descargar documento .pdf - Sociedad Argentina de Análisis PolÃtico ...
descargar documento .pdf - Sociedad Argentina de Análisis PolÃtico ...
descargar documento .pdf - Sociedad Argentina de Análisis PolÃtico ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Introducción<br />
Relaciones Fe<strong>de</strong>rales y Provincialización <strong>de</strong> la política<br />
argentina<br />
Dios está en todas partes, pero<br />
atien<strong>de</strong> en Bs. As (y hace lo<br />
que le dicen los gobernadores)<br />
Los últimos momentos <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong> la Alianza; así como las<br />
dificulta<strong>de</strong>s afrontadas por el gobierno <strong>de</strong> Rodriguez Sáa y Duhal<strong>de</strong><br />
entre fines <strong>de</strong>l 2001 y comienzos <strong>de</strong>l 2002 <strong>de</strong>snudó un secreto a voces<br />
<strong>de</strong> la política argentina: la necesidad <strong>de</strong> un acuerdo entre gobernadores<br />
para la gobernancia <strong>de</strong>l país.<br />
La necesidad <strong>de</strong> este acuerdo, por orta parte, constituye una suerte <strong>de</strong><br />
novedad en el escenario político, en la medida en que reconoce que la<br />
energía política <strong>de</strong>cisiva no emerge <strong>de</strong> la Presi<strong>de</strong>ncia, ni <strong>de</strong>l Congreso, ni<br />
<strong>de</strong> los partidos; sino <strong>de</strong> una amalgama <strong>de</strong> baja institucionalidad y alta<br />
volatilidad constituida por los acuerdos entre jefes <strong>de</strong> gobiernos<br />
provinciales. Esta condición es lo que aquí se <strong>de</strong>nomina provincialización<br />
<strong>de</strong> la política argentina.<br />
El término provincialización pue<strong>de</strong> ser distinguido <strong>de</strong> otros vocablos<br />
cercanos. Por un lado, provincialización sugiere mucho más que<br />
“<strong>de</strong>scentralización”. Esta última pue<strong>de</strong> ser pensada como una forma <strong>de</strong><br />
articulación <strong>de</strong> una política impulsada nacionalmente. También, se<br />
separa <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> “fe<strong>de</strong>ralización” o “re-fe<strong>de</strong>ralización” en la medida<br />
en que pone en cuestión la existencia <strong>de</strong> algun formato <strong>de</strong> vinculación<br />
armónica entre las diversas partes <strong>de</strong>l conjunto. La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />
“provincialización” subraya el carácter centrífugo <strong>de</strong>l proceso, imagen<br />
que no necesariamente se asocia a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> “fe<strong>de</strong>ralización”.<br />
Finalmente, provincialización resulta más afin a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />
“autonomización” <strong>de</strong> gobiernos subnacionales; no obstante, en la<br />
medida en que la “autonomía” es el concepto con el que se <strong>de</strong>fine la<br />
capacidad provincial en un marco <strong>de</strong> estado nacional que retiene para sí<br />
su “soberanía”, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> provincialización o más radicalmente<br />
provincialización anárquica connota a<strong>de</strong>más la posibilidad <strong>de</strong> una<br />
ampliación <strong>de</strong> autonomía y una reducción <strong>de</strong> soberanía.<br />
Este trabajo aborda la cuestión <strong>de</strong> la provincialización en dos aspectos.<br />
Por un lado, se discute el porqué ha <strong>de</strong> aparecer este en<strong>de</strong>ble tipo <strong>de</strong><br />
organización en la política argentina, estableciendo que ello resulta <strong>de</strong> la<br />
lógica centralista <strong>de</strong> la organización fe<strong>de</strong>ral efectiva <strong>de</strong>l país. Por otra
parte, se examinan un conjunto <strong>de</strong> indicadores que señalan la<br />
intensidad y profundidad <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> provincialización en curso.<br />
1. La cuestión <strong>de</strong> la “provincialización”<br />
En este trabajo se aborda la <strong>de</strong>nominada provincialización <strong>de</strong> la matriz<br />
institucional argentina. Si bien, en términos constitucionales siempre<br />
existieron provincias que concurrían a formar la fe<strong>de</strong>ración –<strong>de</strong>s<strong>de</strong> un<br />
preámbulo constitucional que subraya “pactos preexistentes”-, la<br />
provincialización <strong>de</strong> la política argentina es un tópico relativamente<br />
novedoso. En este sentido, podría anotárselo a la siempre creciente<br />
gama <strong>de</strong> paradojas <strong>de</strong> la vida política <strong>de</strong>l país. Así, un gobierno<br />
centralizante como el <strong>de</strong> Rosas resultó el primero <strong>de</strong> los llamados<br />
“fe<strong>de</strong>rales” 1 ; a lo que pue<strong>de</strong> agregarse que la <strong>de</strong>nominación elegida<br />
para el instrumento <strong>de</strong> la “nacionalización” <strong>de</strong> la política emprendida por<br />
Roca en los ‘80s se haya <strong>de</strong>nominado “autonomismo”; y finalizando con<br />
con la empecinada ilusión conservadora <strong>de</strong> <strong>de</strong>scentralizar la vida<br />
económica y social <strong>de</strong> la nación, llevarla más allá <strong>de</strong> la Capital Fe<strong>de</strong>ral,<br />
para <strong>de</strong>salentar “masas” irigoyenistas primero, y luego <strong>de</strong>l peronismo,<br />
<strong>de</strong>vino en el fortalecimiento <strong>de</strong> regímenes tibiamente conservadores y<br />
esencialmente peronistas, sobretodo en términos prospectivos −los<br />
neoperonismos− y sobre cuya fortaleza se monta la creciente<br />
importancia política <strong>de</strong> los gobiernos provinciales. 2<br />
Se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finir a la “provincialización” como una modificación <strong>de</strong> las<br />
reglas hacia una mayor capacidad <strong>de</strong> acción <strong>de</strong> actores diferentes <strong>de</strong>l<br />
gobierno nacional; esto es, el reconocimiento <strong>de</strong> que las relaciones <strong>de</strong><br />
po<strong>de</strong>r institucional fundamentales en el país no suce<strong>de</strong>n entre<br />
Presi<strong>de</strong>nte y Congreso, sino entre Presi<strong>de</strong>nte y Gobernadores (CEDI,<br />
2000, p. 61). Por otra parte, se pue<strong>de</strong> caracterizar también a la<br />
“provincialización” vigente como “anárquica”, como una<br />
<strong>de</strong>scentralización <strong>de</strong> la estructura <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r en la que se acentúa el<br />
po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> las provincias, sin contraparte <strong>de</strong> coordinación nacional, o <strong>de</strong><br />
provincia hegemónica. En este contexto, la relación <strong>de</strong> la nación con las<br />
provincias toma una forma particular que llamaremos “bilateralismo”.<br />
En esta sección se preten<strong>de</strong> mostrar que existe un proceso centrífugo <strong>de</strong><br />
“provincialización” en curso. Para enten<strong>de</strong>r cabalmente este proceso es<br />
necesario tener como referencia a su punto <strong>de</strong> partida: la “política<br />
1 La paradoja no es sólo argentina. Como se sabe, los “Fe<strong>de</strong>ralistas” <strong>de</strong> los comienzos<br />
<strong>de</strong> la Unión Americana eran quienes querían la constitución <strong>de</strong> un gobierno “central”.<br />
2 Para Halperin Donghi (1999) es sobre los neoperonismos posteriores a 1955 don<strong>de</strong><br />
se asienta la provincialización <strong>de</strong> la política.
nacionalizada”. Esta “política nacionalizada” se constituye al mismo<br />
tiempo como el resultado no <strong>de</strong>seado <strong>de</strong>l “fe<strong>de</strong>ralismo liberal” y <strong>de</strong> las<br />
nuevas fuerzas sociales actuantes a principios <strong>de</strong>l siglo XX en el país.<br />
A este respecto, se plantean dos argumentos. El primero apunta a<br />
subrayar la “paradoja <strong>de</strong>l fe<strong>de</strong>ralismo liberal” en <strong>Argentina</strong>,<br />
caracterizado por existir a la sombra <strong>de</strong> un fuerte estado nacional. El<br />
segundo señala que, por lo tanto, una <strong>de</strong>scentralización pue<strong>de</strong> no ser<br />
sinónimo <strong>de</strong> re-establecimiento <strong>de</strong> relaciones fe<strong>de</strong>rativas distorsionadas<br />
por cierto “centralismo”, sino la puerta <strong>de</strong> entrada a una situación <strong>de</strong><br />
anárquica provincialización.<br />
En este sentido, se propone que la visión <strong>de</strong> los <strong>de</strong>cisores públicos sobre<br />
la organización territorial <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r en el país ha sido simplista; por<br />
ejemplo: “La armonía <strong>de</strong> la unidad y la diversidad... es sencillamente<br />
expresado el concepto básico <strong>de</strong>l fe<strong>de</strong>ralismo”. Así, se expresaba en<br />
1959 un prominente y dura<strong>de</strong>ro hombre público, Martinez <strong>de</strong> Hoz. 3 La<br />
paradoja resi<strong>de</strong> en el hecho <strong>de</strong> que para constituir el fe<strong>de</strong>ralismo, las<br />
provincias argentinas hubieron <strong>de</strong> constituir un gobierno nacional<br />
po<strong>de</strong>roso.<br />
La relativa ingenuidad <strong>de</strong>l planteo anterior se reconoce si se toma en<br />
cuenta una incisiva pregunta <strong>de</strong> Chiaramonte (1993, p. 126):“¿Cómo es<br />
posible que las provincias confe<strong>de</strong>radas admitieran la creación <strong>de</strong> un<br />
estado soberano, con una soberanía superior a las suyas particulares”.<br />
La respuesta es que la forma confe<strong>de</strong>ral no satisfacía un requisito <strong>de</strong><br />
gobernabilidad a la vez política y económica; sobretodo en aquélla<br />
coyuntura <strong>de</strong> expansión <strong>de</strong>l mercado mundial a mita<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l siglo XIX. 4<br />
En general se pue<strong>de</strong> ver a la formación <strong>de</strong> fe<strong>de</strong>raciones como el<br />
resultado <strong>de</strong> acuerdos entre unida<strong>de</strong>s políticas, que constituyen un<br />
po<strong>de</strong>r central sobreentendidamente más po<strong>de</strong>roso que éllas mismas. Sin<br />
embargo, en la medida en que implícitamente 5 se supone que el<br />
3 En el gobierno militar posperonista, Martinez <strong>de</strong> Hoz fue Ministro <strong>de</strong> Economía <strong>de</strong><br />
Salta en 1956 y 1957. Luego, durante el siguiente ciclo militar fue funcionario <strong>de</strong> la<br />
Junta Nacional <strong>de</strong> Granos, Secretario <strong>de</strong> Agricultura, hasta llegar a ser fugazmente<br />
Ministro <strong>de</strong> Economía en 1963 (Schvarzer, 1986, p. 135).<br />
4 Recuér<strong>de</strong>se que la “Generación <strong>de</strong>l ‘37” se encontraba entonces elaborando formas<br />
mixtas <strong>de</strong> gobierno que combinaran lo fe<strong>de</strong>ral con lo unitario, tal el caso <strong>de</strong> Alberdi.<br />
“Existe un mismo horizonte <strong>de</strong>sarrollista; es <strong>de</strong>cir la capacidad <strong>de</strong> los gobernantes <strong>de</strong><br />
garantizar el crecimiento económico...” dice Carmagnani (1993, p. 403).<br />
5 Las hipótesis acerca <strong>de</strong> una formación fe<strong>de</strong>rativa, muy centradas en la experiencia<br />
estadouni<strong>de</strong>nse, podrían ser rectificadas con provecho teniendo en cuenta a la<br />
conformación <strong>de</strong> Alemania, que une a una gigantesca Prusia con multitud <strong>de</strong> estados<br />
vecinos.
acuerdo se da entre unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> similar peso relativo, para aprehen<strong>de</strong>r<br />
cabalmente el caso argentino, la i<strong>de</strong>a necesita complejizarse.<br />
Siguiendo a Gibson (2000), se pue<strong>de</strong> elaborar una tipología más<br />
compleja <strong>de</strong> fe<strong>de</strong>ralismo al combinar la relación <strong>de</strong> fuerzas<br />
nación−provincias, con las relaciones <strong>de</strong> fuerzas entre provincias. La<br />
i<strong>de</strong>a se pue<strong>de</strong> resumir en un cuadro como el siguiente:<br />
Esquema 1.<br />
Relaciones <strong>de</strong> fuerza<br />
Nación−Provincias<br />
Nación “débil”<br />
Nación “fuerte”<br />
Relaciones <strong>de</strong> fuerza entre provincias<br />
Con hegemonía por parte Provincias balanceadas<br />
<strong>de</strong> una provincia<br />
−”pluralismo”−<br />
Etapa “rosista”<br />
Etapa “mitrista”<br />
A<br />
B<br />
Pos 1970s<br />
D<br />
C<br />
Etapa “roquista”<br />
Fuente: Elaboración propia en base a Gibson (2000).<br />
Como pue<strong>de</strong> observarse la trayectoria histórica es más compleja que la<br />
supuesta relación armónica o <strong>de</strong>sarmónica entre po<strong>de</strong>r central y<br />
provincias. Des<strong>de</strong> la celda A, la etapa inaugurada en 1831, las reglas<br />
fe<strong>de</strong>rales argentinas se movieron hacia la celda B, con la Presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong><br />
Mitre. Sin embargo, este punto resultó inestable puesto que la disputa<br />
hegemónica entre la Nación y Bs. As. <strong>de</strong>bía resolverse, lo que suce<strong>de</strong><br />
cuando se <strong>de</strong>splaza hacia la celda C. No obstante, este punto <strong>de</strong><br />
equilibrio va a ser, luego, erosionado por un conjunto <strong>de</strong> fuerzas<br />
centrífugas hasta llegar a la situación <strong>de</strong> la celda D.<br />
La i<strong>de</strong>a sobre el significado <strong>de</strong>l fe<strong>de</strong>ralismo <strong>de</strong> Martinez <strong>de</strong> Hoz aparece<br />
como ingenua porque la armonía entre las provincias que supone sólo<br />
pudo lograrse en <strong>Argentina</strong> constituyendo un gobierno suficientemente<br />
fuerte como para oponerse a Bs. As. A partir <strong>de</strong> 1853, Botana señala<br />
que:<br />
“los términos <strong>de</strong>l conflicto quedaron establecidos no tanto entre Bs. As.<br />
y el resto <strong>de</strong>l país −versión muy difundida en la historiografía−, sino<br />
entre el gobierno fe<strong>de</strong>ral y las provincias más po<strong>de</strong>rosas, entre las que<br />
sobresalía Bs. As.” (Botana, 1993, p. 233).
Esto no podía ser <strong>de</strong> otra manera. La fe<strong>de</strong>ración argentina, como<br />
construcción contraria al espíritu confe<strong>de</strong>racional 6 se había constituido<br />
como <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> las provincias −en particular, las <strong>de</strong>l litoral− contra el<br />
po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Bs. As.; siendo su principal nudo <strong>de</strong> conflicto la cuestión <strong>de</strong> la<br />
libre navegación <strong>de</strong> los ríos, como se sabe. Para obtener esto, el nuevo<br />
gobierno y estado <strong>de</strong>bieron maximizar su control, lo que llevó a utilizar<br />
sucesivamente el recurso a la intervención fe<strong>de</strong>ral como disciplinamiento<br />
Entre 1880 y 1916, se realizó en promedio una intervención por año,<br />
que ascien<strong>de</strong> a más <strong>de</strong> una y media entre 1916 y 1966 (Frías, 1980, p.<br />
36).<br />
En otra palabras, un po<strong>de</strong>r nacional potencialmente coordinador <strong>de</strong>be<br />
basarse en la existencia <strong>de</strong> re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> acción que trasciendan las<br />
fronteras provinciales; re<strong>de</strong>s que, en la política argentina, las ha<br />
encarnado el aparato <strong>de</strong>l estado nacional y los partidos políticos<br />
nacionales. Ambos elementos contribuyeron a “nacionalizar la política”.<br />
Como se ha señalado, la forma madura, consolidada, <strong>de</strong>l fe<strong>de</strong>ralismo<br />
argentino es aquélla en la que ha emergido un estado nacional<br />
po<strong>de</strong>roso, con capacidad <strong>de</strong> subordinar la acción díscola y/o<br />
in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> cada provincia; así como también, <strong>de</strong>l conjunto <strong>de</strong> las<br />
provincias. Por lo mismo modo, la etapa fallida <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>l<br />
fe<strong>de</strong>ralismo argentino acaece con la incapacidad <strong>de</strong> un conjunto <strong>de</strong><br />
provincias <strong>de</strong> constituir un aparato suficientemente fuerte como para<br />
imponerse a Bs. As.; y quizás en menor medida a Entre Ríos −lo que<br />
recién se ha <strong>de</strong> lograr en 1853; y <strong>de</strong>finitivamente en 1880−. 7 Por su<br />
parte, este aparato estatal po<strong>de</strong>roso se encuentra entonces guiado por<br />
una dirigencia igualmente consciente <strong>de</strong> su visión nacional, expresada<br />
en partidos políticos nacionales, y también en las gran<strong>de</strong>s burocracias<br />
<strong>de</strong>l aparato estatal −en particular, las FFAA− y <strong>de</strong> la sociedad civil en<br />
menor medida −Iglesia, Sindicatos, Medios <strong>de</strong> masas−.<br />
Este rol articulador <strong>de</strong>l aparato estatal nacional contrasta con otras<br />
experiencias <strong>de</strong> constitución fe<strong>de</strong>rativa <strong>de</strong> una política nacional. Por<br />
ejemplo, en EEUU no fue tal el patrón <strong>de</strong> organización. Allí, el aparato<br />
estatal no se <strong>de</strong>sarrolló y la articulación nacional fue dada por un<br />
6 Dicho sea <strong>de</strong> paso, esto supone también negar que la forma fe<strong>de</strong>rativa argentina<br />
haya evolucionado “naturalmente” <strong>de</strong> la estructura confe<strong>de</strong>racional <strong>de</strong> la etapa <strong>de</strong><br />
Rosas y el Pacto <strong>de</strong> 1831.<br />
7 Así, por ejemplo, las provincias, no litoraleñas estaban <strong>de</strong> acuerdo con la fórmula<br />
alberdiana que permitía la intervención fe<strong>de</strong>ral. Buenos Aires, por su parte, prefería<br />
conce<strong>de</strong>r tal facultad a la nación sólo bajo requisitoria <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s locales. Como<br />
se sabe, la reforma <strong>de</strong> 1860 receptó ambas posiciones en un texto claramente<br />
ambiguo.
complejo entretejido <strong>de</strong> lo que se ha llamado el estado <strong>de</strong> los “partidos y<br />
estrados judiciales” (Skowronek, 1982; Skocpol, 1995). En Alemania por<br />
su parte, la articulación nacional fue otorgada por una no menos<br />
compleja relación entre una “provincia hegemónica” −Prusia−, se<strong>de</strong> <strong>de</strong> la<br />
monarquía y <strong>de</strong> su brazo político, el Canciller; y una red <strong>de</strong> estadosprincipados.<br />
Como se sabe, Prusia se hace con el dominio <strong>de</strong> la<br />
fe<strong>de</strong>ración luego <strong>de</strong> triunfar contra Francia en 1870, a lo que sigue una<br />
segunda etapa “nacionalizante” e “igualizante” al término <strong>de</strong> la I Guerra;<br />
y una tercera “refe<strong>de</strong>ralizante”, finalizada la II Guerra.<br />
2. La “nacionalización” o “<strong>de</strong>sprovincialización” <strong>de</strong> la política.<br />
La trayectoria <strong>de</strong>l fe<strong>de</strong>ralismo argentino pue<strong>de</strong> ser reseñada a partir <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong> estas claves. De ella se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>n tres etapas sustantivas. 8 La<br />
primera que apunta al “fe<strong>de</strong>ralismo” débil, o lo que Botana (1986, p. 28)<br />
llama “<strong>de</strong>scentralización autonomista”, etapa sostenida en una provincia<br />
hegemónica −tal el caso <strong>de</strong> la fase <strong>de</strong> Rosas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1931<br />
aproximadamente hasta Caseros−.<br />
La segunda, en la que emerge un contendiente con capacidad <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>rrotar a la provincia hegemónica −tal fue, en primer momento, la<br />
alianza <strong>de</strong> las provincias li<strong>de</strong>radas por una región para−hegemónica<br />
como lo fue Entre Ríos; a lo que siguió, más tar<strong>de</strong>, la constitución <strong>de</strong> un<br />
gobierno y aparato estatal nacional.<br />
Ambos, gobierno y aparato, y sobretodo este úiltimo, reciben impulso<br />
con el <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong> Mitre hacia el bando “nacional”, sector que,<br />
luego <strong>de</strong> un período <strong>de</strong> in<strong>de</strong>finición en el que las fracciones<br />
“autonomistas” <strong>de</strong> Bs. As. retacearon a su comprovinciano Mitre el<br />
apoyo para consolidar su proyecto 9 , se consolida con el triunfo <strong>de</strong> Roca<br />
sobre el ejército porteño y la fe<strong>de</strong>ralizacion <strong>de</strong> Bs. As. De este modo<br />
sintetiza Oszlak (1982, p. 153) esta vasta transformación <strong>de</strong>l aparato<br />
estatal: 10<br />
“La precariedad <strong>de</strong> este aparato al comenzar el gobierno <strong>de</strong> Mitre,<br />
contrasta con la relativa consolidación alcanzada sólo dos décadas más<br />
tar<strong>de</strong>, cuando cuerpos <strong>de</strong> ejército se halaban distribuidos a todo lo largo<br />
<strong>de</strong>l país y efectivos <strong>de</strong> la armada y prefectura patrullaban las costas y<br />
ríos interiores; colegios nacionales, escuelas normales y numerosas<br />
escuelas primarias estatales funcionaban en capitales <strong>de</strong> provincia,<br />
8 Se sigue aquí a Botana (1986).<br />
9 Sosteniendo las presi<strong>de</strong>ncias “<strong>de</strong>l interior” <strong>de</strong> Sarmiento y Avellaneda.<br />
10 Un racconto similar se encuentra en Botana (1993, p. 241).
territorios y colonias; más <strong>de</strong> 4000 oficinas postales ymás <strong>de</strong> 100<br />
telégrafos se habían instalado en todo el país, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> sucursales <strong>de</strong>l<br />
Banco Nacional, tribunales <strong>de</strong> la justicia fe<strong>de</strong>ral, <strong>de</strong>legaciones <strong>de</strong> la<br />
policía fe<strong>de</strong>ral y médicos nacionales <strong>de</strong> sanidad; vastos territorios eran<br />
atravesados por ferrocarriles <strong>de</strong>l estado, cuadrillas <strong>de</strong> obreros construían<br />
las obras públicas más diversas; colonias oficiales eran sostenidas por el<br />
gobierno en provincias y territorios, así como hoteles <strong>de</strong>stinados a alojar<br />
a la creciente ola inmigratoria; y el <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> agricultura<br />
distribuía plantas y semillas en todo el territorio”<br />
Con un perfil más cuantitativo, esa información pue<strong>de</strong> presentarse<br />
observando que entre 1876 y 1890 el plantel <strong>de</strong> personal <strong>de</strong>l aparato<br />
estatal nacional creció un 160%, <strong>de</strong> 12 mil empleados a 33 mil.; y que,<br />
mientras en 1876 se distribuían en un 71% al servicio <strong>de</strong> las FFAA, y<br />
sólo un 7% en el Ministerio <strong>de</strong>l Interior; hacia 1890, el 38% servirá en<br />
las FFA y el 35% lo hará en Interior (elaborado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Oszlak, 1982,<br />
cuadro A−6).<br />
Pero, como señala Botana (1993, p. 242), esta posición predominante<br />
<strong>de</strong>pendía <strong>de</strong> un régimen fe<strong>de</strong>ral cuyo po<strong>de</strong>r electoral <strong>de</strong>scansaba en las<br />
provincias, en don<strong>de</strong> disponían los gobernadores −y habría que agregar<br />
<strong>de</strong> la anulación <strong>de</strong> Bs. As.−.<br />
Este po<strong>de</strong>r provincial era, sin embargo, contrabalanceado por el po<strong>de</strong>r<br />
militar y económico <strong>de</strong> la nación que, por añadidura, tenía para sí el<br />
recurso <strong>de</strong> la intervención fe<strong>de</strong>ral; en suma un <strong>de</strong>licado intercambio<br />
político que duró mientras pudo restringirse el sufragio. La práctica <strong>de</strong>l<br />
sufragio restringido permitía dos resultados: por un lado, garantizaba<br />
los “gobiernos <strong>de</strong> familia” sobretodo en provincias medianas y chicas; y,<br />
por otro, la formacion <strong>de</strong> una estable coalicion electora <strong>de</strong> la<br />
presi<strong>de</strong>ncia: “la hegemonía <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong>l ’80 <strong>de</strong>scansaba sobre esa<br />
coalición <strong>de</strong> provincias medianas y chicas”. 11 Pue<strong>de</strong> verse, entonces que<br />
la larga crisis que se abre en el país con la vigencia <strong>de</strong>l sufragio<br />
universal pone en entredicho tanto la fórmula <strong>de</strong> legitimidad electoral<br />
como la fe<strong>de</strong>ral. En relación a la legitimidad electoral, tal como pue<strong>de</strong><br />
apreciarse en el cuadro siguiente, el 67% <strong>de</strong> los elencos gobernantes a<br />
lo largo <strong>de</strong>l siglo XX tuvieron una duración menor a la esperada.<br />
Cuadro 1. Sobrevivencia presi<strong>de</strong>ncial en <strong>Argentina</strong><br />
Sobrevivencia<br />
Proce<strong>de</strong>ncia política<br />
Conservador Militar Peronismo Radicalismo Total<br />
No Casos 2 6 4 4 16<br />
11 “Catamarca, Córdoba, Jujuy, La Rioja, San Juan, San Luis, Santa fe y Santiago <strong>de</strong>l<br />
Estero reunían la mayoría <strong>de</strong> electores” (Botana, 1993)
1916−2001<br />
% 66.67 85.71 57.14 57.14 66.67<br />
Sí Casos 1 1 3 3 8<br />
% 33.33 14.29 42.86 42.86 33.33<br />
Total Casos 3 7 7 7 24<br />
% 100 100 100 100 100<br />
Nota: Como observa Rouquieu (1987), en dos <strong>de</strong> los ocho casos exitosos –Justo y<br />
Perón- se trata <strong>de</strong> militares.<br />
Fuente: Elaboración propia en base a información recogida a los efectos <strong>de</strong> sta<br />
investigación.<br />
Se constituyen así los tres actores básicos <strong>de</strong>l drama político−territorial<br />
argentino: la Ciudad−puerto, <strong>de</strong>venida Capital <strong>de</strong> un estado nacional; la<br />
“<strong>de</strong>scabezada” provincia <strong>de</strong> Bs. As. y las provincias <strong>de</strong>l interior. Nación,<br />
Bs. As. y el Interior configuran un trío –a la postre, centrífugo- que<br />
marca la historia política argentina. También hay que apuntar que, en<br />
las disputas hegemònicas entre el aparato nacional y Bs. As., crece<br />
intersticialmente la autonomía <strong>de</strong>l interior, ciertamente un muy<br />
heterogéneo conglomerado, que irá lentamente diferenciándose y<br />
acumulando po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> cara a las otras dos figuras.<br />
Obsérvese que, tan pronto como a comienzos <strong>de</strong> siglo −por ejemplo con<br />
la obra <strong>de</strong> Rivarola (1908)−, será un lugar común <strong>de</strong>l pensamiento<br />
argentino el presentar una posición <strong>de</strong>fensiva <strong>de</strong>l interior, <strong>de</strong>nunciando<br />
la distancia entre un país fe<strong>de</strong>ral y una nación unitaria; una nación<br />
frankestein, creatura <strong>de</strong> las provincias para contener a Bs. As., que las<br />
habría fagocitado. Una nación que se apropia −inconstitucionalmente− <strong>de</strong><br />
sus recursos, con los que costea un importante aparato, justamente<br />
emplazado en el interior (Oszlak y Estevez, 1997).<br />
Por su parte, esta dinámica nacionalizadora encuentra otro punto <strong>de</strong><br />
apoyo en la formación <strong>de</strong> partidos políticos nacionales. El nacimiento <strong>de</strong>l<br />
primero <strong>de</strong> éllos, la UCR es paradojal como casi todo este proceso.<br />
Alem, el revolucionario <strong>de</strong>l ’90, vino a oponerse a la fe<strong>de</strong>ralizacion <strong>de</strong><br />
Bs. As., entendiendo que la cooperacion política entre provincias, sin<br />
Leviathan nacional -la propuesta convencional <strong>de</strong>l fe<strong>de</strong>ralismo liberal-,<br />
era el modo <strong>de</strong> asegurar la libertad política <strong>de</strong> las mayorías (Botana,<br />
1993, p. 247): “La ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>scentralizadora y el sentimiento<br />
autonómico <strong>de</strong> los pueblos han salvado hasta ahora la República<br />
fe<strong>de</strong>ral...”, <strong>de</strong>cía en su discurso. 12 Des<strong>de</strong> entonces, los radicales<br />
vincularon estrechamente en su discurso la pureza <strong>de</strong>l sufragio y el<br />
espíritu fe<strong>de</strong>ral.<br />
12 Citado en Luna (1982, p. 166).
Lo paradójico resulta cuando, unos treinta años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong><br />
Alem, la nueva victoria <strong>de</strong> Irigoyen marca a fuego la experiencia <strong>de</strong>l<br />
sufragio universal. En ese momento, Irigoyen continúa la experiencia <strong>de</strong><br />
gestion política centralista vía intervención política en las provincias. El<br />
reelecto presi<strong>de</strong>nte suma entonces una enorme masa <strong>de</strong> votos que<br />
presumiblemente lo legitima más allá <strong>de</strong> los acuerdos entre<br />
gobernadores: mientras que en su primera presi<strong>de</strong>ncia había sido<br />
elegido por el 63% <strong>de</strong> los votos; y Alvear, su sucesor, por un 55%;<br />
venía a obtener ahora un estruendoso 81%. −repárese que la elección<br />
<strong>de</strong> Perón en 1946 convoca al 83% <strong>de</strong> los votantes− (Fraga, 1999, p.<br />
26). Si en el sistema previo elegían no el pueblo sino los gobernadores,<br />
la soberanía popular se consi<strong>de</strong>ra ahora “nacional y <strong>de</strong> naturaleza<br />
indivisible” (Botana, 1993, p. 253).<br />
Este proceso <strong>de</strong> nacionalización signará la política <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces,<br />
radicando su fortaleza en la capacidad para dar expresión a nuevos<br />
actores cuyo emplazamiento no es necesariamente territorial, sino <strong>de</strong><br />
otra naturaleza; en particular, empresarios y obreros (Carmagnani,<br />
1993, p. 407), por un lado; y, por otro, actores nacional y<br />
jerárquicamente integrados, tales como las FFAA y la Iglesia.<br />
a. Los inicios <strong>de</strong> la provincialización: la dinámica<br />
<strong>de</strong>scentralizadora en el posperonismo.<br />
Este movimiento tiene un punto <strong>de</strong> inflexión en 1955 con el gobierno<br />
posperonista, cuando se inicia un retorcido pero tenaz proceso <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>scentralización <strong>de</strong> la actividad económica y estatal. La consolidación<br />
<strong>de</strong> esta tercera etapa será dada por el acentuamiento <strong>de</strong> las ten<strong>de</strong>ncias<br />
centrífugas <strong>de</strong> las provincias sin una contraparte nacional −ni <strong>de</strong><br />
provincia hegemónica−. Ello ha <strong>de</strong> constituir una “provincialización<br />
anárquica”.<br />
Son muchas y complejas las razones −así como contradictorias las<br />
expectativas que suscitó entre sus protagonistas−, que llevaron a dar<br />
comienzo, a la caída <strong>de</strong>l gobierno peronista, este proceso <strong>de</strong><br />
“provincialización”, en sus dos aristas más relevantes: reducción <strong>de</strong> la<br />
ciudad−nación y acrecimiento <strong>de</strong>l interior.<br />
En primer lugar, en el plano económico se produce un cambio en la<br />
naturaleza <strong>de</strong> la inversión productiva, que propone ahora un énfasis en<br />
las industrias básicas o “semipesadas”, lo que origina un nuevo patrón<br />
espacial <strong>de</strong> localización en gran parte atado a medidas <strong>de</strong> promoción<br />
industrial a partir <strong>de</strong> las que se extien<strong>de</strong>n beneficios <strong>de</strong> radicación en las
provincias patagónicas, lo que da una incipiente fuerza a estos<br />
gobiernos –estos beneficios se encontraban ya estaban extendidos a un<br />
70% <strong>de</strong>l país hacia 1967 (Sawers y Massacane, 2001)-. 13<br />
• Así, entre 1953 y 1963, el área metropolitana configurada por la<br />
Capital Fe<strong>de</strong>ral y el Gran Bs. As. reduce su participación en −5.1%<br />
y −10.4% 14 en el número <strong>de</strong> establecimientos y obreros ocupados,<br />
mientras que estos indicadores crecían en el resto <strong>de</strong>l país<br />
(Rofman, 1997, p. 231).<br />
• La ten<strong>de</strong>ncia continúa en la década siguiente. Así, para la<br />
medición <strong>de</strong> los Censos Económicos <strong>de</strong> 1973 y 1984, los<br />
asalariados habían disminuido un 7% en el polo metropolitano,<br />
mientras que se incrementaban un 7% y poco más <strong>de</strong> 40% en el<br />
resto <strong>de</strong> la Provincia <strong>de</strong> Bs. As. e Interior, <strong>de</strong>scontando Mendoza y<br />
Córdoba (Nun, 1987, p.108).<br />
En segundo lugar, el proceso <strong>de</strong> “<strong>de</strong>speronización” que entonces se<br />
impulsa tiene, por lo menos, dos planteos estrechamente relacionados<br />
con esta temática: por un lado, un fenómeno muy vinculado al punto<br />
anterior, se intenta el “<strong>de</strong>scongestionamiento” <strong>de</strong> la Capital Fe<strong>de</strong>ral −lo<br />
que podríamos <strong>de</strong>nominar el “temor al 17 <strong>de</strong> octubre”−; y, por otro lado,<br />
los diversos ensayos políticos <strong>de</strong> “integración <strong>de</strong> masas peronistas sin<br />
Perón” que conducen a fortalecer los partidos a nivel provincial, en<br />
don<strong>de</strong> juegan un rol propon<strong>de</strong>rante los llamados neoperonismos−<br />
(Cavarozzi, 1979; Smulovitz, 1988).<br />
En tercer lugar, hay un aspecto <strong>de</strong> índole político organizativa, se trata<br />
<strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a bien presente en el momento <strong>de</strong> que uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>fectos <strong>de</strong>l<br />
anterior “régimen” era su centralismo, 15 y cuya cura consistiría en una<br />
13 Un breve recuento hasta los ‘70s: La ley 10991 <strong>de</strong> 1956 establece un régimen <strong>de</strong><br />
promoción industrial para la Patagonia; le sigue la ley 17010, para Tucumán en 1966;<br />
la ley 19375 para San Juan y ley 19640 para Tierra <strong>de</strong>l Fuego en 1971 y 1972,<br />
respectivamente; y finalmente, la ley 19904 que sanciona la “<strong>de</strong>s−promoción”<br />
industrial en la Capital Fe<strong>de</strong>ral.<br />
14 Los valores para la Capital Fe<strong>de</strong>ral exclusivamente son más altos: −18.8% y<br />
−28.4%, respectivamente.<br />
15 Si bien, también se usaba reconocer que el centralismo había tenido como su<br />
virtud: una “argentinización” <strong>de</strong> la ciudad-puerto. Léase el siguiente pasaje <strong>de</strong> Luna<br />
(1982, p. 187) que cabe citar in extenso porque resume una visión comparitda por los<br />
<strong>de</strong>cisores públicos a lo largo <strong>de</strong> los ‘60s y ‘70s: “Hay que sumar una acción por parte<br />
<strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong> Perón, no siempre acertada pero con una intención indiscutiblemente<br />
argentinista que contribuyó a crear un movimiento <strong>de</strong> regreso a las fuentes <strong>de</strong> nuestra<br />
cultura popular... Esta re−argentinización <strong>de</strong> Bs. As. no significaba que la ciudad<br />
modificara su relación institucional con el resto <strong>de</strong>l país. En este aspecto, los dos<br />
gobiernos <strong>de</strong> Perón aparejaron una tremenda acentuación <strong>de</strong>l centralismo ejercido<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Capital Fe<strong>de</strong>ral... Esta asociación entre po<strong>de</strong>r político y gravitación industrial
dosis <strong>de</strong> <strong>de</strong>scentralización. Y efectivamente la intención fue llevada<br />
parcialmente a los hechos, por lo menos en dos aspectos que concernian<br />
al corazón <strong>de</strong>l peronismo, el aparato estatal y lo sindical. Por un lado, se<br />
observan entonces maniobras −ciertamente con marchas y<br />
contramarchas− <strong>de</strong> transferencia <strong>de</strong>l aparato estatal nacional a<br />
provincias; y a manos privadas. 16 Por otro, se observa el otorgamiento<br />
<strong>de</strong> personería gremial a sindicatos locales o regionales. Así, mientras<br />
entre 1944−55 el 59% <strong>de</strong> las personerías gremiales se otorgarona<br />
sindicatos radicados en la Capital Fe<strong>de</strong>ral y Gran Bs. As. y un 34% a<br />
sindicatos <strong>de</strong>l interior; en contraste, en el período 1956−66, la<br />
proporción se invierte a 28% y 52% respectivamente (Zorrilla, 1974, p.<br />
116).<br />
En cuarto lugar, y en buena medida el párrafo anterior atestigua esto<br />
mismo, se asiste <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los ‘50s a una renovada visión <strong>de</strong> la fractura<br />
argentina. Se generaliza la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> los dos países −Bs. As. y el interior−;<br />
punto que organiza la percepción <strong>de</strong>l “ser nacional” en toda la<br />
ensayística originada en los ‘30s −Martinez Estrada, Mallea, Scalabrini<br />
Ortiz, otros−. Ahora bien, estos “dos países” no tienen igual<br />
consi<strong>de</strong>ración. Contrarios la ciudad-puerto, estos ensayistas se<br />
proponen buscar “tierra a<strong>de</strong>ntro” las virtu<strong>de</strong>s que salven al país <strong>de</strong>l<br />
dominio extranjerizante ejemplificado en la “ciudad envilecida”. En un<br />
penetrante ensayo, Gorelik (1999) señala que esta visión romántica va<br />
a tener dos dificulta<strong>de</strong>s: la primera, la <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la ciudad con el<br />
ingreso y resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los “cabecitas negras” migrantes <strong>de</strong>l interior; la<br />
segunda, la influencia <strong>de</strong>l pensamiento <strong>de</strong>sarrollista que buscará no<br />
tanto “bucolizar” la ciudad, como “<strong>de</strong>sarrollar el interior” −i<strong>de</strong>as que van<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Canal Feijóo a Germani−. En particular, hay que recordar que<br />
Germani había asociado la emergencia <strong>de</strong>l peronismo con la<br />
“disponibilidad i<strong>de</strong>ológica” <strong>de</strong> cierto tipo <strong>de</strong> clase obrera: los obreros<br />
migrantes recientes. Que más allá <strong>de</strong> sus intenciones, el aporte <strong>de</strong><br />
Germani fue tenido en cuenta como una forma <strong>de</strong> “<strong>de</strong>speronizar”, lo<br />
atestigua un editorial <strong>de</strong> “La Nacion” <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1955, en el que se<br />
señala que el esfuerzo <strong>de</strong> análisis sociológico, ejemplificado por<br />
Germani, es la vía <strong>de</strong> información para que concretar tal objetivo<br />
(Sidicaro, p. 1993, p. 257).<br />
continuó en los años posteriores a Perón... [En tiempos <strong>de</strong> Frondizi] la respuesta<br />
electoral a sta imprevisora concentración fue catastrófica: en 1962 la expereriencia<br />
<strong>de</strong>sarrollista fue arrasada por el voto <strong>de</strong>l Gran Bs. As.... así como en 1966 el<br />
<strong>de</strong>rrocamiento <strong>de</strong> Illia se <strong>de</strong>bió a la posibilidad <strong>de</strong> una repetición <strong>de</strong>l voto peronista en<br />
ese mismo lugar”.<br />
16 Véase la posición <strong>de</strong>l Diario “La Nación” al respecto en Sidicaro (1993). Durante<br />
Frondizi se privatizó Transportes <strong>de</strong> Buenos Aires y gran parte <strong>de</strong>l grupo DINIE (Boneo,<br />
1980, p. 15).
En síntesis, ya por la difusa vía <strong>de</strong> la “<strong>de</strong>speronización”, ya por la<br />
necesidad <strong>de</strong> reconstituir un país escindido <strong>de</strong>sarrollando las riquezas<br />
<strong>de</strong>l interior, ya por la necesidad profundizar la industrialización que<br />
obligaba a un nuevo perfil <strong>de</strong> radicacion industrial, cualquiera <strong>de</strong> ellas y<br />
todas fueron vías que convergieron en proponer la <strong>de</strong>scentralización <strong>de</strong>l<br />
aparato estatal nacional. Esto, por supuesto, no se hizo sin conflictos, ni<br />
contradicciones; todos éllos esperables en la medida en que implicaba<br />
una disminución <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los mismos funcionarios que levantaban<br />
esta ban<strong>de</strong>ra.<br />
3. La “provincialización anárquica”<br />
¿En qué consiste la “provincialización anárquica”. La i<strong>de</strong>a menta la<br />
progresiva disminución <strong>de</strong> la capacidad <strong>de</strong> gobierno <strong>de</strong> la Nación, y su<br />
difuminación en una pluralidad <strong>de</strong> jurisdicciones, sin que alcance a<br />
emerger –como previamente en la historia <strong>de</strong>l país- una provincia<br />
hegemónica. No obstante lo cuál, <strong>de</strong>be <strong>de</strong>stacarse que la nación sigue<br />
reteniendo capacidad <strong>de</strong> veto suficiente como para inhibir acciones por<br />
parte <strong>de</strong> las provincias. En suma, una Nación suficientemente fuerte en<br />
la relación bilateral con las provincias; pero, crecientemente incapaz <strong>de</strong><br />
li<strong>de</strong>rar la formulación <strong>de</strong> una voluntad colectiva.<br />
A continuación se procura probar esta tesis analizando un conjunto <strong>de</strong><br />
indicadores al respecto. En primer lugar, y suponiendo que la capacidad<br />
<strong>de</strong> gestión política <strong>de</strong> un gobierno nacional <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> su<br />
infraestructura se estudia la evolución <strong>de</strong> los recursos materiales y<br />
humanos. En segundo lugar, se estudia la capacidad <strong>de</strong> “formular” una<br />
voluntad colectiva por parte <strong>de</strong>l gobierno nacional. En la medida en que<br />
esta voluntad estaría formada por los partidos políticos, interesa analizar<br />
el proceso <strong>de</strong> “provincialización <strong>de</strong> las estructuras partidarias. En tercer<br />
lugar, interesa analizar lo que está sucediendo con la dotación <strong>de</strong><br />
recursos económicos.<br />
a. La infraestructura <strong>de</strong> la gestión política nacional y<br />
provincial<br />
Comenzando por el estado nación, se analizan indicadores <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>scentralización fe<strong>de</strong>rativa en relación a la capacidad <strong>de</strong> acción <strong>de</strong><br />
gobierno, primero; y luego, se analizan indicadores en relación a la<br />
<strong>de</strong>scentralización fe<strong>de</strong>rativa <strong>de</strong>l gasto y los recursos públicos.
Las dos siguientes tablas muestran el avance <strong>de</strong> la <strong>de</strong>scentralización<br />
fe<strong>de</strong>rativa <strong>de</strong> la acción gubernamental.<br />
Cuadro 2. Indicadores <strong>de</strong> Descentralización <strong>de</strong>l Gobierno Nacional<br />
<strong>Argentina</strong>: 1950-1994. 1950 1961 1970 1980 1986 1990 1994<br />
Gasto Prov y Munic<br />
/Gasto total (1) sd 38.1 41.9 47.3 53.0 59.8 62.2<br />
Recursos prov totales<br />
/Rec.Nac.Totales sd 32.0 36.6 45.2 26.5 26.8 24.2<br />
Empleados prov<br />
/empleados nación 29.1 38.5 43.1 53.8 59.1 55.6 85.3<br />
Educación primaria:<br />
% prov. sobre total 53.4 57.2 64.2 91.4 91.1 91.1 sd<br />
Salud:<br />
Camas prov /total camas sector pub sd 51.4sd 59.0Sd sd 89.6<br />
(1) Exc. Seguridad Social y Empresas públicas<br />
Fuente: Elaboración propia a partir <strong>de</strong>: Porto, Alberto. 1990. El Fe<strong>de</strong>ralismo Fiscal: el<br />
caso argentino. BA: Ed. Tesis −Instituto Di Tella. Gibson, E. y Calvo, E. 2001.<br />
"Fe<strong>de</strong>ralismo y sobrerepresentación", en Abal Medina y Calvo (eds.): El fe<strong>de</strong>ralismo<br />
electoral argentino. BA: INAP-Eu<strong>de</strong>ba. Datos <strong>de</strong>l Ministerio <strong>de</strong> Economía <strong>de</strong> la Nación,<br />
tomados <strong>de</strong>: www.mecon.gov.ar/peconomica/basehome/series_gasto.htm.<br />
El cuadro anterior es claro. Si no se cuenta la trayectoria errática <strong>de</strong>l<br />
nivel <strong>de</strong> recursos, se obtiene una imagen convergente <strong>de</strong> acrecimiento<br />
<strong>de</strong> la capacidad <strong>de</strong> gestión provincial. Así, el gasto global, y los recursos<br />
educativos, sanitarios, y personal empleado, han <strong>de</strong>venido elementos en<br />
los que se <strong>de</strong>staca la <strong>de</strong>cisiva prepon<strong>de</strong>rancia <strong>de</strong> las provincias. En otra<br />
palabras, difícilmente pue<strong>de</strong> plantearse que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los ‘80s la nación está<br />
asentada macrocefálicamente en Bs. As.<br />
b. La “provincialización” <strong>de</strong> los partidos “nacionales”<br />
Una <strong>de</strong> las formas centrales por las que pue<strong>de</strong> emerger una voluntad<br />
política nacional se relaciona con la nacionalización <strong>de</strong> los partidos. Es<br />
<strong>de</strong> común creencia que este proceso habría ocurrido con el li<strong>de</strong>razgo <strong>de</strong><br />
Irigoyen para la UCR; y con Perón, para el justicialismo (Halperin<br />
Donghi, 1999).<br />
Si bien el cuánto ello ha sido logrado está disputado, no cabe duda que<br />
en tales oportunida<strong>de</strong>s ocurrió una “nacionalización” <strong>de</strong> las fuerzas<br />
políticas. 17 En gran medida ello fue así. Ahora bien, vale la pena<br />
17 Snow apuntó que los partidos en <strong>Argentina</strong> “casi siempre tienen a las provincias, no<br />
a la nación, como su punto <strong>de</strong> referencia” (citado en Ged<strong>de</strong>s y Benton, 1997, p. 8).
investigar si no estaría sucediendo un proceso contrario. Para esto, se<br />
analizarán aquí los siguientes indicadores:<br />
• En primer lugar, la existencia <strong>de</strong> un ciclo constituyente provincial<br />
atípico que <strong>de</strong>nota un incremento <strong>de</strong>l autonomismo provincial.<br />
• En segundo término, lo que esto muestra acerca <strong>de</strong> la efectividad<br />
<strong>de</strong> las cuestiones sucesorias en la política argentina. Gran parte <strong>de</strong><br />
los conflictos políticos, como pue<strong>de</strong> sospecharse, están<br />
relacionados con los posicionamientos que los actores preten<strong>de</strong>n<br />
<strong>de</strong> cara a sus ambiciones profesionales.<br />
• En tercer lugar, los diversos grado <strong>de</strong> movilización <strong>de</strong> votantes<br />
que las elecciones nacionales y provinciales pue<strong>de</strong>n implicar.<br />
• En cuarto término, el problema <strong>de</strong> la disciplina partidaria y su<br />
expresión en los conflictos regionalistas.<br />
El ciclo constitucional atípico. En relación a lo primero, es<br />
interesante observar que 14 <strong>de</strong> entre 22 jurisdicciones inician un ciclo<br />
constituyente atípico. Este ciclo es atípico porque aparece separado <strong>de</strong>l<br />
leit motif hasta el momento más comun para iniciarlo: la reforma <strong>de</strong> la<br />
constitución nacional, como fue el caso en 1949, en 1957; o la<br />
adaptación a un cambio mayúsculo <strong>de</strong> sistema electoral como en el caso<br />
<strong>de</strong> la Ley Sanez Peña <strong>de</strong> 1912.<br />
Ahora bien, a comienzos <strong>de</strong> los ‘80s no había razones <strong>de</strong> este tipo para<br />
iniciar un ciclo constituyente; incluso, había motivos que lo<br />
<strong>de</strong>saconsejaban: por ejemplo, los rumores <strong>de</strong> la posibilidad <strong>de</strong> una<br />
reforma <strong>de</strong> la constitución nacional, que hubieran aconsejado posponer<br />
la reforma provincial hasta que aquélla estuviera resuelta. No obstante,<br />
como pue<strong>de</strong> observarse en el cuadro siguiente, una importante cantidad<br />
<strong>de</strong> provincias <strong>de</strong>cidió a<strong>de</strong>lantarse y realizar una reforma constitucional<br />
en su jurisdicción.<br />
Hace similar planteo, Mustapic (1999). En contra, la opinión <strong>de</strong> Bidart Campos (1993,<br />
p. 387); sin embargo, cabe observar que este autor se apoya a su vez en Vanossi, un<br />
reformista <strong>de</strong>l sistema fe<strong>de</strong>ral (ver, Vanossi, 1967).
Cuadro 3. Indicadores <strong>de</strong>l ciclo constituyente en provincias<br />
Ciclos<br />
típicos<br />
Ciclo<br />
atípico<br />
Provincia<br />
Partido ¿Reelección<br />
1983<br />
Pre 1916 Pos 1916 Pos 1957 1983-89 1991-93<br />
Tucumán PJ No 1907 1990<br />
Jujuy PJ No 1910 1986<br />
Córdoba UCR No 1923 1987<br />
San Juan Bloq Sí 1927 1986<br />
Salta PJ No 1929 1986<br />
Entre Rios UCR No 1933<br />
La Rioja PJ Sí 1933 1986<br />
Buenos Aires PJ No 1934<br />
Corrientes PAL No 1960 1993<br />
Sgo. <strong>de</strong>l E. PJ No 1960 1986<br />
San Luis PJ Sí 1962 1987<br />
Santa Fe PJ No 1962<br />
Mendoza UCR No 1965<br />
Catamarca PJ Sí 1966 1988<br />
Subtotal 2 6 6 8 2<br />
Chaco PJ No 1957<br />
Chubut UCR No 1957<br />
Formosa PJ Sí 1957 1991<br />
La Pampa PJ No 1960<br />
Misiones UCR No 1958<br />
Neuquén MPN No 1957<br />
Río Negro UCR Sí 1957 1988<br />
Santa Cruz PJ No 1957<br />
Subtotal 8 1 1<br />
Fuente: Elaboración propia en base a Ortiz Pellegrini y ots. (1994).<br />
Entonces, <strong>de</strong> modo previo a 1994, cuando se reforma la constitución<br />
nacional, un significativo número <strong>de</strong> gobiernos provinciales se lanza en<br />
reformas constitucionales: nueve lo hacen durante los ‘80s, 18 y cuatro<br />
ya iniciados los ‘90s.<br />
¿A qué obe<strong>de</strong>ce este ciclo inusual. En primer lugar, cabe observar que<br />
no se trata <strong>de</strong> “actualizar” viejas cartas orgánicas, en la medida en que<br />
participan <strong>de</strong>l ciclo constituyente provincias “viejas” como Córdoba, y<br />
provincias nuevas como Formoso −e incluso, Chubut−. De modo inverso,<br />
provincias “viejas” como Entre Ríos no realizan reforma alguna.<br />
Tampoco se trata <strong>de</strong> un problema <strong>de</strong> provincias “avanzadas” vs.<br />
”tradicionales”, como también pue<strong>de</strong> observarse.<br />
18 El caso <strong>de</strong> Chubut es <strong>de</strong> más dificil clasificación puesto que hizo uso <strong>de</strong> la posibilidad<br />
<strong>de</strong> enmiendas constitucionales mediante legislación ad hoc en 1987 y 1992.
En segundo lugar, estas reformas han <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse como indicadores<br />
<strong>de</strong> una creciente autonomía <strong>de</strong> la política provincial. Como lo expresa un<br />
notorio <strong>de</strong>fensor <strong>de</strong> la autonomía provincial, Frías (1985):<br />
“Este ciclo constituyente, en cuanto revisión simultánea ene l corto y<br />
mediano plazo, se <strong>de</strong>be a un proceso político autónomo y no ya, como<br />
en el pasado, a la necesidad <strong>de</strong> insltitucionalizar las nuevas provincias o<br />
<strong>de</strong> adaptarse a una reforma nacional. Esa es su originalidad: prece<strong>de</strong>r a<br />
una eventual actualización <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1853−60”<br />
La autonomía se expresa, entre otros, en dos aspectos cruciales. Por un<br />
lado, varias <strong>de</strong> estas cartas reafirman principios relativamente<br />
controvertidos: como la propiedad <strong>de</strong> las riquezas <strong>de</strong>l subsuelo. Para<br />
<strong>de</strong>cirlo en las palabras <strong>de</strong> Bidart Campos (1985):<br />
“Abrigamos ciertos reparos en or<strong>de</strong>n a la parte dogmática. Es muy poco<br />
lo que allí pue<strong>de</strong> hacerse...En cambio, estamos seguros que gran<strong>de</strong>s<br />
reafirmaciones <strong>de</strong> tono fe<strong>de</strong>ralista pue<strong>de</strong>n estar llamadas a cumplir con<br />
un valor docenter y práctico”<br />
Por otro, la reforma constitucional ha constituido piezas legales que<br />
permiten la reelección <strong>de</strong> sus gobiernos, en casi todos los casos excepto<br />
en Sgo. <strong>de</strong>l Estero, Salta y Jujuy.<br />
La regla <strong>de</strong> sucesión: la carrera política <strong>de</strong>l gobernador. ¿La<br />
pregunta es porqué los mandatarios provinciales buscaron tan<br />
tenazmente la reelección. Existen dos respuestas plausibles. La primera<br />
es que ello les permitía mayor sobrevivencia politica al interior <strong>de</strong> su<br />
provincia. Un gobernador es el lí<strong>de</strong>r político y administrativo <strong>de</strong> un<br />
partido en base a su dominio <strong>de</strong> los recursos necesarios para la acción<br />
política. La importancia crucial <strong>de</strong> estos recursos se subraya cuando se<br />
observa el record al respecto. Sobre un total <strong>de</strong> 31 oportunida<strong>de</strong>s para<br />
reelegirse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1983 al 2000, los gobernadores lo intentaron en 28<br />
ocasiones, resultando victoriosos en 24 <strong>de</strong> esas 28 −y sólo en dos <strong>de</strong><br />
ellas perdieron en elecciones interpartidarias− 19 . Habría que agregar que<br />
en las tres oportunida<strong>de</strong>s en que no se procuró la reelección, dos <strong>de</strong><br />
ellas se <strong>de</strong>bieron a la avanzada edad <strong>de</strong>l gobernador (De Luca y ots.<br />
2000, p. 24). 20<br />
19 Perdieron en elecciones generales Mestre y Escobar; mientras que Arnaudo y<br />
Sobisch perdieron en “internas”.<br />
20 Desistieron por esta razón, Castillo y Sapag.
La segunda razón es que tal lugar posiciona a su tenedor para la carrera<br />
presi<strong>de</strong>ncial –<strong>de</strong>be pensarse, también, que esto suce<strong>de</strong> en un contexto<br />
<strong>de</strong> fintas presi<strong>de</strong>nciales acerca <strong>de</strong> la reforma <strong>de</strong> la constitución<br />
nacional. 21 Si a principios <strong>de</strong> siglo el modo <strong>de</strong> insertarse en la carrera<br />
presi<strong>de</strong>ncial era incursionar en la política nacional a partir <strong>de</strong> una banca<br />
en el Senado; a fines <strong>de</strong>l siglo XX, la tenencia <strong>de</strong>l ejecutivo es lo que da<br />
a los políticos la capacidad <strong>de</strong> promover sus candidatura. Esto es<br />
potenciado por otro hecho: la duración <strong>de</strong>l mandato presi<strong>de</strong>ncial era en<br />
su momento <strong>de</strong> seis años, frente a cuatro que duraban las<br />
gobernaciones. Tal circunstancia generaba una brecha que obligaba<br />
todavía más a retener el ejecutivo provincial. Es interesante tener en<br />
cuenta que cinco provincias modificaron sus constitución en 1986,<br />
habiendo convocado a elecciones constituyentes en 1985. De esas cinco,<br />
tres son casos frustrados, en el sentido <strong>de</strong> que no lograron que la<br />
convención aprobara la reelección −<strong>de</strong>bido a que eran iniciativas <strong>de</strong><br />
gobiernos <strong>de</strong>l PJ, <strong>de</strong>rrotados en las elecciones legislativas <strong>de</strong> 1985 por la<br />
UCR−.<br />
Entre las provincias que autorizaban la reelección se dirimió la<br />
candidatura presi<strong>de</strong>ncial. Así, eran gobernadores presi<strong>de</strong>nciables los<br />
mandatarios <strong>de</strong> San Juan, La Rioja, Córdoba, San Luis y Río Negro. De<br />
estos cinco, tres <strong>de</strong> ellos participaron abiertamente en la carrera<br />
presi<strong>de</strong>ncial: Menem, por La Rioja; Angeloz, por Córdoba; y Alvarez<br />
Guerrero, por Río Negro. Por supuesto, no se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> mencionar<br />
que la interna peronista <strong>de</strong> 1988 lo fue entre dos gobernadores: Cafiero,<br />
<strong>de</strong> Bs. As. y Menem, <strong>de</strong> La Rioja.<br />
En síntesis, el ciclo constitucional atípico tuvo como función el reafirmar<br />
la capacidad <strong>de</strong> hacer política autónomamente por parte <strong>de</strong> los elencos<br />
provinciales.<br />
La provincialización <strong>de</strong> la movilización <strong>de</strong>l voto. En relación a esto,<br />
se dispone <strong>de</strong> dos tipos <strong>de</strong> indicadores. Por un lado, Benton (2000)<br />
presenta una información en la que registra las diferencias en los votos<br />
para gobernador y presi<strong>de</strong>nte entre 1983 y 1995 en los partidos<br />
mayoritarios.<br />
Cuadro 4. Evolución <strong>de</strong> la “provincialización” <strong>de</strong>l voto<br />
Voto<br />
Año Promedio PvciasDiferencia<br />
21 Alfonsín habiendo creado el “Consejo para la Consolidación <strong>de</strong> la Democracia en<br />
1985, le encarga a esta entidad el estudio <strong>de</strong>l perfeccionamiento <strong>de</strong> la parte orgánica<br />
<strong>de</strong> la Constitución en marzo <strong>de</strong> 1986”−. Para un exámen sucinto <strong>de</strong> posiciones y<br />
<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l proceso, véase Lopez (1989, p. 27).
Presi<strong>de</strong>nte 1983 93.5<br />
1985 71.3 -22.2<br />
Gobernador 1983 89.9<br />
1985 91.7 1.8<br />
Dip. Nación 1983 91.4<br />
1985 81.8 -9.6<br />
Dip Pvcia. 1983 88.3<br />
1985 87.2 -1.1<br />
Fuente: Benton (2000, p. 43).<br />
Observando el cuadro resulta obvio que estaría aconteciendo un proceso<br />
<strong>de</strong> provincialización, en la medida en que los candidatos a posiciones<br />
provinciales son capaces, concluyentemente, <strong>de</strong> movilizar más votos<br />
que sus pares nacionales. Sin embargo, esta medición no es totalmente<br />
a<strong>de</strong>cuada, puesto que está afectada por la coyuntura <strong>de</strong> 1995, en la que<br />
la UCR quedó relegada a tercer lugar frente a una novedosa propuesta<br />
<strong>de</strong> poco enraizamiento provincial.<br />
Así, un modo más preciso <strong>de</strong> medir este proceso podría analizar la<br />
evolución <strong>de</strong>l voto para diputación nacional y provincial <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1983.
Cuadro 5. Indicadores sobre Evolución <strong>de</strong> la “provincialización” <strong>de</strong>l voto<br />
-valores promedio entre 1983 y 1999 y tasa <strong>de</strong> crecimiento anual media<br />
e indicadores sobre el valor político <strong>de</strong> la “provincialización”<br />
%<br />
padrón %<br />
%acum (exc.<br />
Capital<br />
PROVINCIA<br />
Distancia TCAMedia nacional acumulado y Tfuego)<br />
SANTA FE 1.36 8.9 8.90 8.90 10.02<br />
RIO NEGRO 1.06 3.9 1.30 10.20 11.49<br />
CATAMARCA 1.05 2.2 .80 11.00 12.39<br />
SANTA CRUZ 1.03 0.2 .40 11.40 12.84<br />
SAN JUAN 1.02 9.7 1.60 13.00 14.64<br />
JUJUY 1.02 2.3 1.40 14.40 16.22<br />
CHACO 1.01 0.7 2.50 16.90 19.03<br />
MISIONES 1.00 0.0 2.20 19.10 21.51<br />
ENTRE RIOS 1.00 0.3 3.20 22.30 25.11<br />
CORDOBA 1.00 -1.2 8.80 31.10 35.02<br />
FORMOSA 1.00 3.4 1.10 32.20 36.26<br />
MENDOZA 1.00 0.9 4.20 36.40 40.99<br />
CHUBUT 0.99 2.1 1.00 37.40 42.12<br />
TUCUMAN 0.99 -1.0 3.40 40.80 45.95<br />
BUENOS AIRES 0.99 0.5 37.5 78.30 88.18<br />
SgoDEL ESTERO 0.99 1.6 2.00 80.30 90.43<br />
LA PAMPA 0.98 2.3 .90 81.20 91.44<br />
CORRIENTES 0.96 2.8 2.40 83.60 94.14<br />
SALTA 0.96 2.0 2.50 86.10 96.96<br />
NEUQUEN 0.93 4.2 1.10 87.20 98.20<br />
LA RIOJA 0.85 -1.8 .70 87.90 98.99<br />
SAN LUIS 0.78 -1.0 .90 88.80 100<br />
Fuente: Elaboracion propia en base a datos <strong>de</strong> INAP tomados <strong>de</strong> Abal Medina y Calvo<br />
(2000).<br />
En la tabla se observa una distribución <strong>de</strong> provincia <strong>de</strong> la distancia entre<br />
los votos para diputados provinciales y nacionales. Se observa por<br />
ejemplo que en Santa Fé, la relación es <strong>de</strong> 1.36 –esto es, que la<br />
votación en un <strong>de</strong>terminado partido para autorida<strong>de</strong>s provinciales<br />
exce<strong>de</strong> en un 36% a la votación para cargos nacionales-. El fenómeno<br />
<strong>de</strong> mayor votacion provincial alcanza según la columna <strong>de</strong> padrón<br />
acumulado a un 19% <strong>de</strong>l conjunto <strong>de</strong> los votantes −si se corrige la<br />
medición por la falta <strong>de</strong> observaciòn <strong>de</strong> Capital Fe<strong>de</strong>ral−.<br />
En otra palabras, en promedio, un 19% <strong>de</strong> los votantes se encuentan<br />
más provincializados que nacionalizados. Ahora bien, si midiéramos no<br />
en función <strong>de</strong> votos, sino en función <strong>de</strong> su equivalente peso<br />
institucional, se obtiene que siete provincias tienen una política<br />
“provincializada”, mientras que nueve ostentan una política más<br />
“nacionalizada”, lo que ascien<strong>de</strong> el coeficiente <strong>de</strong> provincialización a un<br />
43% −<strong>de</strong>scontadas la provincias “neutras”−.
Por último, vale la pena observar que se trata <strong>de</strong> promedios. La mayor o<br />
menor “provincialización” que pueda haber acontecido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1983 se<br />
encuentra oculta. Esto se analiza mediante la columna inserta como tasa<br />
<strong>de</strong> crecimiento anual media, en la que se observa un claro predominio<br />
<strong>de</strong> los votantes provinciales a privilegiar con su voto a los candidatos <strong>de</strong><br />
nivel provincial a lo largo <strong>de</strong>l tiempo −obsérvese que se trata <strong>de</strong> valores<br />
positivos en casi todos los casos, menos Tucumán, Córdoba, La Rioja y<br />
San Luis−. El gráfico incluido a continuación ilustra este punto,<br />
resaltando la ten<strong>de</strong>ncia creciente hacia el voto “provincial”.<br />
Gráfico 1.<br />
Estimación lineal <strong>de</strong> la relación votos diputados<br />
provincia/diputados nación. Promedio provincial. Varios años:<br />
período 1983-1999<br />
Coeficiente estimado<br />
2<br />
1,5<br />
1<br />
0,5<br />
0<br />
BUENOS AIRES<br />
BUENOS AIRES<br />
CATAMARCA<br />
CHACO<br />
CHUBUT<br />
CORDOBA<br />
CORRIENTES<br />
ENTRE RIOS<br />
FORMOSA<br />
JUJUY<br />
LA RIOJA<br />
LA RIOJA<br />
MENDOZA<br />
MISIONES<br />
MISIONES<br />
RIO NEGRO<br />
SALTA<br />
Provincias y Años<br />
SAN LUIS<br />
SANTA CRUZ<br />
SANTA FE<br />
SANTIAGO DEL ESTERO<br />
TUCUMAN<br />
Tendlineal<br />
El “regionalismo” en la “provincialización” <strong>de</strong> la política. La<br />
“provincialización” no necesariamente <strong>de</strong>be implicar <strong>de</strong>sarmonía fe<strong>de</strong>ral;<br />
si bien, pue<strong>de</strong> hacer más complejo su manejo. Ahora bien, esta cuestión<br />
se compone en el caso argentino con otros dos procesos. Por un lado,<br />
un creciente “regionalismo” que plantea una distribucion suma−cero<br />
entre las provincias. Por otro lado, las ten<strong>de</strong>ncias a la coordinación<br />
fe<strong>de</strong>ral bilaterales.<br />
A los efectos <strong>de</strong> un test sobre el proceso <strong>de</strong> regionalización, conviene<br />
analizar un punto <strong>de</strong> difícil evaluación: la disciplina partidaria. Esto es:<br />
¿existe una menor disciplina partidaria a partir <strong>de</strong> esta
“provincialización”. La cuestión es importantes porque podría ser que<br />
los partidos estuvieran <strong>de</strong>scentralizándose, y al mismo tiempo<br />
manteniendo cierta armonía en el or<strong>de</strong>n nacional.<br />
El modo más expeditivo para establecer esto apunta a la información<br />
que producen las votaciones nominales en el Congreso <strong>de</strong> la Nación. Ello<br />
permite observar la conducta <strong>de</strong> voto <strong>de</strong> cada legislador y apreciar si<br />
votó a favor o en contra <strong>de</strong> lo requerido por sus jefes partidarios. En un<br />
análisis sobre votaciones realizadas entre 1989 y 1991, Jones (1998)<br />
muestra que la disciplina partidaria en Diputados es alta: supera el 70%<br />
tanto para el PJ como para la UCR −en ambos casos, un promedio <strong>de</strong> 72<br />
legisladores sobre poco más <strong>de</strong> 120 y 90 respectivamente−. Según<br />
apunta el autor, ello se <strong>de</strong>be a dos factores: por un lado, dado un<br />
sistema electoral <strong>de</strong> listas cerradas, el legislador <strong>de</strong>be someterse al<br />
partido para asegurar una promoción en su carrera política; y, por otro,<br />
la capacidad <strong>de</strong>l li<strong>de</strong>r legislativo, quien distribuye las asignaciones a<br />
comités y fondos, dos recursos valuados por los legisladores. A su vez,<br />
obviamente, la inclusión en listas <strong>de</strong> candidatos y, parcialmente, el<br />
li<strong>de</strong>razgo <strong>de</strong> bloques legislativos <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>cidido por los<br />
gobernadores. Es por esta razón que la negociacion política fundamental<br />
en <strong>Argentina</strong> no transcurre entre Presi<strong>de</strong>nte y Congreso, sino entre<br />
Presi<strong>de</strong>nte y Gobernadores.<br />
Sin embargo, este método que obtiene una disciplina partidaria<br />
relativamente alta no juzga a<strong>de</strong>cuadamente el valor que adjudican los<br />
legisladores −y sus gobernadores− a las cuestiones regionales. Si<br />
agregamos la cuestión interprovincial al cuadro <strong>de</strong> situación, se logra un<br />
panorama bien diferente.<br />
Así, en una crucial votación sobre la continuidad <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong><br />
promocion industrial que beneficiaba a las provincias <strong>de</strong> Catamarca, La<br />
Rioja, San Luis y San Juan, en Diputados en 1988, se obtuvo una<br />
distribución <strong>de</strong> la votación claramente sesgada por el interés regional.
Cuadro 6. Votación según partido y tipo <strong>de</strong> interés en la legislación.<br />
Reforma <strong>de</strong> la Promoción Industrial, Diputados 1988.<br />
Partido Político Voto afirmativo Voto negativo Total<br />
PJ 52 6 58<br />
UCR 74 9 83<br />
Otros 5 10 15<br />
Total 131 25 156<br />
PJ 89.7 10.3 100.0<br />
UCR 89.2 10.8 100.0<br />
Otros 33.3 66.7 100.0<br />
Total 84.0 16.0 100.0<br />
Tipo <strong>de</strong> interés<br />
Interes Regional No 131 13 144<br />
Interés Regional Sí 0 12 12<br />
Total 131 25 156<br />
Interes Regional No 91.0 9.0 100.0<br />
Interés Regional Sí 0.0 100.0 100.0<br />
Total 84.0 16.0 100.0<br />
Nota: El quórum para la reunión no fue muy ajustado, votaron el 61% <strong>de</strong> los 254<br />
representantes. Cabe preguntarse por la ausencia <strong>de</strong> los diputados justicialistas <strong>de</strong> San<br />
Luis quienes no estuvieron presentes. Los dos diputados se encontraban entonces<br />
diividos en dos bloques diferentes y probablemente a<strong>de</strong>lantaban un resultado<br />
<strong>de</strong>sfavorable.<br />
Fuente: Elaboración propia en base a Eaton (2001, pp. 108 y 109).<br />
Obsérvese que no es la dimensión partidaria la que marca la diferencia<br />
crucial en la votación. Una proporción similar <strong>de</strong> votantes <strong>de</strong>l PJ y la<br />
UCR se manifiestan por el sí –89%-. Lo que marca diferencias es la<br />
pertenencia o no a las provincias afectadas. En este caso, se observa<br />
que el 100% <strong>de</strong> los legisladores <strong>de</strong> estas provincias votan por la<br />
negativa, mientras que el 91% <strong>de</strong> las no afectadas lo hacen por la<br />
positiva −también, téngase en cuenta que <strong>de</strong> los 13 votos por la<br />
negativa <strong>de</strong> las provincias no afectadas, 10 correspon<strong>de</strong>n a partidos<br />
provinciales; es <strong>de</strong>cir, no afectados por la disciplina partidaria nacional−.<br />
Por último, una información coinci<strong>de</strong>nte se encuentra en un reciente<br />
trabajo <strong>de</strong> Hagopian (2001) en el que se explora este tópico mediante<br />
encuestas a legisladores. La autora reporta que en una escala en el que<br />
el valor 2 equivale a máxima lealtad al partido, y el valor –2 máxima<br />
lealtad al distrito, los legisladores argentinos obtienen –0.47; para Chile,<br />
-0.65; y Brasil –0.08.
c. El problema <strong>de</strong>l fe<strong>de</strong>ralismo fiscal y el <strong>de</strong>clive <strong>de</strong> la<br />
provincia hegemónica<br />
Esta sección, finalmente, se <strong>de</strong>dica a esbozar dos temáticas<br />
relativamente conocidas −con mayor divulgación periodística−, razón por<br />
la que la presentación <strong>de</strong> los argumentos e información será sumaria y<br />
esquemática.<br />
La cuestión <strong>de</strong>l fe<strong>de</strong>ralismo fiscal. En primer lugar, el proceso <strong>de</strong><br />
“provincialización” se emparejó con un −por lo menos, aparente−<br />
acrecimiento <strong>de</strong> los recursos provinciales, tal como pue<strong>de</strong> observarse en<br />
el cuadro siguiente.<br />
Cuadro 7. Evolución <strong>de</strong> la distribución primaria <strong>de</strong> la Coparticipación<br />
Fe<strong>de</strong>ral.<br />
LEYES PERIODO NACION Prov. y MCBA<br />
12143-12147 1935-1946 82.5 17.5<br />
12956 1947-1958 79.0 21.0<br />
14788 1959 66.0 34.0<br />
1960 64.0 36.0<br />
1961 62.0 38.0<br />
1962 60.0 40.0<br />
1963 58.0 42.0<br />
1964-1966 54.0 46.0<br />
1967 59.2 40.8<br />
1968-1972 61.9 38.1<br />
20221 1973-1980 46.7 53.3(a)<br />
1981-1984(d) 48.5 51.5(b)<br />
23548 1988 42.34 57.66(c)<br />
Notas : (a) incluye 1,8% <strong>de</strong>stinado a la MCBA financiado por la Nación y FDR; (b)<br />
incluye FDR; (c) incluye ATN; (d) los fondos a coparticipar sufrieron una <strong>de</strong>tracción con<br />
<strong>de</strong>stino a la seguridad social.<br />
Fuente: Elaboración propia en base a Pirez (1985) Cetrángolo y Jimenez (1995), e<br />
información legislativa pertinente.<br />
En segundo lugar, lo que se conoce como “distribución secundaria”, la<br />
que suce<strong>de</strong> entre provincias, fue modificada en 1988; cambiándose los<br />
criterios <strong>de</strong> distribución <strong>de</strong>s<strong>de</strong> unos relativamente “objetivos” contenidos<br />
en la ley 22221 a otros notoriamente originados en la negociación<br />
política entre gobierno nacional y provincia, mismo que resultaron<br />
posteriormente ratificados por ley 23548. A continuación, y como<br />
resultado <strong>de</strong> la segunda ronda <strong>de</strong> negociación que se abre a partir <strong>de</strong><br />
1991, con los <strong>de</strong>nominados pactos fiscales, vuelve a modificarse la
distribucion secundaria efectiva. Obsérvese que, mientras el conjunto <strong>de</strong><br />
provincias <strong>de</strong>clinaba en su capacidad <strong>de</strong> asegurar los fondos, Bs. As.<br />
lograba una mejora en su posición relativa <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>ración. El cuadro<br />
siguiente muestra esta situación.<br />
Cuadro 8.<br />
Provincia Partido 1983 Dif. 73-88 Dif. 91-98<br />
Buenos Aires UCR -1.1 2.3<br />
Catamarca PJ 0.6 -0.3<br />
Chaco PJ 0.8 -0.5<br />
Chubut UCR 0.0 -0.1<br />
Córdoba UCR 0.7 -0.4<br />
Corrientes PAL 0.3 0.3<br />
Entre Ríos UCR 0.6 -0.1<br />
Formosa PJ 1.0 -0.2<br />
Jujuy PJ 0.6 -0.1<br />
La Pampa PJ 0.2 0.0<br />
La Rioja PJ 0.4 -0.3<br />
Mendoza UCR 0.1 -0.2<br />
Misiones UCR 0.4 0.1<br />
Neuquén MPN 0.2 0.2<br />
Río Negro UCR 0.3 0.0<br />
Salta PJ 0.3 -0.3<br />
San Juan PJ 0.7 -0.2<br />
San Luis PJ 0.4 0.0<br />
Santa Cruz PJ 0.2 0.3<br />
Santa Fé PJ 0.7 -0.3<br />
Santiago <strong>de</strong>l Estero PJ 0.4 -0.3<br />
Tucumán PJ 0.5 -0.4<br />
Tierra <strong>de</strong>l F. na Na 0.4<br />
Fuente: Elaboración propia en base a Cetrángolo y Jimenez (1995) y a Boletín Fiscal,<br />
Secretaría <strong>de</strong> Hacienda.<br />
La puja entre provincias y nación que, como se señalaba tuvo un nuevo<br />
round a partir <strong>de</strong> 1991, muestra a todos estos actores <strong>de</strong>sarrollando una<br />
consciente estrategia <strong>de</strong> complejización <strong>de</strong>l sistema, la que parece no<br />
tener otro objeto más que encubrir la realización <strong>de</strong> acuerdos bilaterales<br />
que modifican la regla general <strong>de</strong> coparticipación. Así, en primer lugar,<br />
en el cuadro siguiente se observa que <strong>de</strong> un total <strong>de</strong> 5 items que<br />
componían la masa coparticipable en 1988, la misma masa se divi<strong>de</strong><br />
hacia 1995 en 13 items, los que son crecientemente significativos,<br />
llegando a representar un 70% <strong>de</strong>l total <strong>de</strong> la masa coparticipable.<br />
Cuadro 9.
En millones <strong>de</strong> $ 1995.<br />
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995<br />
Cantidad <strong>de</strong> Items<br />
5 5 5 11 15 15 13 13<br />
Coparticipación Fe<strong>de</strong>ral.<br />
Ley 23548. 6681.4 54686110.79013.3 9560.6 88959457.1 8180.9<br />
Copart. No ley 23548 2693.92298.2 985.7 976.4 4405.1 5881.95720.3 5674.5<br />
% 40.3 42.0 16.1 10.8 46.1 66.1 60.5 69.4<br />
Imp. plazos fijos<br />
(Inundaciones) 437.1 654.7 51.3 40 5.2<br />
Fondo p.Financiar<br />
<strong>de</strong>sequilibrios fiscales 384 516.5 155.4 223.7 17.7 1.2<br />
Cláusula <strong>de</strong> Garantía. 479.5 727.5 261.8 851.3<br />
Imp. Ganancias(14%) 334.1 650.7 867.8 880.4<br />
Fondo Financiam.<br />
Educativo 328 309 159.9 127.6 48.8<br />
Activos 89.3<br />
Fdo- Pcial.Infraestr. 24<br />
Seguridad Social 176 123.8 187.8 39.1 118.9 191.3 191.7 164.5<br />
Bienes Personales. 2.6 9.9 14.1 15.1 23.5<br />
Ley 23549 176 123.8 187.8 22.3 2.3 0.2<br />
IVA (11%) 14.2 106.7 177 176.6 140.9<br />
Imp. Combustibles 760.4 439.7 201.7 96.6 452.8 547 569.9 469.7<br />
Vialidad provincial 760.4 439.7 201.7 64.4 261.6 291.3 320.7 258.4<br />
Obras Infraestr. 32.2 130.6 145 160.4 129.3<br />
FEDEI 60.6 110.7 88.8 82<br />
Fdo.Comp.<br />
Deseq. Provinciales 197.6 584.1 580 549.4<br />
Transfer. servicios 1213.7 1415.21405.1 1331.6<br />
FONAVI 704.9 866.7 954.8 744.7<br />
TOTAL 8438.87202.76706.8 985413393.814038.6 14416 13221.3<br />
Fuente: Elaboración propia en base a Cetrángolo y Jimenez (1995).<br />
La reducción <strong>de</strong> la masa coparticipable y la creciente inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los<br />
fondos sujetos a negociación bilateral se logró mediante un conjunto <strong>de</strong><br />
dispositivos legales que a continuación se presentan en el cuadro<br />
siguiente. Se observa a partir <strong>de</strong>l mismo que sin excepción todos los<br />
tributos que compren<strong>de</strong>n la masa <strong>de</strong> coparticipación según ley 23548<br />
han sufrido una merma en su alícuota <strong>de</strong>stinada al reparto a provincias.
Cuadro 10.<br />
Norma legal Mes/Año IVA GananciasActivos (3)Internos Int. SegurosOtros<br />
Ley 23548 Enero/88 56.66 56.66 56.66 56.66 56.6656.66<br />
Ley 23760 Diciembre/89<br />
Ley 23906 Abril/91 28.33<br />
Ley 23966 Agosto/91 50.43<br />
D. 355/92 Febrero/92 0<br />
Ley 24073 Abril/92 47.59<br />
D. 879/92 Junio/92 36.26<br />
Ley 24130 (1) Septiembre/92 42.86 30.82 24.08 48.16 048.16<br />
D. 1807/93 (2) Agosto/93 42.86 30.82 24.08 48.16 048.16<br />
Ley 24468 Abril/95 32.7<br />
Vigencia<br />
1995 32.7 30.82 24.08 48.16 048.16<br />
TCAMedia -7.6 -8.3 -11.5 -2.3 -100.0 -2.3<br />
Fuente: Elaboración propia en base a Cetrángolo y Jimenez (1995).<br />
El siguiente cuadro procura evaluar los efectos <strong>de</strong> esta dispersión<br />
normativa en términos <strong>de</strong> la “bilateralización” <strong>de</strong> las relaciones fiscales.<br />
Teniendo en cuenta que para 1998 se distribuía un 65% <strong>de</strong>l total por vía<br />
<strong>de</strong> la legislación <strong>de</strong> coparticipación, el indicador utilizado analiza cuánto<br />
se distribuye en términos bilaterales el 35% restante. En otras palabras,<br />
cuánto se distancia <strong>de</strong>l porcentaje “tipo” que para cada provincia surge<br />
<strong>de</strong> la distribución coparticipada según ley.<br />
Para esto, se establece el coeficiente <strong>de</strong> variabilidad para cada item y se<br />
distribuye el valor <strong>de</strong> cada item en relación al obtenido por la ley <strong>de</strong><br />
coparticipación. El cuadro está or<strong>de</strong>nado en relación al Cvr, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />
menor hacia el mayor valor, lo que permite observar el conjunto <strong>de</strong><br />
ítems cuya dispersión es mayor que el valor <strong>de</strong>l item coparticipación. De<br />
acuerdo a esto, se observa que un 16.6% <strong>de</strong>l total se distribuye con<br />
ten<strong>de</strong>ncia homogeneizante –esto es, con una menor dispersión que la<br />
típica dada por la coparticipación-; y que un 18,5% es distribuido con un<br />
coeficiente <strong>de</strong> variabilidad mayor que el <strong>de</strong> la coparticipación misma.<br />
Luego, pue<strong>de</strong> concluirse que las modificaciones <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong><br />
coparticipación muestran una ten<strong>de</strong>ncia leve a la “bilateralización”.
Cuadro 11.<br />
Origen<br />
Descripción<br />
Total<br />
1998<br />
Distrib<br />
% Promedio Desvest Cvr<br />
Suma d<br />
Distrib<br />
%<br />
Cláusula Garantía 0.0 0.0 0.0 0.0na<br />
Imp. Combustibles F.E.D.E.I. 111693.4 0.7 4856.2 1223.7 25.2<br />
Reg. E. Electrica<br />
Fdo P/Comp.<br />
Tarifa<br />
Eléctrica 90526.0 0.5 3935.9 1125.4 28.6<br />
Fondo Compens.<br />
Deseq. Prov. 549600.0 3.3 23895.7 10052.4 42.1<br />
Imp. Combustibles FO.NA.VI. 885363.7 5.4 38494.1 22042.2 57.3<br />
16.6<br />
Ley Nro. 2.462<br />
Exce<strong>de</strong>nte<br />
Conurbano 235615.3 1.4 10244.1 6517.7 63.6<br />
Suma Fija<br />
Ley 24.621 6000.0 0.0 260.9 166.0 63.6<br />
Bienes Personales Ley 24.699 416701.5 2.5 18117.5 18009.3 99.4<br />
Imp. Ganancias Nro. 24.699 440000.0 2.7 19130.4 19016.2 99.4<br />
Coparticipación Ley 23.548 10710592.5 64.9 465677.9 463148.6 99.5 64.9<br />
Reg. peq.<br />
contribuyentes Ley Nº24,977 28266.0 0.2 1229.0 1238.2 100.8<br />
Imp. Ganancias<br />
Obras <strong>de</strong><br />
Infraestructura 159829.5 1.0 6949.1 8547.3 123.0<br />
Imp. Combustibles<br />
Vialidad<br />
Provincial 319659.2 1.9 13898.2 17867.2 128.6<br />
Fondo Educativo Ley 23.906 7193.1 0.0 312.7 404.0 129.2 18.5<br />
Transf. Servicios<br />
Ley 24049 y<br />
Dto. 964/92 1317989.2 8.0 57303.9 92381.3 161.2<br />
Imp. Bs. Personales Ley 23.966 48847.0 0.3 2123.8 4802.1 226.1<br />
IVA Art. 5 Pto.2 135934.6 0.8 5910.2 13363.7 226.1<br />
Imp. Ganancias Necesida<strong>de</strong>s 1007796.6 6.1 43817.2 132679.5 302.8<br />
Reg. E. Electrica Transf. a Emp. 25526.0 0.2 1109.8 5315.6 479.0<br />
Total 16497133.8 100.0 717266.7 767973.6 107.1 100.0<br />
Fuente: Elaboración propia en base a datos <strong>de</strong> la Secretaría <strong>de</strong> Hacienda.<br />
La cuestión <strong>de</strong> Bs. As. como provincia hegemónica. Esta situación<br />
<strong>de</strong> política provincializda y fe<strong>de</strong>ralismo bilateral se potencia con el<br />
<strong>de</strong>clive <strong>de</strong> la provincia otrora hegemónica. Este es un punto no menor,<br />
hace más <strong>de</strong> diez años, un <strong>de</strong>fensor <strong>de</strong>l fe<strong>de</strong>ralismo, Frías (1980, p. 10)<br />
sostenía:<br />
“En veinte años, entre 948 y 1968, mientras casi todas las provincias y<br />
aun la Capital Fe<strong>de</strong>ral estabilizan su PBI o lodisminuyen, la provincia <strong>de</strong><br />
Bs. As. lo eleva <strong>de</strong> un 26.7% a un 39.2% en un crecimiento sin<br />
pausa”. 22<br />
22 El texto continúa en un punto que es poco menos que premonitorio: “Degamos <strong>de</strong><br />
paso, que es la única provincia que por supotencialidad y por el enclave e veinticinco<br />
municipios en el conurbano, pue<strong>de</strong> acosar o <strong>de</strong>safiar al gobierno central”.
Sin embargo, si se mi<strong>de</strong> el crecimiento <strong>de</strong>l producto per capita en en los<br />
últimos cuarenta años se obtiene que la Provincia <strong>de</strong> Bs. As. ha<br />
retrasado consi<strong>de</strong>rablente su posición relativa. Por supuesto, ello no<br />
implica inmediatamente que no se trate <strong>de</strong> una provincia “rica”, sino<br />
sólamente que ha perdido el li<strong>de</strong>razgo que la caracterizaba. Si bien,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> los sectores más<br />
<strong>de</strong>sfavorecidos, la provincia también ha tenido un <strong>de</strong>sempeño pobre:<br />
junto a la Capital Fe<strong>de</strong>ral, Bs. As. ha tenido un importante crecimiento<br />
en la participación <strong>de</strong> los hogares con NBI en el conjunto <strong>de</strong>l país entre<br />
1980 y 1991.<br />
Cuadro 12.<br />
PBI p capita Distribución % TCAMedia NBI<br />
Dif Abs<br />
1953 1970 1979 1995<br />
91-80<br />
San Luis 2.49 3.16 3.23 8.04 2.83 0.0<br />
La Rioja 1.94 2.27 2.29 4.74 2.15 0.0<br />
Capital<br />
Fe<strong>de</strong>ral 6.6 12.02 11.33 12.85 1.6 2.0<br />
Neuquén 3.04 3.72 4.8 5.21 1.29 0.1<br />
Catamarca 1.71 1.38 1.61 2.29 0.71 -0.1<br />
Misiones 2.26 2.24 2.58 2.82 0.53 0.6<br />
Córdoba 3.37 4.04 3.95 4.07 0.45 0.0<br />
La Pampa 4.84 7.68 7.14 4.94 0.05 0.0<br />
Santa Fe 4.29 4.12 3.93 4.17 -0.07 0.1<br />
Entre Ríos 3.04 2.4 2.08 2.89 -0.12 -0.5<br />
Chubut 6.6 6.04 6.38 6.14 -0.17 0.2<br />
San Juan 3.14 2.65 2.57 2.91 -0.18 -0.4<br />
Santa Cruz 9.5 8.58 8.39 8.71 -0.21 0.1<br />
Corrientes 2.21 2.03 1.76 1.93 -0.32 -0.5<br />
Buenos Aires 5.03 5.58 4.37 4.23 -0.41 2.4<br />
Salta 2.72 3.01 2.77 2.27 -0.43 0.4<br />
T. <strong>de</strong>l Fuego 11.72 10.99 13.96 8.33 -0.81 0.2<br />
Tucumán 3.09 2.49 2.45 2.14 -0.87 -1.0<br />
Río Negro 6.46 5.81 4.83 4.15 -1.05 -3.4<br />
Sgo.l Estero 1.89 1.18 1.09 1.17 -1.14 -0.4<br />
Chaco 3.09 2.12 2.02 1.75 -1.35 -0.1<br />
Mendoza 4.7 3.52 2.93 2.66 -1.35 0.1<br />
Formosa 2.77 1.18 1.38 1.2 -1.96 0.2<br />
Jujuy 3.51 1.81 2.16 0.38 -5.15 0.0<br />
Fuente: Elaboración propia en base a Rofman (1997) y datos <strong>de</strong> INDEC y Ministerio <strong>de</strong><br />
Economía <strong>de</strong> la Nación.<br />
4. Conclusión
En síntesis, la política argentina opera bajo una regla fe<strong>de</strong>ral compleja<br />
en la que se pue<strong>de</strong>n distinguir procesos fuertemente centrífugos. Así, se<br />
han revisado y encontrado marcas consistentes <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong><br />
creciente capacidad autonómica <strong>de</strong> gobiernos y aparatos estatales<br />
provinciales. Luego, se mostró que tal capacidad autonómica tenía como<br />
correlato un <strong>de</strong>scenso en la capacidad <strong>de</strong> hacer política en un sentido<br />
nacional; y finalmente se apuntaron las ten<strong>de</strong>ncias centrífugas evi<strong>de</strong>ntes<br />
en el carácter bilateral que parece ir asumiendo a lo largo <strong>de</strong>l tiempo el<br />
plano <strong>de</strong> las relaciones fiscales entre provincias y nación. Por último, se<br />
han hecho algunos apuntes acerca <strong>de</strong> la situación relativa <strong>de</strong> la<br />
provincia <strong>de</strong> Bs. As. con el ánimo <strong>de</strong> explorar la posibilidad <strong>de</strong> un<br />
regreso a la etapa “pre−mitrista”.