Educación para todos: el imperativo de la calidad - unesdoc - Unesco

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220 / CAPÍTULO 5
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Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo
Está cada vez más
demostrado que
los organismos
de financiación
conceden una
importancia
creciente a las
políticas nacionales
bien fundamentadas
y encaminadas a
erradicar la pobreza
para determinar
adónde va la ayuda.
16. Véase:
www.worldbank.org/poverty/
strategies/overview
Utilizar eficazmente
la ayuda a la EPT
Ayuda para obtener resultados concretos
Aunque la ayuda a la educación es insuficiente y
su distribución dista mucho de ser óptima para
lograr la educación para todos, los donantes de
AOD aportan cada año a la educación por lo
menos 5.500 millones de dólares, de los cuales
el 30% se destina a la educación básica. La
cuestión de saber cómo se utilizan esos recursos
y si realmente ayudan a los distintos países a
lograr los objetivos de la EPT suscita considerable
interés a nivel internacional, debido en
parte a que la posibilidad de movilizar fondos
adicionales depende del buen uso que se haga
de la ayuda a la educación.
La mayor parte de la documentación relativa
a la eficacia de la ayuda está dedicada sobre
todo a las repercusiones de algunos proyectos
y programas específicos. Sin embargo, con el
advenimiento de una alianza mundial firmemente
determinada a lograr los Objetivos de Desarrollo
para el Milenio, se suele coincidir cada vez más
en que el indicador clave para evaluar la ayuda
es una mejora duradera de la vida de los pobres
(PNUD, 2003). Esto significa utilizar la ayuda
en apoyo de estrategias nacionales e internacionales
destinadas a lograr resultados
muy específicos de desarrollo que aumenten
el bienestar de la población (Managing for
Development Results, 2004).
Van abriéndose paso tres principios fundamentales
en cuanto a prácticas internacionales idóneas:
la importancia de políticas bien fundamentadas
que los países hagan verdaderamente suyas; la
convergencia de la ayuda de los donantes con las
prioridades nacionales; y la armonización de las
prácticas de los donantes. El Gráfico 5.8 ilustra
esos principios, tomando como base los trabajos
del Equipo del CAD sobre armonización y convergencia
(OCDE-CAD, 2004c), que forma parte
del seguimiento de la Declaración de Roma
sobre la armonización (OCDE-CAD, 2003).
En el vértice de la pirámide figuran las prioridades
y políticas nacionales que en los países de
bajos ingresos se formulan cada vez con mayor
énfasis en los Documentos de Estrategia de
Lucha contra la Pobreza (DELP) y los planes del
sector de educación, en particular, el subsector
de educación básica. Más de cincuenta países
Gráfico 5.8: Armonización y convergencia
1. Apropiación
(países asociados)
2. Convergencia
(donante-asociado)
3. Armonización
(donantedonante)
Fuente: OCDE-CAD (2004b).
Disposiciones
comunes
Los
asociados
establecen
las prioridades
Convergencia
con las prioridades
de los
asociados
Procedimientos
racionalizados
Utilización
de los sistemas
nacionales
Compartimiento
de la información
de ingresos bajos y medios están elaborando
DELP que constituyen cada vez más, aunque
no de manera uniforme, la base para la convergencia
de la ayuda y la armonización de las
políticas de los donantes y los programas de
asistencia. En el mejor de los casos esas
estrategias tienen por objeto mejorar la vida
de los pobres y se basan en un profundo sentido
de pertenencia nacional. 16 Según un reciente
estudio del Banco Mundial, los avances siguen
dependiendo del aumento efectivo de la
capacidad para atender las necesidades de
capacitación, del liderazgo nacional y del
compromiso permanente de las partes interesadas
en el desarrollo (FMI/AIF, 2003). Un grupo
de trabajo del CAD ha señalado que “la evolución
del enfoque de las estrategias de lucha contra
la pobreza está estrechando la vinculación entre
el apoyo externo y los procesos nacionales…
pero esa evolución es parcial, lo cual induce a
pensar que queda mucho por hacer para mejaror
la convergencia” (OCDE-CAD, 2003, pág. 4).
Está cada vez más demostrado que los organismos
de financiación conceden una importancia
creciente a las políticas nacionales bien
fundamentadas y encaminadas a erradicar de
la pobreza para determinar adónde va la ayuda.
En un estudio sobre 41 organismos de financiación
se señala que los que más destacan la
reducción de la pobreza son los que más insisten
en el contenido y el equilibrio de las políticas de
los países beneficiarios (Dollar y Levin, 2004).
La evolución hacia la convergencia de los donantes
con las políticas nacionales y hacia el trabajo a
través de los sistemas nacionales la ilustra el