SIN LUZ Electricidad no llega a tres mil comunidades - Prensa Libre
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20 R E P O R T A J E<br />
Los Centros de Reclusión de Me<strong>no</strong>res so<br />
D O M I N I CA L<br />
No se llaman cárceles, pero<br />
P R E N SA L IBRE : Guatemala, 1 de junio de 20 0 8<br />
POR LORENA SEIJO<br />
Apesar de que la Ley de<br />
Protección Integral de<br />
Niñez y Adolescencia<br />
(PINA) establece que<br />
los adolescentes que<br />
han cometido un delito<br />
tienen que cumplir su sanción en<br />
un centro de internamiento, que tenga<br />
programas de readaptación, y ser<br />
sometidos a un tratamiento psicopedagógico<br />
completo, la realidad en<br />
Guatemala es muy diferente.<br />
Este incumplimiento tiene como resultado<br />
que a estos jóvenes <strong>no</strong> solo se<br />
les vede la posibilidad de resociabilizarse,<br />
si<strong>no</strong> que lo más probable es que en<br />
cuanto salgan del reclusorio vuelvan a<br />
delinquir, y añadan una víctima más a<br />
su lista. Y quizá una consecuencia natural<br />
sean los motines que se han vuelto<br />
frecuentes en estos centros.<br />
Según la Secretaría de Bienestar Social<br />
(SBS) —que tiene a cargo estas instituciones—,<br />
el perfil violento de gran<br />
parte de los adolescentes, muchos provenientes<br />
de las maras, dificulta el tratamiento<br />
y hace casi<br />
imposible encontrar<br />
personal preparado<br />
que quiera trabajar<br />
con ellos. Muchos de<br />
los monitores y directores<br />
de los centros<br />
han sido amenazados<br />
de muerte.<br />
Ante la falta de opciones,<br />
la SBS ha optado<br />
por la contratación<br />
de ex <strong>mil</strong>itares que<br />
—en muchos casos—<br />
solo buscan resguardar<br />
la seguridad. “H ay<br />
ex <strong>mil</strong>itares, pero<br />
ellos <strong>no</strong> cumplen funciones<br />
de seguridad ni pueden ir armados,<br />
solo acompañan a los jóvenes”, explicó<br />
el subsecretario de la SBS, Óscar<br />
López.<br />
Los jóvenes<br />
transgresores <strong>no</strong><br />
forman parte de las<br />
prioridades del<br />
Estado; por ello, su<br />
rehabilitación se<br />
hace cada vez más<br />
difícil, y su reclusión<br />
<strong>no</strong> dista mucho de la<br />
de un reo adulto.<br />
Denuncia ante la CIDH<br />
Para Marina Molina, trabajadora social<br />
de la Defensoría Pública y asidua<br />
visitante de estos sitios, “la Secretaría<br />
ha optado por la <strong>mil</strong>itarización de los<br />
centros, por priorizar la seguridad frente<br />
al tratamiento. Realmente los jóvenes<br />
entran en estos centros a purgar una<br />
condena, <strong>no</strong> a readaptarse”.<br />
Ese personal <strong>mil</strong>itar fue acusado el<br />
año pasado de someter a prácticas de<br />
tortura a Abner Flores, joven sentenciado<br />
por homicidio, que además padece<br />
una enfermedad mental, que <strong>no</strong> se ha<br />
diag<strong>no</strong>sticado, algo que lo convierte en<br />
un recluso violento.<br />
De acuerdo con la denuncia presentada<br />
ante la Comisión Interamericana<br />
de los Derechos Huma<strong>no</strong>s, Flores era<br />
despertado a las 3 horas, obligado a correr<br />
desnudo por el patio, forzado a beber<br />
agua salada para que vomitara y<br />
después introducido en un tonel con<br />
agua fría.<br />
35<br />
jóvenes en conflicto con la ley<br />
están recluidos en el Centro de<br />
Privación de Libertad para Varones<br />
de San José Pinula.<br />
Foto <strong>Prensa</strong> <strong>Libre</strong>: A RC H I VO<br />
Los centros de internamiento tienen alambrado como los de las cárceles para adultos, pero los jóvenes<br />
<strong>no</strong> duermen en celdas, si<strong>no</strong> que ocupan habitaciones que están cerradas con lla ve.<br />
C I F RA S<br />
124<br />
están ubicados en el centro de<br />
internamiento provisional en la<br />
zona 13, pero muchos de ellos ya<br />
están sentenciados.<br />
Según el subsecretario López, desde<br />
que él llegó a este puesto en el 2006, se<br />
han girado órdenes expresas a los directores<br />
para que <strong>no</strong> cometan vejámenes o<br />
maltratos a los adolescentes.<br />
Precisamente Flores fue el protagonista<br />
del último motín en el centro de<br />
reclusión de la zona 13, ya que debido a<br />
los supuestos malos tratos a los que fue<br />
sometido optó por secuestrar a una de<br />
las maestras para poder fugarse. La SBS<br />
asegura que ese <strong>no</strong> fue el motivo, si<strong>no</strong><br />
que el resto de los inter<strong>no</strong>s “querían<br />
matarlo a él”.<br />
López reco<strong>no</strong>ce que Flores tiene algún<br />
tipo de psicopatía, pero que <strong>no</strong> ha<br />
sido sometido a tratamiento. Después<br />
de ese incidente, como Flores ya había<br />
cumplido los 22 años, fue trasladado al<br />
Preventivo de la zona 18, acusado de<br />
asesinato en grado de tentativa, medida<br />
que ha sido recurrida por su defensa.<br />
¿Vacíos legales<br />
Todos los jóvenes que son condenados<br />
por un delito cuando son me<strong>no</strong>res<br />
de edad, terminan de cumplir su pena<br />
en el centro, <strong>no</strong> en una cárcel, pero según<br />
López esto <strong>no</strong> debería ser así. La<br />
condena máxima es de seis años.<br />
“Nosotros hemos presentado una<br />
propuesta de cambio a la Ley de Protección<br />
Integral de Niñez y Adolescencia,<br />
para que en cuanto cumplan los 18 años<br />
sean trasladados a una cárcel, para evitar<br />
problemas”, comentó.<br />
Para el Instituto de Estudios Comparados<br />
en Ciencias Penales (Iccpg), esta<br />
medida iría en contra del espíritu de la<br />
ley y anularía la posibilidad de resocialización<br />
.<br />
Lo cierto es que la legislación establece<br />
que los adultos que cumplen sanciones<br />
en estos centros deben ser separados<br />
del resto de los jóvenes, que van<br />
de 13 a 18 años, pero siempre bajo la tutela<br />
de la SBS.<br />
La mitad de los detenidos superan<br />
los 17 años, y forman parte de la Mara<br />
18 o la Salvatrucha. Los enfrentamientos<br />
entre ambos grupos han originado<br />
a su vez que el SBS los mantenga en<br />
centros distintos. Debido a que la infraestructura<br />
es insuficiente, ha tenido<br />
que mezclar a los que están sentenciados<br />
con los que aún están en un<br />
5<br />
mujeres me<strong>no</strong>res de edad están<br />
detenidas por haber cometido un<br />
delito, cifra extraordinariamente<br />
ba j a .<br />
sistema preventivo.<br />
Aunque esta medida contraviene la<br />
ley, “se hizo para garantizarles la vida y<br />
se le dio base legal a través de un acuerdo<br />
gubernativo”, dijo López. El éxito de<br />
esta medida queda demostrada, según<br />
López, con el dato de cero muertos<br />
dentro de los centros desde hace dos<br />
años.<br />
Lo que sí ha habido son motines. En<br />
estos últimos meses se han dado varias<br />
revueltas, y todas ellas han tenido que<br />
ser reprimidas por la Policía Nacional<br />
Civ i l .<br />
El Iccpg afirma en un informe publicado<br />
en el 2007 que la filosofía de<br />
los centros para me<strong>no</strong>res cambió radicalmente<br />
a partir del motín ocurrido<br />
en septiembre del 2005, en el que 12 jóvenes<br />
acabaron muertos en el centro<br />
para me<strong>no</strong>res de San José Pinula, a ma<strong>no</strong>s<br />
de pandilleros rivales. Después de<br />
la tragedia, el procurador de los Derechos<br />
Huma<strong>no</strong>s, Sergio Morales, emitió<br />
una resolución en la que afirmaba que<br />
las autoridades <strong>no</strong> habían hecho nada<br />
para impedir la matanza. En este centro<br />
han sido asesinados 16 jóvenes.