La Masoneria Cubana y su Contribucion a la Sociedad Civil y a una ...

incentivos económicos al gobierno cubano, si éste hace cambios). Mientras que los tres
últimos reconocen que existe una SC, y proponen fortalecerla (el cambio desde abajo).
Nosotros creemos que es de especial importancia ponderar el doble impacto del Track II
en el desarrollo de la SC de la isla. Se pretende con él, ayudar a fortalecer la SC. Pero,
ineludiblemente, el Track II genera dos consecuencias que afectan negativamente a la SC.
Primero, el gobierno cubano puede tratar de incriminar, a los grupos que reciben tal
ayuda, acusándolos de agentes del extranjero. Segundo, muchos elementos dentro de la
isla, que tal vez estarían interesados en participar en la SC, podrían abstenerse de hacerlo,
para no ser también calificados de faltos de lealtad.
Triff comenta como Noriega sugiere que la Iglesia Católica podría constituir el modelo
para tal cambio, rol que jugó en Polonia. Triff presenta una lista de actores, de una
página de longitud, extraída de los cinco documentos mencionados, y que incluye desde
disidentes, militares, presos, clérigos, profesores, estudiantes, hasta leprosos. Pero dicha
lista igualmente omite a las organizaciones fraternales y a la MC.
Por último, Triff observa cómo los documentos mencionados catalogan a ciertos actores
como víctimas, y clasifica a otros de leales al régimen, basados en su afiliación política,
empleo, y manifestaciones públicas de apoyo. Mas, es conocido cómo los regimenes
totalitarios manipulan a sus ciudadanos para hacerlos participar en actividades de apoyo.
Y por tanto, una clasificación basada en tales parámetros es defectuosa.
Grant (2009) analiza la SC cubana y su literatura, desde la perspectiva de la dinámica de
teoría v. la práctica. Grant encuentra que el debate sobre la SC cubana está entrelazado
con el debate ideológico, pues hasta la definición misma de SC depende de la ideología
del analista. Este enfoque permite una fresca aproximación a la SC cubana, desde ángulos
muy diferentes a los utilizados anteriormente.
Grant dice que estos investigadores fallan en cinco puntos: (1) la definición misma de
SC; (2) la expectativa de que la SC cubana debe emular a la del mundo occidental; (3) la
omisión del marco legal que cubre la actual SC cubana; (4) el hecho de que la SC cubana
no es la única que experimenta grandes problemas, y (5) que ninguna discusión sobre la
SC cubana puede estar separada de la política norteamericana conocida como Track II.
Por último, Grant propone una interesante interrogante: tienen todos los elementos de la
SC que ser buenos Por ejemplo, grupos como el KKK y las Milicias, en EEUU, reúnen
las dos mencionadas condiciones, de asociación voluntaria, y de independencia del
estado. Son estos, entonces, bona-fide miembros de la SC Para no considerarlos, habría
que añadir una tercera condición, relacionada con las finalidades del grupo. Esta es una
interrogante abierta, que nosotros proponemos a los estudiosos de la SC, para ser
considerada en estudios posteriores.
La SC cubana también ha sido tratada en otros foros. El Bildner Center de CUNY, por
ejemplo, organizó una conferencia en 2006, en la que se trató el tema de la SC. Allí,
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