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El Secreto de Pupi

El Secreto de Pupi narra los episodios de una familia que acoge en su hogar una bonita mascota para los pequeños de la casa. En las sugerentes líneas de este escrito puedes sumergirte en la tierna historia de lealtad de las aventuras que el conejo Pupi pasa en la familia Tinquell-Maq. Escrito por Laura Gómez, de 11 años. Es una pequeña historia que sorprende y te engancha desde el principio hasta el final. Muy recomendable.

El Secreto de Pupi narra los episodios de una familia que acoge en su hogar una bonita mascota para los pequeños de la casa. En las sugerentes líneas de este escrito puedes sumergirte en la tierna historia de lealtad de las aventuras que el conejo Pupi pasa en la familia Tinquell-Maq.

Escrito por Laura Gómez, de 11 años. Es una pequeña historia que sorprende y te engancha desde el principio hasta el final. Muy recomendable.

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<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong>


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

EL SECRETO DE PUPI<br />

Dedicado a todas las personas<br />

que me han enseñado algo,<br />

especialmente a mis dos abuelas.<br />

Por Laura Gómez<br />

Diciembre 2014<br />

11 años<br />

Ilustración portada: Esperanza Mén<strong>de</strong>z<br />

3


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

© Laura Gómez, 2015<br />

Todos los <strong>de</strong>rechos reservados<br />

Depósito Legal: CO 74 – 2015<br />

Segunda edición: Febrero 2015<br />

Impreso por: Ámbito Gráfico. Córdoba. España.<br />

Prohibida la reproducción total o parcial <strong>de</strong> esta obra, su<br />

tratamiento informático y la transmisión por cualquier forma o<br />

medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro<br />

u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito <strong>de</strong>l titular<br />

<strong>de</strong>l copyright.<br />

4


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

ÍNDICE<br />

Página<br />

1 Presentar es <strong>de</strong> lo más dulce 7<br />

2 ¡Hogar, dulce hogar! 8<br />

3 No tengo por qué quejarme 9<br />

4 Por poco me separan <strong>de</strong> la familia 10<br />

5 Una velada muy " entretenida" 12<br />

6 Eso no lo esperaba yo 14<br />

7 Esto ya es raro 16<br />

8 Comenzó la investigación 18<br />

9 Tengo miedo 20<br />

10 Había llegado mi salvación 21<br />

11 Por fin libre 22<br />

12 Como dice el dicho, a la tercera va la<br />

vencida 23<br />

13 No, es mi culpa. 25<br />

14 Llegó la justicia 27<br />

15 Mucha información y un experto en<br />

medicina 30<br />

16 Vuelta a la normalidad 32<br />

17 EPÍLOGO 34<br />

5


6<br />

<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong>


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

1. Presentar es <strong>de</strong> lo más dulce.<br />

Mi vida comenzó a ser feliz cuando me adoptó<br />

la familia Tinquell Maq.<br />

Os la presentaré:<br />

Primero va Carlos, el padre. Le gusta ser siempre<br />

puntual y no le gusta llegar con el tiempo justo.<br />

Es muy simpático (al menos conmigo).<br />

Pero, en realidad, la<br />

Carmen, la madre.<br />

que mejor me trata es<br />

Me pone <strong>de</strong> comer a diario y me hace muchos<br />

cariños.<br />

Después, va Andrea, que tiene once años. Yo la<br />

quiero mucho porque siempre que pue<strong>de</strong> me<br />

pone la comida ella. ¡Es que, a ver, la pobrecita<br />

siempre está o en el colegio o estudiando! La<br />

verdad, a ella la quiero más que ninguno porque<br />

es la que más se esfuerza en cuidarme.<br />

Después va Luis, me hace un montón <strong>de</strong><br />

perrerías y se pelea mucho con Andrea. Tiene<br />

nueve años.<br />

Y por último, voy yo. Soy un conejo, <strong>Pupi</strong>.<br />

¡Ah, presentar es <strong>de</strong> lo más dulce!<br />

7


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

2. ¡Hogar, dulce hogar!<br />

Os voy a contar cómo me adoptaron: Todo<br />

comenzó una bonita mañana <strong>de</strong> otoño. Yo ya<br />

estaba <strong>de</strong>sesperado pues llevaba más <strong>de</strong> un año<br />

en la tienda. Por lo menos, me entretenía viendo<br />

las hojas caer y la gente pasar (estaba en el<br />

escaparate). Veía niños correr..., y entonces los<br />

vi, venían para mi casilla y parecía que tenían<br />

intención <strong>de</strong> tener un nuevo miembro en la<br />

familia. Así que puse una <strong>de</strong> mis posturas más<br />

monas. Al ver que no me miraban puse una cara<br />

mona y unos ojitos como pidiendo socorro. Al<br />

fin, me señalo una niña muy guapa y se miraron<br />

todos. Después, entraron en la tienda. Yo estaba<br />

tan nervioso que saltaba como un canguro. A<br />

continuación, la <strong>de</strong>pendienta que les atendía<br />

vino hacia mí y me cogió.<br />

Cuando llegamos a su casa, supe que era la<br />

familia perfecta y que me cuidarían muy bien.<br />

Entonces grité para mis a<strong>de</strong>ntros:<br />

¡Hogar, dulce hogar!<br />

8


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

3. No tengo por qué quejarme.<br />

Yo creo que no todo en la familia es bueno. Por<br />

ejemplo, Luis me hace perrerías sin parar;<br />

bueno, eso creo que ya os lo conté, pero es que<br />

me enrollo como una persiana. Una vez, Luis<br />

me puso en mi plato <strong>de</strong> comida pasta <strong>de</strong>ntal,<br />

<strong>de</strong>cía que era para que no me oliese el aliento.<br />

Otra vez, me puso en mi cama una manta con<br />

olor a pies, y <strong>de</strong>cía que era para que no tuviese<br />

frío por la noche.<br />

Otras veces Carlos se altera cuando "sólo" falta<br />

una hora para ir algún sitio. Y es que, <strong>de</strong> tanta<br />

alteración me acaba dando patadas. Bueno, sólo<br />

es esto.<br />

En fin, no tengo por qué quejarme.<br />

9


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

4. Por poco me separan <strong>de</strong> la familia<br />

<strong>El</strong> otro día me llevaron al mercado y, no sé por<br />

qué, había un señor que me quería comprar a<br />

toda costa, pero no quisimos. Era alto, vestía una<br />

gabardina marrón claro cuyo cuello le llegaba<br />

por encima <strong>de</strong> las orejas. Levaba unas gafas <strong>de</strong><br />

sol muy oscuras. Tenía un sombrero <strong>de</strong> color<br />

chocolate por el que apenas se veía su pelo. Se<br />

podía divisar una pequeña mata negra y lisa.<br />

Llevaba unos pantalones vaqueros y unos<br />

zapatos marrones.<br />

Carmen había ido a ver una tienda y Carlos a<br />

una tienda <strong>de</strong> relojes (para controlar el tiempo<br />

que ella tardaba). De manera que estábamos<br />

solos: Luis, Andrea y yo. A lo que íbamos, el<br />

hombre se acercó hacia nosotros y nos<br />

preguntó:<br />

-Chicos... ¿Os gustaría ven<strong>de</strong>rme el conejito? Os<br />

daría mucho dinero para que os compraseis<br />

gominolas.<br />

-No, gracias, no lo vendo.- dijo Andrea.<br />

-¿Y por qué?- protestó el plasta <strong>de</strong> Luis.<br />

-Porque no, hay muchas razones.- respondió<br />

Andrea.<br />

-Dilas- <strong>de</strong>safío Luis.<br />

10


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

-Pues porque tú no lo <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>s, porque eres muy<br />

chico -terminó Andrea.<br />

-Lo siento, señor, pero no.<br />

-Bien, si os lo pensáis mejor aquí tenéis mi<br />

tarjeta -dijo el hombre.<br />

-Les insistiré cuando los vea con los padres,<br />

seguro que están hartos <strong>de</strong> la mascota- se dijo<br />

en bajito.<br />

Uf, por poco me separan <strong>de</strong> la familia.<br />

11


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

5. Una velada muy " entretenida".<br />

Al volver <strong>de</strong>l mercado eran ya las cinco y media<br />

o algo así; lo sé, porque preguntó Andrea:<br />

-¿Qué hora es?<br />

A lo que Carlos contestó, a la vez que miraba un<br />

reloj:<br />

-Las cinco y media.<br />

Bueno, el caso es que cada uno se fue para un<br />

lado <strong>de</strong> la casa: Carmen a la azotea a ten<strong>de</strong>r la<br />

ropa, Carlos se fue a su <strong>de</strong>spacho, Andrea a ver<br />

la tele, Luis al cuarto <strong>de</strong> juegos y yo, al patio, a<br />

mi arenero.<br />

Después, al atar<strong>de</strong>cer, Carlos nos dio a elegir<br />

entre ir al cine y <strong>de</strong>spués ir a la pizzería favorita<br />

<strong>de</strong> Andrea, con la condición <strong>de</strong> que no me<br />

podían llevar a mí.<br />

O ir a la hamburgesería preferida <strong>de</strong> Luis (ahí sí<br />

me podían llevar). La cosa rara es que Luis optó<br />

por ir a la pizzería (ya se sabe el porqué).<br />

Andrea eligió la hamburguesería, y al final<br />

<strong>de</strong>cidieron entre todos que iríamos a un<br />

pequeño bar para gourmets apto para animales.<br />

Me puse un pelín nervioso, había varios<br />

conejitos más, y entonces... la vi. Esa fue la<br />

12


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

mejor parte <strong>de</strong> la noche; era preciosa, los ojos le<br />

brillaban y, y, y... me que<strong>de</strong> sin habla. Empecé a<br />

saltar, parecía que me iba a dar algo. Entonces<br />

pegué un salto hasta la mesa, lo revolví todo, me<br />

caí; en total fue un lío, y es que ni siquiera pu<strong>de</strong><br />

ver a la conejita <strong>de</strong> mis sueños, pues ya se había<br />

ido. Me serené un poco y, pensando en el lado<br />

positivo <strong>de</strong> las cosas..:<br />

…estaba siendo una velada muy entretenida.<br />

13


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

6- Eso no lo esperaba yo.<br />

Volvimos a casa, y raro, nadie quería acostarse,<br />

excepto yo, tenía un sueño que me moría y se<br />

me abría la boca. Pero bueno, me puse a<br />

suplicar para acostarnos, gimiendo, claro. Al<br />

final, nos quedamos un rato. Yo me acabé<br />

durmiendo en los brazos <strong>de</strong> Andrea y, esto es lo<br />

más raro, Luis quería cogerme. Andrea se<br />

impuso y <strong>de</strong> nuevo se pusieron a pelear:<br />

-No, verás, porque tú eres un <strong>de</strong>scuidado.- dijo<br />

Andrea.<br />

-Eso no es verdad, y lo voy a <strong>de</strong>mostrar, ja -dijo<br />

Luis.<br />

-Anda niños, vais a <strong>de</strong>spertar a <strong>Pupi</strong>. Venga,<br />

anda, Andrea, déjaselo un ratito a Luis. Y Luis,<br />

como le hagas alguna perrería, te vas a enterar.-<br />

dijo Carlos.<br />

Ya me habían <strong>de</strong>spertado, pero bueno. Andrea<br />

obe<strong>de</strong>ció, pero a regañadientes, como si<br />

quisiese, ummmmmm, tenerme más tiempo.<br />

Ah, como la quiero.<br />

Así fue, estuve un ratito dormido en los brazos<br />

<strong>de</strong> Luis.<br />

-Venga chicos, vamos a la cama, que mañana<br />

hay cole.- or<strong>de</strong>nó Carmen.<br />

14


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

-Vaaaaale.- respondieron a dúo Andrea y Luis.<br />

Al irnos a la cama me tuve que <strong>de</strong>spertar y oí a<br />

Luis <strong>de</strong>cirle por lo bajinis a Andrea:<br />

-Andrea, cada vez me cae mejor <strong>Pupi</strong>. Y hasta lo<br />

quiero más, por supuesto.<br />

Jo, eso no me lo esperaba yo.<br />

15


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

7- Esto ya es raro.<br />

Llevábamos tiempo sin haber oído hablar <strong>de</strong>l<br />

hombre capota (como lo llama Luis). Un día,<br />

recogiendo a Andrea y a Luis <strong>de</strong>l colegio, lo<br />

vimos y éste dijo:<br />

-Hola guapos, llamad a vuestros papis.<br />

- No- manifestó Andrea.<br />

- ¡¡¡Papaaá , Mamáaaaa, venid, un hombre os<br />

llamaaa!!!- dijo Luis (pufff, que plastita es).<br />

Yo miré a Andrea, que tenía una carita como<br />

triste, los ojos también los tenía llorosos, por<br />

otro lado la boca y la nariz tenían un gesto<br />

como diciendo que alguien a su alre<strong>de</strong>dor<br />

estaba tonto; yo sabía quién era: Luis, el tonto<br />

<strong>de</strong> la familia, claro.<br />

Pero al final la cosa fue bien, papá y mamá<br />

vinieron corriendo, <strong>de</strong>spués emmmmm, ah, sí,<br />

ya, Carlos respondió:<br />

-No, no y no, discúlpeme señor, pero, el conejo<br />

es nuestro.<br />

De repente como seis o siete personas se<br />

arremolinaban ante mí, estaban enseñando<br />

dinero, y Carlos con un gesto confuso, miraba a<br />

16


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

Andrea y a Luis, mientras todos se encogían <strong>de</strong><br />

hombros.<br />

A la vez yo suspiraba, y <strong>de</strong>cía para mi interior:<br />

Esto ya es raro.<br />

17


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

8- Comenzó la investigación<br />

De camino a casa Andrea y Luis se iban<br />

mirando, poniendo caras y susurrando; al llegar<br />

ya empezaron a hablar en voz alta.<br />

Dijeron que ya era muy raro todo lo que nos<br />

estaba sucediendo. Seis, siete u ocho personas<br />

intentando comprarme.<br />

También <strong>de</strong>cidieron que, como era viernes, irían<br />

a preguntar a la tienda <strong>de</strong> mascotas.<br />

<strong>El</strong> camino era un pelín largo, ya estaba yo<br />

recordando todos los tiempos que había vivido<br />

allí.<br />

Volví a recordar el invierno, primavera, verano y<br />

otoño.<br />

La nieve caer en copitos, los niños jugando al<br />

fútbol en primavera, el calor abrasante <strong>de</strong>l<br />

verano, las hojas marrones y amarillentas caer<br />

en otoño. ¡Ah! el otoño, mi estación preferida.<br />

En ella, empecé a ser miembro <strong>de</strong> la familia<br />

Tinquell Maq. Ya empezaba yo a tener<br />

melancolía <strong>de</strong> los primeros días en mi casa,<br />

cuando llegamos a la tienda. Ay, en cuanto a<br />

ella recordaba vistas, (entretenidas, pero no muy<br />

buenas) y... una horrible <strong>de</strong>sesperación.<br />

Andrea, Luis y yo, entramos a la tienda y<br />

preguntaron:<br />

18


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

-Hola ¿qué tal? Venimos a preguntar, si saben<br />

algo <strong>de</strong> si este conejo es especial.<br />

<strong>El</strong> chico se fue para la trastienda con una cara<br />

rara. Al rato vino con la chica que recuerdo que<br />

me entregó. Andrea, Luis y ella fueron para la<br />

trastienda, a mi me <strong>de</strong>jaron en una jaulilla. De<br />

repente escuché una voz que me resultaba<br />

familiar y peligrosa pero no la i<strong>de</strong>ntificaba con<br />

ningún miembro <strong>de</strong> la familia. De repente<br />

alguien me cogió muy bruscamente.<br />

En fin, <strong>de</strong> una manera u otra, comenzó la<br />

investigación.<br />

19


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

9- Tengo miedo.<br />

De las primeras partes <strong>de</strong> este capítulo sólo<br />

recuerdo una cosa:<br />

Sentí un golpe, luego un fuerte mareo, y ya<br />

<strong>de</strong>spués negro.<br />

〰〰〰〰〰<br />

Al <strong>de</strong>spertarme, vi que estaba en una jaula. A<br />

mi alre<strong>de</strong>dor, había muchos conejos en la<br />

misma situación que yo, <strong>de</strong>spués vi llegar al<br />

"hombre capota" riéndose malvadamente.<br />

Venía hacia mí, y dijo:<br />

- Ja, ja, ja, por fin te tengo conejito brillante, ya<br />

te tengo para mí. No <strong>de</strong>berías haber intentado<br />

ocultar tu secreto.<br />

Yo no sabía <strong>de</strong> qué rayos hablaba, miré en mis<br />

alre<strong>de</strong>dores, y comprendí, que era el objeto <strong>de</strong><br />

todas las miradas <strong>de</strong> los <strong>de</strong> mi especie.<br />

Ah, y me fijé en una máquina, pensé que era<br />

para abrir las jaulas, y comprendí que necesitaba<br />

a Andrea, a Luis, o a alguien que viniese en mi<br />

socorro, así que grité para mis a<strong>de</strong>ntros, como si<br />

alguien me fuese a oír…<br />

¡Ayuda, tengo miedo!<br />

20


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

10- Había llegado mi salvación<br />

Me quedé pensando una noche entera en qué<br />

me iba a pasar. Confieso que tenía mucho<br />

miedo, cerré los ojos, recordé todos los<br />

momentos que había vivido con mi familia.<br />

Las bonitas tar<strong>de</strong>s sentado junto con Andrea<br />

leyendo (me leía ella a mí, claro); algunos malos,<br />

como las perrerías <strong>de</strong> Luis. Al cabo <strong>de</strong> un rato se<br />

me empezaron a llenar los ojos <strong>de</strong> lágrimas,<br />

pensé que nunca los volvería a ver.<br />

Estaba inquieto, el miedo me revolvía todas mis<br />

tripitas; <strong>de</strong> esta situación aprendí que hay que<br />

tener siempre esperanza, porque justo en ese<br />

momento oí un ruido. Me inquieté, pues creía<br />

que era alguien que venía a hacerme daño, pero<br />

<strong>de</strong> repente oí la voz familiar <strong>de</strong> Luis diciendo:<br />

- ¡Qué suba las manos todo lo que se menee!<br />

Seguidamente pu<strong>de</strong> escuchar la voz<br />

tranquilizante <strong>de</strong> Andrea, <strong>de</strong>cir:<br />

- ¡Cállate, plasta!<br />

Cerré los ojos para tranquilizarme, estaba<br />

impaciente pues…<br />

¡Había llegado mi salvación!<br />

21


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

11-Por fin libre.<br />

Oí el chirrido <strong>de</strong> la puerta, vi la sombra <strong>de</strong><br />

Andrea y Luis; estaba seguro, las reconocería en<br />

cualquier parte. Oí <strong>de</strong>cir a Luis:<br />

- Venga <strong>Pupi</strong>, sal ya, no seas miedica...<br />

También pu<strong>de</strong> escuchar el sonido <strong>de</strong> una torta.<br />

También vi, gracias a las sombras, que una mano<br />

le daba en la cabeza a alguien (evi<strong>de</strong>ntemente,<br />

Andrea a Luis).<br />

- <strong>Pupi</strong>, ánimo, venimos a rescatarte, no tengas<br />

miedo, estamos aquí.- me tranquilizó Andrea.<br />

Entraron en la sala y examinaron un rato en la<br />

máquina que yo había visto. Le dieron a varios<br />

botones, con algunos <strong>de</strong> repente hacía calor,<br />

con otros frío o yo que sé, y con otro por arte<br />

<strong>de</strong> birlibirloque apareció <strong>de</strong> repente un sillón<br />

<strong>de</strong>bajo mía. Me empecé a poner muy nervioso.<br />

Al final acertaron y se abrieron todas las jaulas a<br />

la vez, empezamos todos a correr en dirección a<br />

la puerta y, el hombre capota que llegaba a la<br />

casa, acabó en el suelo, extrañado.<br />

Su cara daba una risa... pero en ese momento<br />

solo quería hacer una cosa, esa era gritar:<br />

- ¡Por fin libre!<br />

22


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

12- Como dice el dicho, a la tercera va la<br />

vencida.<br />

Andrea, Luis y yo nos quedamos los últimos para<br />

aclarar cuentas con Mr. Capota. Se levantó y en<br />

cuanto nos vio se volvió a tirar al suelo, se puso<br />

<strong>de</strong> rodillas y nos empezó a hacer reverencias<br />

diciendo:<br />

-¡Piedad, piedad!<br />

<strong>El</strong> pobre hombre parecía que estaba loco. Y Luis<br />

le dijo:<br />

- Venga hombre, que no te vamos a… ¡au, por<br />

qué me pisas, tonta!<br />

- ¡Para qué te calles, mentecato!- le espetó<br />

Andrea.<br />

- Aaaahhh, lo siento señor, me mandan silencio.<br />

- Escúcheme, señor; levántese, quiero hacerle<br />

una pregunta: ¿Por qué encerró a nuestro<br />

conejo?- preguntó Andrea, tan apacible como<br />

siempre.<br />

- Pues verás... Es que vuestro conejo es muy...<br />

como <strong>de</strong>cirlo...- dijo nuestro amiguito capota<br />

rascándose el cuello - ...¡especial!<br />

23


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

-¿¿ESPECIAL, EN QUÉ SENTIDO??- dijeron<br />

Andrea y Luis al unísono.<br />

-Ehhh…-<br />

cabeza.<br />

dijo capota ahora rascándose la<br />

-Bueno señor, me importa un rábano lo que diga<br />

así que, Andrea, nos vamos. Ya buscaremos<br />

información don<strong>de</strong> sea, gracias, pero, no le<br />

creemos.- se a<strong>de</strong>lantó Luis.<br />

-Bueno señor, muchas gracias por la información<br />

que nos ha dado, nos vemos.- se <strong>de</strong>spidió<br />

Andrea.<br />

-Adiós, colega- dijo Luis.<br />

Andrea y Luis fingieron que se iban, y a la vuelta<br />

<strong>de</strong> la esquina llamaron a la policía. Yo estuve un<br />

rato en mis pensamientos. Llegué a la<br />

conclusión <strong>de</strong> que como lo habíamos visto tres<br />

veces podríamos <strong>de</strong>cir:<br />

Como dice el dicho, a la tercera va la vencida<br />

24


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

13- No, es mi culpa.<br />

Después Andrea y Luis se dijeron que le iban a<br />

espiar un poco, yo pensé que estaban locos.<br />

Pero en fin, los intenté prevenir, pero como a mí<br />

nunca se me hace caso al final acabamos<br />

haciéndolo. Volvimos. Nos metimos por una<br />

puertecita, que estaba entreabierta, y nos<br />

ocultamos <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> un armario. Gracias a Dios<br />

"Capota" no nos vio. Le escuchamos llorar<br />

amargamente y también le oímos lamentarse<br />

mientras se acercaba:<br />

-¡Estoy perdido, seguramente esos niños<br />

llamarán a la poli! ¡Que he hecho, ay <strong>de</strong> mí, ay<br />

<strong>de</strong> mí! ¡Por qué lo haría!<br />

Yo veía que a Andrea le daba un poco <strong>de</strong> pena,<br />

y a mí también. Luis estaba <strong>de</strong>sternillándose <strong>de</strong><br />

risa. Andrea le dio un capón, pues nos iban a oír.<br />

De repente el hombre capota se giró, retiró el<br />

armario y nos vio, nos encerró <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> él,<br />

cerró con llave y se fue.<br />

Luis empezó a lloriquear, Andrea le dio doble<br />

capón, y le dijo que por su culpa nos había<br />

pasado esto. Después me miraron a mí, Andrea<br />

me cogió en brazos, y me abrazó fuertemente.<br />

Pu<strong>de</strong> ver como a Andrea se le escapaba las<br />

lágrimas, pensé en lo que había dicho antes <strong>de</strong> a<br />

la tercera va la vencida, y pensé que en este<br />

caso el dicho se había vuelto contra nosotros.<br />

25


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

-Lo siento <strong>Pupi</strong>, te hemos fallado. No<br />

<strong>de</strong>beríamos haber vuelto a espiarle. Pero, al<br />

menos, estamos juntos- Dijo Andrea.<br />

Yo me sentí mal, me creía culpable por haber<br />

<strong>de</strong>jado que me raptase y me entraron ganas <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>cirle:<br />

¡No!, es mi culpa.<br />

26


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

14- Llegó la justicia.<br />

Pasamos un buen rato diciéndonos cosas como<br />

te quiero, dándonos besitos, abrazándonos,<br />

llorando…Y entonces se me ocurrió una i<strong>de</strong>a<br />

brillante: a lo mejor dando cabezazos conseguía<br />

romper la puerta, y así lo hice.<br />

Al empezar, Andrea, me dijo:<br />

-<strong>Pupi</strong>, tranquilo, sé que lo estás haciendo para<br />

salvarnos, pero pue<strong>de</strong>s acabar herido.<br />

Yo seguí, y no la escuchaba. Andrea me agarró<br />

pero yo tiraba <strong>de</strong> ella y seguía dando golpetazos<br />

a la puerta. Se empezó a abrir un poco, pero no<br />

<strong>de</strong>l todo, seguí dando golpes y di por lo menos<br />

cien, pero nada, ya no se abría más. Acabé con<br />

un ojo hinchado media oreja rota y la cara<br />

entera morada. Ya no podía hacer más, me<br />

tumbé y cerré los ojos, Andrea me cogió. <strong>El</strong>la y<br />

Luis se pusieron histéricos, pues creían que<br />

estaba muerto, así que empezaron a gritar:<br />

-¡Ánimo <strong>Pupi</strong> sé que pue<strong>de</strong>s, no pue<strong>de</strong>s morir<br />

ahora, ánimo!- dijo Andrea.<br />

-¡Venga <strong>Pupi</strong>, Andrea tiene razón, tú pue<strong>de</strong>s,<br />

ánimo, seguro que no lo sabrás pero, te quiero! -<br />

dijo Luis, acariciándome.<br />

27


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

Eso me sorprendió enormemente, pero así<br />

mejor. Abrí los ojos para no asustarlos y ellos al<br />

ver estaba vivo me abrazaron a la vez. Entonces,<br />

oímos un portazo, y <strong>de</strong>spués varias voces, y una<br />

dijo:<br />

-¡Arriba las manos, no se escape, será peor para<br />

usted!<br />

Nos imaginamos que sería la policía, pues vimos<br />

el uniforme <strong>de</strong> un hombre por la rendijilla <strong>de</strong> la<br />

puerta así que empezamos a aporrearla y a<br />

pedir socorro, pero yo, simplemente gemía.<br />

Varios hombres se quedaron, otros salieron <strong>de</strong><br />

la habitación, ya que vi una sombra <strong>de</strong> una<br />

puerta abrirse y varios hombres salir por ella.<br />

Uno <strong>de</strong> los hombres dijo que había alguien<br />

encerrado, otro preguntó que dón<strong>de</strong> estaban las<br />

llaves; se pusieron a buscarlas por los<br />

alre<strong>de</strong>dores y <strong>de</strong> repente unos dijo:<br />

-¡Aquí están!<br />

Nos abrió un policía, imagino que el dueño <strong>de</strong> la<br />

última voz. Andrea y Luis salieron y le dieron las<br />

gracias. Después él dijo:<br />

- Mirad, chicos, tenéis que explicarme lo que os<br />

ha pasado con este hombre, y… uufff, - dijo<br />

mirando a <strong>Pupi</strong>- también llevar al conejito a un<br />

buen veterinario.- explicó<br />

28


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

- Bueno verá, el hombre ha atrapado a nuestro<br />

conejo, porque dice que es especial, no<br />

sabemos porqué; pero las heridas no se las ha<br />

hecho el señor, se las hizo él mismo intentando<br />

abrir la puerta <strong>de</strong>l armario.- Se a<strong>de</strong>lantó Andrea.<br />

-Bueno chicos, no os preocupéis vamos a<br />

esposar al hombre, y os llevamos al veterinario<br />

en nuestro coche.<br />

-Gracias señor.- agra<strong>de</strong>ció Luis.<br />

Cuando se fue el policía, Andrea, Luis y yo nos<br />

miramos y gritamos (yo, en mi interior,<br />

evi<strong>de</strong>ntemente):<br />

¡Bien, llegó la justicia!<br />

29


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

15- Mucha información y un experto en<br />

medicina.<br />

<strong>El</strong> camino se nos hizo muy largo, yo estaba en<br />

los brazos <strong>de</strong> Andrea, íbamos viendo el paisaje,<br />

era entretenido. Había un silencio sepulcral.<br />

Delante iban Mr. Clan y Mr. Clun, dos policías<br />

que se habían presentado al principio, y <strong>de</strong>trás<br />

<strong>de</strong> izquierda a <strong>de</strong>recha íbamos: Luis, Señor<br />

"Capota" y Andrea y Yo. De repente Señor<br />

"Capota" rompió el silencio:<br />

-¿A dón<strong>de</strong> me van a llevar?<br />

- Pues se lo podrás preguntar mañana al juez,<br />

por ahora esta noche la pasarás en el calabozo.-<br />

dijo Mr clan.<br />

"Capota" gruñó, y empezó <strong>de</strong> nuevo el silencio.<br />

Por fin llegamos, la clínica era gran<strong>de</strong> y muy<br />

chula, los policías se tuvieron que ir, ya que<br />

tenían a "capotita" en el coche. Pedimos turno,<br />

estuvimos esperando, Andrea me leyó un<br />

cuento. Al fin nos llamaron:<br />

- Señorita Andrea Tinquell-Maq, pase con su<br />

mascota, por favor.<br />

Nosotros pasamos, el veterinario nos recibió<br />

muy bien, en cuanto me vio me cogió<br />

cuidadosamente, me dio un abracito y me puso<br />

en la cama. Les dijo a Andrea y a Luis que<br />

tendría que pasar un tiempo en reposo con él,<br />

curándome todos los días, porque tenía algunas<br />

heridas, una <strong>de</strong> ellas muy profunda, ya que sin<br />

30


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

darme cuenta me clavé una astilla <strong>de</strong> la puerta.<br />

También me tendría que dar una crema todos<br />

los días en el ojo hinchado, una vacunita para<br />

los car<strong>de</strong>nales, que me la tenían que inyectar<br />

ahora mismo, me tendrían que vendar la oreja y<br />

cuando me soltasen, aparte <strong>de</strong>l tiempo <strong>de</strong>l<br />

veterinario, tenía que estar tres días sin mover<br />

nada, ya que tenía una pequeña lesión en el<br />

cuello. Al cabo <strong>de</strong> esos días volvería otra vez.<br />

Nos dijo que en total tendría que estar dos<br />

semanitas, en ese tiempo Andrea y Luis podrían<br />

venir a visitarme cuando quisiesen.<br />

Pasé la noche en el hospital y el veterinario me<br />

hizo algunas pruebas. Al día siguiente Andrea y<br />

Luis vinieron a verme, dijeron que no hablaron<br />

<strong>de</strong> venir a papá ni a mamá porque me podían<br />

poner nervioso. No entendí eso, pero bueno.<br />

Dijo que me había hecho unas pruebas y había<br />

visto que yo era especial, una raza muy rara, y,<br />

para empezar increíblemente listo, y a<strong>de</strong>más mis<br />

ascendientes eran mascota <strong>de</strong> la familia Real. Lo<br />

sabía porque tenía una marca en la piel <strong>de</strong>bajo<br />

<strong>de</strong>l pelo, en la barriga, que es don<strong>de</strong> tengo más<br />

pelo, y que por eso se tapaba. Que era una raza<br />

muy cotizada, ya que existen muy pocos<br />

ejemplares y se pagan fortunas por ellos.<br />

Ahora todo cobraba sentido y entendía porqué<br />

todos aquellos hombres querían comprarme.<br />

Supongo que Andrea y Luis pensarían:<br />

-Madre mía, mucha información y un experto en<br />

medicina.<br />

31


<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

16-Vuelta a la normalidad<br />

<strong>El</strong> tiempo se me pasó muy largo, a la semana y<br />

pico, Andrea y Luis me trajeron un periódico<br />

con una foto que nos habíamos hecho a la<br />

entrada <strong>de</strong>l veterinario. Yo me enfadé, pues salía<br />

fatal, con la cara pocha. Como me vieron<br />

enfadado me dijeron que tenía que ser una foto<br />

que saliese yo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l acci<strong>de</strong>nte. Luis me<br />

leyó el artículo que ponía:<br />

DOS NIÑOS ENCUENTRAN A UN CRIMINAL QUE<br />

LLEVA AÑOS ATRAPANDO CONEJOS<br />

Andrea y Luis, así llamados los niños, nos cuentan lo<br />

ocurrido: al parecer el hombre llevaba tiempo intentando<br />

comprar la mascota, ya que era muy especial, a continuación<br />

tenemos una entrevista a los niños:<br />

Bien, Andrea, ¿cómo consiguieron dar con el villano?<br />

- Pues fuimos a la tienda en la que compramos a <strong>Pupi</strong>,<br />

entramos en la trastienda con la chica que nos atendió y<br />

<strong>de</strong>jamos a <strong>Pupi</strong> en una jaula, lo estaba comprobando cuando<br />

oímos un ruido y salimos, vimos a un hombre salir corriendo<br />

y la jaula en la que habíamos <strong>de</strong>jado a <strong>Pupi</strong>, vacía y nos<br />

pusimos a perseguirle.<br />

Cuéntame, Luis, ¿os parece malo el señor?<br />

- Sí, bueno, nos parece malo, pero, no es <strong>de</strong> los peores<br />

criminales <strong>de</strong>l mundo.<br />

Dime, Andrea, ¿le tenéis miedo?<br />

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<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

- No, que va, nada; sabemos que no nos pue<strong>de</strong> hacer nada, ni<br />

a nosotros ni a nuestra familia.<br />

Bueno, Luis, ¿y quieres mucho a <strong>Pupi</strong>?<br />

- Muchísimo, una barbaridad.<br />

Me quedé muy sorprendido, la verdad, Luis y<br />

Andrea me prometieron que cuando acabase<br />

todo me llevarían <strong>de</strong> picnic, me explicaron que<br />

es ir a comer al campo, llevándote cosas como<br />

sándwiches, bolsas <strong>de</strong> patatas…<br />

Al día siguiente por la mañana, el veterinario le<br />

dijo a Andrea y a Luis que ya me podía ir a casa<br />

que ya habían pasado las dos semanas, y que<br />

como estaba mejor, no hacía falta que guardase<br />

el reposo, nos pusimos muy contentos y nos<br />

fuimos para casa, andando, ya que estaba muy<br />

cerca <strong>de</strong> ella, al llegar, fui corriendo a abrazar a<br />

Carmen y a Carlos; estaba muy contento,<br />

llevaba mucho tiempo sin verlos, y los ojos se<br />

me pusieron mega-llorosos <strong>de</strong> alegría.<br />

Ese mismo día comimos en el campo, como<br />

Andrea y Luis me habían prometido, el picnic<br />

fue magnífico, y me lo pasé muy bien, fue un día<br />

maravilloso, el mejor <strong>de</strong> mi vida, mejor que el<br />

día <strong>de</strong> mi adopción, ese día fue lo<br />

suficientemente fantástico como para acabar un<br />

cuento <strong>de</strong> hadas, así que se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que:<br />

-¡Por fin la vuelta a la normalidad!<br />

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<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

EPÍLOGO<br />

Bueno, tengo que <strong>de</strong>cir que sienta bien saber<br />

que uno es tan valioso. Es muy agradable.<br />

Perooo... mejor aún es saber que los que te<br />

quieren <strong>de</strong> verdad lo hacen, no por lo que vales,<br />

sino por ti mismo. Eso sí que tiene auténtico<br />

valor. <strong>El</strong> valor <strong>de</strong>l verda<strong>de</strong>ro cariño, <strong>de</strong> la<br />

amistad, el <strong>de</strong> la estima y la lealtad, y el valor <strong>de</strong><br />

saber que aun siendo un simple conejo y<br />

pudiendo conseguir otro fácilmente, ellos no me<br />

ven<strong>de</strong>rían por nada <strong>de</strong>l mundo.<br />

Es por ello que uno es capaz <strong>de</strong> darse <strong>de</strong><br />

cabezazos contra una puerta hasta per<strong>de</strong>r el<br />

sentido. Porque los quiero, y yo por ellos<br />

también haría cualquier cosa. ¡¡Hasta por el<br />

granujilla <strong>de</strong> Luis!! Jajajaja.<br />

FIN<br />

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<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong><br />

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<strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong>

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