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Trasplante pulmonar

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16<br />

<strong>Trasplante</strong> <strong>pulmonar</strong><br />

A. Moreno Galdó, C. Marhuenda Irastorza, N. Cobos Barroso<br />

El trasplante <strong>pulmonar</strong> constituye<br />

actualmente una opción terapéutica<br />

para los niños con enfermedades parenquimatosas<br />

y vasculares <strong>pulmonar</strong>es en estadio<br />

terminal. Aunque presenta mayores problemas<br />

que el de otros órganos sólidos tanto a<br />

corto como a largo plazo, se han producido<br />

avances importantes en la mejora del pronóstico<br />

de estos enfermos, especialmente en lo<br />

que se refiere a superar los problemas precoces<br />

perioperatorios.<br />

Indicaciones<br />

Para realizar un trasplante <strong>pulmonar</strong> hay que<br />

considerar tres factores principales: las expectativas<br />

de supervivencia, la calidad de vida y<br />

el fracaso de otras alternativas terapéuticas.<br />

Además se tiene que considerar el tiempo que<br />

se prevé que el paciente permanecerá en lista<br />

de espera. Las indicaciones generales para el<br />

trasplante <strong>pulmonar</strong> son: insuficiencia respiratoria<br />

progresiva con una corta expectativa<br />

de supervivencia, en general menor de 1-2<br />

años, agotamiento de otras medidas terapéuticas,<br />

ausencia de otra enfermedad grave, capacidad<br />

para cumplir un régimen terapéutico<br />

complejo, un ambiente social adecuado y<br />

deseos por parte de la familia o del niño de<br />

aceptar el riesgo del trasplante.<br />

La fibrosis quística constituye la indicación<br />

más frecuente para el trasplante <strong>pulmonar</strong> en<br />

los niños, representando casi la mitad de los<br />

casos (tabla I). El otro grupo importante lo<br />

TABLA I. Causas de trasplante <strong>pulmonar</strong><br />

en niños de 18 años<br />

•Fibrosis quística<br />

•Enfermedad vascular <strong>pulmonar</strong><br />

•Bronquiolitis obliterante<br />

•Proteinosis alveolar<br />

•Fibrosis <strong>pulmonar</strong><br />

•Otras indicaciones<br />

Total<br />

(St. Luis Children’s Hospital, 2002)<br />

Nº de trasplantes P o r c e n t a j e<br />

constituyen las enfermedades vasculares <strong>pulmonar</strong>es<br />

y con menor frecuencia las neumopatías<br />

intersticiales y otras enfermedades<br />

parenquimatosas <strong>pulmonar</strong>es.<br />

En los niños afectos de fibrosis quística, la<br />

indicación para realizar un trasplante <strong>pulmonar</strong><br />

se basa en la consideración conjunta de<br />

una serie de variables que van a condicionar<br />

una esperanza de vida corta: valor del VEMS<br />

(volumen espiratorio máximo en el primer<br />

segundo) menor al 30% respecto al valor teórico,<br />

malnutrición refractaria a una intervención<br />

nutricional agresiva, cor pulmonale, hospitalizaciones<br />

frecuentes a pesar de tratamiento<br />

antibiótico agresivo, intolerancia documentada<br />

al ejercicio, hipoxemia (pO2 < 55<br />

mmHg) y/o hipercapnia (pCO2 > 50 mmHg),<br />

e incremento progresivo de la resistencia<br />

antimicrobiana de los patógenos <strong>pulmonar</strong>es.<br />

En otras patologías, como las neumonías<br />

intersticiales o la fibrosis <strong>pulmonar</strong>, dada su<br />

89<br />

44<br />

21<br />

12<br />

15<br />

26<br />

207<br />

43%<br />

21,2%<br />

10,1%<br />

5,8%<br />

7,2%<br />

12,7%<br />

373


Protocolos diagnósticos y terapéuticos en pediatría<br />

escasa frecuencia no disponemos de datos<br />

fácilmente objetivables y validados en los<br />

niños, y especialmente en los lactantes. Lo<br />

más importante es valorar en estos casos: presencia<br />

de una alteración funcional moderada<br />

o grave (clase funcional III o IV), necesidad<br />

de ventilación mecánica o de aportes muy<br />

elevados de oxígeno, falta de respuesta a los<br />

tratamientos realizados y comparación con la<br />

historia natural teórica de la enfermedad.<br />

En la hipertensión <strong>pulmonar</strong> primaria se<br />

aceptan los siguientes parámetros: clase funcional<br />

III o IV de la New York Heart Association,<br />

presión media de aurícula derecha ><br />

10 mmHg, presión media de arteria <strong>pulmonar</strong><br />

> 50 mmHg e índice cardíaco < 2,5 l/min/m 2 .<br />

No obstante, hay que tener en cuenta que en<br />

los últimos años han aparecido varios tratamientos<br />

nuevos para esta patología (epoprostenol,<br />

iloprost, teprostinil, bonsentan, sildenafilo),<br />

que constituyen una posible alternativa<br />

al trasplante y pueden retrasarlo o evitarlo.<br />

En cualquier caso, es recomendable remitir a<br />

los niños con hipertensión <strong>pulmonar</strong> primaria<br />

grave a un centro de trasplante para establecer<br />

de forma precoz la indicación de trasplante<br />

en caso de que fracasen las otras alternativas<br />

terapéuticas.<br />

Contraindicaciones<br />

Existen diferentes situaciones que pueden<br />

hacer desestimar la realización de un trasplante<br />

<strong>pulmonar</strong>, algunas de ellas de modo<br />

absoluto y otras de modo relativo (tabla II).<br />

Uno de los problemas más importantes en el<br />

momento de decidir la realización de un trasplante<br />

<strong>pulmonar</strong> se plantea, generalmente en<br />

pacientes afectos de fibrosis quística, cuando<br />

el receptor está colonizado por gérmenes multirresistentes<br />

o gérmenes oportunistas:<br />

_<br />

_<br />

TABLA II. Contraindicaciones para<br />

realizar un trasplante <strong>pulmonar</strong><br />

• Escoliosis grave<br />

• Pleurectomía quirúrgica<br />

• Disfunción orgánica:<br />

_ Insuficiencia hepática o renal<br />

_ Insuficiencia ventricular izquierda<br />

_ Diabetes mellitus mal controlada<br />

con daño orgánico secundario<br />

• Neoplasia en los últimos 5 años<br />

• Trastorno psiquiátrico grave<br />

• Infección sistémica activa:<br />

_ Infección bacteriana fuera del aparato<br />

respiratorio<br />

_ S I D A<br />

_ Mycobacterium tuberculosis<br />

_ Hepatitis B<br />

• Patógenos <strong>pulmonar</strong>es multirresistentes<br />

• Enfermedad activa colágeno-vascular<br />

• Anomalías congénitas múltiples<br />

• Disfunción neurológica o anomalías<br />

cromosómicas graves que impidan la<br />

calidad de vida<br />

• Incapacidad para cumplir los tratam<br />

i e n t os<br />

Muchos centros consideran la presencia<br />

de Bulkholderia cepacia una contraindicación<br />

absoluta para la realización del trasplante,<br />

dado que se han descrito infecciones<br />

graves con muerte pos trasplante por<br />

este germen.<br />

Los pacientes portadores de Pseudomonas<br />

aeruginosa multirresistente o incluso panrresistente<br />

in vitro, pueden tratarse en<br />

general con combinaciones sinérgicas de<br />

antibióticos y aminoglucósidos nebulizados<br />

y pueden ser candidatos al trasplante.<br />

374


Neumología<br />

_<br />

_<br />

El aislamiento de estafilococos meticilín<br />

resistentes tiene implicaciones de medidas<br />

de control de infección hospitalaria, pero<br />

no es una contraindicación para el trasplante<br />

dado que disponemos de antibióticos<br />

adecuados para su tratamiento.<br />

Los pacientes colonizados con Aspergillus<br />

tienen un riesgo elevado de presentar una<br />

enfermedad invasora tras el trasplante.<br />

Sin embargo, pueden ser trasplantados<br />

con éxito utilizando las medidas profilácticas<br />

adecuadas.<br />

Los pacientes portadores de hepatitis B son en<br />

muchos centros una contraindicación absoluta<br />

para el trasplante, aunque la disponibilidad<br />

de nuevos fármacos antivirales puede hacer<br />

que se considere su inclusión en el programa<br />

de trasplante.<br />

La presencia de una enfermedad del colágeno<br />

se tiene que considerar de forma individual<br />

valorando la existencia de afectación extra<strong>pulmonar</strong>.<br />

Muchos de los criterios estándar de exclusión<br />

en los programas de trasplante <strong>pulmonar</strong> de<br />

adultos, tales como la ventilación mecánica,<br />

toracotomía previa, tratamiento con corticoides<br />

e incluso oxigenación de membrana<br />

extracorpórea, no son aplicables del mismo<br />

modo en los niños.<br />

Los pacientes cianóticos en los que se han<br />

realizado toracotomías previas para procedimientos<br />

paliativos deben evaluarse con cuidado<br />

antes del trasplante, ya que presentan un<br />

riesgo elevado de sangrado a partir de colaterales<br />

de la pared torácica.<br />

El órgano donante<br />

La escasez de órganos donantes es uno de los<br />

determinantes principales para la realización<br />

de trasplantes de órganos sólidos. El problema<br />

de la escasez de órganos es mayor en el caso<br />

del pulmón dado que sólo en un 15-20% de<br />

los donantes multiorgánicos se consigue utilizar<br />

los pulmones.<br />

Para la realización de un trasplante <strong>pulmonar</strong><br />

exitoso es necesaria la compatibilidad ABO,<br />

siendo en general el pronóstico mejor cuando<br />

se emplean donantes ABO idénticos.<br />

Otro factor muy importante es la compatibilidad<br />

de tamaño entre el receptor y el donante.<br />

La mayoría de centros aceptan órganos con<br />

un tamaño un 10-25% inferior o superior a los<br />

valores teóricos del receptor. En la tabla III se<br />

recogen los requisitos generales para la selección<br />

de donantes <strong>pulmonar</strong>es de cadáver.<br />

Tipos y técnicas de trasplante<br />

Los trasplantes <strong>pulmonar</strong>es pueden clasificarse<br />

básicamente como uni<strong>pulmonar</strong>es y bi<strong>pulmonar</strong>es.<br />

Las indicaciones del trasplante uni<strong>pulmonar</strong><br />

en niños son mucho menos frecuentes que en<br />

el adulto. Incluirían la patología parenquimatosa<br />

<strong>pulmonar</strong> no séptica (fibrosis <strong>pulmonar</strong>,<br />

bronquiolitis obliterante, etc.) y la hipertensión<br />

<strong>pulmonar</strong>. Se aconseja además realizarlo<br />

sólo si el crecimiento somático está casi completado<br />

y el órgano ofrecido es de tamaño y<br />

calidad perfectas. Para la realización del trasplante<br />

uni<strong>pulmonar</strong> el tórax se aborda a través<br />

de una toracotomía posterolateral y se<br />

realizan 3 suturas: el bronquio principal, la<br />

arteria <strong>pulmonar</strong> y la aurícula izquierda.<br />

El trasplante bi<strong>pulmonar</strong> es siempre necesario<br />

en los casos de enfermedad <strong>pulmonar</strong> séptica<br />

(fibrosis quística, bronquiectasias), debido al<br />

riesgo de contaminación del pulmón trasp<br />

l a ntado por el pulmón nativo. Además se<br />

375


Protocolos diagnósticos y terapéuticos en pediatría<br />

TABLA III. Requisitos para la seleción de donantes <strong>pulmonar</strong>es<br />

• Edad ≤ 65 años<br />

• Ausencia de historia de enfermedad <strong>pulmonar</strong> importante<br />

• No fumadores importantes (< 30 paquetes al año)<br />

• Radiografía de tórax normal<br />

• Distensibilidad <strong>pulmonar</strong> aceptable (presión inspiratoria pico < 30 cm H 2 O)*<br />

• Oxigenación adecuada (PaO 2 > 300 mmHg con FiO 2 = 1)*<br />

• Duración de ventilación mecánica < 3 días<br />

• Ausencia de secreciones purulentas<br />

• Apariencia macroscópica e inspección broncoscópica satisfactorias<br />

*: A volumen corriente = 15 ml/kg y PEEP = 5 cm H 2 O<br />

emplea también en algunos centros, como el<br />

nuestro, en los casos de hipertensión <strong>pulmonar</strong>.<br />

La técnica más utilizada es el trasplante<br />

bi<strong>pulmonar</strong> secuencial. El abordaje del tórax<br />

se realiza a través de una toracosternotomía<br />

transversa bilateral a través del cuarto o quinto<br />

espacio intercostal, y el trasplante se realiza<br />

como si se tratara de dos trasplantes uni<strong>pulmonar</strong>es<br />

de forma consecutiva. En ocasiones<br />

durante la implantación del primer pulmón,<br />

o más frecuentemente en la del segundo<br />

pulmón, es necesario el empleo de circulación<br />

extracorpórea por motivos de hipoxemia,<br />

hipertensión <strong>pulmonar</strong> o bajo gasto cardíaco.<br />

En algunos centros pediátricos se utiliza de<br />

manera sistemática la circulación extracorpórea<br />

durante todo el trasplante, siendo obligada<br />

en los lactantes.<br />

Las técnicas de trasplante lobar constituyen<br />

una variante del trasplante bilateral secuencial.<br />

El trasplante de donante vivo se ha realizado<br />

principalmente en pacientes con fibrosis quística.<br />

El procedimiento quirúrgico consiste en<br />

un trasplante bi<strong>pulmonar</strong> secuencial utilizando<br />

el lóbulo inferior de dos donantes vivos, lo<br />

que acarrea la complicación de coordinar tres<br />

operaciones simultáneas.<br />

El trasplante cardio<strong>pulmonar</strong> consiste en un<br />

trasplante en bloque del corazón y los dos<br />

pulmones, realizando anastomosis de la tráquea,<br />

la aorta y la aurícula derecha. En general<br />

se reserva el trasplante cardio<strong>pulmonar</strong><br />

para los casos de enfermedad vascular <strong>pulmonar</strong><br />

asociada a cardiopatía congénita no<br />

corregible y para aquellos en que existe fallo<br />

ventricular izquierdo.<br />

Inmunosupresión<br />

En cada centro se utilizan regímenes inmunosupresores<br />

ligeramente diferentes, pero la<br />

mayoría utilizan un tratamiento triple formado<br />

por ciclosporina (o tacrolimus), corticoides<br />

y azatioprina (o micofenolato). En los dos<br />

últimos años se están empezando a utilizar de<br />

forma experimental los antagonistas de la<br />

interleucina 2, basiliximab o daclizumab.<br />

Nuestra pauta incluye:<br />

a) Corticoides (6-metil-prednisolona)<br />

376


Neumología<br />

Se inicia en quirófano: 10 mg/kg tras despinzar<br />

cada arteria <strong>pulmonar</strong> (total 20 mg/kg)<br />

_ 0 a 24 horas: 7 mg/kg/día repartido en 3 dosis.<br />

_ 24 horas a 14 días: 1 mg/kg/día.<br />

_ 14 días a 3 meses: 0,5 mg/kg/día.<br />

_ Desde los 3 meses al año disminuir de<br />

forma progresiva la dosis hasta 0,15<br />

mg/kg/día.<br />

b) Azatioprina<br />

Se inicia en quirófano: 2 mg/kg e.v. Continuar<br />

con 2-3 mg/kg/día e.v. (pasar a vía oral<br />

cuando tolere). Mantener niveles de leucocitos<br />

entre 4.000 y 6.000/mm 3 .<br />

c) Ciclosporina<br />

Dosis inicial: 2 mg/kg/día e.v. en infusión<br />

continua (1 mg/kg/día si compromiso de la<br />

función renal). Valorar iniciar administración<br />

oral al segundo o tercer día postoperatorio.<br />

Niveles deseados: 300-350 ng/ml durante los<br />

primeros seis meses, 250-300 ng/ml de 6 a 12<br />

meses y 200-250 ng/ml a partir del año.<br />

d) Tacrolimus<br />

Dosis inicial: 0,15 mg/kg/día repartido en dos<br />

dosis vía oral; 0,2 mg/kg/día en niños con<br />

fibrosis quística.<br />

Niveles deseados: 10-20 ng/ml durante las<br />

primeras 12 semanas. Después 10 a 15 ng/ml.<br />

Indicaciones<br />

Disfunción precoz del injerto<br />

Es una lesión <strong>pulmonar</strong> aguda con aumento<br />

de la permeabilidad vascular relacionada con<br />

la preservación y la isquemia-reperfusión, que<br />

además puede ser amplificada por el empleo<br />

de circulación extracorpórea. También denominada<br />

lesión de preservación o edema de<br />

reperfusión, es prácticamente la norma tras el<br />

trasplante <strong>pulmonar</strong>.<br />

Clínicamente se manifiesta por infiltrados<br />

<strong>pulmonar</strong>es bilaterales y disminución de la<br />

oxigenación. La gravedad clínica varía desde<br />

una lesión <strong>pulmonar</strong> aguda muy leve hasta un<br />

síndrome de distrés respiratorio del adulto.<br />

El tratamiento se basa en las medidas de<br />

soporte habituales para la hipoxemia (ventilación<br />

mecánica, PEEP, restricción de líquidos)<br />

y en la administración de óxido nítrico<br />

inhalado.<br />

En general suele ser transitoria, aunque en<br />

casos muy graves puede ser responsable de la<br />

muerte del paciente.<br />

Rechazo agudo<br />

A pesar de los regímenes inmunosupresores<br />

actuales, la incidencia de rechazo agudo es<br />

alta y la mayoría de receptores experimentan<br />

al menos un episodio de rechazo agudo. Aunque<br />

raramente es mortal, es uno de los factores<br />

de riesgo principales para el desarrollo de<br />

una bronquiolitis obliterante.<br />

El rechazo agudo es primariamente un fenómeno<br />

de inflamación mediada por células<br />

(linfocitos T colaboradores, citocinas, linfocitos<br />

T citotóxicos) de un órgano reconocido<br />

como extraño por el receptor. Histológicamente<br />

el rechazo agudo celular se caracteriza<br />

por infiltrados perivasculares linfocíticos con<br />

o sin una bronquitis linfocitaria o bronquiolitis<br />

acompañante.<br />

El mayor riesgo de que se produzca corresponde<br />

al primer año postrasplante, siendo especialmente<br />

frecuente en el periodo postoperatorio<br />

inmediato, generalmente entre 7 y 14<br />

377


Protocolos diagnósticos y terapéuticos en pediatría<br />

días después de la intervención. Las manifestaciones<br />

clínicas son inespecíficas e incluyen<br />

fiebre, tos, disnea, auscultación de crepitantes<br />

o roncus, aparición de infiltrados en la<br />

radiología torácica y deterioro en la oxigenación<br />

o en la función <strong>pulmonar</strong>. Si el rechazo<br />

es de un grado bajo, en ocasiones se puede<br />

presentar de forma silente. La radiografía de<br />

tórax es anormal en el 75% de los episod i o s<br />

de rechazo agudo en el primer mes postrasplante,<br />

pero puede ser normal o no mostrar<br />

cambios hasta en el 80% de los episodios más<br />

tardíos. Es necesaria la realización de una<br />

biopsia transbronquial para confirmar el epis<br />

odio de rechazo. El tratamiento del rechazo<br />

agudo consiste en la administración de dosis<br />

altas de corticoides (tres bolos de 10<br />

mg/kg/día) seguido de un aumento durante 2-<br />

3 semanas de la dosis de mantenimiento.<br />

En pacientes clínicamente estables y asintomáticos<br />

se han encontrado biopsias transbronquiales<br />

positivas de rechazo en el 25% al<br />

71% de los casos (en general rechazo mínimo<br />

o leve), por lo que suele ser una práctica<br />

estándar realizar biopsias transbronquiales de<br />

vigilancia periódicas, sobre todo durante los<br />

primeros 6-12 meses postrasplante.<br />

Infección<br />

Las infecciones bacterianas del órgano trasplantado<br />

son las más frecuentes durante las 2-<br />

3 primeras semanas. Pueden proceder de la<br />

colonización del pulmón donante, del pulmón<br />

nativo contralateral en caso de trasplante<br />

uni<strong>pulmonar</strong> o de organismos provenientes<br />

de las vías respiratorias altas y senos paranasales.<br />

Dado el riesgo de desarrollar bronquitis o<br />

neumonía que presentan estos pacientes, el<br />

aislamiento de microorganismos bacterianos<br />

en el esputo se trata de manera precoz con<br />

antibióticos, aunque represente sólo una<br />

colonización de las vías aéreas.<br />

Las infecciones por organismos oportunistas<br />

tales como Nocardia, Legionella y Pneumocystis<br />

se han eliminado prácticamente con el uso profiláctico<br />

de trimetroprim-sulfametoxazol.<br />

La infección por citomegalovirus (CMV) es<br />

la infección vírica más frecuente y grave tras<br />

el trasplante <strong>pulmonar</strong>. El riesgo es mayor en<br />

los niños, de los cuales una alta proporción no<br />

han tenido una infección previa por CMV<br />

siendo seronegativos. La infección usualmente<br />

ocurre a las 2-12 semanas poscirugía como<br />

resultado de la reactivación en el receptor,<br />

transmisión en el aloinjerto o transfusión sanguínea.<br />

Además de la enfermedad aguda por<br />

CMV, la infección por CMV se asocia con un<br />

aumento de la frecuencia de bronquiolitis<br />

obliterante. Para intentar evitarla se emplean<br />

protocolos profilácticos que incluyen el uso<br />

de ganciclovir.<br />

Las infecciones fúngicas se pueden asociar<br />

con una mortalidad elevada, especialmente<br />

las producidas por A s p e r g i l l u s y en menor<br />

grado por C a n d i d a , por lo que igualmente se<br />

emplean protocolos profilácticos que incluyen<br />

el uso de anfotericina B nebulizada, itraconazol<br />

y fluconazol. El problema se plantea especialmente<br />

en los pacientes afectos de fibrosis<br />

quística colonizados previamente por A s p e r g i-<br />

l l u s , a quienes se administra además, de manera<br />

profiláctica, anfotericina B intravenosa en<br />

el período postoperatorio inmediato.<br />

La infección por el virus de Epstein-Barr, y el<br />

riesgo de desarrollar una enfermedad linfoproliferativa<br />

asociada con la misma, representa<br />

un problema particularmente importante en<br />

los niños, ya que la mayoría son seronegativos<br />

para este virus. Un 10% de los niños trasplantados<br />

que sufren la primoinfección, y con<br />

menos frecuencia tras una reactivación, desarrollan<br />

una enfermedad linfoproliferativa<br />

378


Neumología<br />

entre un mes y 5 años tras el trasplante. El<br />

tratamiento de esta complicación incluye la<br />

monitorización de la infección por virus de<br />

Epstein-Barr, y cuando aparece la infección,<br />

la disminución de la inmunosupresión y el uso<br />

de ganciclovir intravenoso.<br />

La mayoría de niños que reciben un trasplante<br />

<strong>pulmonar</strong> experimentan las infecciones<br />

usuales respiratorias y gastrointestinales propias<br />

de la infancia sin problemas significativos.<br />

Esto es cierto sobre todo si la infección<br />

ocurre en un período tardío postrasplante. Sin<br />

embargo, la infección precoz con virus adquiridos<br />

en la comunidad (virus respiratorio sincitial,<br />

Parainfluenza, Influenza y especialmente<br />

Adenovirus) puede originar una enfermedad<br />

<strong>pulmonar</strong> grave.<br />

Complicaciones de la vía aérea<br />

Las complicaciones de la vía aérea debidas a<br />

la isquemia bronquial fueron al principio una<br />

complicación importante en el trasplante <strong>pulmonar</strong>,<br />

pero su frecuencia y gravedad ha disminuido<br />

mucho, siendo su frecuencia actual<br />

de un 10-15%. Las más frecuentes son la estenosis<br />

de las suturas bronquiales y la malacia<br />

de la zona anastomótica. La resolución de<br />

estas complicaciones incluye la dilatación<br />

con balón o broncoscopio rígido, la resección<br />

con láser o la colocación de una prótesis. La<br />

dehiscencia de la sutura es poco frecuente. Si<br />

es parcial, se puede tratar de manera conservadora;<br />

pero si es total, puede requerir una<br />

neumonectomía.<br />

Bronquiolitis obliterante<br />

La bronquiolitis obliterante constituye<br />

actualmente la amenaza más importante<br />

para la supervivencia a largo plazo de los<br />

pacientes sometidos a trasplante <strong>pulmonar</strong> o<br />

c a r d i o p u l m o n a r.<br />

Habitualmente se considera que la bronquiolitis<br />

obliterante es análoga a la pérdida tardía<br />

del injerto que ocurre tras el trasplante de<br />

otros órganos, representando una forma de<br />

rechazo crónico.<br />

La incidencia de bronquiolitis obliterante es<br />

mayor durante los dos primeros años después<br />

del trasplante, pero los pacientes presentan<br />

riesgo indefinidamente, pudiendo alcanzar el<br />

riesgo acumulado de bronquiolitis obliter a n t e<br />

el 60-80% a los 5-10 años del trasplante.<br />

No se conocen con detalle los mecanismos<br />

patogénicos de la bronquiolitis obliterante.<br />

Hay evidencias de que puede tratarse de un<br />

proceso aloinmune. También se han implicado<br />

en su patogenia la infección por citomegalovirus<br />

y la isquemia bronquial.<br />

La manifestación clínica más constante es la<br />

pérdida progresiva de función <strong>pulmonar</strong> atribuible<br />

a la obstrucción al flujo aéreo. El<br />

comienzo suele ser insidioso, con aparición<br />

gradual de disnea de esfuerzo, a menudo<br />

acompañada por tos. El desarrollo de bronquiectasias<br />

condiciona exacerbaciones infecciosas<br />

con fiebre elevada y tos productiva, y<br />

hace que sea frecuente la colonización por<br />

organismos tales como Pseudomonas aeruginos<br />

a y A s p e r g i l l u s. El TAC de alta resolución<br />

puede mostrar un patrón en mosaico en el que<br />

se intercalan zonas de atrapamiento aéreo con<br />

zonas normales.<br />

Las pruebas de función <strong>pulmonar</strong> reflejan un<br />

patrón obstructivo progresivo además de una<br />

disminución de la capacidad <strong>pulmonar</strong> total.<br />

El tratamiento consiste básicamente en<br />

aumentar la inmunosupresión una vez establecida<br />

la enfermedad, aunque la respuesta<br />

379


Protocolos diagnósticos y terapéuticos en pediatría<br />

suele ser pobre. En algunos pacientes la función<br />

<strong>pulmonar</strong> se estabiliza a un nivel infer<br />

i o r, pero en otros la afectación puede ser<br />

rápidamente progresiva y mortal. El retrasplante<br />

para los casos de bronquiolitis obliterante<br />

es controvertido, y los resultados, no<br />

muy favorables.<br />

Pronóstico y supervivencia<br />

La supervivencia a los 3 años del trasplante<br />

<strong>pulmonar</strong> pediátrico es del 54% según el<br />

registro de la International Society of Heart<br />

and Lung Transplantation. En el Children´s<br />

Hospital de St. Louis, el centro con mayor<br />

experiencia mundial, de 207 trasplantes realizados<br />

en 12 años, la supervivencia al año fue<br />

del 77%; a los 3 años del 62%, y a los 5 años,<br />

del 55%. La incidencia de bronquiolitis obliterante<br />

en los que sobrevivieron más de 3<br />

meses fue del 46%.<br />

Parece que la incidencia de rechazo agudo y<br />

de bronquiolitis obliterante es menor en los<br />

lactantes de menos de 6 meses de edad. La<br />

incidencia de bronquiolitis obliterante también<br />

parece menor (10% frente a 40% a los 3<br />

años) en los casos de trasplante de donante<br />

vivo, probablemente relacionado con un<br />

menor tiempo de isquemia. El retrasplante<br />

conlleva una mortalidad superior, con una<br />

supervivencia a los 5 años de sólo el 30%.<br />

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