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Aprendiendo a Promover la Salud 2010
En cuanto se enfrió lo suficiente
el agua para que Seri la pudiera
tomar, Abdul le añadió una
cucharadita rasa de azúcar y una
pizca de sal. Meneó la bebida y
se la ofreció a Seri. iTenía tanta
sed la niña que se la tomó de un
trago! Abdul le hizo otro vaso,
añadiendo otra vez las cantidades
justas de azúcar y sal. La Abuela
miró sorprendida a Seri tomarse
también el segundo vaso.
De repente, Seri vomitó y parecía
que la Abuela iba a regañar a Abdul.
-Mi maestra dice que no debemos
preocuparnos si la niña vomita al
principio. Hay que probar otra vez
–dijo. Mezcló otro vaso para Seri,
pero esta vez le insistió en que lo
tomara más despacio.
Cuando se terminó el vaso, Seri
palmoteó y empezó a retorcerse,
tratando de bajarse del regazo de
la Abuela. Parloteándole a Abdul,
sus ojos lo siguieron mientras él
sacaba una galleta. Escapándose
al fin del regazo de la Abuela, Seri
caminó hacia Abdul con los brazos
extendidos para coger la galleta.
De repente, ante el espanto de la
Abuela, Seri hizo otra caca aguada.
-No te preocupes, Abuelita, ya
está mucho mejor –dijo Abdul–.
Mira qué ansiosa está de comerse
la galleta. iY todavía tiene sed!
Está tratando de alcanzar el vaso.