Educación para todos: el imperativo de la calidad - unesdoc - Unesco

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260 / CAPÍTULO 6
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Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo
Aunque la ayuda
exterior pueda ser
útil, en ningún
caso puede suplir
la falta de un
proyecto de la
sociedad
encaminado a
mejorar la
educación.
El segundo motivo importante al que obedece
la situación actual está relacionado con los
modelos exógenos de prácticas idóneas en
materia de educación, que son preconizados
de manera bastante incoherente por los distintos
grupos de organismos y se suelen considerar
insuficientemente adaptados a las condiciones
locales. No obstante, hay elementos que indican
que el recurso cada vez mayor a enfoques
sectoriales contribuye a incrementar la
coherencia y a disminuir el rendimiento insuficiente
de la ayuda. También parece ser que esos
enfoques no sólo contribuyen más a que los
países beneficiarios de la ayuda hagan suyos
los programas educativos financiados con ésta,
sino que también ayudan a mejorar el espíritu
de cooperación entre los organismos donantes
y los gobiernos beneficiarios. Por otra parte,
el abandono de los enfoques centrados en
proyectos ha incrementado la necesidad del
diálogo sobre políticas y el número de
condiciones que lleva aparejada la ayuda. Esta
tendencia puede representar un obstáculo para
que los países hagan suyos los programas,
incrementar la necesidad de que los donantes
se coordinen entre sí y desacelerar el ritmo
de aplicación de los programas, sobre todo allí
donde la gestión financiera gubernamental
presenta carencias. Por todas estas razones,
se puede decir que el impacto de la ayuda en la
calidad todavía no ha sido claramente positivo.
La prosecución de la elaboración de enfoques
sectoriales ofrece ventajas evidentes. Algunos
organismos venían otorgando tradicionalmente
una atención especial a aportes específicos,
por ejemplo el perfeccionamiento profesional
de los docentes o el suministro de libros de
texto. Este enfoque solía descuidar a menudo
las medidas complementarias necesarias para
mejorar la calidad de la educación. La introducción
de nuevas modalidades de ayuda, como el
apoyo al presupuesto y la posibilidad de financiar
una parte de los sueldos de los docentes, ofrece
más posibilidades en materia de apoyo a la
calidad de la educación.
No obstante, aunque la ayuda exterior pueda
contribuir a alcanzar niveles adecuados de
recursos, así como a administrar los sistemas
escolares, en ningún caso puede suplir la falta
de un proyecto de la sociedad encaminado a
mejorar la educación. Un proyecto de ese tipo
sólo puede surgir en el seno de cada sociedad
en particular y no se puede organizar desde el
exterior. En última instancia, el factor de impulso
más importante es el proceso político interno
de cada país. Si este proceso propicia cambios
en el sistema educativo, las posibilidades de
que la ayuda externa facilite la evolución hacia
una educación de mejor calidad para todos
serán mucho mayores que si ese factor político
no se da.