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Aprendiendo a Promover <strong>la</strong> Salud 2010<br />

¿QUE SOLUCIONES REALISTAS HAY PARA EL HAMBRE<br />

Las soluciones deben provenir de los que hacen el trabajo para producir los alimentos.<br />

Los líderes de los pobres seña<strong>la</strong>n que en los lugares donde <strong>la</strong> distribución injusta<br />

es una causa de <strong>la</strong> desnutrición, <strong>la</strong>s soluciones duraderas pueden resultar sólo<br />

por medio de <strong>la</strong> distribución más justa: de <strong>la</strong> tierra, de los recursos y del derecho de<br />

tomar decisiones. En muchos países esto precisará grandes cambios sociales, con <strong>la</strong><br />

formación de nuevos gobiernos que representen equitativamente a <strong>la</strong> gente que trabaja.<br />

Está c<strong>la</strong>ro, sin embargo, que los pequeños programas de base comunitaria y los<br />

promotores de <strong>salud</strong> no están en posición de combatir los problemas nacionales ellos<br />

solos. En los países donde los derechos de los pobres están muy limitados, es posible<br />

que deban tener cuidado de cómo y con quién discuten estas cuestiones (vea “Una<br />

l<strong>la</strong>mada al valor y a <strong>la</strong> precaución”, página 607).<br />

Pero aun si no se discute y combate abiertamente el problema de <strong>la</strong> distribución<br />

injusta, los programas de base comunitaria deben tenerlo en cuenta. Se puede ayudar<br />

a <strong>la</strong> gente a examinar sus problemas de alimentación y a llevar a cabo actividades de<br />

nutrición de modos que desarrollen su confianza en sí mismos, su determinación y su<br />

espíritu de cooperación. Esto los preparará a trabajar para los cambios mayores cuando<br />

llegue <strong>la</strong> hora.<br />

No podemos sentarnos a esperar los grandes cambios que pongan punto final al<br />

hambre. De <strong>la</strong>s maneras que puedan, grandes y pequeñas, los promotores deben<br />

asegurarse de que los niños de sus comunidades tengan suficiente que comer. Los niños<br />

que tienen hambre necesitan alimentos ahora mismo.<br />

Estamos enfermos de muchos errores y de otras<br />

tantas culpas; pero nuestro peor delito se l<strong>la</strong>ma<br />

abandono de <strong>la</strong> infancia. Descuido de <strong>la</strong> fuente<br />

de vida.<br />

Muchas de <strong>la</strong>s cosas que necesitamos pueden<br />

esperar:<br />

el Niño, no.<br />

El está haciendo ahora mismo sus huesos,<br />

criando su sangre y ensayando sus sentidos.<br />

A él no se le<br />

puede responder: “Mañana”.<br />

El se l<strong>la</strong>ma “Ahora”.<br />

–Gabrie<strong>la</strong> Mistral, de Chile<br />

Su nombre es “Ahora”<br />

El cambio trascendental (que es <strong>la</strong> única solución final al hambre) necesitará<br />

tiempo y preparativos bien organizados. Pero a veces, dentro de sus regiones<br />

locales, los programas de <strong>salud</strong> o los promotores pueden ayudar a <strong>la</strong> gente a lograr<br />

más justicia o más control de <strong>la</strong> tierra, de los alimentos, de <strong>la</strong> distribución o de<br />

determinados recursos. Esto puede significar más alimentos para los pobres por<br />

medio de mayor autosuficiencia. Estas posibilidades se examinarán más ade<strong>la</strong>nte<br />

en este capítulo y en el resto de <strong>la</strong> Quinta Parte del libro.

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