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complejo entretejido de lo que se ha llamado el estado de los “partidos y
estrados judiciales” (Skowronek, 1982; Skocpol, 1995). En Alemania por
su parte, la articulación nacional fue otorgada por una no menos
compleja relación entre una “provincia hegemónica” −Prusia−, sede de la
monarquía y de su brazo político, el Canciller; y una red de estadosprincipados.
Como se sabe, Prusia se hace con el dominio de la
federación luego de triunfar contra Francia en 1870, a lo que sigue una
segunda etapa “nacionalizante” e “igualizante” al término de la I Guerra;
y una tercera “refederalizante”, finalizada la II Guerra.
2. La “nacionalización” o “desprovincialización” de la política.
La trayectoria del federalismo argentino puede ser reseñada a partir de
de estas claves. De ella se desprenden tres etapas sustantivas. 8 La
primera que apunta al “federalismo” débil, o lo que Botana (1986, p. 28)
llama “descentralización autonomista”, etapa sostenida en una provincia
hegemónica −tal el caso de la fase de Rosas, desde 1931
aproximadamente hasta Caseros−.
La segunda, en la que emerge un contendiente con capacidad de
derrotar a la provincia hegemónica −tal fue, en primer momento, la
alianza de las provincias lideradas por una región para−hegemónica
como lo fue Entre Ríos; a lo que siguió, más tarde, la constitución de un
gobierno y aparato estatal nacional.
Ambos, gobierno y aparato, y sobretodo este úiltimo, reciben impulso
con el desplazamiento de Mitre hacia el bando “nacional”, sector que,
luego de un período de indefinición en el que las fracciones
“autonomistas” de Bs. As. retacearon a su comprovinciano Mitre el
apoyo para consolidar su proyecto 9 , se consolida con el triunfo de Roca
sobre el ejército porteño y la federalizacion de Bs. As. De este modo
sintetiza Oszlak (1982, p. 153) esta vasta transformación del aparato
estatal: 10
“La precariedad de este aparato al comenzar el gobierno de Mitre,
contrasta con la relativa consolidación alcanzada sólo dos décadas más
tarde, cuando cuerpos de ejército se halaban distribuidos a todo lo largo
del país y efectivos de la armada y prefectura patrullaban las costas y
ríos interiores; colegios nacionales, escuelas normales y numerosas
escuelas primarias estatales funcionaban en capitales de provincia,
8 Se sigue aquí a Botana (1986).
9 Sosteniendo las presidencias “del interior” de Sarmiento y Avellaneda.
10 Un racconto similar se encuentra en Botana (1993, p. 241).