Ana Palacio - Academia Europea de Ciencias y Artes

española», que establecen normas comunes para todas las sociedades
hispanohablantes.
— Es universal, además, por la «conciencia de comunidad lingüística», asentada
en todos los países de habla española. Esta conciencia de comunidad
lingüística favorece la fluidez vertical y la accesibilidad horizontal.
La fluidez vertical del español permite la comunicación sin dificultades
entre todos sus hablantes, cualesquiera que sea su procedencia geográfica
o nivel cultural. Y es que, una de las características del español, frente
a otras lenguas, es la facilidad con que se pasa de registros cultos a populares,
la ósmosis constante entre lengua hablada y escrita.
Y la accesibilidad horizontal o geográfica permite que el español, hablado
a ambos lados del Océano, sea enteramente inteligible para la totalidad
de los hispanohablantes: desde la Patagonia a Castilla, desde
Canarias a Veracruz, allí donde se expresa un hispanohablante su lengua
es enteramente inteligible por los demás.
— Es universal porque es «multitudinaria». Cuatrocientos millones de personas
piensan, sienten y se expresan en español, de los cuales 350 millones
tienen el español como lengua materna.
— Es universal porque «proyecta una cultura que es también universal», y es,
además, «una de las lenguas universales más prestigiadas culturalmente».
— Es universal porque supera el llamado «árbol genético» de un pueblo y
deja de identificar a un solo grupo nacional (España). El español pasa a
identificar a 350 millones de seres humanos repartidos en una veintena
de países. Lo que significa que el español ya no es un patrimonio de
España que compartimos desde una posición de superioridad con otros
países, sino que lo compartimos en condiciones de igualdad.
— Y, por ultimo, es universal gracias a su enorme «dinamismo». Un dinamismo
que mantiene su potencia cultural y la convierte en proyección
económica de los países hispanohablantes. Elemento de desarrollo económico,
a través de su incorporación a Internet (aunque fue bastante
tardía, su progresión en la red es muy superior a la de otras lenguas)y a
través de la competencia en los mercados económicos y culturales con
otras expresiones lingüísticas.
Ahora bien, el español, además de ser universal, es también una lengua europea.
No obstante, lamentablemente, el español no tiene ese status en la Europa
oficial de la unión que le debiera corresponder, no en la medida en que debiera.
La vieja preponderancia del francés como lengua culta y oficial por
excelencia (un lugar que Francia se niega a abandonar); la potencia económica,
política y social del inglés; el poderío demográfico y político del alemán, son dificultades
que han impedido, hasta la fecha, que el español ocupe el lugar que,
como segunda lengua universal, le correspondería.
En conclusión, España debe potenciar y liderar las relaciones de la Unión
Europea con Hispanoamérica, sobre todo en el ámbito de la cultura. Debe hacer
notar el peso enorme de lo hispano, no sólo en relación a un subcontinente
de enorme potencial, sino también en relación con su creciente influencia demográfica,
cultural y social en los Estados Unidos. Con treinta millones de hispanos
los Estados Unidos son el quinto país hispanohablante del mundo. El español
es ya el primer idioma extranjero en las escuelas. Y gracias a un convenio
entre Televisión Española y la plataforma digital más importante de América,
los canales de RTVE se pueden ver ya en gran parte del territorio estadounideneuropa
y latinoamérica 41