Laboral - AELE

ANALISIS LEGAL
Formación Laboral Juvenil (VII)
Apuntes Críticos
En el último "Informe Laboral" de setiembre analizamos inicialmente la obligación
de las empresas a "contratar un seguro que cubra los riesgos de enfermedad
y accidentes o asumir directamente el costo de estas contingencias".
En un primer enfoque nos referimos a las eventual presencia de ESSALUD para la
cobertura de estos riesgos, concluyendo que lo probable era que este organismo,
en caso de ser solicitada su intervención, la direccionara hacia el tipo de cobertura
designado como Seguro Independiente.
Continuamos nuestros comentarios sobre éste y otros elementos característicos del
Programa de Formación Laboral Juvenil.
• La cobertura de Salud y Accidentes en el Seguro Independiente:
Del análisis de las características propias de este tipo de
seguro (Seguro Independiente) puede concluirse su identificación
con un simple Seguro Privado de Riesgos Humanos, cuyo
financiamiento está en función de la edad y su cobertura queda
circunscrita a determinados servicios, estableciendo además períodos
de carencia (3 meses para recibir atención regular) salvo las
situaciones de emergencias y accidentes; así como períodos de espera
(10 meses para determinados procesos mórbidos, como por
ej.: Miofibromatosis Uterina; Resección de Amígdalas; Litiasis
Vesicular, etc. y 3 años para tratamientos tales como diálisis periódica
por insuficiencia renal crónica terminal; las modalidades del
Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida); estableciendo
preexistencias; deducibles (pago por consulta externa y hospitalización),
entre otras limitaciones.
Este tipo de seguro salió al mercado el 10 de diciembre de
1998. Por sus modalidades no constituye un régimen propio de
seguridad social. Su funcionamiento implica la recepción de menores
prestaciones a mayor costo, y tampoco puede ser identificado
con el tipo de seguro potestativo a que se refiere la Ley Nº 26790,
Ley de Modernización de la Seguridad Social en Salud.
– Las empresas pueden también acudir a cualquier Compañía
de Seguros que brinde el tipo de cobertura determinado en la Ley
de Formación y Promoción Laboral, estando a su cargo el pago de
la prima respectiva. Inclusive la norma posibilita que las empresas
que así lo estimaren conveniente, puedan prescindir de contratar el
tipo de seguro a que hemos hecho referencia. En este último caso
les corresponderá asumir directamente los costos que se deriven de
las contingencias consideradas en la norma legal.
• Alcances de la cobertura por salud y accidentes: Como hemos
podido apreciar, el texto legal se limita a enunciar la obligación
de cubrir los riesgos de enfermedad y accidentes, sin establecer
limitaciones en sus alcances. No obstante el reglamento aún
vigente en su texto antiguo (D.S. Nº 001-96-TR de 24.01.96) establece
algunas limitaciones al determinar que la cobertura del seguro
«por todo concepto no podrá ser inferior al equivalente a 14
subvenciones mensuales en caso de enfermedad o 30 en caso de
accidente. La cobertura del accidente procede si éste ocurre con
ocasión directa de la ejecución del convenio respectivo».
Podría creerse que, en este caso, el reglamento estaría alterando
los alcances de la ley ya que ésta, como queda dicho, no ha
señalado límite alguno, pudiendo entenderse que podría llegar hasta
la total recuperación del trabajador, tanto en casos de enfermedad
como de accidente. Esta interpretación maximalista no es compartida
necesariamente por nuestra parte, en razón de que los montos
fijados reglamentariamente no señalan un tope máximo, sino más
bien un monto mínimo, evitándose así interpretaciones restrictivas
por algunos interesados.
Tratándose de accidentes, la aclaración vía reglamento de que
sólo están cubiertos los accidentes de trabajo producidos en la actividad
cumplida dentro de los alcances del convenio, nos parece
pertinente, máxime cuando la ley no ha querido considerar dentro
de un verdadero sistema de seguridad social este tipo de protección
al joven participante. Sin embargo, no podrá impedirse que
en aquellos casos en que se evidencie negligencia o incumplimiento
de normas de seguridad por parte de las empresas, el joven afectado
en su integridad física pueda interponer adicionalmente una
acción por daños y perjuicios.
En nuestra opinión y ante la proliferación de nuevos asegurados
con que se trata de recargar a la entidad oficial de la Seguridad
Social, sin que se evidencie la fuente de financiación de las
prestaciones a favor de estos beneficiarios, hubiera sido más adecuado
que fuera ESSALUD la entidad prestadora del tipo de cobertura
que hemos comentado, con los mismos alcances que corresponde
a un asegurado regular y con las mismas tasas de aportación
exigidas a los empleadores.
El tratamiento a que hemos hecho referencia, no implicaría en
manera alguna variación legal del status no laboral que se ha querido
dar a los jóvenes participantes de los Programas de Formación Laboral
Juvenil, por lo que la modalidad propuesta en la norma bajo comentario
no resulta la más adecuada ni la más equilibrada, dado que
siempre serán cuestionables las limitaciones en los alcances de la cobertura,
aunque éstos estén referidos a topes mínimos que en la práctica
serán considerados como los que deben regir como obligatorios.
En esta misma línea de acción ¿puede acaso sostenerse con
consistencia que S/. 5740,00 puedan cubrir los gastos médicos y
de hospitalización en la eventualidad de una afectación de la salud
que exija una intervención quirúrgica de alguna importancia de la
que no pueden estar ajenos, incluso los jóvenes de 16 a 25 años
A su vez, ¿podrá considerarse suficiente una cobertura de
S/. 12,300,00 (30 subvenciones mínimas a razón de S/. 410,00
equivalente a la actual remuneración mínima vital) para el caso de
accidentes originados en la actuación del participante en una actividad
riesgosa o no, propia del giro de la empresa en que se desarrolla
la etapa formativa
SETIEMBRE 2000 27