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29.01.2015 Views

i congreso europeo de cooperación territorial europea y de vecindad 92 tivamente 1 , y c) la UE continúa destinando importantes recursos financieros hacia esta zona, entonces la cooperación transfronteriza como instrumento de desarrollo constituye una oportunidad que debe aprovecharse al máximo a fin de contribuir a que la zona transfronteriza se vuelva cada día menos ‘zona de paso’ y más ‘zona interdependiente’» (Iglesias Onofrio, 2011a: 16). De hecho, de los diferentes diagnósticos DAFO que han ido acompañando el diseño e implementación de los programas operativos de cooperación transfronteriza entre España y Marruecos se aprecia una clara evolución en las estrategias de desarrollo diagramadas para la zona fronteriza del Estrecho. Hasta 1994 predominaba una estrategia de carácter defensiva, centrada en reducir las debilidades y afrontar las amenazas con proyectos tanto en zonas rurales como urbanas, sin tener en cuenta un verdadero aprovechamiento de la situación fronteriza. A partir del Programa Operativo (PO) INTERREG II para el periodo 1994-1999 se pasó a una estrategia reactiva en una doble dirección: por una parte, desarrollar fortalezas para afrontar mejor las amenazas, y por otra, reducir las debilidades para aprovechar las oportunidades y tratar de eliminar los efectos transfronterizos. Finalmente el PO INTERREG III (2000-2006) propuso una estrategia que tenía como finalidad desarrollar las fortalezas para aprovechar las oportunidades, es decir, una estrategia proactiva, con un mayor compromiso de los agentes tanto públicos como privados en el desarrollo de la zona fronteriza. Esto conllevaría, como el PO INTERREG II, la eliminación de los efectos fronterizos, pero a diferencia de este, también incluiría la amplia cooperación hispano-marroquí a efectos de fomentar un desarrollo económico y social sostenido en la zona (Ministerio de Hacienda, 2001: 34). Si analizamos la evolución de estrategias se puede vislumbrar el principal objetivo o eje conductor que ha pretendido guiar —y debería continuar haciéndolo— la cooperación transfronteriza: evitar que el Estrecho se mantenga como zona de paso y apostar para que se convierta en una zona integrada, interdependiente y competitiva a nivel global. Para ello es de vital importancia solventar las deficiencias en la accesibilidad y conectividad de las zonas fronterizas y la escasa fluidez en el tránsito de personas y bienes (Ministerio de Economía y Hacienda, 2010: 23) ya que estos son factores que limitan algunas posibilidades de desarrollo conjunto, por ejemplo en lo que se refiere a la cooperación 1 Ello puede explicarse tanto en clave interna —mayor cohesión territorial— como en clave externa —mejora de la posición geoestratégica en el Estrecho de Gibraltar.

La cooperación territorial europea de vecindad en el Mediterráneo: el caso Andalucía-Norte de Marruecos 93 empresarial. Por eso resulta clave trabajar en torno a una mayor vertebración social, económica y cultural, aprovechando las enormes potencialidades comunes presentes en este territorio. En este sentido, se unen de forma simultánea y constante una serie de retos y oportunidades que demandan una acción conjunta en torno a nuevas sinergias que contribuyan a la creación de políticas activas de cooperación en todos los terrenos, económico, político, cultural y social (Valencia Saiz; Agudo Zamora, 2011: 185). Ahora bien, a fin de que la cooperación transfronteriza funcione de forma adecuada podemos identificar una serie de requisitos 2 que nos sirvan de criterios a partir de los cuales evaluar el estudio de caso que nos ocupa. A continuación se describen dichos requisitos y se exponen los resultados que se obtienen al someter a evaluación la experiencia de cooperación transfronteriza entre Andalucía y el Norte de Marruecos. a. Requisito: Voluntad política de todas las partes implicadas. Esto demanda una cierta estabilidad en las relaciones gubernamentales a nivel central —para este caso entre los gobiernos español y marroquí— y un interés por parte de los agentes regionales y locales en participar en los proyectos de cooperación. Resultado: Se visualiza un creciente interés por parte de los actores regionales en participar en los proyectos de cooperación transfronteriza, aunque los continuos altibajos a nivel de los gobiernos centrales en torno a distintas crisis diplomáticas han acarreado ciertas dificultades en la implementación de algunos proyectos, por ejemplo durante la crisis del islote Perejil. b. Requisito: Descentralización —administrativa y a ser posible también política—. Un cierto nivel de descentralización es requisito básico para que tenga lugar la cooperación entre los actores locales y regionales, teniendo como meta la incorporación de nuevos y diversos agentes territoriales a los partenariados. Resultado: Especialmente en el Norte de Marruecos —aunque de forma más acentuada en Andalucía— se va apreciando una participación cada vez más numerosa y diversificada de los agentes implicados en los proyectos, lo cual es un factor que favorece los procesos democráticos y descentralizadores. Sin embargo, el proceso de toma de decisiones en el caso marroquí sigue estando mayormente centralizado, obstaculizando el funcionamiento adecuado de los proyectos al ralentizar los procesos burocrático-administrativos. La aprobación de la nueva Constitución marroquí 2 Algunos de estos requisitos se adelantaban en un trabajo anterior: Iglesias, 2011b: 197.

La cooperación territorial europea <strong>de</strong> vecindad en el Mediterráneo: el caso Andalucía-Norte <strong>de</strong> Marruecos<br />

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empresarial. Por eso resulta clave trabajar en torno a una mayor vertebración social,<br />

económica y cultural, aprovechando las enormes potencialida<strong>de</strong>s comunes presentes<br />

en este territorio. En este sentido, se unen <strong>de</strong> forma simultánea y constante una serie <strong>de</strong><br />

retos y oportunida<strong>de</strong>s que <strong>de</strong>mandan una acción conjunta en torno a nuevas sinergias<br />

que contribuyan a la creación <strong>de</strong> políticas activas <strong>de</strong> cooperación en todos los terrenos,<br />

económico, político, cultural y social (Valencia Saiz; Agudo Zamora, 2011: 185).<br />

Ahora bien, a fin <strong>de</strong> que la cooperación transfronteriza funcione <strong>de</strong> forma a<strong>de</strong>cuada<br />

po<strong>de</strong>mos i<strong>de</strong>ntificar una serie <strong>de</strong> requisitos 2 que nos sirvan <strong>de</strong> criterios a partir <strong>de</strong> los<br />

cuales evaluar el estudio <strong>de</strong> caso que nos ocupa. A continuación se <strong>de</strong>scriben dichos<br />

requisitos y se exponen los resultados que se obtienen al someter a evaluación la experiencia<br />

<strong>de</strong> cooperación transfronteriza entre Andalucía y el Norte <strong>de</strong> Marruecos.<br />

a. Requisito: Voluntad política <strong>de</strong> todas las partes implicadas. Esto <strong>de</strong>manda una cierta<br />

estabilidad en las relaciones gubernamentales a nivel central —para este caso entre<br />

los gobiernos español y marroquí— y un interés por parte <strong>de</strong> los agentes regionales<br />

y locales en participar en los proyectos <strong>de</strong> cooperación.<br />

Resultado: Se visualiza un creciente interés por parte <strong>de</strong> los actores regionales en<br />

participar en los proyectos <strong>de</strong> cooperación transfronteriza, aunque los continuos altibajos<br />

a nivel <strong>de</strong> los gobiernos centrales en torno a distintas crisis diplomáticas han<br />

acarreado ciertas dificulta<strong>de</strong>s en la implementación <strong>de</strong> algunos proyectos, por ejemplo<br />

durante la crisis <strong>de</strong>l islote Perejil.<br />

b. Requisito: Descentralización —administrativa y a ser posible también política—. Un<br />

cierto nivel <strong>de</strong> <strong>de</strong>scentralización es requisito básico para que tenga lugar la cooperación<br />

entre los actores locales y regionales, teniendo como meta la incorporación <strong>de</strong><br />

nuevos y diversos agentes territoriales a los partenariados.<br />

Resultado: Especialmente en el Norte <strong>de</strong> Marruecos —aunque <strong>de</strong> forma más acentuada<br />

en Andalucía— se va apreciando una participación cada vez más numerosa<br />

y diversificada <strong>de</strong> los agentes implicados en los proyectos, lo cual es un factor que<br />

favorece los procesos <strong>de</strong>mocráticos y <strong>de</strong>scentralizadores. Sin embargo, el proceso<br />

<strong>de</strong> toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones en el caso marroquí sigue estando mayormente centralizado,<br />

obstaculizando el funcionamiento a<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong> los proyectos al ralentizar los procesos<br />

burocrático-administrativos. La aprobación <strong>de</strong> la nueva Constitución marroquí<br />

2 Algunos <strong>de</strong> estos requisitos se a<strong>de</strong>lantaban en un trabajo anterior: Iglesias, 2011b: 197.

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