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ExpresARTE
Mª Dolores Agustí
Profesora Máster en Banca y Finanzas del Centro de Estudios Garrigues
Madrid:
una ciudad de ensueño
Es tal la calidad y abundancia de
las nuevas exposiciones de arte en
Madrid durante estos primeros meses
del presente año que, creo, justifican
sobradamente el título de estas líneas.
Y sin más preámbulo, paso a comentaros
las más significativas, sintiendo,
como siempre, no poder exponeros todas
como sería de justicia y mi deseo,
pero no es materialmente posible en
este espacio.
Casa entre las rosas. Monet
Nenufares. Monet
Voy a comenzar por la de mayor
extensión ya que, como es habitual,
se desarrolla en dos sedes: el Museo
Thyssen-Bornemisza y la Sala de las
Alhajas de la Fundación Caja Madrid.
Se titula Monet y la abstracción. Es,
desde luego, un recorrido por la obra
del pintor impresionista francés, pero
se hace desde un punto de vista muy
original y atractivo, pues se plantea dicho
recorrido mostrándolo en paralelo
con el desarrollo de la abstracción de la
segunda mitad del siglo XX.
Claude Monet fue quizá el más representativo
e innovador de los impresionistas
franceses, muy prolífico y tremendamente
independiente, tanto que
en la cima del éxito, abandonó su entorno
para refugiarse en su casa de Giverny,
en 1883, donde pasó los últimos
cuarenta años de su vida, salvo esporádicas
salidas. Se hizo construir allí, en
torno a su mansión, un espacioso jardín
lleno de flores con cuidados estanques
para los nenúfares y le añadió un bello
puente japonés.
De todo ello nos ha dejado constancia
en sus famosos lienzos, donde
investiga y estudia las formas que, bañadas
por la luz en los sucesivos momentos
del día y diferentes condiciones
atmosféricas, parecen deshacerse en
sus pinceladas, unas veces gruesas y
empastadas, otras de trazos largos y
abocetados, creando una atmósfera
manifiestamente abstracta.
En 1872 había pintado su famoso
cuadro Impresión, un amanecer que
dos años después expuso en la primera
muestra impresionista y por cuyo título
el crítico L. Leroy dió nombre al grupo.
Su muerte, en 1926, pasó prácticamente
desapercibida en los ambientes
artísticos del momento y sus obras
permanecieron durante décadas olvidadas.
En las primeras décadas del
siglo XX ya se habían impuesto nuevas
tendencias basadas en el concepto
“construcción”, con lo cual su obra,
junto con la de la mayoría de los artistas
impresionistas, quedó en el olvido
por considerarla ya anacrónica. Fueron
los jóvenes artistas del triunfante
expresionismo abstracto americano
de la segunda mitad del siglo XX quienes
redescubrieron a Monet. Sus pinceladas
sueltas y formas desdibujadas
fueron una auténtica revelación tanto
para esta joven generación como para
los seguidores de los informalismos
europeos. Este entusiasmo por el descubrimiento
de Monet y su impacto en
los nuevos artistas constituye el eje de
esta magna exposición. Mark Rothko,
J. Pollok, Sam Francis, Willem de Kooning,
André Masson, G. Richter entre
otros fueron algunos de estos artistas
que detectaron a Monet y aquí se nos
muestran en un interesante diálogo
con el maestro, quedando visibles sus
múltiples conexiones.
Más de cien obras conforman esta
magnífica exposición, con préstamos
de museos y colecciones particulares
de Europa y Estados Unidos y en la que
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