<br />
además con dos excelentes índices analíticos, que<br />
siempre se agradecen, uno específico de films y<br />
otro de nombres que permiten el acceso inmediato<br />
a los datos buscados. Señala Peña: “Es curioso<br />
comprobar que la destrucción sistemática del patrimonio<br />
audiovisual argentino ha sido una causa<br />
compartida tanto por las dictaduras como por los<br />
gobiernos democráticos; aquellas por su vocación<br />
de suprimir el disenso y estos por la incapacidad<br />
para poner políticas de largo plazo en materia<br />
de preservación. Recién en la última década ha<br />
comenzado a revertirse esa tendencia funesta,<br />
aunque la existencia real de una cineteca nacional<br />
sigue siendo una cuenta pendiente al momento de<br />
escribir estas líneas”.<br />
OTROS RECOMENDADOS<br />
Civiles y militares en la última dictadura. Funcionarios<br />
y políticas educativas en la provincia<br />
de Buenos Aires (1976-1983), de Laura Graciela<br />
Rodríguez, Prohistoria.<br />
Mientras la ciudad duerme. Pistoleros, policías y<br />
periodistas en Buenos Aires, 1920-1945, de Lila<br />
Caimari, Siglo XXI.<br />
Revolución y contrarrevolución en la Argentina<br />
(reedición), de Jorge Abelardo Ramos, Continente.<br />
Catolicismo y secularización. Argentina en la<br />
primera mitad del siglo XIX, de Valentina Ayrolo,<br />
María Elena Barral y Roberto Di Stefano (coords.),<br />
Biblos.<br />
Los vagabundos y la justicia de Buenos Aires<br />
durante el período tardo colonial (1785-1810).<br />
Construcciones jurídicas y criminalidad, de Agustín<br />
E. Casagrande, Universidad Nacional de La Plata.<br />
Movimientos de Pueblo. La política en Buenos<br />
Aires luego de 1810 (reedición), de Fabián Herrero,<br />
Prohistoria.<br />
61<br />
HISTORIA & POLÍTICA
ENTREVISTA VIII<br />
LAS FLORES DEL MAL<br />
POR Sergio Varela<br />
MARCOS MAYER COMPILÓ EN ARTISTAS CRIMINALES (HISTORIAS DE GENIOS SIN LEY) LAS VIDAS DE<br />
FAMOSOS AUTORES QUE COMETIERON ROBOS, ESTAFAS Y ASESINATOS. UNA FASCINANTE INVESTIGACIÓN<br />
QUE PLANTEA PROFUNDAS CUESTIONES MORALES CON SIMPLEZA, DESDE UNA TRAMA<br />
ENTRETENIDA Y ÁGIL<br />
Aunque el arte nos aproxima a lo divino, hay artistas que se<br />
vieron más influidos por la furia que lanzó el diluvio que por la<br />
idea de un dios compasivo y amoroso. Marcos Mayer investigó<br />
sus historias en Artistas criminales (Historias de genios sin ley),<br />
un libro literalmente revelador, en el que se relatan los asesinatos,<br />
robos y estafas de grandes talentos de la Humanidad, quienes<br />
dejaron obras imperecederas pero lejos estuvieron de vivir<br />
vidas ejemplares. En diálogo con Quid, el autor pasa revista a<br />
esta fascinante investigación, cuya conclusión inicial es que la<br />
moral y el arte son senderos que se bifurcan.<br />
–¿Qué fue lo que lo impulsó a escribir sobre delitos y<br />
crímenes cometidos por artistas, muchos de ellos talentosos<br />
y geniales (los artistas, no los crímenes)? La historia<br />
de este libro es una historia de casualidades. Hace muchos años<br />
yo trabajaba en una revista que se llamaba Pistas, que la dirigía<br />
Enrique Sdrech. Si bien yo no era un bicho del policial, tenía<br />
amigos que siempre procuraban hacerme un rincón en ese<br />
género. También solía participar de presentaciones de novelas<br />
policiales, por lo que las tramas de thrillers no me resultaban<br />
ajenas. En aquel momento se me ocurrió la primera idea de<br />
esta compilación y conseguí un libro que se llamaba The Penguin<br />
Enciclopaedia of Crime, donde me encontré con varios de
estos buenos muchachos. Luego la revista dejó de salir y con<br />
el tiempo retomé el proyecto, ya más encaminado hacia lo que<br />
finalmente fue el libro.<br />
–¿Qué otros elementos contribuyeron a esta propuesta?<br />
Yo estuve trabajando tres años en la cárcel de Devoto haciendo<br />
una revista con los presos, algo que quizás también hubiera merecido<br />
mejor difusión. Y eso me cambió un poco la manera de<br />
pensar sobre ese mundo del delito. Me parece que los artistas<br />
cuando cometen crímenes lo hacen de una manera diferente.<br />
–Al respecto, ¿qué encontró en común en los casos que<br />
refleja en el libro? El crimen como dador de identidad, sobre<br />
todo. El caso más notable quizás sea el de Rimbaud. Me parece<br />
que el crimen está vinculado con la identidad, algo que yo no<br />
desarrollé pero que por ejemplo en Arlt está todo el tiempo.<br />
Personas que se hacen, que se realizan, a través del crimen. Y<br />
me parece que el arte también tiene que ver con búsquedas de<br />
identidades. No lo aseguraría de manera taxativa ni en todos lo<br />
casos tratados en el libro, pero creo que por ahí hay una línea<br />
de conexión.<br />
–¿Cómo se vincula la obra de los “artistas criminales”<br />
con los asesinatos o robos que cometieron? ¿Qué nuevas<br />
perspectivas aparecen para interpretar su producción<br />
estética a partir de la información sobre su incursión en<br />
el delito? Creo que uno ya no los puede leer, o escuchar o contemplar<br />
sus cuadros de la misma manera una vez que se sabe<br />
que hicieron lo que hicieron: robaron, mataron o estafaron. Por<br />
ejemplo en el caso de Caravaggio, que mató por lo menos a dos<br />
personas en peleas callejeras, encontré un punto de contacto en<br />
el trabajo con la carne que aparece en su obra, que es un poco<br />
la base fundante de su manera de pintar. También en Norman<br />
Mailer uno encuentra cuentos en los que prefigura el frustrado<br />
asesinato de su esposa. O el caso de Daniel Defoe, autor de<br />
Robinson Crusoe, un tipo perseguido por las deudas que se<br />
hace famoso por la idea de vivir solitario en una isla desierta<br />
alejada del mundo.<br />
–¿Qué conclusiones se pueden sacar de los casos enumerados<br />
en el libro respecto del arte y la moral o su<br />
ausencia? Creo que no tienen nada que ver una cosa con la<br />
otra, el arte y la moral. Felizmente. Es algo muy natural para mí<br />
pensarlo así. No me gusta un libro por sus buenos mensajes o<br />
intenciones. Creo que uno como espectador se relaciona mejor,<br />
o de una manera más interesante, con textos, cuadros o películas<br />
que lo colocan en conflicto con las propias ideas. Cosa que<br />
también me pasa con las mujeres.<br />
–¿Cuál es el punto por el cual muchos de estos artistas<br />
no lograron “mediatizar” sus impulsos a través del arte<br />
y terminaron pasando a la acción? ¿Eso no los convierte<br />
en artistas más objetables de algún modo? En un principio<br />
pensé que sí, y con el tiempo cada vez más me convenzo de que<br />
no. Volvamos a Caravaggio: en el fondo es una burrada poner a<br />
semejante artista en esta serie. Pero en cierto punto, el hecho<br />
de que haya matado a dos personas no cambia la valoración de<br />
su arte. El libro un poco juega con eso, con el hecho de que en<br />
el arte la biografía es y a la vez no es importante. También en<br />
varios casos el crimen ha lanzado a gente al arte. Quizás gente<br />
menos conocida, como la pintora Sofía Bassi, que comenzó a<br />
pintar desués de caer presa. Hay otro caso que no desarrollé,<br />
porque es muy difícil conseguir datos de él, que es el de un<br />
escritor estadounidense que se llama O’Henry, quien también<br />
se puso a escribir después de caer preso. William Bourroughs<br />
lo dice esplícitamente: “Maté a una perra y escribí un libro”.<br />
Pienso que el arte no tiene mucho que ver con la moral. No voy<br />
a hacer nombres, pero he conocido escritores que son personas<br />
detestables y escriben libros maravillosos, así como hay personas<br />
maravillosas que escriben libros insoportables.<br />
–Pregunta de test: ¿si pudiera elegir ser alguno de los<br />
artistas mencionados en el libro, cuál sería? ¿Por qué?<br />
Depende del día. Creo que cuando estoy enojado sería Charles<br />
Manson: la furia absoluta, romper todo, con el rock and roll a<br />
todo volumen.<br />
–¿Y cuál no querría ser bajo ningún concepto? ¿Por qué?<br />
Probablemente el Marqués de Sade. Alguien con una imaginación<br />
maravillosa basada en una idea de la humanidad un tanto<br />
deleznable. Quizás sea el punto más alto de cómo el talento<br />
puede contra la idea. Creo que es el personaje que menos me<br />
gustaría ser. Quisiera tener el talento de Caravaggio, obviamente.<br />
Pero no lo tengo, por eso escribí este libro y no pinté esos<br />
cuadros.<br />
63<br />
Artistas criminales (Historias de genios sin ley) es una colección de biografías de algunos de los más<br />
talentosos artistas de la historia, pero que también aplicaron su genio para el crimen y el delito. Marcos<br />
Meyer ha logrado un trabajo brillante a partir de la oscuridad que subyace en algunos de los creadores<br />
que admiramos por su obra pero no por su vida.
FECHAS<br />
PROFECÍAS,<br />
todavía on-line<br />
POR Antonia Gutiérrez<br />
MUCHAS PREDICCIONES SEÑALAN EL 12/12/12 COMO EL ÚLTIMO DÍA DE LA HUMANIDAD<br />
TAL Y COMO LA CONOCEMOS. HE AQUÍ ALGUNAS DE ELLAS Y SUS INTERPRETACIONES<br />
64<br />
Así como cambiar de milenio suscitó muchísimas preguntas,<br />
conjeturas y miedos, el 2012 de la mano del calendario maya<br />
marca el fin de una etapa. Los brujos dicen que lo difícil será<br />
el 2013, cuando el cambio empiece a establecerse, y se repita<br />
lo que sucedió hace 60.000 años. Que el sol se ponga en alineación<br />
con una estrella muchísimo más grande que él e irradie<br />
hacia la luna y la Tierra dosis de energía a las que no estamos<br />
habituados. La luna, con más energía, puede causar catástrofes<br />
naturales. Esto lo dice la ciencia pero para ojos descreídos puede,<br />
también, tratarse de una profecía.<br />
Esta vez no se habla de efectos tecnológicos como el tan temido<br />
Y2K que, finalmente, no fue tan grave como se supuso. Esta<br />
vez, se habla de algunos días de oscuridad, de una nueva era.<br />
Esto puede verse en libros como El poder del ahora y Una nueva<br />
tierra de Echart Tolle, Los 4 acuerdos de Miguel Ruiz, y<br />
hasta en La novena revelación.<br />
Las profecías existen desde hace varios miles de años. Las más<br />
antiguas están en la Biblia, y hacen referencia al Apocalipsis. En<br />
el Antiguo Testamento y en el Tanaj hebreo se encuentran los<br />
llamados “Libros proféticos”. En el cristianismo son los libros<br />
que están entre Isaías y Malaquías. En ellos fue anunciada la<br />
llegada de Jesús como profeta.<br />
Las Sagradas Escrituras están llenas de profecías que vaticinan<br />
el fin del mundo. “La tierra será sacudida, la tierra estallará, se<br />
agrietará, la tierra temblará, vacilará”, dijo Isaías. Y en muchos<br />
párrafos pueden leerse las respuestas de Jesús a sus fieles seguidores<br />
respecto al fin del mundo. Pero todavía no queda claro si<br />
estamos malinterpretando sus frases o se trata, realmente, de<br />
un pensamiento apocalíptico.<br />
“Cercano está el gran día de Yahvé, cercano y llega velozmente.<br />
Ya se oye el ruido del día de Yahvé y hasta el valiente dará gritos<br />
de espanto. Día de ira será aquel día, día de tribulación y de angustia,<br />
día de calamidad, de miseria, de tinieblas, de oscuridad,<br />
día de nubes y de espesos nubarrones, día de trompetas y de<br />
alarmas contra las ciudades fortificadas y los altos torreones…”,<br />
dirá más tarde Isaías. En todas, se anunciaban calamidades,<br />
guerras y violencia.<br />
Y, más allá de la Biblia, están los canalizadores como Alice<br />
Bailey que reflexionó sobre el Shamballa (el centro donde la<br />
voluntad de Dios existe) y el advenimiento de una nueva era.<br />
En el Nuevo Testamento, el último libro es el del Apocalipsis.<br />
Se trata de la visión de Juan acerca de los planes que tiene Dios<br />
para darle fin a los problemas de la humanidad.<br />
Muchos vaticinaron que los mayas anuncian para este 21 de<br />
diciembre el fin del mundo. Pero, en realidad, esas profecías<br />
hablan del conocimiento interno. Uno de los autores más ci-
tados a la hora de hablar de los mayas, José Argüelles (1939-<br />
2011), también llamado Valum Votan destacaba: “Los mayas se<br />
destacan en el nuevo mundo con una cultura de supremo refinamiento<br />
artístico y una matemática astronómica incomparable<br />
entre todos los pueblos del planeta. Los mayas originarios que<br />
constituyeron sus centros de pensamiento y cultura por toda<br />
América Central y México, estaban siguiendo una corriente de<br />
conciencia deliberadamente traída a este planeta con un propósito<br />
específico, o sea los mayas originales fueron mensajeros<br />
superiores, instrumentos de la voluntad divina, que es el propio<br />
tiempo”. Argüelles fue un poeta, artista y gran estudioso de<br />
la cultura maya-galáctica que escribió, entre otros, El factor<br />
maya y El llamado de Pakal Votan. Como promotor del cambio<br />
de conciencia necesario para el 2012, aseguró que, además de<br />
investigar, parte de sus enseñanzas le fueron transmitidas por<br />
seres superiores en trances visionarios. Siguiendo sus preceptos<br />
y los postulados del pintor Nicolás Roerich, explorador del<br />
Shamballa, fundó la Planet Art Network, estableciendo que la<br />
creatividad es necesaria para pasar el 2012.<br />
En el análisis de la Ley del Tiempo como fue propuesto por<br />
este autor lo que pasaría a partir de este año, es la transición<br />
de la biosfera a la noosfera, que nos conectaría con la fuente de<br />
amor universal que está en todo lo que somos y hacemos y nos<br />
rodea. Esto es parte del cambio de este año, al que se refieren<br />
los mayas y que es tan promocionado en estos días.<br />
En 1952, se encontró en el Templo de las inscripciones de lo<br />
que hoy conocemos como Palenque (antes Nah Chan), la tumba<br />
de Pakal Votan, guerrero sagrado que reinó en esta ciudad.<br />
Fue uno de los guías de la misión maya. Uno de sus mensajes<br />
más importantes fue: “Todo es número, Dios es número, Dios<br />
está en todo”.<br />
En distintos libros se habla de las siete profecías. La primera<br />
establece que desde 1999 hasta 2012 el hombre está en el salón<br />
de los espejos para encontrar en su interior, su naturaleza multidimensional.<br />
De aquí que la segunda profecía establezca que<br />
las respuestas a todo están en el interior de cada uno de nosotros.<br />
Y muestra dos caminos: el de la comprensión y la tolerancia<br />
y, el del miedo y la destrucción. La tercera habla de nuestra<br />
influencia en el planeta. Tenemos que frenar la destrucción que<br />
seguimos generando. La cuarta sigue con el aumento de la temperatura,<br />
que derretirá los hielos y provocará más erupciones.<br />
Los mayas pudieron ver este cambio en el giro de quinientos<br />
ochenta y cuatro días del planeta Venus, cuya órbita está entre<br />
la Tierra y el sol. En el Códice Dresde está establecido que cada<br />
117 giros de Venus, el sol sufre alteraciones y aparecen manchas<br />
de vientos solares. La quinta profecía establece que fallarán los<br />
sistemas basados en el miedo para que el hombre se vea a sí mismo<br />
y comprenda la creación para seguir evolucionando. La sexta<br />
habla de la aparición de un cometa que pondrá en peligro la<br />
existencia del hombre. La séptima habla, por fin, del cambio que<br />
habrá en el 2012 cuando la luz emitida del centro de la galaxia<br />
sincronice con los seres vivos y les permita transformarse.<br />
La literatura de ficción también tocó este tema. El escritor estadounidense<br />
Steven Alten escribió su famosa trilogía maya que<br />
reúne El testamento maya, La resurrección maya y El apocalipsis<br />
maya (Random House). Hay libros que salen de la ficción y<br />
en los que se investigan las distintas profecías que mencionan<br />
este año y los cambios venideros. Profecías mayas de Darío<br />
Bermúdez enumera las distintas premoniciones de esta cultura<br />
ancestral. Otros como Las profecías y el fin del mundo de<br />
Mercedes Sebastián y Grandes profecías de la historia de Luis<br />
Tomas Melgar Gil exponen varias investigaciones y muestran<br />
un panorama de todas las profecías que nos rodean.<br />
Michel de Notre-Dame (1503-1566), médico y astrólogo conocido<br />
como Nostradamus escribió Las verdaderas centurias<br />
astrológicas y profecías que fue publicado por primera vez en<br />
1555. Fue quien elaboró los horóscopos de Catalina de Médici<br />
y predijo la muerte del rey Enrique II. Para muchos, él predijo<br />
las grandes catástrofes que han sucedido y para otros sólo se<br />
tratan de interpretaciones falsas. Sus estudios médicos incluían<br />
un abanico de autores como Albert Magnus, Paracelso, Cornelio<br />
Agrippa y algunos autores sufíes. Utilizó juegos y mezcló<br />
idiomas para publicar sus profecías y no exponerse a los peligros<br />
de la Inquisición.<br />
Benjamín Parravicini (1898-1974) fue un pintor y escultor<br />
argentino. Sus dibujos y textos fueron considerados proféticos<br />
pero para muchos investigadores, eran tan ambiguos que podían<br />
adaptarse a cualquier evento. Él mismo, en sus comienzos,<br />
las rechazaba y nos las entendía por lo que tiró muchos dibujos.<br />
En estado meditativo, sus manos dibujaban y escribían cosas<br />
que para él no tenían sentido. Así, realizó 700 psicografías.<br />
Una de las que escribió en 1968 dice: “Comenzará ya la Tierra<br />
en destemplar en tormentas eléctricas, ciclones bravos, aluviones,<br />
maremotos, terremotos, hundimientos de regiones, florecimientos<br />
de desconocidas tierras, trombas trasladoras, océanos<br />
desbordados y aguas volantes en block. Será el caos en su hora y<br />
su hora se cumplirá”.<br />
Malaquías de Armagh (1094-1148) fue un arzobispo católico<br />
al que se le atribuyen los dos textos llamados Las profecías de<br />
San Malaquías que se dieron a conocer siglos después de su<br />
vida. Por eso, muchos dudan de su autenticidad. La profecía<br />
de los papas, el primer texto apareció en 1595 gracias al monje<br />
benedictino e historiador belga Arnoldo Wion. Allí copió el<br />
contenido de una profecía sobre los 112 pontífices que gobernarían<br />
la Iglesia Católica. Para José Luis Calvo, un historiador<br />
español, hasta Urbano VII pueden coincidir, pero después hay<br />
que hacer un esfuerzo. Los jesuitas hablaron de fraude también.<br />
El segundo texto, La profecía sobre Irlanda fue publicado<br />
por Don Mabillón en el siglo XVIII, monje benedictino e<br />
historiador francés, allí hace referencia a los sucesos futuros de<br />
Irlanda pero sólo acierta cuando establece que aparecerán los<br />
anglicanos en Inglaterra en 1536. Bernardo de Claraval, religioso<br />
y amigo de Malaquías, escribió que este gozaba del don<br />
de la profecía pero nunca mencionó estas dos profecías.<br />
Ateos o creyentes, las profecías pueden asustar, ser desestimadas<br />
o llevarnos a la reflexión. ¿Razón o superstición?<br />
65
ENTREVISTA IX<br />
Laura Catena<br />
De pura cepa<br />
POR Mónica Tracey<br />
MANEJA LA BODEGA FAMILIA, ADEMÁS DE LA PROPIA, ES MÉDICA, TIENE TRES HIJOS Y SU VIDA SE<br />
REPARTE ENTRE MENDOZA Y SAN FRANCISCO. ACABA DE PUBLICAR SU PRIMER LIBRO, VINO ARGENTINO<br />
Como el vino argentino, al que inevitablemente iría uniendo su<br />
destino, Laura Catena nació en Mendoza. Allí inició sus estudios,<br />
que luego continuaron en el Colegio Nacional de Buenos<br />
Aires y más tarde en el College Preparatory School de Berkeley,<br />
donde terminó el secundario. Después fueron Harvard para<br />
Biología y Stanford para Medicina. A los 45 años, Laura es directora<br />
general de la bodega Catena Zapata y maneja su propia<br />
bodega: Luca Wines. Tiene tres hijos con quienes vive entre<br />
San Francisco y Mendoza, junto a su marido estadounidense,<br />
Daniel McDermott. Especializada en Emergencias, ejerce<br />
en el centro médico de la Universidad de San Francisco. Sin<br />
abandonar ninguna de sus responsabilidades, la hija de Nicolás<br />
Catena publicó hace unos meses Vino argentino: An Insider’s<br />
Guide to the Wines and Wine Country of Argentina, el primer<br />
libro sobre el vino argentino de una editorial estadounidense<br />
–que tuvo luego su versión argentina, editado por Catapulta en<br />
español-inglés como Vino argentino/Argentine Wine–.<br />
–¿Qué la motivó a radicarse en Estados Unidos? Porque<br />
estudié allí y conocí a mi marido cuando éramos los dos residentes<br />
médicos. Ahora paso gran parte del año en Mendoza.<br />
–¿Cómo ocurrió que el vino fue ocupando lugar en su<br />
vida? Desde joven me gustaron los vinos –mi padre me llevaba<br />
como traductora en sus viajes a Francia y así pude probar los<br />
grandes vinos franceses antes de los 20–. Y luego, cuando mi<br />
padre me venía a visitar a los Estados Unidos, íbamos a degustaciones<br />
y probábamos vinos de todo el mundo como Vega<br />
Sicilia, Sassicaia, Grange, Opus One... Luego, en los años 90,<br />
empecé a ir seguido a Mendoza y a trabajar con nuestro equipo
de investigación de viñedos –había estudiado biología en Harvard<br />
y realicé investigaciones tanto allí como en Stanford–, así<br />
que los temas científicos me interesaban mucho, y lo del vino<br />
era fascinante porque estábamos descubriendo la base científica<br />
del terroir mendocino de altura. Pero lo que finalmente me impulsó<br />
fue cuando por primera vez fui al New York Wine Experience<br />
del Wine Spectator. Los stands de las bodegas francesas<br />
y californianas estaban llenos, pero al nuestro venía muy poca<br />
gente, la Argentina era desconocida. Allí me di cuenta de que<br />
mi padre y mi país necesitaban mi ayuda y esto me inspiró.<br />
–Médica de emergencias, bodeguera, autora de un libro<br />
que requirió investigación y bastante trabajo, y mamá.<br />
¿Se puede? ¿Cómo maneja sus prioridades? Tengo una<br />
forma bastante práctica de lidiar con el tema “multitasking”.<br />
Divido las cosas en categorías de acuerdo a la nota que me<br />
tengo que sacar, A, B, C, D y F. En que mis hijos estén bien y<br />
se sientan queridos, en mi trabajo de médica, en la calidad de<br />
nuestros vinos, la A no es negociable. En cocinar bien y tener la<br />
casa ordenada, con suerte me saco una C... pero siempre tomamos<br />
buen vino. No me animo a preguntarle a mi marido qué<br />
nota me saco como esposa porque no sería muy buena... pero<br />
sigue conmigo y me acepta como soy.<br />
–Son tres hermanos y los tres están en el negocio del<br />
vino (Ernesto Catena, presidente de Escorihuela Gascón<br />
y propietario de Ernesto Catena Vineyards, y Adrianna<br />
Catena, dueña de la bodega Aleanna junto al enólogo<br />
Alejandro Vigil). ¿Cómo es una reunión familiar, compiten<br />
con sus vinos? Nunca hablamos de negocios durante las<br />
reuniones familiares, el centro de las reuniones son los primos<br />
(nuestros hijos) que se desesperan por estar juntos.<br />
–Habla de su padre con mucha admiración, ¿qué es lo<br />
que más admira y qué es lo que más la conmueve de él?<br />
Lo que más admiro es que él nunca acepta la imperfección...<br />
nunca se da por vencido. Es una persona muy sutil que disfruta<br />
las pequeñas y bellas cosas en la vida.<br />
–¿Y su mamá? Ella también se fue sumando al mundo del<br />
vino e introdujo los vinos Catena en Estados Unidos. Y cuando<br />
alguien dudaba de la gran calidad de nuestros vinos, ella los<br />
desafiaba con una degustación a ciegas. Pero la vocación de<br />
mamá es hacia su compañía, Worknet, que provee servicios de<br />
informática a empresas importantes en todo el país.<br />
–¿En qué la marcó la medicina? Me ayuda a ver lo que es<br />
realmente importante en la vida. Hay que estar muy agradecido<br />
de tener buena salud e hijos felices y sanos.<br />
–¿Cómo médica recomienda seriamente el vino? El vino<br />
se debe tomar con moderación, uno o dos vasos por día, no<br />
más. Si alguien no puede tomar con moderación, debería dejar<br />
de tomar. Y jamás se debe conducir borracho.<br />
–En el libro cuenta la historia del vino en la Argentina.<br />
¿Hubo suspicacias de los otros bodegueros en el sentido<br />
que podía dar preponderancia a Catena Zapata por<br />
sobre otras bodegas? Todos los bodegueros y enólogos que<br />
entrevisté estuvieron contentos de participar. Me encantó conocer<br />
las historias personales de cada uno, que son realmente<br />
fascinantes. Me hubiera gustado incluir a más de mis colegas,<br />
pero la editorial no quería que el libro fuera demasiado largo.<br />
–¿Por qué Catena Zapata y, especialmente, Nicolás Catena<br />
Zapata, su padre, ocupan un lugar fundamental en<br />
esa historia del vino argentino? Mi padre fue el primero en<br />
tener la visión y creer que el vino argentino y el Malvece argentino<br />
podían competir en calidad con los mejores vinos del mundo.<br />
Esta visión fue revolucionaria y marcó su lugar en la historia<br />
del resurgimiento del vino argentino.<br />
–El libro está dedicado a su marido, ¿en qué forma él<br />
participa en este mundo tuyo? Mi marido es un gran compañero<br />
intelectual y emocional, y un excelente padre. Le debo<br />
mucho y me gustó la idea de agradecerle “en público”.<br />
–¿Hay lugar para el ocio en su vida? ¿Puede estar sin<br />
hacer nada? Me gusta mucho caminar, correr, nadar y andar<br />
en bicicleta. Hago caminatas con mis amigas. Me gusta ir a<br />
museos con mis hijos y viajar en familia. Con mi marido nos<br />
hemos hecho adictos a un par de series, y las vemos de noche<br />
hasta tarde, dos o tres episodios a la vez, como Destre, 24 y The<br />
Fillingo... un poco mórbidas, pero extrañamente relajantes. Y<br />
cuando viajo, no salgo de mi casa sin el Kindle Internacional<br />
que te permite bajar un libro en cualquier lugar del mundo<br />
–¿Se imagina regresando a Mendoza y estableciéndose<br />
definitivamente allí? Sí, perfectamente. Algún día lo haré.<br />
67<br />
En este libro cabe la historia del vino argentino, de los primeros viñedos, de las primeras<br />
cepas, de las distintas camadas de inmigrantes cada una con su estilo, con su técnica, y un<br />
recorrido por el paisaje, las zonas vinícolas, las bodegas, los productores, la gran revolución<br />
de las décadas del 80, 90 y 2000, y, por supuesto, el capítulo aparte del Malbec. Cocina,<br />
lugares, tradiciones. Todo en una bella edición que además es un homenaje de Laura Catena<br />
a la obra de su familia, especialmente de su padre Nicolás Catena.
VIDA GOURMET<br />
POR Mónica Tracey<br />
Todo para celebrar<br />
Sean las fiestas de fin de año, las de todo el año, cada momento en que se quiere celebrar, el champagne, espumoso, espumante,<br />
sparkling wine o cava, en sus nombres más conocidos, es la bebida que lleva la fiesta en las burbujas.<br />
Ha pasado tiempo desde que Dom Perignon luchara para evitar que las burbujas nacidas de un proceso de fermentación ajeno a su<br />
voluntad rompiera las botellas pero fue en ese siglo XVII y en la región francesa de Champagne donde se inicia el recorrido. La puesta<br />
en práctica de la legislación que obligó a dejar de utilizar el nombre de champagne a los espumosos que se producían fuera de esa<br />
región francesa coincidió con la revolución del vino en nuestro país y lejos de frenar la elaboración de esta deliciosa bebida incentivó<br />
la creatividad. El champagne, el verdadero, tiene algunas marcas de producción de las que no puede apartarse, como la utilización de<br />
tres tipos de uva: Pinot noir, Pinot meunier y Chardonnay. Tampoco puede apartarse del méthode champenoise: la espuma se produce<br />
dentro de la botella, durante la segunda fermentación.<br />
Los mejores obtenidos fuera de esa región del norte de Francia también siguen el méthode champenoise, muchos utilizan las tradicionales<br />
Pinot noir y Chardonnay, pero se están logrando excelentes espumosos con otras<br />
uvas. Lo cierto es que en nuestro país, la revolución del vino y la suelta de amarras de la denominación<br />
de origen nos han puesto en la ruta de unos brebajes mágicos con burbujas saliendo<br />
de una uva Malbec o una Bonarda, o tentando diversos ensamblajes.<br />
Sólo para mencionar algunos de los que marcan excelencia en esta marcha celebratoria:<br />
Trumpeter Rosé de Malbec Extra Brut, de Bodega La Rural, hecho sólo de Malbec, cosecha<br />
2010. De la misma bodega, el Rutini Brut Nature, de Pinot Noir y Chardonnay, al 50% y 50%,<br />
cosecha 2008. Baron B Brut Rosé 2007, Chardonnay, Pinot Noir y Malbec, para Moët Hennessy<br />
Argentina. El D. V. Catena Nature 2007 tiene 70% de Chardonnay y 30% de Pinot Noir,<br />
para la Bodega Catena Zapata. Alma 4 Bonarda 2007, de Familia Zuccardi, sólo con uva Bonarda.<br />
De los que vienen del sur mencionamos dos: De Bodega del Fin del Mundo, el Brut<br />
Nature Pinot Noir 2008, cien por ciento de Pinot Noir. De Familia Schroeder, el Rosa de los<br />
Vientos Pinot Noir Rosé Nature, también sólo a base de Pinot Noir, pero elaborado según el<br />
método Charmat.<br />
Navidad con duendes, druidas y pociones mágicas<br />
Muchos recordarán esa escena de la última película de John Huston, que en castellano se llamó “Desde ahora y para siempre” (adaptación<br />
de Dublineses, de James Joyce), en la que Angelica Huston lleva a la mesa una torta en llamas. Ese es el tradicional postre navideño<br />
que los irlandeses que emigraron hacia la Argentina a partir de mediados del siglo XIX trajeron entre sus más queridas costumbres<br />
y cuya receta guardaron como un tesoro familiar que se heredó de generación en generación. Ya en octubre o noviembre, madres,<br />
tías y abuelas dedicaban largas horas y energía a preparar el Plum pudding, un budín a base de diversas pasas y frutos secos que se<br />
guardará para servir en Nochebuena o en el almuerzo de Navidad con una suave salsa de vino tinto, o encendido con ron o coñac. Para<br />
quien se anime a adentrarse en ese mundo de gnomos, druidas y pociones mágicas, aquí va una de esas secretísimas recetas familiares.<br />
Plum pudding<br />
Huevos: 15<br />
Azúcar: 2 tazas<br />
Pan rallado: 2 y ½ tazas<br />
Sal fina: 1 cucharadita<br />
Polvo de hornear: 1 y ½ cucharadita<br />
Manteca deshecha: 150 g<br />
Nuez moscada: 1<br />
Oporto: 1 copita<br />
Jugo de limón: media copita<br />
Leche: 1 taza<br />
Harina: 1 taza<br />
Pasas de uva: 2 tazas<br />
Cáscara de limón o de naranja abrillantada<br />
cortadas muy finitas: 200 g<br />
Batir muy bien los huevos, agregar el pan rallado y el azúcar, además de la sal fina. Dejar reposar un<br />
rato. Luego se van agregando todos los otros ingredientes. Se mezcla todo bien. Engrasar o enmantecar<br />
un lienzo y cuando esté seco, enharinarlo. Con este trapo se envuelve la preparación anterior. El budín<br />
bien atado en se coloca en una olla con agua hirviendo. Se debe<br />
colocar algo enlozado o una madera entre el budín y la olla para<br />
que quede aislado del fondo. Se cocina durante más o menos<br />
ocho horas, agregando agua hirviendo para que esté todo el<br />
tiempo cubierto. Luego que se lo saca de la cacerola, se le quita<br />
el lienzo y se lo pone diez minutos en el horno.<br />
Nota: hay casi tantas recetas como familias en Irlanda. Hay<br />
quienes agregan higos secos, ciruelas secas, almendras… También<br />
se puede reemplazar el oporto por brandy. En cuanto a servirlo,<br />
se le coloca una copa de ron o brandy y se le prende fuego. La<br />
salsa que lo acompaña puede ser de cognac o de vino tinto,<br />
siempre tibia.
Cocina argentina: La polémica está en<br />
marcha<br />
Pietro Sorba, periodista, crítico enogastronómico y estudioso<br />
de historia y antropología culinaria nacido en Italia, es el autor<br />
de este libro fundante de un concepto que muchos aún ponen<br />
en duda. Pietro es terminante: “La Nueva Cocina Argentina es<br />
una realidad”, dice, y argumenta: “Después de muchos años<br />
de transformación en los cuales se asimilaron las diferentes<br />
expresiones culinarias regionales hoy en día la cocina del país<br />
se presenta de manera más sólida y uniforme utilizando una<br />
plataforma homogénea. Las nuevas generaciones de cocineros<br />
aplican criterios comunes en la técnica de elaboración, en la<br />
presentación de los platos y sobre todo en el uso de los ingredientes<br />
procedentes de diferentes territorios del país que hoy<br />
en día aumentaron en cantidad, tipicidad, calidad y presencia.<br />
Seguramente el trabajo para consolidar esta Nueva Cocina y<br />
hacerla crecer aun más será largo, pero es natural que así sea.<br />
Este libro es un documento contundente, que a través de las<br />
224 recetas y de los 31 cocineros que las realizan, demuestra<br />
que la Nueva Cocina Argentina existe”.<br />
–¿Qué le gusta fundamentalmente de la cocina argentina<br />
anterior a la nueva? La parte que me interesa muchísimo<br />
es la fusión que se realizó en las distintas etapas de formación.<br />
Primero fue el poblador local con el español. El español es el<br />
responsable de la adicción de los argentinos a la carne vacuna.<br />
De ese contacto nació la cocina criolla. Después vinieron los<br />
inmigrantes europeos. Y finalmente llegamos a la etapa actual.<br />
Un proceso maravilloso.<br />
–¿Qué elementos de esa cocina debería rescatar la nueva?<br />
La carne vacuna, los platos típicos del NOA, del NEA, del<br />
ámbito cuyano, del ámbito pampeano y de la Patagonia. Y no<br />
hay que olvidar las pastas de los italianos y los arroces de los<br />
españoles. Todo este tesoro llevado a una instancia moderna y<br />
actualizado con los productos típicos que hoy en día ofrece el<br />
mercado nos llevan directos a la Nueva Cocina Argentina.<br />
–¿Cuándo cree que fue el momento de iniciación que<br />
llevó a imaginar como posible esta cocina argentina?<br />
Cuando las nuevas generaciones de cocineros empezaron a<br />
capacitarse profesionalmente de manera adecuada, incorporando<br />
las últimas técnicas y tendencias y haciendo pasantías en los<br />
grandes restaurantes del mundo. Paralelamente surgieron en el<br />
país muchos productos típicos de alta calidad que permitieron a<br />
los cocineros la realización de platos contemporáneos con materia<br />
prima argentina. Todo esto llegó sobre las mesas de los restaurantes<br />
y ahí el público empezó a conocerlos. Es un proceso<br />
que se inicia tímidamente hace seis o siete años y que hoy está<br />
totalmente consolidado.<br />
–En América hay cocinas muy importantes como la mexicana<br />
y la peruana fundamentalmente. ¿Puede entrar en<br />
esas ligas la cocina argentina? La cocina argentina puede<br />
entrar en la liga de las grandes cocinas de la región, pero utilizando<br />
otro camino. Argentina no pudo contar<br />
históricamente con los poderosos modelos culturales existentes<br />
en México y Perú y por lo tanto le falta ese punto de partida,<br />
pero su historia más reciente, su modelo de fusión social y la<br />
diversidad climática, de territorio y de producto pueden ayudar<br />
a la cocina argentina a crecer hasta lograr niveles difíciles de<br />
imaginar. Si las cocinas de México y de Perú pueden considerarse<br />
cocina con una base histórica y cultural muy importante,<br />
la cocina argentina, además de su historia, tendrá que trabajar<br />
sobre la idea de transformarse en una cocina de producto en la<br />
cual la materia prima tendrá que ser protagonista.<br />
69
MUSEOS DEL MUNDO<br />
Un mundo<br />
MÁGICO<br />
POR Martín Garrido<br />
EL CENTRO DE ARTE DE HAITÍ REUNÍA UNA VASTA COLECCIÓN DE PINTORES LOCALES. LUEGO DE SU DESTRUCCIÓN<br />
POR UN TERREMOTO, SÓLO SE SALVARON ALGUNAS.<br />
Dewitt Clinton Peters (1908-1966), que había estudiado en<br />
París y peleado en la Segunda Guerra Mundial, llegó a Haití en<br />
1943 para enseñar inglés y comprender la sociedad local. Un<br />
año más tarde abrió un Centro de Arte para enseñar y exponer<br />
obras de una línea tradicional. Pero todo cambió cuando recibió<br />
una obra del religoso baptista Philomé Obin (1892-1986): La<br />
llegada del presidente Roosevelt a Cap-Haitien, hoy considerado<br />
el más grande de los pintores haitianos. Muchas de sus<br />
primeras pinturas sobre cartón han desaparecido pero luego sus<br />
escenas típicas son valoradas en especial en París donde hablaron<br />
de su arte “naif sofisticado”.<br />
En cambio otro de los grandes, Hector Hyppolite (1894-1948),<br />
pertenecía a los sacerdotes vudú. Fue zapatero antes de dedicarse<br />
a la pintura y usaba cartones y plumas de gallina porque<br />
no tenía bastidores ni pinceles. Trabajó en el Centro de Petters,<br />
y sus temas se consideran simbólicos de sus creencias. En esos<br />
años atrajo la atención del poeta francés André Bretón que visitó<br />
Haití y le compró varios cuadros. La onda expansiva fue tan<br />
grande que expuso en la Unesco y lo elogió Truman Capote.<br />
Wilson Bigaud (1931-2010) completa esta somera trilogía que<br />
tiene formidables continuadores. Vecino de Hyppolite quien lo<br />
estimuló a pintar, su obra maestra es Las Bodas de Cana en la<br />
Catedral y se lo considera el Rafael de Haití. En la colección<br />
permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York está<br />
su tela El Paraíso que ganó el Segundo Premio en la Exposición<br />
Internacional de Washington.<br />
Este panorama cambió dramáticamente el 12 de enero de 2010,<br />
cuando Puerto Príncipe sufrió el peor terremoto de su historia,<br />
en una tierra sacudida por temblores y todo tipo de penurias.<br />
En el sismo murieron casi 300 mil personas, muchas otras sufrieron<br />
heridas y más de un millón y medio quedaron sin hogar.<br />
Por supuesto también afectó al Centro de Arte y destruyó el<br />
Museo-Galería Nader que desde 1958 promovía lo mejor del<br />
arte haitiano. En colección tenía 15 mil de las más importantes<br />
obras y sólo se pudieron rescatar menos de 500 óleos. Sus<br />
artistas, primitivos y contemporáneos, han expuesto en los más<br />
prestigiosos museos del mundo.<br />
En esta columna no hablaremos entonces de un museo convencional<br />
porque todo está intentando ponerse de nuevo en<br />
pie. Recientemente el centro cultural del Banco Internacional<br />
de Desarrollo hizo una gran muestra Descubre Haití con la<br />
colaboración de Donna Karan que viajó después del terremoto<br />
trabajó con un grupo de artesanos. Asimismo se destaca la ayuda<br />
de celebridades, desde George Clooney y Sean Penn, hasta<br />
Sandra Bullock o Madonna.<br />
Lo mejor para entrar en el mundo mágico de esta sociedad, es<br />
un paseo virtual por Internet donde su arte tiene una galería<br />
virtual cuando no quedan paredes para mostrarlo en su tierra.<br />
INFORMACIÓN ÚTIL<br />
Centre d’Art<br />
58 Rue Roy - Puerto Príncipe, Haití<br />
http://www.iadb.org/idbamerica/index.cfm?thisid=2762<br />
http://www.artelatino.com/pintoreshaitianos/<br />
http://www.latinamericanart.com/es/artistas<br />
http://biblioteca.itam.mx/estudios/estudio/letras32/notas2/sec_1.html<br />
71
TURISMO<br />
Caribe NO PROBLEM<br />
POR Horacio de Dios<br />
LO AZOTAN HURACANES DESDE MAYO A NOVIEMBRE PERO SU MAR Y SUS PLAYAS SIGUEN MERECIENDO<br />
EL TÍTULO DE “PARAÍSO TERRENAL”<br />
72<br />
El rosario de islas del Caribe es un territorio equivalente a la<br />
superficie de Argentina o la mitad de Brasil, con una primavera<br />
constante, calurosa pero nunca fría, acompañada de lluvias<br />
tropicales que pasan de furiosas a mansas en minutos, paraíso<br />
donde el alimento cae de las palmeras o de las frutas que salpican<br />
de color la monotonía de un verde constante con humedad<br />
de spa natural para relajarse.<br />
No es un lugar para trabajar ni preocuparse. Es el escenario<br />
ideal para la idea central de este número dedicado al ocio. Porque<br />
el motto, el lema, es No Problem en todo el Caribe.<br />
El primer charter turístico fue el de Cristóbal Colón en 1492<br />
y hasta hoy tiene continuadores para el disfrute del sexo, fiaca,<br />
la comida, el baile después del atardecer cuando los vientos<br />
soplan mimosamente sobre la piel enrojecida por el sol para<br />
regresar con un tostado diferente.<br />
Los menús disponibles permiten elegir a gusto del consumidor<br />
que llega con ganas de no hacer nada y dejarlo todo librado a su<br />
tarjeta de crédito y sin dinero en los bolsillos porque contrató<br />
sus vacaciones con todos los gastos incluidos.<br />
En su geografía política, un tema que es noticia para los locales<br />
pero no suele preocupar a los turistas, las diferencias ideológicas<br />
van de izquierda a derecha aunque en la mayoría de los<br />
casos los gobernantes intentan no hacer olas para que no disminuya<br />
la corriente de visitantes. Hay trece estados soberanos y<br />
otros diecisiete que son coloniales o dependientes.<br />
Es un mundo aparte, con ciudades grandes como Santo Domingo,<br />
La Habana o San Juan de Puerto Rico y pequeñas con<br />
el encanto de Cayman o las costas de México, Colombia, Costa<br />
Rica o Venezuela.<br />
Si bien no las separan grandes distancias no siempre es simple<br />
elegir un destino como lo hacemos en tierra firme. Mi sistema<br />
preferido es tomar un crucero y, agua por medio, seguir un<br />
vuelo de pájaro para tener un panorama conjunto. Es como un<br />
city tour por las islas.<br />
Los huracanes son una pesadilla a la que están expuestos la mitad<br />
del año, desde mayo a noviembre, como se dio con el Sandy<br />
que golpeó recientemente en New Jersey. En alta mar, más que<br />
en tierra firme, el riesgo está más limitado por las notables mejoras<br />
en los pronósticos y en caso de peligro también se pueden<br />
eludir con sólo modificar los itinerarios de los navíos.<br />
A bordo la rutina es apacible. Se navega un día y al otro se tiene<br />
una variación del paisaje que no pierde la melodía dominante,<br />
el omnipresente reggae o los toques internacionales cuando<br />
notables festivales musicales desde el jazz a la música clásica, y<br />
en algunas oportunidades también es posible aprender tango.<br />
En este hotel flotante, la única preocupación es no tentarse y<br />
engordar porque se come a toda hora, desde el desayuno hasta<br />
la pizza de trasnoche, con horarios para los restaurantes y más<br />
elásticos para los buffets donde el peligro es tener los ojos más<br />
grandes que el estómago.
Después de una semana –la duración tradicional de los cruceros–<br />
y de haber tomado una decisión para una estada más amplia,<br />
es hora de tomar un avión y no siempre es sencillo porque,<br />
culturalmente, cada isla es un mundo aparte. Por ejemplo St.<br />
Maarten/Saint Martin, la posesión compartida francesa y holandesa,<br />
tienen varias frecuencias diarias desde Europa mientras<br />
que otras más pequeñas e igualmente seductoras como Saint<br />
Barth exigen un pequeño salto en avioneta de 30 minutos desde<br />
su vecina St. Martin desde donde se puede acceder en ferry, en<br />
20 minutos, a Anguila.<br />
La gastronomía es la compañera de mesa del turismo y en ese<br />
sentido, igual que todo lo que implique el Placer de Vivir, esta<br />
región es una privilegiada por la herencia de su ascendencia. Su<br />
cruce de culturas es un guiso donde diferentes grupos étnicos<br />
se mezclan pacíficamente creando un nuevo sabor. Por ejemplo<br />
la carne marinada sobre una base de especias fuertes no necesariamente<br />
picantes, el estilo llamado Jamaica Jerk Spice que<br />
preferentemente se cocina sobre el fuego al aire libre. El idioma<br />
inglés, de hecho una lengua franca globalizada, es moneda<br />
corriente aunque las islas no tengan colonización británica.<br />
Salvo el sándwich cubano que no necesita traducción y le dicen<br />
sólo “cubano”, una marca registrada aunque sea tan simple<br />
como un especial de jamón y queso suizo caliente con pickles y<br />
mostaza. Como llaman “moros y cristianos” a los frijoles negros<br />
con arroz blanco.<br />
La presencia española y europea determinó la fusión entre los<br />
productos de ambos mundos sumando las costumbres indígenas<br />
y los aportes de inmigrantes que vinieron con sus recetas desde<br />
África, India y China.<br />
La música es otro ejemplo de su prestigio expansivo y bastaría<br />
la vida y obra de Bob Marley (1945-1981) para confirmarlo.<br />
Y en este ejemplo hay que sumar la decisiva importancia de<br />
Christ Blackwell nacido en Londres de padre inglés y madre<br />
costarricense de ascendencia sefardí. En su adolescencia vivió<br />
en Jamaica donde casi pierde la vida al chocar su bote contra los<br />
arrecifes. Medio ahogado llegó a la playa y lo salvó un pescador<br />
rasta (seguidor de Haile Selassie) con remedios y alimentos<br />
tradicionales. Desde ese momento su aproximación al Rastafarianism<br />
lo llevó a promover la distribución de los discos de intérpretes<br />
locales que vendía cargándolos en el baúl de su auto.<br />
Poco después cuando participó como “che pibe” en la filmación<br />
de Dr. No, primera película de la serie de James Bond, le ofrecieron<br />
seguir en el cine pero un vidente le aconsejó que no<br />
dejara la música. Le hizo caso y en el 2009 fue considerado la<br />
figura más influyente en medio siglo de la industria discográfica<br />
británica. En su foja de méritos no bastó con haber adelantado<br />
de su bolsillo dinero para grabar con Marley sino que también<br />
promovió, entre otras estrellas de hoy, a U2 y Grace Jones.<br />
En literatura, Derek Walcott, un creador multifacético (poeta,<br />
escritor, dramaturgo, pintor) que nació, estudió en Jamaica,<br />
ganó el Nobel en 1992 y hoy sigue viviendo en Sta. Lucía. Es<br />
hijo de una caribeña negra y un pintor blanco inglés. También<br />
ganó el Premio en 2001 V. S. Naipul hijo de un inmigrante<br />
indio que se crió en una zona pobre de Trinidad, isla que forma<br />
parte de Trinidad-Tobago con carnavales legendarios y comparables<br />
en la asistencia de celebridades con los de Brasil. Ambos<br />
son considerados entre los mayores creadores en lengua inglesa<br />
y Walcott siempre destaca la incorporación del lenguaje y los<br />
dialectos de su ascendencia africana, y los europeos holandeses<br />
o ingleses. En el año 2009 el Nobel también le llegó a un caribeño,<br />
Gabriel García Márquez, que vive en Cartagena, sobre<br />
el mar Caribe.<br />
Escribir sobre la franja de mar y luz es ilustrar con imágenes las<br />
palabras. Desde la primera película de Sean Connery estrenada<br />
hace medio siglo, hubo otras tan importantes como aquella:<br />
las cubanas Fresas y Chocolate o Buena Vista Social Club, la<br />
serie multiplicada de Hollywood con Piratas en el Caribe o la<br />
creatividad del puertorriqueño Noel Quiñones por su obra y<br />
ejemplo porque quedó parapléjico a los 16 años y desarrolla<br />
una actividad filantrópica notable.<br />
El Caribe es una invitación al placer de recorrer sus paisajes.<br />
Como hace Mick Jagger que tiene su casa en la pequeña isla<br />
de Mosquito para descansar y prestársela para la luna de miel a<br />
amigos como Paul McCartney.<br />
Horacio de Dios<br />
TESTIMONIO PERSONAL<br />
JAMAICA a la<br />
SOMBRA de<br />
FLEMING<br />
Siete de la mañana, sumergido en las aguas tibias, al lado de la cascada de<br />
Ocho Ríos pensaba que al lado había vivido Ian Fleming. Hasta podía imaginar<br />
su desayuno con frutas antes de ponerse a escribir las aventuras de<br />
James Bond, el nombre de un ornitólogo que amaba los pájaros.<br />
Y entonces salí del agua y me fui antes que el calor apretara hasta el<br />
bungalow Goldeneye en Oracabessa para curiosear. En ese momento no<br />
se alquilaba, como ocurre ahora, pero impresionaba la modestia de la casa<br />
y el panorama del mar, con un sendero para llegar hasta la playa. En esa<br />
casita escribió todas sus novelas desde 1951 hasta que volvió a Londres<br />
para morir en 1964. Incluso poco tiempo antes visitó la filmación de Dr.<br />
No, la primera película de la serie que se rodó en Jamaica. Soy adicto a<br />
toda la colección, en especial las personificadas por Sean Connery, reúnen<br />
los mejores paisajes turísticos del mundo, y aunque pasó por todos me<br />
quedo clavado en ese rincón.<br />
Su vecino era Noel Coward y lo visitaba Blanche Blackwell, la madre de Christ<br />
Blackwell a quien retrató como Pussy Galore en Goldeneye. En la terraza de<br />
al lado vivió el pirata Henry Morgan y se conserva el túnel que llevaba a su<br />
mirador. Sabemos que era tan importante su trabajo en la Segunda Guerra<br />
que su jefe nunca quiso exponerlo al peligro de una misión real. Esas que<br />
no vivió aunque alimentaron las aventuras de un personaje fantástico, un<br />
maestro en el arte de vivir.<br />
73
COCINA<br />
Alimentando<br />
EL TIEMPO LIBRE<br />
POR Marina García<br />
LA COCINA Y EL OCIO TIENEN DOS ASPECTOS BIEN DIFERENTES, ESTÁN QUIENES CUANDO TIENEN UN RATO<br />
LIBRE SE ZAMBULLEN ENTRE OLLAS Y SARTENES, MIENTRAS QUE OTROS PREFIEREN RESOLVER LOS TRÁMITES<br />
CULINARIOS LO MÁS RÁPIDO POSIBLE Y ASÍ GANAR MÁS MINUTOS DE OCIO. PARA AMBOS PÚBLICOS ESTA NOTA<br />
CON SABOR A RECREO<br />
74<br />
En los tiempos que corren (y corren bastante rápido) ocuparse de la cocina<br />
ha pasado a ser un lujo, ya sea porque se disfruta mucho el momento y se<br />
guardan los grandes platos para hacer durante el fin de semana, o bien porque<br />
es tan poco el tiempo libre, que se termina solucionando la cena con latas,<br />
paquetes o delivery... al punto que un plato de comida casera es cada día más<br />
difícil de encontrar.<br />
El gran quiebre de hábitos culinarios hogareños lo dio por supuesto el rol de<br />
la mujer a nivel social, salir de casa para estudiar y/o trabajar implicó dedicar<br />
menos horas a la casa y la cocina. El modelo de mujer “Doña Petrona” (cocinar<br />
mucho, seguido, elaborado) hace rato que pasó a la historia y actualmente está<br />
más asociado a la capacidad de solucionar la alimentación familiar o personal<br />
con platos rápidos, livianos y sanos. La industria alimentaria y la tecnología<br />
ayudaron mucho a este cambio ofreciendo preparados, productos precocidos,<br />
vegetales procesados y demás “maravillas” para acelerar los tiempos de<br />
cocción, a lo que se suman electrodomésticos que pican, amasan, licuan, etc.<br />
Estos recursos quizás no sean ideales, pero al menos permiten brindar platos<br />
con un toque casero, evitando la dieta procesada que tarde o temprano “para<br />
la factura”. Guisos y sopas express, rellenos de tartas, salsas y licuados pueden<br />
ser buenas opciones para incluir vegetales y frutas en los platos de todos los<br />
días sin que eso implique internarse en la cocina. También se pueden realizar<br />
varias cosas a la vez y así –a veces en un solo día– solucionar platos para toda<br />
la semana. Incluso hay tortas y galletas rápidas que se mezclan en minutos y se<br />
cocinan mientras uno aprovecha para hacer otras tareas.<br />
Por otro lado, el placer de cocinar, con tiempo, sin apuro, quedó reservado al<br />
espacio de ocio y es para muchos una actividad casi terapéutica. Disfrutar ese<br />
momento en que el engrudo empieza a volverse masa, revolver la olla mientras<br />
el fuego amalgama los ingredientes, el acto sagrado de encender el fuego<br />
(¡y mantenerlo!), la magia de espumar un merengue, la adrenalina de hacer<br />
caramelo, la paciencia y el tesón necesario para pelar nueces, sentir cómo se<br />
aquieta la mente al pelar una pila de papas, perfumar la cocina con la ralladura<br />
de limón, deslizar un cuchillo afiladísimo para cortar en juliana, hurgar por la<br />
alacena en busca del tarrito que tenía cardamomo o descubrir la maravilla de la<br />
naturaleza al desgranar arvejas frescas, son instantes simplemente deliciosos.<br />
Quien ama la cocina sabe que hay tiempos irreemplazables y que las cosas no<br />
tienen el mismo gusto cuando salen de un paquete, por eso, cuando se toma<br />
una receta con varios pasos y se cuenta con las ganas y el rato para realizarlos<br />
a mano, ahí aparece la magia, esa que conecta con algo muy antiguo, muy<br />
tranquilo, muy nutritivo para el cuerpo y también para el alma, porque compromete<br />
al que cocina con lo que come, el alimento deja de ser ajeno, el plato<br />
se fusiona también con su energía, con su goce.<br />
Por último, compartir esos platos con familia, con amigos o quizás disfrutarlos<br />
en la dulce soledad, es el paso final de un camino que ya dio sus frutos y cuyo<br />
recuerdo nos acompañará cuando en la semana haya que ganar tiempo con<br />
hamburguesas o risotto de paquete... y así dedicarlo a otros gustos.<br />
PARA COMER EN QUINCE MINUTOS<br />
Jimena Monteverde<br />
Para quienes prefieran<br />
salir rápido de la cocina<br />
o quienes la amen, pero<br />
no cuenten con el tiempo<br />
suficiente, la simpática<br />
autora ofrece este librito<br />
que es casi un manual de<br />
rescate culinario. Aquí la<br />
magia apunta a sacar del<br />
horno un plato delicioso<br />
en menos de lo que lleva<br />
hacer un plato de arroz.<br />
TIERRA DE FUEGOS<br />
Francis Mallmann<br />
Un libro soñado<br />
para los amantes de<br />
la cocina de autor,<br />
recetas irreverentes,<br />
viajes, platos locales,<br />
historia y verdadera<br />
adoración por los<br />
alimentos. Mallmann<br />
es una experiencia<br />
en sí mismo, una<br />
oportunidad para<br />
reencontrarse con<br />
la poesía y la belleza<br />
de ser uno con sus<br />
propios fuegos.<br />
COCINA SIMPLE PARA LA VIDA MODERNA<br />
Choly Berreteaga<br />
La autora es, quizás, la<br />
heroína favorita de las<br />
mujeres modernas con<br />
cuyas recetas se han<br />
alimentado generaciones<br />
enteras. Prácticas, fáciles,<br />
útiles, sus consejos y<br />
recetas son imperdibles<br />
para principiantes y<br />
expertos porque mejoran<br />
los resultados optimizando<br />
tiempos y esfuerzo...<br />
¡además de ser riquísimas!